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Exigencia y formación del espíritu crítico: La reforma educativa en… Francia

Francia/28 de Abril de 2018/Elentrerios

Podríamos ocuparnos de casos más interesantes, y en los que en materia educativa se han logrado resultados que provocan asombro, como Finlandia, Singapur o Corea. Pero la verdad es que esta es una temática en la que por lo general “no se da pie con bola”, como consecuencia de que la sociedad toda –y no solo el sistema educativo- está en una situación que de una manera optimista cabría definir como “transición”, aunque por lo general se habla de “crisis”.
Si lo sabremos nosotros que en el último medio siglo vamos por la no sé cuentas “reformas educativas” todas ellas fallidas. Es por eso que nos ha parecido de interés hacer referencia a declaraciones recientes del Ministro de Educación francés, de visita a nuestro país, acerca de los presupuestos de que parte, de los lineamientos de sus propósitos y cambios que ha comenzado a poner en ejecución en el sistema educativo francés.

En realidad, a lo que se asiste, son consideraciones fundadas en el sentido común, por lo que muchas veces suenan a obvias. Y que parten del presupuesto que el suyo – como pasa igual con el nuestro- es un sistema educativo que tiene dificultades para cumplir acabadamente su misión y en el que muchos alumnos concluyen su escolaridad obligatoria con tantas falencias.

Es por eso, que en el segundo presupuesto se hace presente en sus reflexiones el concepto de “exigencia”. Es cuando afirma que “si queremos que todos los niños, cualquiera sea su origen social, accedan a los saberes, debemos ser muy exigentes”. Para remarcar diciendo que tiene la exigencia y la excelencia como metas a la que se debe aspirar en forma permanente aunque no se las alcance nunca del todo “porque quiero el bien de todos los niños, quiero que lleguen a tener los saberes fundamentales”.

En lo que insiste al señalar que “si la escuela no la reclamamos para todos los niños, solamente la tendrán los de las familias favorecidas. Entonces si queremos la igualdad debemos querer la exigencia y la personalización, y por supuesto cuando un niño tiene dificultades hay que apoyarlo, ayudarlo de manera muy fuerte. Pero si tomamos por ejemplo las matemáticas, sabemos que es muy importante conocer las cuatro operaciones bastante temprano. Si se atrasa eso, no es bueno para el niño.”

A partir de allí entra en el terreno de algunas reformas basadas en el sentido común: “es en los primeros años de escolaridad que se deben concentrar los esfuerzos; exigencia e inclusión van necesariamente juntas, no habrá una sin la otra; el profesor no es un animador, la revolución tecnológica que estamos viviendo cambiará cosas, pero no lo esencial porque siempre se necesitará un ser humano para transmitir saberes y valores». 

De allí que sea la estrategia de la que se debe partir la de poner más medios y más esfuerzos en los territorios más pobres. Esa, según lo señala, “es la única manera de lograr que todos los niños adquieran los mismos saberes elementales, leer, escribir, contar, respetar al otro. Transmitir los saberes y los valores que la escuela debe transmitir es un reto para todos los países”.

Y añade que “en Francia hay un 20 por ciento de niños que no alcanzan estos saberes, dado lo cual se hace necesario tomar en cuenta el hecho de que muchas cosas se instalan durante los primeros años de la vida.Y a ese respecto destaca que en Francia tienen lo que llaman la Escuela Maternal, entre los 3 y los 6 años, que ahora será obligatoria lo que permitirá poner un acento sobre el carácter decisivo de esa etapa, porque es cuando se pueden compensar las desigualdades de lenguaje que puedan existir entre los niños debido a circunstancia familiares. Es el momento en que el vocabulario en especial se puede enriquecer”.

En segundo lugar “la idea es poner más medios y más esfuerzos en los territorios más pobres, lleva a que en ellos se tengan clases de 12 alumnos, en los dos primeros años de la escuela elemental, cuando el niño empieza a aprender a leer, escribir y contar, y tiene 6 y 7 años”.

En tercer lugar hacer un esfuerzo para la formación de los maestros, “en particular los de la Escuela Maternal y los primeros años de la primaria. Y es imprescindible hacerlo por ejemplo en cuanto a las matemáticas, porque necesitamos darles fuerza pedagógica a los maestros y maestras”.

Además el funcionario francés señaló que considera que “la evaluación de los alumnos es necesaria -tiene casi un fundamento «antropológico»- y que la evaluación docente debe ser colectiva, de un equipo, de un proyecto. La evaluación de los alumnos es algo sumamente importante. No hay que abandonar la evaluación, todo el mundo la necesita, y los niños quieren la evaluación. Por ejemplo en el deporte todo el mundo quiere la evaluación, en los videojuegos hay una evaluación permanente con puntos; hay algo antropológico en el tema de la evaluación. La gran pregunta es en qué medida la evaluación le permite a uno progresar, ya que ella debe servir para motivar. Entonces, tanto para el alumno, como para el profesor o el sistema, debemos tener una evaluación que estimule”. 

Advirtió sobre discursos sobre la igualdad que van en contra de la igualdad. Por ejemplo en el caso francés se dio la desaparición de clases bilingües o trilingües en nombre de la igualdad, porque como sólo una parte de los alumnos lo hacía, parecía un elemento de desigualdad. “Hay que pensar al revés, porque estas clases estamos en condiciones de ponerlas en particular en los colegios pobres para crear excelencia. Debemos entonces tener una estrategia de creatividad, de libertad, al servicio de la igualdad”.

El tema de la digitalización presente de manera creciente en todos los aspectos de nuestra vida no podía estar ausente en sus reflexiones. Es así como dijo que “sabemos todos que la tecnología tiene aspectos buenos y aspectos negativos. Hay muchas revoluciones digitales en este momento, no hay una sola; tenemos que hacer una distinción entre sus diferentes aspectos. Por ejemplo, sabemos muy bien que las pantallas son negativas para los pequeños. Hasta los 7 años, es mejor no ponerlos ante una pantalla o hacerlo por breves lapsos de tiempo. En cambio, interactuar con un robot puede ser muy positivo para un niño, incluso muy pequeño. Es una cuestión de distinción entre los buenos y los malos uso”.

“En la nueva civilización tecnológica, en esta revolución en la historia humana que estamos viviendo, es sumamente importante dar raíces y saberes fundamentales sólidos a nuestros niños, por eso la escuela primaria debe transmitir saberes básicos con dos competencias fundamentales que son la lógica y la cultura”.

El gran desafío de nuestra nueva sociedad es lograr una buena pareja entre el ser humano y la máquina y el primero debe seguir siendo el maestro. “En una sociedad donde es tan fácil conseguir información es importante tener un profesor que antes de eso transmita un saber, una metodología y una capacidad de estructurar el pensamiento”.

“El respeto al otro como objetivo de la escuela”

Esto es ver que el ser humano tiene un potencial enorme en materia de conocimiento, pero también en materia de empatía, de entendimiento del otro, y vemos que también es una cosa que se desarrolla mucho cuando el niño es muy pequeño. Entonces lo que pasa en los primeros años de la escuela, sea la competencia o el espíritu colectivo, da una primera dirección a la capacidad de respetar al otro. El desarrollo de la empatía es uno de los retos de la escuela y entonces debe haber también en la formación de los maestros algo que los ayude a desarrollar eso en el niño”.

