Page 7 of 342
1 5 6 7 8 9 342

La educación pública en la pandemia o el valor de lo esencial

«Yo no he visto institución tan funcional en la vida como la de la escuela. En antropología se define «Función» como la contribución que hace una institución para el mantenimiento de toda la estructura social. La escuela, esa contribución la hace a la perfección.» (Juan Izuzquiza: Borregos que ladran)

Llega a su fin un extraordinario curso académico, es decir, un curso ajeno a lo ordinario o fuera de lo normal. Sin duda esa fue una de las primeras señales en marzo del año pasado de que algo verdaderamente grave estaba pasando. Cuando por aquel entonces se hizo incontestable que nos estábamos enfrentando a una pandemia ante la evidencia de la incontrolada propagación del SARS-CoV-2, uno de los acontecimientos de entre los muchos que se fueron precipitando y que nos hicieron afrontar ineludiblemente la cruda realidad fue el cierre de los centros educativos. Su funcionamiento es uno de esos elementos de nuestra cotidianeidad que son esenciales para otorgarnos esa sensación de normalidad que se nos olvida de tan naturalmente instalados que nos encontramos en ella, pero que es imprescindible para poder disfrutar de una existencia civilizada, es decir, una existencia en la que se dan las condiciones necesarias para que cada cual pueda plantearse la realización de un proyecto de vida propio con cierto nivel mínimo de confianza o, lo que es lo mismo, conviviendo con un grado de incertidumbre psíquicamente tolerable (no ansiogénico).

Un detalle que sintetiza lo dicho es que a la vuelta de las vacaciones de verano cada año, cuando en los medios de comunicación se habla de «la vuelta al cole» se la presenta como el reinicio irreversible de «la normalidad», o sea, del fin de esa etapa veraniega en la que parece que tácitamente hemos consensuado darnos una tregua, suspender –al menos aparentemente– el frenético flujo de actividades con las que tenemos ocupado nuestro tiempo diario según dicta esta omnímoda cultura del rendimiento.

Ciertamente era importante volver a la escuela en este curso que apura sus últimos días en el momento que escribo estas líneas. Se dijo el año pasado antes de su inicio que era fundamental, porque no era lo mismo la enseñanza telemática que la presencial. Que impedía que la institución cumpliera con una de sus funciones esenciales en nuestro Estado, el cual no sólo se define constitucionalmente como democrático y de derecho, sino también como social, lo que quiere decir que ha de procurar el cuidado de las condiciones mínimas que permitan el bienestar de sus ciudadanos. Entre esos mínimos se encuentra sin discusión la procura de una educación para todos ellos sin excepción.

No hay derechos sin obligaciones. Si se reconoce el derecho a la educación se está asumiendo una obligación por parte del Gobierno de garantizarla. Como se había constatado que la enseñanza por medios digitales y a distancia durante el confinamiento no cumplía satisfactoriamente con dicha obligación (la así llamada brecha digital acentuaba las injustas desigualdades sociales) era imperativo que los alumnos volvieran a los centros educativos. Lo que –no lo olvidemos– en plena pandemia suponía asumir un importante riesgo.

El verano pasado fue de mucha preocupación para el colectivo de los docentes. Los trabajadores de la sanidad eran los que entonces ya llevaban un largo tiempo en primera línea en la lucha contra la propagación de la COVID-19. Y estaban pagando un alto precio por ello. Todos lo reconocíamos, aunque sin duda no suficientemente. A partir del inicio del curso, tras ese verano, éramos los maestros y profesores los que con un riesgo significativo nos incorporábamos al colectivo de «los esenciales». La vuelta de los jóvenes a las aulas suponía la convivencia durante jornadas de unas seis horas al día de grupos de personas de número considerable en espacios cerrados. Con niños y adolescentes, por muy enmascarados que acudiesen al aula, no cabía seguridad de que su comportamiento se fuese a ajustar responsablemente a las exigencias de prevención que imponía la situación de pandemia.

Mientras que los funcionarios de casi todas las administraciones teletrabajaban y/o se bunkerizaban en sus despachos y oficinas con el fin de protegerse de los posibles contagios, incluso colocando a la puerta de los distintos edificios administrativos guardias jurado que impedían la entrada a todo usuario que no hubiese logrado con mucho trabajo una cita, nosotros, los integrantes del personal docente, teníamos que hacer lo de siempre: encerrarnos en nuestras aulas hora tras hora con clases, en muchos casos, de en torno a treinta alumnos.

Es verdad que se nos dieron unas instrucciones; aquí, en Andalucía, muy poco tiempo antes del comienzo de la actividad lectiva. De los equipos directivos que se encontraban al frente de los centros tuvieron que salir improvisados técnicos de prevención de riesgos para implementar las medidas que debían servir para disminuir la aparición de brotes de contagio. Eso supuso un trabajo monumental con el que se dejó totalmente solo al personal docente a cargo. De él saldría un responsable coordinador Covid, que ha sobrellevado una responsabilidad abrumadora pues ha estado al frente de la supervisión del dispositivo de prevención y control de contagios. Se nos endosó a los claustros de profesores la difícil decisión de cómo organizar la enseñanza para lograr que, sin renunciar a la presencia mayoritaria de los alumnos, no se pusiera en riesgo su salud y la de sus familiares. Nosotros, los docentes, teníamos que afrontar a diario una situación objetivamente de peligro, y solo iba a depender de nosotros, de nuestra precaución y suerte que no nos contagiásemos.

El curso dio comienzo –como es bien sabido– en septiembre: con mascarillas, con ventanas abiertas de par en par, con más limpieza. Dar una clase con mascarilla no es fácil cuando tratas de explicar contenidos académicos a nutridos grupos de chavales cuya atención has de captar, sobre todo cuando hace calor y notas que el sudor resbala por tu boca tras la dichosa tela. Entrar en un aula gélida las mañanas de invierno porque no se pueden cerrar puertas y ventanas para así evitar el efecto mórbido de los aerosoles exige mucho sentido del deber. Llevar adelante la enseñanza presencial cuando tienes que mantener la virtual duplica el trabajo, amén de convertirse en una tarea plagada de obstáculos cuando cuentas con una infraestructura informática obsoleta que no para de dar problemas y que requiere de un mantenimiento del que se encarga un profesor o profesora que, además, tiene que dedicarse a sus clases. Al mismo tiempo hemos sido vigilantes sanitarios de vanguardia tratando de detectar síntomas de contagio, en perpetuo contacto con los enlaces del servicio de salud, corrigiendo continuamente a los jóvenes que podían incurrir en un comportamiento que facilitara la transmisión del virus. En fin, ha sido duro, pero lo hemos hecho funcionar.

Hemos hecho funcionar la escuela, y al hacerla funcionar volvió la normalidad, esa normalidad tan necesaria para que esa esfera de nuestra existencia que parece haberse convertido en la dominante sobre todas la demás, a saber, la economía, echara a andar camino a la senda de recuperación que demanda el actual modelo capitalista en vigencia, y que exige el continuo crecimiento, porque la alternativa implica la ruina para muchos.

Creo que pocas inversiones tienen un efecto multiplicador tan alto en beneficios sociales como la educación. La inversión en educación –que no gasto– es el mejor factor favorecedor de la paz social. En las sociedades multiculturales como la nuestra es más preciso que nunca un espacio en el que se encuentren los integrantes de las nuevas generaciones donde se practique la convivencia de las diferencias culturales y de identidad procurando la corrección de las actitudes que puedan dar lugar a conflicto. La escuela es ese espacio, el único diría yo, en el que los jóvenes aprendices de ciudadanos no tienen más remedio que compartir su tiempo cada día con otros con los que sería difícil que pudiesen coincidir en otros lugares. Este ha sido un cambio notable del que yo he sido testigo en las últimas décadas: el paso de una sociedad como la española, relativamente homogénea desde el punto de vista de la identidad cultural, a una sociedad multicultural (la población extranjera pasó del 2% en 1990, por ejemplo, a casi un 13% en 2019) que puede correr el peligro en la actualidad de acabar fragmentándose y polarizándose más y más por el efecto de la tecnología digital que potencia las burbujas de filtro y las cámaras de eco, lo que facilita al mismo tiempo que prospere la ideología del rechazo al distinto.

