Page 38 of 56
1 36 37 38 39 40 56

Idel Vexler: “Dejaron de lado la educación por la política”

América del Sur/Perú/25 Octubre 2019/Expreso/ Juan C. Ángeles Moreno

Considera que si una universidad pública no obtiene el licenciamiento de Sunedu es responsabilidad del gobierno de turno, por no invertir en su infraestructura y logística.

El Gobierno anunció un plan de emergencia para que las universidades públicas tengan una nueva oportunidad si no consiguen su licenciamiento. ¿Qué opina sobre ello?
Es una alternativa comprensible porque si una universidad pública se rige en función del presupuesto que le asigna el gobierno central y los alumnos que estudian en esas entidades no pueden tener la alternativa de la universidad privada, me parece comprensible que el Gobierno establezca un periodo de emergencia para que aquellas que no son licenciadas, que espero que sean pocas, puedan tener un periodo para reorganizarse y la oportunidad de solicitar su licenciamiento ante la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu).

-¿Qué implicaría este periodo de emergencia?
Requiere que la comisión que va a dirigir el periodo de emergencia sea una que conozca las características de la universidad pública y esté conformada por gente comprometida con mejorar la calidad y autonomía de la institución. Me preocupa que haya muchos funcionarios del Ministerio de Educación (Minedu) con demasiadas obligaciones y ahora deberán asumir esta.

-¿Si una universidad pública no llega a tener su licencia, no sería responsabilidad del Minedu al no prevenir este escenario?
Desde luego, la universidad pública es la alternativa para la mayoría nacional. Por ley tienen un símil con las privadas, como promotoras del Estado, y quien la representa es el Gobierno y el Minedu. Entonces, hay una responsabilidad del Ejecutivo y algunos gobernantes institucionales que no le han dado el tiempo, ni la importancia que se requerían. Una universidad pública no licenciada es responsabilidad del Estado y seguramente de los funcionarios que no se han dedicado a que las cosas funcionen bien.

-¿Considera que el Poder Ejecutivo ha descuidado el sector Educación por enfrentamientos políticos?
El Gobierno ha estado muy preocupado y dedicado a temas vinculados al Congreso. Creo que la ministra [Flor Pablo] está preocupada por mejorar la gestión, pero falta mucho más. Hay que dejar de lado los eventos, las reuniones, discursos, lemas y trabajar más en la gestión del currículo, evaluación, materiales educativos, calidad de maestros.

Creo que la ministra debe enfatizar estos aspectos, aunque se viene esforzando por hacer bien las cosas, pero no es suficiente. La atención se ha centrado en otras cosas, han dejado de lado la educación por temas políticos. Creo que la gestión no ha estado a la altura, espero que en los meses que faltan se retome de forma directa para mejorar la calidad en el país.

-¿Cómo observa el trabajo de la Sunedu?
En líneas generales, hay una mejora en el trabajo, en la rigurosidad y en la no politización de la Sunedu. Sin embargo, así como hay que fortalecer una superintendencia técnica y con solvencia ética para dar los licenciamientos, también se debe mejorar los marcos de autonomía. Me preocupan detalles muy simples, como el desarrollo de los cursos de algunas carreras, diplomados o agregar una asignatura que al final requiere el visto bueno de la Sunedu. Hay que lograr el aseguramiento de calidad con autonomía.

-¿Hay aspectos por mejorar?
Estos órganos siempre pueden mejorar. Pueden reajustar su estructura, método y técnica. Creo que la existencia de la Sunedu ameritaba precisamente garantizar calidad. Sin embargo, una reforma universitaria no pasa solo por tener una superintendencia eficiente. Se necesita una política general de reforma, que el Gobierno debe asumir a través del Minedu. Por ejemplo, en el tema presupuestal, la plana docente, malla curricular, crecimiento de la investigación, entre otros. Para esto se necesita una ley para toda la educación superior, como lo establece el objetivo número cinco del proyecto de educación nacional.

-Producto de las protestas sociales en Arequipa contra el proyecto minero Tía María, miles de alumnos han perdido clases. ¿Cuál sería la solución?
Es lamentable, deberían ser hasta el 30 de enero porque recuperar clases los sábados y domingos no funciona.

SANCIONES A PROFESORES
-Hay docentes en Arequipa que no han asistido a sus centros de labores por ir a las protestas contra Tía María. ¿Podrían ser sancionados por el Minedu?
Pueden movilizarse y protestar, pero no pueden abandonar a sus alumnos. De ninguna manera deben faltar a sus clases. Hay una norma que dice que el profesor que no trabaja, no cobra, eso se debe aplicar. Pueden ser sancionados.

