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Una crítica metodológica de las evaluaciones PISA

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

Lo que debe suceder en el futuro, es la revisión final sobre los avances o retrocesos que se registren como producto de la evaluación internacional.

La semana pasada, durante el revuelo que causó un comunicado del Departamento o área de Educación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), organismo que diseña las pruebas del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA por sus siglas en inglés), en el sentido de que el gobierno mexicano no aplicaría la prueba en su versión o edición más reciente, varios observadoras y observadores nos dimos a la tarea de revisar la información disponible al respecto.

El desmentido: Según el boletín de prensa No. 88 de la SEP: “La secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez, informó que no será suspendida la prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), y que para el próximo año está programada la aplicación internacional, con una fase piloto que sirva de antecedente, para ser aplicada este año.” Por lo tanto, el rumor de la no aplicación de la evaluación internacional de estudiantes (de 15 años de edad) en México, quedó despejado.

La Mtra. Delfina “Puntualizó que es voluntad de la dependencia a su cargo continuar con la aplicación de la prueba PISA, y reconoció la importancia que tiene la evaluación para las maestras y maestros como un diagnóstico para detectar las fortalezas y debilidades que contribuyan a un plan de trabajo con base en los resultados que se obtengan.”

La ficha técnica de la evaluación PISA (1) indica que ésta: “… evalúa hasta qué punto los estudiantes, que están a punto de concluir su educación obligatoria, han adquirido los conocimientos y habilidades fundamentales para una participación plena en las sociedades modernas. La evaluación se centra en las materias escolares básicas de Ciencia, Lectura y Matemáticas. También se evalúan las capacidades de los alumnos en un ámbito innovador (en 2015, ese ámbito fue la resolución colaborativa de problemas).”

“La evaluación no determina únicamente si los estudiantes pueden reproducir lo que han aprendido, sino que también examina cómo pueden extrapolar lo que han aprendido y aplicar ese conocimiento en circunstancias desconocidas, tanto dentro como fuera de la escuela. Este enfoque refleja el hecho de que las economías modernas recompensan a los individuos no por lo que saben, sino por lo que pueden hacer con lo que saben”. (Tomado del Informe 2015, p. 3, versión digital)

La visión “economicista” de la Prueba PISA es quizá uno de sus inconvenientes principales, que han sido señalados por los especialistas, porque ésta no evalúa otro tipo de habilidades distintas de aquellas que son identificadas como del tipo “llave” (key skills), en términos de las llamadas “competencias educativas” (que puedan ser evaluadas por su desempeño).

¿Acaso no hay otros procesos de aprendizaje escolar que, hasta el momento, no han sido evaluados por esos proyectos internacionales y nacionales, tales como son los casos de los aprendizajes generados a través de la educación artística, la educación física, la formación cívica y ética, o la formación en ciencias sociales y humanas? Más que pensar en las evaluaciones educativas de las y los jóvenes para el mundo del trabajo y los círculos de la mercancía (con visión instrumental) ¿no sería conveniente evaluar los procesos educativos y aprendizajes que están implicados a lo largo de la vida?

Por otra parte, el contexto social e institucional en que se llevan a efecto dichos procesos de aprendizaje y las oportunidades para transferirlo a distintos escenarios (laborales o no laborales), son aspectos aparte que habrán de tomarse en cuenta, para arribar a conclusiones más completas sobre el estado en que se encuentran los sistemas educativos nacionales.

Por eso, cada día se habla con más frecuencia sobre la pertinencia de diseñar y llevar a cabo evaluaciones situadas. Para ello, los expertos en evaluación educativa consideran que será importante revisar tanto las aplicaciones de las pruebas como los resultados de manera estratificada: ¿Los jóvenes evaluados están matriculados en la escuela pública o privada? ¿Cuál es el grado de escolaridad de los padres? ¿En qué condiciones sociales, económicas y culturales viven estos jóvenes? Al respecto, tengo entendido que en las versiones 2012 y 2015 de PISA se trabajaron estos aspectos contextuales durante la evaluación.

Aun cuando se ha dado y existe un amplio debate científico técnico sobre esta evaluación estandarizada, tanto en lo que concierne a los aspectos macro sociales como en la consistencia interna de la prueba referida, uno de los textos, con visión crítica, que encontré en internet para identificar las fortalezas y áreas de oportunidad metodológicas de la prueba en cuestión, es el que lleva por título: “Una crítica metodológica de las evaluaciones PISA”, escrito por Antonio Fernandez-Cano, de la Universidad de Granada, España.

Fernández-Cano escribe en el resumen general del artículo científico lo siguiente: “En este trabajo realizamos una evaluación metodológica de las evaluaciones internacionales PISA, presentando un análisis crítico de sus deficiencias y limitaciones.”

“Presentamos una revisión metodológica o meta-evaluación de los múltiples informes PISA, en un intento de demostrar la validez plausible de las inferencias que PISA mantiene, teniendo en cuenta una serie de limitaciones metodológicas tales como: una lógica incoherente, toma de muestras opacas, diseño evaluativo inestable, instrumentos de medición de validez cuestionables, el uso oportunista de las puntuaciones transformadas por la normalización, la confianza reverencial en la significación estadística, la ausencia de estadísticas sustantivamente importantes centradas en las magnitudes de los efectos, una presentación problemática de los hallazgos e implicaciones cuestionables extraídas de los resultados para las prácticas y las legislaciones educativas.

“Recae sobre PISA la responsabilidad de proporcionar y demostrar mayor rigor metodológico en los futuros informes técnicos y la consiguiente necesidad de ser cuidadosos para no mostrar inferencias sin fundamento a partir de sus hallazgos.” (2)

“Los factores explicativos que PISA propone como relevantes son de naturaleza correlacional y no causal; en consecuencia, ninguna decisión causal puede generalizarse como subrepticiamente hace PISA utilizando modelos de regresión múltiple o modelo de multinivel.”

“Estos modelos son estadísticos y no admiten relaciones causales por mucho que los hallazgos de PISA obtenidos y expuestos en los propios informes sean erradamente interpretados como inferencias causales ad nauseam; una relación sobre advertencias acerca de inferencias en PISA 2009 puede leerse en Ercikan, Roth y Asil (2015). Concretamente su inferencias sobre los que hace que las escuelas sean exitosas (OECD, 2015b; Vol. IV); la relación entre alumnos y dinero-gasto (OECD, 2015b; Vol. VI); la causación espuria por única y lineal de que la predisposición para el aprendizaje es condicionada por el compromiso, dirección y auto-creencias del alumno (OECD, 2015b; Vol. III)”

“El contenido de la pruebas PISA se define antes bien por el juicio de expertos nacionales (un supervisor por país) que por una derivación de los contenidos curriculares nacionales; aunque PISA se sustente sobre un marco curricular (una teoría del currículo) funcional no siempre coincidente plenamente con los currículos convencionales, centrados en el logro de conocimientos más académicos.

La consecuencia de tan emergente y sutil currículo para las políticas educativas nacionales es clara: adaptemos los currículos a las demandas de PISA; la evidencia de cambios curriculares auspiciados por PISA es abundante: Chisholm (2015) en Alemania y Sudáfrica; Dolin y Krogh (2010) in el contexto danés, y especialmente en Turquía (Gur, Celik & Ozoglu, 2012) donde las autoridades educativas ya decidieron realizar reformas del viejo currículo mucho antes de antes de que saliesen los resultados de PISA 2003, y que después utilizaron para justificar tales reformas. Debe entonces comprenderse que, aunque PISA es una encuesta intencional a gran escala, es difícil pero no imposible y quizás necesario conectarla con los currículos nacionales.”

En fin, sería interesante ir a la lectura completa de este reporte de investigación (ver liga al final de este comentario) con la intención de contar con más elementos de juicio para opinar, de manera informada, sobre las ventajas y las desventajas que tiene tanto el diseño como la aplicación de la prueba (PISA).

Por último, considero que en el futuro, sin duda, será necesario realizar revisiones finas sobre los avances o retrocesos que se registren como producto de la evaluación internacional motivo de este comentario. Me refiero específicamente al análisis de los valores o puntuaciones, “del desempeño o de logro, en términos competenciales”, que se obtengan por entidades federativas, para el caso de México, y qué medidas se habrán de poner en práctica tanto por parte del gobierno federal como por los gobiernos estatales, como políticas públicas educativas específicas, siempre en colaboración con las maestras, los maestros y directivos escolares.

Fuente consultada:

(1) OCDE (OECD, por sus siglas en inglés). PISA. Informe 2015. Paris.

