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“Jamás desistir de mis sueños y nunca dejar de estudiar”

Con la energía que caracteriza a los jóvenes de 18 años, Valeria Ferreira Moreira se despierta todos los días a las 5 de la mañana para ir al gimnasio y a las 8 llega a la oficina de la firma de bienes raíces donde consiguió su primer empleo. “¡Estoy súper contenta! Antes, hacía mi pasantía por la mañana, en la tarde iba al colegio y, en la noche, al curso de administración del Programa Aprendiz. Después de 12 meses, me promovieron a mi función actual, y firmé un contrato de trabajo que me dio acceso a un empleo formal y todos los derechos laborales”.

Ahora, Valeria se desempeña como encargada de obras y, junto con el supervisor, gestiona la ejecución de construcciones, medición de obras, planos de construcción y la coordinación de 20 trabajadores.

Lamentablemente, la historia de Valeria no se parece a la de muchos jóvenes de Latinoamérica. En la región, uno de los desafíos más importantes  sigue siendo garantizar el acceso de los jóvenes a empleos de calidad. Según la Organización Internacional del Trabajo, los jóvenes latinoamericanos y caribeñosenfrentaban una tasa de desempleo urbano de 13,3% en 2014 (una proporción que triplica la de los adultos) y además, 6 de cada 10 jóvenes, que sí consiguen ocupación, se ven obligados a aceptar empleos en la economía informal. En total, se estima que unos 20 millones de jóvenes en la región no estudian ni trabajan, debido en gran parte a la frustración y el desaliento por la falta de oportunidades en el mercado laboral.

Valeria comprende que es un caso de excepción y es muy afortunada porque en su país, Brasil, la reciente crisis económica ha puesto a los jóvenes en una situación aún más vulnerable en el mercado laboral. Según los datos señalados por la Encuesta Nacional por Muestreo de Domicilios Continuo, la tasa de desempleo de 18 a 24 años alcanzó 18,6% en 2014. En el estado de Ceará, donde vive Valeria, la crisis ha afectado aún más: desde el último trimestre de 2014 la tasa de desocupación de los jóvenes ha subido más de 5 puntos, alcanzando 21,2% al final de 2015.

Más allá de las dinámicas propias de los mercados laborales, en una publicación reciente del BID se señala un aspecto específico que actúa en contra  de la empleabilidad de esa población. Muestra que en Chile, Brasil y Argentina, empresarios reportan que las habilidades socioemocionales son las más difíciles de encontrar en la fuerza de trabajo juvenil. A pesar de que estas habilidades (autoestima, autocontrol, responsabilidad) son determinantes claves de los resultados laborales, no contamos con muchos modelos que las promuevan desde el sistema educativo.

El estado de Ceará ha sido pionero en la implementación de programas que desarrollan habilidades socioemocionales en secundaria. Su filosofía ha sido fomentar el “protagonismo estudiantil” durante los últimos 3 años de la escolaridad obligatoria a través de un currículo más personalizado. “Las clases del Núcleo eran mis favoritas. Nos permitían descubrirnos, entender quiénes somos, cómo somos, a establecer metas, darles alas a nuestros sueños y a identificar si nuestras acciones contribuyen o no para lograrlos”, comenta Valeria.

Ella se refiere al programa Núcleo de Trabalho, Pesquisa e Práticas Sociais(NTPPS), una iniciativa de la Secretaría de Educación del Estado de Ceará y de la ONG Instituto Aliança com Adolescente. Este programa innovador tiene como objetivo desarrollar habilidades socioemocionales a través de un curso adicional dentro de la malla curricular. Los profesores del NTPPS reciben capacitaciones mensuales y encuentros de intercambio de experiencias. El programa tiene materiales didácticos específicos y estructurados, una planificación de las clases y una trayectoria formativa que se centra en el individuo, la familia, la comunidad y el mundo del trabajo en base a una metodología de investigación, de aprendizaje por proyectos y multidisciplinaria. Hoy ya son casi 25% de las escuelas secundarias de Ceará que implantan este Programa.

La División de Educación del BID está realizando una evaluación experimentalde este programa en 72 escuelas en Ceará. Los resultados preliminares sugieren que el programa parece ser exitoso en la retención de los jóvenes con mayor riesgo de abandono: aquellos con mayor edad, con menor desempeño académico y menores niveles de autoestima. También encontramos efectos positivos en las aspiraciones ocupacionales de los estudiantes beneficiados del programa, quienes reportaron con más frecuencia aspirar a puestos gerenciales o de alta responsabilidad.

Yo quiero conocer más de ingeniería antes de ingresar en un curso en educación superior. Es cansado trabajar y estudiar todos los días, pero es el empleo que me ha permitido seguir el curso técnico de edificaciones”. Valeria sueña en seguir una carrera como ingeniera – “las dos cosas más importantes que he aprendido en el NTPPS, en el Programa Aprendiz y ahora en el trabajo son: jamás desistir de mis sueños y nunca dejar de estudiar; quiero conocer más, aprender más; sé que hay obstáculos – ¿puedes imaginar una mujer de 18 años coordinando 20 trabajadores hombres? -, pero conozco mis fortalezas y estoy segura de que puedo superar los desafíos”.

