Colectivizar las bibliotecas personales

Hace dos años, durante el confinamiento de la pandemia, mi madre comenzó a perder la vista. Para alguien como ella que dedicó su vida a la edición, esa borradura, esa pérdida de foco, ensombreció su relación con el mundo. Cada vez que se sentaba con un libro entre las manos, cientos de preguntas golpeaban sus ojos desde el interior. No podía leer, las letras y el sentido de las palabras se le esfumaban. ¡Deberían publicarse libros con letras grandes para gente como yo!, me decía. El diagnóstico no fue, por fortuna, terrible: tenía cataratas. Operaron uno de sus ojos y después de una convalecencia de varios meses y cuidados, volvió a ver. Pero algo se perdió en el camino. Mi madre dejó de salir a la calle como hacía antes, con esa autonomía risueña que siempre le admiré. Sus desplazamientos se volvieron vacilantes, como si una vulnerabilidad nueva, la vulnerabilidad de la vejez, se hubiera hecho más presente. ¿Cómo acompañarla en este momento titubeante? ¿Cómo desafiar el aislamiento al que esta época despiadada y vertiginosa condena a las mujeres mayores?

Quizá regalarle un libro (¡un libro más!) no era una buena idea. Y, sin embargo, se lo regalé. Porque no se trataba de un libro cualquiera, sino de un objeto singular, una biblioteca portátil que era también un fichero de hojas sueltas, un artefacto hospitalario y misterioso. Se trata de Habitar la biblioteca, una cajita de cartón (tan frágil y por eso tan potente) hecha de historias personales, de afectos e intimidades, de rincones iluminados por una comunidad indomable de lectoras, trece mujeres de distintos territorios y disciplinas (curadoras, bibliotecarias, artistas, libreras, editoras) convocadas para escribir sobre sus relaciones con bibliotecas perdidas y reconstruidas, desembaladas y vueltas a embalar, bibliotecas del polvo, del aire, de la infancia, de los amantes. Cuando le extendí el objeto, mi madre y yo estábamos sentadas alrededor de su comedor. Yo intentaba hacerle plática, pero muy pronto ella dejó de escucharme. Se había enfocado en otra cosa, como si una ráfaga de curiosidad hubiera desentumido de pronto sus hermosos dedos artríticos: durante varias horas ella se dedicó a extraer y desdoblar papelitos, a leer los cuadernillos que configuran este libro que es muchos libros, con un interés, una delicadeza y una atención que no le había visto en mucho tiempo. Se había reencontrado, al fin, con otras buenas compañías, sus iguales, mujeres que han hecho del libro más que un objeto, un vínculo. Ella estaba de nuevo absorta, entregada a la lectura. Yo la miraba en silencio.

Habitar la biblioteca es un dispositivo de lectura que nos interpela y contagia de inmediato con su alfabeto de gestos materiales: en lugar de un libro cosido y con lomo, en lugar de la secuencialidad del discurso y las hojas numeradas, esta compilación se organiza y desorganiza en una serie de folders habitados por hojas de tamaños y colores diversos, tipografías variables, trazos, manuscritos, dibujos, tarjetas, mapas, posters desplegables. Manipularlo nos hace meter las manos en el mundo. Nos recuerda que, a pesar de la abstracción digital generalizada, somos un cuerpo y que la lectura es un tipo de relación material con la realidad sensible.

Ese es el gesto micropolítico de Habitar la biblioteca que imantó la atención de mi madre: reconocer, en su propia manufactura artesanal, en su objetualidad, que nuestras bibliotecas personales son sitios “creativos, vulnerables, abiertos y en constante construcción”.

Walter Benjamin habría quedado fascinado entre las secretas vías subterráneas que se abren en esta biblioteca, como hacía con su colección de juguetes en miniatura y libros infantiles, donde era posible encontrar todo lo imaginable, libros de estampitas para insertar figuras, aún no tocados por producción industrial. Esos libros ya no existen, pero siempre vuelven. Habitar la biblioteca es también eso: un mundo inmensamente pequeño que guarda rastros de otros espacios y tiempos, genealogías y metamorfosis de bibliotecas afectivas en las que podemos reconocernos, porque parecen susurradas al oído. “Historias mínimas, que no son mínimas”, como subraya Sol Henaro en su ensayo, “Rememorar”, donde rastrea su relación con los archivos y recuerda a su abuelo linotipista. No hay nada pretencioso ni grandilocuente en este fichero y, sin embargo, sus ensamblajes son infinitos.