(2) Fernandez-Cano, Antonio (2016). Una crítica metodológica de las evaluaciones PISA. RELIEVE, 22(1), art. M15. DOI:

http://dx.doi.org/10.7203/relieve.22.1.8806

Fuente e imagen: sdpnoticias.com

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México: Educación en línea: un privilegio para pocos

Educación en línea: un privilegio para pocos

Publicado por: Pluma Invitada

Javier Rosales Gómez*

Ya ha pasado más de nueve meses de aquel 23 de marzo de 2020, cuando en México inicio oficialmente el confinamiento, esto para disminuir los riesgos latentes, de la transmisión del virus SARS-CoV-2, que hasta el momento la pandemia ha dejado destrozos en diversos aspectos, uno de estos es el educativo, pues más de (SEP, 2020) 25 millones de alumnos y un millón 225 mil 3141 docentes de educación básica, dejaron de asistir de manera presencial a las escuelas, asumiendo el reto de una educación a distancia sin la capacitación y motivación, pero si con incertidumbre de lo que pasaría en los próximos días, meses o tal vez años con los procesos educativos.

Entonces la única manera de que la educación continúe es las “clases en línea” o el “aprendizaje en línea”, una vía revolucionaria y actual, que nos acercó al futuro de golpe pero que también hizo darnos cuenta, que solo es un privilegio para pocos, pues la falta de cobertura en algunas regiones, la pobreza y la nula capacitación para los actores educativos, han desgarrado aún más la brecha educativa debido a la distribución desigual de acceso, uso e impacto de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Hoy nos queda claro que la importancia por estar “conectado” ha empañado nuestra visión para mirar a aspectos determinantes en el crecimiento de una sociedad, cimientos como la igualdad, erradicación del racismo y sexismo, explotación de la naturaleza y atención a diversas crisis sociales, entre otros, se han dejado atrás, enfocando principalmente en consumir internet y manipular tecnologías digitales, segregando a aquellos que no por ganas, sino por otros factores ya mencionados, han sido olvidados y viviendo en el abandono, sin tener la oportunidad de aprender en la distancia.

La escuela antes de la pandemia

Semanas antes del confinamiento, en la normalidad, la escuela marchaba como todos los años, tratando de superar las derrotas y de construir una Nueva Escuela según mencionaba el actual gobierno. Los problemas propios de un centro educativo, estaban presentes, no importaba la función, directivo, docentes frente a grupo, administrativo, alumno o padre de familia, siempre existía una razón para acudir al edificio. Dentro del aula todos los alumnos, sin excepción tienen los mismos derechos y obligaciones, sin merecer por algún motivo una discriminación o violación a sus derechos, aunque esto en algunos casos no obedecía a los hechos, pero al final de cuentas todos, sí, todos ingresaban al salón de clases y tenían derecho a la educación, sin hablar de aprendizaje porque este no se puede garantizar. Semanas antes se hablaba de un virus que se escuchaba lejos, pero cierto día sin esperarlo, el gobierno tomó la determinación de cerrar los centros escolares, planeando, apuradamente, porque es más que obvio que el sistema educativo nacional no se encontraba preparado, una forma remota de trabajo que permitiera sacar adelante el ciclo escolar cursado. Fueron tres meses de incertidumbre en muchos aspectos para docentes, alumnos y padres de familia, que anhelaban regresar al inicio del próximo ciclo escolar y que la experiencia se quedara como anécdota, para continuar con las actividades normales, sin embargo, esto apenas había comenzado.

Los alumnos olvidados

Luego de que la pandemia era una realidad, los docentes optaron, sin otra opción, preparase para el escenario de educación a distancia o educación en línea, trataron de ajustar su labor respecto a la digitalización con pedagogía, echando mano de distintas herramientas, modificando los espacios en el hogar y ocupando de la mejor manera posible la conectividad a internet y del uso de dispositivos, programas y aplicaciones para comunicar a los alumnos las tareas que debían realizar. Sin embargo, el mismo gobierno, determino una estrategia a seguir “Aprende en casa”, un programa pensado para transmitirse en televisión e internet (Universal, 2020) “Las clases en televisión y en línea con los contenidos de Aprende en Casa II iniciarán el próximo 24 de agosto, día en que inicia el ciclo escolar 2020-2021. Un dato importante a destacar es que Aprende en Casa II no es un programa pensado para clases por internet, se trata de una plataforma pensada en contenidos que se transmitirán en televisión”. Teniendo en cuenta que esto solo era mantener pasivos a los alumnos, los docentes debían elaborar un plan de trabajo en donde vincularan el Programa de estudio acorde al grado y asignatura, los Libros de Texto Gratuito (LTG), los programas televisivos de Aprende en casa y obviamente un medio de comunicación, si, efectivamente haciendo uso de internet. Aunque, el termino de educación en línea se ha utilizado desde la década de los setenta, se ha acuñado diversos puntos de vista al respecto, (Silvio, 2003) “educación virtual a distancia”, considerada para unir elementos de una educación trasnacional (RAMA., 2006) “el resultado de las nuevas tecnologías de comunicación e información digitales y la creación de los sistemas de acceso a la red”, es decir, la educación en línea se tiene que vivir para poder opinar al respecto, pero esto es un servicio o modalidad que tiene que ver por la elección propia. No siendo de esa manera, a los alumnos no les quedo otra opción, que hacer lo posible por mantenerse en comunicación con los docentes, pues a pesar de tener un televisor que es una mayoría, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en colaboración con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) el 92.5% de los hogares tiene  televisión (INEGI, 2019). A pesar de esta ventaja, la información y comunicación con los alumnos y padres de familia, se realiza por un medio digital con internet, para compartir las indicaciones o simplemente saber que el alumno sigue inscrito o los motivos de la intermitente comunicación en ciertos casos,  la llamada telefónica se ha convertido en una herramienta menos utilizada, a pesar de que el “75.1% de la población cuente con un teléfono celular, pues solo el 10.7% tiene conexión a internet desde fuera de casa, el 56.4% conexión en casa y el 43..0% usurarios de computadora de la población de seis años o más” (INEGI, 2019). Definitivamente es imposible que los alumnos de las comunidades más alejadas, precarias o en situación de vulnerabilidad, golpeadas por la inseguridad, drogadicción, bajos recursos económicos, desempleo, desnutrición, desintegración familiar, con estos datos pudieran mantener comunicación con la escuela. Esto ha propiciado una deserción (Excelsior, 2020) “El primer saldo negativo en materia educativa que dejó el confinamiento son los tres millones de jóvenes que abandonaron la escuela y que se suman a los 4.1 millones que ya estaban fuera del sistema educativo”, es decir 10% de la matrícula de educación básica, dos millones 525 mil 330 alumnos, de preescolar, primaria y secundaria abandonaron su educación posterior a la pandemia, agregado a la falta de conectividad, poca o nula comunicación. Cabe mencionar, que las escuelas privadas también se ha visto afectadas por el confinamiento y la educación a distancia, pues por la pérdida de empleos algunos padres de familia dejaron de llevar a sus hijos a clases entre otros problemas (Excelsior, 2020) “Al inicio de la pandemia, la Asociación Nacional de Escuelas Particulares preveía el cierre de 25% de los planteles privados. Con el regreso a clases virtuales ahora advierte que cuatro de cada diez escuelas particulares de todos los niveles educativos están en peligro de desaparecer”.

La desventaja de cerca

Hace días, se llevó a cabo el Consejo Técnico Escolar (CTE), en su fase ordinaria, específicamente la tercera y cuarta sesiones, por lo que se realizó un análisis en una supervisión escolar de una zona del oriente del Estado de México, de los alumnos con nula comunicación, intermitente comunicación, rezago escolar, debilidad en habilidades básicas para el aprendizaje, responsabilidad participación  de los padres de familia en la educación de sus hijos, entre otros, lo que llevo a determinar que del universo de alumnos de la zona en mención, consta de 5,725 alumnos, diferencia de arranque al ciclo escolar anterior de 925 estudiantes, pues la matricula anterior era de 6,650 alumnos. De dicho análisis, se pudo obtener que el 30% presenta problemas de comunicación, entrega de tareas o trabajos y conexión sincrónica por algún programa de videoconferencia, es decir 1,717 alumnos no han participado en la educación en línea o a distancia, a esto agregamos que el 39.9% de alumnos presentan rezago escolar, 2,233 niñas y niños que presentan debilidad en alguna, dos de ellas o las tres, de las habilidades de lectura, escritura y cálculo mental ,que difícilmente por las características de los programas de nivel básico y nivel cognitivo de los estudiantes, podrá fortalecerse antes del regreso presencial a clases.

