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Colombia: Concejales conformaron “bancada por la educación de Cartagena”. Con ello, buscan mejorar la política pública en materia de educación

Noticia/ 07 de mayo de 2016 / Por: Caracol Radio

En pleno estudio del Plan de Desarrollo, los concejales de Cartagena, bajo el liderazgo de su presidente, Javier Curi, constituyeron la Bancada por la Educación, una iniciativa que busca adquirir compromisos profundos de generación de desarrollo social partiendo de una apuesta importante en materia de educación.

En una sesión informal, los concejales permitieron la intervención de varios actores de la iniciativa Todos por la Educación, con el fin de que expusieran a la ciudadanía un diagnóstico de la educación en Cartagena en temas como calidad educativa, deserción estudiantil, primera infancia, educación superior, valoración docente, entre otros. La idea es que estos aportes sirvan de insumo para incidir en el Plan de Desarrollo.

«El pacto por la educación que inició en el 2004, ha movilizado a más de 26000 personas. 85 Congresistas y los 5 candidatos a la Presidencia firmaron el pacto, incluido el actual presidente Juan Manuel Santos, por lo que se le ha hecho seguimiento a los compromisos que adquirió durante su candidatura. En general se trata de una articulación intersectorial (padres de familia, gobierno, ciudadanos, hacedores de política, jóvenes, instituciones educativas) en pro de la educación», dijo Paola Portilla, miembro del movimiento.

En Cartagena se conformó esta ‘Bancada por la Educación’, que consiste en un grupo multipartidista de concejales que se comprometieron a hacer de la educación una prioridad en el Plan de Desarrollo Distrital. La Bancada por la Educación ya se ha implementado en otras ciudades del País, como Quibdó, Cali, Medellín, Manizales, Bogotá, entre otras. Por ello puede entenderse como una iniciativa del orden nacional.

En Cartagena, la tasa de cobertura neta sin extraedad revela que los niveles, preescolar y media son los que tienen menor cobertura, con un 68,97% y 46,78%, respectivamente. El mismo panorama se evidencia en cuanto a la tasa de deserción escolar, que también tiene por más afectados a los estudiantes de preescolar y media, con un 4,59% y 4,84% respectivamente. Mientras que en el 2014, 4 de cada 10 jóvenes que perdieron el año en 11°, no regresó a estudiar. Todo esto, en cifras revelads por ‘Cartagena Cómo Vamos’.

 

Fuente: http://caracol.com.co/emisora/2016/05/07/cartagena/1462657604_866899.html

Foto:http://cr00.epimg.net/emisora/imagenes/2016/05/07/cartagena/1462657604_866899_1462657859_noticia_normal.jpg

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SOLILOQUIO: Reflexión sobre la coyuntura política actual

Mario Sanoja Obediente

Tratar de prevenir el futuro es una manera de conjurar las hades del pasado y del presente. Soliloqueando sobre lo que devendría nuestra sufrida Venezuela en el futuro inmediato, hallamos  la influencia fatal del imperio que, como en cada oportunidad que nuestro pueblo ha  tratado de emanciparse de su mefítica tutela, aparecen sus manos tenebrosas moviendo los todavía más tenebrosos políticos venezolanos que no tienen reparos en vender a la patria (que no es de ellos) por un plato de lentejas piches, por un puñado de devaluados dólares. Los que propiciaron con su falta de conciencia el triunfo de aquellos “malos hijos de la Patria”, no calcularon y quizás ni siquiera todavía están conscientes del daño que han hecho a nuestro pueblo (del cual ellos forman también parte) al permitir que llegue a controlar una porción del poder republicano  la peor manada de políticos, corruptos e incapaces de la cual se tenga memoria en la historia contemporánea de Venezuela. Otra parte importante del pueblo venezolano, felizmente, ha logrado alcanzar un buen nivel de conciencia histórica y política gracias a las enseñanzas de nuestro Comandante Chávez; esa presencia es ignorada por la estulticia de la derecha parlamentaria y empresarial que concibe la historia como un proceso mecánico donde basta jugar sibilinamente con la palabra “cambio” para que mágicamente éste se produzca de la manera deseada.

La Revolución Bolivariana, pese a los errores cometidos por parte de su dirigencia, ha logrado crear un nuevo contexto sociopolítico que constituye la verdadera amenaza contra la seguridad del establishment de los Estados Unidos: el hecho de que tengamos una democracia participativa y protagónica, la posibilidad de construir una nación donde los derechos sociales se cumplen y se respetan, donde se reduce al mínimo la desigualdad social, se vence la pobreza y la ignorancia y se logran las metas del milenio. Este logro alcanzado por una sociedad que los gringos consideran inferior, arroja un manto de oprobio sobre la faz de aquellos oligarcas estadounidenses que se consideran líderes de un pueblo escogido por la providencia para gobernar la humanidad. Como diría nuestro Libertador, en verdad han sido escogidos por Lucifer para llenar de muerte, destrucción y miseria a los pueblos del mundo, incluido el suyo propio.

Con base en lo anterior, objetivo del golpe electoral neoadeco del 6D es contar con una cabeza de playa para lanzar la ofensiva final contra el Presidente Maduro. Hemos resaltado en muchas notas anteriores los que consideramos han sido  sus inconsistencias a la hora de tomar decisiones cruciales para derrotar las amenazas de la derecha. Pero de la misma manera apoyamos sus políticas socioeconómicas y culturales que constituyen la única manera de resolver definitivamente esta crisis histórica, mundial y nacional del capitalismo que agobia a la nación venezolana. Consciente de ello el Imperio yankee y sus secuaces en la OEA, y la derecha venezolana se revuelven como fieras rabiosas contra el Presidente Maduro y la Revolución Bolivariana; desgraciadamente- también hay muchos camaradas que parecieran jugar con cartas marcadas el póker de la contrarevolución, y empeñan rabiosamente, cual un Henry Ramos cualquiera, en desacreditar los esfuerzos de la Revolución Bolivariana.

Que el imperio recurra al espantajo de la llamada Carta Democrática de la OEA significa que sus cómplices de la derecha venezolana no tienen mucha posibilidad de victoria en el corto plazo. Tanto la vía constitucional como la violenta para derrocar a Maduro, por ahora, parecen estar bloqueadas. La vía de la guerrilla bachaquera binacional tampoco tendría mucha opción… si el gobieno bolivariano se decidiese a reprimirla. La inflación inducida por Fedecámaras y la especulación voraz de los comerciantes podrían ser combatidas legalmente  mediante un decreto presidencial que permitiese pechar las ganancias excesivas y eventualmente, como hace el régimen capitalista en Francia, cancelar a los culpables la patente de trabajo-

El objeto de la ofensiva imperial contra los gobiernos (y los pueblos) progresistas de Suramérica es derrocarlos en este año electoral y presentar como trofeos de guerra al Congreso y al electorado de USA, como hacían los césares romanos, las banderas y los despojos de los gobernantes vencidos por el ejército imperial, presentando a los procónsules Macri, Temer y Ramos Allup como glorias imperiales. Pero no se dan cuenta que las revoluciones sociales no son gobiernos que se puedan derrocar, son procesos de cambio que ocurren cuando son históricamente necesarios. Las revoluciones son los pueblos. Por eso vemos que en cada caso a su manera los pueblos de Argentina, Brasil y Venezuela, tal como en otras escalas sucede en Grecia, España, Francia y Portugal, comienzan a tomar el pulso de sus movimientos revolucionarios, con o sin el acompañamiento del liderazgo político.

 

Algunos camaradas y amigos ven el futuro con pesimismo. Los procesos revolucionarios aunque son lineales en cuanto al logro de sus objetivos, en cuanto a su estrategia adoptan diversos mecanismos, tiempos históricos de lucha. La estrategia de la derecha es provocar el caos, desarticular el proceso revolucionario utilizando el miedo, utilizando la exaltación de los valores más egoístas del capitalismo para corromper los procesos de solidaridad social propios del socialismo.

El futuro pertenece a quienes tenemos fe en el triunfo final. Pero esa victoria solo será posible si sabemos bien lo que queremos lograr. La revolución socialista es ideología practicada; el pragmatismo y el oportunismo burgués solo conducen al logro de éxitos coyunturales. Sin haber creado el pueblo sujeto, la subjetividad revolucionaria a través de una verdadera politica educativa y cultural que ponga todos los medios de formación de conciencia (educación formal e informal, museos de historia y geografía nacionales y locales, medios de comunicación, música, literatura, teatro, cine, pintura, escultura, ciencia, etc….) al servicio de la lucha revolucionaria y la consolidación del pueblo como sujeto del cambio histórico venezolano, la derecha nos seguirá sorprendiendo. Ellos no tienen que cambiar nada, su tarea es lograr que gente quiera seguir viviendo bajo el antiguo régimen capitalista, impedir que lo nuevo se desarrolle, estimular la inercia social. Nosotros tenemos la tarea de preparar la nueva humanidad, la nueva sociedad justa y socialista. Y en la búsqueda de esa meta no podemos equivocarnos ni ser temerosos del futuro. Pensemos siempre en el comandante Chávez y en el sacrificio de su vida por la victoria revolucionaria. Ese es su legado principal.

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Bernardine Dohrn y Bill Ayers: «Violencia es quedarse en casa viendo la televisión mientras fuera se cometen injusticias»

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Bernardine Dohrn y Bill Ayers para Jot Down 0

La intervención militar de Estados Unidos en Vietnam durante los años sesenta y setenta dejó como mínimo tres millones y medio de muertos. Un historiador y periodista, Nick Turse, ha denunciado en Dispara a todo lo que se mueva (Ed: Sexto Piso, 2014) que las matanzas que se produjeron en la contienda no fueron errores, sino una estrategia organizada. Al menos, los estragos que continúa causando el agente naranja con el que se defolió la selva siguen siendo escalofriantes.

La Weather Underground fue una organización terrorista que se opuso a la guerra en la efervescencia ideológica de los años sesenta. Decidieron pasar a la acción directa, colocar bombas, para llevar el conflicto a suelo estadounidense. Siempre sin causar víctimas, las llamaban acciones simbólicas. Bill Ayers y Bernardine Dohrn fueron dos de sus militantes más destacados. Ella fue calificada por el FBI como la mujer más peligrosa de América.

Les atrapamos en un viaje que están haciendo por España presentando su nuevo libro Días de fuga (Hoja de Lata) y una novela gráfica sobre educación, Enseñar. Un viaje en cómic (Ediciones Morata). Queremos conocer sus motivaciones para llevar su movilización y su lucha a la clandestinidad, si creen que consiguieron algo y si se arrepienten de alguna cosa. Que nos cuenten su vida.

Vuestros padres son de la generación que vivió la Gran Depresión y la II Guerra Mundial. ¿Qué os contaban de aquella época?

Bernardine: Sufrieron. Mis abuelos, a los que yo nunca conocí, eran todos inmigrantes de Suecia, Rusia y Hungría. Imagínate lo que pasaron. Una experiencia tan dura como esa sirvió para que luego solo quisieran vivir con humildad y no dejar nunca de ahorrar.

Bill: Esa época fue tan sumamente dura que nuestros padres no querían ni hablar del tema, nunca mencionaban nada sobre el pasado. Como desde que nosotros nacimos todo había ido más o menos bien, ya estaba. Punto y aparte. Era un comportamiento que formaba parte de la cultura del momento: todo está bien ahora, vivimos sin grandes dificultades, así que no vamos ponernos ahora a hablar de recuerdos desagradables. Querían olvidar.

Bernardine: Y no solo fue la Gran Depresión, sobre la II Guerra Mundial crecimos sin que nos dijeran tampoco demasiado.