Las aulas son hoy por hoy un lugar fundamental en el que aprender la práctica de la convivencia democrática. Todos los centros educativos de la red pública conforman una república del acogimiento cívico, formalmente exenta de factores que incidan en el agravamiento de las diferencias sociales, económicas, étnicas, culturales (la religión incluida), y de los que no hay garantías que estén libres los colegios propiedad de instituciones privadas como la Iglesia Católica o empresas que hacen de un derecho constitucional básico su negocio.

La escuela pública es el albergue social que a todos acoge dedicado a dar forma al complejo proceso de humanización, porque no hay humanidad en el individuo sin su integración social. A nuestros hijos les da la oportunidad de vivir la experiencia social extramuros de sus familias, porque cada particular familia no es la sociedad. Los expone en una primera ágora, imprescindible sobre todo en comunidades multiculturales como las nuestras. En sus aulas tienen que relacionarse con sus pares diversos con los que tendrán la oportunidad de comunicarse, intercambiarse ideas y creencias, contrastarlas y discutirlas. En este sentido nunca se subrayará suficientemente la importancia del componente laicista en una escuela pública verdaderamente democrática, que garantice el efectivo cumplimiento del derecho de libertad de conciencia.

En el muro exterior de un instituto en el que di clase durante bastantes años se podía leer una pintada que perduró curso tras curso. Rezaba así: «sistema de enseñanza, enseñanza del sistema». Es la condición paradójica de la educación institucionalizada de las sociedades democráticas. Por un lado es una pieza primordial sin la cual sería imposible el mantenimiento del sistema, pues transmite valores y conocimientos asentados como válidos de una generación a la siguiente; por otro lado, se supone que tiene que dotar a las ciudadanas y ciudadanos en formación de ese componente imprescindible para mantener la salud de tales sociedades y que no es otro que el libre pensamiento, la capacidad de contemplar con ojos críticos lo dado, lo recibido en herencia de las sucesivas generaciones a través de la tradición cultural; y aprender a procesar de manera razonable el conflicto, ineludible en sociedades como la nuestra donde se asume la diversidad y la discrepancia ideológica como hechos naturales.

¿Sería practicable nuestro estilo de vida sin los colegios e institutos? En una sociedad del rendimiento que sacraliza el trabajo, para el que parece que es éticamente justificable que no se conciba límite en cuanto al tiempo que se le dedica, la institución educativa contribuye a eso que se llama la conciliación entre la vida familiar y la laboral, que a mi modo de ver, en un modelo de sociedad como el nuestro actual, tiene más de disputa que de conciliación. Podría decirse que criar hijos en estos tiempos tiene mucho de heroicidad. No es de extrañar, pues, que los índices de natalidad en nuestro país, y en Europa en general, estén por los suelos.

No es capítulo menor en el asunto del modelo educativo la cuestión sobre el grado de autoridad y confianza que le otorgamos al maestro. Creo que pocos servidores públicos están tan sujetos a una continua inspección como lo está el docente. Sospechoso de adoctrinar para unos, de indolencia profesional para otros, obligado a dar cuenta permanentemente de las decisiones que toma ante sus alumnos, los padres de estos y la propia administración educativa, el salario emocional que se recibe en el desempeño de este oficio (del económico, mejor no hablar) es ciertamente escaso. No es de extrañar, pues, que entre los trabajos con mayores niveles del síndrome llamado burn out (o desgaste emocional por el desempeño de la profesión) se encuentre el docente.

Con el paso del tiempo y la evolución de la sociedad –sobre todo en lo referente a la situación de la mujer y la complejidad de los modelos de familia– el papel del maestro de educación primaria y del profesor de secundaria se ha ido cargando de responsabilidades que van más allá de su tarea de enseñanza de unos determinados conocimientos académicos. A menudo conducen a que el docente se vea implicado en aspectos emocionales y familiares muy delicados que afectan al alumnado. Es indiscutible que lo puramente académico ha ido perdiendo peso comparado con todo lo que tiene que ver con el bienestar físico y afectivo de los jóvenes. Ahora bien –quede esto claro–, no puede la institución educativa pública asumir como misión la corrección del creciente repertorio de taras sociales de origen extraescolar, máxime cuando colegios e institutos son territorios asediados por las presiones ideológicas de toda laya. Tanto poder no tienen. Lo tienen mucho más el inabarcable universo de las pantallas.

Es verdad que el sistema educativo es demasiado rígido y está sujeto a servidumbres políticas y sociales que le impiden desarrollar todo el potencial que podría si se confiase más en el trabajo docente. Tendría que aligerarse de burocracia y admitir un mayor margen de creatividad, al menos durante las etapas educativas en las que no entra en juego el factor de la competitividad, el cual exige el sometimiento a la evaluación de estándares cuantificables mediante los cuales clasificar a los jóvenes según las carreras académicas y profesionales que podrían cursar. Seguramente este aspecto escapa a las posibilidades de decisión de lo que quiere ser la escuela, pues tiene que ver más con lo que quiere ser la sociedad en la que la institución educativa se halla inserta. Es en ésta donde cabe detectar los talentos de los jóvenes, por lo que debe contar con las condiciones necesarias para que los profesores puedan hacerlo, que estos sepan reconocerlos y que tengan a su disposición los medios necesarios para cultivarlos y sacarles partido. Es esencial para un país que quiera estar vivo y con posibilidades de prosperar.

La educación pública en la pandemia o el valor de lo esencial

Comparte este contenido:

El creador del informe PISA: “La educación en España prepara a los alumnos para un mundo que ya no existe”

Andreas Schleicher, director del área educativa de la OCDE, respalda la reforma del Gobierno y ve “impresionante” cómo la escuela española ha resistido la pandemia

El alemán Andreas Schleicher es el padre del informe PISA, la mayor y más influyente prueba educativa internacional, organizada por la OCDE. PISA mide los conocimientos en matemáticas, ciencias y lectura de los alumnos de 15 años y ofrece una gran radiografía comparada de los sistemas educativos: en 2018 participaron 79 países. La siguiente prueba, aplazada este año por la pandemia, será en la primavera de 2022. Nacido en Hamburgo hace 56 años, titulado en Física y Matemáticas y especializado en estadística, Schleicher continúa coordinando PISA, dirige el área de Educación de la OCDE y sigue de cerca la reforma educativa en España, desde un modelo basado en saber repetir contenidos a otro que aspira a que los alumnos sepan aplicar sus conocimientos. De pelo muy blanco y ojos muy azules, Schleicher responde a la entrevista por videollamada desde París, donde está la sede del organismo.

Pregunta. ¿Qué le parece la reforma educativa española?

Respuesta. La orientación que está adoptando está muy en línea con lo que estamos viendo en muchas partes del mundo. Hoy, la evaluación de los jóvenes no consiste simplemente en pedirles que reproduzcan lo que saben, sino en decirles: ¿puedes darle sentido a lo que sabes?, ¿puedes aplicar tus conocimientos?

P. En España supone un gran cambio desde el actual currículo (el sistema de aprendizaje y evaluación), que suele describirse como enciclopédico, con centenares de ítems muy específicos de cada asignatura que los alumnos deben aprender y los profesores evaluar.

R. El actual currículo en España tiene, digamos, un kilómetro de amplitud y un centímetro de espesor, y creo que no es bueno para los estudiantes. El futuro para España debería pasar por enseñar menos cosas, pero de forma más profunda, generando más compresión. Apilar por ejemplo muchos contenidos de Física y Química por sí solo no va a resultarte de gran ayuda. La cuestión es: ¿puedes pensar como un científico, diseñar un experimento?, ¿entiendes el concepto de causa y efecto? Eso es lo más importante. Y lo mismo sucede con la Historia. Recordar todos los nombres y lugares no te ayuda. La cuestión es: ¿puedes pensar como un historiador, entender cómo ha emergido y evolucionado la narrativa de una sociedad? El mayor éxito de la escuela es dar a los jóvenes estrategias y actitudes para que cada día puedan aprender y puedan también desaprender y reaprender cuando el contexto cambia.

P. En España, una parte de la sociedad teme que la reforma empobrezca la educación de los alumnos.

R. Cambiar el currículo siempre exige mucha valentía. Todos nos ponemos muy ansiosos cuando nuestros hijos dejan de aprender lo que solía ser importante para nosotros. Y nos ponemos todavía más ansiosos cuando empiezan a aprender cosas que ya no entendemos. Es un fenómeno habitual. Pero el mundo a nuestro alrededor está cambiando. Las cosas que eran fáciles de enseñar y evaluar son también fáciles de digitalizar, automatizar y externalizar, y están desapareciendo de nuestro entorno.