A manera de conclusión. Ya que termine la pandemia…

Surgen una serie de preguntas para resolver el problema, los alumnos que no tienen acceso a la educación a distancia están perdiendo tiempo valioso para continuar fortaleciendo sus habilidades básicas de aprendizaje, emocionales y sociales, expuestos a un sinfín de alternativas poco convencionales para el progreso en su vida, o tal vez no, ya lo determinara el tiempo al realizar un diagnóstico posterior a la pandemia, sin embargo quedan aún una serie de interrogantes en el aire ¿Qué pasa con los alumnos que no tiene acceso a la educación en línea? ¿Cuál será el desenlace de estos alumnos? ¿Cómo hacer para que puedan tener contacto con la escuela? ¿Si tuvieran la oportunidad de mantener la educación a distancia cómo ayudarles a aprender? ¿Cómo motivo a mis alumnos/hijos? Sin duda alguna esto tendrá que cambiar, respecto a esto comenta (Andere, 2020) “Bueno, la ciencia del aprendizaje y las urgencias de la pandemia nos enseñan grandes lecciones. Las cosas van a cambiar, seguro. Y las organizaciones que van a prevalecer (públicas, privadas, escolares o empresariales) son las que vean el futuro antes. Urge empezar con escenarios”, entonces esperar a que la escuela regrese a lo presencial, docentes, alumnos y padres de familia ya con una pizca de experiencia en la educación en línea y con la conciencia de valorar la convivencia humana, aquella que en la escuela siempre será necesaria. Al posible regreso, porque no se ve otra solución para los alumnos que no tiene la oportunidad de estudiar por ahora, la escuela, la institución historia deberá afrontar las problemáticas venideras, desde los centros escolares abandonados y saqueados, los alumnos con rezago escolar, padres de familia participativos, posiblemente una dinámica de trabajo diferente, la era de la digitalización y sobretodo captar a los alumnos que han abandonado la escuela, sé que parece una misión imposible, pero si la escuela no es capaz de eso ¿quién?.

Referencias

INEGI. (2019). INEGI. Obtenido de https://www.inegi.org.mx/temas/ticshogares/

RAMA., C. (2006). . La tercera reforma de la educación superior en América Latina. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

SEP. (2020). Sitema Interactivo de Consulta de Estadistica Educativa. Obtenido de https://www.planeacion.sep.gob.mx/principalescifras/

Silvio, J. (2003). Tendencias de la educación superior vitual en América Latina y el Caribe. RMA. C. .

Universal, E. (2020). Union Puebla. Obtenido de https://www.unionpuebla.mx/articulo/2020/08/11/educacion/cuando-empiezan-las-clases-en-linea-y-tv-aprende-en-casa-2-sep

*UNIPUEBLA, Universidad de Puebla

Fuente de la Información: http://www.educacionfutura.org/educacion-en-linea-un-privilegio-para-pocos/

 

 

 

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Panamá: Contingencia educativa por el coronavirus y su impacto en el plano pedagógico

América Central/Panamá/15-03-2020/Autor y Fuente: Norman Antonio Boscán

 Documentos para la discusión

Por: Norman Antonio Boscán 

con aportes de Jesús Alemancia

2020 Panamá

Este es el primero de una serie de documentos internos que procuran contribuir al debate de ideas entre los compañeros de los gremios docentes, investigadores educativos y estudiantes de postgrado. No están diseñados ni pensados como materiales para “educar”. Sino como textos para alimentar debates en círculos de estudio y colectivos pedagógicos.  Esperamos que sen de utilidad en la tarea compartida de construir otra educación posible.

CONTINGENCIA EDUCATIVA POR EL CORONAVIRUS Y SU IMPACTO EN EL PLANO PEDAGÓGICO

  1. Breve introducción

El Coronavirus ha traído toda una tormenta en el plano educativo. Los anuncios de un Apagón Pedagógico Global (APG) producto del uso de las tecnologías comunicacionales para resolver la emergencia epidemiológica mundial parecieran esconder que ello lleva implícita una mentalidad reduccionista de la enseñanza a transmisión de información, lo cual adquiere unas características singulares en Panamá.

El debate sobre la aceleración de la innovación científico tecnológico y su relación directa con lo educativo ha sido una tarea pendiente del MEDUCA, pero también de los gremios docentes y el magisterio nacional.

La nueva realidad, los desafíos que ella implica generan más preguntas que respuestas. Las más comunes suelen ser ¿Cuál es el sentido que se le quiere dar al uso de la tecnología en los procesos educativos?, ¿Cómo romper la brecha digital y el manejo de las tecnologías entre jóvenes y docentes? ¿Existe la incorporación de este tema en la formación de los futuros docentes en la Faculta de Educación, en los procesos de capacitación y actualización docente de manera integral en los dos espacios? En este breve texto no pretendemos responder todas estas interrogantes, sino aportar elementos para el debate, en la certeza y esperanza que son múltiples las miradas que sobre el particular existen y que urge un consenso educativo nacional al respecto.

Las anteriores son solo algunas de las preguntas generadoras, que seguramente los y las docentes del sistema educativo panameño multiplicarán para posibilitar el surgimiento de respuestas que apùnten a la convergencia de soluciones.

El debate generado a partir de la situación de salud que vive la sociedad panameña nos sirve para pensar y actuar sobre el proceso educativo y la incorporación de las tecnologías más allá de su uso práctico, integrándolas al proceso educativo. El momento exige la necesidad de reflexionar, debatir desde el movimiento magisterial para aportar y plantear propuestas.

  1. Ratificamos nuestra disposición colaborativa:

Tenemos una gran preocupación por la gravedad de la actual situación de contingencia, de avance del coronavirus en nuestro territorio, agravada por la tardía y fragmentada decisión del Ejecutivo Nacional en materia de prevención y abordaje.

La convocatoria de la Ministra de Educación al diálogo y el esfuerzo compartido para minimizar el impacto de la suspensión de actividades educativas presenciales, la entendemos como un intento por superar de manera colegiada esta situación, lo cual valoramos como un gesto que se orienta en la dirección correcta.

Sin embargo, precisamos que no es solo un problema de voluntad, sino que para que esta decisión sea efectiva, se requiere el poder entender el curso profundo de las demandas que esta emergencia coloca de relieve. Solo así, podremos tomar decisiones acertadas en la coyuntura apoyándonos en el pensamiento, la ciencia y en especial en las ciencias pedagógicas, tan desvaloradas por la cultura evaluativa impuesta por las llamadas bancas de desarrollo a nivel global.

Por ello, este documento interno pretende ser un aporte inicial para encontrar las claves que nos permitan develar el horizonte estratégico expresado en la actual coyuntura. Es decir, para poder entender dónde estamos realmente situados y, en consecuencia, comenzar a generar una ruta de propuestas y soluciones de corto plazo, vinculadas a la transformación educativa panameña.

  1. Marco conceptual:

Si bien Panamá se separa de la Gran Colombia en el siglo XX, nuestra educación escolar es heredera de un pensamiento educativo estructurado que se formó en consonancia a las demandas económicas, políticas, sociales, tecnológicas y culturales de la primera y segunda revolución industrial.

El sistema educativo de Panamá arrastró la hegemonía del modelo educativo, primero, de la Gran Colombia y segundo, de Colombia, estructurado bajo la perspectiva Lancasteriana, un hombre con clara posición respecto al vínculo entre educación, trabajo y tecnología, pero también sobre los requerimientos formativos del capitalismo industrial tardío de América Latina.

Los sistemas educativos de la región tiene como común identificador la aspiración de “construir ciudadanía” y el “desarrollo integral de la personalidad”.

Dentro de la construcción de ciudadanía entraban una tardía ilustración republicana, la edificación de gobernabilidad política pretendiendo homologar el relacionamiento de los subordinados con las nuevas formas de poder, mirada influenciada por las nociones liberales y, finalmente la educación para el consumo, elemento inmanente de la educación capitalista.

En la tradición liberal el desarrollo integral de la personalidad procuraba producir las condiciones de posibilidad para que los hombres y mujeres, integrados socialmente, pudieran desarrollar plenamente sus potencialidades, entre ellas las referidas a la ciencia y la tecnología.

Cuando nace Panamá, la preocupación expresada por  Justo Arosemena y otros, señalaban que el eje de lo educativo para la nueva República debería ser la construcción de ciudadanía de la población para poder lograr edificación de la sociedad nacional en 1903. Afirmaba el pensador liberal Guillermo Andreve sobre este aspecto que: “No puede haber sociedad completa allí donde la ignorancia impera. Sus sombras…nivelan al hombre a la bestia” en el año de 1912. Para Andreve no había ciudadanos en el nuevo país sino bestias.

La formulación de la política educativa tuvo en mente la construcción de las “virtudes ciudadanas” y no tuvo claridad sobre la formación de los alumnos para el mercado laboral. Al inicio de la República solo se fundó una sola institución educativa dirigida para cubrir necesidades del mercado urbano en la ciudad de Panamá, el Colegio Artes y Oficios (1907).

Cuando surge la nación panameña la orientación de construcción de ciudadanía queda claramente subrayada y no aparece explicitada una agenda de desarrollo tecnológico, ya que la inversión extranjera fue vista en gran medida como la aportadora de este componente.

Las preocupaciones sobre el “desarrollo” que el país necesitaba no estaban presentes en la élite liberal responsable de la educación nacional.  Esta carencia respondía a la manera como nos incorporamos a la economía internacional. Las primeras inversiones de capital que tuvo el país provenían del exterior. El ferrocarril (1850-1855) su capital y tecnología fue estadounidense. El primer intento de canal (1881-1888) fue iniciativa francesa y el segundo intento, el definitivo, estadounidense (1903-1914). Eso fue lo que condiciono la noción de desarrollo tecnológico.