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Desconectados: Habilidades, empleo y educación en América Latina

Fuente: BID / 29 de Abril de 2016

“El futuro del mundo está en los jóvenes” es una oración corta que en una fracción de segundo produce más de 55 millones de resultados a través de uno de los motores de búsqueda en internet. Es a la vez una frase conocida y una sentencia que conlleva una enorme carga. Sin embargo, en una región como América Latina y el Caribe, donde la gran mayoría de los estudiantes no llega a la universidad sino que sale de la secundaria —no siempre completa— a vincularse al mercado de trabajo, ¿cómo se está preparando hoy en día a estos jóvenes para que cumplan su función como integrantes plenos del “futuro del mundo”? Para aquellos jóvenes que no continúan hacia la educación superior, la escuela secundaria constituye una plataforma desde la cual los estudiantes buscan y consiguen sus primeros empleos. Una transición de la escuela al trabajo exitosa requiere que el aprendizaje obtenido en las aulas sea relevante y pertinente en el mercado laboral.

Esta es precisamente la preocupación que guía al libro Desconectados, en el cual se busca responder a esta pregunta abordando el tema de la transición de la escuela al ámbito laboral para los estudiantes y egresados de la educación secundaria. En un mercado de trabajo complejo, exigente y globalizado ¿qué oportunidades tienen? Considerando que el acceso a la educación está creciendo en forma masiva en la región, ¿cómo pueden competir?

El análisis se aborda a través de un enfoque innovador y mediante información original recolectada a través de dos grandes encuestas, una sobre trayectorias y habilidades conducida en Chile y Argentina en 2008 y 2010 respectivamente, y otra sobre demanda de habilidades realizada entre empresarios de Argentina, Brasil y Chile en 2010, cuyos resultados muestran que se requieren políticas educativas urgentes no solo para abordar el problema de la calidad de la educación, sino de la pertinencia de la misma cuando se trata de facilitar las transiciones de los jóvenes al mundo del trabajo.

La información nueva que se consigna en este libro constituye un aporte inicial para dar curso a un debate a todas luces impostergable, si se quiere que los jóvenes latinoamericanos logren un desempeño exitoso en el ámbito laboral, en la sociedad en general y en un mundo competitivo y globalizado.

 

Los enlaces de los capítulos:

Con el Mundo por delante

Panorama laboral de los jóvenes en América Latina

Sistema educativo: cantidad sin calidad

En busca de las claves: ¿Dónde y cuándo se forman las habilidades cognitivas y las socioemocionales?

¿Fábrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo al mercado laboral

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra

Repensar la escuela para el mundo del trabajo actual

 

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Mareas cívicas y educación pública

El agrandamiento de las brechas sociales de las últimas décadas tiene ahora, de la mano de los nuevos movimientos sociales, una histórica oportunidad para tratar de mermarlas. El 24-M, que marca la llegada al poder municipal y autonómico de las mareas ciudadanas, acarrea una gran bocanada de optimismo para el fortalecimiento de la educación pública. Es una oportunidad para repensar las finalidades y modos de apoyo de la ciudadanía a las instituciones escolares públicas.

Urge reforzar la filosofía de las ciudades educadoras e implicar a la ciudadanía en esta obligación de coeducarnos de una manera más activa, reflexiva y crítica. Una ciudadanía dispuesta a responsabilizarse de la educación de los miembros de su comunidad, sean o no sus hijos o sus familiares, es una maravillosa fuente de recursos para cooperar con el profesorado y el alumnado. Las mareas son una poderosa vía para inplementar políticas eficientes dirigidas a hacer frente a la inequidad en los accesos a recursos y programas culturales: museos, bibliotecas, salas de conciertos, polideportivos, parques y programas de actividades extraescolares… que reciben dinero público. Necesitamos coordinar de manera más eficiente los recursos disponibles en la comunidad; vertebrar todas las redes culturales dedicadas a educar y divulgar el conocimiento. Planificar sus programas en equipo con los centros escolares ayudará a sacarles mejor partido.

Son vitales políticas de redistribución de fondos económicos y de acceso a recursos de la comunidad destinadas a los centros públicos que atienden a poblaciones más necesitadas y, que en su interior, manifiestan mayor diversidad de estudiantes. En este sentido, son los ayuntamientos quienes más pueden contribuir a hacer realidad el acceso y derecho a una educación infantil 0-6 de calidad, una etapa injustamente descuidada por los poderes públicos.

Como dijo John Dewey, el fin de la educación es participar en la corrección de los privilegios y de las privaciones injustas, no perpetuarlas.

