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Educación, campañas y elecciones ¿cuál es la agenda mínima?

Por: Teresa Ortuño

En 2016, cerca de la mitad del territorio del país está en elecciones. Partidos Políticos y candidatos sin partido recorren las comunidades pidiendo el voto.

La Ciudad de México estrenará Constitución, eligiendo a 60 de los 100 voluntarios que integrarán el Constituyente. Baja California va a elecciones intermedias, es decir, no elige al titular del Ejecutivo estatal, mientras que Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas elegirán a sus Gobernadores, 548 Ayuntamientos y 388 Diputados a congresos locales.

Más de 37 millones de mexicanos podremos elegir en estas 14 entidades, es decir, el 44.5 por ciento de los ciudadanos que estamos en el listado nominal.

Además de los Partidos, aspiran por la vía llamada independiente, 10 candidatos a Gobernador, 62 a Diputados Locales, 8 a la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México y 158 Alcaldes, con sus respectivos Ayuntamientos; en algunos casos, además, Síndicos.

Las elecciones son la sustitución de la guerra. Estamos en una ocasión propicia para sembrar las diversas agendas. La de educación no es la excepción.

Tras de cada candidatura hay ciudadanos tratando de convencer a los demás de ser la mejor opción.

Antes de que nos coqueteen pidiendo nuestro voto, vamos planteando a los aspirantes que, de llegar, establezcan un mínimo de compromisos en aquello que nos parezca relevante y trascendente.

niños-prescolar-2Planteo una propuesta de agenda en Educación, que ningún aspirante acualquiera de esos cargos pueda ignorar, ni rechazar, y gane o no, se comprometa a empujar. Es muy sencilla y elemental, pero de ella puede derivarse una profunda transformación en este campo, que todos dicen prioritario:

1.- Poner en el centro al estudiante. Los docentes, autoridades y demás actores deben tener presente para quién ejercen su función. La educación debe servir para sacar la mejor versión de cada persona y su compromiso con la comunidad a la cual servirá.

2.- Cuidar que el gasto educativo se ejerza eficiente. Así de simple y así de contundente.

3.- Apoyar la labor de los docentes. Sin ellos no hay educación. Que lleguen y prosperen los mejores. Buscar en todo el respeto a su función, apoyar su permanente desarrollo profesional, así como el reconocimiento a su invaluable profesión, derivada de su altísima vocación.

4.- Combatir la deserción escolar. Atacar sus múltiples causas, especialmente la de la pertinencia. Que el estudiante perciba la vinculación entre lo que aprende y lo que requiere.

5.- Fortalecer el federalismo educativo. Que las decisiones se tomen lo más cercano posible a donde se generen sus efectos.

Es tiempo de elecciones. Es tiempo de exigir.

Publicado primeramente en: http://www.educacionfutura.org/educacion-campanas-y-elecciones-cual-es-la-agenda-minima/

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Chile: Dos miradas sobre la nueva propuesta de educación pública. Mariano Rosenzvaig, director de Educación de Providencia, considera que el nuevo esquema educacional es mucho más lógico.

Entrevista/ 08 de mayo de 2016 / Por: Flor Guzmán C. / La tercera

Mariano Rosenzvaig. Director de Educación Providencia: “Este es el proyecto “más sólido del gobierno”

¿Qué problemas enfrenta actualmente el sistema de educación municipal?

Hay pocas cosas con tanto nivel de acuerdo en el mundo de la política educativa como el hecho de que el sistema de educación chileno está completamente desbordado, desde lo financiero a lo administrativo. No necesariamente son los municipios los que deben hacerse cargo de la educación, porque sus capacidades son completamente desiguales y están sometidos a un vaivén electoral que no ayuda a generar proyectos de largo plazo.

¿Cómo ve que 67 servicios locales se hagan cargo de los colegios públicos?

Me parece que en la nueva estructura se aplican criterios que muestran una inteligencia global o sistémica mucho más clara de lo que existe hoy a nivel municipal. Habrá mucha discusión respecto de la forma de agrupar comunas, de los criterios que se utilizan, de cómo se va a entregar capacidad de toma de decisiones a los actores; en fin, todavía hay mucho paño para cortar, como se dice. Pero si hablamos de distribución geográfica, me parece que tiene mucha mas lógica hacerlo así que como está hoy, con 345 comunas.

¿Qué cambios cree que va a provocar esto?

De todos los proyectos del actual gobierno, este es lejos el más sólido, mucho más que los que ya se han aprobado. Eso sí, todavía estamos con un gran tema pendiente, que es el financiamiento. Si seguimos los criterios y evidencias del mundo académico todo debiese indicar que estas modificaciones deberían redundar en el mediano plazo en mejor calidad. Pero este cambio sólo va a provocar un efecto si se logra atar a una modificación del financiamiento. Y no se trata sólo de más recursos, sino que de trabajar en el desarrollo del capital humano.

¿Qué opina de aquellos que piden que los municipios que lo están haciendo bien puedan continuar a cargo de los colegios?

