¿Debemos prohibir los celulares en los colegios?

Por: Julián de Zubiría

El pedagogo Julián de Zubiría reflexiona sobre qué tan pertinente es adoptar la ley que se encuentra en trámite en el Congreso de la República y que busca prohibir el uso de celulares en los colegios. Desde su perspectiva, es tan equivocada como vender el sofá para resolver el problema de la infidelidad en el hogar. Estos son sus argumentos.

Al retornar de vacaciones en el verano pasado, en Francia, 12 millones de alumnos se enfrentaron a la nueva ley que prohibió el uso de los celulares en las instituciones educativas a menores de 15 años. En Colombia, un proyecto de ley similar fue presentado en el mismo sentido por parte del representante liberal Rodrigo Rojas y está haciendo su trámite en el Congreso. La medida se toma para disminuir la adicción de los estudiantes a la tecnología y para evitar exponerlos a los riesgos que conlleva una red abierta para personas de todas las edades y condiciones. La pregunta clave es: ¿Es una buena idea la adoptada en Francia? ¿La propuesta para Colombia enfrenta adecuadamente el problema de la dependencia de los niños hacia la tecnología?

Siempre ha habido personas que se oponen a los avances tecnológicos; en especial, cuando afectan sus propios intereses. Airbnb creció exponencialmente en la última década y es utilizado en el mundo por los turistas por las notables ventajas que genera en precio, calidad y facilidad en los viajes. Los turistas pueden cocinar y alojarse en apartamentos completamente amoblados durante breves periodos de tiempo, mientras sus dueños permanecen de vacaciones. En caso contrario, dichos lugares permanecían vacíos. Eso afecta los intereses de los hoteles, cuyos propietarios siguen presionando su prohibición. El impacto de Cabify y Uber ha sido sensible y muy positivo en la movilidad de las personas en el mundo. Se multiplican los vehículos que ofrecen el servicio, se eleva la seguridad, mejora la calidad y se acercan en el tiempo y el espacio la oferta y la demanda.  En respuesta, en muchos lugares, el gremio de taxistas ha paralizado ciudades para continuar con el monopolio que previamente han ejercido. Los gremios que obtienen ventajas piden declarar ilegales las plataformas que utilizan tecnologías de punta. Quieren seguir beneficiándose de los monopolios.

Lo que hay que hacer con la tecnología es exactamente lo contrario: regularla, para poder aprovecharla en beneficio de todos. Varios países, después de llegar a acuerdos sobre las condiciones del servicio prestado y el pago de los impuestos correspondientes, terminaron por incorporar las plataformas digitales.  Prohibirlas es enfrentarse al desarrollo y a la historia misma, tal como hicieron los ludistas en Inglaterra. En plena revolución industrial, se opusieron a las máquinas, creyendo que éstas los dejarían sin empleos. Al final, los empleos se transformaron, pero no desaparecieron, como sucede con la gran mayoría de cambios tecnológicos. El desempleo que genera en un sector, lo compensa con la creación de otro.

Según la última Encuesta Nacional de Consumo Cultural del DANE, en el 2017, el 93% de los jóvenes de 12 a 25 años usa internet y el 94% consulta las redes sociales. Así mismo, el 77% de los colombianos lee en el celular y el 67% escribe por internet. En este contexto, prohibir los celulares en los colegios resulta un exabrupto, porque los niños seguirán accediendo al móvil, a las redes y a los computadores, aunque a partir de ahora, con menor mediación de los docentes. Lo que hay que hacer es exactamente lo contrario: mediar su uso, para que la tecnología nos ayude en el propósito formativo del desarrollo integral y no se convierta en un obstáculo del mismo. El problema no es la tecnología, sino su uso y eso sólo se puede modificar con mayor educación.

Si una joven envía una foto en la que aparece desnuda a su novio y, luego, esa imagen termina en manos de sus compañeros de colegio, el problema no es del celular, sino de la joven. No es el celular el que se equivoca, sino ella. La joven no ha entendido que en las redes no hay borrador ni marcha atrás y que, a partir de ahora, quedará eternamente subordinada a sus compañeros. La solución no es quitarle el celular, sino orientarla en las nuevas realidades virtuales y formarla en autonomía.