P. Una de las críticas al cambio sostiene que perjudicará especialmente a los alumnos de aquellas familias que no tienen la cultura o el dinero necesarios para proporcionarles conocimientos adicionales fuera de la escuela.

R. Hay mucha gente en España que completa titulaciones universitarias avanzadas y tiene dificultades para encontrar un buen trabajo. Y al mismo tiempo, los empleadores españoles dicen que no encuentran a las personas con las habilidades que necesitan. Ese es el problema fundamental. Tienes al sistema educativo preparando para un mundo que ya no existe y no haciéndolo para el mundo que estamos viendo emerger. Es duro para los padres aceptar que el mundo de nuestros hijos es diferente a la imagen que tenemos del nuestro. Pero en eso consiste la educación. En preparar a los estudiantes para su futuro, no para nuestro pasado.

Alumnos de la ESO en el colegio El Espartidero de Zaragoza.

P. Un sector de los docentes también rechaza el nuevo modelo educativo.

R. Es duro, si siempre has enseñado de determinada manera, cambiar tus hábitos, planteamientos y creencias. Creo que es muy importante apoyar bien a los profesores en el cambio. No puedes decir simplemente: cambiamos el currículo, arréglatelas. El sistema debe invertir para ayudarles y prepararlos. De otra manera, los cambios no desarrollan raíces profundas.

P. Algunas autonomías españolas han puesto en marcha el aprendizaje por ámbitos de conocimientos, la mezcla de asignaturas, por ejemplo Lengua e Historia o Matemáticas y Tecnología, para hacer el aprendizaje menos compartimentado y más aplicado. ¿Qué opina?

R. Es muy importante que los estudiantes sean capaces de pensar más allá de los límites de las asignaturas. La innovación hoy no consiste en ser muy, muy bueno en un aspecto muy restringido, sino en ser capaz de conectar los puntos. Así que me parece muy prometedor. Pero es muy difícil hacerlo bien. Si quieres que los estudiantes piensen más allá de los límites de las disciplinas, los profesores tienen que colaborar más allá de esos límites. El profesor de Historia y el de Lengua deben trabajar juntos para implementarlo bien. Es una idea sencilla y buena, pero hacerla bien requiere mucha capacidad.

P. Ha habido una gran diferencia en la duración de los cierres escolares, incluso entre los países desarrollados. En España los colegios se han mantenido siempre abiertos este curso, pero en otros lugares los cierres han durado más de un año. ¿A qué lo atribuye?

R. El caso de España ha sido muy impresionante. Cuando se produjo el cierre escolar el país también fue muy rápido a la hora de establecer una alternativa digital. Las autoridades lo han hecho bien. Las diferencias tienen que ver con la prioridad que da a la educación cada sociedad. ¿Cierras primero los centros comerciales o las escuelas? Suecia nunca cerró las escuelas primarias. Incluso cuando la situación de la pandemia era muy grave lo consideraron una prioridad. También tenían la capacidad. Depende mucho de tener profesores que puedan manejar bien la pandemia en la escuela.

P. ¿Espera que el impacto de la pandemia se refleje en la próxima edición de PISA?

R. Sí. Para los alumnos de entornos desfavorecidos, que no han podido beneficiarse mucho del aprendizaje digital, no tienen mucho apoyo en casa o profesores que se conectaran con ellos me temo que puede ser bastante dramático. Pero dependerá del contexto, es difícil generalizar. Para algunos estudiantes puede haber tenido efectos interesantes al impulsarles a aprender más por su cuenta, desarrollar autodisciplina, utilizar nuevos recursos… Creo que variará dependiendo de la preparación previa de los estudiantes, y que amplificará la desigualdad.

P. En España, los gobiernos autonómicos prevén prescindir de buena parte de los 35.000 docentes incorporados con motivo de la pandemia. La comunidad educativa y el propio Ministerio de Educación piden mantenerlos para mejorar la calidad del sistema. ¿Está de acuerdo?

R. Es difícil. Esa fue una medida en respuesta a una crisis y en algún momento tenemos que reajustar. Y no creo que la calidad de la educación dependa tanto del número de personas. Si yo estuviera en España no solo contrataría a más gente, sino que también invertiría más en su formación, en el entorno en el que los alumnos aprenden… La calidad del aprendizaje tiene más que ver con cómo de bien están preparados los profesores, qué clase de apoyo reciben, cómo de bien colaboran o la relevancia del currículo.

Fuente: https://elpais.com/educacion/2021-06-18/el-creador-del-informe-pisa-la-educacion-espanola-prepara-a-los-alumnos-para-un-mundo-que-ya-no-existe.html

Comparte este contenido:

Argentina: Con hambre no se puede pensar

Por: Izquierda Diario/ Yazmín Muñoz Sad. Agrupación Negra en ATEN

La realidad de la entrega de módulos alimentarios en las escuelas de Neuquén es muy distinta a lo que pintan los discursos del gobernador Omar Gutiérrez

El 14 de mayo el gobernador Omar Gutiérrez anunció una serie de medidas de restricción relacionadas con la situación de colapso sanitario causado por la falta de políticas presupuestarias y sanitarias integrales, frente a la pandemia de Covid.

Entre esas medidas estaba el cierre de las escuelas que habían abierto a la presencialidad en pésimas condiciones un mes antes, obedeciendo los mandatos del ministro nacional de Educación, Nicolás Trotta.

Esa vuelta a la presencialidad en burbujas que podría haber servido para tener un censo real de la situación de los estudiantes y sus familias, en relación con sus condiciones de vida y el acceso a la conectividad; se hizo una vez más sin un plan serio de parte del gobierno y resultó en que cada institución hizo malabares para organizarse y tratar de restablecer el contacto con les niñes y jóvenes.

Durante el 2020 el 70% del estudiantado quedó por fuera de la conectividad. Este año a pesar de la proyección que se hacía y las exigencias planteadas desde las escuelas y la base de los sindicatos, los gobiernos llegaron al pico de la segunda ola de la pandemia sin haber invertido el presupuesto necesario para una respuesta sanitaria y educativa acordes.

No hubo inversión de ningún tipo en salud y mucho menos para garantizar la educación pública y gratuita que pregonan en leyes y tratados. Pero no solo eso, sino que, como dice Fernando Rosso en esta nota, el gobierno del Frente de Todos decidió recortar las prestaciones sociales de $230.469 millones en abril de 2020 a $25.602 millones en el mismo mes de este año, momento que preveían sería el peor de la segunda ola de esta pandemia.

Esto significa que mientras se restringe la posibilidad de circulación y trabajo se recortan las ayudas del estado a las familias que viven con trabajos precarios o que han pasado a engrosar la lista de desocupación. Y esa realidad es la que golpea la puerta de los hospitales y escuelas públicas.

La situación económica de la clase trabajadora empeoró tan brutalmente que unas semanas antes del cierre de la presencialidad ya había estudiantes en los colegios preguntando por algún tipo de ayuda alimentaria para su familia. Una realidad que hace tiempo no se veía y que en principio se empezó a responder, como siempre, con campañas solidarias organizadas entre les trabajadores de las escuelas, colegios y jardines de infantes.

En las escuelas durante el breve lapso de presencialidad tardaron en llegar las partidas para refrigerio que además no aumentaron desde el año anterior y no había ni noticias de la posibilidad de entregar módulos alimentarios.

Sin embargo el gobernador Omar Gutiérrez en su anuncio del 14 de mayo se encargó de recalcar que si bien se interrumpía el ciclo lectivo presencial, las instituciones educativas seguirían abiertas con guardias docentes y de auxiliares de servicio, garantizando la continuidad de partidas de refrigerio y los módulos alimentarios, lo mismo que plantea en la resolución 440 de vuelta a la presencialidad administrada. Un anuncio sin respaldo material que produjo cataratas de mensajes y memes en los grupos de trabajadores de la educación que llegó al desafío de estar presentes el lunes 17 en las escuelas esperando los módulos para entregar a los estudiantes que obviamente no llegaron.

Dos semanas más tarde, cuando desde el gobierno ya se habían suspendido también las guardias en las escuelas y como respuesta a la insistencia de algunas instituciones, aparecieron 30 módulos por institución, sin consultar desde el Consejo Provincial de Educación, o alguna otra oficina del gobierno, cuál es la necesidad real de cada comunidad educativa.