 

Fuente: https://www.expreso.com.pe/entrevista/dejaron-de-lado-la-educacion-por-la-politica/

Imagen: https://www.expreso.com.pe/wp-content/uploads/2018/09/Idel-Vexler-5.jpg

Comparte este contenido:

Libro(PDF): «Revolución feminista y políticas de lo común frente a la extrema derecha»

Reseña: CLACSO

El feminismo y la política de lo común es hoy el mejor Fruto de las contradicciones del neoliberalismo globalizador y de la connivencia de partidos conservadores, so- nanciera y el capital especulativo, la extrema derecha se ha presentado como una resistencia de fácil acceso contra los desmanes de las oligarquías políticas y las élites económicas. No hay duda de que hay quien ha sabido aprovechar la fuerza de estos vientos para vehicular la rabia y el resentimiento, pero también hay quien ha sabido canalizarla hacia una contestación de signo diferente. La misma conciencia de la vulnerabilidad y la dependencia que ha dado lugar a la extrema derecha, ha encontrado en el feminismo un tejido bien trabado que ha puesto en contraste la polí Si la extrema derecha apela a un imaginario de lo común – nismo lo reivindica poniendo en valor la revolución de los cuidados y de los afectos.

Autores (as):  María Eugenia Rodríguez-Palop

Editorial/Editor: Icaria. CLACSO.

Año de publicación: 2019

País (es): España

Idioma: Español

ISBN: 978-84-9888-882-9

Descarga: Revolución feminista y políticas de lo común frente a la extrema derecha

 

Comparte este contenido:

Libro(PDF): «La solidaridad. Otra forma de ser joven en las comunas de Medellín»

Reseña: CLACSO

¿Y si sostuviéramos que -lejos de las extendidas estigmatizaciones que asocian la juventud de sectores populares con la delincuencia- un gran número de jóvenes de comunidades golpeadas por la violencia social y la ausencia de políticas públicas dedicara sus días a cuidar de otros jóvenes? El trabajo de Yicel Giraldo Giraldo y Alexander Ruiz Silva estudia la solidaridad como eje y motor de las organizaciones sociales juveniles volcadas a cuidar de sus semejantes, ensayando una interpretación de las apuestas éticas y políticas que despliegan las y los jóvenes de las comunas de Medellín para enfrentar situaciones adversas marcadas por el dolor y el sufrimiento. A través de 32 historias de vida de jóvenes, Solidaridad propone reconstruir la compleja trama de iniciativas y acciones solidarias que impulsan los jóvenes de las comunas de Medellín. La música, el audiovisual, la danza, el arte del grafiti y la defensa del medioambiente, son plataformas desde donde los jóvenes convocan al otro, lo afectan, lo conmueven, lo convocan a hacer comunidad.

Autores (as):  Yicel Giraldo Giraldo y Alexander Ruiz Silva.

Editorial/Editor: CLACSO. Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá. Universidad de Manizales. CINDE.

Año de publicación: 2019

País (es): Colombia

Idioma: Español

ISBN: 978-958-5503-55-7

Descarga: La solidaridad. Otra forma de ser joven en las comunas de Medellín

Comparte este contenido:

Libro(PDF): «Imágenes desconocidas : la modernidad en la encrucijada postmoderna»

Reseña: CLACSO

No es casual que los latinoamericanos, desde la dramática diversidad de nuestros entes constitutivos nos volvamos a preguntar, como en otros momentos de acecho y decisión, no sólo quiénes somos, sino qué estamos siendo o —mejor aún— qué seremos. ¿Seremos? Por eso, cuando el peligro acecha volvemos también a preguntas fundacionales.

¿desde dónde nos toca reflexionar a los latinoamericanos esta crisis de la modernidad y las ofertas postmodernas?, ¿por qué se discute aquí esto, cómo participamos en esa discusión y cómo nos afecta?, ¿cómo nosotros (si podemos) planteamos nuestras preguntas y nuestras respuestas?

Las miradas latinoamericanas pueden ser tan divergentes unas de otras que no lleguen a mirarse nunca, pero también pueden ser tan congruentes como lo son las retinas izquierda y derecha que se miran en un espejo roto. Y quizás en estas imágenes desconocidas, silenciosas y solitarias, por fin el continente y los continentales asumamos la soledad, asumamos que nuestra respuesta no está en otra parte, ni en ilusiones ilustres, ni en fogatas que ya casi se apagaron, sino en nosotros mismos y esto quizás nos ayude a servir mejor los retos de estos tiempos.
De la introducción de Fernando Calderón

Autores (as):  Fernando Calderón Gutiérrez. [Compilador].
Aníbal Quijano. Juan Enrique Vega. Nicolás Casullo. Xavier Albó. Néstor García Canclini. Martín Hopenhayn. Alejandro Gustavo Piscitelli. Luis Gómez Sánchez. José Joaquín Brunner. Fernando Fajnzylber. José I. Casar. Francisco Sercovich. Claude Ake. Norbert Lechner. René Antonio Mayorga. Perry Anderson. Angel Flisfisch. Benjamín Arditi. Alain Touraine. Enzo Faletto. Sergio Zermeño. Laís Abramo. Alberto Melucci. Gabriela Uribe B.. Edgardo Lander. Fernando Calderón Gutiérrez. [Autores de Capítulo].