Si un niño crea una cuenta falsa para intimidar a un compañero, el problema tampoco es del celular, sino del acosador. Si no tuviera móvil, lo haría en un mensaje escrito con letras recortadas de periódico. El problema es la actitud del niño que goza estableciendo una relación de abuso de poder. Por tanto, no lo resolveremos quitándole el celular de sus manos, sino ayudándole a que desarrolle la sensibilidad y la empatía para que se ponga en el lugar del otro, para que comprenda la tristeza y el dolor que causa. Nada de ello se logra quitándole el móvil.

Si un niño accede a retos peligrosos en Internet, el problema está en el bajo nivel de mediación de quien accede a jugarlo. Se trata de retos que colocan los administradores para que otros los jueguen. El problema es que la baja autonomía de muchos niños hace que ellos se expongan a situaciones muy peligrosas al obedecer ciegamente a retos impuestos por personas que buscan intencionalmente generar agresión a otros. Les podemos quitar los celulares a todos los niños en las escuelas, pero al llegar a casa jugarán retos que se han viralizado, no porque existan los celulares, sino porque existen muchos niños que no cuentan con el debido acompañamiento de padres y maestros para ir garantizando un proceso formativo que consolide su autonomía. Si los niños tienen celulares es porque sus padres se los han comprado. Es a ellos a quien hay que educar para que entiendan los enormes riesgos del acceso a las redes sin la compañía y la mediación de los adultos.

También nuestros padres sabían de los riesgos de enviar a las calles a menores sin ningún acompañamiento. Para enfrentarlos, cuando éramos niños salíamos en compañía de los adultos y padres y hermanos nos preparaban para asumir el reto de manera autónoma. Ahora el problema es que muchos padres han abandonado su responsabilidad y dejan que sus hijos menores recorran libremente las autopistas digitales sin el menor acompañamiento y mediación. Una vez más, el problema está en los padres y no en los celulares. Seguramente estos progenitores aplaudan la iniciativa de prohibir el celular, aunque, cuando lleguen a sus casas, es muy posible que no tengan tiempo para asumir la responsabilidad formativa con sus hijos, por estar ellos mismos muy ocupados mirando los mensajes por WhatsApp de sus amigos. Entonces, ¿de quién es la responsabilidad?

La calentura no está en las sábanas. Por eso el marido que encuentra a su mujer teniendo relaciones sexuales con otro hombre no resolverá el problema vendiendo el sofá. Como tampoco se resolverá el de la dependencia tecnológica prohibiendo los celulares en los colegios. En el mismo sentido, también se equivocan los profes de matemáticas que prohíben las calculadoras con el fin de seguir enseñando los mismos algoritmos que han enseñado, sin entender que el papel de la educación es desarrollar el pensamiento matemático y no el de dominar algoritmos que son tan simples que cualquier calculadora los realiza sin errores y más rápido, y tan impertinentes, que afortunadamente los olvidamos con los años.

No hay que prohibir los celulares en los colegios, lo que hay que hacer es mediar su uso. Necesitamos repensar los contenidos de las asignaturas para que se comprendan las imágenes digitales. Hay que enseñar a leer y escribir a nivel virtual. Hay que enseñar a ver e interpretar propagandas, programas y películas.

Deberíamos usar los celulares en los exámenes para acceder a internet, para consultar textos o buscar archivos. Deberíamos atraer a los alumnos a “wasapear” en clase para mejorar la escritura. Deberíamos invitar a los estudiantes a elaborar trinos para fortalecer sus procesos de síntesis y de construcción de ideas y macro proposiciones. Los estudiantes deberían enviar sus trabajos en internet y recibir observaciones de sus profesores por el mismo medio.

Dentro de unos 3 ó 4 años invito a revisar qué pasó con la ley que prohibía el uso de celulares en Francia. Lo más probable es que concluyan que fue totalmente inocua para resolver el problema que diagnosticó.

Soy consciente de que lo que pido en esta columna es relativamente difícil de lograr en una escuela por completo detenida en el tiempo, muy similar a la que recibieron a nuestros tatarabuelos en el siglo XIX. Una escuela que comprende muy poco el siglo XX y menos el XXI, y que, por tanto, está muy desadaptada a los cambios que ha tenido el mundo en el último siglo, relacionados, entre otros, con la globalización, la conectividad, las redes de datos y la flexibilidad del mundo social y económico.