Un ejemplo de esta situación es el cpem 40 de Neuquén capital donde Mauro, preceptor del colegio, relataba que “desde la escuela hicimos un listado con familias que necesitaban bolsones de comida (lo cual el gobierno larga a cuentagotas) y nos sorprendió la cantidad de familias anotadas, lo que nos lleva a pensar cómo las comunidad se apoya en las escuelas ante el vacío y abandono por parte de los gobiernos de turno”.

Luciana, por su cuenta, le decía a La Izquierda Diario: “Este 2021 se vino disfrazado de presencialidad. Y lo peor es que luego de 2 o 3 semanas de estar en las escuelas se vio la gran necesidad que están padeciendo nuestros estudiantes, tanto económicas como sociales. En los primeros encuentros vimos en sus ojos tristeza, miedo. Luego del encierro comenzamos a hacer un relevamiento de familias que necesitaban módulos alimentarios (módulos miserables, pobres, sin carne, sin verduras, sin lácteos) y que «supuestamente» estarían garantizados por el gobierno.

A la hora de hacer el relevamiento, por medio de un mensaje por WhatsApp, detrás de cada respuesta había una historia familiar muy angustiante. Nos decían: “Lo necesitamos; Estoy sin trabajo ; Tengo 5 hijos y no nos alcanza…” Y así se puede seguir enumerando. Obviamente cuando mandaron los módulos, no alcanzaron para todas las familias.

Pero el CPEM 40 es sólo una de las cientos de instituciones escolares con la misma situación, la diferencia quizás es que allí se realizó un relevamiento de la necesidad real y eso arrojó que de un total de alrededor de 500 estudiantes, 116 solicitaron la entrega del módulo alimentario. Pero llegaron 30 y a partir de un reclamo por escrito se logró que aparecieran otros 17 módulos, es decir que a un mes del anuncio del gobernador, no se entregó ni siquiera la mitad de los módulos alimentarios que se necesitan. Y que no se necesitan por única vez ya que el contenido es muy escaso y de bajo nivel nutricional.

Desde las escuelas las trabajadoras de la educación nos preguntamos ¿Qué hace el gobierno con el presupuesto que se ahorra con la virtualidad? ¿Por qué no hay un censo serio para saber las condiciones de vida y estudio de las familias trabajadoras de la provincia? Exigimos saber cuántos son les estudiantes que no pueden acceder a la virtualidad, cuántas de sus familias están sin trabajo, sin vivienda y con necesidades elementales insatisfechas. ¿Por qué como denuncian desde La imaginación al poder en bellas Artes, lasbecas Progresar son negadasa cientos de estudiantes?

Quienes integramos la Agrupación Negra junto al frente Bermellón, estamos impulsando la organización desde las escuelas, con votación de delegados en las jornadas institucionales para imponerle a la conducción TEP (FdT) de aten la convocatoria a espacios democráticos de discusión sobre nuestras condiciones laborales y salariales. Pero también para que nuestro sindicato impulse una campaña en toda la provincia para denunciar estas situaciones en los medios de comunicación, los diarios, radios y otras plataformas, que permitan dejar en claro ante la comunidad que no somos les docentes los responsables de esta situación sino los gobiernos nacional y provincial. Que se usen los recursos del sindicato para que cada habitante de la provincia sepa que no hay un censo serio de parte del MPN, que no hay conectividad y mas del 50% de les estudiantes queda excluido del derecho a la educación pública, que sin vivienda ni trabajo es imposible cuidarse, llevando adelante el “Quedate en casa”. Que aten ponga nuestros recursos en función de denunciar que ni el gobierno nacional ni el provincial garantizan la salud, la educación ni una alimentación digna para les niñes, jóvenes y adolescentes, al revés de la actual política de la conducción de subordinar el sindicato al gobierno nacional y provincial.

https://www.laizquierdadiario.com/Con-hambre-no-se-puede-pensar?

Comparte este contenido:

PNUD: Nadie estará a salvo hasta que todos lo estén. La lógica de vacunar a todas las personas

Los científicos han desarrollado vacunas seguras y eficaces contra la COVID-19 mucho más pronto que lo que se preveía inicialmente.

Esta asombrosa hazaña científica y logística tiene el potencial de salvar y transformar miles de millones de vidas, pero habrá sido en vano si no logramos garantizar que todas las personas, en todos los lugares, accedan sin demora a las vacunas.

Si bien no es una tarea fácil, ya que exige una sólida combinación entre el sentido de urgencia, la voluntad política, la tecnología, el dinero y la capacidad administrativa, logística y de fabricación, no es imposible.

En este momento no es eso lo que está sucediendo. Este año se producirán suficientes vacunas contra la COVID-19 como para abarcar al 70% de la población de todos los países del mundo. Sin embargo, la mayoría de ellas están reservadas para las naciones más acaudaladas.

A photo in this story

Los países ricos han recibido más del 83% de las vacunas. Los países pobres han recibido apenas un 0,2%.

A este ritmo, muchos de los países de ingresos bajos e ingresos medianos no alcanzarán una cobertura generalizada hasta 2024 o 2025.

En América Latina, únicamente Chile ha sido capaz de comprar suficientes vacunas para inocular a toda su población.

Y los países ricos no solamente están recibiendo las vacunas, sino que las están acopiando, una estrategia que el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha definido como un “catastrófico fracaso moral”.

El desafío no podría ser más apremiante, y no solo para los países pobres. No vacunar a todo el mundo prolongará la pandemia —con los enormes costos sociales, sanitarios y económico que eso conlleva— y posibilitará el surgimiento de variantes del virus que posiblemente sean resistentes a las vacunas, lo que pondrá nuevamente en peligro a todos.

Las mutaciones podrían neutralizar la eficacia de la primera generación de vacunas en menos de un año.

De izq a der: no vacunar a todo el mundo empeorará la pandemia y permitirá que aparezcan nuevas variantes, poniendo a todo el mundo en peligro; trabajadores de la salud hacen fila para la vacunación COVID-19, Mumbai, India, febrero de 2021.

De izq a der: no vacunar a todo el mundo empeorará la pandemia y permitirá que aparezcan nuevas variantes, poniendo a todo el mundo en peligro; trabajadores de la salud hacen fila para la vacunación COVID-19, Mumbai, India, febrero de 2021.

Cuanto más cambian las cosas…

No es la primera vez que vemos este tipo de fracaso moral: en la respuesta contra la pandemia del VIH, los pobres iban más de una década por detrás de los ricos en lo referido al acceso a tratamientos.

El año pasado, la OMS, la Alianza Mundial para el Fomento de la Vacunación y la Inmunización (GAVI) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) crearon el Mecanismo COVAX para el Acceso Mundial a las Vacunas a fin de no cometer el mismo error.

Es parte del Acelerador del Acceso a las Herramientas contra la COVID-19. Lanzada en abril de 2020, se trata de una iniciativa internacional patrocinada por los gobiernos, las organizaciones de salud, las empresas, la sociedad civil y varios filántropos que busca garantizar un acceso equitativo a la vacuna contra la COVID-19.

Sin embargo, pese a que gracias al mecanismo COVAX se han distribuido más de 59 millones de vacunas en 122 países, la acumulación de los países ricos, las deficiencias crónicas en materia de inversión y los problemas de abastecimiento han impedido que produzca todos los beneficios de que sería capaz.

El PNUD está comprometido a cooperar estrechamente con la familia de las Naciones Unidas y con sus socios para garantizar que todos reciban una vacuna contra la COVID-19 tan pronto como sea posible. Eso no solo es lo correcto, sino que también es lo lógico desde el punto de vista económico.

La desigualdad en el acceso a las vacunas está obstaculizando la recuperación. Podría costarle a una economía que ya está dañada hasta US$ 1,2 billones al año, es decir, lo suficiente como para brindar protección social y sanitaria básica a todas las personas.

En su conjunto, se estima que la pandemia podría costar US$ 9,2 billones.

El PNUD está trabajando para garantizar que las vacunas no sean un beneficio reservado únicamente para una minoría privilegiada. Trabajamos con el Fondo Mundial a fin de preparar a los países para crisis tales como la pandemia de la COVID-19.

De izq a der: un centro de vacunación, Mumbai, mayo de 2021; niñas juegan en los suburbios de Kibera, Kenia, marzo de 2021; un voluntario rocía desinfectante, Johannesburgo, Sudáfrica, noviembre de 2021.