Bill: El inicio de los años sesenta que vivimos nosotros fue una época privilegiada, pero también de negaciones. Digamos que estábamos sumidos en un sueño profundo, no tenías conciencia de lo que había fuera de tu casita. Era todo como muy tranquilo… [risas].

El american dream.

Bill: Eso que llamaron american dream era en realidad un gran letargo en el que estábamos todos sumidos. Fue un fraude, pero era lo que había. Por eso cuando cumplimos dieciséis años y explotó el movimiento de liberación negro, a mi generación se le abrieron los ojos, apareció otro camino al margen del convencional, podías tomar la decisiones distintas sobre tu vida, elegir algo completamente nuevo.

Bernardine: Para mí empezó todo con un profesor en el colegio que nos hizo escribir sobre la guerra de Independencia de Argelia. Investigué y descubrí lo que era una guerra colonial, las torturas y demás… De modo que cuando luego entré en la facultad entendí rápidamente el significado de los movimientos por los derechos humanos que estaban apareciendo a nuestro alrededor.

Bill: También hubo una cosa más en los sesenta, el rock and roll y el béisbol. Los únicos dos ámbitos de la cultura popular donde podías ver que los negros existían.

¿El rock and roll fue una verdadera revolución?

Bernardine: Sí, en primer lugar porque los músicos eran negros. Luego aparecieron Elvis y otros blancos, pero la cultura negra estaba detrás del rock and roll. Con el rock entendimos el significado de la sensualidad en una sociedad muy reprimida.

Bill: Que el rock and roll estuviese inspirado en la cultura negra fue fundamental para romper la barrera que existía entre blancos y negros. Es interesante cómo el arte puede derribar muros hasta entonces infranqueables y enseñarte cómo es realmente la vida, el mundo y las posibilidades que tienes como persona. Tras el rock todo fue más vibrante, más intelectual, más creativo y de eso trata una revolución, ¿o no? Es un cambio político, pero también cultural, psicológico, imaginativo…

¿Cómo percibíais lo que era el capitalismo antes de entrar en contacto con los movimientos sociales?

Bernardine: Yo ni sabía lo que era el capitalismo cuando estaba en el colegio ¿Y tú, Bill? Algo sí, ¿no? Porque tu padre era capitalista… [risas].

Bill: Yo estaba en un colegio interno de cierto nivel y en las clases de Historia teníamos que leer a Marx, pero por supuesto desde la interpretación de que sus ideas conducían a la esclavitud. Sin embargo, solo con algunos puntos uno ya podía deducir que la vida era distinta de lo que nos habían enseñado. Recuerdo cómo nada más leerlo le pregunté a mis padres por qué teníamos una asistenta y por qué ella ganaba menos que mi padre. Mi padre me contestó que él trabajaba mucho para conseguir su sueldo y yo le contesté que la asistenta también trabajaba duro [risas]. ¿Cuál era la diferencia entonces?

¿De qué iban las primeras manifestaciones a las que asististeis?

Bernardine: Las primeras manifestaciones a las que yo fui fueron antinucleares, cuando iba al instituto. Recuerdo ir, alucinar con la que estaba montando la gente que tenía alrededor y no saber ni lo que había que hacer.

Bill: Ir por primera vez a una manifestación suponía romper con la comodidad del pasado. Eso era muy excitante. Aunque también daba miedo salirse de repente de lo que para ti había sido hasta ese momento la «vida normal». Y el hecho de que las primeras manifestaciones a las que fuimos fueran antinucleares es interesante porque, primero, nos dimos cuenta de que el único país que había usado ese armamento era el nuestro y eso era muy duro de asumir. Se supone que nosotros éramos los luchadores de la libertad, los que traíamos la paz, pero fuimos nosotros los que tiramos esas bombas en las ciudades japonesas.

Bernardine: El mes pasado me fui de viaje con mi hijo a Hiroshima y volví a sentir una indignación que no te la puedes ni imaginar.

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Bill, lo dejaste todo y te enrolaste en la tripulación de un barco mercante.

Para mí supuso una gran experiencia. Estuve por primera vez en contacto con la clase trabajadora, un tipo de personas con las que nunca antes había convivido. Hacerme amigo de ellos fue genial, era uno más entre blancos y negros. Lo más didáctico de la experiencia fue comprobar que el propio barco estaba organizado como la pirámide social que dejábamos en tierra. Los negros hacían las labores más ingratas, los marineros algo cualificados eran de todo tipo de origen y los oficiales, todos blancos.

Cuando regresaste del barco empezó tu militancia.

Bill: No fui un militante precoz. Tardé en tomar conciencia. En esa época estaba estudiando Derecho y todos los estudiantes éramos blancos y todos menos seis chicas éramos hombres. Empecé a acercarme a movimientos sociales por afinidad, pero lo que supuso un verdadero cambio fue que Martin Luther King vino a Chicago. Antes, no reuní el valor suficiente para irle a ver al sur, pero cuando apareció por mi ciudad pensé que iba a arrepentirme toda mi vida si no me involucraba. King vino con diez activistas del sur. Nos preguntó a mí y a otros estudiantes si sabíamos quién era el propietario de la mayor parte de los pisos que se estaban arrendando en la ciudad a los pobres. Lo investigamos y nos fue imposible encontrar nada, todo iba por compañías y no logramos dar con un nombre, con un responsable. El problema era que los pisos estaban en muy mal estado. No eran siquiera habitables. No tenían ventanas, calefacción ni agua caliente. Estaban llenos de ratas y cucarachas. Así que nos pusimos a trabajar en poner de acuerdo a los vecinos para que reunieran dinero en una cuenta y pudieran reparar los edificios.

Bernardine: También nos dedicábamos a parar desahucios. Nunca olvidaré un día muy concreto en el que no pudimos detener a la policía, fallamos, y lograron entrar en el piso de una familia. Hacía mucho calor, recuerdo. Y los agentes empezaron a bajar los muebles, su ropa, las cosas de la cocina. La gente se puso muy furiosa, cada vez más. Yo estaba ahí metida en mitad de la masa rabiosa cuando de repente me empujaron, alguien enorme, miré arriba y se trataba de Muhammad Ali. Él me miró también, me pidió que le sujetase su chaqueta azul de mil dólares, se fue directo a los muebles que estaban tirados en la acera, cogió un sofá, se lo echó al hombro y lo volvió a subir al piso. Cuando la gente le vio hacer eso alucinó. Nos pusimos todos a imitarle y subimos las pertenencias de esa familia de vuelta a su hogar. La policía entonces volvía a cargarlas y las bajaba otra vez, pero, conforme las dejaban en la acera, nosotros las volvíamos a subir. Fue increíble. La acción directa en los barrios negros para mí fue una gran experiencia. Muchísimos vecinos se dirigían a mí a preguntarme cómo librarse de la guerra de Vietnam. Hubo un momento en el que empezaron a juntarse los mismos problemas: el racial, la pobreza y la guerra. Al final de verano ya empezaron a presionar a King para que se marchara de Chicago.

Bill: Ese gesto de Muhammad Ali de volver a subir el sofá y lo que supuso ha llegado hasta hoy. La gente se sigue oponiendo a los desahucios y hemos conseguido que muchos policías se nieguen a ejecutarlos.

El pretexto de Estados Unidos para su intervención en Vietnam fue la Teoría del Dominó. ¿Qué opinión os merece?

Bernardine: El capitalismo le tenía pánico a la revolución social en el tercer mundo. China y Vietnam les aterraban incluso más que la Unión Soviética por la cuestión latinoamericana y lo que les había sucedido en Cuba. Se sentían amenazados. Pero no creo que ellos se creyeran la Teoría del Dominó tal y como la formularon. Para ellos, más bien, con la demostración de fuerza que hicieron sobre Vietnam, persuadían a los demás países de no llevar a cabo una revolución social.

Bill: Para mí la Teoría del Dominó fue un mito en muchos aspectos. Aunque como metáfora era válida: la liberación nacional, el antiimperialismo, la emancipación de los trabajadores eran ideas peligrosas para el poder que no debían extenderse. Incluso tres años después de la ocupación de Vietnam, aunque estaban perdiendo, seguían matando; seguían los campos de concentración en el sur, arrasaron la poca infraestructura que el país pudiera tener. ¿Y por qué, para qué? Para que cuando los demás países vieran cómo había quedado Vietnam de destruida se lo pensaran dos veces antes de intentar ser libres, que liberarse tenía un precio inasumible. Y efectivamente, al final Vietnam ganó la guerra, pero las pérdidas fueron enormes.

Tengo aquí el libro de Nick Turse, Dispara a todo lo que se mueva. Es un estudio que detalla todos los crímenes que se cometieron allí. ¿En los sesenta teníais acceso a esa información?

Bill: Ese libro es fantástico. Explica perfectamente lo que ocurrió en Vietnam: Un genocidio.

Bernardine: La información nos llegaba a través de periodistas jóvenes que iban a cubrir la guerra. Sabían que las autoridades estaban mintiendo sobre el desarrollo de la guerra, en especial con las cifras de muertos. Por otro lado, teníamos a los soldados. No eran profesionales, eran de reemplazo, de leva, fueron obligados a ir. Y esta gente cuando volvía te contaba todos los horrores de la guerra de los que habían sido testigos. Contaban la verdad. Con lo que revelaban los periodistas y los veteranos ya sabíamos que estaban masacrando a miles de personas. Por eso se generó un pánico a la guerra, muchos jóvenes sabían que tarde o temprano iban a ser reclutados para ir a esa barbaridad.

¿Sabíais también lo de los campos de refugiados que, de facto, terminaban siendo campos de concentración?

Bernardine: Sabíamos algo, pero en realidad esa información no salió hasta 1969.

Bill: También obteníamos mucha información de Francia, de Europa, donde se contaba la guerra desde otro punto de vista.

Bernardine: Yo conocí vietnamitas en viajes que hice a Canadá y Cuba. La verdad es que llegó un momento en el que estábamos tan apasionados que llegamos a obsesionarnos con el conflicto de Vietnam. Teníamos mapas colgados en las paredes de casa, cocinábamos platos vietnamitas, leíamos a sus poetas. Llegamos a sentirnos muy identificados con ese pueblo. Por cierto, que en uno de estos viajes, conocí a un revolucionario español. Fue la primera persona que conocí que vivía en la clandestinidad.

Bill: Con toda la información que recibimos, al dejar de estar bajo la esfera de influencia del New York Times, tomamos conciencia de cuál era la situación real y nos propusimos como compromiso mostrar a nuestros compatriotas cuál era la cara humana de los vietnamitas, hacerles ver que se trataba de gente normal, con sus familias y sus amigos, y no una especie de seres extraños.

Bernardine Dohrn y Bill Ayers para Jot Down 2

¿Habéis visto la entrevista a Robert McNamara de Errol Morris?

Bernardine: A mí McNamara me saca de quicio. Verle llorar en esa entrevista…

Bueno, él cuenta tranquilamente cómo lanzaron miles de bombas sobre la población civil japonesa, cómo arrasaron Vietnam. Admite que murieron cientos de miles de personas por sus decisiones, que podría ser considerado un criminal de guerra, pero con lo que llora es cuando recuerda el asesinato de Kennedy.

Bill: Esa es su personalidad. Es uno de esos hombres que piensan todo en términos de números y categorías. Incapaces de pensar en términos de seres humanos que tienen sentimientos. Pasa lo mimo con Kissinger, que acaba de sacar un libro y en el New York Times hablan de él tranquilamente, como si fuera un intelectual más, cuando es un criminal de guerra. Posiblemente uno de los más grandes del siglo XX. De hecho, no puede viajar a ciertos países porque lo meterían en la cárcel, pero en Estados Unidos se le considera como un cerebro privilegiado de la política exterior. Lo que demuestra que es muy fácil justificar torturas, asesinatos, bombardeos y matanzas de civiles cuando eres tú el que las cometes. Si las hace otra persona entonces resulta que es terrorismo. McNamara y Kissinger son dos ejemplos de ese nacionalismo repugnante. Y ahora, en la actualidad, tenemos a John Kerry como ejemplo de esa brillante línea de pensamiento.