Mi pronóstico es que también en Colombia será aprobada una ley similar y olvidada o abandonada en unos pocos años. Al fin de cuentas, la mayoría de nuestros parlamentarios es poco lo que comprende de educación. Es más, es probable que muchos congresistas ni lean este artículo, por estar chateando con amigos y colegas de su partido.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/debemos-prohibir-los-celulares-en-los-colegios-por-julian-de-zubiria/599524

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Móviles: ¿prohibir o educar?

España / 28 de octubre de 2018 / Autor: Víctor Bermúdez / Fuente: El Periódico Extremadura

Acerca de la idea del Gobierno de eliminar de las escuelas el uso del teléfono móvil

El gobierno español considera prohibir a los alumnos el uso de teléfonos móviles en la escuela. La idea se inspira en un reciente decreto del gobierno francés, y aduce motivos parecidos: prevenir la adicción al móvil y proteger a niños y adolescentes de ciertas disfuncionalidades cognitivas (falta de atención), sociales (aislamiento) o morales (acoso escolar), presuntamente asociadas al uso del móvil y otras tecnologías.

¿Es cierto todo esto? A mi juicio, no. Por lo que la medida me parece injustificada, amén de demagógica, impracticable y humillante para el que tenga que sufrirla (y aplicarla).

Es una medida desproporcionada en tanto los problemas que genera el uso del móvil en el recinto escolar (no en las aulas, en las que, salvo excepciones, está ya prohibido) son nimios, si es que son algo, y no requieren de una medida gubernamental de este cariz.

En cuanto a la presunta adicción al móvil de los adolescentes, existe una enorme confusión en que se mezclan la parte más infusa de la ciencia psicológica y los prejuicios generacionales. Los que observan alarmados el tiempo que los jóvenes dedican a sus terminales electrónicos no acaban de entender (ni, por tanto, de apreciar) que multitud de actividades (informarse, entretenerse, hacer gestiones, aprender, opinar, comunicarse con los demás…) se realizan ahora normalmente a través del móvil. Lo que muchos conciben como ‘patología’ no es, pues, más que un cambio generalizado (e imparable) de costumbres que son incapaces de comprender (no hay nada más viejo que depreciar lo nuevo). Es obvio que muchos jóvenes se inquietan si se quedan sin móvil. ¡Y yo! ¡Y usted! Y todos los que hemos aprendido que se vive mejor teniendo al lado una centralita permanentemente actualizada de información y comunicación. Es algo tan ‘adictivo’ como lo fue en su tiempo tener agua corriente o disponer de vehículos a motor.

De otro lado, no conozco un solo estudio serio que demuestre que el uso de las nuevas tecnologías genere cambios cognitivos significativos. Y si los hubiera, ¿por qué tendrían que ser necesariamente perjudiciales –en lugar de beneficiosos para adaptarse al modo en que se procesa hoy la información–? Particularmente, yo no noto en mis estudiantes menos capacidad de concentración (salvo, como siempre, para lo que es un rollo macabeo), y si, por ejemplo, un ingenio y una rapidez mental asombrosa cuando se manejan en el medio digital que les es propio.

En cuanto al presunto aislamiento social que generan las nuevas pautas de comunicación tampoco lo veo mayor ni distinto al que podían generar las antiguas. Personas con ‘problemas de relación’ las ha habido siempre (con la ventaja de que hoy tales personas pueden mantener un hilo mínimo de interacción a través de las redes). La idea de que los chicos interaccionan mejor sin móvil y jugando al corro en el patio es un prejuicio de gente que se ha criado (obligatoriamente)… jugando al corro en el patio.

Se alude, también, a los usos ‘perversos’ del móvil. Es cierto que se puede utilizar para acosar o violentar. ¿Pero qué cosa no es susceptible de usarse para agredir a otros? De lo que se trata es de educar en el uso correcto del móvil, ¡no de prohibirlo! ¿No es de educar de ‘lo que va’ la escuela? Si la solución de cada problema fuera prohibir, no harían falta institutos ni profesores, solo cárceles, juzgados y policías.