Como debería quedar claro, las reflexiones precedentes no solo son válidas para los franceses, sino que parecieran estar dirigidas a nosotros.

Fuente: https://www.elentrerios.com/opinion/exigencia-y-formacin-del-espritu-crtico-la-reforma-educativa-en-francia.htm
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¿ Y si no queremos escuelas de calidad?

Por: Roberto González Villarreal, Lucía Rivera Ferreiro y Marcelino Guerra Mendoza

Para nuestro amigo Luis Bonilla, con un chingo de afecto

La calidad es el concepto hegemónico en la discusión educativa contemporánea. En realidad son dos: calidad y evaluación. Pero no son dos cosas distintas. Son los dos lados de la misma moneda. Una refiere a la otra. Como lo dejaron muy claro todas las fuerzas promotoras de la reforma educativa en el texto constitucional. Todas. De izquierda y derecha. Desde Mario Delgado, el ahora senador de MORENA, hasta Juan Carlos Romero Hicks, senador del PAN.

Así lo dice el tercer párrafo del artículo 3º constitucional:

“El Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de manera que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos”.

Y se refrenda en el inciso d). fracción II del mismo artículo:

“d). Será de calidad, con base en el mejoramiento constante y el máximo logro académico de los educandos”.

Calidad es el máximo logro de aprendizaje. ¿Cómo sabemos si hay calidad? A partir de la evaluación. La moneda es el aprendizaje, las caras son la evaluación y la calidad. Son auto-referentes.

A partir de este triángulo conceptual, “calidad-aprendizaje-evaluación”, se diseñaron las acciones de reingeniería del Sistema Educativo Nacional. Acciones, dijimos, en plural, porque se trata de un conjunto en proceso. Desde la evaluación docente hasta el Sistema de Información y Gestión (SIGED), el FONE, Escuelas al Centro, Escuelas al CIEN, autonomía escolar y el Nuevo Modelo Educativo, para citar los programas más representativos.

La crítica y el magisterio han focalizado la atención en los efectos laborales de la reforma. Sobre todo de la evaluación de permanencia. Ha sido así por las indudables repercusiones negativas en la plaza docente y en las prestaciones. Nadie discutiría eso. Son evidentes y deleznables. Aunque se han quedado cortos, porque no es sólo una evaluación punitiva, sino mucho peor que eso: un verdadero programa de reconfiguración de la subjetividad docente, de la creación de un maestro responsable de sí mismo, en condiciones eternas de incertidumbre y precarización. Esos son los objetivos maléficos de la reforma: la reconfiguración neoliberal del sistema educativo, de sus bases materiales, subjetivas y organizacionales.

En esto ya nos hemos extendido en muchos artículos anteriores. No lo repetiremos. El tema que nos ocupa es otro. Son las alternativas, los modos de luchar contra la reforma. No sólo la lucha en calles y escuelas, indispensable e insustituible, sino las tácticas, las estrategias, las modificaciones conceptuales y programáticas de la reforma.

Es lo que hemos venido haciendo las últimas semanas, poniendo atención a la reforma de la reforma, sobre todo en los únicos que se atreven a decirlo así: los candidatos y simpatizantes de MORENA y la coalición “Juntos haremos historia”.

Pues bien, hay que ir un poco más lejos. Hay que atreverse un poco más. Iniciaremos una serie de textos, cortos y de divulgación, sobre los límites conceptuales de las resistencias, que son, a fin de cuentas, nuestros límites políticos y estratégicos.

Pensemos, en conjunto, lo que no hemos pensado hasta ahora, lo que no nos atrevemos a pensar o a decir, aunque se encuentre ahí, como una insatisfacción, un deseo o una molestia que siempre está presente, pero no sabemos identificar muy bien cuál es y dónde está.

Para eso hay que regresar al principio. Al asunto de la calidad, ése es el verdadero fetiche. Es el mayor triunfo de los reformadores: ¿alguien podría disputar su centralidad? ¿Alguien se atreverá a decir que no quiere una escuela de calidad?   ¡A ver quién es el valiente que lo haga!  ¡A ver quién se atreve a ponerle el cascabel al gato! ¿Nadie? Inmediatamente sería catalogado de mediocre, de no pensar en los niños y niñas de este país, de no pensar en el futuro, de ser cómplice de los intereses más retardatarios, de las fuerzas que se oponen al progreso, de ser cómplice de Elba Esther, entre tantas otras cosas. ¡A ver quién se atreve a decir que no! ¿Alguien?

Nadie. En efecto. Nadie disputará la centralidad estratégica de la calidad en las reformas educativas. Lo que se disputa, en todo caso, es su definición. Como lo hicieron algunos críticos; el más insistente e incisivo, Manuel Pérez Rocha.

¿Qué dice? Muchas cosas amenas e interesantes. La central: una reforma sin pedagogos; en consecuencia, una reforma mal hecha, laboral, a tono de economistas y administradores, de políticos que la imponen, con la voz ausente de maestros, estudiantes, padres de familia y, sobre todo, asesores informados e investigadores de otros lados que no sea el CIDE.

El resultado: una reforma que tiene muchos conceptos de calidad, que no sabe muy bien qué es la evaluación, que la confunde con medición.

Las alternativas: una reforma hecha por verdaderos pedagogos, con la participación de padres y maestros, y consulta a la sociedad civil. Una evaluación entre maestros, que se apoye en instrumentos sensibles a las realidades particulares.

Muy bien. Estas son las mejores críticas. ¿Cómo no compartirlas? De ahí en adelante, la disputa es por la dirección de la reforma, por la dotación de otros contenidos a la calidad y a la evaluación, de otros significados y, sobre todo, de otros dirigentes: verdaderos políticos, verdaderos pedagogos, verdaderos asesores…

Esa es la mejor crítica y la mejor propuesta. Luego vienen las pugnas políticas: ¿quién se hará cargo de eso, quién será el secretario de educación pública? Para eso hay que entrar a la campaña electoral primero, administrativa después, los de MORENA, los de los empresarios, Esteban Moctezuma, las diferencias entre corrientes, etc etc etc…

Muchos están en esa lógica. ¡Y esa es la mejor versión! No queremos ni pensar las versiones más pedestres. En fin, lo que nos preocupa es lo siguiente: nunca cuestionaron el diagnóstico. Nunca debatieron la hegemonía de la calidad, si acaso su definición, igual que en la evaluación: nada más.

Ese es el problema. El límite conceptual de las resistencias. No van más allá, se quedan en la disputa de lo definido por otros. Quieren ser mejores reformadores, más eficientes administradores, verdaderos político-pedagogos, más democráticos y más sensibles, más eficientes y pertinentes. Para eso será necesario, dicen, cambiar las definiciones, los indicadores, los instrumentos, los perfiles, parámetros e indicadores. Esos son los que llevan el argumento al límite; otros sólo disputarán procedimientos y mecanismos; los peores solo quieren cambiar a las personas.

