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ODS / Objetivo 2: Hambre Cero

Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible

Debido al rápido crecimiento económico y al aumento de la productividad agrícola en las últimas dos décadas, la proporción de personas desnutridas disminuyó casi a la mitad. Muchos países en desarrollo que sufrían hambrunas están ahora en condiciones de satisfacer las necesidades nutricionales de los más vulnerables. Regiones como Asia Central y Oriental y América Latina y el Caribe han avanzado muchísimo en la erradicación del hambre extrema.

Lo anterior son logros significativos para del cumplimiento de las metas establecidas por los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Desgraciadamente, el hambre extrema y la desnutrición siguen siendo obstáculos enormes para el desarrollo de muchos países. Se estima que 795 millones de personas sufrían de desnutrición crónica en 2014, a menudo como consecuencia directa de la degradación ambiental, la sequía y la pérdida de biodiversidad. Más de 90 millones de niños menores de cinco años tienen un peso peligrosamente bajo y una de cada cuatro personas pasa hambre en África.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible buscan terminar con todas las formas de hambre y desnutrición de aquí a 2030 y velar por el acceso de todas las personas, en especial los niños y los más vulnerables, a una alimentación suficiente y nutritiva durante todo el año. Esta tarea implica promover prácticas agrícolas sostenibles a través del mejoramiento de los medios de vida y las capacidades de los pequeños productores agrícolas, el acceso igualitario a tierras, tecnología y mercados, y el fomento de la cooperación internacional para asegurar la inversión en la infraestructura y la tecnología necesaria para mejorar la productividad agrícola.

En conjunto con los demás objetivos planteados aquí, podemos poner fin al hambre para 2030.

Hambre cero es uno de los 17 Objetivos Globales de la nueva Agenda para el Desarrollo Sostenible. Un enfoque integral es crucial para avanzar en los diversos objetivos.

Fuente: PNUD

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La ludificación de la educación

MARIAM ADIL

Cambiar los comportamientos es una tarea difícil. Es difícil dejar de fumar, ahorrar más dinero, o elegir subir por las escaleras en lugar de tomar el ascensor. El cambio de comportamiento resulta aún más complicado cuando se agregan los problemas relacionados con la pobreza.

Los profesionales del desarrollo están comprometidos con la causa de encontrar e implementar soluciones que ayuden a mejorar la vida de miles de personas en todo el mundo. Un aspecto del desafío es tener realmente buenas soluciones, pero el reto más grande (a menudo ignorado) es garantizar que las soluciones sean aceptadas por las personas a las que deben beneficiar: los pobres. Se trata de asegurar que las personas cambien sus comportamientos para que las soluciones formen parte de su vida cotidiana.

Si queremos que la población de Kenya comience a usar las sales orales para el tratamiento de la diarrea o los mosquiteros para salvarse de las picaduras de los mosquitos, si queremos que las personas de India usen retretes en lugar de defecar al aire libre, si queremos que más jóvenes usen preservativos para tener relaciones sexuales seguras, no podemos simplemente dirigirnos a sus países y dictarles las soluciones.

Imponer comportamientos se traduce en el fracaso de las soluciones. Los mosquiteros terminan siendo usados como redes de pesca, los preservativos se transforman en globos con forma de animales, y los asientos de los retretes se convierten en macetas. Las ideas fallan, no porque no fueran buenas ideas, sino porque las personas no estaban convencidas de modificar sus comportamientos y aceptar las nuevas conductas.

Para que una solución funcione, tiene que tener sentido para las personas. Ellas deben poder visualizar cómo la solución transformará sus vidas. Deben tener una razón para modificar sus hábitos y empezar a hacer esto nuevo que les estamos pidiendo que hagan. Para que las soluciones den resultado, debemos inspirar el cambio de comportamiento, no ordenarlo.

Puede ser difícil iniciar y mantener el diálogo en torno a temas sociales serios, como la higiene durante la menstruación, la defecación al aire libre, los estereotipos raciales o el control de la natalidad. Estas temáticas se encuentran profundamente plasmadas en nuestras construcciones y mitos sociales que pocas personas las cuestionan, e incluso las que lo hacen tienen dificultades para participar en una conversación sobre ellas.

Los comportamientos, aun los rígidos, pueden ser modificados si se da información, se recuerda esta y se actúa en consecuencia. Necesitamos una comunicación eficaz para inspirar el cambio. Ahí es donde los juegos entran en escena.

Los videojuegos pueden tener como objetivo estas construcciones sociales y motivar a las personas a desafiarlas de una manera entretenida. Los juegos pueden hacer que las jóvenes se sientan cómodas dialogando al respecto y permitir el aprovechamiento de la tecnología y la naturaleza interactiva de los videojuegos para promover el cambio social.

Más de 1000 millones de personas viven con menos de USD 1,25 al día, y casi la misma cantidad usa videojuegos al menos durante una hora en todo el mundo. El desafío de la pobreza es enorme y también lo es el potencial de los videojuegos.

Después de haber crecido usando juegos como Sim City, Need for Speed, o GTA, sé que los juegos dejan una impresión en nuestro cerebro que trasciende los límites del mundo virtual. Me preguntaba a mí misma: si los juegos sobre armas pueden promover la violencia, ¿pueden los juegos sobre libros fomentar la educación? ¿Pueden los juegos sobre los derechos de la mujer promover la igualdad o los referidos al lavado de manos mejorar la higiene?

Los juegos apelan a la psicología humana de una manera en que la mayoría de las otras herramientas de comunicación no lo hacen. Es porque los juegos son tres cosas en una. Son una historia, una bola de cristal y un trofeo, todo ello condensado en una caja de entretenimiento. La mayoría de los juegos tiene una historia, una trama de la que el jugador puede formar parte. Luego está la bola de cristal: en el lapso de unas pocas horas, los jugadores pueden ver las consecuencias de sus acciones, tanto las buenas como las malas. Y luego está el trofeo, el juego premia las buenas decisiones.

Cuando la historia, la bola de cristal y el trofeo se reúnen en un mundo virtual, dejan una impresión en nuestro cerebro que trasciende los límites del mundo virtual.

En la última década han aumentado los juegos con un “impacto social”. (i) Se trata de juegos que tienen un propósito y que permiten que muchas personas jóvenes (y mayores) puedan hacer un buen uso del tiempo. Desde curar la depresión (SuperBetter) (i) hasta crear conciencia sobre el embarazo en Kenya (9 Minutes), (i) la naturaleza interactiva de los juegos se usa cada vez más para crear capacidad y difundir conocimientos.

En la última década también se ha registrado un rápido aumento en el acceso a la tecnología. Estamos en el umbral del próximo gran estallido tecnológico: la penetración mundial de teléfonos inteligentes. El Informe de movilidad de Ericsson (i) predice que el 70 % de la población mundial usará teléfonos inteligentes en 2020. Nos encontramos ante un mundo donde los teléfonos inteligentes por un precio de apenas USD 20 ya están disponibles en zonas donde incluso los retretes son un lujo. Este auge abre una ventana de oportunidades para llegar a los pobres a través de sus teléfonos y usar juegos móviles simples como instrumentos para cambiar los comportamientos.

Estas nuevas tendencias son las que me han inspirado para explorar el papel que pueden desempeñar los juegos en la entrega de información y el cambio de conductas en el contexto del desarrollo. Con mi empresa social GRID —Gaming Revolution for International Development— (i) uso juegos para inspirar cambios de hábitos, mejorar los resultados sanitarios y educativos, y luchar contra los problemas sociales como la discriminación y la opresión.