Finalmente, hay que recordar que el móvil no es solamente un objeto más o menos útil (incluso como herramienta educativa), sino un medio de gestión y expresión de la vida privada y la libertad individual (especialmente valioso en un entorno tan alienante como puede ser el de la escuela). Arrebatarle a un adolescente su móvil en un pasillo o el patio es, en este sentido, un acto de humillación e intimidación injustificable.

Pero pese a todo lo dicho, ya verán como se impone la medida, absurda y antipedagógica, pero popular, de prohibir el móvil – que, por supuesto se seguirá usando, tal como lo hacen los mismos profesores, con completo desparpajo, por todo el centro –. Así, de paso, se nos distraerá un poco de los problemas que de verdad asolan al sistema educativo.

Fuente del Artículo:

https://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/moviles-prohibir-educar_1112707.html

ove/mahv

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Evalúan en Colombia prohibición de celulares en colegios

América del sur/Colombia/18 Octubre 2018/Fuente: Prensa Latina

A la plenaria de la Cámara de Representantes de Colombia ingresó hoy un proyecto de ley que de aprobarse daría luz verde a la prohibición de celulares en instituciones escolares del país.
La iniciativa, que se aplicaría desde el preescolar hasta el noveno grado, ya recibió el visto bueno de la Comisión Sexta de la citada instancia legislativa, donde fue aprobada por unanimidad.

Según investigaciones científicas, el uso de los móviles en las escuelas repercute en la disminución del rendimiento académico de los estudiantes.

Vemos con gran preocupación que nuestros niños y adolescentes están expuestos a riesgos muy grandes y en un futuro muy cercano tendremos un problema de salud pública que debe ser atendido y prevenido de inmediato, afirmó el congresista colombiano Rodrigo Rojas, autor del proyecto.

Añade el legislador, miembro del partido Liberal, que el celular se convierte en un elemento de distracción en perjuicio de la educación, además de que genera enfermedades psicológicas y físicas en los más pequeños.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=220358&SEO=evaluan-en-colombia-prohibicion-de-celulares-en-colegios
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España: Móviles en las aulas ¿sí o no?

Por: Saray Marqués 

España se plantea seguir los pasos de Francia y prohibir los móviles en los centros educativos. Analizamos, con la ayuda de diferentes expertos, la pertinencia y efectividad de que se materialice esta medida.

En Francia el 2018-2019 está siendo el curso de la desconexión. Una ley nacional impide desde junio que los menores de 16 años usen sus móviles en sus centros educativos. Ni en horario lectivo, ni en el recreo, ni en la pausa para comer. Y a la ministra Isabel Celaá la medida no le parece mal. En una entrevista con la agencia Efe, la titular de Educación y FP la veía como “una cuestión interesante y a estudiar, porque tenemos demasiados adolescentes muy adictos a la tecnología” y se planteaba “reflexionar si el tiempo escolar debe estar libre de esa adicción”. En esa misma entrevista reconocía la ministra, eso sí, la existencia de “opiniones fuertemente encontradas”, aunque insistía en su posición en este debate: “En algunos casos el móvil ayuda, pero si prohibirlo en los centros sirve para disminuir la adicción digital, merece la pena valorarlo”.

La OCDE, por su parte, está incluyendo en sus nuevos cuestionarios preguntas acerca de la regulación del uso de los móviles dentro de la escuela, pero todavía no cuenta con resultados. Sabe, eso sí, según los datos de PISA 2015, que en España hay un 22% de chicos y chicas de 15 años usuarios extremos de internet –que pasan más de seis horas al día conectados al salir de clase– y que, precisamente en ese sector el rendimiento en ciencias se reduce en 35 puntos. Aparte, se sienten menos satisfechos con su vida, menos contentos con su centro educativo, y suelen faltar más a clase (donde, por otra parte, un 22% reconoce no desconectar). Ya en 2013, el estudio de la Comisión Europea EU NET ADB alertaba de que en España un 21,3% de los adolescentes estaban en riesgo de sufrir adicción a internet. Y no hace falta que vengan de fuera a decírselo. Los propios jóvenes son conscientes de que abusan de las pantallas.