Editorial/Editor: CLACSO.

Año de publicación: 2017

País: Argentina

Idioma: Español

ISBN: 978-987-722-292-0

Descarga: Imágenes desconocidas : la modernidad en la encrucijada postmoderna.

Comparte este contenido:

La corrupción del espíritu

América del Norte/México/22-09-2019/Andrea Bárcena/www.jornada.com.mx
Por: Andrea Bárcena
El síndrome de Hubris (SH) es un trastorno siquiátrico reconocible por 14 síntomas, aunque sólo cinco le son propios, ya que los demás también aparecen en otros trastornos incluidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Siquiatría (DSM, por sus siglas en inglés).

En 2008, David Owen, destacado neurólogo y político británico, publicó un estudio sobre el síndrome de Hubris que afecta a personajes embriagados por el poder en la política, en la ciencia, el mundo financiero y otros. Se trata de individuos que se creen llamados a realizar hazañas, muestran tendencia a la grandiosidad y la omnipotencia; son incapaces de escuchar y son refractarios a las críticas. Para Owen, el SH está indisolublemente unido al poder y alimentado por el éxito. Lo describe como un trastorno reversible (al desaparecer el poder). En su libro En el poder y en la enfermedad, (Siruela, 2010) hay un capítulo dedicado a la protección democrática contra los gobernantes con SH.

El término Hubris está tomado del concepto griego Hybris (hýbris) que significa exceso de soberbia. Alude al ego desmedido, a la sensación de omnipotencia y al deseo de transgredir los límites que los dioses impusieron al hombre frágil y mortal. En la mitología griega, Némesis era la diosa de la justicia, el equilibrio y la mesura. Ella castigaba los excesos de egolatría y devolvía al enfermo de Hubris a los límites que había cruzado. Como fue el caso de Ícaro cuando el Sol derritió sus alas por volar demasiado alto, cayó al mar y desapareció para siempre.

Los principales síntomas del SH en los políticos son: 1) propensión narcisista a ver la realidad como escenario para ejercitar el poder y buscar la gloria; 2) tendencia a la exaltación y al mesianismo 3) excesiva confianza en sus propios juicios y desprecio por el de los demás; 4) creencia de que sólo deben rendir cuentas a cortes elevadas como Dios o la historia; 5) incompetencia hubrística por excesiva confianza y falta de atención en los riesgos… A los niños se les puede proteger de padecer este síndrome si desde temprana edad se cuida su autoestima, si reciben amor franco y saludable y si no se fomenta en ellos sentimientos de rencor o superioridad.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2019/09/14/opinion/030o1soc

Comparte este contenido:

Toda educación es política

Por: Carolina Dome.

 

Toda práctica educativa toma decisiones sobre los procesos de desarrollo infantil. La escuela dirige y genera procesos psicológicos que se confunden muchas veces con el desarrollo espontáneo, con lo esperable en ciertos momentos de la niñez y de la adolescencia. Las teorías psicoeducativas de raigambre socio-histórico-cultural pusieron foco en el dominio crecientemente abstracto o descontextualizado de los conocimientos que produce la escuela, construyendo nuevas formas de desarrollo. Pero también la educación impacta en las vivencias estudiantiles, donde lo afectivo e intelectual funcionan en unidad; a través de la interiorización de actividades intersubjetivas mediadas por complejos sistemas de signos, bajo determinadas a-simetrías con el mundo adulto. Tal fue el planteo de Vygotsky al postular a la vivencia como nueva unidad de análisis psicológica.

Esta idea invita a superar la dicotomía razón-emoción, extendida en el proyecto escolar moderno y a reconocer que lo educativo produce subjetividad, moldeando las prácticas humanas. Estrictamente, siguiendo las ideas de Silvia Bleichmar, la producción de subjetividad es un concepto sociológico: hace al modo en que las sociedades determinan las formas con las cuales se constituyen sujetos plausibles de integrarse a sistemas que le otorgan un lugar. Por ejemplo, ideales como la humanización y la homogeneización constituyeron los ejes de la educación moderna que buscó producir un sujeto histórico determinado: el ciudadano. Ideales que hoy enfrentan contradicciones, crisis y fracasos, bajo condiciones de restricción de los estatutos de ciudadanía.

Aun así, la escuela es un lugar de filiación histórica y es el primer lugar para una filiación que no es la familiar. Según Silvia Bleichmar, es un organizador simbólico, donde se redefine la relación del sujeto con la sociedad y se crean articuladores que producen nuevas formas de simbolización, diferentes a las producidas en las familias de origen. Y ese es el acierto de plantear una Educación Sexual Integral desde una perspectiva de derechos: la sexualidad deja de ser algo que se tramita exclusivamente en el seno de la familia (donde suele ser un tabú) y puede inscribirse en una red más amplia de simbolizaciones, para que lo sublimado a través del saber y del pensamiento genere condiciones para el desarrollo de prácticas de cuidado y promoción de derechos.