Estamos comprometidos con la creación de juegos que proporcionan información a las personas para que puedan tomar mejores decisiones sobre sus vidas, salud, finanzas y el futuro de sus hijos, disfrutando al mismo tiempo de un buen rato. Son juegos que no son solo un medio para entretenerse, sino que pueden inspirar a las personas e influir en ellas de una manera positiva.

El equipo de GRID trabaja en muchos juegos diferentes. Hay juegos para combatir la defecación al aire libre en India, juegos que combaten los estereotipos raciales y de género, y juegos que hacen que para los alumnos de tercer grado en Gambia sea divertido aprender matemáticas.

Uno de los últimos proyectos de GRID tiene como fin crear juegos para romper el estigma en torno a la menstruación. Las mujeres de todo el mundo enfrentan desafíos sociales y de salud todos los meses cuando tienen su regla. Un simple juego móvil no solo permite tomar conciencia de las prácticas de higiene, sino también terminar con el estigma y empoderar a la mujer para adoptar dichos hábitos.

¡El cambio de comportamiento no es aburrido! ¡Las realidades del contexto no deben ser ignoradas! ¡La innovación no puede dejarse para mañana! Ahora es el momento de hacernos cargo de aprovechar el poder de los juegos digitales para crear un mundo mejor. Estoy comprometida con esta causa.

La pregunta es: ¿usted se apunta?

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China: Acuerdos y agentes interesados en materia de educación

Globalasia, Abril 2016/

Si te interesa conocer el listado de Acuerdos educativos y agentes interesados en materia de educación entre España y China, este es tu lugar de encuentro. Te ofrecemos un listado con los acuerdos educativos y agentes interesados en materia de educación, especialmente en el idioma chino y la Cultura china.

Chivast Education International

Chinese Service Center for Scholary Exchange

Room 907-911 North Building, Beijing New World Center,

No.3 Chongwenmenwai Street, Chongwen District, Beijing 100062 China

Página Web: http://www.chivast.com

China Study Center for International Educational Exchange

No.160, Fuxingmennei Street, Beijing 100031 China

Página Web: http://www.ceaie.edu.cn/

 

China Education Association for International Exchange

28th Floor, Tower16, Jian wai SOHO, No.39 Mid.East-3Rd-Ring Road,

Beijing 100022 China

Página Web: http://www.cciee.com.cn

 

Beijing Talent Service Centre

Bldg Beijing Human Resource, No 187 Andingmenwai Street, Dongcheng District,

Beijing 100011 China

Página Web: http://www.bjrc.com/

 

Beijing Global Advance Students Service Center

Floor 3, Beijing Rencai Building, No.187 Andingmenwai Street,

Dongcheng District, Beijing 100011 China

Página Web: http://www.bjrcedu.com

Beijing Kentrexs Enterprise Ltd

Floor 7, Plaza B, Zhongqi Building, Huanghua Road,

Chaoyang District, Beijing 100016 China

Página Web: http://www.kentrexs.cn

Beijing OZ Enrolment Center of International Education Co. Ltd

Floor 2&3, Guozhong Tower, No.33 Dengshikou Street, Beijing 100006 China

Página Web: http://www.globeedu.com

Página Web en inglés: http://aojiedu.cn/

China Scholarship Council

F13, Bldg A3, No 9 Chegongzhuang Dajie Beijing 100044 China

Página Web: http://www.csc.edu.cn/

 

Donfang International Center for Educational Exchange

Room 0801, Jinyu Mansion, N0.129A, Xuanwumen Xidajie, Beijing, 100031, China

Página web: www.cscdf.org

 

Foreign Affairs Office, Shandong Provincial Education Dept

No.29, Wenhua Westroad, Lixia District, Jinan 250011 China

Página Web: http://www.sdedu.gov.cn/

 

Shandong Provincial Service Centre for Scholarly Exchange

No. 129 Fuzhou North Road, Shibei District, Qingdao City,

Shandong Province, China

Página Web: http://www.sscse.com

 

Zhengzhou Da Hua Education Consultancy

Room 2811 Yuda Guomao Yingzuo, No.220 Zhongyuan Middle Road,

Zhengzhou City, Henan Province, 450000 China

Página Web: http://www.dahuaedu.com

 

Acuerdos:

Acuerdo en Materia de Reconocimiento de Títulos y Diplomas entre el Gobierno del Reino de España y el Gobierno de la R.P. China (descrito en el Punto 3 del capítulo V

Condiciones de entrada al mercado).

Para más información detallada, pueden visitar la página Web:

http://www.educacion.es/exterior/cn/es/estudios/Acuerdoboe.pdf

Diversos acuerdos entre universidades españolas y chinas, aprobados por la Oficina de Regulaciones y Políticas del Departamento Internacional del Ministerio de Educación de China

Para más información detallada, pueden visitar la página Web:

www.mepsyd.es/exterior/cn/es/datos/centros/acuerdosunisespcorrespondchina.pdf

 

 

Fuente original: http://china.globalasia.com/estudiar-chino-y-espanol-en-china/acuerdos-en-materia-de-educacion/

Fuente de la Fotografía:

http://www.globalasia.com/tag/educacion

 

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Que es el PNUMA?

El PNUMA, establecido en 1972, es la voz del medio ambiente en el sistema de las Naciones Unidas. El PNUMA actúa como catalizador, defensor, educador y facilitador para promover el uso sensato y el desarrollo sostenible del medio ambiente global.

|Mandato

Ser la autoridad ambiental líder en el mundo, que fija la agenda ambiental global, que promueve la aplicación coherente de las dimensiones ambientales del desarrollo sostenible en el marco del sistema de las Naciones Unidas, y que ejerce de defensor acreditado del medio ambiente global.

|Misión

Proporcionar liderazgo y alentar la participación en el cuidado del medio ambiente inspirando, informando y facilitando a las naciones y los pueblos los medios para mejorar su calidad de vida sin comprometer la de las futuras generaciones.

ACERCA DEL PNUMA/ORPALC

América Latina y el Caribe es una región rica en diversidad de ambientes, ecosistemas, especies y culturas e incluye 7 de los países megadiversos. La región se divide en cuatro subregiones: Mesoamérica, el Caribe, la Región Andina y el Cono Sur y cada uno posee un conjunto único de características, prioridades y retos ambientales.

La oficina regional para América Latina y el Caribe (ORPALC) situada en Ciudad de Panamá trabaja muy de cerca con los 33 países de la región – entre ellos 16 pequeños Estados insulares en desarrollo- con una población de cerca de 588 millones de habitantes. La oficina trabaja al servicio de las necesidades de la región y sus actividades se integran dentro de los programas de trabajo aprobados por la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente del PNUMA (UNEA).

|Países en los que trabajamos

Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay, Venezuela.

7 ÁREAS
PRIORITARIAS
DE
TRABAJO

 

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Francia: El estallido del movimiento Nuit debout

Francia-París-Mediapart/1 abril 2016/Autor: Christophe Gueugneau/ Fuente Original: http://alencontre.org/ Traducción: http://www.vientosur.info/

Nuit debout (“Noche en pie”) es el hastag con el que la misma noche del jueves 31 de marzo -tras la huelga general convocada contra la Ley del Trabajo del gobierno socialista de François Hollande- hubo un llamamiento para reunirse en asamblea en la Place de la Republique, en el corazón de París y pasar la “noche en pie” (ver https://www.vientosur.info/spip.php?article11152) . Desde entonces esta plaza y otras muchas en toda Francia han sido ocupadas por miles de personas, bajo el lema nuit debout, con propuestas, debates, animación e iniciativas que escapan absolutamente de los protocolos institucionales de la política e, incluso del sindicalismo. Un estallido que no sólo evoca sono que hasta explícitamente se refiere a nuestro 15M. Publicamos aquí dos crónicas sobre ello. Uno se refiere al movimiento en París. El otro al de Nantes y Toulouse]

París, la primera Nuit debout aguanta hasta el amanecer

Ayer por la noche (este artículo se publicó inicialmente en la página Mediapart el pasado 1 de abril, ndr), en la plaza de la República, centenares de personas, jóvenes y menos jóvenes, participaban en una concentración lúdica y estudiosa a la vez. La dispersión de la concentración por la policía, al amanecer, no les ha cortado las ganas: ya tienen nuevas citas.

