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La investigación educativa y la importancia de producir y circular nuevos conocimientos

Por:  Miguel Ángel Pérez

El efecto Covid se ha convertido en un verdadero parteaguas social y educativo en nuestra sociedad, de tal manera que hoy estamos ante una serie de cambios en el sistema que van desde modificaciones a la agenda pública y de gobierno, a las nuevas condiciones de operación del propio sistema hasta llegar a esta forma inédita de vincular al sistema bajo un formato virtual con la sociedad.

En educación el funcionamiento del sistema se integra de tres grandes componentes (hay más, pero se pueden distinguir a esos tres de manera esquemática). Un componente operativo que es el que da lugar a todo el despliegue funcional, penado en atender educativamente a todos los niños, niñas, jóvenes y personas que demanden atención educativa; un componente investigativo que tiene que ver con las tareas de conocer lo que se hace y las necesidades de conocimiento que se desprenden de ello y un componente de gestión, que tiene que ver con la adquisición y manejo de recursos, con la optimización de los mismos con presupuestar y abaratar costos y en síntesis con adquirir todo lo que se requiere para que el sistema siga funcionando. Algunos otros componentes están relacionados con la vinculación de los distintos subsistemas, para que dicha relación sea cordial y armoniosa y con la conformación de nuevo cuadros para que se hagan cargo de hacer funcionar el propio sistema, en cuanto a formar a docentes, directivos, asesores técnicos, gestores, etc.

En todo ello, el sistema por tradición solo se había preocupado en atender la parte operativa, es decir lo que tenía que ver con su funcionamiento. De esta manera se construían escuelas en cierto lugar, se habilitaba mobiliario, se enviaban docentes y un directivo, y se ponía a trabajar; hoy las nuevas condiciones de operación se han traducido en nuevas condiciones de conocimiento.

La investigación educativa es una tarea de cierto compromiso académico riguroso, pensada en responder a las preguntas que se generan con el funcionamiento del propio sistema y que están relacionadas con el conocimiento del mismo: explicar, describir, valorar, entender, proponer, mejorar, etc. son algunos verbos vinculados con la generación de conocimientos. Tradicionalmente las tareas operativas y de investigación, estaban distanciadas, escindidas, y la vinculación entre ambas era prácticamente inexistente.

Hoy más que nunca se hace especialmente necesario la tarea de investigación, con la finalidad de poder plantear y ordenar las preguntas del presente (en la era de la pandemia y del coronavirus) para darles respuesta de manera ordenada y sistemática.

La investigación está relacionada con la generación y producción de conocimientos, dichos conocimientos pasan por una agenda en la cual se conjuga una racionalidad colaborativa entre los intereses de los investigadores, las necesidades de las agencias de gobierno en cuanto a la confección y diseño de políticas públicas y las necesidades de la sociedad.

En todo ello, hoy en día reconocemos que hay necesidades emergentes de atención y de conocimiento producto de los cambios profundos y complejos que ha generado la pandemia por el coronavirus. El sistema educativo deberá modificar las estructuras y su funcionamiento de todos los días, hoy se requiere conocer más acerca de lo que ignoramos, para funcionar mejor, ¿Cómo hacerlo? Lo primero es que se requiere disposición de los órganos de gobierno, pero también disposición de los grupos académicos encargados de la tarea de generar nuevos conocimientos.

Es importante que cada escuela, cada centro de trabajo ligado con el componente educativo se conozca mejor desde su interior, es por ello que los colectivos docentes concebidos como comunidades de práctica, se hagan preguntas no sólo pensadas para operar mejor o para mejorar sus indicadores sobre los cuales están obligados a actuar, sino también preguntas vinculadas con la investigación es decir con el conocimiento. Y aquí se vincula todo el saber, para generar preguntas que nos lleven a cumplir con los tres componentes del sistema:

  • Mejorar las condiciones de operación, ser más eficientes, más efectivos y realizar el servicio de la mejor calidad.
  • Tener un mayor y mejor conocimiento de las condiciones de atención en las que se realiza la tarea educativa. Y
  • Conseguir todos los recursos necesarios para cumplir con las dos tareas anteriores.