De izq a der: un centro de vacunación, Mumbai, mayo de 2021; niñas juegan en los suburbios de Kibera, Kenia, marzo de 2021; un voluntario rocía desinfectante, Johannesburgo, Sudáfrica, noviembre de 2021.

Falsas narrativas por doquier

La decisión de vacunarse o no en algunos casos no depende únicamente de la disponibilidad.

Por todo el mundo hay personas que se han negado a vacunarse porque han recibido información equivocada sobre la seguridad y la eficacia de las vacunas, o debido a sus convicciones religiosas.

En Ucrania, el PNUD y sus socios están estudiando las publicaciones en las redes sociales para entender la manera en que la información falsa ha originado desconfianza en las vacunas e intentar refutar algunos de los mitos que constituyen una amenaza grave para la salud pública.

“Las teorías conspirativas, los rumores y la desinformación maliciosa rápidamente pueden volverse virales en las redes sociales, en particular cuando el nivel de confianza del público en las instituciones estatales es bajo”.

 Dafina Gercheva, Representante Residente del PNUD en Ucraina

Los más afectados por la pandemia a menudo son quienes guardan mayores recelos contra la vacunación. El Laboratorio de Aceleración del PNUD en la Argentina está impulsando estrategias para contrarrestar la desconfianza en las vacunas en las comunidades con niveles bajos de educación formal.

Las comunidades romaníes que viven en los asentamientos informales en Serbia no han tenido a su disposición toda la información que necesitan para tomar decisiones sensatas sobre las vacunas y la COVID-19, por lo que el PNUD está trabajando con voluntarios y líderes locales en campañas de educación y difusión.

Voluntarios del PNUD brindan información sobre la vacuna COVID-19 a la comunidad romaní, marzo de 2021, Serbia.

Voluntarios del PNUD brindan información sobre la vacuna COVID-19 a la comunidad romaní, marzo de 2021, Serbia.

Aún no ha terminado

Más de tres millones de personas han muerto. Cientos de millones se han contagiado. Muchas vidas y economías han quedado devastadas.

Con un aterrador costo humano, la COVID-19 nos ha enseñado que todos vivimos en el mismo pequeño planeta y que nuestros destinos están interrelacionados.

Y la crisis aún no ha terminado. Una nueva ola está amenazando a numerosos países, y a medida que el virus muta, podría sembrar el caos en el mundo una vez más.

El mundo solo podrá recuperarse de la crisis ocasionada por la COVID-19 si se garantiza un acceso más justo y más rápido a las vacunas para todos.

Es el momento de intensificar el esfuerzo mundial para lograr que todos los países tengan las herramientas y los recursos que necesitan para lograr controlar el virus.

Comparte este contenido:

La fragmentación de la actual coyuntura educativa

Por:  Miguel Ángel Pérez Reynoso

Las maestras y los maestros siguen siendo las y los responsables del sostenimiento del sistema, siguen esperando las acciones puntuales que dignifiquen su trabajo…

La coyuntura educativa del presente está integrada por varias piezas: por una reforma educativa que se niega a dar claridad y sentido hacia delante de sus intenciones reales, la reforma a los estatutos junto con la definición de las nuevas reglas para elegir a las dirigencias nacional y seccionales del SNTE, el reconocimiento al trabajo y la labor profesional de las maestras y los maestros de pasar de la calidad a la excelencia y el cumplimiento de las metas anunciadas al inicio del actual sexenio.

Es por lo anterior, que se puede afirmar que la actual reforma educativa se caracteriza por la fragmentación en sus propuestas y la falta de claridad en lo que concierne a los asuntos ligados con los fines de la política pública en educación.

En lo relacionado al magisterio nacional aquí se mueven tres piezas de un mismo rompecabezas:

1. Por un lado la ley de la carrera de las maestras y los maestros, si bien incluye asuntos de equidad y de justicia de género, ya cuando se haba de los esquemas de promoción vertical y horizontal se convierte en un verdadero galimatías muy parecido al viejo esquema de promoción que se llamó carrera magisterial el cual fue producto del Acuerdo Nacional de 1992. Tanto en la formación inicial como en la formación permanente y en la definición de las condiciones para iniciar y seguir en la carrera académica en educación básica (preescolar, primaria, secundaria, especial e indígena), los esquemas de incorporación al sistema y de promisión se han tornado sobradamente burocratizados, La carrera docente sigue siendo una carrera de obstáculos.

2. En la parte de la organización gremial y sindical de las y los trabajadores de la educación, ella se ha traducido en una serie de ambigüedades, a partir de la promesa original de que en el SNTE se instalaría por fin la democracia sindical “quien tenga la mayoría, tendrá la dirección del sindicato” decía con energía el presidente al inicio del sexenio y hoy a tres años de distancia las cosas siguen igual o peor. Parece que la democracia tiene que negociarse con los distintos grupos de poder y la negociación implica ponerse de acuerdo para aclarar acerca de las reglas no para elegir a los mejores o a las mayorías sino más bien para legitimar las formas veladas que le den continuidad al charrísimo sindical.

3. Y en el tercer punto, el que se refiere a la profesionalización ese es aún más delicado. No podemos presumir que hoy en día tenemos mejores maestras y maestros, por el contrario existe una especie de refuncionalización de los vicios en la carrera docente.

Todo lo anterior ha sido aderezado por un contexto de pandemia, que afectó todo, precarizó las condiciones de trabajo y vulnerabilizó (aún más) a los sujetos educativos.

La coyuntura educativa es fragmentada porque no tiene claridad de la direccionalidad de hacia dónde queremos arribar y también porque los pronunciamientos en torno a ella, son solo retórica y las acciones verdaderas se negocian y operan por debajo de la mesa.

Las maestras y los maestros siguen siendo las y los responsables del sostenimiento del sistema, siguen esperando las acciones puntuales que dignifiquen su trabajo y los mecanismos de cambio y transformación que garanticen que su organización sindical sea democrática. Requerimos dar un gran salto en esta coyuntura y hacer aparecer las verdaderas propuestas democráticas aquellas que vienen desde abajo del sistema, y que se tejen de manera plural y cooperativa por todas las personas de hacer la educación no solo de hablar de ella.

Fuente: https://profelandia.com/la-fragmentacion-de-la-actual-coyuntura-educativa/

Comparte este contenido:

España / 2 de Julio: Inicia Conferencia Internacional Existir y resistir en tiempos de pandemia capitalista

🔴Historical Materialism Barcelona 2021🔴
Conferència internacional.
Reinvindicar la vida
2 i 3 de juliol 2021 / @naubostik / Barcelona
#HMBCN21

 

Reivindicar la vida. Existir y resistir en tiempos de pandemia capitalista
Conferencia internacional Historical materialismo Barcelona 2021

La crisis se ha convertido en la nueva normalidad. Una crisis civilizatoria propia de una era de catástrofes múltiples. La pandemia del coronavirus y su gestión improvisada ha hecho evidentes las situaciones de desigualdad y polarización social propias de la actual era neoliberal y ha hecho aflorar, a la vez, muchas de las realidades escondidas por la niebla consumista y las rutinas opresivas de la nuestra vida cotidiana.

La crisis actual ha revelado como una verdadera crisis de reproducción social. La importancia del trabajo de cuidados y nuestra condición de seres interdependientes ha quedado tan patente como nuestra relación malsana con el ecosistema y un planeta al límite. En tiempos de pandemia, el carácter esencial de aquellos trabajos que permiten hacer sostenible la vida y de los servicios públicos se ha hecho tan evidente como la lógica destructora de la globalización neoliberal y la voracidad de los nuevos gigantes logísticos y del capitalismo de plataforma.

Es sabido que las crisis son puntos de inflexión en el que se abren amenazas y oportunidades. Momentos de falta de legitimidad de los poderes establecidos, pero también de nuevas ofensivas contra derechos y libertades. Frente a la «pandemia» capitalista, es el momento de practicar, reivindicar y pensar una política de la vida, para evitar que los cambios que vengan no sirvan para consolidar aún más los privilegios de la minoría.

En la primera edición de la Conferencia Historical materialismo en Barcelona, ​​en el año 2019, participaron cerca de 700 investigadoras y activistas de todo el mundo, que hicieron que el encuentro fuera un espacio transversal y pluralista de reflexión crítica y emancipadora. Un espacio dedicado al debate vivo y dinámico, pero alejado de las prisas cotidianas, que rompía los muros entre activismo y academia y que traspasaba las fronteras entre áreas de conocimiento y ciencias sociales y naturales.