Bernardine: Aunque eso no quita que para nosotros siga siendo muy importante apoyar a los veteranos de guerra. No solo a los que cambiaron su opinión, sino también a los jóvenes que han pagado un precio muy alto por entrar en combate pensando que están cumpliendo con su deber o con una obligación moral. Además, muchos de ellos fueron a Irak o Afganistán respondiendo al 11S, y una buena parte solo para poder conseguir una vía económica para financiar sus estudios universitarios. De repente se encontraron metidos en una guerra de once años de duración…

Bill, en tus memorias, comentas que la primera vez que te pegó la policía te sentiste «en el paraíso».

Bill: Es una ironía, pero fue así. Nunca me había sentido tan libre. Es difícil de explicar. Cuando estuve en la clandestinidad, por ejemplo, también tenía miedo, pero la sensación de libertad que sentía era más intensa que si me encontrase como un ciudadano más. Aunque te pegue la policía o te detengan, cuando te defines ideológicamente, cuando tomas tu elección de vivir por una causa superior, te emocionas tanto que los golpes no los sientes, aunque te puedan doler.

Llegas a decir en tu libro que en la cárcel no podías sentirte más libre.

Bill: En la celda me sentía más libre que los que están en su casa viendo la televisión zampando del frigorífico. Os lo aseguro. Y no solo yo. Leí que entre los miembros de la resistencia francesa, tras la II Guerra Mundial, sentían que al acabar la guerra habían perdido su tesoro, el subidón de libertad que es la lucha clandestina. Se habían quedado vacíos tras perder el motivo de su lucha. Suena duro, pero ellos estaban plantándoles cara a los nazis, contraatacándolos, y cuando eso se acaba, te debe absorber de tal manera que parece como que has perdido algo.

Bill, por curiosidad, en tus memorias citas mucho Ann Arbor. Por aquellos años, en esa ciudad, estaba el grupo MC5. ¿Les conociste?

Bill: Sí, claro que sí. Éramos muy buenos amigos de John Sinclair, su manager. Cómo olvidar que le metieron diez años de cárcel por llevar encima dos porros. Él predicaba que la marihuana era una forma de liberación y se lo hicieron pagar. Los MC5 estaban llenos de energía, además era un grupo mitad político, mitad rock and roll, eso era muy inspirador. También andaba por ahí Iggy Pop, pero MC5 estaban siempre tocando en todas las fiestas que organizábamos. Luego solíamos terminar con ellos en la cocina bebiendo vino y fumando marihuana, hablando tranquilamente. Eran muy buena gente y muy buenos amigos.

Os sentíais parte de una revolución global contra el capitalismo.

Bernardine: Claro, nos sentíamos identificados con los movimientos de descolonización africanos, seguíamos de cerca la guerra de liberación de Angola. Apoyábamos la lucha del pueblo vietnamita. Estábamos con los movimientos pacifistas de todo el mundo. Considerábamos que la lucha del tercer mundo era la nuestra, solo que nosotros la librábamos desde dentro.

Bill: Luchábamos por la descolonización, éramos antinucleares, pacifistas, estábamos con los movimientos negros y creíamos que Estados Unidos era responsable de todos los problemas contra los que luchábamos.

Bernardine Dohrn y Bill Ayers para Jot Down 3

Qué opináis de las nuevas generaciones, ¿son tan combativas como la vuestra?

Bernardine: Son mucho más globales de lo que nosotros éramos. Nosotros hicimos un cambio, digamos, hacia una mentalidad internacional. Pero ellos han crecido pensando de forma internacional. También creo que leen mucho y que están muy bien informados. Veo que son muy inteligentes. Mira cómo se organizaron este verano cuando la policía mató a un chico negro en San Luis. También han hecho triunfar a los movimientos gay…

Bill: Sobran los ejemplos. Ahora mismo hay jóvenes luchando por los derechos de los inmigrantes, por los derechos de las mujeres, contra la violencia de la policía, por el medio ambiente. No se puede comparar. Los años sesenta se han mitificado. Hay quien dice que en esa época pasaron todas las cosas buenas. La mejor música, las mejores manifestaciones, el mejor sexo. Y nosotros siempre respondemos que no, que el sexo sigue siendo bueno [risas]. No, incluso aún hay buena música y muchas cosas interesantes. Que no se engañe a los jóvenes metiéndoles en la cabeza que todo terminó con los años sesenta.

Bernardine: Los jóvenes cambian el mundo. Pasó en nuestra época, pasó después y ocurre ahora. Aunque haya una represión masiva, siempre son los jóvenes los que protagonizan los cambios. En nuestros tiempos, los medios siempre decían que los movimientos estudiantiles estaban muertos. Hasta en el año 68 lo decían, mientras el mundo explotaba y no encontrábamos espacios lo suficientemente grandes para poder reunirnos.

Bill: El poder siempre hace eso. Primero ignora al movimiento y luego lo ridiculiza.

En vuestra época había un libro de Mao en cada cajón de cada mesilla.

Bill: Sí, en algún momento todos tuvimos nuestro pequeño romance con el maoísmo. Pero para nosotros el Partido Comunista nunca fue interesante. Tampoco nos considerábamos una nueva izquierda. No éramos anticomunistas, no nos importaba que nadie viniese a nuestra organización siendo comunista.

El nombre de vuestra organización venía de una canción de Bob Dylan.

Bernardine: Estaban siendo asesinados seis mil vietnamitas por semana y la policía estaba asesinando a los miembros destacados de los Panteras Negras. Discutimos en una reunión de urgencia qué estrategia seguir y redactamos un documento de muchas páginas, como un informe interno de la organización. Después de leerlo, teníamos que ponerle un título y Terry Robins, gran fan de Bob Dylan, eligió ese título.

La primera norma de vuestra organización: sexo libre.

Bernardine: No fuimos solo nosotros. Pasó en muchos movimientos. Las píldoras anticonceptivas acababan de cambiar nuestros esquemas morales sobre el sexo, que la mujer podía tener placer formaba parte de su liberación. Dimos un paso adelante rechazando la monogamia.

Bill: Pensábamos que todo lo viejo, lo antiguo, lo anterior, tenía que ponerse en duda. Digamos que fue una idea experimental.

Bernadine: Pero no fue inútil. Con la propuesta del sexo libre muchos se encontraron a sí mismos; muchos amigos nuestros, por ejemplo, descubrieron que eran gais. Funcionó de maravilla porque conseguimos que cada uno fuese capaz de vivir su propia sexualidad, que es diferente en cada persona. Yo no quería casarme nunca [risas] y aquí estoy, pero porque consideraba que el matrimonio suponía para las mujeres convertirse en propiedad del marido.

Bill: También hay que decir en defensa del sexo libre que antes éramos jóvenes y guapos. ¡Quién quería ser monógamo!

¿Había muchos miembros de vuestra organización que provenían de familias acomodadas?

Bernardine: Había de todo. Mucha gente que vivía de familias ricas, otros eran de clase media. Otros inmigrantes. Pero en general la mayoría veníamos de las universidades, aunque también había gente que solo tenía la educación secundaria. Éramos una gran mezcla. El punto de ruptura fue cuando decidimos convertirnos en una organización que iba a vivir en la clandestinidad, a realizar acciones ilegales. Rompimos con la ley y las manifestaciones en las que participamos empezaron a ser violentas, con destrozos de mobiliario. Pero tenéis que entender que Estados Unidos es uno de los países más violentos que te puedas encontrar. En vuestra sociedad, en Europa, la gente no va armada. En nuestro contexto, estábamos ya rodeados de violencia de modo que hay que valorar en su justa medida que en nuestras manifestaciones hubiera actos vandálicos. En aquellas fechas estaban muriendo seis mil personas a la semana en Vietnam, dime ¿qué ibas a hacer, qué podías hacer para pararlo? Los grupos católicos de izquierda, curas y monjas, iban por ahí quemando cosas con gasolina. Que las autoridades nos consideraran violentos a nosotros era como de broma. Nunca matamos a nadie. Solo hicimos acciones que se pudieran entender como un mensaje.

Bill: Violencia es quedarse en casa viendo la televisión mientras fuera se cometen injusticias. La mayoría de la población americana piensa que si no hacen nada no están siendo violentos. Nosotros apoyamos la acción directa. Es otra cosa. Si le preguntas a Martin Luther King te diría que nuestra acción directa contra el militarismo o el racismo no es violencia.

Bernardine: Cuando salió el documental sobre nosotros se presentó en Sundance. Fuimos invitados al estreno y recuerdo que una periodista del LA Times nos preguntó que cómo podíamos ser violentos si nos gustaban Gandhi y Mandela. Yo le dije: ¿Cómo? ¿Mandela? En Estados Unidos la gente se piensa que fue un gentleman que estuvo en la cárcel y él solito acabó con elapartheid. Pensé: «Anda, vete a casa y lee un poco aunque sea en Google sobre lo que hizo Mandela y luego seguimos esta discusión». En Estados Unidos tenemos una imagen muy distorsionada de lo que es la verdadera violencia.

Bill: Es como cuando el presidente de Estados Unidos dice que King fue un ejemplo a seguir, un hombre recto. Y yo pienso que no, que no actuaba solo. Él era parte del movimiento. King no creó el movimiento, el movimiento creó a King.

Bernardine: Me gustan los movimientos juveniles actuales que se niegan a tener un líder.

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Bernardine, el FBI dijo que eras la mujer más peligrosa de América.

Bernardine: Ya me gustaría…

Bill: ¡Esa es mi chica! [risas]

Bernardine: Antes de mí, ¿sabes quién dijeron que era la mujer más peligrosa de América? Jane Addams, una feminista que era socialista y lesbiana. Se había opuesto a la I Guerra Mundial. Edgar Hoover, que estaba empezando, dijo que era la mujer más peligrosa de América y después de unos años la dieron el Premio Nobel de la Paz  [risas].

Bill: A Bernardine la pusieron en una lista de los diez delincuentes más buscados. Las listas de los más buscados habían estado siempre llenas de criminales, mafiosos, de asesinos terribles y, a partir de los setenta, se empezaron a llenar de estudiantes guapos [risas].

Bernardine: Fracasaron. Iban de organización poderosa, pero les pillamos por sorpresa. Durante años mandaron a gente a que preguntara por mí de puerta en puerta. Creían que nuestros padres o nuestros compañeros de la universidad iban a decirles algo, pero nuestra campaña de convencer a la gente de que no colaborase en absolutamente nada funcionó.

Bill: Incluso en la investigación del FBI podías ver reflejada la pirámide social. Cuando fueron a hablar con mi padre, un profesional considerado, le pidieron una cita para verle en su oficina. Cuando fueron a hablar con el de Bernardine, que era un inmigrante, aparecieron en mitad de la noche en su casa diciéndole que tenían un cuerpo en la morgue que querían que identificase a ver si era su hija. Le intentaron aterrorizar, mientras que a mi padre le guardaron una distancia y un respeto.

Bernardine: Como sabéis, una vez conseguimos robar los archivos del FBI. Ahí vimos que había dos estrategias. Para los negros, asesinar a sus líderes; para los blancos, infiltración y destrucción desde dentro.

Bill: Sí, con los movimientos negros hicieron eso, matarlos. Tardó siete años en salir a la luz, en que los abogados lograran demostrarlo, pero al final se vio que eran ciertos algunos asesinatos.