De esta manera y a partir de la racionalidad anterior, la tarea de la investigación ya no sería de iluminados, sino de todo sujeto o agente que este verdaderamente preocupado o preocupada por entender de la mejor manera lo que nos está pasando y cómo, todo ello está íntimamente vinculado con los cambios que se están generando en la esfera gobierno, y en una sociedad que paradójicamente aún en la parálisis social se sigue moviendo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-investigacion-educativa-y-la-importancia-de-producir-y-circular-nuevos-conocimientos/

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Confianza y educación

 Manuel Alberto Navarro Weckmann

 

En días pasados se dio a conocer, por parte del gobierno federal, de la emisión del Programa Sectorial de Educación (PSE) 2020 – 2024, en el que se dan a conocer, tanto el diagnóstico, como las prioridades de la administración gubernamental en dicho sector.

La propuesta, parte de tres premisas básicas, ciertas a mi juicio, y que coinciden con la perspectiva en general del gobierno para implementar las políticas públicas en otras áreas de la administración pública como son: la corrupción, la corrección de un crecimiento económico que sólo ha beneficiado a pocas personas, el combate a las condiciones socioeconómicas de las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad y la reconstrucción del tejido social.

En este sentido, se establece que la finalidad del PSE 2020-2024 es contribuir a un nuevo modelo de desarrollo basado en el bienestar de las personas, a partir de garantizar el disfrute pleno del derecho a la educación como catalizador para el logro de un desarrollo nacional sostenible, el cual intenta dar respuesta a los seis problemas públicos que identifica que se pueden resumir como: falta de oportunidades educativas, equitativas e inclusivas; falta de una educación de calidad para las y los estudiantes; falta de reconocimiento, formación y apoyo para el personal docente y directivo; la carencia de entornos favorables de las instituciones; el sedentarismo y falta de cultura física desde la primera infancia y la verticalidad y desarticulación de las decisiones públicas en materia educativa.

Como suele ser en los ejercicios de planeación estratégica de este tipo, a cada una de las problemáticas identificadas como fundamentales, se les asigna un Objetivo Prioritario (OP) y de ellos, se desprenden Estrategias Prioritarias (EP) y Acciones Puntuales (AP), dentro de los cuales, me gustaría destacar, por su importancia, lo establecido en el OP 3, que cuenta con 4 EP que se subdividen a su vez en 37 AP, ya que se refieren la formación inicial, la continua, los procesos de selección pertinentes para la admisión, promoción y reconocimiento, así como la evaluación diagnóstica que favorezcan el desarrollo profesional, así como el apoyo para la la gestión del personal docente, directivo y de supervisión en los centros educativos.

En el PSE, se habla entre otros, de temas que han sido poco más que retórica en los últimos años, del fortalecimiento de las escuelas normales, su autonomía de gestión, actualización de sus mallas curriculares, el diseño de un diagnóstico integral de las necesidades del magisterio, un sistema de promoción horizontal real y eficiente, que esperemos se conviertan -ahora si- en realidad.

Sin embargo, en el punto 3.4.7, se habla específicamente de apoyar el fortalecimiento de redes colaborativas de personal docente, directivo y de supervisión que faciliten el intercambio de experiencias en materia de gestión e innovación para la mejora continua de las escuelas, aspecto sin duda interesante, tomando en consideración de que todas las acciones efectuadas en el pasado, se han tomado a partir de la desconfianza, tomando decisiones verticales sobre sus necesidades y sin tomar consideración los saberes docentes y directivos que se construyen precisamente en el servicio y que son fundamentales para el fortalecimiento de la labor que día a día se realiza en los centros educativos.

Fuente: https://profelandia.com/confianza-y-educacion/

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América Latina: Esa irresistible compulsión de mentir

Esa irresistible compulsión de mentir

Atilio Borón

La pandemia exige para su control una fuerte presencia del Estado para proteger a la población, cosa que no se logra cuando la salud y los medicamentos son onerosas mercancías. La experiencia actual refuta los funestos delirios de los mentores intelectuales de Vargas Llosa: Popper, von Hayek, Berlin, Revel y compañía.