Así, encontramos críticos e investigadores que proponen cambios conceptuales y administrativos de alguna de las evaluaciones; tomando prestada la expresión de nuestro querido Alberto Arnaut, tratan de poner a dieta a la evaluación, quitarle lo obesa; otros, de cambiar los instrumentos evaluatorios; muchos incorporar elementos contextuales; algunas expertas proponen otros reactivos; o quitar fases de las evaluaciones, y así…

Como se observa, en realidad son pugnas por la gestión de la reforma; no son críticas a la reforma, ni a sus diagnóstico, ni a sus objetivos, ni a sus mecanismos. Quienes las hacen parten de los mismos objetivos y problemas, pero jerarquizados de manera diferente: calidad con equidad, infraestructura y dotación, financiamiento y estatalidad; tal como aparecen en los programas de las escuelas altamiranistas, las escuelas integrales o el PTEO de Oaxaca.

Es necesario atender y revisar las alternativas en esta óptica; encontraremos demasiadas similitudes conceptuales e históricas con la reforma para dejarlas de lado.

Pues bien, pensemos por un momento de otro modo. ¿Qué tal si el problema de la reforma fuera el mismo problema que plantea? ¿Qué tal si el problema de la educación NO es la calidad?  Peor aún: ¿qué tal si el problema de la reforma es centrarse en la calidad?

Repetimos: la reforma se estructura a partir de los problemas de calidad de la educación. Esa es la base de su diseño y el pivote de la reestructuración. Una salida crítica es disputar las definiciones de calidad, evaluación y en consecuencia todos los procedimientos, le llaman a eso propuesta contrahegemónica.

Muy bien. Ya hay iniciativas, muy menores, es cierto, sobre eso. Nuevos procedimientos, nuevas fases, nuevos reactivos, nuevas preguntas, nuevas jerarquías. Una propuesta contrehegemónica es una guerra de posiciones conceptuales, políticas e instrumentales. Una disputa por la gestión de la reforma. Muy bien. ¡Mucha suerte con eso!

Nosotros decimos: no hay salida a partir de ahí. Solo un recambio en los administradores, procedimientos y jerarquías. Nada más.

¿Subversión de los contenidos? ¿Cuáles, si se hacen para volver más eficientes los objetivos reformadores, para desbloquear los obstáculos creados por las resistencias? La versión contrahegemónica mantiene la problematización, disputando las jerarquías y, si acaso, las definiciones, pero conservando lo demás: la  estructuración misma de la reforma!

El problema de los contrahegemónicos es que intentan salvar la reforma de los obstáculos puestos por la incompetencia, inoperancia e ilegitimidad de los reformadores; pero manteniendo la problematización; disputando la gestión, pero sin cuestionar los ejes de la reforma: calidad y evaluación.

Podrán discutir, si acaso, mayores componentes a la calidad; incorporar referencias locales y culturales; podrán adelgazar los requerimientos evaluadores; pero no se salvan de dos cosas: la calidad como máximo logro de aprendizaje está en la Constitución; y la evaluación es el reverso procedimental de la calidad.

Esos son los límites político-epistémicos de la contrahegemonía como estrategia política de las resistencias. No hay salida de ahí.

Así que los contrahegemónicos sólo disputan la gestión de la reforma; no las condiciones del sistema educativo. En otras palabras: no cuestionan qué se educa, cómo se educa, para quién, cómo se educa, para qué, es decir, no se plantean los cuestionamientos que estructuran la educación en estos tiempos y los desafíos que plantean los cambios políticos, económicos, subjetivos, organizativos del presente y del futuro inmediato.

Nosotros decimos: la reforma educativa es una respuesta a los problemas planteados por el corporatismo a los objetivos de la reconstrucción del capital en su fase neoliberal; su virtud fue identificar problemas, definir conceptos y convertirlos en instituciones, organizaciones y programas muy diversos.

Para luchar contra ellos, los contrahegemónicos proponen diversas categorías de intervención, desde los recambios de personajes hasta los recambios discursivos, y organizativos, pero dentro de los esquemas conceptuales planteados por los reformadores.

No salen de eso; ni saldrán, si no regresan a la problematización, si no ponen en la picota los elementos constitutivos de los sistemas educativos nacionales: la escolarización, los objetivos, medios y procedimientos educativos que se requieren en estos tiempos; en estos, no en el siglo XIX ni en el XX, sino en el XXI, ante los profundos cambios civilizatorios que vivimos.

En estas condiciones, seguir manteniendo a la calidad como objeto de disputa no es sino continuar el régimen de la reforma neoliberal. Nada más.

No es poco; no, no lo es, pero nosotros nos preguntamos si no vale la pena, como lo están haciendo colectivos en todo el mundo, pensar si la calidad no es ya un problema para una educación libre, creativa y emancipadora.

Después de todo, la calidad siempre refiere evaluación y estandarización, en escuelas cerradas y autoritarias; donde los críticos solo quieren cambiar la gestión de eso y no atreverse a pensar que otro mundo es posible. Otro mundo, en donde quizá no hablemos de una escuela que busque la calidad; sino una escuela que se proponga la FELICIDAD, la CREACIÓN y la LIBERTAD.

Muchos pensarán: una utopía; nosotros decimos, no, no lo es; sólo atrevernos a cambiar de modos de pensar para cambiar los modos de vivir. ¿Por qué no, repetimos, pensar en otros conceptos que estructuren los cambios educativos? ¿Por qué dejárselos a los neoliberales, y nosotros sólo pensar cómo mejorarlos, como hacerlos más eficientes? ¿Por qué no, repetimos, convertir a la FELICIDAD, al BUEN VIVIR, a la VIDA DIGNA, en objetivos de política educativa? ¿Por qué no ponerlos a ellos en lugar de a la calidad como máximo logro de aprendizaje?

Obviamente, apenas estamos empezando, queremos preguntarnos sobre lo que nunca nos preguntamos, lo que siempre dejamos de lado, lo que nos exige la coyuntura, lo que nos demandan los otros; queremos preguntarnos si cambiando los problemas, cambiando los conceptos, es posible construir otras formas de pensar la escuela, la política y la vida misma.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/y-si-no-queremos-escuelas-de-calidad/

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Pedagogía e ideología en la actual reforma educativa

España / 22 de abril de 2018 / Autor: Marcos Santos Gómez / Fuente: Paideia

La inmediata y urgente actualidad de la reforma educativa nos recuerda que es preciso acudir a lo teórico de manera ineludible para comprender la escuela y el sistema educativo. Se hace preciso llevar a cabo un prudente distanciamiento que nos facilite la percepción cabal de lo que está ocurriendo, es decir, recuperar una cierta objetividad en el análisis y la valoración de todo ello. Me refiero a la necesidad de poner en marcha una sospecha “metódica” acerca de las supuestas obviedades que tenemos entre manos y, como señalamos en nuestra entrada anterior, aplicar el principio de una Teoría Crítica a la hora de pensar las actuales reformas. Es la Pedagogía, que en realidad poco se diferencia en esto, creemos, de la Teoría de la Educación, la portadora de esta “mirada” que puede realizar un análisis imparcial movido por el exclusivo interés de descubrir la verdad. En realidad, la Pedagogía (y la Teoría de la Educación inextricablemente ligada a la misma, así como la Historia de la Educación) ha de optar si finalmente es esta la misión que escoge o, por el contrario, va a dejarse arrastrar por un interés ajeno a la pura investigación de la verdad capaz de desvelar el trasfondo neoliberal de la reforma.