No sería hasta los años setenta, ochenta que se inicia la reflexión sobre la formación de los bachilleratos industriales y el acceso a la tecnología, que permitiera a los jóvenes ingresar a la educación superior en alguna carrera de ingeniería o técnica.

A partir de los años noventa se presentan las primeras preocupaciones institucionales sobre la relación procesos educativos y tecnología en el marco de la aceleración de la innovación. Sin embargo, la reflexión más profunda y punto de debate de la política educativa nacional se inició en estos últimos veinte años, es decir, las dos primeras décadas del siglo XXI. La modernización de la plataforma de servicios financieros del país. a través  de la incorporación de los últimos avances de la tecnología de comunicaciones y la estrategia de desarrollo logístico nacional desafiaron la política educativa.

Es decir, el impulso de la tercera revolución industrial y los anuncios de una cuarta revolución industrial, fundamentalmente en las área de comercio, producción y servicios comenzaron a traer al suelo patrio el debate sobre la relación de educación y tecnología con el mundo del trabajo.

Estos hechos generaron que la formación docente, responsabilidad del Estado panameño, desde un principio se estructurara sobre la lógica de disciplinas y un currículo por objetivos/perfil de egreso/competencias, propios de la primera y segunda revolución industrial. Era la lógica de la producción fabril de la primera mitad del siglo XX. Los y las maestras y profesores fuimos formados para esa dinámica. La dirección escolar y la supervisión también se concibieron según esta lógica.

El problema surge cuando en la segunda mitad del siglo XX llega la tercera revolución industrial y nuestras autoridades entienden erróneamente que su impacto en lo educativo se limita al acceso a computadoras y en algunos casos a la conexión a internet.

El resto del sistema educativo y el enfoque pedagógico del sistema educativo panameño queda intacto, en la lógica de la máquina newtoniana, especialmente los procesos de formación docente. El significante vacío en el que se convirtieron los llamados a reformas educativas, se expresaron en discursos y narrativas que hablaban de una “crisis educativa”, que pretendía ser resuelta con “evaluaciones estandarizadas”, especialmente sobre algunos aprendizajes y en torno a la llamada calidad de los docentes. Este caos se sostiene en las últimas décadas, porque es más fácil culpar a los docentes, que emprender un cambio estructural en el sistema educativo que implicaría “movernos todos”, incluida la formación docente y la estructura funcional del MEDUCA.

La aceleración de la innovación científico tecnológica creo una brecha cultural entre el discurso y praxis de la formación docente y del MEDUCA, respecto a los imaginarios y nuevas necesidades de aprendizaje de niños y jóvenes, abismo que ha pretendido ser responsabilizado y colocado sobre los hombros de los y las docentes. La gran reforma educativa pendiente es la de la formación docente y del funcionamiento estructural del MEDUCA.

La tercera revolución industrial fue dejando progresivamente atrás la utilidad del enfoque disciplinar y de enseñanza por objetivos. La transdisciplinariedad y el enfoque por competencias se convirtieron en los grandes hitos conceptuales a través de los cuales se trató de generar un cambio, pero quedaron como simples apelaciones de buenas intenciones, formuladas en escritos.

Nuevamente la incapacidad para avanzar se ocultó en críticas a los y las maestros(as), porque ni la formación docente (inicial y continua) ni el MEDUCA adoptaron un enfoque transdisciplinario en su funcionamiento y perspectiva pedagógica. Al contrario, el MEDUCA se ha convertido en un centro de despedagogización que rinde culto a las pruebas estandarizadas, ya sean del LLECE-UNESCO o de PISA.

En el ocaso de la tercera y los albores de la cuarta revolución industrial, la virtualidad surgió como la nueva quimera para desvalorar el trabajo docente. Mientras tanto, a nadie se le enseña a enseñar en entornos digitales, a usar las redes sociales y los teléfonos celulares como herramientas educativas. Peor aún, se construye la cultura del celular como “intruso” o “enemigo del aula”, porque la formación docente, envejecida paradigmáticamente no sabe que hacer con la nueva tecnología. Es urgente, repensar la formación docente para que los y las educadores adquieran de manera oportuna los conocimientos que demanda la nueva realidad histórica; los docentes tenemos la disposición y los deseos, lamentablemente no es lo que, históricamente hablando, hemos visto en el MEDUCA.

La actual situación de pandemia del Coronavirus en Panamá ha puesto en evidencia este abismo en la praxis educativa de la cual los responsables son fundamentalmente el MEDUCA y las instancias encargadas de la formación docente (inicial y continua).

Preocupa la forma como se trasmite, en el año 2020, el salto que implica usar de manera casi universal la innovación digital en los procesos de enseñanza-aprendizaje, generando  la sensación de estar en presencia de un dejavú pedagógico, como si estuviéramos en la época del desembarco de la televisión educativa y el video tape.

Nuestro punto de vista es que aprovechemos la contingencia para iniciar un debate profundo sobre la estructuración estratégica del sistema educativo panameño en el marco de la tercera y cuarta revolución industrial, donde los estudiantes y los docentes tengan la palabra.

Las preguntas correctas y el inicio de las respuestas oportunas no están en el MEDUCA ni en los centros de formación docente, están en las aulas de las escuelas panameñas. El desafío de los decisores está en abrir paso a un proceso de Constituyente Educativa en la cual todos y todas pensemos la educación que tenemos y la educación que queremos.

No es lo mismo trabajar con entornos virtuales para adultos que para niños, niñas y adolescentes. La actual propuesta de uso de la virtualidad educativa en el marco de la crisis generada por la pandemia, tiene aspectos positivos que resaltamos, puntos oscuros y elementos que es urgente corregir. Algunos de ellos los desarrollaremos en los siguientes puntos.

  1. Plano afectivo-emocional

En casi todas las comunicaciones e intervenciones en los medios de comunicación social y las propias circulares internas, generadas durante los últimos días, se ha expresado la preocupación porque los niños y niñas, jóvenes y adolescentes, continúen aprendiendo en medio de la contingencia de la pandemia.

Compartimos esta preocupación e iniciativa, sin embargo, el proceso de enseñanza aprendizaje demanda unas condiciones mínimas de partida, de carácter socio afectivo, que el docente desarrolla con los estudiantes y que no puede ser generadas por la virtualidad a “secas”.

Esto no es un elemento menor, porque esta comprobada la influencia de lo emocional, de lo socio afectivo en los aprendizajes.  Por ello, a nadie se le ocurre dar materia los primeros días de clase, por el contrario, los y las docentes, generan en un primer momento un encuentro afectivo que posibilita el máximo desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje.

La sonrisa del educador, la mirada permisiva, la pregunta sobre la cotidianidad, abren paso al hermoso camino del aprendizaje. El docente no es solo un dador de contenidos, en un profesional formado para ello que promueve y estimula el encuentro con otros y otras.

Este aspecto se ve limitado seriamente por el uso de tecnología sin acompañamiento de un profesional de la docencia, y mucho más si es despersonalizada, es decir formulada como si todos los estudiantes fueran iguales y tuvieran un mismo capital cultural, desconociendo la diversidad humana.

La virtualidad, tanto en edades tempranas como en la adolescencia, tiene que tener un gran componente socio afectivo o los logros de aprendizaje serán limitados y pueden generar frustraciones en los estudiantes.

Este vínculo afectivo no puede ser generado por un video elaborado, por alguien que no ha tenido contacto con los niños y niñas, jóvenes y adolescentes. Es muy diferente si la virtualidad es mediada y cumplimentada por pedagogos.

Por ello, consideramos que el primer curso rápido debe ser para los y las docentes, para que ellas y ellos desarrollen lo más personalizado posible, en entornos virtuales, las clases con sus estudiantes. Descuidar lo socio afectivo puede convertirse en un error estratégico en la actual iniciativa de mundo digital para los aprendizajes.

  1. Cultura tecnológica

Hasta hace unos días en muchas escuelas de Panamá se prohibía el uso de celulares.  Es decir, la ecuación aprendizaje + tecnología cotidiana estaba disociada. Este giro, producto de la contingencia, crea las condiciones de posibilidad para iniciar un debate que permita el ingreso de celulares, tabletas, computadoras y video juegos al aula, no como elementos distractores, sino como dinamizadores de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Por otra parte, es inocultable que las escuelas no cuentan con un inventario reciente de los celulares, computadoras y conexión a internet que disponen los estudiantes y docentes, ya sean de manera habitual o en sus casas. Esto debe ser resuelto a la mayor brevedad posible para dar impulso al desembarco de los procesos virtuales como acompañamiento de la actividad de los las maestras(os).

