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Reino Unido: Meet the next generation of women engineers

Resumen: El Reino Unido tiene el menor porcentaje de mujeres ingenieros de todos los países de Europa. Sólo el 9% de la fuerza de trabajo de ingeniería y el 6% de los ingenieros y técnicos registrados son mujeres. Ese es el porcentaje más bajo de profesionales de la ingeniería femeninos en Europa, muy por detrás de los líderes, Letonia, Bulgaria y Chipre, con casi el 30%.

“When I was thinking about careers, I never thought of engineering, as the public image is being under a machine, getting dirty,” says Jade Aspinall, 23, a manufacturing engineer at missile producer MBDA Systems and winner of the higher apprentice of the year award in the National Apprenticeship Awards 2015.

“I work on minuscule components under a microscope in a clean room – there’s not a speck of dust anywhere,” Aspinall says. “It’s not something a lot of women would consider, just because they don’t know enough about it. There’s no doubt that there are a lot of male engineers, but as a woman, I’ve never been treated any differently. In fact, I’ve had a lot of support.”

It wasn’t until an MBDA apprentice spoke about engineering at her school that Aspinall considered it as a career. And she was one of the lucky ones who were made aware of it as an option.

There’s no telling how many women who could have made successful engineers never even considered it as a career option, but there must be plenty out there. Just 9% of the engineering workforce and 6% of registered engineers and technicians are female. That is the lowest percentage of female engineering professionals in Europe, way behind the leaders, Latvia, Bulgaria and Cyprus, with nearly 30%.

So what’s stopping the UK’s women going into engineering? Nothing physical – in fact, lots of schemes encourage them, says Dawn Bonfield, materials engineer and chief executive of the Women’s Engineering Society, including big employers such as British Gas, Network Rail and Crossrail. What’s holding them back is a lack of knowledge of what engineering is, and a lack of advice.

At the moment, Bonfield says, women are making it in the engineering world, but they tend to be the ones who are absolutely determined to do so. “We call them the Stem [science, technology, engineering or maths] devotees, and they will make it, no matter what,” she says. “But we’re determined to reach those women who might not have even considered engineering as a career.

“Engineering is a brilliant choice for women who want to do something, who have a big social conscience, and who want to change the world. It has just as much to offer as the ‘traditional’ professions such as law and medicine. It’s about making the world more sustainable and more renewable. There are fantastic challenges out there, and women are using engineering as a way of finding solutions.”

What needs to be done to encourage more women into the sector? Schemes such as MBDA’s are making a start. The company has achieved a 50/50 gender split within its engineering apprenticeships, something which spokesman Conal Walker attributes in part to the requirements of its outreach programme. Any school that wants an MBDA apprentice to give a talk must ensure that the audience has that 50/50 split too. It’s a figure that bucks the national trend, where just 7.4% of engineering apprenticeship starters in 2013-14 were female.

Bonfield wants the message around engineering to change to something far more positive. “It’s about applying a thought process to make things better,” she says, “whether that’s designing a nuclear power station or getting clean water to people in development countries.” But she wants to see far more careers information to back that message up, and an independent careers service for engineering to help unpick what can be a confusing choice of courses.

Aspinall agrees. “Engineering is such a broad church,” she says. “There needs to be much more awareness about the range of careers. Everything in the room where I’m sitting has been engineered. It’s a job for life. It gives you transferable skills, it’s exciting and it’s making things bigger and better as new technology comes along.”

Fuente de la noticia: http://www.theguardian.com/education/2016/may/03/engineering-apprenticeships-courses-women-engineers-education-degrees
Fuente de la imagen:https://i.guim.co.uk/img/media/2a480138357362ddeab6174e10c08ea8a70617bd/260_146_1635_981/master/1635.jpg?w=620&q=55&auto=format&usm=12&fit=max&s=a1c396c15fe7f2741e56baa4a3653f4c
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“Nao vai ter golpe”, el grito del feminismo popular en Brasil

Brasil / 28 de abril de 2016 / Por: Camila Parodi y Roxana Longo. Marcha: una mirada popular de la Argentina y el mundo

La actual situación de avance de la derecha conservadora en la región y en particular en Brasil atenta directamente contra las mujeres, sus luchas y cotidianidad. En dialogó con Marcha, Débora Antoniazi Del Guerra del Frente de las Mujeres de las Brigadas Populares de Brasil compartió su mirada.