Imagen:

Mario Gonzalez Chavajay – “Camino a la Escuela” (2004)

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MIDE no mide lo que dice medir

 

Se argumenta que para que MIDE de cuenta de la calidad de las instituciones, los resultados que arroje deben reflejar propiedades objetivas de las mismas. Las características y el ordenamiento de las instituciones por su supuesto “grado de calidad” deben ser independientes del modelo. Un análisis de MIDE muestra fácilmente que el ranking de universidades es un artificio que depende del modelo, por lo tanto es subjetivo e inválido para el fin alegado. Un análisis detallado de las variables usadas por el MIDE, también permite concluir que, independientemente del modelo con el cual se elabore el ranking, tales variables son cuestionables. Se muestra que la implementación del MIDE y la publicación de los resultados se salta el debido proceso jurídico y las buenas prácticas investigativas. Finalmente, se enfatiza el carácter subjetivo de este tipo de mediciones de la “calidad”, y de los ranking en general, con lo cual resultan en contra vía de los alegados propósitos.

Recientemente, los medios de comunicación informaron de la existencia del Modelo de Indicadores del Desempeño de la Educación Superior MIDE, elaborado con el apoyo del Ministerio de Educación de Colombia, y de la publicación de un ranking de las universidades colombianas según su grado de calidad elaborado con base en el MIDE. El modelo evalúa una función que tiene como entrada un conjunto de datos que corresponden a cada universidad estudiada y como salida un único índice que determina su calidad, llamado “puntaje nacional”.

La modelación es de gran utilidad y se usa ampliamente en muchos campos. Un modelo se apoya en teorías y experimentos, constituye una “simulación”, o representación matemática de un sistema. Un modelo válido debe ser “estable” o “robusto”, eso significa que sus parámetros se deben ajustar “en un punto de equilibrio del espacio de parámetros”. El índice que evalúa MIDE es la suma de tres índices, uno que toma valores entre 1 y 40 corresponde a los estudiantes, otro de 1 a 40 a los docentes y otro de 1 a 20 al entorno.

En MIDE, los valores 40-40-20 no fueron obtenidos con el criterio de estabilidad, porque es imposible que este modelo tenga equilibrios. Por lo tanto, si se cambian esos valores, por ejemplo a 37-42-21, o 45-36-19, el ranking cambiará (cualquier tripleta de números tomados al azar, cuya suma sea 100, definiría un modelo diferente que conduciría a un ranking final diferente); esto es suficiente para invalidar el «modelo» (porque los ordenamientos que arroja no son propiedades de la realidad que pretende describir sino «model-dependent artifacts»). Así, la evaluación resulta dependiente del modelo y subjetiva, por lo tanto inaceptable.

El modelo desglosa cada campo en dos subcampos. Así, aparecen seis nuevos valores: 25% desempeño, 15% graduados, 20% docencia, 20% investigación de los docentes, 10% presencia y atracción, 10% internacionalización. Los pesos asignados son igualmente arbitrarios. Finalmente, estos seis subcampos se dividen en 18 sub-sub-campos. Es decir, el modelo tiene 18 variables (los datos de los sub-sub-campos) y 18 parámetros (los factores de peso de cada variable).

Se pretende usar fuentes de datos para asignarles valores a las 18 variables de sub-sub-campos que, supuestamente, son “objetivas”: de las citaciones, de la empleabilidad, de las obras artísticas, del paso a posgrado, etc.

El modelo MIDE habla de la calidad como si fuera un observable, pero no la define ni establece la forma de medirla. Por lo tanto no considera las barras de error de la determinación experimental de “la calidad”.

Varios indicadores se expresan con tres cifras decimales, implicando con ello que los autores creen que los errores comienzan a actuar a partir de la cuarta cifra; así, en “puntaje en docencia” varias instituciones aparecen “empatadas” en el puesto 168 con 33,725 puntos (son 21 instituciones “cuya docencia tiene una calidad tan pareja” que las “diferencias” sólo se empiezan a “notar” a partir de la cuarta cifra decimal). La diferencia de puntaje en “docencia” entre las instituciones del puesto 168 y la primera en este subcampo (Seminario Bíblico Colombiano) es de 32 puntos, con lo cual la distancia promedio entre dos puntajes consecutivos de este subcampo es de 0.2, por eso no deja de llamar la atención el múltiple “empate”, un extraño fenómeno natural. Las diferencias por nivel de “internacionalización” (Inglés Saber Pro y coautoría con extranjeros) entre Reformada y Barraquer, ubicadas consecutivamente en este subcampo, se expresan diciendo que la primera tiene 15,02 y la segunda 15,23, se “notan” en las décimas, aquí “ya no se puede decir que están empatadas”, es curioso que el ministerio de educación de un país elabore un reporte para contar que una de esas instituciones “le gana en internacionalización” a la otra.