Aquí la biblioteca es un bosque que es una cocina que es un quipu que es un grimorio que es un ritual que es un gabinete de curiosidades.

Desarmarlo y volverlo armar es entrar en el juego de las relaciones oblicuas. No importa cuánto nos empeñemos en guardar los folders en orden, este fichero afirma que todo tiene aquí la misma categoría; el saber que organiza la ficha no conoce jerarquía alguna”, como escribió Erdmunt Wizisla al describir el archivo de Benjamin. Esa falta de jerarquía es también una política (y una epistemología) feminista, distinta a las retículas cartesianas que deciden cuáles saberes cuentan y cuáles no. Sugiere que una biblioteca viva es aquella que puede reordenarse cada vez gracias al deseo de las usuarias. Todas las que acumulamos libros sabemos que a pesar de nuestra obsesión por clasificarlos (ya sea por categorías disciplinares, temas, tamaños, centros de interés, ediciones o anomalías), la biblioteca es un organismo que tiende a la disgregación. Pero es en el desorden donde el azar propicia otros encuentros. ¿Sería ese el sueño de una biblioteca mutante, una biblioteca que no se definiera por el crecimiento acumulativo de saberes, sino por su reubicación, su inestabilidad, sus montajes renovados?

La movilidad interior de Habitar la biblioteca representa esa cartografía abierta, quizá una metáfora de la biblioteca por venir, dispuesta a incorporar las más diversas formas de leer el mundo.

Pienso, por ejemplo, en la pieza de Gwennhael Huesca Reyes, “Pulsión de código”: una hoja doble carta donde se despliegan, como un collage, frases sobre otros actos de lectura: leer las nubes, leer el movimientos de las hojas de los árboles, leer el golpe del mar en las rocas, los rastros en la nieve, las líneas de la mano, el movimiento de los labios. En “Objeto encontrado”, la fotógrafa Patricia Lagarde también propone un método de investigación heurística a través de un catálogo de objetos econtrados entre las páginas de sus libros. Cada objeto es clasificado junto con una cita de la página donde se encontró, creando concatenaciones enigmáticas. Como esa “hoja seca, ocre, oblonga” descubierta en la página 174 de Sobre la fotografía, de Susan Sontang, donde se lee: “Poseer el mundo en forma de imágenes es, precisamente, volver a experimentar la irrealidad y lejanía de lo real.” ¡De qué manera aparece ahí no sólo lo ya conocido sino lo inédito, lo inesperado, lo que aún no tiene nombre! El ensamblaje, entonces, nos permite leer lo nunca escrito. Algo similar sucede con la palabra deconstruida de Fernanda Aránguiz, una serie de papelitos con trozos de letras que guardan un sentido secreto para quien participe en el juego del lenguaje como “una forma abierta al infinito” y del libro como “un soporte de encuentros”.

Haciendo pública la biblioteca personal § Mario Cruz López

En la intimidad de estas lecturas, se desbordan los andamiajes de la biblioteca como institución, porque este acervo incorpora la historia de unas vidas transcurridas. Así sucede en la pieza extraordinaria de Javiera Barrientos, “Elegía a las bibliotecas perdidas”, un ensayo construido con retazos de textos cruzados. En uno de ellos seguimos la trama de esas formas en que el poder busca neutralizar la potencia indomable de la lectura, esas bibliotecas destruidas o incendiadas, como sucedió con la biblioteca de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Bagdad durante la guerra de Irak, luego reconstruida gracias a una biblioteca participativa del artista Wafaa Bilal. Esta historia pública se entrecruza con dos textos manuscritos: uno sobre la biblioteca que Barrientos deja embalada antes de mudarse de país; otro sobre la biblioteca perdida de alguien a quien amó y murió. Estas anotaciones a mano, con su letra diminuta y amontonada, parecen entradas de diario o cartas nunca enviadas. La materialidad de su caligrafía es un gesto entrañable: nos obliga a leer muy de cerca una historia muy íntima. Desentrañarla es pensar juntos en las razones por la cuales recomponemos las bibliotecas de los muertos y preguntarnos por qué compartir la biblioteca privada es un acto político. De eso escribe también Aleida Pardo, en “Maternar las bibliotecas”. Cuando socializamos nuestros libros estamos cuidando la reproducción de la vida como posibilidad futura, “porque si las bibliotecas se privatizan nos adueñamos de cosas que nos son comunes.”