Desgraciadamente, las condiciones sanitarias no permiten organizar una segunda edición de la envergadura de la primera ni en el formato de presentación abierto de ponencias. Sin embargo, ante los cambios que hemos vivido durante el último año y de la urgencia de analizar las formas, mecanismos y los dispositivos a través de los cuales el capitalismo se está transformando para adaptarse y profundizar en una nueva realidad de más explotación y miseria, hemos decidido llevar a cabo una nueva edición de la Conferencia que, aunque en un formato más reducido, permita poner en común, desde ámbitos de estudio y prácticas diversas, las posibilidades de llevar a cabo nuevas luchas colectivas y plantear, en definitiva, un escenario de ruptura y de creación de alternativas en clave política, social y económica.

 

Programa de la Conferencia 2021

VIERNES, 2 DE JULIO

17:00-18:45 h.

 

SALA 1: Más allá del Estado y del mercado: el común frente a la mercantitlització de la vida

Esta tabla quiere ofrecer un espacio de debate en torno al alcance y la capacidad de las propuestas de defensa de lo común frente al avance de la mercantilización de las necesidades y de la lógica delegativa, burocrática y desdemocratizador de la institucionalidad estatal . Se analiza el alcance (real / potencial) del municipalismo como herramienta de transformación de la institucionalidad y de creación de ámbitos de realización del común: vivienda, gestión del agua, producción y distribución de energía, etc.

ponentes:

  • Mauro Castro (La Hidra)
  • Gala Pin (activista social)
  • Annaïs Varo (Universidad de Girona, Cátedra UNESCO de Desarrollo Humano Sostenible)
  • Edurne Bagué (Universidad de Girona, Cátedra UNESCO de Desarrollo Humano Sostenible)

Modera: Marco Aparicio (Universidad de Girona)

 

 

SALA 2: Educación, universidad e investigación en tiempos de neoliberalismo: el desprecio del conocimiento

La educación y la universidad son espacios sociales fundamentales para entender cómo se reparte el futuro de los diferentes miembros de la sociedad, de los valores que deben tomar fuerza en una sociedad y de las prioridades de la investigación. Por ello, el capitalismo cognitivo ha querido influir en la organización de los recursos, en el funcionamiento de los centros educativos, en el uso de las herramientas y de las metodologías educativas o en las formas de hacer investigación.

Las consecuencias de este proceso han sido graves: la mercantilización del conocimiento; una cierta desvirtuación del saber y, específicamente, de algunas disciplinas humanísticas; la penetración de las grandes empresas en el sistema educativo y en la financiación de la investigación; el predominio de las «competencias» sobre los «contenidos», y la evaluación de la investigación en términos de productividad. Frente a este paradigma que moviliza instituciones, agencias de calificación, empresas privadas, etc., se hace necesario articular la resistencia de la comunidad educativa y universitaria en defensa de lo colectivo y que nos es común.

ponentes:

  • Rosa Cañadell (sindicalista y activista por la educación pública)
  • Inés García (Universidad Rovira i Virgili, sindicalista y activista por la universidad pública)
  • Jorge Larrosa (Universidad de Barcelona)
  • Marta Minguella (sindicalista, activista por la educación pública y profesora)

Modera: Marta Venceslao (Universidad de Barcelona)

 

SALA 3: Miradas ecofeministas para la sostenibilidad de la vida

La vida humana se sostiene en la biosfera y el trabajo reproductivo y de cuidados realizado mayoritariamente por mujeres. Desde los ecofeminismos se revisan nuestras dependencias con la vida, la naturaleza y los cuerpos en un contexto patriarcal y capitalista que invisibiliza las dependencias y ensalza la falsa autonomía del hombre. La economía hegemónica capitalista se basa en la idea del homo economicus, un hombre blanco, occidental, independiente, racional, que quiere obtener los mayores beneficios con el mínimo coste y que últimamente se ha lavado la cara y se ha pintado de verde a través de las propuestas de Green New Deal tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea.

Las ponentes de esta mesa reflexionan desde diferentes ámbitos de estudio (alimentación, agroecología, políticas del agua, las soberanías, etc.) sobre la necesidad de resituar la vida en el centro de la economía, para visibilizar la ecodepèndencia con los ecosistemas y las interdependencias entre las personas.

ponentes:

  • Stefania Barca (Universidade de Coimbra)
  • Marina Di Masso (Universidad de Vic)
  • Laia Forné Aguirre (La Hidra Cooperativa)
  • Blanca Bayas Fernández (Observatorio de la Deuda en la Globalización y Acción ecofeminista)

Modera: Jaume Franquesa (University of Buffalo)

 

 

VIERNES, 2 DE JULIO

19:00-21:00 h.

 

SALA 1: Trabajadores esenciales, pandemia y sostenimiento de la sociedad

La pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de ciertos trabajos para la reproducción de la vida y, de hecho, ha dejado en evidencia que el capitalismo no remunera en base al valor social del trabajo. Por lo tanto, esta tabla quiere explorar las situaciones en las que las trabajadoras de sectores esenciales, a menudo invisibilizados y precarizados, han sufrido durante estos últimos meses. En este caso, queremos hacer énfasis en sectores que a menudo se quedan sin voz, para que la organización sindical es más compleja y, por tanto, sus voces son a menudo silenciadas en el debate público. La tabla considerará los sectores de la limpieza y los supermercados, con la contribución de un abogado laboralista para ofrecer una visión global de las situaciones que están llegando a las consultas. Hay que organizar y entender estos sectores,

ponentes:

  • Estrella Santos (trabajadora sector limpieza y sindicalista)
  • Angel Fraile (trabajador supermercado y sindicalista)
  • Oriol Barranco (Universidad Autónoma de Barcelona).
  • Oriol Arechinolaza (abogado laboralista, Colectivo Ronda)

Modera: Arantxa Tirado (Universidad Autónoma de Barcelona).

 

 

SALA 2: Capitalismo racial y fronteras cotidianas

En aquesta taula amb investigadors i activistes es proposa debatre dues qüestions centrals en el capitalisme actual: el rol de l’Estat i, en concret, les pràctiques de fronterització, i el component racialitzador del capitalisme. La dinàmica proposada pretén defugir qualsevol exposició acadèmica unilateral i posar en el centre locutor i d’interès les persones activistes que, d’una forma o altra, lluiten contra els racismes contemporanis. Es tractaria, doncs, de debatre les profundes relacions entre les lògiques del capital i les relacions socials emergents del capitalisme amb els sistemes i règims de ciutadania i de pertinença dominants. És a dir, en el fons, el que pretenem és debatre sobre quins són els mecanismes i les formes d’operar del capitalisme en relació amb els racismes contemporanis, per poder encarar-ho i lluitar-hi millor i per estendre aquesta lluita a altres àmbits que sovint no s’hi relacionen. El propòsit central de la taula és, per una banda, identificar de quina manera les fronteres operen en el nostre dia a dia i de quina manera obstaculitzen una vida plena i igual per les persones racialitzades i migrants, i, per l’altra, mirar d’organitzar un conjunt d’estratègies de lluita contra aquestes dinàmiques, sovint oblidades en les polítiques socials i d’habitatge.

ponentes:

  • Basha Changuerra (activista afrofeminista)
  • Ainhoa ​​Nadia Douhaibi Arrazola. (Investigadora de los dispositivos de racismo de Estado)
  • Pastora Filigrana (abogada y activista por los derechos humanos)
  • Mostafa Shaimi (Universidad de Girona y Espacio Antirracista Salt-Girona).

Modera : Martin Lundsteen (Observatorio de la Antropología del Conflicto Urbano)

 

 

SALA 3: Desorden neoliberal: autoritarismo de Estado y giro social reaccionario

Si algo nos confirma la gestión de la pandemia del Covidien-19 es que las estrategias neoliberales de acumulación gobiernan cada rincón del mundo mientras el despojo que las sostiene degrada la vida de una mayoría social absoluta. Así es como el Estado asume su papel clave a la hora de dar respuesta al desorden generado por y para el mercado. Los aparatos represivos imponen una forma de autoritarismo en la que los poderes judicial y policial ganan protagonismo en la gestión del conflicto social. En este proyecto de guerra llamado «España», el autoritarismo se subjetiviza, las relaciones sociales se policializar y la fascistización crece. En el campo necropolític transnacional, la represión política se normaliza y el control punitivo de la pobreza se naturaliza. Este es el marco general de un «auge fascista»,

ponentes:

  • Mónica Clua (Universidad de Texas)
  • Daniel Jiménez (Universidad de Zaragoza)
  • Alejandro Forero (Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos, Universidad de Barcelona)
  • Marta Venceslao (Universidad de Barcelona)

Modera: Gemma Garcia (La Directa)

 

SÁBADO, 3 DE JULIO

09:45-11:45 h.