No se menciona la incertidumbre de la ubicación en el ranking. No se considera el poder de resolución de su índice, por ejemplo mediante un criterio análogo al de Rayleigh. Este hecho es indispensable para reconocerle validez a la evaluación de la función que entrega el ranking: la diferencia entre los puntajes totales de dos instituciones ubicadas consecutivamente en el ranking debe ser superior a las incertidumbres de los mismos, de lo contrario tienen “empate técnico”. La metrología ofrece medios para evaluar la incertidumbre de una función dependiente de datos que a su vez tienen incertidumbres. Aquí se tienen 36 incertidumbres: las 18 de cada uno de los parámetros (de los factores de peso del modelo que, recordemos, son números aleatorios aunque los autores se hayan permitido escoger ciertos valores) y las 18 de cada una de las variables de entrada (de los datos de cada universidad), con las cuales se calcularía la incertidumbre de la salida, o sea del puntaje que determina la posición en el ranking (luego de aplicar un criterio de resolución).

Pero, mucho antes de hablar de la estabilidad de un modelo respecto a variaciones de los parámetros y de incertidumbres y barras de error, incluso de “modelos”, se requiere asegurarse de que las variables que caracterizan los estados del sistema que se quiere modelar si sean las apropiadas. El análisis de tales variables brilla por su ausencia en el modelo MIDE. Lo propiedad más elemental, el signo de la variable, no se considera. Ciertos indicadores, por ejemplo tener muchas coautorías con extranjeros, pueden ser «buenos» (signo positivo), pero también, con argumentos sólidos pueden declararse «malos» (signo negativo). Así, alrededor del 60% de los artículos de Colombia fueron hechos en colaboración internacional y alrededor del 20% de los artículos de China, Brasil y Estados Unidos fueron hechos en colaboración internacional (datos de SCImago). Por su parte, el MIDE dice que las universidades que publican más artículos con colaboradores extranjeros merecen por ello mejores puntajes que las que no lo hacen. En este aspecto, una universidad típica de Colombia sería mejor que una de los países mencionados, afirmación discutible. Este detalle simple permitiría invalidar el modelo, porque evidencia el uso de indicadores cuyo significado no se tiene claro. Pero hay otras variables que merecen descalificaciones similares.

Se tiene posible redundancia de ciertos indicadores. Por ejemplo, los de «investigación» no son indicadores mutuamente independientes. Así, «investigadores de Colciencias» y “artículos” se consideran como indicadores distintos, ¿pero son independientes? La calificación de Colciencias a las hojas de vida no se refiere a la calidad sino a aspectos formales (depende del nivel de aprendizaje y entrenamiento en el uso del software CvLAC, es subjetivo), por lo tanto su uso por parte del ministerio para calificar la calidad de los profesores es inapropiado. CvLAC utiliza el índice de impacto de las revistas y evalúa los libros con criterios formales, igualmente inapropiados. Si se pretende calificar la producción de los profesores, debería aceptarse que ésta es muy diversa; por ejemplo, los libros y las obras literarias en general se quedan por fuera, pues no se trata de artículos, obras de arte, patentes, citaciones o el ranking de Colciencias. Vale la pena mencionar que en la investigación (y en las otras actividades creativas del campo “docentes”, como obras de arte, por ejemplo) participan no solo profesores sino estudiantes, contratistas y personas de fuera de la institución. De nuevo, se usan indicadores cuyo significado no se ajusta a su uso.

Se utilizan los números resultantes de tres «pruebas» Saber Pro para caracterizar la calidad de los estudiantes y de Inglés Saber Pro para caracterizar el grado de internacionalización. Similarmente que el índice asignado por Colciencias a los investigadores, lo que mide Saber Pro es el nivel de entrenamiento y habilidad en un juego, de ninguna manera el nivel académico de los participantes. ¿Cómo es posible que unas encuestas de marcación múltiple se utilicen para introducirles matices o sobrepasar los títulos universitarios que fueron resultado de un conjunto muy grande y diverso de materias y de evaluaciones a cargo de expertos (no propiamente con escogencia múltiple o falso-verdadero)? Y hay un atrevimiento mayor aún: decir que las habilidades de los estudiantes para jugar Saber Pro son indicadores de calidad de las universidades en las cuales dichos alumnos se matricularon en las más diversas materias, y que la habilidad de los estudiantes para jugar Inglés Saber Pro es indicador del nivel de internacionalización de la universidad. ¿Qué tienen que ver esos números con la “alta” o “baja” calidad de las universidades? Idénticamente podrían usarse los valores de los carros de los estudiantes, o los indicadores de la salud oral, para determinar la calidad de las universidades.

Se usan indicadores que les permite una mejor ubicación en el ranking a las universidades a las cuales usualmente asisten personas de familias influyentes. Por ejemplo, «salario de enganche» como indicador de la calidad de una universidad. Igualmente «empleabilidad». Decir que una universidad con más «ingresos propios» es de mejor calidad que una que no los tiene, favorece a las universidades privadas respecto a las públicas. Con todo esto se están comparando universidades que no pueden ser comparadas. La objeción central en este aspecto es que el ranking MIDE convierte correlación en causación, dice que si dos cosas ocurren simultáneamente, una es causa de la otra (por ejemplo, que jugar bien Saber Pro es causado por estar matriculado en una universidad de calidad).