¿Justificaría esto la prohibición del móvil en la escuela a escala estatal? En realidad, pocos países acompañan a Francia en este frente, aunque los hay más estrictos, como Singapur, y los hay que están analizando la medida, como Rusia. Dentro de Alemania, Baviera también se ha decantado por la prohibición, pero lo más habitual es que, como en España, sea el reglamento de régimen interno de cada centro el que determine cómo se usan los smartphones en el entorno escolar. Cataluña, por su parte, ya ha avisado de que la prohibición no es el camino: “Somos contrarios a dar la espalda a los avances tecnológicos”, ha proclamado el conseller de Enseñanza Josep Bargalló.

Sí al veto

Pese a las reacciones inmediatas en contra –en un país en que el 25% de los niños y niñas de 10 años usa el teléfono móvil; un 45,2% con 11; un 75% con 12 y un 94% con 15, según el INE– también las hay, y muy efusivas, a favor. Es el caso de Marc Masip. Desde hace siete años coordina el programa Desconecta, que actualmente cuenta con un ambulatorio, un hospital de día y un colegio para secundaria y bachillerato en Cataluña. Un colegio, por otra parte, que incorpora una asignatura de competencias tecnológicas en que se trabaja cómo realizar búsquedas adecuadas y elaborar un trabajo sin copiar. Fuera de ella, el móvil está desterrado del aula. Y lo está, según Masip, que se declara “a favor del móvil y la tecnología, en contra de su mal uso y abuso, que pueden llevar a la adicción”, “porque no se necesita un teléfono en el aula para aprender, y este solo sirve para perder concentración y distraerse, así como entorpecer las relaciones interpersonales entre alumnos, su desarrollo como personas, en un entorno, el centro educativo, abonado para hacer amigos, aprender de las buenas y las malas experiencias, tener las primeras parejas…Está demostrado que los chicos no se relacionan tanto en los patios cuando hay teléfonos”.

Habla Masip cómo los chicos que se matriculan en su colegio mejoran en un 10% su rendimiento académico –con grupos reducidos y una mayor personalización de la enseñanza– y menciona cómo distintos institutos en Baleares ya están imitando a Francia: “Cala la idea de que aprender a estar en clase y a estudiar sin teléfono móvil es necesario”. “Y que no teman los padres que sus hijos no vayan a saber usar el móvil. Es un falso temor, porque móvil y adolescente están hechos para entenderse. Es un amor a primera vista”, añade.

Si este temor es falso, para él, también lo es el mito de la persona multitarea: “No están preparados los adolescentes y no estamos preparados los adultos: nos distraemos, somos menos efectivos. Y un profesor con 30 alumnos no es capaz de controlar lo que estos están haciendo con sus dispositivos”.

Le preguntamos a Masip si esta desconexión en horario escolar no puede ser incluso contraproducente: “Nosotros trabajamos para cambiar hábitos. Este tiempo amplio de no consumo puede hacernos pensar que el adolescente cogerá el móvil aún con más ganas… pero durante casi todo el día no habrá habido feedback, así que tendrán menos cosas que ver cuando lleguen a casa”, explica Masip, que reconoce que el aumento de la demanda del programa, que involucra de un modo a otro a 300 familias, ha sido espectacular desde se creó. No le sorprende. Según sus propias investigaciones, un 63% de los adolescentes en nuestro país afirman que no podrían vivir sin su móvil, y la mitad confiesa manipularlo más de 275 veces al día, esto es, cada cinco minutos. “Hace siete años constaté que había una necesidad social. Entonces nos tildaban de locos, pero el tiempo nos ha dado la razón”, concluye Masip, partidario de una norma estatal para fomentar el buen uso del móvil: “¿Verdad que estamos hartos de la eterna discusión en casa “Quiero un móvil, todos mis amigos lo tienen”? Pues si hubiera una ley estatal que no permitiera que ningún menor de 16 años tuviera móvil se acabaría con esto. Hay normas que facilitan la convivencia y mejoran la vida”.

No a la prohibición

Al contrario de Masip, Charo Sádaba, profesora de la Universidad de Navarra, se manifiesta “en el no a la prohibición del móvil en el centro educativo”. “Yo entiendo que se pueda usar dentro de un orden, sin que sea disruptivo en la dinámica del aula, y creo también que hay clases en las que el móvil no pinta nada, pero prohibiéndolo se pierde una oportunidad y se lanza el mensaje de que está proscrito, negándole cualquier posibilidad de educación que, en realidad, con una adecuada formación del profesorado, sí tiene”, analiza.

