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Morir de hambre en la posmodernidad

Algo de lo que se respira en el aire de estos tiempos: el sentimiento de que no está en nuestras manos la deriva del mundo. Cuando haya terminado de leer estas líneas, al menos diez personas en el mundo habrán muerto de hambre, y en una semana, posiblemente, lo haya olvidado.

Un estudio hecho en 2019 por Schema, Axiols y Google Trends, descubrió que incluso la noticia más impactante tiene una vida media de tan solo siete días. Cuando haya terminado de leer estas líneas, al menos 10 personas en el mundo habrán muerto de hambre, y en una semana, posiblemente, lo haya olvidado.

Cada 4,25 segundos, según el cálculo de 238 organizaciones humanitarias en 2022, alguien pierde la vida por falta de alimentos. En el nuevo siglo -el de mayor desarrollo tecnológico de la historia- aún no hemos dado con la tecla para evitar que millones de seres humanos se vayan a la cama con el estómago vacío. Unos 839 millones de personas no pudieron alimentarse dignamente el año pasado, y son 10,7 millones más que en 2021, según las previsiones de la Agencia de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). “Cada vez estamos más lejos de un mundo sin hambre”, afirmaba el economista jefe de la organización.

Los efectos venenosos de las sequías y las inundaciones, las restricciones a las exportaciones, los altos niveles de deuda de los países más pobres, el aumento en las tasas de interés, los costes energéticos y los conflictos bélicos presentes en el mundo, han acelerado el hambre en el mundo. El escenario ya era desolador antes del estallido de la pandemia del Covid. En 2019, había más de 618 millones de personas que pasaban hambre. Pero con la llegada del coronavirus la cifra se disparó entre los 702 y 828 millones, según la FAO. Hoy el panorama empeora si se considera aquellos que viven con la incertidumbre de conseguir alimentos o que no pueden permitirse una dieta saludable, es decir, que están en inseguridad alimentaria. En esta condición viven más de 2.300 millones de personas: una de cada cuatro en el mundo. De ellos, unos 205 millones se enfrentan a una situación de alta gravedad, con pocos alimentos y medios, por lo que su vida corre peligro, según el Banco Mundial.

Los problemas medioambientales, sociales, políticos y económicos se abren paso dejando su impronta en los precios de los alimentos, que acumulan una serie de máximos históricos, y una estela de gente con cada vez más dificultades para acceder a la comida. Según la FAO, más del 40% de la ingesta calórica mundial procede de solo tres cultivos (trigo, maíz y arroz), que se producen en unos pocos países y que dominan cada paso de la cadena de valor. La desigualdad es tan grande que solo cinco países tienen más de dos tercios de las exportaciones mundiales de trigo y carne de res.

La FAO ha contabilizado unos 62 países que ante todos estos factores no solo están comprando menos alimentos, sino pagándolos más caros. No solo compran menos cantidades, también se centran en lo más básico. Mientras que los países de renta alta siguen adquiriendo toda la gama de productos, el gasto de las regiones en desarrollo se concentra cada vez más en la importación de alimentos. La situación se agrava aún más con los altos tipos de interés por parte de las principales economías del mundo (con lo que buscan paliar la inflación), pues las monedas de las naciones menos favorecidas económicamente pierden fuerza frente al dólar estadounidense. La participación de esta última divisa es relevante en el comercio mundial: 4 de cada 10 productos exportados se hace con el billete verde. Dicha proporción no ha cambiado en los últimos 20 años, según el Fondo Monetario Internacional. Para muchos de estos países el debilitamiento de sus monedas con relación al dólar es su verdadero dolor de cabeza. Para aquellos con elevada deuda comprometida en divisas, la situación es más que desafiante, pues la mitad de todos los préstamos transfronterizos y títulos internacionales están denominados en dólares estadounidenses. Así que muchos países tienen poco margen para pedir un préstamo, ante sus elevados compromisos financieros. Si no tienes capacidad de endeudarte, no tienes capacidad de compra de alimentos. Somalia es el mejor ejemplo. Según las estimaciones de Oxfam, más de 300.000 personas están al borde de la hambruna.

Este mundo que denota una tremenda carencia de humanidad sostenido sobre una ideología hiperliberal posmoderna, que se caracteriza por su oposición al racionalismo y un culto predominante por el individualismo y la falta de compromiso social, funciona como una lógica justificativa de un tipo de capitalismo hoy en quiebra. Una ideología dominante que se presenta como totalizadora, con capacidad para penetrar todos los ámbitos de la vida social.

Algo que tiene que ver con lo que se respira en el aire: el sentimiento de que no está en nuestras manos la deriva del mundo, que otros deciden por nosotros si el infierno aumenta o se reduce.

España, Logroño, 11 de noviembre de 2024.

* Periodista. Colaborador de Página 12, “Las Mañanas” de Víctor Hugo Morales. Ex Jugador de Vélez Sarsfield, clubs de España, y Campeón Mundial Juvenil Tokio 1979.