En momentos en los que se libra una guerra constante por el monopolio de nuestra atención, creo que este proyecto editorial, concebido por Andrea Reed-Leal, en colaboración con La Máquina de Aplausos, defiende una apuesta colectiva y feminista por la lectura, haciendo pública la biblioteca personal*, permiténdonos estar, otra vez, como a mi madre, a solas en compañía.

* Una versión digital de Habitar la biblioteca se liberará para descarga en junio de 2023 aquí.

Nombro a todas sus participantes: Andrea Reed-Leal, Erandi Adame, Fernanda Aránguiz, Javiera Barrientos, Clara Bolívar, Fernanda Escalera Zambrano, Sol Henaro, Gwenhhael Huesca Reyes, Patricia Lagarde, Valeria Mata, Aleida Pardo Hernández, Catalina Pérez, Alejandra R. Bolaños, Sandra Sánchez, Isabel Zapata.

Vivian Abenshushan es escritora interdisciplinar. Su práctica, tanto individual como colectiva, explora estrategias micropolíticas que confrontan los procesos del capitalismo contemporáneo y sus estructuras de producción cultural, así como las relaciones entre arte y pedagogía, procesos colaborativos, redes feministas y prácticas experimentales en la escritura. Ha publicado los libros: El clan de los insomnes (Premio Gilberto Owen 2002), Una habitación desordenada y Escritos para desocupados, publicado por la editorial Surplus bajo una licencia copyleft, entre otros. Su libro más reciente, Perman ente Obra Negra (Sexto Piso, 2019), es un proyecto de escritura conceptual fundado en la copia, la reescritura y el montaje de citas, que circula como libro, fichero y suajado. Es cofundadora de la cooperativa Tumbona Ediciones y directora de BLA: Espacio de Experimentación Escrita.

Fuente de la información:  https://www.jardinlac.org

  • Un artefacto hospitalario y misterioso § Mario Cruz López
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26 Equipos Universitarios emprenden Acciones en internet contra el Racismo en Educación Superior en América Latina

26 Equipos Universitarios emprenden Acciones en internet contra el Racismo en Educación Superior en América Latina

Esta campaña es impulsada por la Cátedra UNESCO Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina de la Universidad Nacional de Tres de Febrero

En 2018 la Cátedra UNESCO Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina, del Centro Interdisciplinario de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, puso en marcha la Iniciativa para la Erradicación de Racismo en la Educación Superior, para cuyo desarrollo ha contado con el apoyo del Programa de Participación de la UNESCO, del Instituto Internacional de la UNESCO para la educación Superior en América Latina y el Caribe (UNESCO-IESALC), y de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL).

Desde entonces, en el marco de esta Iniciativa, la Cátedra ha organizado dos coloquios internacionales, publicado dos libros y numerosos artículos académicos y textos de divulgación, y ha producido más de 70 micro-videos, además de haber organizado o co-organizado foros abiertos, seminarios y talleres en más de 40 universidades y otras instituciones de educación superior de 10 países latinoamericanos.

En abril de este año lanzó una convocatoria de alcance latinoamericano para recibir y seleccionar propuestas de acciones en Internet orientadas a generar debates y reflexiones que contribuyeran a erradicar las variadas formas de racismo y discriminación racial que aún hoy continúan afectando a la Educación Superior en todos los países de región. Esta nueva campaña de la Cátedra UNESCO da continuidad a su labor de investigación y difusión acerca de la importancia de estos problemas en América Latina. Sus publicaciones académicas y de divulgación, junto a las de más de treinta instituciones aliadas de una decena de países de la región, muestran que estos problemas no solo violan los derechos humanos de diversos grupos e población, y muy especialmente los de pueblos indígenas y afrodescendientes, sino que además menoscaban significativamente la calidad de la formación profesional que ofrecen estas instituciones y de la investigación que realizan.

Para llevar adelante esta nueva etapa de su campaña para la erradicación del racismo, la Cátedra UNESCO constituyó un equipo integrado por 20 colaboradores de siete países latinoamericanos para que se hiciera cargo de seleccionar 25 propuestas de acciones en Internet cuyo desarrollo sería apoyado y acompañado por este equipo, por la Cátedra UNESCO y por instituciones aliadas mediante encuentros de intercambio y colaboración mutua entre todas ellas.