Otro problema, para Sádaba, es cómo se materializa la prohibición -¿examinando las mochilas a la entrada?- y a qué se expone quien la incumple: “Creo que se corre el riesgo de equiparar el ir con móvil a clase con otros comportamientos no equiparables y, peor, de hacerlo más deseable aún a los ojos de los adolescentes, al transmitirles que a los adultos no les gusta”.

Sádaba entiende cómo los móviles, la gestión de la tecnología que los alumnos portan en sus mochilas, complica muchas veces la existencia de los centros, pero prohibir le parece la “solución fácil”. “Cuanto más cerca esté la situación educativa de la realidad, mejor. Prohibiendo los móviles no estaremos atendiendo la competencia digital desde las aulas, cuando se ha demostrado que es posible”, zanja. Una desatención que llegaría precisamente cuando la Comisión Europea acaba de revisar su Marco de Referencia de Competencias Clave entre otras razones porque “una sociedad cada vez más móvil y digital reclama nuevos modos de aprender”.

César Poyatos es profesor en un centro concertado de Madrid. Coincide en que prohibir es “perder una oportunidad para educar en el buen uso de estos dispositivos”. “Nosotros nos adaptaríamos a la normativa vigente, pero, como en muchos centros no muy dotados tecnológicamente, el modelo que hemos seguido hasta ahora es el BYOD”, explica. El bring your own device (trae tu propio dispositivo) cuenta con numerosos adeptos. Entre ellos, el Instituto Nacional de Nuevas Tecnologías Educativas (INTEF), que ha editado una guía para aplicarlo en las aulas. “Nosotros hemos venido usando los móviles con fines didácticos y educativos, con la supervisión y dinamización del docente, mostrando a los alumnos que sirven para algo más que para hacerse selfies, entrar en redes sociales o jugar al Fortnite. Trabajando con ellos en clase hemos aprendido a categorizar la información, producir contenidos multimedia o hemos podido explicar mejor la lección de física”, explica Poyatos, que subraya la contradicción que supondría prohibirlo desde un ministerio que, a través de INTEF, sigue ofreciendo cursos tutorizados de Mobile learning.

De todas formas, Poyatos pide no reducir el debate al blanco o negro: “Hay un espectro de grises”. Con él, “Ni en el sí ni el en no”, está Carlos González, profesor de geografía e historia en secundaria en un instituto de Palencia: “Yo llevo tres años usando los móviles en el aula y creo que aportan. En mi centro actual la normativa dicta que en principio no se traen, salvo que algún profesor los requiera para alguna actividad concreta. Hay un peligro, que hagan una foto o graben en el centro y lo empleen para hacer bullying, pero la solución no debería ser la prohibición total. Es demasiado tajante, y me parece la solución fácil”.

Junto con otros docentes de otros centros, González ha encabezado proyectos que, por ejemplo, convirtieron el hashtag #EpocadeRevoluciones en trending topic cuando sus alumnos estudiaban la revolución francesa y la americana. “Yo sé que a veces, usando el móvil en el aula, me la juegan, pero asumo que lo que lo que gano es más que lo que pierdo”, reconoce. Por otra parte, no obvia el problema de la adicción al móvil: “Un porcentaje bastante alto de mis alumnos reconoce dormir con el móvil en la cama, y creo que es interesante abordar este fenómeno trabajando con las familias, desde el Ministerio, desde las consejerías de Educación… pero empezar por el uso indebido del móvil en el aula… Me parece una gota de agua en el mar”.

Frente a la prohibición estatal, aboga González por revisar la normativa de uso del móvil en los centros. En cuanto a sus prácticas de aula concretas, asegura que, de desterrarse este, no serían imposibles, pero sí se le complicaría un poco la vida: “Cuando empleamos Kahoot!, de preguntas y respuestas, tendríamos que ir al aula de informática, que quizá no esté lista, o esté ocupada, o no cuente con ordenadores para todos… Igual que para realizar rastreos de un tema concreto a través de internet, o para actividades como #EpocadeRevoluciones: Los alumnos redactarían los tweets en un cuaderno y los lanzaríamos desde el aula de informática o bien como tarea para casa”, ejemplifica.