Fuente de la información e imagen:  https://lateclaenerevista.com

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Entrevista al ensayista Iñaki Domínguez: “El rechazo de la realidad material repercute en favor de los poderosos”

Entrevista al ensayista Iñaki Domínguez, autor de Homo Relativus. Del iluminismo a Matrix (Akal)

Numerosos cursos empresariales y terapias psicológicas, los libros de autoayuda, el pensamiento positivo, el marketing y los coach tienen en común la siguiente idea: aquello que sucede en el mundo, los hechos y los datos objetivos tienen escasa importancia frente la interpretación subjetiva de la realidad; esta perspectiva se halla en escuelas filosóficas de la antigüedad, como el estoicismo, o en los sofistas. Asimismo, “vivimos entrampados en una tiranía de lo simbólico” y en la que unos pocos tratan de “usurpar el elemento material”.

Son algunas ideas centrales, además de la crítica al relativismo dominante, del libro de 403 páginas Homo Relativus. Del iluminismo a Matrix, de Iñaki Domínguez, publicado en abril por Akal. El ensayista y antropólogo es autor de Cómo ser feliz a martillazos: Un manual de antiayuda (2018) y Macarras interseculares. Una historia de Madrid a través de sus mitos callejeros (2020). La siguiente entrevista se realiza por correo electrónico.

-En las últimas elecciones a la Asamblea de Madrid, celebradas el 4 de mayo, políticos y periodistas hablaron a menudo de marcos cognitivos, narrativas, relatos, discursos, lenguajes y demoscopia. ¿Qué conclusiones extraes de ello?

Que el discurso académico de la filosofía postmoderna representa un marco conceptual que domina la actualidad. De ello concluyo, a su vez, que dicho marco de pensamiento postmoderno representa la superestructura ideológica de una infraestructura material neoliberal. Es decir, que el postmodernismo filosófico no combate el sistema sino que es una emanación ideológica del mismo.

-El libro incluye una crítica a la izquierda “identitaria” y la lucha “simbólica”. Sin embargo, ¿no es un dato/hecho objetivo que la población negra de Estados Unidos percibe ingresos muy inferiores o tiene probabilidades mucho mayores de morir asesinada por la policía que los ciudadanos blancos?

Esos datos son ciertos, pero también es cierto que la población negra estadounidense cobra salarios mucho mayores que un español blanco medio, por poner un ejemplo. Para atender a lo objetivo es preferible prestar atención a los casos concretos y no a grandes abstracciones y generalizaciones. Es absurdo, por ejemplo, que Oprah Winfrey fuese de víctima por ser mujer negra cuando tiene 3.700 millones de dólares en el banco. Por otro lado, culpar a grupos o categorías de personas sencillamente no tiene sentido: la culpa es algo que atiene al individuo. Por poner un ejemplo, no podemos encarcelar a una mujer blanca porque otra mujer blanca haya cometido un delito. La culpa es algo concreto e individual, no colectivo (Oprah Winfrey es una exitosa presentadora de televisión, editora y actriz estadounidense. Nota del entrevistador).

-“Todo es relativo”. ¿Dónde se halla actualmente este esquema de pensamiento y con qué argumentación lo rebatirías?

Todo es relativo es un eslogan omnipresente a día de hoy, pero muy particularmente en el ámbito de las terapias psicológicas. La psicología cognitiva y la autoayuda, que se nutre de ella, son algo así como un neo-estoicismo que quiere que nos adaptemos a realidades incómodas como la precariedad y la pobreza adoptando marcos cognitivos “positivos”. De nuevo, la cosa iría de desligar la realidad material (pobre y precaria) de la representación mental (positiva). Hablamos, básicamente, de una forma de alienación pura y dura.

-¿Qué relación existe entre el capitalismo neoliberal y la filosofía postmoderna? ¿Hay una postmodernidad de izquierdas?

Como ya he dicho, la filosofía postmoderna es una ideología que surge, precisamente, con el éxito del neoliberalismo que parte de los años setenta. En ambos casos, el referente desaparece y lo primordial es la representación mental, el lenguaje, la especulación. La filosofía postmoderna se autoproclama de izquierdas, pero, en realidad, comparte los valores y pilares conceptuales de la sociedad neoliberal: que la realidad es un constructo cultural, las identidades fluyen y carecen de esencias, el referente material es lo de menos frente al lenguaje, etc. Rechazar y desacreditar la realidad material solo repercute en favor de los poderosos: ellos se apropian lo tangible, mientras el resto niega el mundo objetivo y otorga a su subjetividad el valor de realidad última.

-¿En qué sentido asocias el mundo actual a la película de Ciencia Ficción Matrix, dirigida por las hermanas Wachowski?