SALA 1: Transiciones agroecológicas en un contexto de pandemia

El sistema agroindustrial basa su organización y su funcionamiento en la acumulación de capital y no a satisfacer las necesidades alimentarias humanas. De hecho, es un sistema injusto socialmente y ambientalmente que no asegura una alimentación sostenible a la mayoría de la población. En las últimas décadas, la producción de alimentos se ha ido «Enverdecer», pero sin dejar de perseguir el crecimiento económico sostenido por las grandes corporaciones que dominan la industria agroalimentaria.

En este contexto, desde el movimiento agroecológico se apuesta para construir sistemas de aprovisionamiento sostenibles en todas sus dimensiones, económica, social y ambientalmente, y que estén orientados a garantizar una alimentación sostenible y asegurar la soberanía alimentaria de los pueblos. Ahora bien, estas redes alimentarias deben resistir en el mercado agroindustrial capitalista, que impone las reglas del juego y dificulta la coexistencia entre las diversas alternativas.

Además, la pandemia ha supuesto una serie de cambios en estos sistemas de aprovisionamiento agroecológicos y (re) abrir debates sobre su crecimiento, su resiliencia y su sostenibilidad. En esta tabla debatiremos los impactos y efectos de la Covidien-19 en la producción agroecológica y los retos para conseguir una alimentación sostenible.

ponentes:

  • Paula Escribano Castaño (Universidad Autónoma de Barcelona)
  • Marta G. Rivera-Ferre (INGENIO CSIC-UPV, Universidad de Vic)
  • Martina Marcet Fuentes (Ramaderes.cat)

Modera : Patio Homs (Universidad de Barcelona y La Arista Cooperativa)

 

SALA 2: Nación, clase o género: autonomía o intersección. Qué sujeto colectivo para qué revolución?

Es posible construir un sujeto colectivo compartido para la revolución? O por el contrario, son luchas autónomas que no se pueden articular sin perder sentido? Como podemos pensar estas opresiones relacionadas o se han de pensar aisladamente? Los debates actuales en torno a la revolución asumen que no hay un sujeto único de cambio, pero entonces, ¿cómo se pueden construir una serie de demandas que lleven a la transformación radical del conjunto de relaciones sociales? En esta sesión exploraremos la (im) posibilidad de construir un horizonte compartido de lucha y emancipación sin renunciar a las diferentes especificidades.

ponentes:

  • Joan Tafalla (historiador, Asociación de Estudios gramsciana de Cataluña)
  • Maria Redondo (Universidad de Barcelona, ​​activista feminista)
  • Laura Vega Fernández (camarera y militante de la Izquierda Independentista)
  • Albert Botran (historiador)

Modera : Ignasi Bernat (Universidad de Winchester)

 

 

SÁBADO, 3 DE JULIO

12.00 – 14.00 h.

 

SALA 1: Transitando hacia un nuevo modelo productivo

A raíz de la crisis ocasionada por la pandemia del Covidien-19 y de las múltiples deficiencias mostradas por el mercado capitalista a la hora de hacer frente a las necesidades sociales más básicas y los límites de los estados en su actuación para hacer frente a la emergencia sanitaria, ha resurgido el debate sobre qué modelo productivo habría construir para dar respuesta a nuestras sociedades. Una mayor planificación centralizada podría ser la garantía de que el mercado y el capital no actúan exclusivamente por el interés de los rentistas y capitalistas? Habría que pensar en modelos autocentrados en las necesidades y potencialidades de nuestro territorio? Un modelo publicocomunitari donde el cooperativismo y la ESS tuvieran un rol director?

ponentes:

  • Antoni Soy (economista)
  • Sergi Cutillas (economista, Ekon)
  • Miren Etxezarreta (economista).
  • Ivan Miró (sociólogo, cooperativista de La Ciudad Invisible).

Modera: Elena Idoate Ibáñez (economista, Seminario de Economía Crítica Taifa).

 

 

SALA 2: Disputar el bar

Esta tabla explorará las posibilidades y dificultades de organizar el sector de la hostelería. En el momento actual, la hostelería ha sido uno de los sectores económicos que han sufrido las consecuencias inmediatas y económicas de la pandemia, pero a la vez uno de los sectores más críticos con las restricciones impuestas. Pero, a pesar de ser un sector vital para la economía actual del país, es también un sector lleno de contradicciones y aspectos que nos abren la puerta a entender mejor las relaciones de conflicto entre trabajo y capital. En este debate se quiere explorar la situación del trabajo en la hostelería en relación con las dificultades de organizar una clase trabajadora atomizada por el trabajo autónomo y por las empresas pequeñas y familiares, pero también quiere analizar la otra cara de la moneda, ejemplificada por la entrada masiva de «fondo buitres» y grandes grupos empresariales en el sector (sobre todo a partir de la anterior crisis). Finalmente, queremos abrir la puerta a las posibilidades cooperativas y postcapitalistas que podemos encontrar en el sector.

ponentes:

  • Berni Sorinas (Can Manel)
  • Ponente a confirmar (La Deskomunal)
  • Joaquín Romero (ex representante sindical)
  • Ponente a confirmar (trabajadora de hostelería)

Modera : Mónica Clua (Universidad de Texas)

 

 

SALA 3: reactualizar la Revolución: qué debemos entender hoy por Revolución y cómo se hace?

La revolución se ha entendido tradicionalmente como aquel evento político donde el sujeto histórico «asalta el palacio», toma el poder y acelera los ritmos de transformación de un sistema, interconectando una vertiente destructiva y otra constructiva, no sólo respecto a los actores y las instituciones políticas, sino a todo el sistema de relaciones económicas y sociales. La revolución soviética de 1917, la revolución cubana de 1959, la victoria electoral de Hugo Chávez en 1998, etc., implican el inicio de revoluciones en sus respectivos países.

Ahora bien, no hay duda de que durante las últimas décadas han tenido lugar, en nuestras sociedades, transformaciones importantes en el ámbito del Estado, el Derecho, la estructura social, el poder, el trabajo, los sujetos co lectivos, etc., que nos obligan a repensar y redefinir el concepto de revolución. Es hoy posible, en nuestra sociedad, hacer la revolución? ¿Qué debemos entender por revolución ya través de qué método puede o no puede llevarse a cabo?

Discutir como reactualizar el concepto de revolución para fijar un horizonte de acción política para las clases populares es hoy el objetivo de esta tabla.

ponentes:

  • Manuel Delgado (Universidad de Barcelona)
  • Jule Goikoetxea (Universidad del País Vasco)
  • Albert Noguera (Universidad de Valencia)

 

 

SÁBADO, 3 DE JULIO

16:30-18:30 h.

SALA 1: Luchas, alternativas y estrategias emancipadoras: aprendizajes de la Comuna de París en su 150. aniversario

Este año se celebra el 150. aniversario de la Comuna de París, de 1871. La experiencia de democracia y autogestión de la Comuna fue un acontecimiento que supuso un punto de inflexión en la historia contemporánea y que, a pesar de su derrota, se convirtió en símbolo y ejemplo para el movimiento obrero internacional y sus diferentes corrientes. Karl Marx la definió como el primer ejemplo concreto de dictadura del proletariado, «el resultado de la lucha de los productores contra la clase de los propietarios». Comerciantes, obreros metalúrgicos, pero también abogados, periodistas, médicos … El Consejo de la Comuna fue una representación del pueblo trabajador de París.

