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Colocar la Biblia en el centro de la educación escolar significa devolver a Brasil a las cavernas

El Gobierno ultraconservador de Jair Bolsonaro propone colocar a la Biblia en el centro de la enseñanza, no solo como materia religiosa, sino como base para asignaturas como matemáticas, geografía e historia

Por Juan Arias

Brasil es, después de Estados Unidos, el segundo país más grande del continente americano. Es una de las grandes democracias del mundo, con una Constitución que reconoce la laicidad del Estado y que sufre graves atrasos en la educación pública. Una educación incapaz de formar para un mundo en plena transformación, dominado ya por la inteligencia artificial que nos está transformando, sin saberlo, en algo difícil aún de imaginar.

Confieso que tuve que leer varias veces las afirmaciones de Iolene Lima, presentada como secretaria ejecutiva del Ministerio de Educación (MEC) y que posteriormente fue despedida, cuando proponía como solución para renovar la calidad de la enseñanza que “esté basada en la palabra de Dios”. Significa, según ella que “la geografía, la historia y las matemáticas van a ser vistas bajo la óptica de Dios, en una cosmovisión cristiana”. Para que así “toda la disciplina del currículo escolar esté organizada bajo la visión de las escrituras”, aseguró, refiriéndose a la Biblia.

Aunque Iolene Lima no estará más en el MEC, el sencillo hecho de que fue propuesta para el puesto hace pensar sobre el tipo de ideas que rondan entre el equipo de Bolsonaro. Personas como Iolene al parecer no han leído la Biblia, sobre todo el Antiguo Testamento. Colocar los textos bíblicos en manos de los niños para aprender matemáticas, o lo que sea, es como poner en sus manos una bomba atómica. ¿O es que nos hemos olvidado que la Biblia, de la que existen más de un millón de estudios para intentar interpretarla, es uno de los textos más complejos no solo de la literatura mundial sino de la religión judeo-cristiana?

Esta locura que quieren hacer aquí en Brasil con la educación basada en la Biblia me ha hecho recordar cuando de joven estudiaba lenguas semíticas en el Instituto Bíblico de Roma, uno de los mayores centros de excelencia en estudios sobre las Sagradas Escrituras. En un curso en el que analizábamos el sustrato en la Biblia de la lengua ugarítica (la lengua madre del hebreo) para descifrar mejor algunos de los pasajes más difíciles de traducir, nuestro profesor, P. Dahood, americano, nos comentaba: “Como ven, la Biblia no es para niños”.

Se refería a los hechos escabrosos de tipo sexual que contiene, a la imagen que en ella se presenta de un Dios tirano, vengador, caprichoso, que mandaba exterminar pueblos enteros. Y pedía que se llevara a cabo sin compasión. Un solo ejemplo: cuando Dios ordena a Saúl acabar con el pueblo de Amalec, le ordena: “Ve, pues, y hiere a Amalec y destruye todo lo que tiene y no te apiades de él. Mata hombres, mujeres, niños, y aún los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos (1.Samuel 15:3)».

En la obra de R. Dawkins, El Dios de la falsa ilusión, se afirma que el Dios del Antiguo Testamento, al que hoy el Ministerio de Educación de Brasil propone como monitor de la enseñanza escolar, “es un personaje celoso y orgulloso de serlo, mezquino, injusto, un controlador implacable, vengativo, limpiador étnico, sediento de sangre”.

Si ya resulta difícil explicar para un niño lo que hay de horror y belleza anida en el corazón de la Biblia, un texto que debería ser leído como nos decía mi padre, maestro rural, “solo cuando seas adulto”, no es difícil de entender el retroceso cultural y pedagógico que pueda suponer para la enseñanza brasileña que hasta las matemáticas tengan que ser enseñadas con la Biblia.

Como hijo de dos maestros de escuela, transpiro rabia y ternura por los sacrificados profesores de este país, mal remunerados y nunca valorados como merecería la gravedad y grandeza de su misión. El atropello al que se les quiere conducir al obligarles a usar la Biblia para una educación “basada en la palabra de Dios” podría alinear al país con las peores teocracias, pasadas y presentes, todas ellas engendradoras de miseria cultural y espiritual.

Y quiero felicitar a una profesora, que con sentido de ironía y para liberar su rabia ante el atropello al que le quiere arrastrar el Ministerio de Educación, comentó que en su clase de matemáticas van a contar cuántos niños, «hasta de pecho», el Dios de la Biblia mandó matar al mismo tiempo que pedía que lo hicieran «sin misericordia».

¿Es esa la escuela que la sociedad, incluso la sanamente religiosa, la democrática y respetuosa de las libertades, desea para Brasil? ¿O la que pretenden imponer, si pudieran hasta con las armas, quienes desearían convertir las escuelas en los nuevos centros de lavado de cerebro?