Por el hecho de que Matrix es el mundo virtual que uno percibe mentalmente, pero que se halla desligado de una materialidad, una verdad distinta. Es decir, que como ocurre en el mundo actual, Matrix hace preponderar las ensoñaciones subjetivas de cada cual frente al mundo de los hechos. Se trata de una alienación. Nos invitan a creer que somos progresistas al negar la realidad material y adoptar decisiones mentales, pero lo cierto es que una vida construida a base de decisiones mentales no tiene ninguna base. Para transformar el mundo y progresar hay que llevar a cabo acciones que modifiquen el mundo tangible. Las decisiones mentales todopoderosas son para los psicóticos, o para los que sueñan y duermen.

-¿Qué interpretación haces de que entre las principales empresas del mundo por su valor en bolsa figuren las vinculadas a las nuevas tecnologías digitales: Apple, Microsoft, Amazon, Alphabet (Google) o Facebook?  

Pues es una manifestación más del poder que hoy detenta la representación, es decir, el mapa frente a lo tangible. El software y productos asociados representan lo virtual, lo representacional y superficial, frente al hardware. El leitmotiv de la actualidad es el siguiente: transforma tu idea del mundo, porque el mundo tangible ni siquiera existe ya. Pero el mundo tangible sí existe y se lo están apropiando unos pocos mientras el resto nos dedicamos a desacreditar los hechos en pos de imágenes mentales.

-¿Qué cambios implica, a tu juicio, la extensión del teletrabajo?

El teletrabajo puede ser liberador, pero también puede suponer el germen de Matrix: vivir materialmente encapsulados mientras habitamos universos virtuales y falsos. El teletrabajo podría ser el origen de una televida.

-Por último, ¿qué te sugiere la frase de Carlos Marx “todo lo sólido se desvanece en el aire”?

Sugiere lo que está hoy ocurriendo en el mundo. Hoy todo es un constructo cultural y la materialidad es desacreditada en la mente colectiva. Eso sí, lo sólido se desvanecerá en el aire solo para aquellos que no pertenezcan a las élites económicas. Tiene toda la pinta de que en el mundo del futuro los pobres vivirán en mundos virtuales (es decir, simulaciones) mientras los ricos se apropiarán de lo tangible. Como reza una pintada de la resistencia rebelde en la película de John Carpenter They Live (1988): «Ellos viven, nosotros dormimos».

Fuente: https://rebelion.org/el-rechazo-de-la-realidad-material-repercute-en-favor-de-los-poderosos/

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El racismo, colonialismo e imperialismo presentes que a nadie parecen importar

Por:  Alberto Rodríguez García

La posmodernidad nos está llevando a unos tiempos en los que todo se relativiza, todo carece de sentido y todo está vacío de contenido. Una época de pobreza intelectual en la que solo importan los símbolos y donde ni siquiera los símbolos significan nada.

Así pues, mientras en nombre de la ilustración se vandaliza la figura de Mustafá Kemal Ataturk, el padre de la Turquía moderna y secular, se evita señalar a regímenes sectarios que condenan a su población al yugo de una fe impuesta. Así pues, mientras en nombre de la vida se vandaliza un memorial a los veteranos de la Segunda Guerra Mundial, se evita hablar de la mayor crisis humanitaria de nuestros tiempos, provocada por la intervención de Arabia Saudí en Yemen. Así pues, en nombre del anticolonialismo, se evita cuestionar la financiación mil millonaria por parte de EE.UU. de un etno-Estado creado a partir de la colonización y la expulsión de población nativa en la otra punta del mundo: Israel. Así pues, en nombre del anti-esclavismo, se vandaliza la figura de Miguel de Cervantes, autor de una de las mejores obras que jamás ha conocido la literatura universal, y esclavo en Argel. Porque mientras se vandaliza la figura de Cervantes, se ignora el esclavismo institucionalizado que existe a través de un sutil vacío legal, el sistema Kafala, en Líbano, Jordania y el Golfo, a saber: Arabia Saudí, Oman, Qatar, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos. Porque basando ‘la lucha política’ en cuestiones de siglos atrás –cuando no peleando contra piedras–, la vida sigue sin que nada sustancioso cambie.

La posmodernidad nos ha llevado a una era en la que el supremacismo aflora desde los complejos y, aunque parezca contradictorio, el odio a uno mismo. Con su máximo exponente en el mundo anglosajón, existe una especie de paternalismo rancio que hace a los sujetos (pseudo)revolucionarios odiarse por el colonialismo, el esclavismo, las guerras religiosas y el imperialismo de siglos atrás… mientras ignoran que hoy todavía hay esclavismo, expansionismo y sectarismo fuera de Europa que, dicho sea de paso, no es el centro del mundo.