Pero, ¿qué pasará con aquellos estudiantes y docentes que no dispongan de dispositivos ni conexión a internet?  ¿Quedarán excluidos de la estrategia contingente de aprendizaje, es decir, estaríamos negándole el derecho a la educación?  ¿O le diríamos que vayan a otras casas o centros de internet donde existen computadores? En este caso, romperíamos con la estrategia de contención de la pandemia y además ello impactaría en la economía de los padres y madres de familia, en su mayoría asalariados que tienen sus quincenas ya comprometidos.

Una estrategia masiva disruptiva como esta obligaría a tomar medidas extraordinarias por parte del Ejecutivo Nacional, en alianza con el sector privado, que no sabemos si ambos están dispuestos a hacerlo. Estas medidas mínimas serían: a) liberar el internet para todo el público durante el periodo de contingencia; b) generar un plan de financiamiento con cero inicial para el acceso a equipos, fundamentalmente para aquellos que no dispongan de los mismos; c) generar una campaña publicitaria con rostros de docentes donde se señale que ahora las y los maestros estarán comunicándose virtualmente, pero que pronto se volverá al contacto personal en las aulas. Eso generaría empatía y disminuiría el estrés negativo de los estudiantes.

  1. Plano cognitivo

Aprender es un proceso mental que implica un encuentro humano. Nadie aprende solo, todos aprendemos juntos, junto a los otros decía Paulo Freire. El ritmo de los aprendizajes individuales suele estar mediado por lo colectivo, por el aprendizaje grupal.

No se trata de reeditar a la acostumbrada escuela-máquina educativa newtoniana, cuyas rutinas, por ejemplo, consistían en facilitar el objetivo 6.2 el día martes, correlacionándolo con el objetivo 6.3 para el jueves. El aprendizaje virtual requiere un modelo más flexible y personalizado de enseñanza, que implicaría toda una crisis paradigmática para el sistema acostumbrado a la vieja lógica, al menos que estemos pensando en el añejo modelo de telesecundaria de los años 60 en un contexto de uso arcaico del mundo digital.

Además, debemos tener presente que el niño y niña, el joven y adolescente de hoy, no van a la escuela solo a aprender, también lo hacen para compartir saberes y conocimientos. Hoy en cada aula es posible encontrar “noveles especialistas” en biología, arqueología o antropología, en sociología y biología digital, es decir en distintos campos, que deben emerger e hibridarse creativamente con los saberes de los otros y las otras; el aula presencial es el jardín donde florecen estos injertos conceptuales y paradigmáticos que expresan la nueva sociedad, algo que no se puede resolver con una aproximación desenfocada de las posibilidades de lo digital. Este proceso de resocialización se rompe y reconfigura con la separación inherente a la virtualidad plana, pensada como Betamax y televisor. Pero hacer esta ruptura mental, pasar el suich a lo nuevo, demandará un proceso de adecuación que exigirá flexibilidad y personalización algo que hay que trabajar y no confiar en que surgirá por generación espontánea.

Unos irán más lentos, otros querrán ir más rápido, otros se desmotivarán ante lo nuevo. ¿Cuál será el espacio docente para discutir eso?  Evidentemente se requiere de la generación de colectivos pedagógicos virtuales por escuelas para trabajar estos temas, con vinculo con los equipos centrales del MEDUCA. Gremios como ASOPROF pueden convertirse en un dinamizador de estos procesos.

  1. Plano volitivo

Aprender implica actos y fenómenos de la voluntad, es decir praxis concretas. Aprender no es solo recibir información, sino que implica actuar, ejercitar.  Por ello, nos preocupa el enfoque de la virtualidad como simple trasmisión de información cuando el trabajo docente en el aula es esencialmente de aprendizaje dialogado y de encuentro entre coincidencias y diferencias.

En la actualidad hay elementos como la inteligencia artificial vinculada al campo de los metadatos, que permiten vincular el pensar con el hacer, lo lúdico y lo significativo, en aprendizajes realmente integrales. Eso lo saben muchos de nuestros estudiantes, por ello, no confundamos un modelo de telesecundaria o de dinámicas asociadas al paradigma de los recursos instruccionales, con las posibilidades del mundo digital en el aula.

El niño, la niña, el adolescente los jóvenes, tratan de encontrar sentido a la información recibida, lo cual en buena medida se logra en la interacción con los otros y las otras.  Aquello a lo que no se le encuentran sentido se olvidado rápidamente.  Es lo que ocurre por ejemplo con materias como la física, más vinculadas a la resolución de ecuaciones y no a sus expresiones en la cotidianidad, por ejemplo, bicicletas, arcos de puertas, etc.

Los estudiantes en el diálogo intersubjetivo con los docentes y sus compañeros en las aulas encuentran sentido a lo que aprenden y eso es lo que permanece. Si esto no se resuelve en el plano digital, la mera trasmisión de información no garantiza aprendizaje, así se cumpla con las tareas de los módulos. Por ello insistimos que usar las potencialidades de la virtualidad no es solo un tema de voluntad, se requiere estudio y apelar al saber pedagógico construido por los docentes en sus experiencias educativas.

Cuando sen estos días se escuchan muchas de las afirmaciones sobre la emergencia educativa y eso de la virtualidad, pareciera que no estamos preparados para ello y creemos que con trasmitir información basta.

  1. Docentes

Los docentes, golpeados por una campaña sistemática durante los últimos años, que pretende hacerlos ver ante la sociedad como desactualizados, sufren el impacto directo de los problemas existentes en la formación docente (inicial y continua). Son los mismos docentes a quienes no se les ha formado para ello y ahora se ven tensionados a dar un giro drástico. Existe una plena disposición de los y las educadores para entrar en este proceso, pero ello demanda un programa masivo de formación para los docentes respecto al mundo digital en el aula. Ello debe ser paralelo a lo que se puede iniciar con los estudiantes.

 A nivel paradigmático, será necesario comenzar a transitar el cambio de paradigma del trabajo educativo, del docente como depositario del saber, al docente como un sabio que sabe mucho de los contenidos de partida, que reconoce que los niños y niñas incorporan saberes específicos, pero que entiende que su rol es integrarlos al conocimiento que se imparte y darle direccionalidad.  Entonces volvemos a lo mismo, necesitamos una formación docente (inicial y continua) que enseñe a los docentes a hacer eso.

Sin embargo, existen limitaciones materiales para ello. Una evidencia de problemas estructurales en el MEDUCA reside en el hecho que no dispone de un censo actualizado de la infraestructura tecnológica (computadoras, conexión, software, consolas de video juegos) con las que cuenta el docente en su casa, en su entorno familiar, ni respecto a su experticia tecnológica.

Por ello, se debería pensar en el corto plazo, en un programa nacional de dotación a los y las docentes en materia de infraestructura tecnológica de partida (hardware, software y conectividad), no solo para atender la contingencia, sino para apuntalar el salto del sistema educativo, de las prácticas de la segunda revolución industrial a la cuarta revolución industrial.

  1. Estructura pedagógica:

En este breve documento no pretendemos desarrollar nuestro punto de vista sobre el nuevo enfoque pedagógico del siglo XXI para un sistema educativo público, gratuito, de calidad, incluyente y popular en el marco de la cuarta revolución industrial. Solo señalaremos algunos tips para motivar un debate. Nos comprometemos en las próximas semanas a presentar un documento más completo sobre el particular.

En este punto, nos interesa destacar la necesidad de generar un giro constructivo en cada uno de los componentes de la pedagogía para poder desarrollar iniciativas como las que hoy nos genera la contingencia, pero también otras creativas, no necesariamente vinculadas a una pandemia. Estos son solo algunos de los elementos:

  • Materia curricular
  • El modelo curricular actual esta caduco y no sirve para un enfoque de mundo digital en el aula;
  • Pareciera que la nueva perspectiva curricular es por estándares movibles y cambiantes como producto del consenso institucional y social;
  • El actual enfoque curricular no cuenta con la flexibilidad sistémica necesaria para desarrollar un modelo de aprendizaje virtual propio de los entornos digitales 
  • Materia didáctica
  • Son tiempos de hibridación y convergencia
  • Las pedagogías críticas y las educaciones populares construyen un camino compartido de aprender haciendo y actuando
  • Se requiere un modelo didáctico pragmático para el trabajo contingente en entornos virtuales
  • Materia Evaluativa
  • El modelo evaluativo punitivo está obsoleto
  • Los enfoques evaluativos por procesos y en entornos virtuales es un debate pendiente en la educación panameña
  • No existe claridad sobre el modelo evaluativo a desarrollar en esta etapa
  • Materia de Infraestructura
  • El tener que apelar a “externos” evidencia los problemas estructurales de infraestructura tecnológica y en todos los sentidos, que tiene la educación panameña
  • Ceder el control de la educación virtual en las aulas a fundaciones y empresas privadas, constituye un serio golpe al derecho a la educación pública;
  • Materia de Planeación
  • El modelo de planeación por resultados y por proyectos resulta insuficiente para el actual abordaje;
  • Se requiere un modelo planeativo situacional y multinivel
  • Materia de Gestión y Supervisión
  • No está claro quien supervisará las plataformas digitales, a quienes se les está cediendo el derecho público a educar;
  • No existen parámetros nacionales de monitoreo, gestión y supervisión de una operación de esta escala;
  • Proponemos sumar a la supervisión de la educación virtual de esta etapa de contingencia a los delegados gremiales de centro educativo;
  • Materia de financiamiento
  • Hoy más que nunca queda en evidencia la necesidad de contar con un mínimo del 6% de PIB para la educación
  1. Elementos funcionales-operativos