Y la lluvia se denuit-debouttuvo. Tras una jornada de manifestación parisina bajo trombas de agua pero animada por una gran movilización, la gente valiente que ha ido directamente a la cita de la Plaza de la República, para una primera “noche en pie”, ha sido finalmente recompensada. De un centenar justo a las 18 horas del jueves por la noche, la multitud ha crecido rápidamente, para alcanzar más de un millar algunas horas más tarde cuando la lluvia había parado.

La idea germinó en una pequeña reunión el 23 de febrero pasado, alrededor de periodistas de Fakir , de miembros del colectivo Les Engraineurs o de DAL (droit au logement, derecho a la vivienda, ndr). Una Asamblea General para juntar gente se celebró el 14 de marzo, es decir 5 días después de la primera gran manifestación del 9 de marzo. De las 200 personas que habían hecho el desplazamiento, un centenar pasado se ha presentado como voluntaria para organizar lo que iba a ser la Noche en pie: comisión de medios, comisión de material, comisión de comunicación, etc. Además de en París, el tema está previsto también en ciertas ciudades de provincia como Lyon, Caen, Nantes, etc.

Este jueves por la noche, en Paris, las comisiones parecen haber funcionado: una gran carpa está instalada para acoger una Asamblea General permanente al abrigo de la lluvia, un camión equipado para dar conciertos, una pantalla gigante para difundir Merci Patron !, el documental de François Ruffin, periodista de Fakir. Hay una tienda con el rótulo de “enfermería”, rodeada de un lado de una tienda del DAL y del otro de una carpa Paris 8. Los organizadores han obtenido de la prefectura la posibilidad de permanecer tres días allí, lo que no ha impedido a la policía proceder a la evacuación, en calma, de los lugares hacia las 5 horas del viernes por la mañana. Una nueva cita está ya fijada para esta noche a las 18 horas.

Las primeras horas de esta Noche en pie están consagradas a afinar la organización. Todo el mundo puede coger el micro y hablar dos minutos. Como ocurría en el movimiento de los Indignados españoles o el de Occupy Wall Street americano, se evitan los aplausos, prefiriendo agitar la mano. “¿Cómo permanecer aquí durante tres días y qué hacemos mientras tanto?, pregunta un orador. “Hay que crear comisiones sanitarias, alimentación, etc.” dice otro. “Es preciso que las mujeres estén representadas, y que puedan hablar como los hombres” dice una joven.

La plaza se llena poco a poco, la gente se agolpa delante del concierto. Pronto interrumpido por un discurso del economista Fréderic Lordon (que se puede ver aquí: https://www.periscope.tv/w/1jMKgMrvbqjJL) Una corta alocución porque como dice: “Hay asambleas generales, hay conciertos, todo eso se basta y no necesita nada más”. “Aunque no lo parezca, es posible que estemos a punto de hacer algo (…) hoy cambiamos las reglas del juego”, añade ante un público conquistado. “Quienes presumíamos que iban a reivindicar sabiamente no quieren reivindicar, quienes estaban separados se unen”. De hecho, el economista parece haber consagrado estos tres últimos días a reflexionar sobre el momento en curso. Había intervenido ya la víspera, el 30 de marzo, en la asamblea general de Tolviac y había escrito un amplio texto en su blog de Le Monde Diplomatique. Pocos minutos más tarde estaba bailando, siguiendo la música del concierto.

Hacia las 21 h, la multitud sigue creciendo. Mucha gente joven, pero también menos jóvenes. A menudo de vuelta de casa a donde habían ido a cambiarse de ropa tras el aguacero de la manifestación de la tarde. Samy está ahí con un grupo de amigos. Con su gorra, sudadera con capucha, su cerveza, se prepara un cigarro mientras dice que “el asalariado está jodido, señor. Soy parado porque no quiero seguir cogiendo el dinero de los demás”.

Esto me recuerda enormemente lo que ocurría en España en 2011

En el escenario, HK y los Saltimbanques tocan ante un público superanimado.”Sabéis, hay algo que queremos todos y todas aquí, es la convergencia de las luchas”, exclama el cantante bajo los aplausos.

Ya son las 11 de la noche. Al otro lado de la plaza, un organizador está ante una pantalla gigante. Propone cortar la asamblea para difundir la película Merci patron, “pero, bueno, no quiero cortaros es superimportante que se discuta, no sabemos todavía lo que esto va a dar de sí, pero estamos aquí y bien aquí”. La asamblea se desplaza para dejar sitio al documental de François Ruffin sobre una familia del Norte despedida por una filial del grupoLouis Vuitton Moët Hennessy (LVMH) que acaba por ganar su combate contra su antiguo patrón, Bernard Arnault (Mediapart ya había hablado de él). La sesión improvisada se llena rápidamente, la gente se sienta en el suelo, otros permanecen de pie, todos están atentos y reaccionan. Así la familia Klur es muy aplaudida desde su primera aparición, mientras que Bernard Arnault, François Hollande o incluso François Chérèque, antiguo dirigente de la CFDT, son muy silbados.

Lisa sigue el documental de lejos, discutiendo también con dos camaradas. Educadora, está en paro desde hace 8 meses y ya ha visto la película. “Muestra lo que no se ve forzosamente, hace tomar conciencia de la mierda de las cosas que diría el otro”. No sabe si va a pasar toda la noche aquí, y por decirlo todo, parece difícil pues no tiene ni tienda ni siquiera una manta. En el tablero político, “no sabe ya a qué partido creer” y vota Verdes por defecto en la primera vuelta y por el candidato que “le ponga menos nerviosa” en la segunda”. “Sueño con una revolución” dice con una sonrisa.

Al final de la película, la gente canta a coro “Merci patron”, la canción de los Charlots (https://www.youtube.com/watch?v=BP3_dgTofKA). François Ruffin toma el micro, y repite, como él mismo confiesa, el mismo speech que repite en todas las proyecciones. Añade: “Es emocionante ver tu película utilizada como arma de lucha. Al final Bernard Arnault dice: ‘Espero que los revolucionarios se calmen el año que viene’, pues bien, yo espero que no”.

En otro rincón de la plaza, algunos espabilados han ido a comprar cervezas en gran cantidad e intentan venderlas, pero a 4 euros. La gente no se agolpa para comprarlas. Tanto más cuanto que la gente ha venido bien provista, tanto de cerveza como de vino. A la una de la noche la gente sigue motivada. Una fanfarria ha atraído a la gente a la que le gusta bailar, mientras que prosigue la asamblea. Sophie Tissier, la eventual que acaba de ganar su lucha contra la cadena Direct8, interviene a su vez para testimoniar que “a veces también es posible ganar”. Otro interviniente propone una organización para aguantar tres días, “ha circulado una caja, me gustaría saber dónde está ahora”.

Son las dos de la madrugada. Nino y Olivier del ENS Cachan y Justine de Ulm, no van a tardar en volver a casa. “En Cachan, es cierto que no somos muchos, pero ha habido Asambleas”, dice Nino. “Escribe que vamos a organizar allí una proyección de Merci Patron el próximo miércoles, eso hará que venga gente”, añade Olivier. Circulan voluntarios con sacos de basura para recoger botellas y vasos.