Docentes con doctorado y docentes con posgrado son indicadores no independientes. Paradójicamente, lo que caracteriza a una universidad “de garaje» (de negocio) es depender de profesores por horas y poseer una gran nómina informal. El ranking MIDE no intentó contabilizar esos contratos. Se recalcan indicadores irrelevantes de la calidad de una universidad, se “cuantifican” cosas que son atributos de los estudiantes, sus familias y su pertenencia social y se hacen pasar como atributos de las universidades. Pero se omiten aspectos esenciales, como la nómina informal de profesores. Un aspecto esencial a considerar, pero que se omite es el siguiente: ¿en qué medida los sistemas curriculares permiten el libre desarrollo de las más diversas fortalezas individuales de los alumnos?, ¿en qué medida la dirección central de la universidad protege y estimula culturas curriculares que estandarizan y controlan el trabajo de los alumnos?, en últimas ¿cuál es el grado de libertad con el cual las personas que asisten a la institución realizan su trabajo?

La publicación de MIDE, independiente de la validez del modelo y de la calidad de la medición como tal, merece criticarse desde el punto de vista del “debido proceso”. Los resultados tienen efectos de “premios” y “castigos”, por lo tanto los implicados por cualquier veredicto tienen derecho a conocer las pruebas y a controvertirlas antes de la asignación oficial de la “medalla” o la “condena”. La apelación, la solicitud formal de aclaración y la posibilidad real de rectificación son componentes esenciales del debido proceso.

Dos “colombianadas” típicas en el campo académico son prometer resultados de investigaciones que se quisieran realizar, y anunciar resultados sin tener seguridad de su validez. Desde el punto de vista de las debidas prácticas investigativas, un nuevo modelo o instrumento debe someterse a pruebas antes de divulgarse y usarse oficialmente, debe haber una etapa preliminar de experimentos y validaciones antes de la publicación. También tiene su aspecto jurídico: la norma debe tener un proceso riguroso de discusión y decantación antes de oficializarse y de aplicarse. Jurgen Habermas (en Conciencia Moral y Acción Comunicativa) y otros autores dan como criterio de validez de una norma su aceptación por los involucrados. Nada de esto se hizo con MIDE: elaboró un procedimiento cuestionable, lo implementó y publicó los resultados saltándose el debido proceso jurídico y las buenas prácticas investigativas. Lo mismo que hace Colciencias desde tiempos inmemoriales.

MIDE recoge todo lo cuestionable de los ranking internacionales, de la “calidad” y la “medición”, y lo empeora con muchos elementos de “innovación nacional”. Claudine Haroche (en O Inavaliável em uma Sociedade de Desconfiança), presenta citas de Yves Charles Zarka (de Qu’est-ce que Tyranniser le Savoir? y L’évaluation: un Pouvoir Suposto Saber). Refiriéndose a las mediciones del saber, escribió que “Zarka menciona que “la evaluación es siempre subjetiva y relativa”, pero que esta “subjetividad… debe permanecer escondida” y que, por este motivo, “procura esconderse detrás de una matemática”. Insiste sobre el hecho de que “la evaluación (…) mide otra cosa”. Pensemos que esa otra cosa corresponde, entre otras, a la parte imposible de observar que protege la interioridad del individuo: la evaluación realmente realiza… “una inquisición de la interioridad”, con el fin de gobernar tanto a los individuos como sus comportamientos, actuaciones y reflexiones,…”.

 

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BID/ Todos los niños cuentan – All Children Count: Early Mathematics and Science Education in Latin America and the Caribbean: Overview report

Fuente BID / 29 de Abril de 2016

The main message is that mathematics and science achievement improves when students are at the center of the learning process. This means that the teacher guides the learning process, keeping class discussion focused on the content while encouraging divergent thinking. Studentcentered learning approaches also typically include scientific or mathematical reasoning, experimentation, group work, and dialogue. Some authors refer to this type of teaching approach as ¿student-centered discovery¿ or ¿student-centered inquiry,¿ while others simply call it hands-on learning. Whatever the term, this type of teaching method is a sharp departure from teacher-led demonstrations and the simple transmission of concepts and facts.

El enlace del texto en español e ingles está disponible en el siguiente enlace:

Todos los Niños Cuentan (español)

All Children count (English)

 

 

 

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Chile. Giorgio Jackson: “Es mala noticia que gratuidad 2017 se entregue a través de una glosa”

Chile / 27 de abril de 2016 / Por: Camila Medina. Radio Uchile

En una cuenta pública, la ministra de Educación, Adriana Delpiano, reconoció que el número total de estudiantes beneficiados con la gratuidad llegaría a los 125 mil alumnos, muy por debajo de los planteamientos iniciales que hablaban de 200 mil estudiantes que podrían acceder al beneficio. “. Este año vamos a ver que la gratuidad nuevamente va a ser por Ley de Presupuesto lo cual no es una buena noticia”, acotó el diputado Giorgio Jackson.