En este punto nos basaremos en dos documentos que han circulado ampliamente y que consideramos sirven de referencia al respecto, lo cual completaremos con una rápida mirada a algunos de los videos de la fundación ayudinga disponibles en su plataforma. Veamos

  • Esquema de propuesta Plan B de Ayudinga

El día 11 de marzo de 2020, la Fundación privada Ayudinga presentó lo que se denomina Plan B, donde desarrolla su propuesta educativa

                        – Puntos positivos:

Constituye una expresión concreta de preocupación social por la agenda educativa

                        – Puntos preocupantes

Uso de la contingencia nacional como elemento de propaganda para su propuesta privada, al señalar: “ante la medida de suspensión de clases presenciales en la mayoría de colegios de la ciudad de Panamá, la fundación ayudinga no detendrá sus operaciones ya que, aunque no abran las escuelas, La educación no para”, como si las escuelas no recibieran alumnos por una decisión autónoma, cuando en realidad el hecho es expresión de responsabilidad social ante una pandemia. Este discurso invita a ser usado en otros momentos (ayudinga), espcialmente de conflictividad laboral como alternativa ante las presiones huelgarias de los docentes;

En el mismo documento señalan: “concepto: mediante trasmisiones en vivo, brindar clases” Nuestra pregunta es ¿en que momento se decidió que no se requiere ser docente para dar clases?, pues ellos señalan: “las clases serán impartidas por chicos del equipo de ayudinga.  ¿Por qué no prestan su plataforma y que sean docentes calificados quienes impartan las clases?  Esto podría comprenderse como el inicio del sueño dorado neoliberal de sustituir a los docentes por cualquier profesionista “calificado”, como si educar fuera trasmitir conocimientos;

¿Qué garantía tiene el MEDUCA que los contenidos que previamente elabore sean desarrollados como tal por esos “chicos” cuando trasmiten en vivo?;

¿Tiene capacidad el MEDUCA para evaluar el impacto de sesenta horas semanales de grabación de contenidos educativos en áreas como física, química y matemáticas?  ¿Por qué no se convocó a los gremios para postular especialistas que monitorearan esta labor?

¿Quién decidió que niños con horarios de aprendizaje acostumbrados de la noche a la mañana pasen todos a horarios vespertinos como ellos lo señalan ¿

¿El Estado panameño cede la potestad a un privado de información sensible de la matrícula de niños, niñas y adolescentes?  Ellos señalan “se les pedirá a los estudiantes que accedan por medio de nuestra plataforma (la de ayudinga) y registren sus datos: escuela, grado. Sexo, cédula

   Ayudinga, tal vez sin tener conciencia de ello, construye con su modelo de pruebas estandarizadas un nuevo ciclo de la cultura evaluativa en Panamá, en perjuicio de la educación pública transformadora

  • Videos de ayudinga

Al estudiar los videos de la fundación ayudinga encontramos que:

Los facilitadores hablan muy rápido, eso puede ser perjudicial para los estudiantes. La única manera de resolver las dudas es viendo una y otra vez los videos, lo cual pareciera desconocer la poca disposición que tienen los jóvenes hoy para hacer algo semejante.  No se trata solo de dar una clase “Chic” sino de tomar en cuenta los procesos pedagógicos de la enseñanza-aprendizaje

Las exposiciones parten de la premisa que todos tienen el mismo punto de partida, de conocimiento, lo cual es errado

Existen interrogantes, por ejemplo, respecto a como pueden entender alumnos con recorridos distintos, formulaciones como las que se hacen en los videos de matemáticas, en temas como las causas sobre los cambios de signo en una operación

El modelo de pizarra usado es muy chico, evidenciando limitaciones para comprender el uso en espacios digitales, además de no usar animaciones u otras herramientas.  Termina siendo una especie de grabado en VHS, pero dado en computadora;

Se usan muchos modismos en las clases, producto de que no son profesionales de la docencia;

Sin embargo, el estilo informal de las clases puede facilitar una apertura mental para los docentes más rígidos

  • Guía del módulo

La Guía de Módulo presenta una gran duda: ¿el docente va a dar la clase o solo va a evaluar lo que ayudinga hace?;

Por otro lado, es evidente que el formato de evaluación por módulos se corresponde a una cultura evaluativa distinta a la del mundo digital en el aula.

  1. Pensamiento crítico en la nueva dinámica

Uno de los elementos sustantivos de un sistema educativo que promueva el desarrollo integral de sus estudiantes consiste en generar procesos de construcción de pensamiento crítico. El pensamiento crítico requiere una cultura del debate, de la aceptación de la diversidad y de construcción de identidad con paradigmas flexibles y de justicia social.

En la actual coyuntura esto se dificulta, por lo cual se debe construir mecanismos de intercambio en las plataformas que se establezcan, tanto de los docentes con sus estudiantes en colectivo, así como entre los estudiantes entre sí.  Esto asociado a los temas pedagógicos de enseñanza–aprendizaje vinculados a la generación de pensamiento crítico.

Ello implica la construcción de una cultura de la sistematización de la experiencia pedagógica que el modelo de pedagogía newtoniana, mecánica y estructurada no posibilita.

Sin embargo, el entorno digital posibilitaría el encuentro más allá de la territorialidad, tanto de docentes con otros docentes de municipios distantes, como de docentes con estudiantes de diversas territorialidades, así como de estos últimos entre sí. Estas dinámicas integradas a los procesos de aprendizaje y sus contextos posibilitaría, si sabe usar pedagógicamente, el emerger de pensamiento crítico.

  1. Contexto familiar

Es imposible construir una experiencia de aprendizaje exitoso sin contar con el apoyo de las familias.  Pero el apoyo no es un tema solo de disposición. Se requiere generar un plan de información y educación mínima a las familias sobre el uso de las herramientas digitales en el aula y su correlato actual en casa.  Esto debe ser hecho de manera urgente

  1. Plano gremial

Los gremios docentes tienen que dar el salto y formar parte también de la integración entre aceleración de la innovación y posibilidades de lucha y defensa de nuestras condiciones de trabajo.  Esta reestructuración se convertiría a su vez en una escuela taller que posibilitaría acompañar el salto que requiere la educación panameña.  No solo estamos ganados para eso, sino que ya estamos trabajando en este sentido.

  1. El compromiso de la escuela con la sociedad:

La escuela ha vivido distintos momentos, de ser un referente de la construcción de ciudadanía, a un enclave descontextualizado y en los últimos años, con un gran esfuerzo de los docentes, ha girado hacia la pertinencia educativa.  Esfuerzo que por lo general se hace desde los docentes, en muchos casos en oposición a autoridades del MEDUCA que consideran que el trabajo docente se limita a trasmitir contenidos.

Este papel transformador de la escuela no puede ser perdido en esta etapa, producto de la contingencia. Por ello, un componente sustancial de la actual labor educativa debe estar orientado a la enseñanza de la prevención y combate del coronavirus a las comunidades, desde las propias plataformas digitales.  Ello implica la construcción de un espacio dentro de la plataforma digital para el trabajo comunitario.

  1. ¿Y entonces, Que hacer?

No se trata de paralizarnos, ni de asumir una posición de crítica sin propuestas. Por ello, consideramos

  1. La coyuntura nos toma si el necesario desarrollo de las competencias institucionales y las habilidades personales para partir, pero como siempre, los y las maestras(os) lo hemos resuelto con creatividad, apelando a lo que tenemos y aprendiendo rápido. Por la educación panameña vamos a afrontar la contingencia, pendientes que tenemos un debate estratégico en marcha;
  2. El magisterio panameño debe dar el salto, convirtiéndose en factor generador de contenidos digitales. Ello, implica, hacer un esfuerzo extraordinario de apoyo y nivelación para aquellos docentes con más de cuarenta años que tengan dificultades para trabajar el mundo digital en el aula;
  3. Generar videos tutoriales y guías instruccionales respecto a como usar el celular para dar clase, como trabajar contenidos con las redes digitales, como sacarle el mayor provecho pedagógico a la computadora. Ello implica vincular el mundo del texto al de la imagen y la estética digital;
  4. Como nos enseñan las educaciones populares y las pedagogías críticas vamos a aprender haciendo, como forma correcta de evitar el apagón pedagógico global Si nosotres no participamos en esta contingencia puede crecer la falsa hegemonía que “enseñar es solo cuestión de tecnologias”. Aprovechemos los desarrollos tecnológicos, especialmente los digitales, seguros que son solo apoyos a los reales procesos de enseñanza-aprendizaje

Ciudad de Panamá. 12 de marzo de 2020.