En una asamblea, interviene un español de alrededor de 30 años: “Todo esto me recuerda mucho lo que pasó en España en 2011”. Con esa experiencia, se permite dar algunos consejos: “hay que comenzar inmediatamente a reflexionar sobre cómo estructurar este movimiento aquí, hay que crear comisiones con un pequeño número de personas en cada una de ellas”. Otro dice: “hay que ponerse en marcha”. Desde el público alguien grita: “habría quizá que dejar hablar también a las chicas”. Una mujer de alrededor de 40 años, también española, toma la palabra: “lo primero que falta son lavabos en condiciones”.

A las cinco de la mañana, no queda más que medio centenar de personas que abandonan sin enfrentamientos la plaza a petición de la policía. Ya hay cita para esta noche a las 18 horas, en el mismo lugar, con el mismo tono. El DAL y el CIP (Coordinadora de Intermitentes y Precarios) anuncian su presencia, igual que los y las estudiantes de París 1 y París 4. En Twitter, algunos no dejan de recordar que los indignados que ocupaban plazas en España eran sistemáticamente dispersados al comienzo, pero que volvían siendo cada vez más numerosos..

Nantes y Toulouse: hablan los participantes

Jean Luc Ferre y Florence Pagneaux

La Croix, París, 6 abril 2016

La primera “Noche en pie” de Toulouse, que comenzó el martes 5 de abril al final de la tarde, no sale de ninguna parte. Como recuerda un representante del colectivo organizador, la primera ocupación de 200 personas tuvo lugar el 31 de marzo pasado tras la difusión de la película Merci patron! (¡Gracias patrón!) de Patrick Ruffin, fundador de la revista Fakir y que está en el origen de estas noches que, tras la de la plaza de la República en París, han aparecido en una veintena de ciudades.

Esta ocupación ha desembocado los días siguientes en tres asambleas generales que se han estructurado en cuatro comisiones para asegurar la logística del movimiento, reflexionar sobre la comunicación del mensaje, sobre el aspecto legal y los contenidos de las acciones que se preparaban. Antes de concluir en esa movilización nocturna inspirada en los movimientos de los Indignados y de Occupy Wall Street, nacidos en otras latitudes en 2011.

Más allá de las huelgas y manifestaciones tradicionales

La aparente improvisación es por tanto muy relativa. Los organizadores han alquilado una habitación, en un hotel de la plaza, para tener una conexión a internet que les permitiera una retransmisión en streaming de los debates.

Con reglas también muy estudiadas: tomas de palabra de dos minutos como máximo, tras inscripción en una lista que la gente que modera hace circular, a las que el público puede reaccionar con signos para no molestar los debates -manos agitadas como marionetas para el asentimiento, brazos cruzados para mostrar desacuerdo-, un código inspirado en los Indignados.

Ante alrededor de 600 personas, de pie o sentadas en círculo sobre cartones desperdigados por el suelo mojado, las intervenciones se encadenan. Se trata de la “convergencia de las luchas”, de “reflexionar sobre nuevos modos de acción más allá de las huelgas y de las manifestaciones tradicionales”, de “todas esas élites que no nos representan ya”. Hay quien evoca el Consejo Nacional de la Resistencia, otra gente el combate ecológico, el papel de las mujeres en el movimiento, el dinero “que huye a Panamá cuando millones de personas están en la miseria”. Tanto entre la asistencia como entre la gente que habla, jóvenes y menos jóvenes.

Algo emerge al fin

“Es una primera etapa”, comenta Marc, un estudiante de 22 años miembro del colectivo que está en el origen de esa noche tolosana. “Se trata de mostrar a la gente que un movimiento ciudadano en el que cada cual puede aportar su granito es posible en Francia. Que se puede construir conjuntamente a partir de ahí”. Aquí se nota sobre todo un sentimiento de traición por parte de un gobierno “que se dice de izquierdas”.

La Ley del Trabajo cataliza así un frente de rechazo. Pero más allá, se sueña. “Este naciente movimiento nos supera a todos”, se entusiasma Pablo, profesor de instituto implicado desde hace diez años en las luchas alternativas. “Algo emerge al fin. Es difuso, pero es una excelente noticia”.

Otro Pablo, español instalado en Toulouse desde hace tres años y antiguo activista de los Indignados de Madrid, toma el micro: “En España, de movimientos que venían de la calle han nacido estructuras que influyen hoy en la vida política. Solo quiero decir que tenemos que aprender a ser pacientes. Pero determinados”.

Perfiles variados, de estudiantes de secundaria a militantes con mucha experiencia

En Nantes, en la plaza Bouffay, en el corazón histórico de la ciudad, alrededor de 200 personas se han concentrado el martes por la noche en calma, a dos pasos de los escaparates rotos algunos instantes antes por los rompedores que han venido a perturbar la manifestación contra la ley El Khomri (nombre que se da a la Ley de Trabajo, porque es el de la ministra que lo ha llevado adelante, ndr).

Tras una sucesión de tomas de palabra en el micrófono, cada persona se suma a una comisión para debatir sobre trabajo, democracia, libertad, emigración, ecología o… Notre Dame des Landes. Entre la gente, militantes de extrema izquierda con mucha experiencia, así como decepcionados del gobierno que nunca habían salido a la calle.

Como Maia, estudiante de 17 años, que ha participado en todas las manifestaciones contra la ley del trabajo: “Aquí vamos más lejos. Se habla de ecología, de democracia… Me gustaría que se instaurara una nueva forma de democracia, como en Suiza por ejemplo, con la votación ciudadana”.

Estudiante de filosofía de 23 años, Pierre vive también su primer movimiento social. No está afiliado a ningún partido ni sindicato, se relaciona con frecuencia con otros jóvenes “muy de izquierdas” para discutir. Aquí, viene a poner a prueba sus ideas en el espacio público, pues “está bien decir no al proyecto de sociedad defendido por la Ley del Trabajo, pero hay que plantear soluciones concretas”.

Una “reapropiación de la democracia”

A su lado, Quentin, 21 años, estudiante de economía y miembro de l´Etincelle (la Chispa), afiliado al Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), se alegra de ver tanta gente nueva. “Es completamente falso decir que la juventud no está politizada. Lo que pasa es que no se reconoce en los partidos actuales”.

Una temática que sigue Sandra, enseñante de 44 años. “Asistimos a una forma de reapropiación de la democracia por abajo que se construye fuera de los partidos y de los sindicatos”, observa, que cree en las premisas de un movimiento duradero, “la juventud tiene tan pocas perspectivas que no tiene nada que perder…”.

François, 50 años, miembro de Artesanos del Cambio, un colectivo de empresas que defiende la “vuelta a lo humano en la economía”, ve en esta concentración una “necesidad urgente de encontrar sentido” cuando “cualquier política, tanto de izquierdas como de derechas, no ofrece ningún horizonte deseable”.

¡Que dure!

Steeve, 41 años y su compañera, Charlie, 37 años, forman parte de la gente decepcionada de la izquierda que ha venido a expresar su cólera. “Ahora se acabó el PS”, exclama Steeve, educador en una asociación, haciendo balance de su propia experiencia. “Desde hace tres años acumulamos los contratos parciales. No es esta vida la que queremos para nuestra hija de cuatro años. Padres angustiados, que renuncian a sus vacaciones en familia para prolongar un contrato, eso no es la felicidad…”.