Esta encrucijada, expresada en forma de tesis, se formularía del modo siguiente: la Pedagogía puede optar, por una parte, por contribuir a la ideologización que legitima lo que se está haciendo en escuela y universidad, o, por el contrario, puede ser capaz de disolver la ideología que obstaculiza el ejercicio de la crítica. Primero precisemos que entendemos por ideología un modo de pensamiento clausurado que se ha cristalizado dogmáticamente en unas cuantas “verdades” acerca de la realidad. En este sentido, la pista de que el espíritu crítico destaca por su ausencia es que las interpretaciones, comprensiones y explicaciones de lo real han dejado de constituir un vivo y permanente tanteo con la realidad. Esto es así cuando la inconfesable y a menudo inconsciente misión del pensamiento y ciencia pedagógicos es precisamente clausurar y detener toda posibilidad de pensar la realidad para que esta no cambie.

En esta línea, nos referimos en la anterior entrada a la posibilidad de una Teoría Crítica de la Educación cuya labor partiera de la historización de los conceptos, o sea, que acometiera la “devolución” a los mismos de su carácter histórico, o, dicho de otro modo, dispuesta a hacer patente la vinculación de conceptos y teorías pedagógicas con el modo interesado y parcial de “ver” las cosas acorde con su tiempo y circunstancia. Al poner en juego los conceptos y las teorías al uso, se dan unas consecuencias prácticas que hay que observar escrupulosamente, y que nos pueden asombrar mostrando que de hecho una teoría que se dice de una forma determinada, sirve justo para lo contrario. O podemos detectar que tales conceptos no describen nada real aparte de ideas por encarnar o todavía por desarrollar. Esto es lo que la Escuela de Fráncfort, en su primera etapa, pretendiera para la teoría en las ciencias sociales y la filosofía. Es decir, desnaturalizar los conceptos y evidenciar su vínculo con la historia, con la carga ideológica y axiológica que contienen, con los intereses a los que sirven.

Pues bien, en la presente entrada deseamos ampliar estas razones a toda la Pedagogía, entendiendo por ella el estudio amplio de la realidad educativa, cuyo aspecto técnico son las didácticas, y que en un nivel teórico se va apoyando en las llamadas Ciencias de la Educación que proceden de saberes científicos generales (fundamentalmente psicología y sociología). Aún más, la pedagogía aúna tanto una comprensión teórica y científica, como una aproximación histórica a la educación. Es este conocimiento básico y general de lo educativo y sus formulaciones y “prescripciones” el que puede ser crítico o ideológico. La más inmediata actualidad educativa nos sirve en bandeja la percepción de esta doble finalidad, cómplice o crítica, de la pedagogía. Y es que nos duele especialmente que la tradición pedagógica que tratara en su fase moderna de constituirse como un modo de pensar la relación (formativa) del individuo con el legado humano que en la cultura le es transmitido, esta noble tradición ilustrada, decimos, se haya acabado materializando en la peor de sus posibilidades, la que elude su aspecto crítico y emancipador y cae en brazos de la pura apología de lo que el político y el empresario, en última instancia, le estaban exigiendo. Cabe preguntarse, pues, por la idea (de persona, de sociedad, de relaciones humanas) que están verdaderamente invocando y “trayendo al mundo” la escuela y la universidad actuales, amparándose y justificándose en una Pedagogía tornada ideología.

Esta función cómplice con un determinado statu quo de la pedagogía es, ciertamente, una de sus posibilidades desde su nacimiento (en la Grecia del siglo V a. C., con Esparta y Atenas como modelos totalitario y liberador del pensamiento, o por otro lado, en la discusión entre Sócrates y los sofistas en Atenas que es bien reflejada en el Protágoras o  La República). Porque, queremos decir, si la educación se entiende, como en el caso de La República platónica, como construcción del sujeto previa al ejercicio de la razón política, la pedagogía se ocuparía de pensar y favorecer que la educación incorpore de un modo ordenado, pautado, al sujeto un caráctersocial, mediante los afectos y sin mediar más razón que la del diseñador de los “planes de estudio”. Los estudios de Foucault, por mencionar a alguno de los que mejor lo han dicho, aludieron a la necesidad que tiene una sociedad o un régimen de fabricar, moldear y constituir un tipo de sujeto que garantice la supervivencia del modelo o estructura sociales. La pedagogía, nos dice el francés, ha estado involucrada como una de las principales tecnologías de la vida en la Modernidad, aunque se ejercería en la constitución de sujetos de un modo afirmativo, no necesariamente punitivo o represivo (en esto consisten los matices que supusieron para su teoría anterior los famosos cursos postreros en el Collège de France a principios de los ochenta). Es decir, la pedagogía se ha ocupado de idear una educación apta para fabricar y constituir los sujetos del régimen moderno de organización de la vida. Además, previamente Foucault había señalado el aspecto negativo por el que la pedagogía y la escuela habrían también actuado como instrumentos represivos (invocando un orden a costa de definir y fabricar lo anormal) para cohesionar y perfilar las relaciones de poder de la Modernidad. La educación haría emerger un orden (segregador, como todo orden) que sería legitimado y justificado por la cienciapedagógica.

Claro, esta función atribuida por Foucault a la teoría educativa o la pedagogía pinta muy mal. Implica una disolvente crítica a las instituciones educativas, por lo menos en el Foucault de la etapa de Vigilar y castigar. Nos haría cómplices no solo a los pedagogos sino a toda la escuela, al sistema educativo y a cualquier docente de ser funcionarios de una “racionalización” equivalente a la burocratización, regulación y organización sistemática de la vida, que se concreta a partir de sus sombras, márgenes y reversos. Dicho con brevedad, lo normal es en función de lo anormal.

Podemos argumentar, y habrá quien así lo crea, que de hecho no existe otra posibilidad para la pedagogía que esta complicidad, mientras perduren las instituciones educativas de la Modernidad (crítica que ya hizo en España el sociólogo Lerena en los años ochenta del siglo pasado con su conocida obra Reprimir y liberar). Lo que tiene el riesgo, insiste hoy el pensador marxista Liria, de coartar y frenar una reivindicación de las instituciones educativas que como el Estado de Derecho, suponen una vía de liberación y salvaguarda de los ideales democráticos de la clase trabajadora. Es, afirma, esta posición foucaultiana en la izquierda la que está, paradójicamente, dejando sin instrumentos para su lucha a la clase obrera, cuyo objetivo tendría que ser reivindicar y salvaguardar la escuela y la universidad pública, universal, barata y accesible para todos. Las instituciones educativas, en su imperfección, son, no obstante, el único modo de que el fértil caldo de cultivo de la gran cultura llegue a las clases sociales menos privilegiadas. Por mucha violencia simbólica con que opere y aun albergando ocultos e invisibles sesgos que continúan e incluso consagran la división de clases (Bourdieu), Liria parece decantarse por que la lucha por una sociedad más justa deba pasar por atribuir un papel válido para ello a la escuela.

La crítica institucional que en gran medida la izquierda progresista hizo suya, ha circulado por otros derroteros que han acabado, argumenta Liria, destruyendo lo que era una posibilidad real de transformar y hacer más justa a la sociedad. Entre estas críticas a la institucionalización de la educación mencionemos al curioso y denostado pensador Iván Illich (en su etapa de los setenta) o a algunos movimientos (anti)pedagógicos como el controvertido movimiento de la Desescolarización e incluso el actual Home schooling. También el amplio enfoque que se resume en la denominación de “escuelas libres” o “pedagogía no directiva” se podría incluir en una suerte de “reblandecimiento” de la escuela que la despojaría de su vigor intelectual y por tanto, paradójicamente y contra lo que pretenden estas escuelas, de su capacidad para cultivar el espíritu crítico y la utopía.