Débora Antoniazi Del Guerra, se reconoce como feminista desde hace quince años, actualmente es parte del Frente de las Mujeres de las Brigadas Populares, a las cuales define como un “instrumento político de organización para las demandas de vivienda desde abajo, es decir -aclara- de la población de las y los trabajadores brasileros”. En particular, ella se encuentra trabajando en una de las ocupaciones de vivienda en Sao Pablo, desde allí, desde el territorio y el cotidiano de las mujeres Débora nos comparte su lectura ante la actual situación en Brasil.

-¿Cómo ves la coyuntura actual ante la inminente amenaza de golpe desde tu experiencia feminista?

Las mujeres perdemos mucho ante la posibilidad de un golpe porque implica un cambio económico. Yo pienso que en un momento de crisis como este, el fascismo se alía con el machismo generando discursos como que “las mujeres no tienen que trabajar”, “que no tienen que estar en la calle”, como los discursos del vicepresidente de Brasil que hace unos días en una revista dijo que las mujeres tienen que ser “bellas y quedarse en la casa”. Entonces se convierte en una discusión moral y no sólo económica ya que que atenta contra nuestras construcciones de alternativas desde las mujeres, como así también se fortalece un rechazo y ataque contar nosotras por no “cumplir” con los patrones de la belleza hegemónica como lo es con Dilma. Por eso, duele mucho.

Hay conflictos muy instalados en la periferia brasilera, esta semana perdimos a una compañera, Luhana, que fue asesinada en la calle mientras transitaba con su hija, este accionar da cuenta de misoginia instalada.

-¿O sea que el avance de la derecha perjudica a las mujeres en su vida cotidiana?

Si mucho, porque hay todo un debate instalado de que hay espacios que nosotras no debemos transitar como los gobiernos, los trabajos, la calle, la universidad, el acceso a los medios culturales. Todo esto esta ligado a un discurso muy conservador que desde hace unos años se viene profundizando desde el mismo Congreso.

-¿Y en el caso de la mujer negra que no es rural, que tiene obstáculos no sólo materiales sino también simbólicos a ciertos derechos, cómo la perjudica esta situación?

Su situación es muy compleja. Hace cierto tiempo, que hay un proceso de genocidio de la población negra en las villas. Las mujeres sufren mucho la perdida de sus hijos tanto por la instalación del narcotráfico en los territorios como del abuso policial que los mata por matar, por ser negros y punto. Y esto tiene un impacto enorme en esas mujeres. Sumado a la sobrecarga de los trabajos domésticos más los que garanticen la manutención de los niños y niñas porque nos padres no se responsabilizan o directamente no están vivos.

Entonces, vemos en las periferias muchas mujeres solas responsables de la vivienda, la educación, alimentación y el cuidado de sus hijos, sumando a todo esto que es el peor lugar para la oferta laboral, la persecución en la calle y el racismo institucional.

-Esta situación de derechización, cómo afecta directamente a los avances y derechos que tienen que ver con los reclamos históricos del movimiento feminista?

Nosotras tenemos derecho al aborto por dos formas legales y una tercera por una jurisprudencia, yo pienso que eso corre un gran riesgo y es amenazado porque la gente “pro vida” en Brasil abona a las mujeres para que no aborten y de esa forma tengan un sueldo los hijos. Hay todo un debate inclusive de la concepción muy conservador porque se intenta instalar que es “obra divina”. En cuanto a la repartición de anticonceptivos y preservativos que en distintas medidas se reparten en todos los territorios creemos que también habrá un retroceso.

-¿Y en el caso de la diversidad sexual, los derechos de las mujeres lesbianas y de las trans cómo afecta la coyuntura actual?

Hay un clima muy fascista en Brasil, hace un tiempo que la diversidad sexual es discriminada y maltratada en las calles. Tenemos que pensar un sistema de alerta porque está muy serio. El tema del trabajo también es muy difícil relegando a esa población a la marginalidad.

-Aquí en Argentina el femicido es una problemática importante, entendemos de forma generalizada que en Brasil también sucede lo mismo…

Si. Y es muy significativo. Según CLACSO, Brasil es uno de los países con más muertes de mujeres, proporcionalmente. Se matan a mujeres, por nada, es un tema muy serio. Tenemos leyes, como en especial la ley conocida como “Maria Da Penha” de prisión preventiva cuando el varón amenaza a la mujer, el perímetro o también ahora no sólo la mujer puede hacer la denuncia sino que cualquiera que vea la situación de violencia y el Estado debe mantener la denuncia, y eso es un cambio muy grande sin embargo, la estructura, la institución, por ejemplo el rol de la policía y su abordaje aun deja mucho que decir.