«Esta especie de memoria histórica –aunque más bien es memoria selectiva– demuestra que los objetivos no son ni la reparación ni aprender de los errores del pasado, sino perder el tiempo en un club de amigos políticos»

Sin minimizar la colonización de Norteamérica sobre el exterminio de su población nativa, o el genocidio congoleño por parte de los belgas, tendemos a olvidar que la Dinastía Omeya logró establecer el Imperio Islámico mediante el filo de sus cimitarras. Que durante los siglos XVI y XIX, cristianos de Italia, España, Francia y Portugal fueron capturados y esclavizados por corsarios otomanos. Del mismo modo que los europeos no fueron los únicos que compraron y utilizaron a esclavos negros. No tan conocido es que Tanzania fue durante años un importante mercado que conectaba África Oriental con los Árabes. Y en ese mercado, también se vendían esclavos. Esta especie de memoria histórica –aunque más bien es memoria selectiva– demuestra que los objetivos no son ni la reparación ni aprender de los errores del pasado, sino perder el tiempo en un club de amigos políticos.

Es absurdo flagelarnos –como si tuviese algún tipo de utilidad– por problemas del pasado a los que todavía hoy, en el siglo XXI, en 2020, ni siquiera se les ha puesto solución. Sin olvidar jamás el papel de las potencias coloniales en el desarrollo del esclavismo, hoy en Mauritania dos de cada 100 personas están esclavizadas; estamos hablando de por lo menos 90.000 esclavos en el país. Hoy muchos países de la ONU brindan su apoyo al Gobierno del Acuerdo Nacional libio, aunque dentro de su territorio todavía haya mercados de esclavos subsaharianos tan brutales como los del pasado.

Locales ayudan a refugiados rohinyás a su llegada a la costa de Indonesia, 25 de junio de 2020.Antara Foto/Rahmad / Reuters

Es indignante ver británicos atacar desbocadamente figuras del pasado colonial o cultural mientras no se cuestionan las bases de su sistema; mientras ni siquiera se plantean, hoy, descolonizar Gibraltar o las Islas Malvinas. Resulta indignante la hipocresía de los mandatarios de la Unión Europea solidarizándose con un movimiento a miles de kilómetros, en EE.UU., mientras –violando resoluciones del TJUE, es decir, el propio sistema de la UE– firman acuerdos de pesca con Marruecos en el Sahara Occidental; un territorio todavía pendiente de descolonización. Mientras no se cuestiona seguir apoyando al Estado de Israel que a julio de 2020 amenaza con anexionarse territorios ya ocupados, y como sus maestros anglos hicieron, intentando acabar con la población nativa que ni siquiera obtendría la nacionalidad tras la anexión. Porque a quienes les asusta la colonización vista a través de los libros de historia, parece no importarles tanto cuando sucede frente a sus ojos en directo.

Hablar de apropiación cultural significa entre poco o nada cuando esos mismos activistas de moral pura ignoran que ahora mismo está habiendo genocidios culturales. En 2019, la UNESCO alertó de que en Turquía hay 15 idiomas amenazados, de los cuales el Gagavuz, el Asirio y el Ladino prácticamente están extintos. El Abaza, el Homshetsma, el Griego Póntico, el Romani, el Suret y el Armenio occidental también están camino a su desaparición en un país en el que el AKP, a la turquificación forzosa, le ha añadido la islamización de la sociedad. Como lamentaba el entonces director de la UNESCO Koichiro Matsuura, «la muerte de un idioma lleva a la desaparición de muchas formas de herencia cultural intangible».

«Está muy bien reivindicar el antiracismo, el anticolonialismo y el antiimperialismo, pero mientras estas consignas se sostengan en sucesos de hace siglos, tengan una forma abstracta e ignoren los problemas contemporáneos, quedarán en simple palabrería, en simple «postureo» estético para Redes Sociales y, con suerte, para la campaña electoral de algún demagogo».

Y en este contexto de exterminio cultural que a nadie parece importarle, el Gobierno turco sigue avanzando contra las minorías autóctonas como una horda que arrasa con todo. Recep Tayyip Erdogan ya ha anunciado que quiere reconvertir Santa Sofía, una de las basílicas más importantes para la iglesia ortodoxa de oriente, en una mezquita; en una especie de referencia neoimperialista y sectaria a la conquista otomana de Constantinopla. Porque la dominación imperial no es algo de hace siglos, y es que hoy la Turquía de Erdogan aspira al establecimiento de un neo-Imperio Otomano; haciendo del GNA libio su protectorado, estableciendo la lira turca en el norte de Siria o lanzando operaciones militares en el norte de Irak como si ese territorio les perteneciese.

De nada sirve culpar ‘al malvado hombre blanco’ de todos los males, forzando un risible ‘white shaming’ (autoavergonzamiento blanco), mientras se cierran los ojos ante la violencia hindutva (supremacistas hindúes) en la India contra los civiles de Cachemira, mientras se cierran los ojos ante los abusos de los árabes del Golfo contra los trabajadores extranjeros que carecen de los derechos más básicos, mientras se cierran los ojos ante las prácticas genocidas de Birmania contra los rohinyás o mientras se cierran los ojos ante el odio xenófobo en Sudáfrica de los zulúes hacia otros grupos negros o los bosquímanos joisán; la única población que puede considerarse autóctona y que hoy viven marginados sin su derecho aborigen a la tierra.