Ya nos parecía extraño que Mario Vargas Llosa permaneciera en silencio ante las calamidades de la pandemia. Sobre todo las sufridas en sus dos países, el de origen, Perú, y el de su adopción, España. Allí se refugió después de haber sido repudiado por sus compatriotas  hace hoy exactamente treinta años –un 10 de Junio de 1990- tras su humillante derrota a manos de Alberto Fujimori en la elección presidencial de ese año.

Como era previsible aprovechó la ocasión de esta plaga para dar a conocer otra de sus tantas mentiras que parecen verdades -arte maligno del cual es un refinadísimo cultor- para alabar al gobierno de su amigo Luis Lacalle Pou que, según el escritor,  decidió combatir al COVID-19 apelando a “la responsabilidad de los ciudadanos” y declarando  “que nadie que quisiera salir a la calle o seguir trabajando sería impedido de hacerlo, multado o detenido, y que no habría subida de impuestos, porque la empresa privada jugaría un papel central en la recuperación económica del país luego de la catástrofe.”

Quien lea estas líneas comprobará que su indudable talento como escritor es tan grande como su ignorancia en materia de economía y estadística. También que su resentimiento contra la izquierda exacerba este defecto y lo induce a extraer conclusiones que se desmoronan como un castillo de naipes ante la más suave brisa.

Aplaude el hecho de que en Uruguay sólo se registren 23 muertos a causa del coronavirus, pero insólitamente le atribuye ese mérito a un presidente que asumió pocos días antes del estallido de la pandemia. Su obcecación lo mueve a desconocer que antes de la presidencia de su amigo Lacalle Pou hubo quince años de gobierno del Frente Amplio (al que descalifica por sus “equivocaciones notables en política económica” aunque reconoce que se respetó “la libertad de expresión y las elecciones libres”) durante los cuales la salud pública fue una de las prioridades de la gestión del médico Tabaré Vázquez, durante diez años, así como durante el interregno de José “Pepe” Mujica. Fue esto: la fuerte presencia del estado en el terreno de la sanidad y no las palabras huecas e insulsas de Lacalle Pou lo que protegió al pueblo uruguayo de la pandemia.

A contrapelo de las políticas de la izquierda en Uruguay, en sus patrias de nacimiento y adopción el desastre producido por las ideas que Vargas Llosa publicita con tanto fervor es estremecedor. Con 5 738 muertos el Perú figura en el 21º lugar en la lista de 215 estados y territorios compilados por la Organización Mundial de la Salud.

España ocupa el 6º lugar en el ranking  gracias a las 27 136 víctimas del COVID-19 condenadas por las “políticas de austeridad” de los sucesivos gobiernos neoliberales que asolaron a ese país. Otros gobiernos admirados por el escritor: el de Ecuador con sus 3 690 muertos se coloca en el puesto número 17 mientras que el 19º está reservado para el Brasil de Jair Bolsonaro con un saldo luctuoso de 38 701 muertos.

Pero la medición del impacto de la pandemia y la eficacia de las políticas gubernamentales se muestran de modo más nítido si se controla el número de muertos por millón de habitantes. Bélgica, uno de los portaestandartes de la reacción neoliberal, registra 831 muertos por millón de habitantes y el Reino Unido de su admirado Boris Johnson tiene un índice de 606/millón y un poco más abajo, en el sexto lugar, encontramos a España, con 580 muertos por millón de habitantes. Ecuador con 209, Brasil con 182 y Perú con 174 continúan en el pelotón de la vanguardia.