La cifra que dio a conocer la ministra de Educación, Adriana Delpiano, de 125 mil alumnos que serían beneficiados con la gratuidad, en el marco de la cuenta pública de la cartera, resultó ser inferior a las primeras estimaciones que hizo el Gobierno y que habían pronosticado que serían alrededor de 160 mil los beneficiados.

La secretaria de Estado reconoció que hay cerca de cien mil alumnos que quedaron fuera de la gratuidad de los cuales, argumentó, hay un porcentaje que venía de institutos o centros de formación técnica y que debido al fallo del Tribunal Constitucional que rechazó la glosa de gratuidad por calificarla de discriminatoria, habrían quedado sin el beneficio. A ellos se suman quienes no hicieron bien la inscripción.

De los beneficiados, 45 mil corresponden al primer año de universidad, mientras que 80 mil pertenecen a cursos superiores.

En cuanto a las reformas la ministra dijo que habría alrededor de un 60 por ciento de avances legislativos y se refirió a la interpelación que han hecho los rectores de universidades respecto a la falta de participación en la discusión. Sobre ese tema, señaló que la nueva ley “sí establecerá cuál es el vínculo entre el Estado y sus universidades”

El rector de la Universidad Alberto Hurtado, Eduardo Silva, señaló que falta claridad en torno a la reforma y acusó problemas en la implementación de la gratuidad.

“Creo que hubiera sido interesante que el financiamiento hubiera sido el final de la película. Yo habría preferido que existiera claridad en cuál iba a ser el rol de la subsecretaría, de las agencias acreditadoras, la superintendencia, hay un montón de temas. Creo que hay que distinguir en gratuidad lo de fondo está bien, pero hemos tenido dificultades en la implementación”

Respecto del proyecto de ley de Nueva Educación Pública, la ministra Adriana Delpiano dijo que la próxima semana entraría a discusión en la Cámara de Diputados.

El diputado de Revolución Democrática Giorgio Jackson recordó que una de las falencias en el proceso de Desmunicipalización es que “se necesita que los colegios tengan un sistema que no dependa del voucher y eso es una promesa pendiente del Gobierno”.

“El tema de la educación superior no ha tenido un trabajo prelegislativo que haya dejado satisfechos a los distintos actores, por lo tanto se prevé que va a ser de difícil tramitación. Este año vamos a ver que la gratuidad nuevamente va a ser por Ley de Presupuesto lo cual no es una buena noticia. No ha sido fácil sobre todo con un sector de la derecha muy en contra de la gratuidad y por otro lado con un movimiento estudiantil que viene recién despegando nuevamente”

Por su parte, el investigador del Observatorio Chileno de Políticas Educativas, Rodrigo Cornejo, criticó la gestión de la ministra Adriana Delpiano y dijo que pese a los proyectos el Ministerio no se hace cargo de la crisis por la que atraviesa la educación.

“Me parece que ese es el problema de la cartera, que no se hace cargo de la profundidad del sistema. Tenemos un sistema educativo donde en el sistema escolar nada más que un 33 por ciento de la matrícula de estudiantes estudian en la educación pública y eso no pasa en ninguna parte del mundo. Y lo que uno piensa cuando lee estos proyectos es que en realidad buscan dejar contentos a todo el mundo, por lo tanto no profundizan, y por otro lado no se hacen cargo de la crisis”, señaló.

Ahora se inicia el proceso de apelaciones para los estudiantes cuyas postulaciones a la gratuidad quedaron pendientes o incompletas. El plazo para acreditar su situación socioeconómica se extenderá hasta el 12 de mayo y en junio el Gobierno informará quiénes se sumarán a los beneficiarios.

 

Fuente: http://radio.uchile.cl/2016/04/27/giorgio-jackson-no-es-buena-noticia-que-gratuidad-se-entregara-a-traves-de-una-glosa

Fotografía: http://radio.uchile.cl/wp-content/uploads/2016/04/Giorgio-Jackson-660×330.jpg

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El sueño de la educación gratuita en Chile

Chile / 27 de abril de 2016 / Por: Grandes reportajes de RFI. Las Voces del Mundo

En Chile, en el 2011, cientos de miles de estudiantes marcharon por las calles de este largo y angosto país exigiendo una educación gratuita y de calidad, fin al lucro y acceso a la universidad asegurado como un derecho universal. Un reportaje de Yasna Mussa, desde Santiago de Chile.

Según estudios realizados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, la OCDE, Chile se ubica en el cuarto lugar con los sistemas universitarios más caros del mundo, teniendo un costo 19 veces mayor, por ejemplo, que en Francia. Además, el aporte monetario de las familias para la educación terciaria de sus hijos alcanza un récord mundial.

La universidad, un sacrificio para muchas familias

En el 2011, Victoria Parra tenía 16 años, cursaba el penúltimo año del liceo en su ciudad natal de Chillán, ubicada a unos 400 kilómetros de la capital, y soñaba con entrar a la universidad, transformándose así en la primera integrante de su familia en acceder a la educación superior. Un sueño que era más bien un sacrificio para su familia.