Estoy absolutamente en desacuerdo. Actualmente, que un municipio lo haga bien es tener matrícula y buenos resultados, pero no sólo estamos hablando de un cambio de administración, sino de entender el rol del Estado en brindar educación como un derecho. Hay que despegar el servicio educativo de los vaivenes que tiene la realidad de un gobierno municipal. Hoy los que lo hacen bien en su mayoría es porque aportan mas recursos de educación. Hay muy pocos que no y te lo digo desde un municipio que lo hace bien, pero que también aportamos con un presupuesto importante.  Otro de los cambios que aplaudo es que se elimina esa cosa rara que es cerrar escuelas públicas. Tú podías cerrarlas porque no tenías demanda o por desempeño. Es un fracaso del sistema. Aquí se asume el rol del Estado. Una escuela pública no cierra, se mejora. b

 

Ignacio Irarrázaval

Director Centro de Políticas Públicas UC

“Esta iniciativa es más de lo mismo y no da soluciones”

¿Qué problemas tiene la educación municipal?

Hay bastante consenso en los problemas: falta de mirada de largo plazo, baja rendición de cuentas, pocas capacidades de los establecimientos educacionales y de los municipios; es decir, en qué medida se pueden hacer cargo de lo técnico pedagógico y no sólo de ser un administrador que se dedique a pagar sueldos. El sistema actual tiene muchas dificultades.

¿Cómo ve que 67 servicios locales se hagan cargo de los colegios públicos?

Nuestra mirada es bastante crítica, porque si bien hay problemas con la administración de los municipios, tienen una virtud importante, que es el vínculo local: son cercanos a las personas y sobre todo en sectores de vulnerabilidad el municipio tiene una red social de acompañamiento. Eso se rompe con este proyecto, que es muy centralista. Los consejos locales donde participa la comunidad y autoridades son asesores, no tienen atribuciones y toda la fuerza del sistema está en la dirección de educación pública y en sus servicios. Le falta harta conexión con lo local y además hay un tema de tamaño: es mucho que un servicio maneje 225 colegios.

¿Debería considerar menos colegios?

Muchos menos y darle atribuciones a lo local. El caso de Magallanes es ridículo. ¿Cuál puede ser la interacción local de Puerto Williams con Punta Arenas cuando están a dos días de viaje? Los servicios locales van a terminar preocupados de la gestión financiera y no de lo técnico pedagógico. Este proyecto es más de lo mismo y no da soluciones a los problemas.

¿Le parece urgente cambiar el sistema de financiamiento?

El actual sistema de financiamiento no me parece malo, pero se puede mejorar. Me gustaría un modelo más simple, que pondere la asistencia y no haga que todos los recursos dependan de ella.

¿Qué aporte rescata de esta iniciativa?

Para ser bien honesto este proyecto es mejor, es más sofisticado que el de desmunicipalización que presentó Bachelet en su gobierno anterior y Piñera en su período. Está más pensado, pero le falta mucho. El aporte que veo es  la discusión más seria que ha permitido generar respecto de qué hacemos con el proveedor público de educación. Yo veo una cuestión más o menos mixta: dejaría a los municipios que lo están haciendo bien. Hay un par de cosas más que me preocupan. La Ley de Aseguramiento de la Calidad establece un ordenamiento para las escuelas y las de rango inferior son acompañadas por la Agencia de Calidad. Si al quinto año no mejoran, se cierran. Si la ley se aprueba esto no se aplicará a establecimientos públicos y me parece muy extraño, porque para el sistema público se morigera y se mantiene igual  para los colegios subvencionados. Si tú estas proveyendo educación con el mismo currículo, en el mismo contexto, pero a uno se castiga con cierre y a otro no, me parece discriminatorio.
Fuente: http://www.latercera.com/noticia/nacional/2016/05/680-679788-9-dos-miradas-sobre-la-nueva-propuesta-de-educacion-publica.shtml

Foto: http://static.latercera.com/20160507/2290186.jpg

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España: Méndez de Vigo asegura que este tiempo requiere «dejar la educación al margen de la confrontación política»

Europa/España/Mayo 2016/Fuente: 20minutos /Autor:  Europa Press 

El ministro de Educación, Cultura y de Deporte, Iñigo Méndez de Vigo, ha subrayado la importancia de «sacar adelante un Pacto Nacional por la Educación, como ha pedido el PP y, por lo tanto, es necesario dejar a la educación al margen de toda confrontación política».

En este sentido, Méndez de Vigo ha destacado la necesidad de dar a la sociedad «certidumbre, como ya se hizo con la Constitución de 1978, y eso implica que cada nuevo Gobierno no deshaga lo hecho anteriormente».

Por eso, ha apostado porque el Pacto tenga «una vocación de globalidad, de tal manera que la educación se aleje de debates y polémicas de corto alcance como el eslogan «Lomce sí, Lomce no» y ha asegurado que este texto es una modificación de la ley anterior y «carece de esa vocación de globalidad».

Méndez de Vigo, que ha hecho estas declaraciones tras celebrar una reunión con representantes de las asociaciones de Padres y Madres de Palencia, ha subrayado que el Gobierno lleva meses trabajando para conseguir ese Pacto Nacional por la Educación «poniendo sobre la mesa los temas que interesan a todos y escuchando las opiniones y las preocupaciones de los ciudadanos».

A este respecto, ha afirmado que en este tiempo «se han puesto las primeras piedras para que ese Pacto sea una realidad», al recordar el trabajo de su departamento en aspectos como el Plan de Convivencia Escolar, el Libro Blanco de la función docente o la enseñanza de idiomas.

