10 de mayo de 2017 / Fuente: http://www.educaweb.com
César Coll
La personalización del aprendizaje aparece en múltiples iniciativas y propuestas educativas, pero ¿todo el mundo entiende el concepto del mismo modo? ¿Puede aportar una definición consensuada?
A pesar de que, efectivamente, las iniciativas y propuestas que se presentan bajo el paraguas de la personalización del aprendizaje son de naturaleza bastante diversa, la acepción, no sé si más habitual del concepto, pero sin duda la más nueva e interesante, es la que lo entiende como una opción pedagógica orientada a promover que los aprendizajes escolares tengan un valor y un sentido personal para los aprendices.
A veces, de hecho muchas veces, los alumnos aprenden cosas o aprenden a hacer cosas en las escuelas y en los institutos que incorporan a su comportamiento o a sus estructuras cognitivas, que pueden recordar, entender e incluso utilizar si se presenta la ocasión o la necesidad, pero que no pueden vincular con su historia y sus vivencias personales, con su realidad o con sus proyectos de futuro. La personalización del aprendizaje escolar se propone superar esta carencia desde el convencimiento de que un aprendizaje con sentido y valor personal por el aprendiz es la otra cara de la moneda de un aprendizaje significativo.
Hoy sabemos, además, que para conseguirlo es fundamental tener en cuenta los intereses y opciones personales de los aprendices, así como reconocer y respetar su capacidad para tomar decisiones sobre los diferentes elementos de los procesos de aprendizaje en los que se involucran. En este punto radica, en mi opinión, la diferencia fundamental entre individualizar y personalizar el aprendizaje. Individualizar implica ajustar la acción educativa a las necesidades y características individuales del alumnado; personalizar implica tener en cuenta, además de las necesidades y características individuales, sus intereses, sus preferencias y su capacidad de decisión.
¿Por qué es tan importante personalizar el aprendizaje hoy en día?
Por tres razones básicamente. La primera, porque la personalización del aprendizaje es ya una realidad fuera de las instituciones escolares. En el transcurso de las últimas décadas, y en buena medida como consecuencia de la penetración de las TIC en todos los ámbitos de la actividad humana, se han multiplicado de manera espectacular los contextos que ofrecen oportunidades, recursos e instrumentos para aprender. Se han ampliado y diversificado así de forma considerable las vías de acceso a la información y al conocimiento.
Conocimientos de todo tipo, incluso los más específicos y especializados que hasta hace poco sólo eran accesibles por la intermediación de las instituciones de educación formal, hoy lo son mediante una amplia variedad de vías no necesariamente asociadas a estas instituciones. Una de las consecuencias más importantes de este cambio de escenario es la importancia creciente de los aprendizajes que tienen lugar fuera de las instituciones de educación formal, que se ven así obligadas a compartir su protagonismo en la formación de las nuevas generaciones con los otros contextos de actividad que ofrecen igualmente oportunidades, instrumentos y recursos para aprender a su alumnado. Ahora bien, estos aprendizajes que tienen lugar fuera de las instituciones educativas responden a menudo a intereses y opciones personales, se vinculan en general a experiencias emocionales intensas y tienen, en definitiva, un carácter vivencial que no se da habitualmente en los aprendizajes escolares. En otras palabras, son aprendizajes con un valor y un sentido para los aprendices fruto de un itinerario o recorrido personal de aprendizaje.
Sucede, sin embargo, que el alumnado percibe cada vez con más intensidad una disociación entre lo que hace y cómo lo hace fuera de las instituciones educativas y lo que aprende y cómo lo aprende dentro de estas instituciones. Los estudios realizados al respecto indican que sectores crecientes del alumnado no entienden ni aceptan esta disociación, que les lleva a desinteresarse o «desengancharse» de los aprendizajes escolares, y que les gustaría que lo que aprenden en las escuelas y los institutos tuviera una relación más clara y directa con lo que les interesa y los «engancha» cuando están en otros contextos. En otras palabras, y es la segunda razón de por qué es tan importante personalizar el aprendizaje escolar hoy en día, la personalización es una aspiración cada vez más mayoritaria del alumnado, una aspiración que tenemos que satisfacer para conseguir que el alumnado otorgue también un valor y un sentido personal a los aprendizajes escolares.