Bernardine: Pero ya os digo, nadie colaboró con ellos para atraparnos a nosotros. Porque, además, no éramos los únicos que estaban en la clandestinidad en aquel entonces. Había mucha gente indocumentada, traficantes de LSD, insumisos que huían de la mili, desertores, no estábamos solos. Estados Unidos estaba lleno de gente furtiva.

¿Cómo era la vida en la clandestinidad?

Bernardine: Trabajábamos. Yo lo hacía de camarera, limpiando casas, recogiendo fruta, vendimiando. Y entretanto, muchas reuniones. Mientras, sabíamos que parte importante de la sociedad nos apoyaba, tenían ese gran romance americano con losoutlaws, como si fuésemos Bonnie & Clyde.

Un antes y un después en vuestra organización fue cuando le explotó la bomba en Nueva York a unos militantes de vuestro grupo, una bomba que iban a colocar en un baile de oficiales para matar al mayor número de ellos posible. Ahí decidís no atentar contra vidas humanas.

Bill: Unos del grupo decidieron hacer ese ataque en una base militar. Prepararon la bomba, les estalló y murieron los tres. Pero ya habíamos pasado a la clandestinidad y esta decisión la tomó un grupo por su cuenta porque funcionábamos de forma descentralizada. De todas formas, lo que pasó en ese edificio donde explotó la bomba no lo sabe nadie. La bomba estaba hecha con metralla para matar personas, no para hundir un edificio. En lo que a nosotros respecta, cuando descubrimos lo que habían planeado, fue un shock. Estábamos muy asustados. Horrorizados. Nos reunimos para decidir si apoyábamos esa clase de violencia y, tras meses de discusiones, optamos por realizar acciones meramente simbólicas, sin víctimas. ´

Bernardine: No queríamos ser una fuerza militar, asesinar a gente, sino una fuerza política. Los que estuvieron de acuerdo se quedaron y los que no, abandonaron la organización. Nos llevó un año definirnos.

¿Qué acciones realizasteis según ese modelo?

Bernardine: Los objetivos de la Weather Underground, donde pusimos bombas, fueron todos militares. El Pentágono, comisarías… La verdad es que no tengo un atentado favorito. [risas] [Lista de todas sus acciones N. del R.]

Aparte de las bombas, organizasteis la fuga de prisión de Timothy Leary.

Bernardine: De eso sí nos arrepentimos, de no haber hecho más acciones donde estaba presente el sentido del humor como en esa, que fue una operación tan divertida. Nadie nos lo ordenó jerárquicamente, simplemente vimos que era una buena oportunidad y lo hicimos. Timothy Leary era un intelectual que experimentaba con LSD y promovía esta droga como forma de romper con las costumbres e iniciar una nueva forma de vida, encontrar una nueva manera de ver el mundo. Él tonto no era, entendía nuestra lucha contra la guerra de Vietnam y el racismo. Era un activista más. Sencillamente, estaba en la cárcel por el asunto de la droga, como tantos otros, y quería escaparse. Su gente se puso en contacto con nosotros, nos pareció bien, nos financiaron y desarrollamos el plan. Fuimos capaces de sacarle de la cárcel y del país.

¿Cómo hacíais las bombas, qué materiales empleabais?

Bernardine: De eso no hablamos.

¿Conocíais a la Baader Meinhof?

Bill: Sí, sabíamos que existía, fue un fenómeno más de los sesenta. Formaciones revolucionarias que intentaban luchar. Entonces tenías ese tipo de resistencia en todas partes, en Inglaterra, en Francia, en Japón, en Alemania, en España…

Bernardine: Pero nosotros tomamos la decisión de nunca abandonar nuestro país. Éramos hijos de América. Veíamos lo que hacía la Baader Meinhof por televisión, pero nuestras estrategias, las decisiones que tomamos, fueron diferentes.

Bernardine Dohrn y Bill Ayers para Jot Down 5

Decís en el documental que en los setenta vuestra vida en la clandestinidad y vuestros atentados empezaron a ser como una rutina. Decidisteis dejarlo.

Bernardine: Teníamos una regla que no era muy habitual en las organizaciones que operaban en la clandestinidad. En Weather Underground los militantes podían irse cuando quisieran. No había consecuencias por abandonar. Durante los setenta unos entraron, pero también muchos se fueron. Cuando acabó la guerra de Vietnam, la cuestión de seguir siendo fugitivos se puso sobre la mesa. Hubo diferentes opiniones, unos querían seguir y otros queríamos volver a disfrutar de una vida privada normal, tener familias e hijos. Muchos lo dejaron pero se unieron al movimiento gay, otros al sindicalismo… Yo odiaba tener que rendirme y entregarme, pero Bill fue adorable y me dejó tomarme mi tiempo. Al final nos entregamos cuando nació nuestro segundo hijo.

Bill: Estábamos también deseando militar en una organización más grande. Fuimos a Chicago, resolvimos nuestros problemas legales y no entendimos que nuestra reinserción fuese en contra de nuestras ideas revolucionarias.

Bernardine: Yo hice mi discurso militante: «Me niego a entregarme, pero aquí estoy» [risas]. No sabíamos qué iba a pasar. Teníamos dos críos. Le dijimos a nuestro hijo mayor lo que pasaba y al menos se quedó con que íbamos a cambiarnos los nombres, nunca habíamos ido por ahí con los verdaderos. La noche siguiente vimos a los padres de Bill por primera vez en once años y luego fuimos a que yo le presentara a los míos.

Bill: Lo que más me gustó es que el primer comentario de mi padre al verme fue que necesitaba un buen corte de pelo. Y lo primero que dijo el padre de Bernardine fue «¿Estás casada?». Seguían siendo unos padres como los de toda la vida.

Bernardine: Ahora bromeamos con eso pero la verdad es que los pobres pasaron por un auténtico infierno. Pero bueno, llegado el momento estaban muy felices de ver a sus nietos.

¿No tuvisteis problemas con la ley?

Bernardine: Yo tenía cargos por las manifestaciones violentas, unos dieciséis o diecisiete. Cargos federales por destrozar propiedades públicas. Pero el FBI había llevado las investigaciones de forma tan claramente ilegal que no pudieron acusarnos de nada. Tampoco tenían muchas pruebas a esas alturas, la verdad. De todas formas, muchos militantes de Weather Underground sí que terminaron en la cárcel, pero por otros cargos al margen de nuestras acciones. Por no querer revelar nada sobre mis compañeros yo ya me había chupado en su momento siete meses de cárcel.

Bill: Las acusaciones fueron muy débiles. Nos acusaban de haber planeado acciones pero no tenían pruebas de que las hiciéramos. Con esas acusaciones ridículas nos habían puesto en la lista de los diez más buscados. Además, el FBI pretendía secuestrar al hijo de la hermana de Bernardine y retenerle hasta que nos entregáramos. No llegaron a hacerlo, pero con esos métodos ningún juez les hubiera podido haber dado la razón.

Bernardine: Los agentes que planearon eso terminaron condenados. Tras el final de la guerra de Vietnam y la guerra sucia del FBI América estaba en shock. Nos colamos por la puerta que abrió el presidente Jimmy Carter, aunque nos entregamos justo cuando Reagan fue elegido presidente [risas].

Hoy en día seguís recibiendo amenazas de muerte.

Bill: Es que uno de mis libros lo publiqué justo el 11 de septiembre de 2001. Esa misma mañana el New York Times llevaba en portada de su sección cultural una foto de nosotros dos con la reseña. El diario salió a las seis de la mañana y los atentados contra los Torres Gemelas fueron a las nueve. A raíz de eso, nos llovieron más amenazas que durante la guerra de Vietnam. En esos días de auténtica paranoia con el terrorismo, nosotros nos convertimos en los terroristas domésticos de Estados Unidos. Recibimos amenazas de muerte prácticamente todos los meses. Si vamos a dar un discurso a algún lado, siempre hay amenazas, pero no las tomamos en serio. Es solo gente muy ruidosa pero nada más. Nos los imaginamos como el típico tío bebiendo demasiado whisky delante del ordenador, quién sabe si viviendo en el sótano de la casa de su madre [risas].

¿Qué habéis hecho contra la guerra de Irak y Afganistán?

Bill: Estuvimos en muchos movimientos. En especial en un movimiento colectivo en Chicago [Movement Building Colective] Pero creemos que no puedes limitarte solo a estar en un movimiento ni quedarte en tu casa sentado. Hay que hacer algo más. Por eso hemos estado profundamente involucrados en proyectos pacifistas que van de la educación a la justicia, aunque la guerra sea la idea central.

Bernardine: Yo también estuve en el movimiento en contra de que la OTAN se reuniera en Chicago hace dos años.

Bill: Esas manifestaciones fueron un gran éxito. Vimos cómo el Gobierno se lo tomaba como un ensayo general para la represión. Nunca habíamos visto la ciudad tan vacía. Los únicos que quedamos fuimos nosotros, los manifestantes, y la policía y los militares. Todo lo demás, drones, helicópteros, quitanieves ¡en mitad del verano! Hacía un calor infernal, pero los trajeron.

Bernardine: Lo más impresionante es que los que más daban la cara en las manifestaciones eran veteranos de la guerra de Irak. Los líderes de estos movimientos habían estado en la guerra. Iban los primeros, encabezaban la protesta y lo más espectacular fue cuando les lanzaron sus medallas a los generales de la OTAN, fue una imagen imborrable.

Bill: Estados Unidos tiene una larga historia de ocupaciones militares y guerras. Invasiones de terceros países que no solo son injustas e ilegales, sino que además acaban con las aspiraciones de paz y justicia de todos los ciudadanos del planeta. Lo más grave de todo, además, es que las guerras por petróleo no responden a una causa política, que implique a mucha gente, sino solo a los intereses de un 1%. En este contexto, nosotros no podemos influir en el Congreso, pero sí en nuestras áreas de influencia más cercanas, como es la educación. Por eso tratamos de organizarnos de abajo a arriba. Promovemos nuestros valores en la comunidad, en las aulas, en la iglesia, en la universidad. No te creas que esto no le preocupa al Gobierno. Si miras la historia de todos los grandes cambios, siempre vienen desde abajo.

Bernardine: De hecho, en política, nunca harás nada bueno sin el poder de abajo.

¿Ha cambiado algo con Obama?

Bill: Obama en 2008 dijo que era pragmático y moderado. Pero la derecha dijo que era un musulmán encubierto, que estaba con los terroristas, que tenía una agenda socialista. Y ya veis, creo que iba en la buena dirección, pero al final no tardó en disgustarnos con todas estas guerras.

¿Os arrepentís de algo?

Bernardine: Ahora, hablando como una mujer de setenta y tres años, creo que no nos equivocamos. No me arrepiento de nada.

Bill: Nunca causamos muertos. Como dice Bernardine, no nos arrepentimos de haber causado destrozos con bombas de una forma simbólica. No nos arrepentimos de haber luchado contra un Gobierno que llevaba a cabo un genocidio en Vietnam y pretendía acabar con la cultura negra por la violencia. Con setenta años, por supuesto que me arrepiento de muchas cosas. Políticamente, el arrepentimiento más profundo que siento es el de haber formado un movimiento tan sectario. Desde ese punto de vista, tan reducido, nunca actúas bien. Ahora hemos aprendido más y crecido como personas.