Fuente e Imagen: LA ASOCIACIÓN DE PROFESORES DE LA REPÚBLICA DE PANAMÁ (ASOPROF)

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Tender puentes para la educación

Por: Camilo Camargo. 

En los últimos años, la educación ha venido ganando por fin un papel protagónico en nuestro país. El presupuesto para educación, en ciudades como Bogotá, es el rubro más importante y el asignado para todo el país a partir de 2020 es el más alto en la historia de Colombia. La sociedad espera que esa inversión se vea traducida, no solo en experiencias de buena calidad para los estudiantes, sino también en oportunidades tangibles a futuro.

Hace unas semanas, visité el Colegio Rogelio Salmona, ubicado en Ciudad Bolívar, uno de los 11 colegios nuevos que entregó la administración Peñalosa que brindarán espacios de educación para los habitantes de lugares donde la educación ha estado en deuda con la población. La infraestructura es impactante y no tiene nada que envidiarle a ningún colegio privado de Bogotá. ¿Con el tema de la infraestructura resuelto en muchos lugares, ahora qué sigue para mejorar la calidad de la educación y las oportunidades?

Si bien hay estadísticas muy positivas para los estudiantes en Bogotá —como la disminución de la deserción escolar, que pasó del 3,6% en 2015 al 1,65% en 2018 o la disminución de más del 30% en embarazos adolescentes—, la ciudad todavía tiene un camino largo por recorrer para que todos los estudiantes puedan recibir una educación de alta calidad.

Los cambios en la educación son posibles, como lo demuestra una variedad de experiencias positivas. Los colegios públicos en concesión o en administración por parte de instituciones privadas llevan ya 20 años operando en la capital del país y son claro ejemplo de cómo se pueden transformar los procesos educativos. Ya son 35 los colegios que gracias a esta figura han implementado programas de alta calidad permitiéndoles a sus estudiantes mayores opciones una vez graduados. Funcionan de acuerdo con el siguiente esquema: la concesión recibe de la Alcaldía un monto por estudiante que es menor del que recibe un colegio oficial; con este dinero, la concesión —de la mano de la experiencia de colegios privados de alto nivel académico— forma a los maestros y diseña currículos estructurados para así organizar y ofrecer programas académicos sólidos y de alta calidad. En estos colegios se ha logrado hacer una transformación de realidades y su impacto para la sociedad es invaluable.

Otra experiencia muy positiva a este respecto ha sido la del Chocó. En este momento 19 colegios privados de Bogotá, de la Unión de Colegios Internacionales (Uncoli), están trabajando en un proyecto con el Ministerio de Educación Nacional llamado Aulas sin Fronteras, el cual busca que docentes de estos colegios elaboren material de trabajo para profesores y alumnos del Chocó en áreas de lenguaje, matemáticas, ciencias y sociales. También se ha trabajado en capacitación a docentes y en trabajo en conjunto entre los maestros. El material producido está en uso desde hace tres años en séptimo, octavo y noveno, y ha permitido que profesores de 55 sedes educativas del Chocó trabajen de la mano con profesores de Bogotá, usando las buenas prácticas en sus clases y en su día a día.

Estos dos ejemplos demuestran como las prácticas exitosas pueden ser adaptadas a otras instituciones con resultados muy positivos. Pero lo importante para tener en cuenta es que no hace falta ser un colegio en concesión o un colegio de Aula Sin Fronteras para lograrlo. El conocer y usar las buenas prácticas en educación es una de las formas como los colegios pueden avanzar en su desarrollo. Lo común debería ser que, entre colegios, tanto públicos como privados, se visiten y se usen ideas y conceptos para mejorar cada institución. Esto no solo a nivel nacional; algunos colegios han buscado hacer este mismo ejercicio con instituciones internacionales, lo cual enriquece el proceso educativo.

Y muchas de esas prácticas van a lo esencial de la educación: lo que ocurre en el salón de clase. Más allá de infraestructura, de alimentación y de transporte, donde se ve el impacto en procesos educativos es en cada aula. Y allí es donde podemos trabajar en conjunto para que existan más puentes entre las instituciones, que permitan ver cómo trabajamos entre colegas y cómo podemos ajustar las prácticas en el salón de clase, independientemente de si pertenecemos a un esquema público, privado, nacional, internacional o en concesión.

Es hora de que los distintos colegios abran sus puertas y los que ya lo están haciendo las abran aún más. Grabar una buena clase y compartirla o invitar a otros docentes a sus clases ayuda a generar conversaciones pedagógicas que pueden tener un impacto a largo plazo.

Ojalá más colegios privados estén dispuestos a tender puentes, especialmente con el sector público que es el que más los necesita, y trabajar en conjunto para que el fin común de una buena educación permita continuar con la formación de ciudadanos que aporten para mejorar a nuestro país.

Fuente de la noticia: https://www.elespectador.com/opinion/tender-puentes-para-la-educacion-columna-900499

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Luis Alfonso Ruíz: En el 2025, la escuela es un espacio abierto a la realidad

Entrevista: Tendencias 21

“La educación es la herramienta más poderosa para trasformar nuestro mundo en más humano y vivible para todos» destaca Luis Alfonso Ruiz

 

Luis Alfonso Ruiz es el responsable del área pedagógica y tecnología de los colegios Amor de Dios de España. También es Profesor de filosofía. Es un reputado investigador del impacto de la tecnología en todo lo relativo a la enseñanza. Como analista experto, es conocedor y testador de distintas tecnologías ya presentes en las aulas. Como EdTrainer, tiene una idea clara del futuro.

En la cabeza de Luis Alfonso Ruiz, experto en EdTraining, la educación del futuro es un enorme puzle compuesto por numerosas piezas, que de alguna manera van encajando gracias  a elementos como el talento, el conocimiento y la tecnología.

En su cabeza, cada pieza del puzle es cada día más clara, aunque determinadas aristas impiden el encaje perfecto.  ¿O somos nosotros los que dificultamos el encaje de las piezas?

Hablamos con Luis Alfonso Ruiz, edTrainer especialista en competencia digital, innovación y herramientas, así como trainer certificado del programa «Google for Education», para comprender cómo será la educación en el futuro.

Si estuviéramos en el año 2025 ¿cómo podríamos visualizar la educación?

La situación actual, según Richard Riley, anterior Secretario de Educación de Estados Unidos, es que estamos preparando a los alumnos para empleos que todavía no existen, con tecnologías que todavía no se han inventado y para resolver problemas que todavía no sabemos que son problemas. Esto requiere de una visión prospectiva inteligente y sagaz.

¿Qué nos depara el futuro? Las competencias más demandadas no serán el conocimiento de una lengua extranjera o el liderazgo. Serán, por el siguiente orden: la resolución de problemas, el trabajo en equipo, la comunicación, el pensamiento crítico, la creatividad, la alfabetización, el liderazgo, la lengua extranjera y la inteligencia emocional. ¿Responde el curriculum oficial a estos retos? De forma trasversal un poco pero sigue centrándose en conocimientos.

Conocimiento hay infinito en la red a disposición de cualquier ciudadano. Es más importante poner el foco en las competencias antes descritas y a hacer al alumno protagonista de ese proceso de formación. Que además ha de ser integral no solo intelectual. Por otro lado, es necesario implicar a todos los agentes en el proceso educativo, alumnos y profesores, pero además a las familias y agentes sociales. La escuela ha de ser un espacio abierto a la realidad.

En el 2025 ya vivimos en una sociedad con presencia masiva de inteligencia artificial. ¿Cómo beneficia la tecnología al conocimiento?

Gracias a la inteligencia artificial los cursos educativos se multiplican exponencialmente, los docentes y familias pueden acceder a informes personalizados de aprendizaje radicalmente diferentes a los obsoletos boletines de notas actuales que solo puntúan de 0 a 10 conocimientos. Estos nuevos informes evalúan destrezas, resolución de problemas, pensamiento crítico, autonomía en el aprendizaje y todo ello para mostrar posibilidades de mejora y crecimiento, no para penalizar.

Saber cuánto ha tardado un alumno, por ejemplo, en comprender un texto o en hallar información es fascinante para capacitarle mejor según sus necesidades. Ojalá todo ello ayude especialmente a los alumnos con dificultades, prioritarios en la educación.

El trabajo colaborativo entre profes y de distintas escuelas es una práctica que se va escalando y favorece el intercambio de las mejores prácticas. La tecnología pone en contacto a las personas de distintos ámbitos y países, permite compartir experiencias y el mundo se ensancha. Que un alumno pueda conocer el Museo del Louvre sin moverse del aula es fascinante.

La escuela ha de ser un espacio abierto a la realidad, como acabas de decir, pero, ¿de qué realidad? ¿La analógica, la virtual, la aumentada, los hologramas…?