Finalmente, la tercera razón es que las propuestas de personalización del aprendizaje son el reflejo a nivel pedagógico de un rasgo característico de la manera como aprendemos las personas. Me refiero al papel que juega el interés y la agencia, es decir, la visión de uno mismo como alguien con capacidad reconocida para aprender y para orientar el propio proceso de aprendizaje, y muy especialmente la posibilidad de hacer efectiva esta capacidad, como factores que inciden directamente tanto en la implicación del aprendiz en las tareas y actividades de aprendizaje como en sus resultados. Aprendemos mejor, con más profundidad y a menudo también más rápidamente aquello que nos interesa y a lo que podemos dar, como comentaba antes, un valor y un sentido personal.
Por estas y algunas razones más, entiendo que avanzar hacia una mayor personalización del aprendizaje escolar, más que una opción, es hoy en día una exigencia dirigida a los sistemas educativos. Es una exigencia, por otro lado, que obliga a revisar aspectos centrales de la organización y funcionamiento de estos sistemas como, por ejemplo, el modelo de currículum, la organización de los tiempos y de los espacios en los centros educativos, las relaciones con otros contextos de actividades que ofrecen oportunidades y recursos para aprender o los ejes centrales de la formación del profesorado, por mencionar solo algunos.
¿Qué papel juegan las TIC en esta personalización?
Por lo que se refiere a la personalización del aprendizaje, pienso que las TIC juegan un doble papel. Por un lado, las TIC están en el origen de la aparición de buena parte de estos contextos de actividad que, como he mencionado antes, ofrecen nuevas e inéditas oportunidades y recursos para aprender. Pensemos, por ejemplo, en las comunidades virtuales de interés, de práctica y de aprendizaje, en los repositorios de recursos educativos abiertos o en las redes sociales. No sólo esto, las TIC son también en buena medida responsables de que algunos de los contextos de actividad tradicionales como la familia, el puesto de trabajo, instituciones culturales y deportivas o simplemente lugares de encuentro comunitario y espacios de ocio hayan visto incrementada de forma espectacular su potencialidad como espacios de aprendizaje. En este sentido, podemos decir que las TIC han hecho posible que la personalización del aprendizaje sea ya actualmente, en buena medida, una realidad fuera de las instituciones de educación formal, a la vez que han contribuido de forma decisiva a generar la exigencia de personalización a la cual se enfrenta la educación escolar.
Ahora bien, por otro lado, además de estar en el origen de esta exigencia, las TIC son probablemente uno de los instrumentos más potentes de los cuales disponemos para responder a esta exigencia. Algunas dimensiones claves de personalización del aprendizaje escolar se ven enormemente facilitadas por el uso de las TIC. Me refiero a actuaciones como, por ejemplo, el establecimiento de conexiones entre las experiencias de aprendizaje del alumnado dentro y fuera de las instituciones de educación formal, el acceso a fuentes de información humanas o documentales y el aprovechamiento de oportunidades y recursos para aprender ubicados fuera y a menudo lejos de los recintos escolares, el seguimiento del alumnado en su tránsito por contextos de actividad y espacios de aprendizaje diversos o la creación de redes integradas por centros educativos y otras instituciones comprometidas en la formación de los niños y jóvenes.
No es pues en absoluto una casualidad que buena parte de las experiencias y propuestas de personalización del aprendizaje escolar se organicen alrededor de las TIC o que estas tecnologías jueguen un papel destacado en ellas. Pensemos, por ejemplo, en las propuestas orientadas a ayudar al alumnado a construirse entornos personales de aprendizaje, las que se organizan alrededor del uso y la explotación de recursos educativos abiertos en línea, las que se inclinan por un uso intensivo de los dispositivos móviles o las que todavía apuestan por introducir en el ámbito escolar talleres creativos en los cuales la programación, la robótica y otros artefactos electrónicos tienen una presencia destacada.
La orientación académica y profesional siempre ha buscado personalizar el proceso orientador. ¿Esta tendencia hacia la personalización supone un cambio sustancial o sólo refuerza la necesidad de ofrecer una orientación individualizada?