Contra eso atentó la campaña antiderechos “con mis hijos no te metas”: contra el lugar de la escuela como ordenador simbólico intersubjetivo, garante de una distribución más democrática del poder-saber acerca de la sexualidad. Su ataque denuncia a la “ideología de género” por predisponer a los sujetos a la homosexualidad, a la sexualización infantil y cuando no, al libertinaje. El sujeto histórico que produce su discurso es más bien un objeto, una propiedad de sus padres.

Pero ese no es único obstáculo para al desarrollo de la ESI: existe una postura más sutil y más extendida que la religiosa, impregnada en la tradición positivista que fundó al Estado y a la escuela argentina. La misma se traduce en la reclusión de la ESI en el terreno de la biología (única materia donde se la suele incluir), con sus contenidos reducidos a “la reproducción humana” y sus objetivos estrechados a metas higienistas, estrictamente preventivas. Su sujeto histórico es el sujeto disciplinado y se sustenta en una concepción biopolítica de la escuela.

Ambas posturas ocultan el rol escolar en la producción de subjetividad. Porque lo escolar, explícita o implícitamente, participa en la producción de las subjetividades sexuadas y en la construcción de las relaciones de género, a través de disposiciones que son apropiadas de forma singular-vivencial por les estudiantes.

Al respecto, vale la distinción señalada por Silvia Bleichmar: la producción de subjetividad es diferente a la constitución del psiquismo. Esa última tiene sus leyes propias, independientes de los enunciados sociales respecto del yo. En otras palabras, el aparato psíquico implica ciertas reglas que exceden la producción de subjetividad, por ejemplo, la represión; que hace al modo en que se constituye el sujeto psíquico. –Luego resta la pregunta por la articulación entre ambas nociones, por el modo en que la escuela interviene o no en los modos de reacomodación del psiquismo, y la inversa, de qué manera las premisas de la constitución psíquica producen la posibilidad de subjetivación–.

Pero lo central es advertir esa distinción fundamental. Porque es que la constitución del sujeto psíquico, y no lo que produce la escuela, la que creará y alojará las marcas de la identidad de género y de la orientación sexual. La ESI no producirá un tipo particular de individuos sexuados, sino que les otorgará un lugar. Y en lo que sí puede participar es en la producción de un nuevo sujeto histórico, a construir. Y para dicha construcción es nuevamente útil la idea de Bleichmar, de pensar la estructuración del sujeto ético, distinto al sujeto disciplinado del proyecto escolar positivista. La escuela participa en esa estructuración a través de la construcción de legalidades que se diferencian de “poner límites”, de acentuar lo preventivo, de advertir peligrosidad en las conductas estudiantiles. Legalidades que, a diferencia, habilitan la participación, la inclusión y la simbolización, regulándolas. Construcción de nuevas legalidades acerca de las relaciones con otras personas, que son habilitantes de una ética de reconocimiento del semejante. Sin una ética de reconocimiento, no hay posibilidad de pensar al semejante como sujeto. Y sin pensar al semejante como sujeto, no hay posibilidad de propiciar las conductas de cuidado.

Toda educación es sexual

Así se tituló un libro de Graciela Morgade (1999) y la frase continúa vigente. Porque por acción u omisión, la escuela siempre dice algo sobre la sexualidad humana. Desde una mirada relacional, la perspectiva de género en la escuela va mucho más allá de los contenidos acerca de la sexualidad (lineamientos ESI), e implica una revisión que va desde el diseño de materiales de trabajo y programas sexistas hasta el desarrollo de políticas de igualdad de trato y oportunidades, en pos de eliminar las representaciones, imágenes y discursos que reafirman los estereotipos de género. A través de los libros de texto, de las prácticas establecidas, de las formas de relación, etc. se perpetúan formas de vivir y de actuar como mujeres y como varones según lo establecido culturalmente. La reproducción de estereotipos de género a través de actividades diferenciadas no sólo segrega en forma binaria a los grupos (sexismo), sino que distribuye recompensas desiguales que inferiorizan a las mujeres (machismo), a la par que invisibiliza otras identidades sexo-genéricas. Tal es el caso de una de mis pacientes cuyo género está indefinido y todos los días, al llegar a su escuela debe decidir en que fila debe formarse, si en la de niñas o en la de niños, porque se sigue ordenando a les estudiantes según el sexo biológico, en un verdadero acto performativo. La escuela genera así una situación paradojal entre “dejarla elegir” e imponerle opciones que no son tales.