El ministro de Educación, Cultura y Deporte en funciones ha insistido así, a través de un comunicado de prensa recogido por Europa Press, en que el Partido Popular tiene unos principios educativos «siempre presentes» y que pasan por «la libertad de elección de centro y modelo educativo, la autoridad e importancia de los docentes, la calidad de la educación con un currículo basado en la enseñanza en competencias, la autonomía de los centros, el desarrollo de evaluaciones externas en el alumnado y la igualdad de oportunidades para todos».

Por último, Méndez de Vigo ha destacado que con la base de esos principios se ha puesto en marcha esta legislatura una reforma educativa que «ya ha empezado a dar sus frutos», con una bajada del abandono escolar temprano de seis puntos, al pasar del 26,5 en 2011 al 19,97 por ciento en 2015, «bajando por primera vez en la historia del 20 por ciento». «A este descenso seguro que ha contribuido la mejora que hemos introducido en los estudios de Formación Profesional y la introducción gradual de la FP dual, que en apenas cuatro años ha conseguido tener 20.000 estudiantes», ha puntualizado.

 

Fuente de la noticia:http://www.20minutos.es/noticia/2741090/0/mendez-vigo-asegura-que-este-tiempo-requiere-dejar-educacion-al-margen-confrontacion-politica/#xtor=AD-15&xts=467263

Fuente de la imagen: http://img.kaloo.ga/thumb?url=http%3A%2F%2Fcdn.20m.es%2Fimg2%2Frecortes%2F2016%2F05%2F07%2F278616-944-629.jpg%3Fv%3D20160507122307&md5val=fadfdf5a38a60a46cb05cda6e06f6439&key=7717406efbb73283e9b774b33f908b423c1cdfcc&method=fill&size=1080×720

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El experimento

Hugo Aboites

Qué ocurre cuando en una institución de educación superior el máximo órgano de conducción y gran parte de la estructura institucional queda en manos de estudiantes y profesores? El caos, dirán quienes defienden la importancia de una junta directiva o de gobierno que elija rector y todos los directores académicos; un Consejo Universitario integrado en parte importante por funcionarios; una rectoría fuerte; una determinación vertical de los criterios de ingreso de estudiantes y de las colegiaturas. Sin embargo, paradójicamente, esta manera de estructurar el ejercicio del poder ha propiciado fuertes conflictos (caos): en 1986-87, 1996 y 1999-2000 en la UNAM; en 1998 y 2002 en la UAM; en 2012-2013 en la UACM; en 2014 en el IPN (y, muestra de que ese esquema produce caos también en otros ámbitos), desde 2013 el incesante conflicto en torno a la reforma educativa. En todos estos conflictos una estructura vertical genera decisiones unilaterales en temas claves (aumento de cuotas, evaluación-ingreso, evaluación-despido, expedición de reglamentos, nombramiento de funcionarios). Es decir, en la educación, el esquema en que se ejercita el poder es fundamental para entender la conflictividad y para plantear la necesidad de buscar una alternativa.

Un ejemplo de alternativa es la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). Ahí no existe junta directiva o de gobierno; al rector y algunos otros funcionarios los nombra un consejo, integrado básicamente por decenas de estudiantes y profesores, más el rector, sin veto, y tres representantes del sector administrativo y, por ley, es el máximo órgano de gobierno. Las comisiones de consejo ejercen una supervisión constante sobre la administración y preparan iniciativas de reglamentos, normas o acuerdos sobre prácticamente cualquier aspecto de la vida universitaria. La organización académica descansa en tres grandes colegios o áreas de conocimiento, cuyos coordinadores e integrantes de los consejos respectivos deben ser electos por profesores y, en su caso, estudiantes. Cada plantel tiene su propio coordinador, electo también por la comunidad correspondiente e, igual, el consejo de plantel. Todo esto significa que la autonomía entendida como autogestión se expresa en prácticamente todos los ámbitos y cada esfera se relaciona con otras en formas de coordinación. La administración central no establece una relación vertical con las demás, salvo las dependencias del ámbito central. Todo esto da lugar a una tupida red de relaciones y conexiones, como las neuronales, que se activan de distinta manera según el tema. Y esto obliga a establecer constantes relaciones de coordinación y, se puede agregar, obliga a hacerlo con cautela, pues un tema puede hacer concurrir distintas áreas normativas, disciplinares o de competencias. La tendencia entonces es a una horizontalidad que alcanza también el aula y las relaciones con los estudiantes y sus organizaciones. Las tendencias centrífugas que genera este modelo se acotan con la ley interna de la UACM, los estatutos, normas, acuerdos que aprueba el CU para toda la institución y, por supuesto, con el paquete de leyes y normas nacionales y locales que aplican

Efectivamente, frente a una institución neuronal, la perspectiva vertical vería sólo un pantano sin reglas, y extrañaría el terso fluir de instrucciones desde la cúspide hasta la base de la pirámide. Por otra parte, es un tejido institucional que puede dar lugar a redundancias, y a gasto de energía para construir acuerdos, pero por ser una red que tiende a lo horizontal y difuso tiene escasos focos de conflicto. De hecho, en uno de ellos (el laboral) ni siquiera se ha dado alguna vez una huelga. La única confrontación intensa y larga que sufrió la institución (2012-2013) surgió precisamente a partir del intento de crear una rectoría fuerte, con relección y manipulación de la elección del consejo.