Es cierto que la tendencia a personalizar siempre ha estado presente en la orientación académica y profesional, sobre todo en el caso de la segunda, entre otras razones porque parece ciertamente difícil orientar profesionalmente a una persona sin tener en cuenta sus intereses y sus opciones personales. Ahora bien, incluso en este caso pienso que la tendencia ha sido más bien ajustar la orientación a las características personales, a las capacidades, a los conocimientos y competencias de la persona orientada que a atender a sus intereses y opciones. Por definición, la orientación académica y profesional pone a la persona orientada en el centro del proceso orientador, pero, al igual que ha pasado con las pedagogías centradas en el alumno, en mi opinión esto se ha hecho a menudo más desde la lógica de la individualización que desde la lógica de la personalización. Especialmente en el caso de la orientación académica, que ha sido y continúa estando centrada básicamente en las experiencias de aprendizaje y los aprendizajes escolares, en lugar de estarlo en las experiencias de aprendizaje y los aprendizajes del alumnado con independencia de los contextos en los cuales se han producido.
Y las TIC, ¿qué papel juegan o pueden jugar en este proceso orientador?
El papel más obvio es el de facilitar un acceso prácticamente sin limitaciones a la información relevante desde la perspectiva de la acción orientadora, incluida la posibilidad de comparar y contrastar de forma sistemática esta información. En mi opinión, sin embargo, este papel no es lo más interesante ni el que puede contribuir en mayor medida a ampliar y enriquecer el proceso orientador. Entiendo que las TIC facilitan considerablemente la identificación y valoración de los itinerarios de aprendizaje de las personas, entendidos como el conjunto de experiencias de aprendizaje y los aprendizajes que son el resultado de su participación en diferentes contextos de actividad, entre ellos los que corresponden a instituciones de educación formal, y que la toma en consideración de estos itinerarios pueden contribuir a enriquecer de forma significativa el proceso orientador. Así mismo, y es otra importante contribución potencial de las TIC al proceso orientador, el uso de estas tecnologías puede dar otra dimensión al seguimiento, acompañamiento y apoyo reales de la persona orientada en su tránsito desde el mundo educativo al mundo profesional.
¿Hay evidencias que permitan afirmar sin ningún tipo de duda que el uso de las TIC mejora el aprendizaje?
Hay evidencias que permiten afirmar sin ningún tipo de duda que determinados usos de las TIC tienen un impacto positivo sobre el aprendizaje. También hay evidencias, sin embargo, que permiten afirmar con igual seguridad que otros usos no tienen este impacto. En realidad, lo que impacta sobre el aprendizaje no son las TIC, sino lo que alumnos y profesores hacen con las TIC. Y a veces lo que hacen es exactamente lo mismo, o casi lo mismo, que harían sin utilizar las TIC. Cuando pasa esto, las TIC no añaden ningún valor a la acción educativa, de forma que los aprendizajes logrados, tanto si se valoran positivamente como si no, difícilmente pueden atribuirse en estas tecnologías. Dicho de otra manera, hay usos enriquecedores, usos reproductores e incluso usos empobrecedores de las TIC. Los que nos interesan son obviamente los enriquecedores.
¿Y cuáles son estos usos?
Pues los que permiten organizar la actividad conjunta de alumnos y profesores alrededor del contenido que están trabajando o de la tarea que están llevando a cabo de una manera tal que sin recurrir a las TIC sería muy difícil o imposible de organizar. Algunos usos de las TIC que antes he mencionado cuando hablábamos de las experiencias y propuestas de personalización del aprendizaje responden claramente a este criterio. Por ejemplo, ayudar a los alumnos a construirse y a utilizar sus entornos digitales de trabajo y aprendizaje, o la participación desde las actividades de aula en comunidades virtuales de interés, de práctica o de aprendizaje, o todavía la utilización de repositorios de recursos educativos abiertos en línea para desarrollar actividades de enseñanza y aprendizaje al aula. Pero hay muy otros, no necesariamente vinculados a dimensiones de personalización del aprendizaje, como por ejemplo los laboratorios virtuales para hacer pruebas y experimentos, el desarrollo conjunto de proyectos con alumnos y profesores de centros educativos alejados unos de los otros, o la exploración sistemática de fenómenos utilizando diferentes lenguajes y formatos de representación. Quizás podríamos decir, para concluir, que la innovación y la mejora educativa no vienen ni vendrán de las TIC, pero que el uso de las TIC en el marco de los procesos de innovación y mejora educativa puede ser y a menudo es un amplificador susceptible de multiplicar su capacidad transformadora y su alcance.
Fuente noticia: http://www.educaweb.com/noticia/2017/05/08/aprendemos-mejor-aquello-nos-interesa-podemos-dar-valor-sentido-personal-13906/