Creo que en el 2025 veremos aulas y colegios como espacios cada vez más abiertos, más universales y más creativos. Centros de desarrollo, de innovación y de solidaridad.

Abierta a la realidad virtual ya se va produciendo, el proceso es lento por el coste de la tecnología. Existen recursos como las herramientas de “Google for education” cuyo leivmotiv es universalizar la información, sin coste alguno. La educación es la herramienta más poderosa para trasformar nuestro mundo en más humano y vivible para todos.

Por el 2025 se requiere personas formadas no para la sociedad surgida de la revolución industrial sino para esta nueva realidad que no solo se avecina, sino que está instalada y lo está para quedarse.

¿Cómo describirías la realidad del año 2025?

Intuyo sombras de totalitarismos emergentes, de desigualdades sociales en aumento, de pensamiento único, de exclusiones. Por ello hay que remar con énfasis en educación hacia un mundo mejor y más abierto. La tecnología no la veo como un fin en sí misma, pero si como un medio muy poderoso para la educación y la mejora de la calidad de vida de las personas

La meta de todo proceso educativo es hacer personas libres. Desde la ignorancia es imposible. Es necesario conocer para decidir. Soy un apasionado de la tecnología pero mucho más del hombre y la libertad. Por ello me apasiona la educación.

Fuente: https://www.tendencias21.net/En-el-2025-la-escuela-es-un-espacio-abierto-a-la-realidad_a45396.html
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Maestros, nuevas disputas y otros desafíos

Por: Lev M. Velázquez Barriga

Se han analizado con abundancia las consecuencias laborales de la reforma educativa que se va y de la que está en proceso, en gran medida, porque los reformistas de la educación han conducido a los docentes a encasillarse en ese debate, explotando las preocupaciones primarias de cualquier gremio, estabilidad en el empleo y condiciones salariales; no obstante, el tema es más complejo y no deben perder de vista que el proyecto neoliberal no se ciñe sobre la implementación de los mecanismos de precarización laboral.

El cambio de las evaluaciones punitivas a las evaluaciones diagnósticas, de los énfasis en la formación y no en la evaluación (al menos así aparece en el discurso), tiene que ver con moldear la mentalidad de los maestros; no podemos negar que junto a ese sector que se rebela reivindicando su identidad colectiva, histórica y pedagógica, hay otro que está siendo colonizado por la ideología neoliberal: defiende el mérito personal como derecho y como principio de la profesión, se ha apropiado de los antivalores de la sociedad del rendimiento, no se opone al proyecto educativo del capital sino que se adapta, le exige transparencia, demanda el cumplimiento de la normatividad y niega cualquier intervención de la organización gremial: son el sueño dorado del patrón.

Esta subjetividad neoliberal del docente promueve la eliminación de la libertad de cátedra y la manipulación de la prácticas pedagógicas, ambas controladas por un sistema complejo de relaciones entre formación-evaluación-promoción-reconocimiento, certificación y mérito individual; cualquier intento de autonomía, de innovación o de restitución de los derechos colectivos está subordinado con uno o más de estos mecanismos; a su vez cada uno de ellos alienta un creciente mercado de capacitaciones en la escuelas privadas o cursos en línea, simulacros para contestar los exámenes, planeaciones prelaboradas, programas curriculares para llenar de contenido la supuesta autonomía, manejo y organización de datos de los alumnos a través de plataformas educativas digitales y, por supuesto, de herramientas tecnológicas. En el caso de la certificación se produce un proceso organizativo para que los directivos se apropien de formas de administración empresarial y que los próximos consejos de evaluación aterricen la organización gerencial de la escuela, pero también de los proceso educativos.

Las evaluaciones punitivas, lo mismo que las diagnósticas y asociadas a la formación, son una mina de datos de los alumnos, maestros, directivos, escuelas y sistemas educativos que son recogidos por los organismo autónomos de evaluación o los llamados multinacionales para crear toda una industria cognitiva. Como ejemplo la alianza del corporativo Pearson con PISA, le ha permitido al monstruo de la producción de libros de texto expandir su negocio en la creación de plataformas de contenidos digitales para reforzar los aprendizajes medidos por la prueba de la OCDE, los mismo sucede con las empresas nacionales, algunas de ellas filiales o asociadas de Pearson y los instrumentos evaluativos regionales.

No es casualidad del modelo educativo 2016 el énfasis en los aprendizajes clave y la crítica al aprendizaje memorístico ni que la reforma educativa en puerta dé un paso adelante en la educación inicial, inclusiva y con enfoque de género; ambos procesos se relacionan con el proyecto (2014) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos para consolidar una nueva generación del informe Programa Internacional para la Evaluación de los Estudiantes ahora llamado PISA para el desarrollo en el que se incluye la evaluación estandarizada de la educación inicial, la diversidad, el enfoque inclusivo, así como el desarrollo de las habilidades socioemocionales y del pensamiento crítico.

Si los docentes no construyen un acervo pedagógico crítico, serán presa fácil de esta subjetividad neoliberal, que no sólo se está arraigando en los sectores más institucionales, sino que también empieza a penetrar en las resistencias magisteriales, introduciendo en la formación y las evaluaciones estandarizadas lenguajes plurales, progresistas en apariencia, pero que son parte de una segunda colonización del capitalismo cultural, de la expansión de modelos deproducción y distribución industrial de mercancías basados en formas de organización que no necesitan la concentración de los trabajadores ni de su división especializada, sino que demandan formas colectivas o individuales de trabajo aparentemente autónomas, controlables por medios digitales y que requieren de multihabilidades, competencias integrales, desarrollo de liderazgos o la capacidad de poner en acción las diferencias para concretar metas comunes, que siempre culminan en mayores ganancias para la empresa.

Junto a la lucha por los derechos laborales, también resulta necesaria la disputa por una nueva subjetividad docente crítica y liberadora, replantear los proyectos pedagógicos emancipadores frente a los lenguajes que han sido cooptados por el capitalismo y evidenciar que detrás sus propuestas se arraiga la capacitación en competencias para atender las formas de reorganización de la explotación; no hay manera de adaptarse, no existe opción de coincidir: las escuelas, los docentes, los estudiantes y los procesos educativos, no son empresas de particulares, no son datos, no son mercancías sino un conjunto de instituciones, personas y relaciones humanas para desarrollarse en plenitud, para construir saberes y constituirse en formas de vida libres de cualquier tipo de explotación.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2019/05/16/opinion/019a1pol

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El respeto al profesor: el éxito del sistema educativo de Finlandia

Por: Camila Londoño. 

 

En una conferencia titulada Los secretos del milagro del sistema educativo finlandés, organizada por Universidad Internacional de la Rioja (Unir), la ensayista y pedagoga sueca Inger Enkvist habló acerca de este modelo educativo que tantos países admiran y explicó cuáles son las causas fundamentales del éxito educativo de este país nórdico. Aunque muchos en Latinoamérica, por las dificultades que se enfrentan en el continente, consideran que es imposible tener como referente un sistema como este, resulta interesante destacar algunos de los mensajes de Enkvist, pues dan claves importantes acerca del camino que se debería tomar. Después de la conferencia, La radio La Ventana en España, conversó con la ensayista acerca del tema.

“La clave del éxito del sistema educativo en Finlandia, es que los padres, los alumnos y el Estado respetan a los profesores”.

Este es quizás uno de los argumentos más relevantes. En una frase simple y clara, Enkvist deja en evidencia que poner a los profesores en el centro del sistema finlandés, ha sido fundamental para alcanzar grandes resultados. Además, la ensayista aclara que la esencia de este sistema, es la calidad de sus profesores. En ese sentido, al ser la docencia una de las profesiones más respetadas, grandes profesionales eligen la profesión. “Los jóvenes que se dedican a la docencia, están entre los mejores que salen de la secundaria”, dice Enkvist en la entrevista. Pero lo interesantes es que el respeto de los docentes en Finlandia va más allá del salario; la valoración, explica ella, es mucho más social y “la retribución salarial es normal, nada del otro mundo, pero muy decente”.

Twitter Anna Forés

Además de mencionar el respeto por los profesores, la pedagoga habla de las tareas.

Para Enkvist, los deberes o tareas son necesarios y de hecho, aclara que ningún sistema educativo exitoso, puede prescindir de las tareas. La clave está en matizar y diseñarlos de tal forma que motiven a los estudiantes. Lo importante es la calidad, no que sean largos y mecánicos. En Finlandia, por ejemplo, son breves. Un buen profesor, explica la ensayista, encuentra la manera de asignar tareas inteligentes y sobre todo, útiles. Esto, de la mano con procesos educativos que se equilibran con tiempos de recreo, da muy buenos resultados.

Fuente del artículo:  https://eligeeducar.cl/respeto-al-profesor-exito-del-sistema-educativo-finlandia?fbclid=IwAR3iwofOYu42_h5Nk3o8rdoZq7ThzuCGPiCsQik0PnQxwRCtN0MyX3oSsNk

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