Como se puede apreciar, todos países con gobiernos fieles a los cánones del neoliberalismo. Mucho más abajo en ese ranking necrológico está el Uruguay, con 7 muertos por millón, una performance notable, sin duda, igual a la que exhibe Japón. Pero mucho más meritorio es que esa misma cifra sea la que tiene Cuba, tan denostada por el hechicero neoliberal. Igual que Uruguay y el Japón pero sin que ninguno de estos dos países sufra la asfixia de un encarnizado bloqueo que se extiende a lo largo de sesenta años, que los maleantes que gobiernan Estados Unidos sólo atinaron a endurecerlo aún más en el medio de la pandemia.

Implacable crítico de Alberto Fernández –“lamentaremos la derrota de Macri”, dijo el escritor poco después de la victoria del candidato del Frente de Todos- y los gobiernos “populistas” de la Argentina, Vargas Llosa debería saber que con sus 717 víctimas de la plaga este país exhibe una tasa de letalidad de 16 muertos por millón de habitantes, muy lejos de los valores que registran España y Perú, inclusive de Estados Unidos con sus 348 por millón.

Y que en el país que gobierna su amigo Sebastián Piñera,  este índice es ocho veces mayor que el de la Argentina. En efecto,  en el más antiguo experimento neoliberal de América Latina y en donde la privatización de la salud ha sido llevada a sus extremos durante casi medio siglo el índice llega a 130 por millón.

Conclusión: la pandemia exige para su control una fuerte presencia del Estado para proteger a la población, cosa que no se logra cuando la salud y los medicamentos son onerosas mercancías. La experiencia actual refuta los funestos delirios de los mentores intelectuales de Vargas Llosa: Popper, von Hayek, Berlin, Revel y compañía, responsables indirectos de políticas que sólo en los Estados Unidos produjeron más de 115 000 muertos. Afiebrados delirios que contrastan con los sobrios números de Cuba, Uruguay, China, Vietnam y Venezuela. Sí, la bloqueada república bolivariana que, como el Uruguay, también tuvo apenas 23 muertos por el COVID-19.

Sólo que cuando se estandardiza esta medida por millón de habitantes la tasa en ese país no alcanza siquiera al 1 por millón, contra el muy plausible 7 del Uruguay.  Pero todas estas cosas las calla el escritor, y no creo que sea porque desconozca algo tan elemental. Ha dado sobradas pruebas de que ignora las complejidades teóricas de la Economía Política y los fundamentos matemáticos de la Estadística. Pero cálculos tan simples como los que hemos expuesto más arriba están al alcance de cualquier persona que conozca las cuatro operaciones básicas de la aritmética.

Me niego a admitir que Vargas Llosa sea incapaz de tan elemental tarea. Pero su fanatismo lo lleva, una y otra vez, a mentir para defender una causa perdida. No parece haber caído en cuenta de que aparte de las cuantiosas pérdidas humanas el COVID-19 hizo algo más: descerrajarle el tiro de gracia al neoliberalismo como fórmula de gobernanza. ¡Game over!

Y si no me cree que por favor se dedique a leer los diarios de la mal llamada “comunidad financiera internacional” (en realidad una tropa de truhanes y bandidos de “cuello blanco”) que allí le explicarán con pelos y señales sus planes para el mundo que amanecerá cuando la pandemia haya sido controlada. Y en ese mundo el neoliberalismo se convirtió en una mala palabra que, si se la pronuncia, se lo hace en voz baja y mirando de reojo a los costados.

Fuente de la Información: http://www.cubadebate.cu/opinion/2020/06/17/esa-irresistible-compulsion-de-mentir/#.XxWr26FKh0w

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Alberto Croce: Sistema de Protección de Trayectorias Educativas de Uruguay

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Lecciones de la pandemia: el caso mexicano

Por: Juan Carlos Yáñez

La pandemia continúa su explosiva contabilidad en México cuando escribo estas líneas, en el amanecer del primer domingo de julio. El ciclo escolar concluyó. Es tiempo de descanso para maestros y estudiantes. Autoridades educativas y expertos pronostican una sangría considerable de alumnos que abandonará el tercer sistema educativo más grande de América. Un millón, más o menos, son expulsados de las aulas cada año entre secundaria y bachillerato. La cifra podría incrementarse notablemente ante la pérdida de empleos y la exigencia de cubrir necesidades elementales en las familias.