Este esquema ofrece ventajas adicionales. La primera es que se trata de una estructura que impone menores trabas a la creatividad y que genera, por tanto, un dinamismo que emerge desde abajo, y que le da mayor solidez a las decisiones (aunque se requiere mayor representatividad de los órganos colegiados). La segunda es un más acendrado sentido de comunidad, porque el otro aparece continuamente como una presencia con la que se debe interactuar, confrontando así el aislamiento de todavía no pocos estudiantes y profesores. La tercera ventaja es que esta malla de instancias y decisiones constituye, para un buen número, un ejercicio cotidiano de ciudadanía y democracia. Algo sistemáticamente ausente en la trayectoria de un sistema educativo, característicamente vertical.

Finalmente, este modelo genera una enorme vitalidad: una matrícula y número de titulados creciente, programas de licenciatura en cinco planteles y cinco reclusorios, profesores de tiempo completo, proyectos estudiantiles, cientos de investigaciones y actos culturales, reconocimientos, absoluta gratuidad y ausencia de examen de selección. La UACM es hoy una propuesta al mundo de la educación superior y, ante el desolador panorama creado por la autoritaria reforma en la materia, también al sistema vigente. En la educación hay otro mundo posible que desde el autoritarismo es difícil percibir. Felicidades, comunidad UACM, porque al cumplir este mes quince años, es claro que el experimento se ha transformado en una dinámica y sólida institución.

  • Rector de la UACM
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¿Hacia dónde se encamina la reforma educacional?

José Joaquín Brunner

Es un hecho que en torno a la reforma educacional impulsada por el Gobierno hay confusión. No se entienden sus propósitos, el orden y la secuencia con que ha ido desenvolviéndose, el gasto que representa para el fisco y, sobre todo, qué efectos producirán las diversas medidas adoptadas. El desconcierto es aún mayor en el caso de la enseñanza superior. La opinión pública encuestada muestra escaso entusiasmo. No percibe cómo esta reforma mejorará la calidad de las oportunidades educacionales.

En realidad, los proyectos hasta ahora aprobados, en tramitación y anunciados no tienen que ver directamente con la calidad. Su eje se orienta a ampliar la esfera de provisión, coordinación, regulación, financiamiento, fiscalización e intervención del Estado. Dicho en lenguaje antiguo, busca recrear las bases de un Estado Docente en las condiciones presentes.

La consecuencia de tal propósito es evidente. En un régimen mixto de provisión, con fuerte presencia privada subsidiada como existe en Chile, implica necesariamente disminuir el rol de los proveedores privados subvencionados. Tarde o temprano deberá trasladarse matrícula privada a los establecimientos fiscales y sustituirse el gasto de los hogares por gasto público. Aquel quedaría limitado únicamente a instituciones particulares pagadas.

Discursivamente se sostiene que esta transformación representa el paso desde una educación concebida como un bien de consumo a una educación reconocida como un derecho social garantizado. En la práctica, en tanto, significaría el paso desde un régimen mixto a un régimen de provisión administrado estatalmente con un pequeño circuito adicional de colegios particulares pagados que atenderían a los hijos herederos del capital económico, social y cultural.

Para realizar ese desplazamiento, el Gobierno impulsa un abigarrado conjunto de leyes en los niveles de la educación temprana, escolar y superior. Así avanza el proceso reformista: desde La Moneda al Mineduc y al Congreso. De ahí en adelante hay poco más, pues la implementación de las leyes promulgadas recién comienza y otras leyes ni siquiera han iniciado su tramitación.

Con todo, se sostiene que las medidas aprobadas son históricas y ofrecerían desde ya un nuevo paradigma educativo y la promesa de una mayor igualdad e inclusión.

Un balance más realista indica algo muy diferente, sin embargo.

Por lo pronto, la teoría del cambio esgrimida por el Gobierno es candorosa y equivocada. Las transformaciones apenas se hallan en papel. La real prueba de su efectividad vendrá al descender desde los aparatos centrales hacia las instituciones educativas, sus aulas, profesores y estudiantes.

También la planificación del cambio es débil: ha faltado una agenda clara, prioridades coherentes, carta de navegación y sólidas previsiones presupuestarias. La comunicación oficial de la reforma y sus medidas es confusa. Al punto que la opinión pública encuestada muestra consistentemente un alto nivel de desaprobación y los actores del sistema se hallan desconcertados.

En cuanto a la vital fase de la implementación, resulta claro que será lenta y engorrosa. Dependerá de nuevas y más detalladas prescripciones de papel (reglamentos, dictámenes, preceptos, fórmulas y resoluciones administrativas); de burocracias intermedias, interpretaciones contradictorias, dificultades operativas, insuficiencia de recursos humanos y materiales, resistencia frente al cambio de hábitos y rutinas, efectos imprevistos y fallas de gestión.

Por último, los efectos e impactos de la reforma son hasta ahora escasos. Decir que hay oportunidades de mejor calidad, mayor igualdad, menor segmentación, un clima diferente en los colegios, una nueva visión de las cosas educativas o una educación superior más organizada, todo eso es poco serio. Pertenece al mundo de los ídolos de Bacon, que no dejan razonar con claridad y confunden la realidad con los deseos.