Algunos aspectos se están empezando a cuestionar y existen propuestas psicopedagógicas que buscan cambios. Por ejemplo, se propone realizar clases mixtas de Educación Física en todos los niveles educativos (que aún no existen en muchas escuelas secundarias) y algunos colegios de vanguardia avanzaron en el concepto de co-educación, que ameritaría un artículo propio.

Pero existen efectos aún más profundos. La escuela, en forma contradictoria, silencia, pero a la vez es un espacio de performance de los cuerpos sexuados, tal como afirma Judith Butler y se ve en el caso de mi paciente. La distribución de los cuerpos en el espacio del aula y del patio, las normas de vestimenta y apariencia aceptables y no aceptables, el uso del cuerpo en clase y en los recreos, los permisos y sanciones sobre ciertas emociones, la mirada, el uso de la voz, etc. construyen normas corporales, indefectiblemente atravesadas por las lógicas de sexuación modernas que la escuela históricamente dispuso. Según López Louro (1999), la norma corporal es asumida, apropiada –y no estrictamente “seguida”– por el sujeto que se forma en virtud de haber atravesado ese proceso de asumir un sexo en la hegemonía del imperativo que habilita ciertas identificaciones sexuadas y desalienta otras (López Louro, 1999). Se pone de manifiesto que les estudiantes aprenden a aceptar o a resistir la cultura oficial de la escuela, donde no sólo aprenden conductas y conocimientos, sino un conjunto de actitudes y prácticas que se entraman con la construcción de sus identidades. La performatividad escolar de los géneros forma parte del curriculum oculto, en el sentido propuesto por Jackson (1968); en eso que la escuela crea de forma implícita, a veces sin proponérselo, y se sostiene en la invisibilización-naturalización producida en el discurso, en la percepción y en las acciones de agentes educativos, de dimensiones del proyecto escolar moderno basado en el disciplinamiento y control del desarrollo de los sujetos.

Las perspectivas docentes

En el marco de proyectos de investigación UBACyT con sitio en la Facultad de Psicología de la UBA; dirigidos por la Prof. Mg. Cristina Erausquin, realicé entrevistas y cuestionarios con 40 docentes de escuelas de nivel medio, preguntando por situaciones-problema de desigualdad de género en sus contextos de trabajo. El objetivo fue identificar qué es lo que reconocen como desigualdad de género y abrir hipótesis sobre los niveles de visibilidad y acción ante la problemática. Al respecto, y en forma resumida, fue posible identificar tres posiciones principales:

Una de ellas fue conformada por docentes que afirmaron no haber visto ninguna situación de desigualdad de género en la escuela. Ejemplo: «De todos los colegios en los que me desempeñé, en ninguno observé ni presencié un caso con tales características. Por lo general las desigualdades se observan por los niveles sociales y económicos de los alumnos. Incluso por características fisiológicas. Por género, no”. Sin embargo, un dato sobresaliente es que se trata de docentes cuya antigüedad es mayor a 10 años (algunos acumulan más de 20 años), y es difícil sostener que en todo ese tiempo no haya ocurrido ninguna situación de desigualdad de género en su práctica, lo que abre hipótesis sobre la invisibilidad del problema en el discurso escolar, sobre un no-reconocimiento de situaciones y problemas ya visibilizados en el discurso público, afuera de la escuela.

La segunda postura, conformada por la mayoría, se basa en relatos con situaciones concretas, eventos disruptivos en los que la desigualdad las más de las veces constituye una forma de violencia explícita. Ejemplo: “En una ocasión el reto fue tocarle las tetas a una compañera, pero el desafiado se negó y en otra fue «apoyar» a otra compañera y el desafiado aceptó y la apoyó (-..) El nene dijo que era un desafío igual a cualquier otro. Una de los temas que se trabajo fue la cosificación de las compañeras”. En esos casos, las situaciones son reconocidas y explicitadas, a la par que se enuncian acciones para su superación. Pero no aparecen vinculadas a condiciones estructurales de desventaja y desigualdad de los géneros no masculinos, de carácter continúo y/o permanente en la escena social-educativa, ni sobre el rol performativo de la escuela de dichas condiciones.