Animador cultural de origen chileno, Ariel 55 años, se felicita de ver “jóvenes y adultos unos al lado de los otros para defender las conquistas sociales admiradas por el mundo entero. Ahora hay que aguantar. Eso será lo más complicado”.

Fuente Original:

http://alencontre.org/

Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur:

http://www.vientosur.info/

Fuente de la Fotografía:

http://motinewsweb.eu/author/motinewsweb

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Sobre el trabajo académico, el asalto neoliberal a las universidades y cómo debería ser la educación superior

Lo que sigue es la traducción castellana de una transcripción editada en inglés de un conjunto de observaciones realizadas por Noam Chomsky vía Skype el pasado 4 de febrero para una reunión de afiliados y simpatizantes del sindicato universitario asociado a la Unión de Trabajadores del Acero (Adjunct Faculty Association of the United Steelworkers) en Pittsburgh, PA. Las manifestaciones del profesor Chomsky se produjeron en respuesta a preguntas de  Robin Clarke, Adam Davis, David Hoinski, Maria Somma, Robin J. Sowards, Matthew Ussia y Joshua Zelesnick. La transcripción escrita de las respuestas orales la realizó Robin J. Sowards y la edición y redacción corrió a cargo del propio Noam Chomsky. La traducción castellana del texto ingles la realizó parawww.sinpermiso.info Mínima Estrella.Sobre la contratación temporal de profesores y la desaparición de la carrera académicaEso es parte del modelo de negocio. Es lo mismo que la contratación de temporales en la industria o lo que los de Wall Mart llaman “asociados”, empleados sin derechos sociales ni cobertura sanitaria o de desempleo, a fin de reducir costes laborales e incrementar el servilismo laboral. Cuando las universidades se convierten en empresas, como ha venido ocurriendo harto sistemáticamente durante la última generación como parte de un asalto neoliberal general a la población, su modelo de negocio entraña que lo que importa es la línea de base. Los propietarios efectivos son los fiduciarios (o la legislatura, en el caso de las universidades públicas de los estados federados), y lo que quieren mantener los costos bajos y asegurarse de que el personal laboral es dócil y obediente. Y en substancia, la formas de hacer eso son los temporales. Así como la contratación de trabajadores temporales se ha disparado en el período neoliberal, en la universidad estamos asistiendo al mismo fenómeno. La idea es dividir a la sociedad en dos grupos. A uno de los grupos se le llama a veces “plutonomía” (un palabro usado por Citibank cuando hacía publicidad entre sus inversores sobre la mejor forma de invertir fondos), el sector en la cúspide de una riqueza global pero concentrada sobre todo en sitios como los EEUU. El otro grupo, el resto de la población, es un “precariado”, gentes que viven una existencia precaria.

Esa idea asoma de vez en cuando de forma abierta. Así, por ejemplo, cuando Alan Greenspan testificó ante el Congreso en 1997 sobre las maravillas de la economía que estaba dirigiendo, dijo redondamente que una de las bases de su éxito económico era que estaba imponiendo lo que él mismo llamó “una mayor inseguridad en los trabajadores”. Si los trabajadores están más inseguros, eso es muy “sano” para la sociedad, porque si los trabajadores están inseguros, no exigirán aumentos salariales, no irán a la huelga, no reclamarán derechos sociales: servirán a sus amos tan donosa como pasivamente. Y eso es óptimo para la salud económica de las grandes empresas. En su día, a todo el mundo le pareció muy razonable el comentario de Greenspan, a juzgar por la falta de reacciones y los aplausos registrados. Bueno, pues transfieran eso a las universidades: ¿cómo conseguir una mayor “inseguridad” de los trabajadores? Esencialmente, no garantizándoles el empleo, manteniendo a la gente pendiente de un hilo que puede cortarse en cualquier momento, de manera que mejor que estén con la boca cerrada, acepten salarios ínfimos y hagan su trabajo; y si por ventura se les permite servir bajo tan miserables condiciones durante un año más, que se den con un canto en los dientes y no pidan más. Esa es la manera como se consiguen sociedades eficientes y sanas desde el punto de vista de las empresas. Y en la medida en que las universidades avanzan por la vía de un modelo de negocio empresarial, la precariedad es exactamente lo que se impone. Y más que veremos en lo venidero.

Ese es un aspecto, pero otros aspectos que resultan también harto familiares en la industria privada: señaladamente, el aumento de estratos administrativos y burocráticos. Si tienes que controlar la gente, tienes que disponer de una fuerza administrativa que lo haga. Así, en la industria norteamericana más que en cualquier otra parte, se acumula estrato ad administrativo tras estrato administrativo: una suerte de despilfarro económico, pero útil para el control y la dominación. Y lo mismo vale para las universidades. En los pasados 30 0 40 años se ha registrado un aumento drástico en la proporción del personal administrativo en relación el profesorado y los estudiantes de las facultades: profesorado y estudiantes han mantenido la proporción entre ellos, pero la proporción de administrativos se ha disparado. Un conocido sociólogo, Benjamin Ginsberg, ha escrito un muy buen libro titulado The Fall of the Faculty: The Rise of the All-Administrative University and Why It Matters(Oxford University Press, 2011), en el que se describe con detalle el estilo empresarial de administración y niveles burocráticos multiplicados. Ni que decir tiene, con administradores profesionales más que bien pagados: los decanos, por ejemplo, que antes solían miembros de la facultad que dejaban la labor docente para servir como gestores con la idea de reintegrarse a la facultad al cabo de unos años. Ahora son todos profesionales, que tienen que contratar a vicedecanos, secretarios, etc., etc., toda la proliferación de estructura que va con los administradores. Todo eso es otro aspecto del modelo empresarial.

Pero servirse de trabajo barato –y vulnerable— es una práctica de negocio que se remonta a los inicios mismos de la empresa privada, y los sindicatos nacieron respondiendo a eso. En las universidades, trabajo barato, vulnerable, significa ayudantes y estudiantes graduados. Los estudiantes graduados son todavía más vulnerables, huelga decirlo, La idea es transferir la instrucción a trabajadores precarios, lo que mejora la disciplina y el control, pero también permite la transferencia de fondos a otros fines muy distintos de la educación. Los costos, claro está, los pagan los estudiantes y las gentes que se ven arrastradas a esos puestos de trabajo vulnerables. Pero es un rasgo típico de una sociedad dirigida por la mentalidad empresarial transferir los costos a la gente. Los economistas cooperan tácitamente en eso. Así, por ejemplo, imaginen que descubren un error en su cuenta corriente y llaman al banco para tratar de enmendarlo. Bueno, ya saben ustedes lo que pasa. Usted les llama por teléfono, y le sale un contestador automático con un mensaje grabado que le dice: “Le queremos mucho, y ahí tiene un menú”. Tal vez le menú ofrecido contiene lo que usted busca, tal vez no. Si acierta a elegir la opción ofrecida correcta, lo que escucha a continuación es una musiquita, y de rato en rato una voz que le dice: “Por favor, no se retire, estamos encantados de servirle”, y así por el estilo. Al final, transcurrido un buen tiempo, una voz humana a la que poder plantearle una breve cuestión. A eso los economistas le llaman “eficiencia”. Con medidas económicas, ese sistema reduce los costos laborales del banco; huelga decir que le carga los costos a usted, y esos costos han de multiplicarse por el número de usuarios, que puede ser enorme: pero eso no cuenta como coste en el cálculo económico. Y si miran ustedes cómo funciona la sociedad, encuentran eso por doquiera. Del mismo modo, la universidad impone costos a los estudiantes y a un personal docente que, además e tenerlo apartado de la carrera académica, se le mantiene en una condición que garantiza un porvenir sin seguridad. Todo eso resulta perfectamente natural en los modelos de negocio empresariales. Es nefasto para la educación, pero su objetivo no es la educación.