Bernardine Dohrn y Bill Ayers para Jot Down

Fotografía: Begoña Rivas

 

Enlace original en: http://www.jotdown.es/2014/11/bernardine-dohrn-y-bill-ayers-violencia-es-quedarse-en-casa-viendo-la-television-mientras-fuera-se-cometen-injusticias/

 

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A tu salud

Luis Britto García

1.Amenazó en 2002 el director de PDVSA Luis Giusti  que Venezuela no sobreviviría una semana sin petróleo: cuando lanzó el sabotaje petrolero los venezolanos resistimos tres meses y fue Giusti quien no sobrevivió. Ahora juran los estrategas de botiquín que no aguantamos un día sin caña. Motivo por el cual el Estado debe dedicar los dólares preferenciales que le quedan para financiarle importaciones de cebada al grupo empresarial que más divisas ha recibido para importar lo que debería estar produciendo.  Veamos.

2. Una encuesta realizada en 9 países latinoamericanos por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) bajo la dirección de Carlos Sojo revela que Venezuela tiene una prevalencia regional de bebedores de alcohol del 83%, con un promedio de consumo de 8,9 litros de alcohol puro per cápita anuales. Este consumo es superior al promedio de América Latina, que se sitúa en 5,5 litros, pero inferior al de Estados Unidos, que promedia 9,8 libros al año, y al de Europa que se sitúa en 13 litros. En la región latinoamericana, el 75% de la población no bebe nada, o lo hace por debajo del nivel de riesgo fijado por la Organización Mundial de la salud en 40 gramos de alcohol puro para las mujeres y 60 para los varones. El 25% de la población restante supera estas dosis en forma ocasional o muy frecuente; de ella el 20% está en riesgo de sobrepasarlo y el 5% restante en un riesgo alto a largo plazo (“Venezuela lidera consumo de alcohol en Latinoamérica” Últimas Noticias/EFE, 24-05-2012).

3. En encuesta Enjuve, realizada en  2013 entre 10.000 jóvenes, 15% de las y los consultados admitió consumir cigarrillos y 46% alcohol, sin embargo, no se conoció el uso de otras sustancias ilícitas. En ambos casos, llama la atención en cuanto a la frecuencia del consumo, que 31% de los y las jóvenes dice que normalmente consume cigarros cuando consume alcohol y 56% que consume bebidas alcohólicas en eventos sociales. (ENJUVE 2013).

4. Tenemos allí las claves de uno de los más profundos misterios de nuestra sicología social. Así como el borrachín es el ser más encomiado en barras y poemas botiquineros, el más despreciado es quien bebe solo: el encapillado. Un borracho serio no necesita compañía, pero quien requiere compañía necesita estar borracho. Más que de ebrios presumimos de extrovertidos. Pero somos un pueblo de tímidos que se embriaga para atreverse a convivir. Más fácil es exaltarse con caña que con inspiración o con amor o con  gloria. La embriaguez es un estado sagrado, que no debe banalizarse. A tu salud.

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El experimento

Hugo Aboites

Qué ocurre cuando en una institución de educación superior el máximo órgano de conducción y gran parte de la estructura institucional queda en manos de estudiantes y profesores? El caos, dirán quienes defienden la importancia de una junta directiva o de gobierno que elija rector y todos los directores académicos; un Consejo Universitario integrado en parte importante por funcionarios; una rectoría fuerte; una determinación vertical de los criterios de ingreso de estudiantes y de las colegiaturas. Sin embargo, paradójicamente, esta manera de estructurar el ejercicio del poder ha propiciado fuertes conflictos (caos): en 1986-87, 1996 y 1999-2000 en la UNAM; en 1998 y 2002 en la UAM; en 2012-2013 en la UACM; en 2014 en el IPN (y, muestra de que ese esquema produce caos también en otros ámbitos), desde 2013 el incesante conflicto en torno a la reforma educativa. En todos estos conflictos una estructura vertical genera decisiones unilaterales en temas claves (aumento de cuotas, evaluación-ingreso, evaluación-despido, expedición de reglamentos, nombramiento de funcionarios). Es decir, en la educación, el esquema en que se ejercita el poder es fundamental para entender la conflictividad y para plantear la necesidad de buscar una alternativa.

Un ejemplo de alternativa es la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). Ahí no existe junta directiva o de gobierno; al rector y algunos otros funcionarios los nombra un consejo, integrado básicamente por decenas de estudiantes y profesores, más el rector, sin veto, y tres representantes del sector administrativo y, por ley, es el máximo órgano de gobierno. Las comisiones de consejo ejercen una supervisión constante sobre la administración y preparan iniciativas de reglamentos, normas o acuerdos sobre prácticamente cualquier aspecto de la vida universitaria. La organización académica descansa en tres grandes colegios o áreas de conocimiento, cuyos coordinadores e integrantes de los consejos respectivos deben ser electos por profesores y, en su caso, estudiantes. Cada plantel tiene su propio coordinador, electo también por la comunidad correspondiente e, igual, el consejo de plantel. Todo esto significa que la autonomía entendida como autogestión se expresa en prácticamente todos los ámbitos y cada esfera se relaciona con otras en formas de coordinación. La administración central no establece una relación vertical con las demás, salvo las dependencias del ámbito central. Todo esto da lugar a una tupida red de relaciones y conexiones, como las neuronales, que se activan de distinta manera según el tema. Y esto obliga a establecer constantes relaciones de coordinación y, se puede agregar, obliga a hacerlo con cautela, pues un tema puede hacer concurrir distintas áreas normativas, disciplinares o de competencias. La tendencia entonces es a una horizontalidad que alcanza también el aula y las relaciones con los estudiantes y sus organizaciones. Las tendencias centrífugas que genera este modelo se acotan con la ley interna de la UACM, los estatutos, normas, acuerdos que aprueba el CU para toda la institución y, por supuesto, con el paquete de leyes y normas nacionales y locales que aplican

Efectivamente, frente a una institución neuronal, la perspectiva vertical vería sólo un pantano sin reglas, y extrañaría el terso fluir de instrucciones desde la cúspide hasta la base de la pirámide. Por otra parte, es un tejido institucional que puede dar lugar a redundancias, y a gasto de energía para construir acuerdos, pero por ser una red que tiende a lo horizontal y difuso tiene escasos focos de conflicto. De hecho, en uno de ellos (el laboral) ni siquiera se ha dado alguna vez una huelga. La única confrontación intensa y larga que sufrió la institución (2012-2013) surgió precisamente a partir del intento de crear una rectoría fuerte, con relección y manipulación de la elección del consejo.

Este esquema ofrece ventajas adicionales. La primera es que se trata de una estructura que impone menores trabas a la creatividad y que genera, por tanto, un dinamismo que emerge desde abajo, y que le da mayor solidez a las decisiones (aunque se requiere mayor representatividad de los órganos colegiados). La segunda es un más acendrado sentido de comunidad, porque el otro aparece continuamente como una presencia con la que se debe interactuar, confrontando así el aislamiento de todavía no pocos estudiantes y profesores. La tercera ventaja es que esta malla de instancias y decisiones constituye, para un buen número, un ejercicio cotidiano de ciudadanía y democracia. Algo sistemáticamente ausente en la trayectoria de un sistema educativo, característicamente vertical.

Finalmente, este modelo genera una enorme vitalidad: una matrícula y número de titulados creciente, programas de licenciatura en cinco planteles y cinco reclusorios, profesores de tiempo completo, proyectos estudiantiles, cientos de investigaciones y actos culturales, reconocimientos, absoluta gratuidad y ausencia de examen de selección. La UACM es hoy una propuesta al mundo de la educación superior y, ante el desolador panorama creado por la autoritaria reforma en la materia, también al sistema vigente. En la educación hay otro mundo posible que desde el autoritarismo es difícil percibir. Felicidades, comunidad UACM, porque al cumplir este mes quince años, es claro que el experimento se ha transformado en una dinámica y sólida institución.

  • Rector de la UACM
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Geopolítica de la Casa Común:Los BRICS y el papa Francisco

Walter Formento y Wim Dierckxsens

El banco del Vaticano se encontraba bajo control absoluto de la familia Rothschild. El papa Francisco anunció en marzo de 2015 que habría un año jubilar a partir del 8 de diciembre. El jubileo será “dedicado a la misericordia”, según el papa Francisco. Esto significa una petición de perdón y también implicará la cancelación de la deuda a nivel mundial y una redistribución de los activos mal adquiridos por el cabal. Con ello el papa rompe con los Rothschild. El Papa Francisco anuncia la Tercera Guerra Mundial después de romper con los Rothschild.

El cambio de decisión del banco Rothschild británico de no trasladarse a Hong Kong y seguir en Londres fue motivo geoestratégico. Los Rothschild han decidido volverse a Londres y jugar las cartas contra la salida de Inglaterra de la Unión Europea; la Reserva Federal se debate entre la caída del dólar y el euro, y preservar la libra esterlina; cerrar las fronteras luego de entrega de pasaportes lo que significaría la derogación del Tratado de Schengen. El control migratorio por las migraciones provocadas desde Medio Oriente contribuye al mismo resultado.

Los Rothschild están convirtiendo todo EEUU en un paraíso fiscal (con las Bahamas o Las Vegas) como ha quedado claro una vez más con los ´Papeles de Panamá. Esta última filtración perjudica principalmente a todos los paraísos fiscales que hacen la competencia a los paraísos fiscales norteamericanos, radicados en los estados de Nevada, Wyoming y Dakota del Sur y que son promovidos por la principal mafia bancaria del mundo, el clan Rothschild. Millones y millones de francos suizos han salido de Suiza e invirtiéndose en los EEUU. Otro tanto sucederá entonces a partir del escándalo de los llamados ´Papeles de Panamá´. La salida de dinero europeo de Suiza por parte de los Rothschild ha alarmado al Vaticano que veía peligrar sus propias inversiones.

Geopolítica de la Casa Común:
Los BRICS y el papa Francisco

Walter Formento y Wim Dierckxsens

Bueno es partir de la pregunta sobre la situación de política internacional en la que se encuentra Argentina y el mundo hoy. Un mundo que ha cambiado profundamente y que se encuentra en una crisis y transición donde están abiertos todas las posibilidades y sueños.

El capitalismo financiero neoliberal y salvaje ha puesto a la humanidad toda en una situación donde para poder crecer en sus ganancias debe imponer un consumismo enfermizo e irracional. Un consumismo cuya otra cara es que cada mercancía, sean lácteos, autos o tractores, se produce con fecha de vencimiento para forzar en 2 o 5 años su recambio, no su reparación sino lisa y llanamente su obsolescencia.

Esto no solo atenta contra la integridad de la naturaleza humana sino contra la naturaleza en su conjunto. Contra la integridad humana pues pone al ser humano corriendo siempre detrás de las necesidades de consumo materiales todo el día, haciéndolo esclavo de sus necesidades individuales instintivas y bloqueando el desarrollo de su ser humano y persona integral. Contra la naturaleza en su conjunto en tanto la obsolescencia programada de los bienes-mercancías lleva la explotación de la naturaleza a un punto donde la irracionalidad del consumo capitalista no solo niega ya la reproducción de la vida misma sino también la acumulación capitalista y de los capitalistas.

En el recorrido de este camino el capitalismo financiero neoliberal salvaje se ha transformado en global, el mundo es ya presa de la voracidad cotidiana y permanente de sus plataformas globales de ensamble de bienes y de comercialización minorista. Pero en su hacerse de escala global este capitalismo, este capital y estos capitalistas financieros han diferenciado al pequeño grupo que avanza en su despliegue en escala en red global, de aquel capital que se retrasa, no pudiendo salir de su escala de estado-continental y de su forma de corporación multinacional. Esta fractura y división entre unos y otros, potencia el conflicto y hace que sus enfrentamientos asuman cada vez mayor envergadura y gravedad.

