Por: Mario R. Verdecia
Con la cordialidad que siempre lo caracteriza, Humberto García accedió a nuestra entrevista. Los grados de licenciado en Psicología, máster en Psicología Clínica y Profesor auxiliar de la Facultad de Psicología de la Universidad de la Habana, no influyen en lo absoluto para sacar a relucir la sencillez y humildad que desprende con cada palabra.
Su experiencia adquirida durante 12 años en el servicio de atención a las toxicomanías del Hospital Psiquiátrico de La Habana, hicieron que inevitablemente acudiéramos a él como uno de los referentes con mayor experiencia en el complejo mundo de la atención y tratamiento de las adicciones. Además de su experiencia práctica, su labor académica se encuentra plasmada en tres libros publicados sobre el tema y varios artículos científicos.
A continuación la entrevista
¿Por qué algunas personas con problemas de drogadicción no pueden dejar de consumir drogas?
El consumo compulsivo es el signo típico de toda dependencia a drogas, su sostén reside en varias causas que lo explican, aunque varía la proporción de dichas causas en dependencia de la persona de quién se trate. Los condicionamientos son el mecanismo más típico y universal que existe inherente a toda adicción, toda conducta repetida un número de veces suficiente para el sujeto, permite que dicha conducta, a través del hábito se automatice y se crean las condiciones fisiológicas para garantizar la necesidad de consumirla, en especial apoyado en el mecanismo de recompensa o gratificación que radica en el núcleo acumen. Estos son los mecanismos fisiológicos de sostén; no obstante existen otros mecanismos de sostén pero de nivel psicológico, por ejemplo, la coexistencia de alteraciones psicopatológicas que se han tornado aliadas de la adicción, tal es el caso de la depresión, que se ha visto asociada a la iniciación en los consumos, los déficits de asertividad, necesidades de inserción social, así como conflictos interpersonales, estrés, frustraciones y escasos recursos del sujeto para afrontar con éxito problemáticas que la vida le impone, unido no pocas veces a un pobre sentido y proyecto de vida.
¿En qué consiste el tratamiento para la drogadicción?
El tratamiento de la drogadicción suele ser un sistema de gestiones de variada composición, casi todas comparten gestiones comunes, pero luego se pueden diferenciar en lo que respecta a ciertas prácticas psicoterapéuticas de consideración por los terapeutas. Por lo general, suelen emplearse técnicas de desintoxicación y de deshabituación, de elevación de la motivación por el tratamiento, terapias de familia y de pareja, entrenamiento en recaídas, la instrucción, combinación de grupos de autoayuda que funcionan dentro del marco institucional con tratamientos profesionales, psicoterapia individual y de grupo, técnicas psicodramáticas, grupos didácticos, la comunidad terapéutica, terapia de aceptación y compromiso (TAC), técnicas de relajación y de autocontrol de la ira y la agresividad, entre muchas otras.
¿Es eficaz el tratamiento para la drogadicción?
Para hablar de eficacia debe referirse al tipo de tratamiento y al tipo de drogadicción, ya que la eficacia varía según los tratamientos y a su vez, según las personas que lo reciben; de acuerdo a los principios que definen la misma por el National Institute on Drug Abuse (NIDA), existen tratamientos muy eficaces para tratar un tipo de dependencia pero no lo son para tratar una dependencia distinta; de igual modo, el tratamiento que resulta eficaz para unas personas no lo resulta para otras aun cuando se trate de la misma adicción; por eso la Asociación Psicológica Americana (APA) recomienda como uno de los requisitos que pueden viabilizar la eficacia de un tratamiento es la personalización del mismo, teniendo en cuenta características y necesidades personales e incluirlas en el diseño de intervención, algo que también postulan los manuales españoles de intervención a las drogodependencias.
¿Cuánto tiempo suele durar el tratamiento de la drogadicción?
Un tratamiento puede durar de acuerdo a la estrategia que siga el programa de la institución que lo haya implementado; por lo general, para la desintoxicación efectiva (que deje de generar síndrome de abstinencia) se requiere un mínimo de 28 días asegurando que el sujeto no consuma ninguna droga, tiempo contemplado para el tratamiento. En el Hospital Psiquiátrico de La Habana el tiempo promedio en que está internado un paciente es de 6 semanas, pero hay instituciones que establecen 6 meses, mientras que la deshabituación empieza desde el primer momento de iniciar un tratamiento, pero se extiende meses adentrándose en el periodo de rehabilitación.
¿Cómo logramos que más personas con problemas de drogadicción se incorporen al tratamiento?
Ese es el gran reto que enfrenta en la actualidad un sistema de salud pública, ya que si bien en los primeros estadios de desarrollo de una adicción es más fácil detenerla, es cuando menos conciencia de enfermedad tienen las personas, tienen una percepción distorsionada en la que creen que pueden dejar de consumir cuando lo deseen, o que no son adictos, o que nunca serán adictos a una sustancia, o sea, la ilusión de invulnerabilidad, hablamos de percepción de riesgo nula o casi nula; nadie que no tenga conciencia de poseer un problema se movilizará para resolverlo; lamentablemente es cuando la soga les ha llegado al cuello y ya les ahoga cuando acuden por ayuda médica. Hasta el momento la solución parece estar en los programas de prevención social, que si se logra perfeccionarlos, pueden atraer a muchas personas en fases tempranas de desarrollo de una adicción a un programa de tratamiento.