En efecto, si echamos una mirada más retrospectiva, la cosa se revela más profunda todavía. Cuando todo esto empezó, a comienzos de los 70, suscitaba mucha preocupación en todo el espectro político establecido el activismo de los 60, comúnmente conocidos como “la época de los líos”. Fue una “época de líos” porque el país se estaba civilizando [con las luchas por los derechos civiles], y eso siempre es peligroso. La gente se estaba politizando y se comprometía con la conquista de derechos para los grupos llamados “de intereses especiales”: las mujeres, los trabajadores, los campesinos, los jóvenes, los viejos, etc. Eso llevó a una grave reacción, conducida de forma prácticamente abierta. En el lado de la izquierda liberal del establishment, tenemos un libro llamado The Crisis of Democracy: Report on the Governability of Democracies to the Trilateral Commission, compilado por Michel Crozier, Samuel P. Huntington y Joji Watanuki (New York University Press, 1975) y patrocinado por la Comisión Trilateral una organización de liberales internacionalistas. Casi toda la administración Carter se reclutó entre sus filas. Estaban preocupados por lo que ellos llamaban la “crisis de la democracia” y que no dimanaba de otra cosa del exceso de democracia. En los 60 la población –los “intereses especiales” mencionados— presionaba para conquistar derechos dentro de la arena política, lo que se traducía en demasiada presión sobre el Estado: no podía ser. Había un interés especial que dejaban de lado, y es a saber: el del sector granempresarial; porque sus intereses coinciden con el “interés nacional”. Se supone que el sector graempresarial controla al Estado, de modo que no hay ni que hablar de sus intereses. Pero los “intereses especiales” causaban problemas, y estos caballeros llegaron a la conclusión de que “tenemos que tener más moderación en la democracia”: el público tenía que volver a ser pasivo y regresar a la apatía. De particular preocupación les resultaban las escuelas y las universidades, que, decían, no cumplían bien su tarea de “adoctrinar a los jóvenes” convenientemente: el activismo estudiantil –el movimiento de derechos civiles, el movimiento antibelicista, el movimiento feminista, los movimientos ambientalistas— probaba que los jóvenes no estaban correctamente adoctrinados.

Bien, ¿cómo adoctrinar a los jóvenes? Hay más de una forma. Una forma es cargarlos con deudas desesperadamente pesadas para sufragar sus estudios. La deuda es una trampa, especialmente la deuda estudiantil, que es enorme, mucho más grande que el volumen de  deuda acumulada en las tarjetas de crédito. Es una trampa para el resto de su vida porque las leyes están diseñadas para que no puedan salir de ella. Si, digamos, una empresa incurre en demasiada deuda, puede declararse en quiebra. Pero si los estudiantes suspenden pagos, nunca podrán conseguir una tarjeta de la seguridad social. Es una técnica de disciplinamiento. No digo yo que eso se hiciera así con tal propósito, pero desde luego tiene ese efecto. Y resulta harto difícil de defender en términos económicos. Miren ustedes un poco lo que pasa por el mundo: la educación superior es en casi todas partes gratuita. En los países con los mejores niveles educativos, Finlandia (que anda en cabeza), pongamos por caso, la educación superior es pública y gratuita. Y en un país rico y exitoso como Alemania es pública y gratuita. En México, un país pobre que, sin embargo, tiene niveles de educación muy decentes si atendemos a las dificultades económicas a las que se enfrenta, es pública y gratuita. Pero miren lo que pasa en los EEUU: si nos remontamos a los 40 y los 50, la educación superior se acercaba mucho a la gratuidad. La Ley GI ofreció educación superior gratuita a una gran cantidad de gente que jamás habría podido acceder a la universidad. Fue muy bueno para ellos y fue muy bueno para la economía y para la sociedad; fue parte de las causas que explican la elevada tasa de crecimiento económico. Incluso en las entidades privadas, la educación llegó a ser prácticamente gratuita. Yo, por ejemplo: entré en la facultad en 1945, en una universidad de la Ivy League, la Universidad de Pensilvania, y la matrícula costaba 100 dólares. Eso serían unos 800 dólares de hoy. Y era muy fácil acceder a una beca, de modo que podías vivir en casa, trabajar e ir a la facultad, sin que te costara nada. Lo que ahora ocurre es ultrajante. Tengo nietos en la universidad que tienen que pagar la matrícula y trabajar, y es casi imposible. Para los estudiantes, eso es una técnica disciplinaria.

Y otra técnica de adoctrinamiento es cortar el contacto de los estudiantes con el personal docente: clases grandes, profesores temporales que, sobrecargados de tareas, apenas pueden vivir con un salario de ayudantes. Y puesto que no tienes seguridad en el puesto de trabajo, no puedes construir una carrera, no puedes irte a otro sitio y conseguir más. Todas esas son técnicas de disciplinamiento, de adoctrinamiento y de control. Y es muy similar a lo que uno espera que ocurra en una fábrica, en la que los trabajadores fabriles han de ser disciplinados, han de ser obedientes; y se supone que no deben desempeñar ningún papel en, digamos, la organización de la producción o en la determinación del funcionamiento de la planta de trabajo: eso es cosa de los ejecutivos. Esto se transfiere ahora a las universidades. Y yo creo que nadie que tenga algo de experiencia en la empresa privada y en la industria debería sorprenderse; así trabajan.

Sobre cómo debería ser la educación superior

Para empezar, deberíamos desechar toda idea de que alguna vez hubo una “edad de oro”. Las cosas eran distintas, y en ciertos sentidos, mejores en el pasado, pero distaban mucho de ser perfectas. Las universidades tradicionales eran, por ejemplo, extremadamente jerárquicas, con muy poca participación democrática en la toma de decisiones. Una parte del activismo de los 60 consistió en el intento de democratizar las universidades, de incorporar, digamos, a representantes estudiantiles a las juntas de facultad, de animar al personal no docente a participar. Esos esfuerzos se hicieron por iniciativa de los estudiantes, y no dejaron de tener cierto éxito. La mayoría de universidades disfrutan ahora de algún grado de participación estudiantil en las decisiones de las facultades. Y yo creo que ese es el tipo de cosas que deberíamos ahora seguir promoviendo: una institución democrática en la que la gente que está en la institución, cualquiera que sea (profesores ordinarios, estudiantes, personal no docente) participan en la determinación de la naturaleza de la institución y de su funcionamiento; y lo mismo vale para las fábricas.

No son estas ideas de izquierda radical, por cierto. Proceden directamente del liberalismo clásico. Si leéis, por ejemplo, a John Stuart Mill, una figura capital de la tradición liberal clásica, verán que daba por descontado que los puestos de trabajo tenían que ser gestionados y controlados por la gente que trabajaba en ellos: eso es libertad y democracia (véase, por ejemplo, John Stuart Mill,Principles of Political Economy, book 4, ch. 7). Vemos las mismas ideas en los EEUU. En los Caballeros del Trabajo, pongamos por caso: uno de los objetivos declaradis de esta organización era “instituir organizaciones cooperativas que tiendan a superar el sistema salarial introduciendo un sistema industrial cooperativo” (véase la “Founding Ceremony” para las nuevas asociaciones locales). O piénsese en alguien como John Dewey, un filósofo social de la corriente principal del siglo XX, quien no sólo abogó por una educación encaminada a la independencia creativa, sino también por el control obrero en la industria, lo que él llamaba “democracia industrial”. Decía que hasta tanto las instituciones cruciales de la sociedad –producción, comercio, transporte, medios de comunicación— no estén bajo control democrático, la “política [será] la sombra proyectada en el conjunto de la sociedad por la gran empresa” (John Dewey, “The Need for a New Party” [1931]). Esta idea es casi elemental, y echa raíces profundas en la historia norteamericana y en el liberalismo clásico; debería constituir una suerte de segunda naturaleza de la gente, y debería valer igualmente para las universidades. Hay ciertas decisiones en una universidad donde no puedes querer transparencia democrática porque tienes que preservar la privacidad estudiantil, pongamos por caso, y hay varios tipos de asuntos sensibles, pero en el grueso de la actividad universitaria normal no hay razón para no considerar la participación directa como algo, no ya legítimo, sino útil. En mi departamento, por ejemplo, hemos tenido durante 40 años representantes estudiantiles que proporcionaban una valiosa ayuda con su participación en las reuniones de departamento.