-Hay una gran distancia entre lo que dice la ley y la práctica real.

Si, imaginamos y conceptualizamos un avance en la macropolítica con las leyes y teorías pero en la micropolítica, es decir en la vida cotidiana estamos muy jodidas . Es muy difícil de afirmar y medir pero siento que en lo personal hay más retrocesos que avances.

-Y vos crees que esto escisión entre la práctica y la teoría tiene que ver con la academia en términos más posmodernos que excluye la mirada dialéctica de las relaciones de poder.

Exacto. Hay un proceso de aceleración en el feminismo y la academia aislado de los procesos más enraizados en la organización territorial.

-¿Es decir, que dan cuenta de la incidencia de una academia que privilegia discursos sobre prácticas reales?

Hay mucho activismo pero poca organización, y menos reflexión sobre lo que se está haciendo. El feminismo está escindido de los procesos de lucha y sólo se lo relaciona con acciones concretas ligadas a la intervención y al arte. Que está por fuera de la red.

-No se piensa al feminismo como algo más amplio que se construye en una transformación que incluye a diferentes mujeres, varones, sectores…

Eso, un feminismo popular, pero para eso tiene que tener una metodología para serlo e irrumpir. Ahora tiene una hegemonía un feminismo que se centra en el placer, en el fluir, en el arte pero sin contenido político ni popular. Antes era feo ser feminista ahora está de moda.

-Sin embargo, las mujeres en los movimientos sociales en Brasil tienen una gran impronta y cúmulo de experiencias en el país. ¿Cuáles son los desafíos de ese feminismo que lucha y refleja las problemáticas de las mujeres pobres, negras, campesinas, de las favelas y demás?

Una tarea grande es ordenarnos, es decir la unidad. La experiencia de Argentina creo que tiene mucho para aportarnos con eso. Otro proceso muy importante que debemos darnos es la formación. El MST hace muchos años tiene trabajos de formación de mujeres, nosotras aun en lo urbano recién estamos empezando para encontrar ejes comunes de acción.

Mientras, la incidencia de la iglesia evangélica en las periferias es muy fuerte, por eso nuestra tarea de disputa tiene que ser muy fuerte. Como se está haciendo contra el genocidio negro que tiene una fuerte impronta y presencia de lucha y acompañamiento feminista actualmente.

Hay mucha creatividad en nuestro pueblo, en especial en las mujeres. Tenemos que estar abiertas a esta creatividad, como así también a las experiencias existentes como la de las mujeres negras y el lugar de la cultura en las comunidades. Aún no hay una vía clara del feminismo popular que tome la importancia de leyes que profundicen en temas como el salario mínimo, la criminalización de la pobreza, el trabajo domestico y el cuidado, la autodeterminación de los cuerpos por eso nos encontramos hallando ejes comunes.

Fuente: http://www.marcha.org.ar/nao-vai-ter-golpe-grito-del-feminismo-popular-brasil/

Fotografía: Midia Ninja

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Bibliografía sobre las mujeres y el nazismo

Memoria Histórica | Eduardo Montagut Contreras | 16-04-2016 | Tercera Información

Aportamos una bibliografía básica sobre las mujeres y el nazismo. En la primera obra se estudia a aquellas mujeres que se enfrentaron al nazismo:

MARTHA SCHAD, Mujeres contra Hitler. La resistencia femenina al régimen nazi, Barcelona, Península/Atalaya, 2001.

Podremos descubrir a mujeres excepcionales como Liselotte Hermann, Sophie Scholl, Constanze Hallgarten, y muchas más. Es una lectura apasionante. En contraposición, también hubo mujeres vinculadas al nazismo, como fervientes defensoras del mismo. La historiadora Anna Maria Sigmund ha publicado dos libros interesantísimos, al respecto:

A. M. Sigmund, Las mujeres de los nazis, Barcelona, Plaza y Janés, 2000, donde se glosa la vida de Eva Braun, Magda Goebbels, Leni Riefenstahl, Carin y Enmy Goering, etc..

A. M. Sigmund, Las mujeres de Hitler, Barcelona, Plaza y Janés, 2003. En esta obra se trata sobre Gerda Borman, la británica Unity Mitford, Winifred Wagner, etc..

La lectura de estas tres obras es harto recomendable.

fuente: Estudios sobre las mujeres y el nazismo

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