El inicio del próximo año lectivo se estima para finales de agosto en enseñanza básica y bachillerato; en las universidades, un mes más tarde. En marzo se decretó la suspensión oficial de clases presenciales y cien días después la pandemia es indomable para gobiernos zigzagueantes. Jalisco, uno de los 32 estados de la República, ya anunció que volverán hasta el 2021. Tampoco hay certidumbre, pues, en cuándo regresaremos.

¿Aprendimos de la contingencia que llevó las clases y tareas a las hogares de más de 35 millones de estudiantes y 2 millones de docentes? ¿Aprendieron los sistemas escolares nacional y estatales?

Las enseñanzas

Durante los meses del programa nacional Aprende en casa se hizo patente que la escuela es el corazón del sistema educativo actual, y una de pieza definitiva en la estructuración de la vida social. Que su valía y presencia no se limita a las cuatro, seis u ocho horas de clase que duran las jornadas en los distintos niveles, sino que ordena la vida familiar, social, laboral y económica, en buena medida. Si el sistema educativo es tan importante, como el aporte de sus maestros, ¿habrá correspondencia en las políticas y presupuestos?

Las encuestas oficiales que miden equipamiento y acceso a las tecnologías dibujaban una radiografía de inequidades descomunales entre regiones del país, entre estados, municipios, ciudades y colonias. México es muchos Méxicos, se repite. La estrategia Aprende en casa, basada en los libros de texto gratuitos y las plataformas de Google y YouTube, reconfirmó que las diferencias eran reales y no solo datos estadísticos. Puso un espejo ante los ojos de los gobernantes y les impone el diseño de políticas para concretar el derecho a la información y reducir inequidades.

Frente a las exigencias de instrumentar una enseñanza remota, apoyada en el uso de las distintas herramientas de moda, se desafió la capacidad, imaginación y paciencia de los maestros. El saldo habrá sido heterogéneo, a juzgar por las evidencias conocidas, con efectos no solo en ellos, sino en las posibilidades de aprendizaje alcanzado por los estudiantes. Es verdad que el país había invertido en tecnologías y equipos, pero se confirmó el fracaso y la lección es que no pueden replicarse tantos yerros en un campo que transformará el paisaje escolar en el futuro inmediato.

Mejor librados salen los maestros, sin generalizaciones, en la organización colegiada. La contingencia pedagógica apelaba a los acuerdos, a planear y ejecutar juntos, a reunirse para seguimientos y ajustes. La proliferación de seminarios web, reuniones y grupos de WhatsApp induce a creer que ante la falta de certidumbre, la colegialidad disminuyó angustias. Habrá que afinar aspectos cruciales: contenidos relevantes, actividades significativas, creación de materiales, buenas prácticas y mecanismos eficaces de evaluación, entre otros.

La clase tradicional, basada en la palabra del maestro, no se infectó de coronavirus, ni se jubilará de las aulas, pero quedó seriamente lastimada en su credibilidad y eficacia. La organización didáctica del salón podría ser una de las primeras beneficiarias en el retorno, por la demografía pospandemia y por las ventajas que también habrán descubierto los profesores de una más óptima dosificación de tiempos.

Con el peso de la responsabilidad depositado en los hogares, especialmente en las madres de los niños, se abrió una asociación insospechada entre la escuela y la familia que, con frecuencia, se miraban de reojo. La contingencia puso en claro que la familia puede ser un actor pedagógico que potencie el esfuerzo cotidiano de los maestros, y que los tres, alumnos, paterfamilias y maestros ganarán si construyen una relación fincada en confianza y solidaridad.

Una última lección que debió aprender el sistema educativo es que la televisión y la radio, por su amplitud y penetración, pueden ser agentes con un mensaje pedagógico permanente, y no solo con programación emergente en circunstancias extraordinarias. Radio y televisión deben ser, con las regulaciones correspondientes, parte del nuevo sistema educativo.