Está muy bien reivindicar el antiracismo, el anticolonialismo y el antiimperialismo, pero mientras estas consignas se sostengan en sucesos de hace siglos, tengan una forma abstracta e ignoren los problemas contemporáneos, quedarán en simple palabrería, en simple «postureo» estético para Redes Sociales y, con suerte, para la campaña electoral de algún demagogo. Contra el racismo, sí. Contra el colonialismo, sí. Contra el imperialismo, sí. Pero los del siglo XXI, los de 2020.

Fuente e imagen: https://actualidad.rt.com/opinion/alberto-rodriguez-garcia/358345-hipocresia-activismo-posmoderno-racismo-colonialismo-imperialismo

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La generación del Coronavirus: ¿Cómo viven los padres y los hijos de la pandemia?

Por: Miguel Ángel Pérez

Aunque ha corrido mucha tinta en torno a este reciente fenómeno social llamado coronavirus, no se ha dicho todo; aun los juicios que podamos hacer son parciales y prematuros. Sin embargo, en apenas dos meses ha surgido una nueva generación: aquella que puede ser la de los hijos, los padres y los abuelos del coronavirus.

El coronavirus junto con la pandemia, el virus microscópico y letal, se ha tornado en todo un fenómeno social, sus implicaciones han tocado el tejido social y han modificado algunas costumbres, el uso social de la decisión de los otros y las otras y la forma concreta de relacionarse con el entorno inmediato.

Estoy de acuerdo con Manuel Castels cuando habla de que más que vivir en una época de cambios hemos pasado a un cambio de época, el coronavirus es un síntoma que se suma a este cambio de época y cuyas complicaciones han tocado las fibras microscópicas de la sociedad.

Las escuelas sin clases formales (presenciales) los espectáculos sin espectadores ni personajes pagados para animar, las competencias deportivas sin competidores ni público que les aplauda, esto no solo es nuevo, es también la nueva forma de asumirnos y definirnos en esta posmodernidad agolpada que no la soñó ni la pensó ni Foucault, ni Bauman, ni el mismo Leotard.

En estos pocos días hemos vivido cambios estructurales como no había sucedido en centurias, el “quédate en casa” el “lávate las manos” el “no saludes de beso”, son las nuevas consignas o el nuevo corpus que será internado en las mentes infantiles y juveniles y cuyo sentido aun no cuenta con escenarios predecibles.

Hoy en este caluroso mes de abril, las formas de relación social se han transformado de tal manera, que reconocemos que han surgido nuevas formas de solidaridad social, “pensar en el cuidado de los otros y en el propio”, pero por el otro ha emergido una nueva paranoia, al asumir este temor condicionado al relacionarse con los demás.

El coronavirus se asocia con la plaga, la peste, o con todas aquellas cosas fincadas con aquellas enfermedades relacionadas con el vínculo y la interacción social ¡que gran paradoja!

Ante todo, ello la educación se ha virtualizado, pero nada más, los contenidos son los mismos, los roles de docentes y de alumnos han cambiado muy poco, y las formas de gestionar el conocimiento ha quedado prácticamente inamovibles, entonces en términos verdadera y profundamente educativos ¿Qué estamos dispuestos a aprender ante este cambio de época? Esa es la gran pregunta que tendrían que hacerse educadores y educadoras, docentes, investigadores, políticos de la educación etc.; si el cambio de época nos está orillando ante el surgimiento e inminente desprendimiento de una nueva generación social, (los hijos del coronavirus); los retos la educación que está dispuesta a contribuir ante este escenario inédito. O van a hacer como pasa en otro tiempo a replegarnos en la cola de la historia y desde ahí recoger lo que otros han hecho y repetir el discurso especializado en los demás.

Asistimos por último ante una brillante oportunidad para dar cabida a una nueva pedagogía dentro de la tormenta del cambio social. La pedagogía de la pandemia y del riesgo universal y humano.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-generacion-del-coronavirus-como-viven-los-padres-y-los-hijos-de-la-pandemia/

Imagen: https://pixabay.com/illustrations/man-silhouette-briefcase-umbrella-96587/

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Libro: Apuntes sobre la cibercultura y la alfabetización digital posmoderna

