Por: Fernando Pereira.
“El pasado viernes 15 de septiembre se cumplieron 18 años de la implementación, por parte de nuestro Comandante Hugo Chávez, de las Escuelas Bolivarianas. Programa educativo que rescató la concepción del Estado Docente, tesis del gran Maestro venezolano Luis Beltrán Prieto Figueroa, desechada en la última década del siglo 20 por el modelo neoliberal privatizador. La Educación Bolivariana reivindica el papel indeclinable del Estado en garantizar la educación pública, gratuita y de calidad como derecho humano fundamental.”
Estas son palabras del ministro de Educación Elías Jaua que coinciden discursivamente con los planteamientos quinta republicanos.
¿La Revolución Bolivariana preservó los avances educativos?
Un inicio de año escolar es propicio, en cualquier país, para que el mundo político exponga sus conquistas y expectativas para estar agraciado con el pueblo.
Si analizamos el informe Situación Educativa de América Latina y el Caribe: Hacia la educación de calidad para todos al 2015, de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) encontraremos que en la región, independientemente de gobiernos que se definen (o que los califican sus adversarios) de derecha, centro o izquierda, hay un marco legal que todos ratificaron con la Convención de los Derechos del Niño, tratado de derechos humanos que consagra el derecho a la educación y cuenta con marcos legales, muy similares, consagrando los enunciados de gratuidad, igualdad, equidad, accesibilidad.
Si hay coincidencias legales, ¿qué pasó con las políticas públicas?
La Unesco señala, con estadísticas oficiales, que durante la década del 2000 “las condiciones básicas de sobrevivencia, salud y bienestar de la infancia temprana experimentaron un avance importante en la región durante la década pasada. También hubo un incremento moderado en el acceso a la educación preprimaria (la tasa neta de matrícula aumentó de 56% a 66% en promedio)”…
…Los países de la región ya en 2000 presentaban un alto nivel de acceso a la educación primaria (tasa neta de matrículade 94% promedio); además, durante la década pasada tanto la repitencia como la deserción mostraron tendencias favorables, todo lo cual hizo que las tasas de retención hacia finales del ciclo, así como de conclusión, mejoraran de manera muy significativa en la mayoría de los países…
Durante la década pasada la educación secundaria se expandió levemente en la región (la tasa neta de matrícula promedio aumentó de 67% a 72%). La tendencia general del gasto público en educación durante la década pasada fue levemente positiva en la región (pasando aproximadamente de un 4,5% a un 5,2% del PIB en promedio)”.
¿Se dio el crecimiento de la cobertura e inversión escolar en mayor medida en los países de izquierda?
Si analizamos el gasto público total en educación (con los países que tenían información disponible al 2010) encabezan: Bolivia, Paraguay, Argentina, República Dominicana, Panamá.
Si vamos al gasto público en educación primaria por alumno con % PIB per cápita: Panamá, Paraguay, Bolivia, Guatemala, Uruguay. El mismo dato para secundaria: Panamá, Paraguay, Bolivia, Uruguay, El Salvador.
Al revisar la tasa neta de matrícula de la educación preprimaria: México, Uruguay, Perú, Argentina, Venezuela. En Educación Primaria: México, Uruguay, Panamá, Guatemala, Ecuador. En secundaria: Chile, Argentina, Perú, Colombia, Venezuela.
Como se verá, no se trató de un asunto ideológico, países con distintas orientaciones alcanzaron logros similares debido a una coyuntura que los favoreció a todos. La Unesco destaca que “la mayor parte de los países de la región experimentaron progresos importantes en aspectos claves como el desarrollo global, el crecimiento económico y –en menor medida– la reducción de la pobreza, todo lo cual generó un contexto favorable para el avance en educación.
Otra condición positiva –aunque aún no universal en la región– fue el cambio demográfico que disminuyó la demanda potencial por educación”.
Tiempos de “vacas flacas”
La caída de los precios de materias primas (en nuestro caso el petróleo) y el estancamiento de las economías han impactado negativamente los logros sociales de los gobiernos de la región. La realidad es que la educación no escapa a ello. No somos un oasis educativo. Somos un país que tuvo avances cuantitativos (como la mayoría de la región) y que se están revirtiendo.
Venezuela requiere políticas que apunten al crecimiento económico y que impacten la calidad de vida de la mayoría de las familias que bregan para mantener a sus hijos en una educación que les ofrezca alternativas reales para mejorar su vida.
Fuente: http://efectococuyo.com/opinion/venezuela-un-oasis-educativo
Imagen: http://efectococuyo.com/wp-content/uploads/2017/09/escuelas-bolivarianas.jpg