Más bien puede anticiparse que los efectos esperados estarán definitivamente por debajo de las expectativas creadas por el discurso oficial. Comienza a reconocerse que las medidas son difíciles de implementar. Y que su orden de aprobación fue inadecuado. Existe temor de que contribuirán poco a cambiar la calidad de las oportunidades de aprendizaje y su distribución social.

Por otra parte, se aprecian desde ya algunos efectos negativos. La institucionalidad de la educación superior ha sido tensionada al máximo sin que exista siquiera un plan de reforma. La gratuidad prometida ha creado más desorden que beneficios. Hay una competencia cada vez más intensa por recursos. El crucial sector de la enseñanza técnico-profesional media y superior se halla completamente ausente del foco de atención gubernamental. Las instituciones privadas en general se sienten hostilizadas, no reconocidas por la autoridad y marginadas de los caminos de futuro de la educación chilena.

En suma, la reforma educativa del Gobierno crea confusión porque es confusa. Carece de una adecuada teoría del cambio. Su retórica va más allá de las posibilidades reales. No moviliza el apoyo de la opinión pública. Causa enfrentamientos ideológicos innecesarios. Su diseño es equivocado. Busca subsumir el espacio educacional de la sociedad dentro del espacio estatal. Por el contrario, lo que Chile necesita es un espacio educacional tan diverso y plural como su sociedad, organizado por proveedores subvencionados de diverso tipo, con igualdad de trato y sujetos todos a reglas comunes que garanticen acceso, calidad, equidad y efectividad.

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Perú: Currículo de Educación. Conoce las siete áreas que deben seguir los niños de Educación Inicial.

www.gestion.pe/07-05-2016/

El Minedu cumplió con entregar su versión del Currículo Nacional de la Educación Básica, que estuvo en un proceso de actualización desde el 2012 y aquí detallamos lo relacionado a la Educación Inicial.

El pasado 29 de abril, el Ministerio de Educación hizo entrega a la Presidencia del Consejo Nacional de Educación (CNE) del Currículo Nacional de la Educación Básica, que es el documento marco que contiene los aprendizajes que deben lograr los estudiantes en el Perú.

Pero también incluye las competencias nacionales, sus progresiones a lo largo de toda la escolaridad, así como orientaciones para la evaluación y la diversificación curricular.

El Currículo Nacional de la Educación Básica es el resultado de un proceso de actualización curricular iniciado en el año 2012.

Para su elaboración, el Minedu ha realizado reuniones y consultas virtuales y presenciales con docentes en servicio, representantes de universidades, cooperación internacional, sectores de gobierno, sector privado y expertos nacionales e internacionales en educación.

“Es un proyecto que ya ha madurado después de un largo proceso. Lo más importante ahora es enfocarnos en la implementación del currículo para que llegue a los docentes e impacte en lo que los estudiantes aprenden”, dijo el ministro de Educación, Jaime Saavedra.

Educación Inicial
Los programas curriculares de los niveles de Inicial, Primaria y Secundaria se organizan por áreas curriculares según el Plan de Estudios de cada nivel educativo.

Las áreas curriculares son una forma de organización articuladora e integradora de las competencias que se busca desarrollar en los estudiantes y de las experiencias de aprendizaje afines. En esta oportunidad, Gestion.pe te brinda un primer resumen dedicado al Programa Curricular de Educación Inicial.

Pero ¿qués es la Educación Inicial?, pues es el primer nivel de la Educación Básica Regular (EBR) que se hace cargo de la atención educativa de niños y niñas menores de seis años.

La atención educativa en el nivel Inicial se organiza en dos ciclos que responden a las características madurativas y de desarrollo del infante. El primer ciclo atiende a niños y niñas de 0 a 2 años; y el segundo ciclo se enfoca en niños y niñas de 3 a 5 años de edad, aproximadamente.

Ambos ciclos se desarrollan de forma escolarizada y no escolarizada. En el primer caso se da a través de los servicios de Cuna que atienden a niños y niñas de 0 a 2 años, y de los servicios de Cuna Jardín que atienden a niños y niñas de 0 a 5 años.

En el segundo caso, se desarrollan a través de los Programas No Escolarizados de Educación Inicial (Pronoei), de entornos comunitarios y de entornos familiares para el ciclo I y el ciclo II.

Según el Programa Curricular del Minedu, la Educación Inicial es una etapa de gran relevancia, pues en ella se establecen las bases para el desarrollo del potencial biológico, afectivo, cognitivo y social de niños y niñas. Está orientada al desarrollo de competencias, reconociendo en niños y niñas sus propias particularidades, ritmos de desarrollo e intereses.

En ese contexto, el documento establece siete áreas curriculares que deben seguir los centros de Educación Inicial:

  1. Área de Personal Social: Las características propias de los niños y niñas hacen que el tratamiento curricular en este nivel educativo no recaiga sobre todas las competencias que deben ser logradas por los estudiantes al final de la EBR, sino sobre aquellas que constituyen la base para el desarrollo y aprendizaje del niño y niña en el nivel de Educación Inicial y en sus aprendizajes futuros. En ese sentido, las competencias que desarrollan los aspectos básicos de los estudiantes en los ciclos I y II son: Construye su identidad y Convive y participa democráticamente.