Comprometiendo no sus negocios y burbujas financieras sino la vida misma de la humanidad. Sea porque una fracción posee una muy alta capacidad de destrucción militar masiva por sus arsenales militares o porque la otra tiene una altísima capacidad de destrucción masiva por sus arsenales financieros que toman forma de guerra de precios de materias primas, del petróleo o guerra de divisas-monedas. Todas y cada una de estas capacidades impactan diariamente excluyendo a las grandes mayorías del acceso al alimento, a la tierra, al trabajo, al techo, al agua, etc.

La fracción de las transnacionales financieras globales que avanza empieza a proyectar la estrategia de dominación global y la denomina Alianza (financiera global) del Pacifico. Porque reconoce que el centro de gravedad de la economía mundial se ha desplazado del área anglosajona al área del Asia-pacifico, que hoy explica más del 57% del PBI Mundial. Cambio del que fue protagonista a partir del proceso de deslocalización (1990) de empresas transnacionales desde los países centrales hacia los países semicoloniales de la periferia, que a partir del 2001 denomino economías emergentes.
La fracción de capital financiero multinacional, que se retrasa en capacidades, proyecta la estrategia de las Áreas de Libre Comercio de las Américas (ALCA) con centro en Washington, de las Europas (AELC) con centro en Alemania y del Asia con centro en Japón.

La confrontación entre ambas estrategias se observa a partir de 1980-90, con su Consenso de Washington y “caída” de la URRS, que en Argentina se pone de manifiesta en la concepción de la guerra de Malvinas, en la imposición posterior del acuerdo de Madrid-Londres y, la ocupación y desarticulación en Argentina de todas sus capacidades económicas productivas, políticas, administrativas, constitucionales y valores culturales.

En 1999-2001 la confrontación asume los claros rasgos catastróficos para la humanidad, observados en la “caída” de las Torres Gemelas como emblema de un choque de las capacidades de guerra financiera y de guerra militar, bajo forma regular e irregular. Con la caída de las Torres Gemelas Como también en la ”caída” de la gran banca financiera Lehman Brothers que transformo la crisis económica financiera en crisis/guerra financiera global.

Semanas antes del 11 de setiembre el Banco JP Morgan Chase, controlado por la familia Rockefeller y representante del capital financiero multinacional, negoció la adquisición del World Trade Center (WTC) incluyendo al edificio siete. El WTC fue asegurado contra ataques terroristas y luego de los ataques hubo una liquidación de 7.3 mil millones de dólares de las compañías de seguro que pertenecen a la fracción dominante del capital financiero anglo-americano globalizado. Con estas pérdidas cuantiosas buscaban tambalear a las empresas re-aseguradoras (Véase Wim Dierckxsens, Economía de guerra vs economía especulativa: a once años de las Torres gemelas, http://www.lahaine.org, 12 de octubre de 2012).

El Lehman Brothers, megabanco financiero que es parte del esquema globalista financiero, no se cayó durante la Crisis financiera global de septiembre de 2008, sino lo dejaron caer para que arrastrara a toda la banca de inversión a la crisis. Su compañero Merrill Lynch fue adquirido por Bank of America, banco perteneciente a las corporaciones financieras retrasadas. La administración Bush muy alineada con ese capital financiero conservador salvó a grandes entidades insolventes como las agencias hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, pero dejó caer a Lehman. Se trataba de uno de los bancos de inversión más importantes y, tal vez, el que mayores interconexiones con otras entidades tenía. Para lograrlo hubo toda clase de desestabilización con los CDS o seguros de crédito por impago y degradaciones de la capacidad de solvencia por agencias de rating en un comportamiento estratégico por parte de los compradores a lograr un buen precio.

Esta crisis financiera global estalla en setiembre de 2008 y en diciembre de 2008 se expresa en la necesidad y decisión de los capitales financieros globales de conformar el G20, con el G7 (ex-economías centrales para ellos) sumando a las G13 (ex economías periféricas), ahora el corazón de las economías emergentes. Mientras las corporaciones financieras multinacionales retrasadas, también parte del G7, se posicionan en la defensa estratégica del mundo que los países centrales imperialistas supieron imponer en Bretton Woods, en 1945 con EE.UU. como único vencedor de la segunda guerra mundial del mundo occidental.

Esta situación de crisis financiera global, de un mundo global financiero que quiere imponer y de un mundo continental financiero que se “defiende” para no ser subordinado y absorbido. Es lo que abre las puertas a los primeros grandes pasos de la estrategia Brics, que dejan de ser solo economías emergentes, donde tienen asiento las empresas transnacionales financieras globales en forma dominante, y emergen las grandes empresas estatales mixtas con su capitalismo social de estado.
Esto emerge como decisión política de los Estados de China, Brasil, Rusia, India y Sudáfrica, no en las citis financieras de Hong Kong, San Pablo, Moscú, Bombay, Johannesburgo, etc. con fuerte asiento y presencia de los capitales financieros globales. Pero no será hasta 2014-2015 en que suba la intensidad en la confrontación de estos esquemas de actores estratégicos, donde el esquema Brics insurge como uno más.

La crisis financiera global de 2008, pasa de EE.UU. a la Unión Europea (UE) a fines de 2009 y principios de 2010. Aparece como crisis griega y luego como la crisis de España. La primera se da cuando la agencia Fitch Rating (comprometida con la UE), degrada la deuda griega a largo plazo a fin de impulsar una mayor centralización de poder en la UE. La segunda fue provocada desde la city financiera de Londres cuando Standard&Poors, agencia calificadora comprometida con el capital anglo-americano globalizado califica la capacidad de pago de la deuda española hacia abajo. La reducción en la calificación de deuda internacional de países como España, ha hecho que sus bonos pasen a formar parte de los denominados “bonos basura” (bonos que para que sean comprados se los carga con un interés alto pero sin seguridad de recibir lo prometido al vencimiento del mismo), comprometiendo la posibilidad de estos países de recibir nuevas inversiones. El objetivo fue debilitar y desarticular la UE como bloque continental de poder y desmembrarlo a partir las citis financieras de Frankfurt, Paris, Ámsterdam y Londres como centros de poder.
El Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF) fue creado en 2010 como una respuesta de la Unión Europea para tratar de contrarrestar los ataques de la agencia rating S&P con un capital chino de más de 500 mil millones de dólares. Esta acción combinada de los Estados de China y Rusia articulados con las Transnacionales Alemanas-Francesas, mediante la instrumentación de este crédito para bloquear la corrida financiera, la conversión de Yuanes en Euros para fortalecer al Euro como moneda, y la apertura de la economía China a las empresas alemanas como Audi, BMW, Mercedes, etc., lograron desactivar las capacidades golpistas financieras de Londres/WallStreet/ HongKong sobre la UE.

Este hecho que transcurre en el año 2010, deja malparada al conjunto de la gran banca global con fuerte exposición en la UE: al HSBC y al Barclays pero también al Santander-Central Hispano. La situación de este último no solo asume la forma de crisis sino que además impacta de lleno sobre el CEO del Banco Ambrosiano Ettore Gotti Tedeschi, muy próximo al Opus Dei, ex presidente del Santander Consumer Bank, la división italiana del Grupo Santander y más aún sobre su mentor el cardenal Tarsicio Bertone, quién era considerado “el poder” detrás del poder en el vaticano y el seguro próximo sucesor de Benedicto XVI.

Esto abre la crisis y debilitamiento de los respaldos a la estrategia financiera global en el Vaticano, del Vaticano financiero global. Esta pérdida de peso del globalismo financiero le permite a Benedicto XVI profundizar la crisis, expulsar al Santander del manejo del Banco Ambrosiano, abdicar (renunciar) y llamar al colegio electoral de para elegir a su sucesor.

Proceso del cual emerge electo Francisco, el primer papa latinoamericano, que avanza jubilando a Tarsicio Bertone, al Santander y al Vaticano financiero. Al mismo tiempo, no acepta la renuncia a Benedicto XVI que permanece también como Papa emérito. Estos hechos fortalecen la estrategia de consolidación de la UE y de consolidación en el Vaticano del Humanismo Ecuménico Popular Multipolar en la figura de Francisco y recuperando el proyecto que emerge en el Concilio Vaticano II que había perdido fuerza con la muerte de Pablo VI y Juan Pablo I.

A nadie se le escapa que el banco de la Santa Sede fue durante décadas el escondite más seguro para el dinero sucio de la política italiana e incluso de la mafia. Hasta la misteriosa muerte de Juan Pablo I —ocurrida 33 días después de ser elegido— fue atribuida al miedo del cardenal Marcinkus ante un pontífice que con toda seguridad intentaría acabar con esa página vergonzosa de la Iglesia. Su sucesor, Juan Pablo II, no solo no indagó, sino que utilizó el banco y a las conexiones del cardenal Marcinkus con el banco Ambrosiano para financiar su guerra contra el comunismo.

Ettore Gotti Tedeschi, el economista que Benedicto XVI situó en 2009 al frente del IOR para limpiar las finanzas vaticanas, hasta el punto de que redactó un expediente con documentación sensible. No lo asesinaron, pero los mismos jerarcas de la Iglesia acosaron a Joseph Ratzinger en cuanto buscó la transparencia financiera. La fuga de documentos que culminó en febrero de 2013 con la renuncia al papado de Ratzinger.

El banco del Vaticano se encontraba bajo control absoluto de la familia Rothschild. El papa Francisco anunció en marzo de 2015 que habría un año jubilar a partir del 8 de diciembre. El jubileo será “dedicado a la misericordia”, según el papa Francisco. Esto significa una petición de perdón y también implicará la cancelación de la deuda a nivel mundial y una redistribución de los activos mal adquiridos por el cabal. Con ello el papa rompe con los Rothschild. El Papa Francisco anuncia la Tercera Guerra Mundial después de romper con los Rothschild.

El cambio de decisión del banco Rothschild británico de no trasladarse a Hong Kong y seguir en Londres fue motivo geoestratégico. Los Rothschild han decidido volverse a Londres y jugar las cartas contra la salida de Inglaterra de la Unión Europea; la Reserva Federal se debate entre la caída del dólar y el euro, y preservar la libra esterlina; cerrar las fronteras luego de entrega de pasaportes lo que significaría la derogación del Tratado de Schengen. El control migratorio por las migraciones provocadas desde Medio Oriente contribuye al mismo resultado.

Los Rothschild están convirtiendo todo EEUU en un paraíso fiscal (con las Bahamas o Las Vegas) como ha quedado claro una vez más con los ´Papeles de Panamá´. Esta última filtración perjudica principalmente a todos los paraísos fiscales que hacen la competencia a los paraísos fiscales norteamericanos, radicados en los estados de Nevada, Wyoming y Dakota del Sur y que son promovidos por la principal mafia bancaria del mundo, el clan Rothschild. Millones y millones de francos suizos han saliendo de Suiza e invirtiéndose en los EEUU. Otro tanto sucederá entonces a partir del escándalo de los llamados ´Papeles de Panamá´. La salida de dinero europeo de Suiza por parte de los Rothschild ha alarmado al Vaticano que veía peligrar sus propias inversiones (1).

Si Cameron decide salir de la UE, los bancos europeos tendrían que recolocar unos 108 billones de euros en derivados bajo la modalidad de ´securities´ de la banca financiera anglo-americana globalista ubicada en la City de Londres. No sería nada fácil realizarlo. En este contexto el banco HSBC considera trasladarse de Londres a París. La sede del banco HSBC incluso podría ir a Hong Kong lo que provocó el desaire de los Rothschild. Queda claro entonces que China va a colaborar con Francisco y con Rusia.