Esta mesa redonda pretende repasar aquel evento no como un ejercicio académico ni nostálgico, sino militante. Se trata de analizar esa experiencia, sus potencialidades y errores, los debates que introduce y las lecciones aprendidas como instrumento inspirador a partir del cual analizar las luchas, alternativas y estrategias emancipadoras de nuestro presente.

ponentes:

  • Montserrat Galcerán (Fundación de los Comunes)
  • Jaime Pastor (Viento Sur)
  • Josep Maria Antentas (Universidad Autónoma de Barcelona)
  • Jeanne Moisand (Universidad Pompeu Fabra)

Modera: Laia Altarriba (Tigre de Papel)

 

 

SALA 2: Capitalismo digital: soberanía tecnológica y producción de conocimiento

En poco más de 15 años, lo que era sólo un sector económico emergente, de proyección aparentemente limitada y circunscrito a un reducido segmento de población, ha pasado a dominar buena parte de la economía global. A la misma velocidad con que Internet se convertía en la infraestructura económica y social fundamental de la sociedad global, crecieron corporaciones que supieron aprovechar la ideología neoliberal dominante. De este modo, compañías como Google, Amazon, Tencet, Facebook o Alibaba (todas ellas entre las mayores compañías por capitalización), se han erigido como poderosos actores globales, gigantes económicos dueños de las tecnologías con las que la sociedad accede a la información, se comunica, hace negocios, se transporta o trabaja. El capitalismo digital ha pasado no sólo a hegemonizar los aspectos más dinámicos de la economía, sino a dibujar nuevas formas de explotación algorítmica, imponiendo un régimen brutal de vigilancia sobre trabajadoras y usuarias. También ha pasado a controlar y definir las viejas y nuevas industrias de producción cultural, como la música, el cine, los libros o los videojuegos. Asimismo, ha establecido un modelo vigilado y restrictivo de acceso a la esfera pública, controlado por algoritmos propietarios, tanto dentro de sus plataformas (como Facebook) como fuera con el uso cada vez más creciente de invasivas técnicas de reconocimiento facial. Frente a esta realidad de opresión y dominación surgen desde luego no una, sino varias preguntas sobre qué hacer? Partiendo de este contexto distópico, las participantes ofrecerán una panorámica sobre cómo combatir, resistir y construir una vida no capitalista capaz de usar la tecnología como una herramienta de emancipación.

ponentes:

  • Eurídice Cabañes (filósofa, codirectora de ArsGames)
  • Javier de Rivera (Universidad Complutense de Madrid)
  • Carla Barrio (Universidad Complutense de Madrid)
  • Ekaitz Cancela (Universidad del País Vasco)

Modera: Aitor Jiménez (Universidad de Melbourne)

 

 

SALA 3: Soberanía, autodeterminación y represión: el Estado español contra los pueblos.

El año 2017, el independentismo catalán planteó un embate al Estado y no tuvo éxito. Aquella experiencia ha dejado muchos aprendizajes, pero también mucha represión y heridas abiertas. Por eso no es fácil construir un planteamiento de futuro mínimamente compartido entre todos los actores políticos y sociales para planificar una nueva estrategia capaz de volver a poner el régimen del 78 entre la espada y la pared y avanzar hacia una república catalana con justicia social . Desde entonces, el independentismo ha sido incapaz de reaccionar y volver a plantear una estratégica de ruptura democrática clara y definida.

A partir del análisis de conceptos como los de soberanía, represión, Estado, embate, etc., esta tabla tiene como objetivo no sólo hacer un diagnóstico del marco político, económico, social y cultural en que se producen los hechos de los últimos años, y los mismos acontecimientos y de toda la represión que los ha seguido, sino también ver qué aprendizajes y estrategias podemos desplegar para plantear una nueva ofensiva contra el Estado y hacer frente a su salvaje represión.

ponentes:

  • Floren Aoiz (Fundación Iratzar)
  • Clara Campos (Universidad de Barcelona)
  • Benet Salellas (abogado)
  • Gabriela Serra (maestra y activista social).

 

 

SÁBADO, 3 DE JULIO

18:45-20:45 h.

 

SALA 1: «El trabajo doméstico, El Capital y la vida» en medio de la crisis de la Covidien-19

«Capitalismo vs. vida »ha sido un lema popularizado por la economía feminista y las manifestaciones del 8-M de los últimos cinco años, pero ¿qué quiere decir exactamente? ¿Cómo se concreta esta defensa de la «vida» en el contexto Covidien y de las políticas gubernamentales que se han desplegado?

«El trabajo doméstico, El Capital y la vida» defiende la versatilidad de las categorías desarrolladas por Marx en su obra fundamental para entender el potencial político de las tareas que reproducen la clase trabajadora más allá del salario y cómo impacta la lucha de clases contemporánea . A partir de este marco, trataremos de abordar qué rasgos adopta la crisis de cuidados en la actual coyuntura de crisis económica y pandemia. La tabla aborda esta tarea con un diálogo crítico con los debates sobre el «trabajo doméstico» de la segunda ola feminista y las aportaciones de Lise Vogel, Michael Lebowitz y otras teóricas de la reproducción social, como Susan Ferguson, y también respecto a las teóricas de la «fábrica social», como Silvia Federici.

ponentes:

  • Isabel Benítez (Seminario de Economía Crítica Taifa).
  • Xavier Garcia Fuente (Seminario de Economía Crítica Taifa).
  • Elena Idoate Ibáñez (economista, Seminario de Economía Crítica Taifa).

Modera: Laia Jubany (Seminario de Economía Crítica Taifa).

 

 

SALA 2: En defensa de la vida y la dignidad de vivir: la necesidad de la promoción de la salud pública y de la reversión de privatizaciones

El problema de salud pública que ha supuesto la pandemia del Covidien-19 ha hecho evidente que los efectos del virus no han sido iguales para todos. La desigualdad se ha manifestado con toda su crudeza. La pandemia y las medidas restrictivas aplicadas para hacerle frente han supuesto una amenaza para los grupos de población más pobres y vulnerabilitzats, que sobreviven en condiciones de salud muy lamentables (debido a situaciones de precarización laboral, de vivienda insalubre, de violencia machista al si de los hogares, etc.). La letalidad del virus (para los más grandes y vulnerables) y su transmisibilidad han dado lugar al colapso de un sistema sanitario ya muy afectado por la austeridad y la mercantilización impuestas durante los últimos años por las políticas neoliberales. Además, la propiedad de la vacuna y su dominio por parte de las grandes empresas farmacéuticas han hecho también evidente como un neoliberalismo globalizado sólo hace que reforzar las desigualdades entre un «norte» cada vez más diminuto y un «sur» que no deja de crecer. Todo ello nos aún con una realidad que hace urgente debatir sobre la necesidad de revertir privatizaciones, de reforzar al máximo los sistemas de salud pública, de introducir una perspectiva feminista en la intervención y en la investigación en salud y de crear una infraestructura de investigación global orientada a garantizar la salud y la vida de la mayoría y no a generar beneficios económicos.

ponentes:

  • Montse Pineda (Creación Positiva)
  • Joan Benach (Universidad Pompeu Fabra).
  • Mireia Moret (activista por la Sanidad Pública, Rebelión atención primaria).
  • Xavier Milian (historiador y periodista. Coautor de «Salimos de la UCI. Propuesta para una sanidad pública»).

Modera: Isabel Chacón (activista por la Sanidad Pública, Sanitarias En Lucha y plataforma en defensa de los servicios públicos)

 

SALA 3: Garantizar la supervivencia: renta básica universal, trabajo garantizado y el derecho a una vivienda digna

El avance imparable del neoliberalismo en estas últimas décadas ha supuesto la precarización de las condiciones laborales del grueso de la población y la exclusión de muchas personas del mercado laboral formal, ya sea de manera esporádica o permanente. Hoy, pues, trabajar no es garantía de protegerse de la pobreza. Esta situación queda acentuada, además, por una mercantilización del mercado de la vivienda, que ha hecho que disponer de un hogar (hipotecando o pagando alquileres desorbitados) sea una nueva manera de disciplinar a la población para que soporte trabajos en condiciones laborales deplorables. Frente a esta realidad, se hace necesario pensar y reflexionar sobre cómo garantizar una renta básica, sobre cómo garantizar el trabajo digno y distribuirlo, y sobre cuál es el camino para asegurar el derecho a la vivienda digna.

ponentes:

  • Vidal Aragonés (abogado laboralista, colectivo Ronda, Universidad Autónoma de Barcelona)
  • David Casassas (Universidad de Barcelona)
  • Marta Ill Raga (portavoz del Sindicato de Inquilinos)
  • Irene Escorihuela (Observatorio DESC)

Modera: Xavier Granell (politólogo)

 

 

 

INSCRIPCIONS OBERTES!
Comparte este contenido:
Page 7 of 342
1 5 6 7 8 9 342