Las materias suspendidas

La pandemia y Aprende en casa también dejaron en suspenso varias materias: la creencia casi mítica en que, en la modalidad remota, basta con la tecnología para resolver los problemas pedagógicos, visión que conduce a lo que algunos definen como embrutecimiento tecnológico; el problema es centralmente pedagógico, luego aparecen los medios disponibles y condiciones para cumplir los fines.

Exhibida quedó también la tentación del control burocrático de distintas formas, reconocidas por las propias autoridades. Frente a la incertidumbre y desconfianza, se optó por el tráfico de evidencias de abajo arriba: de los teléfonos de los maestros a los directores, y estos a sus supervisores, luego a las autoridades; por otro lado, los reportes y grupos de WhatsApp en muchos casos cumplieron tal cometido.

A la carencia en equipamiento tecnológico en hogares de alumnos y maestros debemos sumar la necesidad de reformular el proyecto de los libros de texto gratuito, diseñados para trabajar con el maestro al lado, no como materiales de autoestudio, matiz que ahora deberá introducirse en sus rediseños.

En casa hubo disposición, sobrecarga de trabajo especialmente en las mujeres, que se magnifica por las señaladas precariedades tecnológicas y porque en muchos casos había obstáculos para apoyar, por padres o madres que no cursaron estudios más allá de la enseñanza secundaria.

Tres aspectos merecen tratamiento aparte pero no hay espacio ahora: la bulimia de tareas en que derivó, en muchos casos, el programa Aprende en casa; el descuido o falta de claridad sobre las necesidades socioemocionales de todos los implicados (madres, maestros, niños) y la negación sempiterna de la voz a los protagonistas en el diseño del programa que llevó la enseñanza y el aprendizaje a los hogares.

Son muchas las enseñanzas y las asignaturas pendientes que deja la pandemia, pero poco el tiempo para procesarlas y convertirlas en decisiones, políticas y programas. Con indicios de que se trabajará en esa dirección ya podría ser alentador el retorno gradual a las aulas en otoño.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/07/08/lecciones-de-la-pandemia-el-caso-mexicano/

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Argentina: Un femicidio cada 29 horas en todo el país

América del Sur/Argentina/08/07/2020/Fuente: ANRed

 

Desde el observatorio de la organización feminista Mumalá, publicaron nuevas cifras sobre las consecuencias de la violenca machista. Entre el 1 de enero y el 30 de Junio del 2020, se registraron 60 femicidios, siendo la provincia de Buenos Aires la que presenta el mayor número de casos con el 42% del total país.

 

La organización feminista Mumalá, publicó las nuevas cifras sobre femicidios en todo el país. El relevamiento corresponde al período entre el 01 de enero y el 30 de Junio del 2020, siendo la provincia de Buenos Aires, la cual registra el mayor número de femicidios con el 42% del total país.

Durante el período de cuatro meses se registraron 60 Femicidios, de los cuales:

-54 son Femicidios directos (es decir sólo mujeres)

-2 Femicidios Vinculados de niñas y mujeres

-2 Femicidios Vinculados de niños y varones.

-2 Trans/Travesticidios.-Otros 8 casos están en proceso de investigación (esperando autopsia y peritajes).

En el contexto de pandemia COVID 19 se produjeron 40 femicidios, ocasionando que 64 niños, niñas y adolescentes se quedaran sin madre.

Desde la organización Mumalá expresaron “insistimos en la urgencia de Declarar la Emergencia en violencia de Género en todo el territorio Nacional. La provincia de Buenos Aires declaró la Emergencia en violencia de género; pero aún no se implementan políticas públicas efectivas para proteger a las bonaerenses de la violencia machista, los datos son contundentes: 60 mujeres fueron asesinadas en Buenos Aires en lo que va del año”.

Agregaron “exigimos implementacion de la Ley de Educación Sexual Integral de manera transversal y aplicación efectiva de la Ley Micaela de capacitación obligatoria en género y violencia de género en todos los ámbitos del Estado, desde una perspectiva feminista, diverse – disidente”.