¿Cómo pueden los familiares y amigos cooperar para cambiar la vida de la persona que necesita tratamiento?
Existen muchas formas de cooperación, pero es recomendable que sean aquellas orientadas por expertos, ya que los familiares suelen reaccionar de diversas maneras que lejos de resultar eficaces complican la situación del adicto, por ejemplo, hay padres que movidos por el temor de que algo muy terrible les suceda a sus hijos, empiezan a costearle sus consumos. La ayuda empieza por buscar orientación profesional en los centros y servicios de atención a estas problemáticas debido a la necesidad de que las especificidades de cada caso sean consideradas para que la intervención sea eficaz.
¿Cuáles son las necesidades especiales de las personas con trastornos de consumo de sustancias?
Existen muchas necesidades especiales de acuerdo a las personas, por eso se recomienda que sean identificadas y tratadas para viabilizar la eficacia de los tratamientos. Existen además necesidades comunes a muchos adictos, las unas declaradas explícitamente por ellos, las otras, entresacadas del análisis del experto; sobre esto último debemos tener claro que hay pacientes que sufren un cuadro psicopatológico tan difuso, que son incapaces de identificar necesidades especiales, pero están ahí y son esenciales para el logro de la eficacia de su tratamiento.
¿Existen tratamientos específicos para la drogadicción de acuerdo a cada etapa del desarrollo?
Sí, por ejemplo, la entrevista motivacional es un recurso diagnóstico y de tratamiento al mismo tiempo, pero útil en el momento que un sujeto se inserta en un programa asistencial, pero no para una etapa posterior al tratamiento, pues persigue incrementar la motivación por el mismo, para prevenir que el paciente abandone el programa, sin embargo el sitio Cochrane plantea que este recurso ha resultado ineficaz para prevenir el consumo de drogas en adolescentes.
En los manuales españoles de tratamiento a las drogodependencias, se plantea que en dependencia de la etapa de conciencia de enfermedad en que se encuentra un sujeto, será que se empleen unos recursos u otros, además, los programas de prevención de recaídas deben implementarse en momentos finales de un programa asistencial y no al inicio, pues es necesario que se hayan cumplimentado objetivos de intervención previamente para asegurar esto último.
¿Puede una persona volverse adicta a psicoterapéuticos prescritos por un médico?
Existen interesantes estudios que revelan que ya hay personas que se han hecho “adictas” a la línea ayuda, existen además, colegas que refieren la preocupación de que muchos pacientes suelen hacer “adicción” a los grupos de autoayuda; no obstante, las prescripciones respecto a los recursos psicoterapéuticos suelen tener un carácter transitorio para llevar a cabo un tratamiento, puede que un individuo muestre “dependencia” a algún recurso de este tipo, en ese caso debería analizarse mejor y precisar si se trata de “una adicción” o lo que está en el fondo es un cuestionamiento a la eficacia de las prescripciones psicoterapéuticas empleadas para ese paciente.
¿Cuando hay otros trastornos mentales concurrentes con la drogadicción, ¿cómo afectan el tratamiento para la adicción?
Hay personas que adquirieron trastornos mentales como consecuencia de haber sido consumidores abusivos de drogas, mientras que otras se iniciaron en los consumos, propiciado por las alteraciones mentales que ya poseían previamente; en este sentido y según el caso, para unos, las comorbilidades previas son factores de riesgo, para otros las afectaciones adquiridas requieren ser tratadas y ser motivo a la vez para conservar la abstinencia.
Unos trastornos de nivel psicótico, otros de nivel neurótico; el cannabis, por ejemplo, se ha demostrado hace mucho que tiene la capacidad potencial de causar esquizofrenia en personas que ya poseen la predisposición genética, mientras que el alcohol puede causar psicosis orgánicas, algunas reversibles, otras se pueden complicar y sin camino de retorno a la cordura, en dependencia de factores constitucionales. Por lo anterior, uno de los principios que rigen el tratamiento de los drogodependientes es tratar a la vez tanto las adicciones como las comorbilidades.
¿Cómo pueden los programas de 12 pasos y de autoayuda encajar dentro del tratamiento para la drogadicción?
Existen investigaciones que demuestran la eficacia de los grupos de autoayuda de los cuales se rigen los programas de los 12 pasos. Creo que la mayor virtud de ello reside en el hecho de que son un excelente recurso para el seguimiento de quienes han decidido rehabilitarse; gestiones que dan completamiento a un sistema integral asistencial, pues la Declaración de Alma-Atá de 1978 dejó explícita la intención de Salud para todos lo cual solo es posible con la participación de múltiples actores sociales en las gestiones de salud, política que fundamenta la importancia de los grupos de autoayuda cumpliendo estos roles de apoyo al enfrentamiento a estas problemáticas.
Fuente e imagen: https://www.sicologiasinp.com/entrevistas/humberto-garcia-y-el-complejo-mundo-de-las-adicciones/