Pero para enfocar el asunto sin la necesidad de cuestionar a la propia escuela, como sugiere la perspectiva ilustrada de Liria, creemos que parece necesario y útil retomar el modo de pensar lo educativo de la corriente norteamericana denominada “Pedagogía Crítica”. Sus análisis y argumentos tienen la ventaja de que “salvan” a la escuela, es decir, no se hunden en un pesimismo fatalista que haría de la escuela un fatal instrumento de la opresión. Aun más, todo lo contrario, recalcan que la institución escolar puede tener un importante papel, todavía, en la emancipación de los individuos y sociedades. Es esto, sin entrar en los detalles de su enfoque particular y el trasfondo marxista-freiriano que comparten sus autores (Apple, Giroux, Mc Laren, por ejemplo), lo que nos vale como pista para desarrollar una mirada distanciada, pero al mismo tiempo consciente de la historicidad de lo que mira y de la propia mirada, que sea capaz de ver más allá de ciertas apariencias a la escuela y a la universidad. Una pedagogía crítica y no ideológica, o sea, que sirva a la “verdad” por encima de otros intereses espurios y ajenos a la ecuánime descripción, análisis y explicación de lo que está pasando.

Esto resulta hoy imperioso, si la pedagogía pretende ser algo más que mera ideología para legitimar las sucesivas reformas educativas que el poder político y empresarial va lanzando. Porque en España se han acompañado las reformas de un discurso pedagógico y de unas aparentes evidencias que han ocultado que las reformas eran justamente lo contrario de aquello que parecían ser. Lo que se nos ha vendido como una liberadora revolución educativa, señala Liria, en realidad se trata de una reconversión neoliberal de universidad y escuela. Resulta innegable (e inolvidable, en aras de una cierta memoria histórica), por ejemplo, la decidida responsabilidad del gobierno socialista de Zapatero en la implantación del Plan Bolonia en la universidad.

Lo más sangrante que una pedagogía crítica o de la sospecha nos puede demostrar (sin ir más lejos emprendiendo un recorrido histórico por los datos y documentos que han ido creando la mentalidad Bolonia en los profesores universitarios y la sociedad) es que el verdadero objetivo de las reformas educativas ha sido una astuta privatización de la educación pública. Se ha llevado a cabo su depauperación para ponerla al servicio del interés de las grandes empresas y corporaciones.

Por ejemplo, señala Liria que uno de los objetivos vinculados a este plan ha sido eliminar la sobrecualificación de los trabajadores. Hoy las grandes empresas necesitan, dice, una mano de obra que acepte feliz y acríticamente su situación precaria, flexible, volátil y, añado yo, inhumana, en el mundo laboral. Un mundo en el que se trata de hacer desaparecer a la vieja clase obrera con la individualización de los sueldos (que significa el final de los convenios laborales), la competitividad y rivalidad de los propios trabajadores entre sí y la destrucción de la conciencia de clase y sindical para convertir a los trabajadores en emprendedores. De hecho, por apuntar un ejemplo, explica Liria basándose en un documento empresarial que lo admite sin reticencias, en las entrevistas laborales no cuenta la cualificación profesional que aporte el entrevistado, sino que este no declare su intención de vivir, como es lógico y humano, con ciertas certezas en torno al salario, las vacaciones y el horario de trabajo. Debe estar disponible en cuerpo y alma, las veinticuatro horas del día, para su empresa, que trata de convertirse en una especie de familia donde reina la alegría, la motivación constante y la identificación afectiva de los empleados con la marca. Y el propio empleado ya no vende su mano de obra, sino que se convierte en su propia marca, que debe defender adaptándose continuamente a las veleidades y corrientes del siempre incierto mercado con la educación permanente (o sea, reciclando sus competencias hasta que se muera, pero sin importar su profundización en conocimientos).

Está claro que una universidad basada en el conocimiento en sí mismo, como algo valioso porque sí y nunca rebajado a su utilidad, una universidad para todos, que enseñe materias como griego antiguo o Física fundamental, no vale para los empresarios en este contexto neoliberal. Hasta ahora la universidad tenía la doble función de preparar para una carrera profesional (el viejo y medieval título de “licenciado” se llamaba así porque en los comienzos de la institución universitaria facultaba para dar clases en ella y tenía por tanto ese fin que podemos considerar práctico, lo que tras la Ilustración ya ha sido uno de los principales cometidos de la universidad) y también la importante función de preservar vivificándolo el gran caudal del pensamiento y la ciencia, en su sentido más valiente, puro y noble.

Pues bien, la gran revolución neoliberal que está sucediendo ante nosotros a una velocidad que casi impide asimilarla e ir pensándola, insiste en eliminar este segundo objetivo que las reformas ilustradas habían mantenido en la universidad para asegurar el librepensamiento y priorizar el objetivo de inserción y preparación para el mundo laboral. Un segundo cometido por el que tenían sentido y presencia valores que ahora se volatilizan sin que nos demos ni cuenta, como era el derecho constitucional a la libertad de cátedra. Este derecho pertenecía, desde luego, a otro mundo. Porque el profesor funcionario, que ostenta la estabilidad requerida para ser libre (es por cierto un invento de la Ilustración que las reformas ilustradas de la universidad en el siglo XVIII introdujeron), para no depender de poderes privados o gobiernos de turno, ahora se “proletariza” y se torna un empleado con su puesto de trabajo legalmente en el aire. Y ante la amenaza de un persistente acoso por parte de evaluadores, rankings, procedimientos estandarizados, burocracia, que le va mermando tiempo y dignidad. La antigua densidad del conocimiento se ha convertido en un aparentar que se investiga mediante el astuto uso de los escaparates que para ello prescribe el sistema. No importa que la verdadera calidad decaiga y que, a la larga (quizás no ahora a corto plazo), nos atrevemos a vaticinar que ni siquiera los nuevos profesionales e investigadores van a generar conocimiento útil y beneficios para las empresas. Tiempo al tiempo y ya veremos.

La tesis de Liria, que comparto y he defendido desde 1999 contra viento y marea, es que todo el discurso de la “nueva” (pongo comillas porque en realidad no es nueva, ya que en gran medida se basa en revolucionarias pedagogías del pasado que han seguido supuestamente la onda de Rousseau pero que realmente lo han traicionado) pedagogía universitaria es evitar escrupulosamente la formación necesaria para convertirse en hombres y mujeres auténticamente libres. Eso ya no interesa porque es peligroso y encima a corto plazo no da dinero ni genera mercancías.

El empresario neoliberal prefiere un empleado que se haya entrenado en la adquisición de competencias a uno formado al estilo anterior hoy considerado caduco. Antes se estudiaba de verdad, profundizando, con suficiente tiempo; y los años de formación quedaban reflejados en un único título universitario que expresaba que durante ellos el estudiante se había adentrado realmente en una disciplina, que había catado la gran cultura y la ciencia.