Sobre la “gobernanza compartida” y el control obrero

La universidad es probablemente la institución social que más se acerca en nuestra sociedad al control obrero democrático. Dentro de un departamento, por ejemplo, es bastante normal que al menos para los profesores ordinarios tenga capacidad para determinar una parte substancial de las tareas que conforman su trabajo: qué van a enseñar, cuando van a dar las clases, cuál será el programa. Y el grueso de las decisiones sobre el trabajo efectuado en la facultad caen en buena medida bajo el control del profesorado ordinario. Ahora, ni que decir tiene, hay un nivel administrativo superior al que no puedes ni eludir ni controlar. La facultad puede recomendar a alguien para ser profesor titular, pongamos por caso, y estrellarse contra el criterio de los decanos o del rector, o incluso de los patronos o de los legisladores. No es que ocurra muy a menudo, pero puede ocurrir y ocurre. Y eso es parte de la estructura de fondo que, aun cuando siempre ha existido, era un problema menor en los tiempos en que la administración salía elegida por la facultad y era en principio revocable por la facultad. En un sistema representativo, necesitas tener a alguien haciendo labores administrativas, pero tiene que poder ser revocable, sometido como está a la autoridad de las gentes a las que administra. Eso es cada vez menos verdad. Hay más y más administradores profesionales, estrato sobre estrato, con más y más posiciones cada vez más remotas del control de las facultades. Me referí antes a The Fall of the Faculty de Benjamin Ginsberg, un libro que entra en un montón de detalles sobre el funcionamiento de varias universidades a las que sometió a puntilloso escrutinio:  Johns Hopkins, Cornell y muchas otras.

El profesorado universitario ha venido siendo más y más reducido a la categoría de trabajadores temporales a los que se asegura una precaria existencia sin acceso a la carrera académica. Tengo conocidos que son, en efecto, lectores permanente; no han logrado el estatus de profesores ordinarios; tienen que concursar cada año para poder ser contratados otra vez. No deberían ocurrir estas cosas, no deberíamos permitirlo. Y en el caso de los ayudantes, la cosa se ha institucionalizado: no se les permite ser miembros del aparato de toma de decisiones y se les excluye de la seguridad en el puesto de trabajo, lo que no sirve sino para amplificar el problema. Yo creo que el personal no docente debería ser integrado también en la toma de decisiones, porque también forman parte de la universidad. Así que hay un montón que hacer, pero creo que se puede entender fácilmente por qué se desarrollan esas tendencias. Son parte de la imposición del modelo de negocios en todos y cada uno de los aspectos de la vida. Esa es la ideología neoliberal bajo la que el grueso del mundo ha estado viviendo en los últimos 40 años. Es muy dañina para la gente, y ha habido resistencias a ella. Y es digno de mención el que al menos dos partes del mundo han logrado en cierta medida escapar de ella: el Este asiático, que nunca la aceptó realmente, y la América del Sur de los últimos 15 años.

Sobre la pretendida necesidad de “flexibilidad”

“Flexibilidad” es una palabra muy familiar para los trabajadores industriales. Parte de la llamada “reforma laboral” consiste en hacer más “flexible” el trabajo, en facilitar la contratación y el despido de la gente. También esto es un modo de asegurar la maximización del beneficio y el control. Se supone que la “flexibilidad” es una buena cosa, igual que la “mayor inseguridad de los trabajadores”. Dejando ahora de lado la industria, para la que vale lo mismo, en las universidades eso carece de toda justificación. Pongamos un caso en el que se registra submatriculación en algún sitio. No es un gran problema. Una de mis hijas enseña en una universidad; la otra noche me llamó y me contó que su carga lectiva cambiaba porque uno de los cursos ofrecidos había registrado menos matrículas de las previstas. De acuerdo, el mundo no se acabará, se limitaron a reestructurar el plan docente: enseñas otro curso, o una sección extra, o algo por el estilo. No hay que echar a la gente o hacer inseguro su puesto de trabajo a causa de la variación del número de matriculados en los cursos. Hay mil formas de ajustarse a esa variación. La idea de que el trabajo debe someterse a las condiciones de la “flexibilidad” no es sino otra técnica corriente de control y dominación. ¿Por qué no hablan de despedir a los administradores si no hay nada para ellos este semestre? O a los patronos: ¿para qué sirven? La situación es la misma para los altos ejecutivos de la industria; si el trabajo tiene que ser flexible, ¿por qué no la gestión ejecutiva? El grueso de los altos ejecutivos son harto inútiles y aun dañinos, así que ¡librémonos de ellos! Y así indefinidamente. Sólo para comentar noticias de estos últimos días, pongamos el caso de Jamie Dimon, el presidente del consejo de administración del banco JP Morgan Chase: acaba de recibir un substancial incremento en sus emolumentos, casi el doble de su paga habitual, en agradecimiento por haber salvado al banco de las acusaciones penales que habrían mandado a la cárcel a sus altos ejecutivos: todo quedó en multas por un monto de 20 mil millones de dólares por actividades delictivas probadas. Bien, podemos imaginar que librar de alguien así podría ser útil para la economía. Pero no se habla de eso cuando se habla de ”reforma laboral”. Se habla de gente trabajadora que tiene que sufrir, y tiene que sufrir por inseguridad, por no saber de donde sacarán el pan mañana: así se les disciplina y se les hace obedientes para que no cuestionen nada ni exijan sus derechos. Esa es la forma de operar de los sistemas tiránicos. Y el mundo de los negocios es un sistema tiránico. Cuando se impone a las universidades, te das cuenta de que refleja las mismas ideas. No debería ser un secreto.

Sobre el propósito de la educación

Se trata de debates que se retrotraen a la Ilustración, cuando se plantearon realmente las cuestiones de la educación superior y de la educación de masas, no sólo la educación para el clero y la aristocracia. Y hubo básicamente dos modelos en discusión en los siglos XVIII y XIX. Se discutieron con energía harto evocativa. Una imagen de la educación era la de un vaso que se llena, digamos, de agua. Es lo que ahora llamamos “enseñar para el examen”: viertes agua en el vaso y luego el vaso devuelve el agua. Pero es un vaso bastante agujereado, como todos hemos tenido ocasión de experimentar en la escuela: memorizas algo en lo que no tienes mucho interés para poder pasar un examen, y al cabo de una semana has olvidado de qué iba el curso. El modelo de vaso ahora se llama “ningún niño a la zaga”, “enseñar para el examen”, “carrera a la cumbre”, y cosas por el estilo en las distintas universidades. Los pensadores de la Ilustración se opusieron a ese modelo.