«Lo pensé mucho tiempo», cuenta Victoria, «pero creo que los papás son capaces de hacer hasta lo imposible para que su hijo cumpla su sueño. En mi familia somos la primera generación en entrar a la universidad, mis papás no son universitarios y siempre esperaron que su hija pudiera entrar, entonces yo creo que hacen un esfuerzo sobrehumano para lograr cumplir el sueño de su hija».

Así, Victoria Parra se instaló en Santiago para estudiar Periodismo en la Universidad Diego Portales, una institución privada que se encuentra dentro del Consejo de Rectores de Chile y que se suma al sistema de gratuidad promulgado en 2015 por la presidenta Michelle Bachelet. El proyecto es parte de la reforma educacional asumida como compromiso de gobierno durante la campaña presidencial.

Victoria es una de las beneficiadas y en el patio de su universidad recuerda que cuando llegó a Santiago estaba feliz y ansiosa por entrar a clases. Sin embargo, esa felicidad era opacada por la preocupación y la urgencia de conseguir becas y ayudas financieras para poder cubrir sus gastos de matrícula, mensualidad, alojamiento, transporte y comida, lo que sumaría una cantidad de 700 mil pesos mensuales, es decir, más de tres veces el salario que reciben sus padres.

«Yo soy la única hija, pero actualmente mi mamá se hace cargo de mi papá porque él está muy enfermo. Y ella trabaja de lunes a domingo con un sueldo mínimo, como gran parte de los chilenos», explica Victoria. «Para la matrícula no hay ninguna opción de beca, la única opción que te dan es pagarla en cuotas mensuales, entonces mis papás tenían que pagar todos los meses alrededor de 50 mil pesos; generalmente lo pagaba un tío mío porque a mi mamá, con los 200 mil pesos que gana, no le alcanzaba, y tenían que enviarme plata para alimentarme, movilizarme, para todo lo que implica vivir en otra ciudad».

La Ley Corta de Gratuidad, un paso importante

Bachelet anunció en diciembre pasado las características de la llamada Ley Corta de Gratuidad, que beneficia a 165 mil estudiantes de los cinco primeros deciles de menores ingresos, es decir a las familias con un presupuesto per cápita de hasta 154.166 pesos mensuales, unos 200 euros, lo que equivale al 50 por ciento más vulnerable del país.

Camila Vallejo fue una de las principales líderes del movimiento estudiantil en 2011. Segunda presidenta mujer en la historia de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, la FECH, se convirtió en un icono de esa juventud que exigía que luego de 35 años la educación volviese a ser gratuita, tal como lo era antes de la dictadura de Augusto Pinochet. Ahora diputada de la República y presidenta saliente de la Comisión de Educación del Congreso Nacional, ella cree que esta ley es un hito histórico.

Desde su escaño en el Parlamento ve desde la otra vereda los avances en la educación: «Ha sido un gran desafío. En el 2011 muchos nos dimos cuenta de que era importante, necesario y urgente que nuestras instituciones políticas, nuestros espacios de poder político se viesen permeados por las demandas sociales. No bastaba simplemente con tener una mayoría en las calles demandando un cambio en la educación sustantiva, sino que necesitábamos también un Parlamento que apoyara esta idea y que por lo tanto pudiera legislar una reforma estructural en la educación chilena, pudiendo no solamente garantizar el derecho a la educación vía la gratuidad, sino también hacer una reforma profunda».

Los límites de la nueva legislación

Las críticas apuntan a la falta de información, errores y restricciones que han perjudicado el proceso. Miles de estudiantes no saben cuál será su situación para este año académico. Camila Rojas, actual presidenta de la FECH y militante de Izquierda Autónoma, asegura que el movimiento estudiantil saldrá a las calles nuevamente en este 2016 y que la implementación de la gratuidad no es más que un sistema de becas que no responde a sus demandas. «Lo que vemos con esta gratuidad es que el sistema de becas mejoró pero sigue siendo eso, un sistema de becas donde principalmente depende de la situación socioeconómica del estudiante», afirma.

Para Rojas, no ha habido un cambio sustantivo en esta propuesta del gobierno socialista de Bachelet: tanto la forma como el fondo siguen presentando numerosos fallos que están provocando confusión en los estudiantes y generando falsas expectativas. Aunque la mayoría de los estudiantes comenzaban sus clases a fines de marzo, muchos han tenido que inscribirse sin saber aún qué pasará con su situación económica.

El proceso de selección puede dejar a estudiantes fuera de la gratuidad por una diferencia de ingresos de 10 mil pesos en el presupuesto familiar, unos 15 euros, siendo uno de los puntos más criticados tanto por alumnos como por dirigentes y políticos.

Javiera Riveros es una de las miles de estudiantes que tenían la esperanza de comenzar este año con el alivio de no endeudarse para tener acceso a la educación. Estudiante de Periodismo, pertenece a una familia donde los cuatro miembros que la componen trabajan para poder llegar a fin de mes y para que tanto ella como su hermana menor puedan acceder a la educación superior.