Hoy, con la reducción y depauperación de la enseñanza llevada a cabo en los Grados, se elimina la idea de unaformación e incluso de la instrucción bajo la ilusión de un autoaprendizaje sin la figura ya caduca de un profesor que ofrecía otrora la síntesis viva de una disciplina que él mismo era, en persona. Todo ese “lastre” de años y dedicación al estudio riguroso de un campo del saber, de una tradición epistemológica, no le sirve a la “sociedad” (al mercado y a la producción de beneficios y patentes) que ahora demanda que los trabajadores demuestren, por el contrario, haber pasado de un modo fugaz y ligero por distintos saberes. Así, el currículum se torna lo “flexible” y técnico que requieren los grandes empresarios, los bancos, las corporaciones multinacionales, etc. Es lo que hay detrás de la próxima reforma, aun peor, del 3+2. Un robo del conocimiento a la clase obrera, ya despojada definitivamente de aquello que podía contribuir a su mayor lucidez con vista a mejorar la vida. La conversión de un derecho en una inversión (que por eso ahora justifica que las matrículas cuesten más del triple a los alumnos).

A este fin exclusivamente “laboral” sirve ya la universidad española. Ya no es fértil caldo de cultivo de la cultura viva, como en el viejo modelo, por mucho que este también tuviera grandes fallos. Liria atribuye, además, a la nueva universidad un carácter aun más feudal, entendiendo por feudal un carácter privado, frente al ya denostado y superado carácter público que la Ilustración le había otorgado. Y, por volver a nuestra tesis inicial, es esto lo que han ido con su propaganda y “teorías” fomentando algunos pedagogos que, a diferencia de otros pocos entre los que me incluyo, choca con una idea verdaderamente crítica y liberadora de la pedagogía. Tiene un sentido necesario y vigente, hoy más que nunca, la pedagogía, pero para situarse críticamente ante lo que está pasando, bien sea desde la labor de un orientador de centro a la de un profesor universitario e investigador. Hay que promover una pedagogía crítica que nunca sea cómplice… de nadaque no se case con nadie y que solo responda a la verdad, la justicia y la libertad. Aunando rigor y libertad, y búsqueda de la verdad por encima de lo útil. Una pedagogía lúcida capaz de mirar más allá de las trampas ideológicas del presente, historizando los discursos de las otras pedagogías cómplices que por ahora están ganando la batalla,desvelando su trasfondo neoliberal. Y una pedagogía que haga suyo el elemento de autocrítica que ha caracterizado a nuestra civilización desde sus orígenes para realizarlo en las instituciones educativas. 

Bibliografía:

Fernández Liria, C. et al. (2017). Escuela o barbarie. Entre el neoliberalismo salvaje y el delirio de la izquierda. Madrid: Akal.

Fuente del Artículo:

https://educayfilosofa.blogspot.mx/2018/03/pedagogia-e-ideologia-en-la-actual.html

Fuente de la Imagen:

http://leereluniverso.blogspot.com/2012/02/prensa-la-reforma-educativa-por-jose-m.html

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El deterioro en el tejido institucional de la educación pública en México

México/21 de Abril de 2018/Educación Futura

Así como la década de los ochenta fue reconocida por las especialistas como la década perdida de la educación en el mundo, en donde prácticamente no pasó nada, de igual manera el presente sexenio puede considerarse como un periodo perdido en la historia de la educación en nuestro país. Se nos anunció al inicio que tendríamos una reforma educativa de gran calado, y terminamos con la caricatura de una serie de ajustes en la regulación laboral y admisntrativa de los y las docentes de educación básica y media superior en nuestro país. ¿De qué se trata? A este gobierno le gustó jugar a las mentiritas a dar gato por liebre, desde un inicio y hasta el final. El problema no ha sido el mal manejo en el plano de la política en la esfera gubernamental, el problema en el fondo, muy en el fondo, es el deterioro que se ha generado en el tejido institucional de la educación en México. Paso a hacer un recuento de dicho deterioro:

  1. La educación en México ha perdido legitimidad. Es decir, se duda mucho o ya muchos no creen en la efectividad del servicio educativo que ofrece el sistema.
  2. Los y las docentes viven asediados por la persecución de la evaluación. La evaluación lejos de percibirse como área de oportunidad se sigue percibiendo como una furente amenaza, que perturba e incomoda a los y las docentes y que ha inaugurado un escenario inédito poco estudiado, la paranoia profesional de muchos docentes.
  3. La calidad se mantiene en el mismo punto o con una tendencia hacia la baja. Aquí es relativamente sencillo corroborarlo, consultando los indicadores, sondeos y resultados en comparativo de las pruebas estandarizadas (la prueba OPISA por ejemplo). Desde la vitrina de la OCDE México sigue siendo un país que no mejora sus indicadores, y ellos explican porque no se ha cumplido plenamente con sus recomendaciones. Visto desde nosotros, la calidad educativa en México se ha paralizado debido al gran engaño que ha significado la supuesta reforma educativa.
  4. Los ajustes al sistema producto de la reforma han sido involutivos. Es decir se había avanzado mucho en institucionalizar una serie de reglas y regulaciones de la profesión docente, de los esquemas para la promoción laboral, salarial y profesional de los y las educadores de este país. Hoy todo eso, es letra muerta, hoy las nuevas reglas tienen como intención central crear un escenario de vulnerabilidad laboral, con un alto nivel de inseguridad del mismo tipo. Creo que eso lo han conseguido con relativa facilidad.
  5. El dilema entre centralismo o descentralización ha violentado el verdadero espíritu federalista del constituyente. ¿Qué si la nomina y los recursos pasan a los estados que si la nomina se centraliza a través del FONE, etc.? En el fondo lo que está en juego es el margen de maniobra de los gobiernos estatales, pero aquí el problema es el cáncer de la corrupción, hay una competencia para ver quiénes son más corruptos si el gobierno federal o los gobiernos estatales.
  6. Niños y niñas padres, de familia y la sociedad en su conjunto, comienzan a dudar del servicio que reciben de los espacios escolares y buscar alternativas sin encontrarlas fácilmente a la mano. Esta es la parte más triste miles de niños y niñas sobre todo miles de jóvenes asisten a sus escuelas en turno, sin creer, ni aceptar el paquete formativo que reciben, dudando de que la educación que reciben les servirá para la vida presente y futura.

Cuando se habla del deterioro en el tejido institucional de la educación pública de muestro país, se afirma que el proyecto estratégico del actual sexenio ha sido un rotundo fracaso, primero porque no fue reforma lo que vivimos mucho menos educativa a lo único que asistimos es a un “batidero” de los componentes del sistema para tensionarlos y confrontarlos contra sí mismos: los docentes contra la sociedad, la sociedad en contra de los docentes, los medios en su campaña de desprestigiar a los docentes, los docentes en su proyecto de movilización para sacudirse las amenazas de una reforma que lo que único que pretendía era descreditar la profesionalización de los y las educadores, la esfera del gobierno que ha visto como enemigos a todos y todas que hemos estado en desacuerdo con argumentos las propuestas surgidas de su proyecto de reforma, la sociedad que se mueve buscando salidas pero con la brújula perdida. De esta manera, va a ser mucho más difícil recuperar lo que ya teníamos que haber perdido lo que ahora perdemos. ¿Por qué? Porque en educación así son las cosas, en un día se puede arrojar al cesto de la basura lo que ha costado largos años construir.