Parece que ha habido una reunión para medir intenciones en el reparto de la influencia de bloques en Siria y Sudamérica entre Vladimir Putin y Henry Kissinger que por lo visto sigue arbitrando para la Reserva Federal los repartos del Council Foreign Relations (CFR) y la Comisión Trilateral. El retiro del general Kelly y su sustitución por el almirante Kurt W. Tidd aceleran la locura de invasión de Obama en Sudamérica con la colaboración de Inglaterra en Las Malvinas y la Antártida. La propia Argentina entra por la puerta de atrás en la Otan. Es una estrategia donde vamos a ver un Macri que no solo cambia las relaciones con Inglaterra, sino que colaborará con ellos en la zona cono sur y Antártida para combatir a Rusia y China. En este contexto podrá esperarse una invasión en América del Sur con la colaboración del ejército británico en las Malvinas; la salida del gobierno de Maduro de Venezuela e la instalación de una base norteamericana en Argentina.

Gran Bretaña dejaría la UE debido a la presión de la Reserva Federal norteamericana para preservar una caída del dólar y en carambola la libra. Sin embargo, los Rothschild se han echado hacia atrás con la opción de China-Hong Kong para su liderazgo en la nueva moneda mundial y han decidido hundir el Banco de Desarrollo de los Brics. La Reserva Federal ahora presiona para evitar el Brexit. La primera evidencia de querer hundir el Banco de Desarrollo es la amenaza al sistema económico de Brasil que atraviesa una gran inestabilidad hasta calificarlo las agencias como Standard and Poors (S&P), que ahora controla Goldman Sachs, en bono basura. Quien podría echar todo hacia abajo en las próximas elecciones en los EEUU, es Donald Trump como eventual presidente. Esto haría perder la influencia Rothschild en el país además del riesgo inminente de quiebra de Wall Street. De ahí que toda la prensa dominante se expresa en contra de Trump (2).

Este Vaticano Universal Multipolar también influye en el acercamiento de la UE al proyecto multipolar BRICS. La solución pacífica del conflicto en Siria, Irak, Irán, Ucrania, Colombia, Méjico, etc. siempre se realiza en coordinación con los Brics. Los diálogos con Obama, parte del globalismo financiero, permiten avanzar en las políticas de resolución de guerras mediante la política de paz. Principalmente en EE.UU., reduciendo los márgenes de maniobra de las corporaciones financieras guerreristas con fuerte influencia entre los Republicanos en Washington, la corte suprema del Juez Scalia y el Pentágono. También influye en el dialogo ecuménico con Cirilo, el patriarca de Moscú, que permite reducir los márgenes de conflicto militar generalizado y nuclear a partir del predicamento que tiene Francisco en la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Francisco se reunió a principios de marzo de 2016 en el Vaticano con el Sínodo Permanente de la Iglesia greco-católica de Ucrania para reafirmar la comunión con el pueblo ucraniano.

Podemos observar la existencia de cuatro esquemas de poder, dos que parten de actores económico financieros trasnacionales, uno el esquema financiero global unipolar centrado en su red multilateral de citis financieras y bancos centrales; y el otro, el esquema financiero continental unipolar centrado en el unilateralismo de EE.UU como potencia militar imperialista mundial. Por otro lado, tenemos a los dos esquemas de poder que parten del estado, el pueblo, la política y la producción. Uno el esquema universal BRICS-Ampliado con su red de polos regionales de poder (OCS, UEA, Unasur/Celac, UA, Asean, ¿UE?, etc.). El otro, es el esquema Vaticano Multipolar Universal del humanismo revolucionario ecuménico social.

En Argentina con la asunción del Macrismo como gobierno de la nación, se observa que el globalismo financiero ha ocupado el 70% de los cargos de mayor rango institucional (ministros, secretarios y subsecretarios) e incluso ha impuesto directamente a sus CEO´s, cuadros de la alta gerencia económica de sus empresas transnacionales en esos puestos. Indicador esto de su falta aún de cuadros políticos propios. El 20% de los cargos de alto rango los ha impuesto el continentalismo financiero con centro en EE.UU. Estas transnacionales financieras retrasadas en lo global, tienen mayor poder territorial en Argentina respecto de las transnacionales globales con mayor peso en lo institucional, lo cual configura una muy particular situación de conflicto en la alianza en posición de gobierno.

Una alianza que contiene la contradicción principal mundial. Una situación que prefigura una interna estructural que expresa el choque de intereses, esquemas de poder, entre el unipolarismo financiero continental enfrentado al unipolarismo financiero global. Donde, además, los dos esquemas multipolares, Brics y Francisco, que están en una posición de fuerzas favorable en el plano mundial, articulan con el globalismo financiero ascendente para oponerse a la amenaza militarista termonuclear del esquema unipolar retrasado centrado en Washington, los Republicanos y el complejo financiero militar industrial, pentágono.

El modo en que se resolvieron las elecciones en Argentina, el ascenso del Macrismo al gobierno, debilita y expone al gobierno de Brasil, Dilma/Lula, que expresa la articulación de los dos esquemas multipolares de poder, a una ofensiva salvaje y combinada de ambos esquemas del unipolarismo financiero transnacional. Particularmente, del unipolarismo financiero global que rompe la alianza de gobierno con Dilma, donde tenía una posición secundaria, e inicia una ofensiva destituyente, articulando intereses y fuerzas con las transnacionales financieras centradas en Washington.

La situación mundial nos muestra puntos claves a tener en cuenta. La resolución del proceso de acercamiento de la UE –Unión Europea- al Multipolarismo consolidaría dicho Multipolarismo, hoy en una correlación favorable, como esquema dominante mundial. Esta unión dejaría sin chances a ambos Unipolarismos financieros, pero crean la amenaza de la posible articulación de sus capacidades de guerra militar y financiera en contra de los Multipolarismos.

Los atentados en Paris y Bruselas, la migración forzada de medio oriente hacia la UE, son una muestra permanente de la decisión de los Unipolarismos financieros de quebrar por todos los medios la articulación de la UE en el esquema multipolar. La resolución de la situación en Ucrania, pos golpe de estado, mediante el dialogo a partir de los esfuerzos del Papa francisco y del Patriarca de Moscú, permitiría conculcar la amenaza de guerra termonuclear entre la Otan-Unipolar enfrentada a la Multipolar triada China-Rusia-India.

En la misma línea impacta la solución a la crisis de medio oriente, específicamente a la estrategia de “rediseño” económico, político y, luego, geográfico que fragmenta a Siria, Iraq, Turquía e Irán en sus áreas ricas en recursos naturales para reunirlas luego en un nuevo “estado títere y tapón” de la Otan, el “IsisTan”. Esto no solo le permitiría monopolizar la mayor riqueza natural de gas y petróleo en el mundo en manos de la Unipolar Otan sino excluir a China-Rusia-India del acceso a este recurso estratégico y además, le permitiría desarticular definitivamente a la UE del multipolarismo Brics.

Esta jugada parte de “sublevar” al mundo musulmán a partir de la imposición del Wahababismo como versión militarista del Islam. Una versión que niega al Islam en sus fundamentos de 11 siglos de historia e implica una visión extrema y militarista, que la enfrenta con el mundo musulmán y abre la puerta a su instrumentación estratégica por el unipolarismo financiero. No solo pudiendo armar el instrumento terrorista EI/Isis/Daesh en medio oriente sino exportarlo a poblaciones musulmanas en China, Rusia, India y todo lugar donde se requiera para desestabilizar y fragmentar.

Una jugada de jaque mate al multipolarismo, muy peligrosa porque camina en el límite de una amenaza de guerra militar, regular e irregular, que implica la derrota de todos y la extinción de la vida toda. Una locura propia de esquemas de poder que ya agotaron su capacidad de aportarle vida a la Humanidad, que debe ser contenida y despotenciada en sus capacidades guerreristas. En ese objetivo camina el Multipolarismo humanista ecuménico de Francisco, reuniendo a las distintas religiones que tienen un compromiso con la paz, el ser humano y la naturaleza. El reparto de la influencia de bloques en Siria y Sudamérica entre Vladimir Putin y Henry Kissinger explica por qué EE.UU. aparentemente cambió de posición frontal con Rusia en torno a Siria.

La posibilidades de desvirtuar la lectura de los textos de las grandes religiones, que fuerza lecturas guerreristas en el objetivo de imponer “visiones” por cualquier medio, brota de los intereses y estrategias del “negocio financiero transnacional” como esquema de poder. El Wahababismo en el Islam como en las otras grandes religiones se observan las influencias del poder financiero trasnacional. Enfrentado desde siempre a los históricos compromisos del humanismo ecuménico con la paz, con la política, con la tierra, el trabajo, el techo y la felicidad de los pueblos, de la mayorías. Un Humanismo Ecuménico comprometido con la vida de los pueblos pobres y sometidos por las elites económicas poderosas.

Otro punto clave se sitúa en las Américas, en la resolución de la crisis que ha producido el plan ALCA (Asociación de Libre Comercio de las Américas) lanzado en 1991-94 por el unipolarismo financiero para subordinar todo el continente a Washington, al Dólar y al Pentágono. Este plan avanzo rápidamente conformando el Nafta (subordinando a Méjico y Canadá). En ese camino recurre al desarrollo las formas militares irregulares para desarticular las instituciones estatales de Méjico y transformarlo en estado-fallido que es el modo que asume su absorción. Por otro lado, en Méjico estalla la sublevación al mismo tiempo que entra en vigencia el Nafta/Tlcan en enero de 1994. Una sublevación cuyo punto central fue en Chiapas, San Bartolomé de Las Casas. Una sublevación compuesta de muchas sublevaciones y que aún hoy están activas en defensa del estado mejicano. La respuesta desde la estrategia financiera unipolar fue potenciar financiando, entrenando y armando todas las formas irregulares del para-guerrerismo: militares, policías, narcos, pandillas, etc. para consolidar a Méjico como estado fallido.

Al mismo, tiempo las transnacionales financieras en 1991, aceleran su proceso de deslocalización de los países centrales a los países periféricos, abriendo la transformación de estos en economías emergentes y de aquellos en ex países centrales. Lo cual impacta en el desempleo, precarización y empobrecimiento del pueblo de EE.UU. en general y de las ciudades industriales (Detroit, etc.) en particular. Esto crea una situación de exclusión económica, cultural y política de la población afroamericana, hispanoamericana, indoamericana y también la asiática de reciente radicación en EE.UU..

Una situación de exclusión y violencia institucional que se transforma en movimiento por derechos civiles de las minorías desde el pueblo, que retoma las banderas de 1960. Esta realidad observa y aborda Francisco con el objetivo de hacerlas visibles, para legitimar y empoderar a los excluidos de EE.UU. y de Méjico. Pero también para deslegitimar la política del complejo industrial militar de EE.UU. de recurrir a la violencia armada, regular e irregular, tanto en EE.UU. como en Méjico para imponer sus intereses. En este punto Obama y su globalismo financiero coinciden con Francisco, en la necesidad debilitar al unipolarismo militarista republicano neoconservador. Algo que Obama intenta realizar con su política de reducción de presupuesto al Pentágono, ya que su poder se apoya en el despliegue de guerra económico-financiera de WallStreet/Londres/HongKong/etc. Lo cual lo condujo a un enfrentamiento frontal con el nucleó de poder neoconservador (stablishment) del partido Republicano y su facción el Tea Party.

Los diálogos por la Paz en Colombia también siguieron el mismo camino, debilitar la política militarista del Antioqueño Uribe asociado al pentágono y Washington, apoyándose en el Bogotano Santos con dialogo fluido con Londres. Uribe era una pieza clave en la estrategia del Alca por la proyección militarista, regular e irregular, desde Colombia sobre toda la Suramérica y en particular de Brasil y la Argentina del Mercosur. Santos también lo es para la Alianza (financiera global) del Pacífico en la articulación con Santiago, Ciudad de Méjico y Lima de un eje a partir de cual hacer el puente con Japón, Australia, Corea del Sur, China, India, etc..