Autor Principal: López Noreña, Germán
Formato: Libros
Publicado: Florida / Valle del Cauca / 20102015
Materias:
Acceso en línea: http://repositorio.uide.edu.ec/handle/37000/689
Sumario: Afrontar el ejercicio discursivo de tipo escrito, sobre la temática de la eclosión de las nuevas tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIC), de por sí plantea una seria exigencia, en lo que a la revisión de las fuentes bibliográficas, tanto primarias como secundarias corresponde. Es así como ha sido necesario recurrir a los escritos de connotados investigadores de esta temática del talante del francés Pierre Lévy, Manuel Castells, Steve Woolgar, como para nombrar algunos, que de manera dialógica con sus teorías e intereses académicos han hecho presencia en este volumen. Más no fue suficiente, el aporte de estos estudiosos del fenómeno de la Realidad Virtual y del fenómeno posmoderno de Internet como paradigma central de lo que los teóricos de este campo han denominado como la Cibercultura, y en cierta medida la desmesurada “sociedad Virtual”. Por cierto de manera recurrente, al tratar de esclarecer los posibles límites de la realidad y lo virtual, lo virtual contrastado con lo real, lo real de lo virtual y viceversa; fue necesario beber de las fuentes abstrusas de los antiguos pensadores griegos y sus respectivos corpus teóricos, siendo entre otros, Aristóteles y Platón. Pero la presencia de la filosofia, en esta temática no para aquí. Al complejizarse la argumentación de esta cuestión, fue menester incursionar en el pensamiento de Emmanuel Kant y el de filósofos contemporáneos. Al tratar de darnos una semblanza teorética de la Cibercultura, planteó el tejido escrito del libro la necesidad de incursionar en una primera instancia en diversas corrientes de la antropología, desde las decimonónicas, hasta las contemporáneas. Aflorando desde el pensamiento de Tylor, hasta las conceptualizaciones de Geertz y, muchos más. Y todo ello en la perspectiva de lograr un tipo de aprehensión conceptual del desarrollo histórico del polémico, controversial y polisémico concepto de Cultura, en aras de hacer inteligible, lo que en estos tiempos se ha denominado como Cibercultura

cc

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Libro(PDF): «Imágenes desconocidas : la modernidad en la encrucijada postmoderna»

Reseña: CLACSO

No es casual que los latinoamericanos, desde la dramática diversidad de nuestros entes constitutivos nos volvamos a preguntar, como en otros momentos de acecho y decisión, no sólo quiénes somos, sino qué estamos siendo o —mejor aún— qué seremos. ¿Seremos? Por eso, cuando el peligro acecha volvemos también a preguntas fundacionales.

¿desde dónde nos toca reflexionar a los latinoamericanos esta crisis de la modernidad y las ofertas postmodernas?, ¿por qué se discute aquí esto, cómo participamos en esa discusión y cómo nos afecta?, ¿cómo nosotros (si podemos) planteamos nuestras preguntas y nuestras respuestas?

Las miradas latinoamericanas pueden ser tan divergentes unas de otras que no lleguen a mirarse nunca, pero también pueden ser tan congruentes como lo son las retinas izquierda y derecha que se miran en un espejo roto. Y quizás en estas imágenes desconocidas, silenciosas y solitarias, por fin el continente y los continentales asumamos la soledad, asumamos que nuestra respuesta no está en otra parte, ni en ilusiones ilustres, ni en fogatas que ya casi se apagaron, sino en nosotros mismos y esto quizás nos ayude a servir mejor los retos de estos tiempos.
De la introducción de Fernando Calderón

Autores (as):  Fernando Calderón Gutiérrez. [Compilador].
Aníbal Quijano. Juan Enrique Vega. Nicolás Casullo. Xavier Albó. Néstor García Canclini. Martín Hopenhayn. Alejandro Gustavo Piscitelli. Luis Gómez Sánchez. José Joaquín Brunner. Fernando Fajnzylber. José I. Casar. Francisco Sercovich. Claude Ake. Norbert Lechner. René Antonio Mayorga. Perry Anderson. Angel Flisfisch. Benjamín Arditi. Alain Touraine. Enzo Faletto. Sergio Zermeño. Laís Abramo. Alberto Melucci. Gabriela Uribe B.. Edgardo Lander. Fernando Calderón Gutiérrez. [Autores de Capítulo].

Editorial/Editor: CLACSO.

Año de publicación: 2017

País: Argentina

Idioma: Español

ISBN: 978-987-722-292-0

Descarga: Imágenes desconocidas : la modernidad en la encrucijada postmoderna.

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Miedos y Prejuicios con la Incorporación de la Otredad Latina en la Sociedad Chilena

Autor: Luis Enrique Pincheira Muñoz                                                                                         

Dr. En Educación

Centro de Estudios Latinoamericanos de Educación Inclusiva (CELEI), Chile

pincheira.luis@gmail.com

 

RESUMEN

La postmodernidad,se caracteriza entre otras cosas, por el encuentro entre culturas que conviven en el diario vivir en las sociedades industrializadas, Nuestro país, no está exento de esa realidad, la llegada de personas migrantes ha generado múltiples prejuicios, miedos y discriminación con aquellos que buscan oportunidades laborales en lospaíses que presenta una mejor calidad de vida societal.