Fuente e imagen: https://www.anred.org/2020/07/06/un-femicidio-cada-29-horas-en-todo-el-pais/

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Declaración del Magisterio Latinoamericano y Caribeño ¡¡¡Alto a la represión contra la comunidad negra!!! ¡¡¡Contra el racismo en los Estados Unidos!!!

El magisterio de América Latina y el Caribe alzamos indignados nuestra voz contra los continuos ataques y asesinatos contra la comunidad negra y otras minorías que residen en los Estados Unidos. Nuestros pueblos son el producto de un mestizaje forzado realizado en el periodo colonial y hoy sufren la racialización de una élite conservadora y supremacista blanca.

Maestras y profesores quienes día a día trabajamos con nuestros niños, niñas y adolescentes, vemos con estupor, como en medio de la crisis económica mundial que afecta a los pobres, se asesina a nuestros hermanos como fue el caso del cruel asesinato de George Floyd ocurrido el 20 de mayo, que se suma a una larga lista de crímenes de Estado contra la comunidad negra en los Estados Unidos. Hecho que ha detonado la ira del pueblo americano.

Compartimos, suscribimos y reproducimos el reclamo de nuestros hermanos y hermanas, maestras y profesores de Puerto Rico quienes piden un alto a la represión, sumando nuestra voz a la de la clase obrera norteamericana que ha respondido de forma unánime haciendo un llamado a ponerle fin a los abusos y atropellos cometidos y reclama militantemente en las calles el cese de la violencia institucional y la disparidad en el ejercicio de la justicia.

No podemos pasar por alto que han sido los negros y las minorías los que han pagado el precio más alto en vidas por la desatención a la propagación del coronavirus y en los efectos de empobrecimiento y miseria que ha tenido sobre la clase trabajadora norteamericana el sistema económico neoliberal. Varias generaciones de puertorriqueños en la diáspora en EU han sufrido en carne propia la discriminación e intolerancia de la violencia racista.

Demandamos que los reclamos que hoy hace el pueblo norteamericano en las calles de sus principales ciudades sean atendidos mediante respuestas efectivas que pongan punto final a la disparidad racial, económica y judicial y se establezcan bases firmes para la superación de las falsas premisas raciales que hoy prevalecen.

Exigimos que se erradiquen las distintas manifestaciones de racismo que incluyen:

  1. Las burlas y actitudes despectivas y desvalorizantes con motivos raciales.
  2. Un sistema que asigna “de manera natural” las posiciones de menor remuneración y destaque a aquellos que provienen de los sectores marginados.
  3. La “coincidencia” entre el origen racial de sectores y la ausencia de apoyo gubernamental para ellos, de escuelas adecuadas, facilidades de salud y oportunidades de empleo.

Hacemos nuestras las aspiraciones de nuestros hermanos y hermanas que hoy luchan por respeto.

Reclamos una sociedad justa, libre del discriminación, desigualdades y explotación en los Estados Unidos, Latinoamérica y el mundo.