El Multipolarismo de Francisco y de los Brics plantea la necesidad de una estrategia de dialogo y puentes políticos de paz e inclusión social en el trabajo y la producción. Esta estrategia se apoya esencialmente en sostener en el tiempo la política de diálogos y puentes de Paz e inclusión. Nunca dar espacio para la guerra militar o la guerra financiera.

1. Eladio Fernández, El papa francisco se enfrenta a los Rothschild al traicionar estos su decisión de sede en Hong Kong, https://eladiofernandez.wordpress.com, 18 de febrero de 2016.
2. IBID

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Higher education and neoliberal temptation A conversation with Henry Giroux

Fuente: Eurozine / 7 de Mayo de 2016

Henry Giroux, Almantas Samalavicius

Higher education and neoliberal temptation

A conversation with Henry Giroux

If the university is to survive, faculty are going to have to rethink their roles as critical public intellectuals, connect their scholarship to broader social issues and learn how to write for and speak to a broader public. Of this much, the cultural critic and doyen of critical pedagogy Henry Giroux is convinced.

Almantas Samalavicius: The neoliberal agenda that came into being a few decades ago in the northern hemisphere, and was eventually globalized, now seems to threaten systems of higher education worldwide. The persistence of this phenomenon has become alarming to many who care about its social consequences. As you have correctly and insightfully observed in your 2014 book Neoliberalism’s War on Higher Education, «a full-fledged assault is also being waged on higher education in North America, the United Kingdom and various European countries. While the nature of the assault varies across countries, there is a common set of assumptions and practices driving the transformation of higher education into an adjunct of corporate power and values». Why is this agenda taking over societies that are so different from each other? What makes neoliberalism so overwhelmingly powerful and resistant to criticism as well as to social action? Why do governments give themselves up to neoliberal ideology, even if they claim to represent quite different ideological positions?

Henry Giroux: For all of its differences, neoliberalism brings together a number of elements that makes it appear almost insurmountable, if not universal, in its ability to normalize itself and convince the rest of the world that there is no alternative as Margaret Thatcher once argued.

First, it has created a new set of power relations in which power is global and politics is local. The financial elite now operate in the global flows of capital and have no allegiance to the nation-state or to the social contract that mediated between labour and capital in the post-war period. This separation points to a crisis of agency on the part of the state and a crisis of politics in terms of the ability to develop social formations that can challenge capital on a global rather than simply a local scale. The nation-state can no longer make concrete decisions on the economic level or create social provisions necessary to limit the effects of the market and offer the most basic services for people.

At the nation level, state sovereignty has been transformed into economic sovereignty. Governments don’t give themselves up, they have been hijacked by the institutions, power and wealth of the global elite. There is no way for states to challenge global forms of governance. We must remember that neoliberalism is very powerful not only because of its economic structures but also because of its pedagogical and ideological power. It not only consolidates wealth and power in different wars for the ultra-rich, it also controls all of those cultural apparatuses and pedagogical sites that function to produce identities, desires and values that mimic the market. In this sense it is a mode of governance that controls all of social life and not simply the market.

As a mode of governance, it produces identities, subjects and ways of life free of government regulations, driven by a survival of the fittest ethic, grounded in the idea of the free, possessive individual and committed to the right of ruling groups and institutions to accrue wealth removed from matters of ethics and social costs. As a policy and political project, neoliberalism is wedded to the privatization of public services, the selling off of state functions, the deregulation of finance and labour, the elimination of the welfare state and unions, the liberalization of trade in goods and capital investment and the marketization and commodification of society. As a form of public pedagogy and cultural politics, neoliberalism casts all dimensions of life in terms of market rationality.

AS: As public higher education withers in a number of countries, either various policies of privatizing higher education are introduced or the logic of the market takes over. More and more universities and other institutions of higher education are being run as if they were large multinational companies seeking immediate profit; politicians and administrators speak out for efficiency, marketability of knowledge, institutional sensitivity and adaptability to the market, etc. What do you think will be the social and cultural price if this tendency continues to retain the upper hand? And do you see any possibilities to resist this global transformation of universities as well as higher education in general?

HG: If this tendency continues, it will mean the death of critical thinking and higher education will simply become another ideological apparatus dedicated to training rather than education, stifling critical inquiry rather than nurturing it – and will narrow if not kill the imagination rather than cultivate it. One consequence will be that knowledge will be utterly commodified, students will be defined in utterly instrumental terms and the obligations of citizenship will be reduced to the private orbits of self-interest, consumption and commodification. This nightmare scenario will reinforce one of the central tendencies of totalitarianism; that is, a society dominated by thoughtlessness, stupidity and diverse modes of depoliticization.

In the United States and in many other countries, many of the problems in higher education can be linked to low funding, the domination of universities by market mechanisms, the rise of for-profit colleges, the intrusion of the national security state and the lack of faculty self-governance, all of which not only contradicts the culture and democratic value of higher education but also makes a mockery of the very meaning and mission of the university as a democratic public sphere. Decreased financial support for higher education stands in sharp contrast to increased support for tax benefits for the rich, big banks, military budgets and mega corporations. Rather than enlarge the moral imagination and critical capacities of students, too many universities are now wedded to producing would-be hedge fund managers, depoliticized students and creating modes of education that promote a «technically trained docility».

Strapped for money and increasingly defined in the language of corporate culture, many universities are now driven principally by vocational, military and economic considerations while increasingly removing academic knowledge production from democratic values and projects. The ideal of the university as a place to think, to engage in thoughtful consideration, promote dialogue and learn how to hold power accountable is viewed as a threat to neoliberal modes of governance. At the same time, higher education is viewed by the apostles of market fundamentalism as a space for producing profits, educating a docile labour force and a powerful institution for indoctrinating students into accepting the obedience demanded by the corporate order.

However, it is crucial to remember that power is never without resistance and this suggests that faculty, students, unions and broader social movements must fight to regain higher education as a democratic public sphere. In addition, it must be made clear to a larger public that higher education is not simply about educating young people to be smart, socially responsible and adequately prepared for what ever notions of the future they can imagine, but that higher education is central to democracy itself.

Without the formative culture that makes democracy possible, there will be no critical agents, no foundation for enabling people to hold power accountable and no wider foundation for challenging neoliberalism as a mode of governance and political and ideological rationality. The struggle over higher education and its democratic misuse cannot be separated from the struggle to undo the reign of markets, neoliberalism and the ideologies informing this savage market fundamentalism. We see this struggle being taken up in precisely these terms in many countries in Latin America, the United Kingdom and the United States. Time will tell if they can spark a global movement to transform both higher education and the political and economic system that holds it hostage.

AS: The American research university has been a model institution of higher education during the last half-century in many places of the globe. Despite the spectacular ascent of multiversity, proclaimed as early as 1963 by Clark Kerr in his famous book The Uses of the University, the production of research is in fact just one of the university’s functions. However, this function is taken for granted and even fetishized. Meanwhile, the teaching and education of informed, responsible citizens, capable of critical scrutiny as well as many of the other tasks of higher education, have been largely neglected and ignored. Do you see this imbalance in the functions of the university as threatening? What are the potential dangers of imagining the university exclusively as a research enterprise that relinquishes any commitment to teaching and cultivating a critical consciousness?

HG: The role of research in the university cannot be separated from the modes of power that influence how research is defined and carried out. Under the reign of neoliberalism and given the encroaching power of the military-industrial complex, research is prioritized and rewarded when it serves the interests of the larger society. In this instance, research becomes armed and instrumentalized, serving largely the interests of powerful corporations or the ongoing death-machine of the military and its corporate allies. Research that matters informs teaching and vice versa. Universities are not factories and should not be defined as such. They are there to serve faculty, students and the wider community in the interests of furthering the public good. When the latter become subordinated to a research agenda that is simply about accumulating capital, the critical, moral and political essence of the university withers and everybody who believes in a democracy is marked for either failure, exclusion or punishment.

The corporate university is the ultimate expression of a disimagination machine, which employs a top-down authoritarian style of power, mimics a business culture, infantilizes students by treating them as consumers and depoliticizes faculty by removing them from all forms of governance. Clearly all of these defining relations produced by the neoliberal university have to be challenged and changed.

AS: Traditionally, the university has been understood as community of scholars and students. However, there are multiple reasons for the university hardly existing any more in these terms. Back in the 1970s, the American social thinker Paul Goodman still articulated a vision of a community of scholars but during recent decades, academics either function simply as obedient personnel afraid to lose their diminishing rights and «privileges» (if there are any at all) or otherwise their collective voice is hardly heard. How can public criticism get back to where it should belong – i.e. in the universities?

HG: The increasing corporatization of higher education poses a dire threat to its role as a democratic public sphere and a vital site where faculty can address important social issues, be self-reflective and learn the knowledge, values and ideas central to deepening and expanding the capacities required to be engaged and critical agents. Unfortunately, with the rise of the corporate university which now defines all aspects of governing, curriculum, financial matters and a host of other academic policies, education is now largely about training, creating an elite class of managers and eviscerating those forms of knowledge that conjure up what might be considered dangerous forms of moral witnessing and collective political action.

Many faculty have bought into this model because it is safe for them and they get rewarded. If the university is to survive, faculty are going to have to rethink their roles as critical public intellectuals, connect their scholarship to broader social issues and learn how to write for and speak to a broader public. Neoliberal modes of governance reinforce the worse dimensions of the university: specialisms, a cult of distorted professionalism, a narrow empiricism, unwillingness to work with others and a mode of scholarship steeped in obtuse and often mind-numbing discourse. All of this must change for faculty or they will not only be unable to defend their own labour as academics, they will continue to lose power to the corporate and managerial elite.

AS: Higher education is intrinsically connected to what is usually termed as a public good, however, as you penetratingly observe «under the current regime of neoliberalism, schools have been transformed into a private right rather than a public good». Do you think it is possible for higher education to reclaim its role in creating and providing a public good or at least providing a setting where a public good might be created? Under what conditions can are universities able to perform such a task? How can they get support from the public? Can one count on public intellectuals at all?

HG: Universities are suffering from a crisis of legitimacy and a crisis of agency. If they are going to regain their role as a public good, faculty, students and other educational progressives are going to have to strongly challenge the current role of higher education. This means that faculty, students and various groups outside of the university are going to have to engage in a range of acts of civil disobedience extending from occupying classrooms to mobilizing larger populations in the street to force the hand of corporate power and its allies.

We saw this happen in Quebec a few years ago and such actions must be repeated on a global level. Public intellectuals are absolutely necessary to participate meaningfully in this role. We rarely hear about them but there are plenty of academics acting as public intellectuals, not only in the liberal arts, social sciences and humanities, but also in the health sciences where faculty are working closely with communities to improve the conditions of the often poor residents who reside in these communities. While public intellectuals can ask important questions, provide a critical language, help write policy and work with social movements, any real change will only come from the outside when social formations, educators and other progressive groups can force the hands of political power, governance and legislation.

AS: Despite higher education’s present orientation toward the market and the reign of an ideology that glorifies the market even in those spheres where it is not supposed to and cannot work, what is your vision of the coming tendencies in higher education during the next decades? Do you expect the present trends concerning the marketization of higher education to be finally reversed? Or will we witness the final triumph of neoliberalism?

HG: I am not optimistic but hopeful. That means, I don’t think progressive change will come by default, but only by recognizing the problems that have to be faced and then addressing them. The latter is a matter of real hope. The cruelty, barbarism and violence of neoliberalism is no longer invisible, the contradictions it produces abound and the misery it inflicts has become extreme. Out of the ashes will hopefully rise the phoenix of hope.

Link original: http://www.eurozine.com/articles/2016-05-04-giroux-en.html#.VywfBucKSeU.facebook
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