El otro modelo se describía como lanzar una cuerda por la que el estudiante pueda ir progresando a su manera y por propia iniciativa, tal vez sacudiendo la cuerda, tal vez decidiendo ir a otro sitio, tal vez planteando cuestiones. Lanzar la cuerda significa imponer cierto tipo de estructura. Así, un programa educativo, cualquiera que sea, un curso de física o de algo, no funciona como funciona cualquier otra cosa; tiene cierta estructura. Pero su objetivo consiste en que el estudiante adquiera la capacidad para inquirir, para crear, para innovar, para desafiar: eso es la educación. Un físico mundialmente célebre cuando, en sus cursos para primero de carrera, se le preguntaba “¿qué parte del programa cubriremos este semestre?”, contestaba: “no importa lo que cubramos, lo que importa es lo que descubráis vosotros”. Tenéis que ganar la capacidad y la autoconfianza en esta asignatura para desafiar y crear e innovar, y así aprenderéis; así haréis vuestro el material y seguir adelante. No es cosa de acumular una serie fijada de hechos que luego podáis soltar por escrito en un examen para olvidarlos al día siguiente.

Son dos modelos radicalmente distintos de educación. El ideal de la Ilustración era el segundo, y yo creo que el ideal al que deberíamos aspirar. En eso consiste la educación de verdad, desde el jardín de infancia hasta la universidad. Lo cierto es que hay programas de ese tipo para los jardines de infancia, y bastante buenos.

Sobre el amor a la docencia

Queremos, desde luego, gente, profesores y estudiantes, comprometidos en actividades que resulten satisfactorias, disfrutables, actividades que sean desafíos, que resulten apasionantes. Yo no creo que eso sea tan difícil. Hasta los niños pequeños son creativos, inquisitivos, quieren saber cosas, quieren entenderlas, y a no ser que te saquen eso a la fuerza de la cabeza, el anhelo perdura de por vida. Si tienes oportunidades para desarrollar esos compromisos y preocuparte por esas cosas, son las más satisfactorias de la vida. Y eso vale lo mismo para el investigador en física que para el carpintero; toenes que intentar crear algo valioso, lidiar con problemas difíciles y resolverlos. Yo creo que que eso es lo que hace del trabajo el tipo de actividad que quieres hacer; y la haces aun cuando no estés obligado a hacerla. En una universidad que funcione razonablemente, encontrarás gente que trabaja todo el tiempo porque les gusta lo que hacen; es lo que quieren hacer; se les ha dado la oportunidad, tienen los recursos, se les ha animado a ser libres e independientes y creativos: ¿qué mejor que eso? Y eso también puede hacerse en cualquier nivel.

Vale la pena reflexionar un poco sobre algunos de los programas educativos imaginativos y creativos que se desarrollan en los distintos niveles. Así, por ejemplo, el otro día alguien me contaba de un programa que usa en las facultades, un programa de ciencia en el que se plantea a los estudiantes una interesante cuestión: “¿Cómo puede ser que un mosquito vuela bajo la lluvia?” Difícil cuestión, cuando se piensa un poco en ella. Si algo impactara en un ser humano con la fuerza de una gota de agua que alcanza a un mosquito, lo abatiría inmediatamente. ¿Cómo puede, pues, el mosquito evitar el aplastamiento inmediato? ¿Cómo puede seguir volando? Si quieres seguir dándole vueltas a este asunto –dificilísimo asunto—, tienes que hacer incursiones en las matemáticas, en la física y en la biología y plantearte cuestiones lo suficientemente difíciles como para verlas como un desafío que despierta la necesidad de responderlas.

Eso es lo que debería ser la educación en todos los niveles, desde el jardín de infancia. Hay programas para jardines de infancia en los que se da a cada niño, por ejemplo, una colección de pequeñas piezas: guijarros, conchas, semillas y cosas por el estilo. Se propone entonces a la clase la tarea de descubrir cuáles son las semillas. Empieza con lo que llaman una “conferencia científica”: los nenes hablan entre sí y tratan de imaginarse cuáles son semillas. Y, claro, hay algún maestro que orienta, pero la idea es dejar que los niños vayan pensando. Luego de un rato, intentan varios experimentos tendentes a averiguar cuáles son las semillas. Se le da a cada niño una lupa y, con ayuda del maestro, rompe una semilla y mira dentro y encuentra el embrión que hace crecer a la semilla. Esos niños aprenden realmente algo: no sólo algo sobre las semillas y sobre lo que las hace crecer; también aprenden algo sobre los procesos de descubrimiento. Aprenden a gozar con el descubrimiento y la creación, y eso es lo que te permitirá comportarte de manera independiente fuera del aula, fuera del curso.

Lo mismo vale para toda la educación, hasta la universidad. En un seminario universitario razonable, no esperas que los estudiantes tomen apuntes literales y repitan todo lo que tu digas; lo que esperas es que te digan si te equivocas, o que vengan con nuevas ideas desafiantes, que abran caminos que no habían sido pensados antes. Eso es lo que es la educación en todos los niveles. No consiste en instilar información en la cabeza de alguien que luego la recitará, sino que consiste en capacitar a la gente para que lleguen a ser personas creativas e independientes y puedan encontrar gusto en el descubrimiento y la creación y la creatividad a cualquier nivel o en cualesquiera dominios a los que les lleven sus intereses.

Sobre el uso de la retórica empresarial contra el asalto empresarial a la universidad

Eso es como plantearse la tarea de justificar ante el propietario de esclavos que nadie debería ser esclavo. Estáis aquí en un nivel de la indagación moral en el que resulta harto difícil encontrar respuestas. Somos seres humanos con derechos humanos. Es bueno para el individuo, es bueno para la sociedad y hasta es bueno para la economía en sentido estrecho el que la gente sea creativa e independiente y libre. Todo el mundo sale ganando de que la gente sea capaz de participar, de controlar sus destinos, de trabajar con otros: puede que eso no maximice los beneficios ni la dominación, pero ¿por qué tendríamos que preocuparnos de esos valores?

Un consejo a las organizaciones sindicales de los profesores precarios

Ya sabéis mejor que yo lo que hay que hacer, el tipo de problemas a los que os enfrentáis. Seguid adelante y haced lo que tengáis que hacer. No os dejéis intimidar, no os amedrentéis, y reconoced que el futuro puede estar en nuestras manos si queremos que lo esté.

Traducción para www.sinpermiso.info: Miguel de Puñoenrostro

 Fuente:
http://www.counterpunch.org/2014/02/28/on-academic-labor/27}
Fuente de la Imagen:
http://blog.eternalvigilance.me/2013/04/why-mandatory-state-education/pink-floyd-the-wall-alan-parker/
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Argentina: UNTREF organiza Curso de extensión sobre El rock en la cultura

Este curso está destinado a todos aquellos que tienen un interés sociológico en el rock. La propuesta es analizar, a través de distintos materiales bibliográficos y videos, algunos de los momentos más significativos de este movimiento cultural iniciado a mediados del siglo XX.

El enfoque es multidisciplinario, e incluye interpretaciones desde la teoría social, el análisis discursivo y el estudio del plano sonoro. Se verán las principales corrientes que marcaron al rock anglosajón y al rock argentino: rock and roll, progresivo, folk, psicodelia, glam, punk, post-punk y otras.

Docente: Lic. Andrés Altamirano

Contacto: rockenlacultura@untref.edu.ar

Del 21 de abril al 23 de junio
Jueves de 18 a 20 hs.

Inscripción:
Secretaría de Extensión
Sede Caseros I,1er. piso
Valentín Gómez 4838 – Caseros
Provincia de Buenos Aires

Cursada:
Sede Caseros II, Anexo
Valentín Gómez 4752 – Caseros
Provincia de Buenos Aires

 

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