El tejido institucional de la educación pública no sólo se integra de elementos instituidos, de acuerdos tácitos, de prácticas y tradiciones, de costumbres hechas ley; también se integra de búsquedas y expectativas basadas en el deseo de mejores cosas y de un mejor escenario. Estoy seguro que en miles de maestros y maestras está el firme propósito de hacer mejor su trabajo, tal vez no sea sencillo conseguirlo, faltan cosas por hacer. Las piezas del sistema que se han movido lejos de facilitar estos procesos hacia la mejora, los han distanciado.

Necesitamos no sólo una nueva y mejor disposición para mejorar sino también, acciones congruentes de dicha diferencia. La pregunta con la que cierro para que alguien la abra más adelante es. No todo lo que uno se pregunta se puede responder: ¿De qué manera es posible recuperar y recomponer el tejido institucional de la educación pública en nuestro país, a partir del profundo y estructural deterioro que vivimos al interior del sistema educativo nacional?

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-deterioro-en-el-tejido-institucional-de-la-educacion-publica-en-mexico/

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Aumentan tensiones en protestas en universidades de Francia

Europa/Francia/19 Abril 2018/Fuente: Prensa Latina

Las tensiones aumentan hoy en diversas universidades de Francia en medio de las protestas de estudiantes contra la reforma de acceso a la educación superior impulsada por el gobierno de Emmanuel Macron.
La movilización ganó amplitud al llegar al Instituto de Estudios Políticos de París (Science Po) y a sus sedes en otras ciudades como Rennes, un hecho simbólico al tratarse de uno de los centros universitarios más prestigiosos y elitistas del país.

Un grupo de estudiantes mantiene bloqueados total o parcialmente tres edificios de la sede capitalina de Sciente Po, con mensajes como ‘por el fin de la dictadura macronista’.

Otra consigna enarbolada es ‘Macron tu universidad está bloqueada’, pues el presidente y varios de los principales políticos del país son egresados de Science Po.

La movilización en este instituto forma parte de la cadena de bloqueos registrados desde marzo en universidades de esta capital y de ciudades como Montpellier, Rennes, Bordeaux y Toulouse.

El objetivo es rechazar la reforma impulsada por el gobierno, que pondría fin a los sistemas de sorteo para ingresar a la educación superior e introduciría un proceso selectivo sobre la base de una evaluación integral realizada por el personal universitario.

Según los detractores, ello generará un favoritismo para los jóvenes de las clases más acomodadas, mientras los provenientes de sectores más populares serán excluidos y discriminados.

Desde Science Po (que no está implicada en la reforma pues se trata de un instituto de post-grado), los estudiantes denuncian que ‘nosotros ya vemos las consecuencias de esta selección’, explicó uno de los huelguistas, citado por la prensa local.

‘La mayoría de los estudiantes aquí son hijos de personas de la clase dirigente y es un lugar de reproducción social’, denunció, mientras las pancartas desplegadas en los edificios se refieren al instituto como ‘la fábrica de la élite’.

Otra universidad especialmente activa dentro de la movilización es Nanterre, en las afueras de París, admirada en el país por ser el sitio desde el cual nació la protesta social de Mayo de 1968, la huelga de mayores dimensiones registrada en esta nación europea.

Más de mil alumnos votaron hoy a favor de mantener bloqueada la institución al menos hasta el 2 de mayo, una situación excepcional que de inmediato ha disparado las alertas.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=171595&SEO=aumentan-tensiones-en-protestas-en-universidades-de-francia
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Argentina: El ministro de Educación de Francia dejó sus recetas para que los chicos aprendan más

América del sur/Argentina/19 Abril 2018/Fuente: Clarín

Jean-Michel Blanquer habló sobre la importancia de  privilegiar los primeros años de escolarización.

El ministro de Educación de Francia, Jean-Michel Blanquer, llegó al país para participar del grupo de Trabajo de Educación del foro internacional G20 -en Capital- y de la Cumbre Académica de América Latina y la Unión Europea, en Córdoba.

Este 2018, por iniciativa Argentina, es la primera vez que Educación se incluye en la agenda del foro internacional G20. «Fueron jornadas muy enriquecedoras, donde se ha coincidido en la gran importancia de la educación», dijo Finocchiaro. Y agregó que «los equipos de trabajo están elaborando conclusiones, que vamos a dar a conocer».

Blanquer es el ministro con mejor imagen del gabinete de Emmanuel Macron. En enero, logró convencer a más del 70% de la audiencia del programa de TV «L’Émission politique» y en las revistas lo titularon como «la nueva estrella» y como el «vicepresidente». Antes de ejercer como funcionario, fue profesor, rector, y director. También escribió los libros “La escuela de la vida” y “La escuela de mañana”, en los que detalla su propuesta y elogia la autonomía de los docentes.

«Para mí es una de las personas referentes en el mundo de la educación. Está encarando una reforma muy profunda en Francia. Es un hombre que ama la educación», lo presentó Finocchiaro. «Estoy muy feliz de estar en Argentina. Hay una amistad entre los dos países y una amistad entre nosotros. Los dos tenemos una misma visión de la educación», le respondió Blanquer.

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«En el mundo de mañana, la educación tendrá un papel aún más importante que hoy en la sociedad, pero también en la economía. Representará un porcentaje de Producto Bruto Interno más importante que hoy. Entonces, todo el mundo tiene que invertir en la educación», continuó el ministro francés. De hecho, el financiamiento educativo es uno de los temas que se debate en este G20.

Luego, Blanquer hizo un resumen de las reformas educativas en Francia. «Los primeros años de los niños son sumamente importantes», indicó. Por eso, hace dos semanas decidió bajar la edad de entrada a la escuela: desde 2019, será obligatorio a partir de los 3 años.

Blanquer es el ministro con mejor imagen del gabinete de Emmanuel Macron (David Fernández).

Blanquer es el ministro con mejor imagen del gabinete de Emmanuel Macron (David Fernández).

Blanquer pone el énfasis en el lenguaje y las matemáticas. También en la música y el juego, que «tienen un papel importante para el vocabulario del niño». Incluso, en junio, el ministro sugirió a las escuelas que recibieran a los alumnos con música. Según medios europeos, algunos colegios se apuraron para hacer ensayos con sus coros. Otros, directamente, pusieron grabaciones.

Además, prioriza al «respetar al otro», porque «la escuela debe transmitir saberes, pero también valores». Considera que un factor de éxito es generar una «escuela de confianza», donde haya una buena relación entre los padres, los maestros, y la escuela. «A veces hay una falta de respeto de parte de las familias y debemos construir este respeto», señaló Blanquer y asumió que «nuestros países son muy similares en cuanto a eso».

Una medida clave fue dividir por dos las clases en el primer año de escuela, a los 6 años. Por lo tanto, hay cursos de solo 12 alumnos. Alcanza a los territorios más desfavorecidos, para compensar las dificultades que tienen los niños más pobres. «Vamos a tener los primeros resultados en junio», dijo Blanquer.

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Su segunda prioridad es el liceo profesional, es decir, la enseñanza que hay alrededor de los 16 años. En este sentido, tienen en cuenta la revolución digital y la revolución ecológica, «porque estos dos fenómenos tienen como consecuencia una evolución de las profesiones», sostuvo.