El “Otro”, el ajeno, diferente culturalmente siempre ha generado conflicto en la historia de nuestra sociedad,sobre todoaquellas personas de la américa latina en contraste con los migrantes que han llegado de Europay otros continentes. La historia de Chile,reconoce a personasllegadadesde Europa, como colonizadores con la entrega de territorios, podríamos decir que quedo impregnado un ADN etnocentrista en la sociedad chilena que hace suponeruna “Otredad” de mejor valorización, sin embargo, la “Otredad” latina generalmentese ha convertido en un enemigo o rival con su venida.

Palabras Claves: Migración, Representaciones sociales, Otredad, TestimoniosdeMigrantes.

ABSTRAC
Postmodernism is characterized, among other things, by the encounter between cultures that coexist in daily life in industrialized societies. Our country is not exempt from that reality, the arrival of migrants has generated multiple prejudices, fears and discrimination with those They seek employment opportunities in countries that present a better quality of societal life. The «Other», the alien, culturally different has always generated conflict in the history of our society, especially those people of Latin America in contrast to migrants who have come from Europe and other continents. The history of Chile, recognizes people arriving from Europe, as colonizers with the delivery of territories, we could say that I am impregnated with an ethnocentric DNA in Chilean society that makes us suppose an «Otherness» of better valorization, however, the «Otherness» Latina has generally become an enemy or rival with her coming.

Keywords: Migration, Social representations, Otherness, Testimonies of Migrants.

 

OTREDADEN LA SOCIEDAD CHILENA.

Chile como país ha dejado de ser un lugar de tránsito,para muchas personaslatinoamericanos y del Caribe,en cambios estos últimos 20 años lohan considerado como un lugar definitivo.

Es importante señalar que el porcentaje de la población de inmigrantes ha crecido en el tiempo. En el Censo de 2002, 1,27% de la población residente era inmigrante; 15 años después, el 19 abril de 2017, se censaron 746.465 inmigrantes residentes, lo que representa 4,35% del total de la población residente en el país (con información declarada en lugar de nacimiento).

Al observar el gráfico, se evidencia que 66,7% de los inmigrantes residentes llegaron a Chile entre 2010 y 2017. La distribución en años de dicho período es desigual, puesto que 61% de los casos se concentraron en los últimos 3 años (2015-2017), a pesar de que 2017 solo contiene información hasta la fecha del censo.

Los acontecimientos migratorios experimentado por nuestra sociedad chilena en estas dos últimas décadas, han puesto un desafío de integrar y aceptar aquel diverso culturalmente, dicho de pasoincluye aprender a reconocera ese “Otro” diferente culturalmente, cuáles son sus motivaciones y proyecto de querer vivir en Chile.

Convivir con el “Otro” que tiene una cosmovisión y otra forma de ser, no es fácil, el proceso de integración no está exento de unas series de conflictos en la cotidianidad, entre personas que conviven entre distintas culturas, Por lo tanto,se hace necesario conocer esas representaciones de “Otredad” que se integran a la sociedad.

Moscovici (1981) afirma: las “Representaciones Sociales poseen la función de hacer conocido lo que es desconocido, como sistema de interpretación entre el mundo y el individuo, para dar sentido a ese mundo, orientando y organizando el entorno social.

Noriega señala que: “hay un sentimiento común de que la migración es positiva pero no hay un reconocimiento, hay temor a reconocer eso, la tarea es cambiar esa percepción y que cada vez sea más reconocida la comunidad migrante, la cultura que acoge tiene una forma prejuiciosa de entender al “Otro” tiene mucho que ver con la mirada que durante 40 años en Chile mantuvo una mirada hacia adentro: “En Chile, el mundo no pasaba de Argentina y Estados Unidos, no había noticias internacionales”.

Continua, diciendo este tipo de discursos “hacen eco”, según él, “la discriminación y segregación no es del ambiente popular, es lo institucional que se practica en las leyes, de la Constitución Chilena”. “Esa través del Departamento de Extranjería y Migración que dicen ‘usted tiene que acatar nuestras leyes’ los funcionarios piden el documento de identidad la cédula chilena, no sirve el pasaporte, eso es una lógica que reproduce la discriminación”.http://www.elciudadano.cl/2016/04/25/279323/el-andar-de-los-migrantes-en-nuestro-pais6325/?t=25.4.20.45

Soriano (2007) afirma: “En la psique humana hay una tendencia a rechazar lo ajeno, extraño “lo Otro”, existe como necesidad de clausura en las significaciones simbólicas en las que un grupo social y cultural busca su reconocimiento” (p. 27).