En cambio, la tercera postura tiene características destacadas. En algunos casos, se incluye una lectura de carácter estructural y/o sistémico sobre la desigualdad, por ejemplo: “han sido infinidades de situaciones que uno vive respecto a la desigualdad de género. Desde las diferencias de oportunidades por ser mujeres hasta el poco lugar para intervenir desde nuestro rol en instituciones”. También fue señalada la dificultad de las mujeres de construir el denominado “oficio del alumno”: “he podido apreciar la dificultad real de alumnas que tienen hijos y que no finalizan su trayecto formativo por cuanto transitan por configuraciones familiares en las que el cuidado de los niños está asignado únicamente a las mujeres. En algunos casos, además, aportan el relato de sus parejas señalando, explícitamente, que no las acompañarán por cuanto decidieron estudiar”. Y en algunos casos se describen formas de desigualdad de mayor invisibilidad en el discurso público, como por ejemplo los micromachismos: «se suele desvalorizar a las niñas ante la resolución de situaciones lúdicas, en particular, en los juegos de equipos, en los que suelen participar de manera más activas los varones que las mujeres, como por ejemplo, no suelen pasarles la pelota, o bien, ellos son los que intentan convertir un gol o un tanto, sin observar si hay una compañera que esté mejor ubicada para poder concretarlo»…

Las desigualdades de género son un problema de preocupación para la gran mayoría de los docentes, aunque se advierten diferentes profundidades en la visibilidad del problema y su inserción en la dimensión institucional. Las situaciones son detectadas desde una perspectiva sensible, atenta y de reconocimiento de la desigualdad, pero son menos los relatos que contienen una interrogación, revisión y/o cuestionamiento de la matriz performativa de los géneros o bien, de las disposiciones que actúan en el sostenimiento de las desigualdades. La propuesta investigativa y de análisis es avanzar en la re-visiblización de lo invisible, que parece habitar en lo institucional y produce violencia a la libertad y a la diversidad. El análisis implica tener conciencia de que hay tiempo por delante. De que hay futuro.

Carolina Dome es docente e investigadora UBA.

Bibliografía:

Lopes Louro, Guacira (1999). “Pedagogías de la sexualidad”, en O corpo educado. Pedagogías da sexualidade. Belo Horizonte: Autentica.

Morgade, G. (coord.) (1999) Toda educación es sexual. Hacia una educación sexuada justa. Ediciones Crujía. Buenos Aires.

Vigotsky, L (1996). La crisis de los siete años. En Segarte A (comp). Psicología del Desarrollo, selección de lecturas. Tomo I. Editorial Félix Varela. La Habana.

Bleichmar, Silvia: Entre la producción de subjetividad y la constitución del psiquismo. Disponible en: http://www.silviableichmar.com/articulos/articulo8.htm

Fuente del artículo: https://www.pagina12.com.ar/217773-toda-educacion-es-politica

Comparte este contenido:

Joe Sacco: “Me interesa dibujar sobre la Teología de la Liberación”

Por: El País

El ilustrador, que fue corresponsal de guerra, prepara un libro sobre el cambio climático y los indígenas de Canadá mientras investiga sobre el movimiento de izquierdas dentro de la Iglesia

El dibujante Joe Sacco (Malta, 1960) es una rara avis respetada por el gremio periodístico como pocas veces ocurre con los colegas. Combina su trazo sencillo con un minucioso reporteo fusionando como nadie los dos géneros. Ha cubierto algunos de los conflictos bélicos más importantes como el de ChecheniaBosnia o Palestina, pero se define como un ilustrador «que huye cuando escucha los disparos». Llegó con 12 años a Estados Unidos, pero jamás se nacionalizó. A pesar de ello, es uno de los mejores testigos de una crisis que finalmente llevó a Donald Trump a la Casa Blanca. Durante la entrevista con EL PAÍS en Querétaro, donde participó en una charla invitado por el Hay Festival, critica el «nuevo» periodismo que no envía reporteros al terreno y describe a un Trump brutal y despiadado.

Pregunta: ¿Cómo selecciona sus temas?

Respuesta: Siempre escojo temas que me afectan casi de forma física. Tiene que ser algo que me importe bastante y que después de cinco años me seguirá importando.

P. ¿Por qué solo dibuja en blanco y negro?

R. Porque no sé realmente usar el color, esa es la verdadera respuesta. No utilizo Photoshop y no soy bueno con el color. No lo digo con orgullo, es una limitación que tengo y debo trabajar lo mejor que pueda en blanco y negro. Sin embargo, con los años ha dejado de preocuparme esto y me he dado cuenta de que ese es mi estilo. Mi limitación se ha convertido en mi estilo.

P. ¿Este sería un buen consejo para alguien que empieza?

R. Sí, pienso en alguien que está empezando y que dibuja bien, pero falla. Luego esos defectos pueden convertirse en tu talento y ya nadie más piensa que es un fallo. Nadie más volverá a pensar en eso aunque uno sabe que es fruto de una limitación.

P. Usted pasa muchas semanas reporteando, pero los medios han dejado de enviar gente al terreno porque lo consideran caro. ¿Cómo afecta esto al periodismo?