Suscriben organizaciones y personalidades

Mercedes Martínez (Secretaria General de la Federación de Maestros de Puerto Rico), Pedro Hernández (Secretario General, Comité Ejecutivo de la sección 9 Democrática SNTE-CNTE, México), Luis Edgardo Salazar Bolaños (Secretario General de FECODE, Colombia), Luis Bonilla-Molina (Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes. OIREPOD), Wendy Méndez (CoDevelopment Canadá), Alfredo Velásquez (SUTEP, Perú), Claudia Baigorria (Secretaria Adjunta, CTA-Autónoma, Argentina) Luis Tiscornia (Federación Nacional de Docentes Investigadores y Creadores Universitaries CONADU Histórica, Argentina), Ángel Rodríguez Rivera (Presidente de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios, APPU, Puerto Rico), Unión Nacional de Educadores (UNE, Ecuador), Fernando Lázaro/Fernando Santana (Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares Histórica, CEIP-H, Argentina), Francisco Torres (secretario gremial de la Federación Nacional Docente, FND-CTA-A y coordinador de Alternativa Docente, ANCLA/MST Argentina), Verónica del CID (Red Mesoamericana de Educación Popular Alforja), Fernando Abrego (Secretario General de ASOPROF, Panamá), Luz Palomino (Centro internacional de Investigaciones Otras Voces en Educación, CII-OVE, miembro de CLACSO), Comité Ejecutivo del Foro Por el Derecho a la Educación (Chile), David Lobâo (Coordinador General del Sindicato Nacional de Servidores Federales de la Educación Básica, Profesional y Tecnológica, Brasil), Unión de Educadores y Trabajadores de la Educación de Puerto Rico, Niurka González Orbera (Secretaria General del Sindicato Nacional de Trabajadores de la educación, la Ciencia y el Deporte, SNTECD, Cuba), Gustavo Cortés Montiel(Secretario General del sindicato de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior de la Ciudad de México, SITRAIEMS, México), Denis Solís (APSE, Costa Rica), César Valdovinos (Centro Internacional de Pensamiento crítico Eduardo del Río, RIUS, México), Yesid González/Carlos Munevar(Red de Maestros y maestras clasista la ROJA, Colombia), Laura García Tuñón (Encuentro entre Docentes y Educadores Populares, ENDYEP, Argentina), Eduardo González (Movimiento por la Unidad Docente, Chile), Richard Araujo (APEOESP, Sindicato dos Profesores da Rede Oficial do Ensino do Estado de Sao Paulo),  Rose Mary Hernández (Foro Venezolano por el derecho a la Educación, FOVEDE, Venezuela), Lev Velásquez (Centro Sindical de Investigación e Innovación Educativa, CSIIE, Michoacán, México), Elisabete Búrigo (Sindicato Nacional de Docentes de la enseñanza Superior, ANDES, Brasil), Vanesa Gagliardi (Comisión directiva de ADEMYS, Argentina), Martha Rocío Alfonso (Vicepresidenta de FECODE, Colombia), Andrea Lanzette (SUTEBA Multicolor Lanús y Comisión directiva de la CTA-A de Lanús, Argentina), Facundo Fernández (Comisión Directiva AMSAFE Rosario, Argentina), Bessy Berrios (Primer Colegio Profesional Hondureño de Maestros, PRICPHMA, Honduras), FND/CTA-A (Federación Nacional Docente, Argentina), Anibal Navarrete (Departamento Pedagógico del Regional Bio Bio del Colegio de Profesores, Chile), COAD (Asociación Gremial de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina),  Lourdes de Urbáez (Sociedad Venezolana de Educación Comparada, SVEC, Venezuela),  Luis Sánchez (Secretario General de AEVE, Panamá),  Diógenes Sánchez (Coalición Panameña por el derecho a la Educación, Panamá), Marco Raúl Mejía ( Planeta Paz, Expedición Pedagógica, Colombia), Luis Bueno (Presidente del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical, CILAS, México), Sandra Lario (Colectivo de Educadores desde el Sur, Argentina), Jorge Cardelli (Se, Interior de la Federación Nacional docente)Sindicato Docente de Chaco (Argentina), Zuleika Matamoros (Movimiento Pedagógico de Base, Venezuela),José Hidalgo Restrepo (Movimiento de Integración Democrática, MID, Colombia), UTEM (Unión de Trabajadores de la educación de Misiones, Argentina), Yorgina Alvarado Díaz (Sindicato de educadores Costarricense, SEC, Costa Rica), SITEP (Sindicato de Trabajadores de la Educación Pampeana, Argentina), APTEA (Asociación Tucumana de Profesores y Educadores de Adultos, Argentina), Carolina Jiménez (Investigadora del Centro de Pensamiento y Diálogo Nacional, Colombia),   Daniel Libreros (Docente Universidad Nacional de Colombia), José Cambra (Profesor de la Universidad de Panamá), CNSUESIC (Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios, la Educación Superior, Investigación y Cultura, México) .

 

Para adhesiones escribir a contacto@otrasvoceseneducacion.org

 

 

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