El último diciembre, el Gobierno francés decidió prohibir el uso de celulares en el aula, en recreos y otros momentos libres. «Hay aspectos muy positivos y aspectos muy negativos en la tecnología. Lo negativo es que cuando los niños ven demasiadas pantallas, es muy malo. Yo hablo de eso para dar un mensaje de salud pública», señaló Blanquer. «La revolución digital no se resume con las pantallas. Hay robots que son muy útiles para la socialización de los niños con autismo. Debemos ver en particular tecnología sin pantallas, con inteligencia artificial», agregó el ministro.

El ministro de Educacion de la Nacion, Alejandro Finocchiaro y su par de Francia, Jean Michel Blanquer (David Fernández).

El ministro de Educacion de la Nacion, Alejandro Finocchiaro y su par de Francia, Jean Michel Blanquer (David Fernández).

Consultado sobre cómo se resuelve en Francia el tema salarial, Blanquer respondió que «es muy importante, porque los profesores representan más o menos la mitad de la función pública. Queremos pagar más a nuestros maestros, pero no es fácil porque las consecuencias presupuestarias son importantes. Queremos dar incentivos para los profesores, especialmente para los que quieren trabajar en los territorios más difíciles».

Respecto a los trabajos del futuro, Blanquer aseguró que es «un defensor optimista del papel del profesor en el mundo del mañana. Va a ser aún más importante que hoy, porque va a transmitir un saber y a estructurar este saber y a hacer una distinción entre la verdad y la mentira, dentro de todas esas fuentes de información que existen ahora. Nuestro papel es construir ese prestigio».

También en Córdoba

Córdoba empezó a celebrar el centenario de la Reforma Universitaria con una cumbre educativa internacional, que culminó este viernes con la presencia del ministro de educación francés Jean-Michel Blanquer.

Fuente: https://www.clarin.com/sociedad/nota-ministro-educacion-francia_0_rkI-ivRsz.html

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Argentina: Neuquén/Docentes en pie de Lucha, enorme respuesta política al gobierno.

Por: MST Movimiento Socialista de los Trabajadores. 18/04/2018

La docencia de Neuquén protagonizó este miércoles 11 un nuevo capítulo en su poderosa historia de lucha. Luego de más de seis semanas de medidas de fuerza y, en respuesta a los descuentos masivos y la prepotencia del gobierno del MPN, se realizaron asambleas masivas en toda la provincia, destacándose la de Capital con 2.500 asambleístas. Asamblea que  resolvió radicalizar las medidas con un paro por 5 días seguidos, a partir de este jueves 12.

Masivas y combativas asambleas en toda la provincia

Desde temprano se notaba que el clima estaba caldeado en la EPET 3 de la ciudad de Neuquén, donde nos disponíamos a comenzar con la jornada unificada. La que posteriormente se transformaría en una masiva asamblea como hacía años no se veía. No existieron las tardanzas habituales y como una marea, los guardapolvos blancos fueron ocupando todos los espacios de la escuela.

El primer turno de trabajo por distrito sirvió para poner en común la situación que se vivía en cada escuela y para que muchas compañeras y compañeros se animaran a hablar, proponer y criticar. Varios fueron los planteos, pero dos se destacaron sobre el resto ya que aparecían una y otra vez, en todos los distritos: en primer lugar una crítica a las conducciones por demorar seis semanas para realizar un paro que sea mayor a las 48hs por semana como se venía realizando y la exigencia de profundizar las medidas.

En segundo lugar, una crítica a la pelea de “aparatos” que se desarrolla en cada acción entre la conducción provincial de ATEN y la de Neuquén Capital, no en el sentido del debate político de posiciones, sino en el permanente chicaneo, el fraccionamiento de las actividades, donde se llegó al ridículo de separar qué podía comer cada compañerx en la permanencia de casa de gobierno, dependiendo de en qué “espacio” fuera.

En ese marco, se hicieron las 10hs y una verdadera marea docente comenzó a inundar el gimnasio de la EPET a tal punto, que cientos de compañerxs se quedaron afuera, pero no se fueron, siguieron los debates y las votaciones participando activamente.

Sin poder frenar, intentaron maniobrar, pero sufrieron un golpe durísimo

La conducción del TEP-Celeste de ATEN provincial, integrante además de la CTERA, transitó todo el conflicto hasta hoy, administrando las fuerzas; tirando para atrás las medidas y desconociendo el peso de la Capital en cualquier plan de lucha que se planteara ganar.

Con las votaciones dispersas del interior, le aplicaron un cerco a la permanente presión del centro político de la provincia, donde veníamos votando profundizar desde hace 4 semanas. Esa administración de la lucha decantó en un planchazo, falta de entusiasmo y en convocatorias dispares a lo largo del conflicto hasta hoy.

La posición de las y los compañeros de la conducción de ATEN Capital también fue equivocada, desde nuestro punto de vista: mientras se hacían encendidos discursos contra la provincial o chicanas innecesarias, propias de una concepción separatista, la mayor parte de las votaciones los encontraba juntos en las medidas.

Pero la masividad y la contundencia que mostramos hoy lxs docentes no dejó margen para las dudas y las cavilaciones. Desde los primeros minutos de la asamblea quedó claro que la presión a radicalizar era la tónica y así se expresó en una contundente votación unitaria y unánime de 5 días de paro, llenos de contenido para que el gobierno tome nota y para revivir un conflicto que parecía estar en sus últimos momentos.

Fue un golpe político a la política del TEP-Celeste de planchazo y formalidad, llamado de atención para las conducciones y agrupaciones opositoras.

Unos 2100 compañerx votamos por los 5 días de paro y, ante la moción de cuándo comenzar dicha medida, 1.775 se expresaron por hacerlo desde mañana mismo, contra apenas 300 que acompañaron la propuesta de la directiva provincial de postergarlo.

Un baño de entusiasmo y energía que hay que sostener para ganar

Imágenes similares a las de Capital se vivieron en las asambleas de Zapala, Plottier, Centenario, San Martín de los Andes, Cutral Có y muchas otras seccionales. Por eso el plenario de Secretarios Generales se realizará esta misma tarde y el propio Marcelo Guagliardo -dirigente provincial- tuvo que cerrar la asamblea reconociendo que los números eran contundentes y no había margen para posponer la convocatoria al plenario y sobretodo, la continuidad de la medida.

Se viene una semana decisiva en el conflicto, donde podemos aprovechar la enorme fuerza que demostramos para obligar al gobierno a sentarse en la mesa y romper el techo de miseria impuesto por el Pacto Fiscal impuesto por Macri a los gobernadores. En ese sentido también el gobierno nacional tiene responsabilidad en el ajuste provincial. Y se debe reclamar a Macri que aporte una partida extraordinaria, aumente el Incentivo y lo pase al básico para destrabar este duro conflicto.

No hay margen para volteretas, viene el tiempo de desatar la fuerza y la iniciativa de miles en todo tipo de acciones, comenzando por una gran marcha provincial que sitie la casa de gobierno y continuando con acciones distritales, volanteadas, bloqueo, pegatinas y todas las actividades que sumen acompañamiento de la comunidad.

En ese sentido intervino nuestra compañera Priscila Ottón en la asamblea y con ese rumbo nos proponemos contribuir desde Alternativa Docente y el MST para que esta lucha triunfe. Porque hoy se demostró que no solo es posible, sino profundamente necesario.

*Fuente: https://mst.org.ar/2018/04/11/neuquen-docentes-en-pie-de-lucha-enorme-respuesta-politica-al-gobierno/

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