Escena del libro La Gran Guerra
Escena del libro La Gran Guerra JOE SACCO
R. Creo que tiene un enorme efecto porque al final, en lugar de trabajo de campo tenemos opiniones sobre cosas que no se conocen de primera mano. No se trata de sentarse en un estudio de televisión y hablar sobre las razones por las que Estados Unidos ha votado a Trump. Lo que se necesita es ir al lugar y entender que piensa la gente y porque votan a Trump. Eso significa reportear. El problema es que ahora hay menos dinero y el contexto del periodismo ha cambiado. Ya empezó a cambiar antes de Facebook y de Google pero ahora se aceleró. Todo el dinero en publicidad se ha ido a Facebook y Google y estas son empresas que utilizan esas noticias para que pinches en su web, pero ellas no han pagado por el contenido sino que lo utilizan y eso no puede funcionar. Por eso siempre he admirado a la gente que va al terreno.

P. ¿Cuál es el hilo conductor de lugares como Chechenia, Palestina o Bosnia sobre los que ha publicado libros?

R. Todos son lugares de conflicto entre fuerzas dominantes y opresoras. Intento, en la medida de lo posible, reportear sobre gente oprimida y esas son las personas que me interesan. Y quiero hacerlo con honestidad. No quiero convertirlos en héroes, sino saber cómo esto afecta a su psicología y sus sociedades

P. Es curioso ver como los periodistas le consideramos uno de los nuestros. ¿Cómo se siente usted, un periodista que pinta o un dibujante riguroso?

R. Me veo a mí mismo como un dibujante que hace periodismo y digo dibujante porque quiero hacer cómics que no sean solo periodísticos. Mis intereses van más allá. Estoy interesado en la sátira y la ficción por eso prefiero que me consideren un dibujante

P. ¿Qué temática le interesa en América Latina?

R. Me interesa la Teología de la Liberación. No soy creyente, pero la teología le da mucha fuerza a mucha gente y no siempre son fuerzas del mal como muchos de mis amigos pensarían y quiero reflexionar sobre lo que pasó en Centroamérica y quizá encontrar ejemplos que están ocurriendo hoy en día. El trabajo de los curas en los pueblos, como la Iglesia hace cosas buenas. También me interesa Chile e iré pronto. Quiero hablar con economistas y hablar del neoliberalismo porque en Chile es donde comenzó el experimento del neoliberalismo con Pinochet y los Chicago boys. Ellos llegaron y reorganizaron la sociedad a través de las fuerzas del mercado. Es el primer lugar donde se hizo esto y ahora vivimos en un mundo que tiene ahí su comienzo.

P. ¿Cómo es su rutina diaria de trabajo?

R. Me levanto y tomo un café con mi novia. Ese es el mejor momento del día. Luego dibujo desde las ocho en casa hasta las cinco y después suelo leer. Pienso que es importante leer mucho sobre los temas que me interesan. Si, por ejemplo, estoy interesado en la Teología de la liberación o la economía, que no es mi campo, no tengo otra opción que leer mucho.

P. Imagino que cuando lee toma ideas visuales muy diferentes a nosotros.

Joe Sacco
Joe Sacco EL PAÍS
R. Sí, siempre pienso visualmente y como convertir una idea en un dibujo. Ahora por ejemplo estoy entrevistando a gente para un tema muy amplio sobre el concepto de propiedad privada en el pensamiento político occidental. He pasado tiempo con indígenas que piensan en la tierra y no en el concepto de propiedad. Cada vez que leo o entrevisto a alguien sobre esto me paso el tiempo pensando cómo puedo meter esto en un cómic porque son ideas muy abstractas y no quiero dibujar dos cabezas hablando. Y a veces es difícil.

P. ¿Cómo es su cuaderno de notas en el terreno? El del reportero son palabras y palabras….

R. Depende donde voy. A veces grabo audios para recoger y archivar bien las palabras. Otras veces tomo notas, pero se me olvidan porque estoy escuchando. También tengo diarios que a veces tienen cientos de páginas, dependiendo de la historia. Así que finalmente es una suma de diarios, cuadernos, audio…distintos materiales.

P. ¿Cuánto tiempo pasa reporteando? ¿Y en dibujar y escribir un libro?

R. Depende. En Bosnia estuve cuatro meses. En Gaza estuve dos meses, pero luego regresé otras dos semanas, luego otra….En el caso de Canadá [su último proyecto aún sin publicar] he hecho dos viajes de tres semanas cada uno. Trato de pasar todo el tiempo posible en el terreno. Y dibujar los libros me llevan entre dos a siete años. A veces entremedias estoy con otras historias más cortas, pero los libros me llevan mucho tiempo. Por eso tengo que elegir muy bien los temas que escojo. ¿Cuántos libros me quedan a mi edad? Igual tres. Así que mejor elijo bien.

P. Su último libro La Gran Guerra [sobre la Primera Guerra Mundial] es una maravilla desplegable que se lee y ve en horizontal. ¿Le interesan nuevos formatos?.

R. Esta idea me la sugirió otra persona, pero yo quería algo que tuviera movimiento. Así que pensé en el Tapiz de Bayeaux [del año 1082] sobre la invasión normanda de Inglaterra en el que se lee la ilustración porque tiene 60 metros de largo. Cada libro que hago me da una idea para un próximo libro. Me gusta cambiar y hay muchas oportunidades para ello.