  2. Área Psicomotriz: Las características propias de los niños y niñas hacen que la mirada curricular en este nivel no sea sobre todas las competencias que deben ser logradas al final de la EBR, sino sobre aquellas que constituyen la base para el desarrollo y aprendizaje del niño y niña en Educación Inicial y en sus aprendizajes futuros. En ese sentido, la competencia que desarrolla los aspectos básicos psicomotrices es Se desenvuelve de manera autónoma a través de su motricidad y es a partir de esta competencia que se desarrollarán los aprendizajes futuros.

  3. Área de Comunicación: El área de Comunicación considera las competencias relacionadas con la comprensión y producción de textos orales de acuerdo a su nivel de desarrollo y del contexto en que se desenvuelven, así como la iniciación a la lectura y a la escritura a través del contacto con los textos escritos. En ese sentido, el área se ocupa de promover y facilitar que los estudiantes a lo largo de la Educación Básica desarrollen las siguientes competencias: Se comunica oralmente en su lengua materna, Lee diversos tipos de textos de forma crítica y Escribe diversos tipos de textos de forma reflexiva.

  4. Área de Castellano como segunda lengua: Los niños aprenden en un inicio a comunicarse en su lengua materna (lengua originaria) y luego a través de otras formas de expresión propias de su cultura. Durante los primeros años se da el mayor desarrollo de su lengua materna y es fundamental que se consolide plenamente. Es a partir del intercambio comunicativo con su entorno que los niños empiezan a comprender lo que otros dicen y hacen, y a producir sus propias expresiones con la finalidad de comunicarse.

En el Perú existen comunidades en las que además de su lengua materna, los niños están en contacto con el castellano. Esta lengua es parte del medio social donde se desenvuelven. De este modo los niños se acercan al castellano como segunda lengua y a partir de este contacto empiezan a comprenderlo y luego a expresar algunas ideas.

  1. Área de Descubrimiento del Mundo: Debido a las características madurativas de los niños y niñas del I ciclo, se plantea el área de Descubrimiento del mundo. La finalidad de esta área es visualizar el proceso del desarrollo del pensamiento de los niños y niñas menores de tres años, a través de tres competencias que luego tendrán continuidad a lo largo de la Educación Básica en las áreas de Matemática y de Ciencia y Tecnología.

Estas competencias son: Resuelve problemas de cantidad, Resuelve problemas de forma, movimiento y localización e Indaga mediante métodos científicos.

  1. Área de Matemática: El desarrollo de las competencias matemáticas adopta algunos rasgos específicos en el nivel de Educación Inicial. Los niños, desde que nacen, tienen una fuerza interior que los moviliza a conocer y explorar de manera natural todo aquello que los rodea utilizando sus propias estrategias para encontrar relaciones y resolver problemas cotidianos o situaciones que suponen un desafío para ellos.

En un principio, niños y niñas realizan asociaciones básicas y utilizan un lenguaje muy sencillo para expresar sus ideas y hallazgos, lo que contribuye poco a poco a desarrollar su pensamiento matemático. Estas características propias de los niños y niñas hacen que la mirada curricular en este nivel no sea sobre todas las competencias que deben ser logradas al final de la EBR, sino sobre aquellas que constituyen la base para el desarrollo y aprendizaje del niño y niña en el nivel de Educación Inicial y en sus aprendizajes futuros.

Para el nivel de Educación Inicial, en el área de Matemática en el II ciclo se ha visto por conveniente hacer énfasis en el desarrollo de las competencias Resuelve problemas de cantidad y Resuelve problemas de forma, movimiento y localización.

  1. Área de Ciencia y Tecnología: El área de Ciencia y la Tecnología parte de esta curiosidad natural de los niños y las niñas, de su asombro y deseo por conocer y comprender el ambiente que los rodea. Tiene como propósito promover experiencias que los motiven a cuestionar los hechos que son de su interés, expresar sus ideas y obtener información que le permita construir conocimientos y comprender el mundo natural y artificial que habitan.

Las características propias de los niños y niñas hacen que el tratamiento curricular en este nivel no recaiga sobre todas las competencias que deben ser logradas al final de la EBR, sino sobre aquellas que constituyen la base para el desarrollo y aprendizaje del niño y niña en el nivel de Educación Inicial y en sus aprendizajes futuros.

El área de Ciencia y Tecnología, en el II ciclo, favorece el desarrollo de la competencia Indaga mediante métodos científicos. Dicha competencia, en nivel de Educación Inicial, se denomina Explora su entorno para conocerlo.

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Higher education and neoliberal temptation A conversation with Henry Giroux

Fuente: Eurozine / 7 de Mayo de 2016

Henry Giroux, Almantas Samalavicius

Higher education and neoliberal temptation

A conversation with Henry Giroux

If the university is to survive, faculty are going to have to rethink their roles as critical public intellectuals, connect their scholarship to broader social issues and learn how to write for and speak to a broader public. Of this much, the cultural critic and doyen of critical pedagogy Henry Giroux is convinced.