«Es un sacrificio más que para mí, para mis papás, porque en mi familia somos dos estudiantes», cuenta Javiera. «En un principio a mi hermana no le dieron el crédito con aval del Estado entonces tenían que pagar 400 mil pesos mensuales además de mi mensualidad, y la gratuidad era una esperanza. Yo estoy con beca en estos momentos, la beca Juan Gómez Millas que me cubre parte de la carrera y con crédito».

Este crédito es un contrato con la banca privada que significa un 2 por ciento de interés anual y que se comienza a pagar una vez egresado de la carrera. Con el sistema de gratuidad los estudiantes podrán elegir una carrera universitaria que en promedio dura cinco años, pero en caso de retrasarse por desempeño académico o por motivos personales, tendrán que cubrir ellos la diferencia del arancel por el tiempo extra de estudios. Para Camila Rojas, la ley de gratuidad se encuentra lejos las aspiraciones del movimiento estudiantil pues se sigue tratando a los estudiantes como consumidores.

Incertidumbre y sentimiento de exclusión

Para el joven diputado Giorgio Jackson, otro de los parlamentarios que encabezó el movimiento estudiantil de 2011 junto a Camila Vallejo, si bien la gratuidad es un avance, ésta se encuentra muy lejos de la solución que piden los chilenos quienes exigen el acceso a la educación como un derecho social y universal: «Era una medida para acelerar el beneficio de los estudiantes a la hora de enfrentarse a los aranceles, pero por ningún motivo era consecuencia de la lucha que se ha dado desde hace un buen tiempo por parte del movimiento estudiantil. Por cierto que nos alegramos que hayan estudiantes que este año puedan estudiar gratuitamente, pero eso no puede en ningún momento llamarnos a descansar, o bajar los brazos y sentir que las cosas ya están cumplidas porque todavía no ingresa el proyecto a la educación superior que es por el que estamos peleando durante todo este tiempo».

En Chile, el sueldo mínimo está fijado en 250 mil pesos. Por eso, la incertidumbre de algunos estudiantes que aún no saben si se encuentran dentro de la gratuidad es angustiante. Pedro Gospodnetic es estudiante de segundo año de Sociología en la Universidad de Chile, una de las universidades tradicionales de mayor prestigio en el país y que hasta 1981 era totalmente gratuita. En la actualidad, la carrera de Sociología cuesta 3 millones 10 mil 500 pesos al año, unos 3.936 euros, lo que para Pedro y su familia resulta imposible de costear.

«Estoy financiado con dos becas», explica Pedro. «Una es la beca Bicentenario, la cual paga un 90, 95 por ciento del arancel y el otro lo paga la beca Universidad de Chile que es una beca interna. Y en este año, sigo con las mismas becas pero me han dicho que estoy pendiente, para el proceso de cambio y ya no van a existir estas dos becas sino que se van a reemplazar por el nuevo proceso que es el de la gratuidad. Sobre el cual aún no se informa bien, y nos están estresando, y estamos esperando».

Los estudiantes afirman que no han sido considerados para ser parte activa en este proceso de reformas y que por lo mismo se mantienen críticos frente a los cambios propuestos por el gobierno, como asegura Camila Rojas, presidenta de la FECH: «A nosotros se nos presentó el borrador de la reforma junto a otros actores, los rectores principalmente, y durante el 2015 estuvimos trabajando en mesas pre-legislativas. Pero si bien se nos invita, se nos informa, nuestros posicionamientos no quedan considerados finalmente, por lo tanto sí hemos sentido esa exclusión».

2016, un año clave

Tanto por las diferencias entre las partes como por la urgencia que significa encontrar una solución a los estudiantes que aún continúan pagando cifras millonarias en sus aranceles, la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH) mantendrá las movilizaciones y el debate hasta concretar un acuerdo que satisfaga sus demandas.

Para Camila Rojas, 2016 será un año clave: «Esperamos que sea un año de ofensiva. Lo que queremos es que este 2016 pueda ser un avance hacia donde la educación se entiende como un derecho social, y para eso sabemos que tenemos que estar movilizados, que es necesario tener fuerza social, convocar a más actores, tener respaldo ciudadano, y ése es el desafío que tenemos este año».

Mientras tanto, la nueva legislación significa una pequeña batalla ganada para familias como las de Victoria Parra, quien asegura que puede respirar más tranquila. Otros siguen esperando que sus nombres aparezcan en la lista que se entregará el próximo 27 de abril. Lo cierto es que en este otoño chileno, las grandes avenidas recibirán nuevamente a miles de estudiantes marchando por reconquistar su derecho a la educación.

 

Fuente: http://es.rfi.fr/americas/20160427-el-sueno-de-la-educacion-gratuita-en-chile

Fotografía: http://es.rfi.fr/americas/20160427-el-sueno-de-la-educacion-gratuita-en-chile

 

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