P. ¿Cómo ve la situación en EE UU y la llegada de Trump al poder?

“Me interesa dibujar sobre la Teología de la Liberación”
JOE SACCO
R.. La novedad con Trump es que hace un espectáculo de cada cosa que hace. Muchos presidentes han hecho cosas similares, pero sin hacer un espectáculo de ello. Él sabe que puede ganar votos si es cruel y hay un sector de la población que responde a esa fuerza abusiva. En cierto nivel es la naturaleza humana, lo cual es muy decepcionante. Creo que EE UU tiene una historia muy problemática porque se consideran seres excepcionales y esto sucede porque es una nación fundada a partir de la esclavitud y del genocidio de los nativos americanos y estas cosas que nunca han sido resueltas. Trump representa un momento muy malo.

No soy un gran admirador de Obama, pero fue una cosa maravillosa ver a un hombre negro dignificado en la Casa Blanca. La gente pensaba que por fin terminaba el problema racial pero no, no se ha terminado. Paralelamente, EE UU tiene grandes problemas y una economía colapsada. En las calles de mi ciudad, en Portland, hay mucha gente sin hogar viviendo en carpas en la calle y la policía pasa mucho tiempo confiscando estas tiendas y sus pertenencias porque quieren que se vayan. A la vez está entrando mucho dinero y se están construyendo apartamentos de lujo porque la gente que ya no puede vivir en San Francisco sí puede hacerlo en Portland. En EE UU siempre ha habido gente sin hogar, pero ahora es abrumador. Siento que muchas cosas van mal en el país. Tanto Demócratas como Republicanos se han movido a la derecha y ambos son responsables de esta situación. Aunque los republicanos son peores, fue Bill Clinton quien comenzó a meter a negros en la cárcel en cifras gigantescas terminando con el sistema de servicios sociales. Así que cuando vemos a Trump vemos una continuidad del desmantelamiento del sistema de bienestar. Trump es una continuidad de todo ello. Su estilo es brutal y despiadado, pero no es una excepción.

P. La llegada de Trump al poder la estamos notando con especial dureza en México y Centroamérica…

R. A los americanos no les gusta hablar de su historia ni de su papel en Centroamérica. Y, en cambio, estas sociedades no se han recuperado de esas guerras o de como las pandillas nacieron y crecieron en Estados Unidos, pero luego fueron enviadas a sus países donde reprodujeron el comportamiento delictivo. Tampoco hablan de cómo las armas van desde EE UU a México o el consumo de drogas. Todo ello son problemas de Estados Unidos. Me gustaría que fuéramos más reflexivos y no lo hemos sido. Si los políticos dijeran realmente lo que han hecho sería su suicidio político.

P. Recibió duras críticas por su libro BUMF donde caricaturiza a la clase política de Estados Unidos…

R. No sé si me criticaron, creo que más bien no lo leyeron (risas).

P. ¿Con este panorama no quiere trabajar más en EE UU y no en temas extranjeros?

R. Lo hice. Tengo un libro, Días de destrucción, donde recorrimos el país por lugares geográfica y étnicamente diferentes. Astilleros de Nueva Jersey, zonas indígenas de Dakota, los emigrantes de Florida o los blancos y pobres de Virginia. Es un libro sobre cómo las cosas se están desmoronando. Es sobre las drogas y el alcohol o como la gente necesita medicarse para aguantar el día a día. Son lugares vacíos de una América que necesita ser reporteada para entender porque están pasando algunas cosas en EE UU. Pero sí, debería hacer más, por ejemplo, en Portland.

P. ¿Cómo describe su próximo libro sobre los indígenas en Canadá?

R. Estoy interesado en el cambio climático, pero no quería hacer la misma historia de siempre. Pensé en los indígenas del norte de Canadá y cómo están reaccionando. Según mis prejuicios, pensaría que saldrían a defender el territorio y movilizarse contra las minas, pero me di cuenta de que es muy complicado. Según se desarrolla la historia descubrí que hay muchos indígenas que necesitan trabajo y quieren hacerlo para la industria del gas. Otros no quieren hacerlo por la forma en que afecta a sus comunidades. Paralelamente, en el pasado el Gobierno de Canadá metía a los niños en internados para hacerlos buenos canadienses y los alejaba de sus tierras. Ahora sé que las cosas son mucho más complicadas de lo que pensaba. Hay mucho conflicto dentro de las comunidades, pero también a raíz de esto se han politizado y se han hecho más conocedores de sus demandas y luchan por los derechos sobre tu tierra.

Fuente e imagen: https://elpais.com/cultura/2019/09/11/actualidad/1568159183_346758.html

Comparte este contenido:
Page 38 of 56
1 36 37 38 39 40 56