Almantas Samalavicius: The neoliberal agenda that came into being a few decades ago in the northern hemisphere, and was eventually globalized, now seems to threaten systems of higher education worldwide. The persistence of this phenomenon has become alarming to many who care about its social consequences. As you have correctly and insightfully observed in your 2014 book Neoliberalism’s War on Higher Education, «a full-fledged assault is also being waged on higher education in North America, the United Kingdom and various European countries. While the nature of the assault varies across countries, there is a common set of assumptions and practices driving the transformation of higher education into an adjunct of corporate power and values». Why is this agenda taking over societies that are so different from each other? What makes neoliberalism so overwhelmingly powerful and resistant to criticism as well as to social action? Why do governments give themselves up to neoliberal ideology, even if they claim to represent quite different ideological positions?

Henry Giroux: For all of its differences, neoliberalism brings together a number of elements that makes it appear almost insurmountable, if not universal, in its ability to normalize itself and convince the rest of the world that there is no alternative as Margaret Thatcher once argued.

First, it has created a new set of power relations in which power is global and politics is local. The financial elite now operate in the global flows of capital and have no allegiance to the nation-state or to the social contract that mediated between labour and capital in the post-war period. This separation points to a crisis of agency on the part of the state and a crisis of politics in terms of the ability to develop social formations that can challenge capital on a global rather than simply a local scale. The nation-state can no longer make concrete decisions on the economic level or create social provisions necessary to limit the effects of the market and offer the most basic services for people.

At the nation level, state sovereignty has been transformed into economic sovereignty. Governments don’t give themselves up, they have been hijacked by the institutions, power and wealth of the global elite. There is no way for states to challenge global forms of governance. We must remember that neoliberalism is very powerful not only because of its economic structures but also because of its pedagogical and ideological power. It not only consolidates wealth and power in different wars for the ultra-rich, it also controls all of those cultural apparatuses and pedagogical sites that function to produce identities, desires and values that mimic the market. In this sense it is a mode of governance that controls all of social life and not simply the market.

As a mode of governance, it produces identities, subjects and ways of life free of government regulations, driven by a survival of the fittest ethic, grounded in the idea of the free, possessive individual and committed to the right of ruling groups and institutions to accrue wealth removed from matters of ethics and social costs. As a policy and political project, neoliberalism is wedded to the privatization of public services, the selling off of state functions, the deregulation of finance and labour, the elimination of the welfare state and unions, the liberalization of trade in goods and capital investment and the marketization and commodification of society. As a form of public pedagogy and cultural politics, neoliberalism casts all dimensions of life in terms of market rationality.

AS: As public higher education withers in a number of countries, either various policies of privatizing higher education are introduced or the logic of the market takes over. More and more universities and other institutions of higher education are being run as if they were large multinational companies seeking immediate profit; politicians and administrators speak out for efficiency, marketability of knowledge, institutional sensitivity and adaptability to the market, etc. What do you think will be the social and cultural price if this tendency continues to retain the upper hand? And do you see any possibilities to resist this global transformation of universities as well as higher education in general?

HG: If this tendency continues, it will mean the death of critical thinking and higher education will simply become another ideological apparatus dedicated to training rather than education, stifling critical inquiry rather than nurturing it – and will narrow if not kill the imagination rather than cultivate it. One consequence will be that knowledge will be utterly commodified, students will be defined in utterly instrumental terms and the obligations of citizenship will be reduced to the private orbits of self-interest, consumption and commodification. This nightmare scenario will reinforce one of the central tendencies of totalitarianism; that is, a society dominated by thoughtlessness, stupidity and diverse modes of depoliticization.

In the United States and in many other countries, many of the problems in higher education can be linked to low funding, the domination of universities by market mechanisms, the rise of for-profit colleges, the intrusion of the national security state and the lack of faculty self-governance, all of which not only contradicts the culture and democratic value of higher education but also makes a mockery of the very meaning and mission of the university as a democratic public sphere. Decreased financial support for higher education stands in sharp contrast to increased support for tax benefits for the rich, big banks, military budgets and mega corporations. Rather than enlarge the moral imagination and critical capacities of students, too many universities are now wedded to producing would-be hedge fund managers, depoliticized students and creating modes of education that promote a «technically trained docility».

Strapped for money and increasingly defined in the language of corporate culture, many universities are now driven principally by vocational, military and economic considerations while increasingly removing academic knowledge production from democratic values and projects. The ideal of the university as a place to think, to engage in thoughtful consideration, promote dialogue and learn how to hold power accountable is viewed as a threat to neoliberal modes of governance. At the same time, higher education is viewed by the apostles of market fundamentalism as a space for producing profits, educating a docile labour force and a powerful institution for indoctrinating students into accepting the obedience demanded by the corporate order.

However, it is crucial to remember that power is never without resistance and this suggests that faculty, students, unions and broader social movements must fight to regain higher education as a democratic public sphere. In addition, it must be made clear to a larger public that higher education is not simply about educating young people to be smart, socially responsible and adequately prepared for what ever notions of the future they can imagine, but that higher education is central to democracy itself.

Without the formative culture that makes democracy possible, there will be no critical agents, no foundation for enabling people to hold power accountable and no wider foundation for challenging neoliberalism as a mode of governance and political and ideological rationality. The struggle over higher education and its democratic misuse cannot be separated from the struggle to undo the reign of markets, neoliberalism and the ideologies informing this savage market fundamentalism. We see this struggle being taken up in precisely these terms in many countries in Latin America, the United Kingdom and the United States. Time will tell if they can spark a global movement to transform both higher education and the political and economic system that holds it hostage.