Manuel Jesús Fernández Naranjo es profesos de ciencias sociales en un instituto de Sevilla, instituto en que los móviles están prohibidos, “salvo si se presenta un proyecto que justifique su uso educativo bajo el paraguas del BYOD”. “El problema no es la tecnología y los dispositivos para su uso”, plantea, “sino entender qué posibilidades me ofrecen para que el alumno aprenda”. En las clases de Fernández Naranjo los alumnos emplean el móvil para grabar audios, hacer vídeos, participar en debates, realizar auto y coevaluación, buscar información, elaborar infografías, presentaciones o documentos, calcular, viajar por el mundo o jugar para aprender… “sintiendo que la escuela acepta sus lenguajes y, por tanto, a ellos mismos, convirtiéndose en alumnos cada vez más autónomos, responsables y participativos”. ¿Se podría hacer esto de otra manera? “Seguramente, no”, responde Fernández Naranjo, que acusa a los partidarios de la prohibición de “falta de reflejos” y se muestra muy pesimista si esta finalmente se materializa: “El problema más importante de la escuela es que está muy alejada de la realidad que le rodea. Prohibir los móviles sólo haría que esta brecha fuera mayor y que la escuela como institución perdiera la poca influencia que le queda”.

¿Adicción?

Xavier Carbonell es psicólogo y catedrático de la facultad de Blanquerna. También está en el no a la prohibición: “El móvil es un instrumento muy potente como para no usarlo en educación. Esta debería incluir vivir en un mundo digital del que el móvil forma parte. Que la escuela pierda la oportunidad de enseñar a los estudiantes cómo usarlo me parece un posicionamiento arcaico”.

Experto en adicciones, explica que no existe en realidad una adicción al móvil per se. Sería a las apuestas a través del móvil, por ejemplo: “El móvil hace más accesibles, por proximidad y privacidad, conductas que, de no ser privadas, sería más difícil llevar a cabo, pero eso no es adicción al móvil, sino que es a través de él, de ciertas webs o apps, como se materializan”, zanja Carbonell. Para él, no se trata de prohibir sino de enseñar a usar el móvil como instrumento, respetando a los demás: “Son casi medidas higiénicas, de educación, para hacer un uso consciente de este aparato. Ya los hay que ofrecen sistemas de control, para que sepas en qué lo estás usando, si te estás pasando cuatro horas al día en redes sociales, por ejemplo”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/09/24/moviles-en-las-aulas-si-o-no/

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Empezó a operar prohibición de celulares en los colegios de Francia

Europa/Francia/06 Septiembre 2018/Fuente: Semana

Más de 12 millones de niños de ese país volvieron de las vacaciones y se encontraron con que no pueden utilizar ningún dispositivo móvil en sus clases. La medida ha generado controversia en la sociedad.

¿Prohibir cualquier dispositivo móvil en los colegios de Francia a menos de 15 años? Es una pregunta que desde 2010 había rondado al parlamento francés y a la sociedad en general de ese país. Hasta diciembre de 2017 la medida era flexible y aunque los estudiantes no podían utilizar los aparatos electrónicos dentro del aula, sí era permitido usarlos durante el receso. Luego, en junio de este año el parlamento anunció que esta prohibición sería total: se regiría a partir de una ley llamada “detox” (desintoxicación) y empezaría a funcionar desde septiembre. Y así pasó.

Con el regreso a clase de más de 12 millones de alumnos franceses la ley se empezó a implementar este lunes tres de septiembre. El reglamento responde a una promesa electoral del presidente Emmanuel Macron que busca separar a los niños menores de 15 años de sus dispositivos móviles (celulares, tablets y hasta relojes). Y aunque la ley está dirigida para preescolar, primaria y secundaria, las instituciones educativas con niños entre los 15 y los 18 años tendrán libertad para aplicar parcial o totalmente esta legislación que ha causado revuelo en la sociedad francesa.

Durante los debates anteriores al  recién estrenado código escolar, el ministro de Educación Jean-Michel Blanquer expresó en 2017 que la propuesta era más “un mensaje de salud pública para las familias”. Luego, este año políticos como Hervé Saulignac, representante del Partido Socialista, defendió la medida alegando que los niños eran propensos a ser adictos a sus teléfonos e incapaces de concentrarse en sus estudios.