En respuesta a la convocatoria de acciones en Internet fueron recibidas 49 propuestas. El equipo de colaboradores de la Cátedra acabó seleccionando 26 propuestas formuladas por equipos de docentes, investigadores, estudiantes y trabajadores de siete países latinoamericanos (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala y México) y de España.

Las propuestas seleccionadas serán desarrolladas entre el 15 de septiembre y el 15 de noviembre de este año. Algunas de ellas incluyen la realización de seminarios, talleres y cursos virtuales, otras ofrecen foros y conversatorios, otras producirán programas de radio y televisión, o diversos tipos de producciones audiovisuales.  Parte de estas acciones serán abiertas a los más diversos grupos de interesados, mientras que otras se plantean hacia el interior de algunas universidades u otras instituciones de educación superior en particular, en muchos casos haciendo foco en la formación de los educadores. Todas las propuestas seleccionadas cuentan con el aval de unidades de universidades u otros tipos de instituciones de educación superior, y algunas de ellas también de organizaciones sociales y de organismos municipales.

Listado de Acciones seleccionadas contra el Racismo

ARGENTINA

  • De eso también hablamos y aprendemos: discriminación racial y sociocultural en las IES
  • La erradicación del racismo como responsabilidad en la formación profesional en salud y educación
  • Desnaturalizando el pensamiento racista-discriminatorio en Nazareno-Salta
  • En territorio universitario narrativas otras: voces-cuerpos estudiantiles entre experiencias de discriminación y racismo; y construcción de alternativas campesinas-indígenas
  • Campaña para la Erradicación del Racismo en la UNVIME
  • Derechos Humanos de los Pueblos Originarios en clave de una Educación Intercultural: Experiencias desde Puel Mapu

BRASIL

  • UEL na luta contra o racismo
  • Seminário Internacional para Erradicação do Racismo na Educação Superior: Modos de contestar e ocupar
  • Interrogando à educação das relações étnico-raciais no Brasil: olhares, traduções e experiências com Améfrica Ladina
  • Diálogos institucionais: reflexões e proposições de práticas antirracistas nas universidades brasileiras
  • Conversas para uma Educação Antirracista: dialogando com imagens
  • Traduzindo as Lutas Antirracistas desde os Sules Globais Ações transversais desde Internet para o Enfrentamento ao Racismo Epistêmico e Estrutural no Ensino Superior e nas Comunidades
  • Jornada de Combate ao Racismo no Ensino Superior: Estudantes Indígenas e Afrodescendentes

COLOMBIA

  • Tejiendo Caminos para Eliminar el Racismo: Pueblos Indígenas y Educación Superior en Colombia
  • Identidades afro e indígenas: debates en vivo
  • Historia Pública y racismo: horizontes de sentido para la transformación de la educación
  • Laboratorio Creativo Anti-Racista: Fragmentando el Racismo desde los Escenarios de la Educación Superior

ECUADOR

  • Producción audiovisual “SHUKLLA” Somos Uno-No a la discriminación

GUATEMALA

  • Tzij (palabra)

MÉXICO

  • Racismo en la educación de posgrado. Miradas, reflexiones y resistencias de mujeres indígenas en México
  • Educomunicación para erradicar la violencia de género, el racismo y la discriminación desde la Universidad
  • Rostros en el espejo: indígenas universitarios ante los estereotipos
  • Gaceta Digi-Cultural “Sha chaTzob a te vin naatic”. Rescatando mis creencias, mis raíces

 

Propuestas presentadas por equipos con miembros de varios países

  • Conversatorios Virtuales Interculturalidad, Pueblos Originarios y Afrodescendientes es las Escuelas, Universidades e Institutos de Formación Docente (en cuarentena… y después qué?)
  • Perspectivas Antirracistas e Interculturales para la Educación Superior en Matemática, Ingeniería, Ciencias Naturales, Tecnología y Arte (MINTA)
  • Educación Superior e historias de vida de personas indígenas y afrodescendientes: construyendo puentes desde el enfoque del aprendizaje-servicio en un sistema-mundo racializado.

Para más información, visite la página web de la Iniciativa para la Erradicación del Racismo en Educación Superior o escriba a educacionsuperiorcontraelracismo@untref.edu.ar / catedraunescoesial@untref.edu.ar

Foto de Mauricio Thomsen en Pexels. Desierto de Atacama, Chile (detalle).  
Fuente de la Información: https://www.iesalc.unesco.org/2020/08/20/26-equipos-universitarios-emprenden-acciones-en-internet-contra-el-racismo-en-educacion-superior-en-america-latina/
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