AS: The American research university has been a model institution of higher education during the last half-century in many places of the globe. Despite the spectacular ascent of multiversity, proclaimed as early as 1963 by Clark Kerr in his famous book The Uses of the University, the production of research is in fact just one of the university’s functions. However, this function is taken for granted and even fetishized. Meanwhile, the teaching and education of informed, responsible citizens, capable of critical scrutiny as well as many of the other tasks of higher education, have been largely neglected and ignored. Do you see this imbalance in the functions of the university as threatening? What are the potential dangers of imagining the university exclusively as a research enterprise that relinquishes any commitment to teaching and cultivating a critical consciousness?

HG: The role of research in the university cannot be separated from the modes of power that influence how research is defined and carried out. Under the reign of neoliberalism and given the encroaching power of the military-industrial complex, research is prioritized and rewarded when it serves the interests of the larger society. In this instance, research becomes armed and instrumentalized, serving largely the interests of powerful corporations or the ongoing death-machine of the military and its corporate allies. Research that matters informs teaching and vice versa. Universities are not factories and should not be defined as such. They are there to serve faculty, students and the wider community in the interests of furthering the public good. When the latter become subordinated to a research agenda that is simply about accumulating capital, the critical, moral and political essence of the university withers and everybody who believes in a democracy is marked for either failure, exclusion or punishment.

The corporate university is the ultimate expression of a disimagination machine, which employs a top-down authoritarian style of power, mimics a business culture, infantilizes students by treating them as consumers and depoliticizes faculty by removing them from all forms of governance. Clearly all of these defining relations produced by the neoliberal university have to be challenged and changed.

AS: Traditionally, the university has been understood as community of scholars and students. However, there are multiple reasons for the university hardly existing any more in these terms. Back in the 1970s, the American social thinker Paul Goodman still articulated a vision of a community of scholars but during recent decades, academics either function simply as obedient personnel afraid to lose their diminishing rights and «privileges» (if there are any at all) or otherwise their collective voice is hardly heard. How can public criticism get back to where it should belong – i.e. in the universities?

HG: The increasing corporatization of higher education poses a dire threat to its role as a democratic public sphere and a vital site where faculty can address important social issues, be self-reflective and learn the knowledge, values and ideas central to deepening and expanding the capacities required to be engaged and critical agents. Unfortunately, with the rise of the corporate university which now defines all aspects of governing, curriculum, financial matters and a host of other academic policies, education is now largely about training, creating an elite class of managers and eviscerating those forms of knowledge that conjure up what might be considered dangerous forms of moral witnessing and collective political action.

Many faculty have bought into this model because it is safe for them and they get rewarded. If the university is to survive, faculty are going to have to rethink their roles as critical public intellectuals, connect their scholarship to broader social issues and learn how to write for and speak to a broader public. Neoliberal modes of governance reinforce the worse dimensions of the university: specialisms, a cult of distorted professionalism, a narrow empiricism, unwillingness to work with others and a mode of scholarship steeped in obtuse and often mind-numbing discourse. All of this must change for faculty or they will not only be unable to defend their own labour as academics, they will continue to lose power to the corporate and managerial elite.

AS: Higher education is intrinsically connected to what is usually termed as a public good, however, as you penetratingly observe «under the current regime of neoliberalism, schools have been transformed into a private right rather than a public good». Do you think it is possible for higher education to reclaim its role in creating and providing a public good or at least providing a setting where a public good might be created? Under what conditions can are universities able to perform such a task? How can they get support from the public? Can one count on public intellectuals at all?

HG: Universities are suffering from a crisis of legitimacy and a crisis of agency. If they are going to regain their role as a public good, faculty, students and other educational progressives are going to have to strongly challenge the current role of higher education. This means that faculty, students and various groups outside of the university are going to have to engage in a range of acts of civil disobedience extending from occupying classrooms to mobilizing larger populations in the street to force the hand of corporate power and its allies.

We saw this happen in Quebec a few years ago and such actions must be repeated on a global level. Public intellectuals are absolutely necessary to participate meaningfully in this role. We rarely hear about them but there are plenty of academics acting as public intellectuals, not only in the liberal arts, social sciences and humanities, but also in the health sciences where faculty are working closely with communities to improve the conditions of the often poor residents who reside in these communities. While public intellectuals can ask important questions, provide a critical language, help write policy and work with social movements, any real change will only come from the outside when social formations, educators and other progressive groups can force the hands of political power, governance and legislation.

AS: Despite higher education’s present orientation toward the market and the reign of an ideology that glorifies the market even in those spheres where it is not supposed to and cannot work, what is your vision of the coming tendencies in higher education during the next decades? Do you expect the present trends concerning the marketization of higher education to be finally reversed? Or will we witness the final triumph of neoliberalism?

HG: I am not optimistic but hopeful. That means, I don’t think progressive change will come by default, but only by recognizing the problems that have to be faced and then addressing them. The latter is a matter of real hope. The cruelty, barbarism and violence of neoliberalism is no longer invisible, the contradictions it produces abound and the misery it inflicts has become extreme. Out of the ashes will hopefully rise the phoenix of hope.

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