Ahora, con la decisión recién salida del horno, sus opositores argumentaron que era una “operación de comunicación” y una “ley de circunstancias que no cambiará nada”. Los defensores de la ley se mantuvieron en su lugar: el uso de los teléfonos perjudica la capacidad de atención en clase, el ambiente escolar y reduce la actividad física en los patios. Además, expone a los menores a contenidos violentos y pornográficos. Es una ley «de entrada al siglo XXI», que envía un «mensaje a la sociedad francesa» y también al extranjero, con «otros países interesados», dijo, una vez más, el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer.

¿Es conveniente la medida? La comunidad educativa, los padres y el parlamento tendrán que esperar a ver las reacciones de los alumnos. Si bien algunos de ellos respondieron que guardarán sus celulares hasta acabar la jornada para posteriormente comunicarse con sus padres, expertos sostienen que la prohibición no es la salida, pues la adicción a la tecnología habla de unos fenómenos comportamentales que sobrepasan ese tipo de legislación.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/ley-prohibe-celulares-en-colegios-de-francia-en-septiembre/581873

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Francia: Ministro de Educación francés explicó ley que restringirá el uso del celular en colegios

Europa/Francia/27 Agosto 2018/Fuente: W radio

Jean-Michel Blanquer, ministro de Educación francés, expuso que «esta medida no es contra de la tecnología, es para incentivar el buen uso de la tecnología en los niños».

Jean-Michel Blanquer, ministro de Educación francés, explicó en La W cuál fue su objetivo al impulsar una ley que restringe el uso del celular en colegios, tanto público como privados, a fines pedagógicos.

Inicialmente, el ministro francés expuso que «esta medida defiende a los niños de los múltiples riesgo a los que son vulnerables en la internet: contenidos violentos, pornografía, ciberbullying».

Blanquer añadió que esta reforma no es una forma de oponerse al avance tecnológico de la sociedad, «todo lo contrario, con el auge de las telecomunicaciones debemos formar personas que estén en la capacidad de utilizar correctamente estas herramientas. No queremos niños que se conviertan en adictos al celular».

Esta nueva ley entrará en vigencia el 3 de septiembre y limitará el uso a celulares para fines educativos en Francia.

Fuente: http://www.wradio.com.co/noticias/internacional/ministro-de-educacion-frances-explico-ley-que-restringira-el-uso-del-celular-en-colegios/20180824/nota/3790508.aspx

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Las razones por las que Francia prohibió los celulares en los colegios (Audio)

Francia / 5 de agosto de 2018 / Autor: Redacción Digital / Fuente: Blu Radio

 

El embajador de Francia en Colombia explicó las razones que justifican la medida y abrieron el debate.

El parlamento francés prohibió teléfonos celulares en colegios de primaria y secundaria, una promesa de campaña del presidente Emmanuel Macron.

El embajador de Francia en Colombia, Gautier Mignot, explicó a BLU Radio que la iniciativa busca que los niños puedan desconectarse en el tiempo de la enseñanza.

“La idea es que el tiempo en el colegio sea reservado para la enseñanza y el recreo para el descanso y el intercambio entre los muchachos. En los colegios había inconvenientes por el uso de celulares”, señaló el embajador.

Asegura que no hubo oposición a la nueva ley y el Senado votó por unanimidad.

“No hubo votos en contra en el Senado y solo hubo uno en la Cámara. En realidad, la medida fue bien recibida incluso por parte de los padres de familia”, añadió.

Manifiesta que la idea es dejar un margen de maniobra para los rectores de los colegios en las modalidades de aplicación. Es decir, la nueva ley incluye dispositivos conectados como celulares y tabletas, pero con excepciones para casos de niños discapacitados y en actividades pedagógicas que requieran utilizarlos.

“Se permite a los colegios autorizar el celular para los niños más grandes, de 16 años en adelante. Aunque no tengo la cifra exacta, se estima que en Francia los niños a partir de los 13 años ya tienen celular y es un factor importante para comunicarse con sus padres, pero se estaba volviendo una situación crítica en los colegios donde todos usaban estos equipos en los recesos”, añadió Mignot.

Finalmente, señaló que cada rector debe fijar las sanciones correspondientes a cada incumplimiento de la medida.

Fuente de la Entrevista:

https://www.bluradio.com/lanube/las-razones-por-las-que-francia-prohibio-los-celulares-en-los-colegios-185828-ie430

ove/mahv

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