Aprender a “vivir juntos” implica, en primer lugar, asegurar el principio de la máxima igualdad posible, cuando las aspiraciones fundamentales de quienes comparten un mismo contexto social no son satisfechas las diferencias culturales deviene un eco romántico en que nada favorece una convivencia real y positiva

Soriano,(2007) afirma: “El imaginario de las sociedades que se construye sobre el migrante muchas veces no corresponde con la realidad de la persona que deja atrás su tierra. Ejemplo, a menudo se asocia la decisión de empezar la vida en otro lugar a la falta de oportunidad en el país de origen”. (p.94)

Daniel Alerte, haitiano de Puerto Príncipe, llegó hace cinco años y trabaja como operario en una fábrica de productos de construcción. “Quise hacer una aventura, no fue algo específico. Chile era el país que tenía la posibilidad de venir. Se ve mucho el Festival de Viña del Mar y los famosos Reggaetón Boys y dije: ´Si tres haitianos pudieron hacer historia, yo también puedo hacerlo`”.

Continua, diciendo la televisión en Chile muestra principalmente la parte pobre: “Para muchos chilenos un haitiano es un pobre, un muerto de hambre, y eso no tiene nada que ver, hay haitianos que tienen educación, otros son trabajadores y también hay delincuentes, como en todas las partes del mundo”.http://www.elciudadano.cl/2016/04/25/279323/el-andar-de-los-migrantes-en-nuestro-pais6325/?t=25.4.20.45

 

Pinto (2014) afirma: Aún, falta como sociedad esa acogida de ahondar en ese reconocimiento y caminar hacia una verdadera Alteridad e Inclusión como lo manifiesta, Dussel, la importancia de la intersubjetividad del ser y conocer, alternativos a la dominancia, este reconocimiento que significa aceptar esa “Otredad” que es diferente en su existencia, pero también que esa mismidad, se acepta y es reconocida en la multiplicidad de lo que es la vida comunitaria y social.(p.8)

REFLEXIONES

Una primera reflexión, desde la mirada ética de Levinas, debemos hacernos responsable de ese Otro diferente culturalmente, en primer lugar, hacer hincapié de conocerlo como persona, más allá de una relación cognoscitiva, en el sentido de que el Otro me afecta y me importa, me exige que me encargue de él, incluso antes de que yo lo elija, por lo tanto, no puedo guardar distancia con el Otro.

Una segunda reflexión, más allá de las etiquetas y estereotipos quesepuedan emitir sobre la persona migrante, debemos en primer lugar integrar esa Otredad cultural como un aporte profundamente enriquecedor en la convivencia,cotidiana.

Una tercera reflexión, no cabe duda que el aporte de la persona migrante, en los diferentes ámbitos laborales ha sido una contribuciónal crecimiento económico y cultural,sin dudaha impactado diferentes ambientes,cuyosaprendizajessereflejan en la comunidad, tales como en gastronomíacon la incorporación denuevos platos de comidas en el menú chileno,en el lenguaje oral, la incorporación y uso de nuevas palabras en lo cotidiano, en el ámbito musical, la danza y otras expresiones artísticas que se practican hoy como algo normal, pero se debe tener presente que estas  manifestaciones socioculturales  aún son  expresiones superficiales estéticas de esa “Otredad” que se viene a quedaren nuestra sociedad chilena.

Una cuarta reflexión, el proceso migratorio de estas dos décadas en chile esta Otredad cultural diferente a la chilena,ha sidoun combustible en nuestra sociedad actual con el enriquecimiento la cultural y que debemosrechazar de cualquier forma selectividad discriminación y xenofobia.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.  

Instituto Nacional de Estadística (2018) Síntesis de Resultado Censo 2017

_________ (1981) On social representations. In J.P. Forgas (Ed.) Social Cognition perspectives on everyday knowledge. London: Academic Press, 181-209.

Pinto, R. (2014) Pedagogía Critica para una Educación Pública y Transformadora en América Latina. Perú: Editorial Derrama magisterial.

Soriano, E. (2007)Educación para la Convivencia Intercultural Editorial la Muralla Madrid

Meritxell, F.(24 de abril 2016)www.elciudadano.clrecuperado:http://www.elciudadano.cl/2016/04/25/279323/el-andar-de-los-migrantes-en-nuestro-pais6325/?t=25.4.20.45

Autor: Profesor de Educación Diferencial con Mención Audición y Lenguaje Universidad Austral de Chile. Educador Popular (CIDE) Magister en Educación Mención Escuela y Comunidad. Universidad Artes y Ciencias Sociales Arcis. Post Titulo en Dirección y Jefes Técnicos CEPEIP, y Dr. en Educación Universidad Academia Humanismo Cristiano. Experiencia académica a nivel de Pregrado y Post Grado en Universidades Privadas, Estatales del Consejo de Rectores e Institutos Profesionales en las ciudades de Santiago, Talca, Valparaíso y Concepción, dirección de Tesis, Supervisión de Practicas intermedias y profesional en Carreras de Psicología, Educación de Párvulos, Educación Diferencial, Educación Básica y Fonoaudiología.

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