Fuente:

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La derecha religiosa de Brasil busca imponerse en la educación

Un proyecto presentado por el movimiento Escuela sin Partido, que sintoniza con Bolsonaro, está a estudio de una comisión de Diputados.

La elección de Jair Bolsonaro como presidente de Brasil les dio impulso a los sectores más conservadores del país, que a partir de enero contarán con aliados en distintos cargos de gobierno. En el ámbito de la educación, este es el caso de Escuela sin Partido. Este movimiento surgió hace más de una década, pero nunca vio tan cercana como ahora la posibilidad de que se atiendan sus reclamos de una educación “sin adoctrinamiento” y en la que se prohíba lo que llama “ideología de género”.

Con esos objetivos, Escuela sin Partido ha impulsado varios proyectos de ley. El Supremo Tribunal Federal frenó una de esas iniciativas en 2017 porque concluyó que violaba la libertad de enseñanza y la Constitución. Un año antes, en 2016, la procuradora federal de los Derechos del Ciudadano, Deborah Duprat, envió al Congreso un informe en el que concluye que un proyecto de este tipo negaría el pluralismo de ideas, las posibilidades de aprendizaje de los alumnos y la laicidad del Estado al imponer determinadas visiones morales y religiosas en el espacio de la enseñanza, publicó el diario Folha de São Paulo.

A pesar de estos antecedentes, un nuevo proyecto –que tiene el mismo nombre que el movimiento, Escuela sin Partido– está a estudio de la Cámara de Diputados. Después de que se postergara varias veces su evaluación, está previsto que una comisión especial lo trate mañana.

El texto establece que los docentes no pueden aprovecharse de su “audiencia cautiva” para “promover sus propios intereses, opiniones, concepciones o preferencias ideológicas, religiosas, morales, políticas y partidarias”. Se enfoca especialmente en la educación sexual en el sistema educativo y prohíbe que en las clases se trabaje sobre los conceptos de “orientación sexual” o de “género” (sus promotores son terminantes en que las personas son hombres o mujeres según el sexo que tienen al nacer), e insiste en que el Estado no debe entrometerse en el “proceso de maduración sexual” de los alumnos.

Si la iniciativa se convierte en ley, se colocará un cartel con advertencias en los salones de clase para recordarles a los profesores que no deben hacer “propaganda político-partidaria” o incentivar que los estudiantes participen en manifestaciones; que deben respetar “el derecho de los padres de los alumnos a que sus hijos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”; y que no se debe permitir que otras personas –un invitado a dar una charla, por ejemplo– incumpla estas normas en los salones de clases.

Por la libertad de enseñanza

Este proyecto fue uno de los motivos de preocupación que reseñó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su informe sobre su reciente visita a Brasil, del 5 al 12 de noviembre. En el documento, la CIDH manifestó que al relevar la vigencia de los derechos humanos en el país, “distintos sectores expresaron su grave preocupación” por esta iniciativa “promovida en el Congreso por sectores políticos y religiosos para restringir la libertad académica científica de profesores, quienes también estarían siendo hostigados en los centros educativos, acusados de politizar la enseñanza”.

La comisión señaló que “una restricción de este tipo también afecta el derecho de niñas, niños y adolescentes a recibir una variedad de información e ideas para su formación, así como el derecho a expresar sus opiniones sin presión”, y agregó que el ejercicio de la libertad religiosa “no debe ser invocado como impedimento al ejercicio o garantía de otros derechos humanos”.

Del mismo modo, han surgido respuestas, en particular en el gremio de los docentes, en defensa de la libertad de cátedra y el acceso a la educación. Un ejemplo es la decisión de la Federación de Profesores del Estado de San Pablo de crear una red de comunicación en la que puedan pedir ayuda aquellos educadores que se sientan asediados por los padres o los centros educativos, informó Folha.

El riesgo para los docentes quedó claro en distintos llamados a denunciarlos si hablan de política, como el que hizo una diputada electa, Ana Caroline Campagnolo. Al día siguiente al triunfo de Bolsonaro, Campagnolo convocó a estudiantes y padres a exponer a aquellos profesores que hubieran criticado al dirigente. “Los alumnos que sientan sus derechos violados pueden usar grabadoras o cámaras para registrar los hechos” y enviar esas grabaciones, sugirió también.

Lejos de Brasil, en una asamblea mundial de la Campaña Global para la Educación –impulsada por la sociedad civil– que tuvo lugar en Nepal a comienzos de noviembre, más de 150 organizaciones de 87 países aprobaron un documento contra el proyecto Escuela sin Partido.

También la oposición en la Cámara de Diputados trabaja para frenar la iniciativa. Si mañana la comisión la aprueba, el proyecto puede pasar directamente al Senado, informó Carta Capital. Por eso, una de las estrategias de quienes lo rechazan puede consistir en promover su discusión en el plenario de la Cámara de Diputados y exigir que se debata con organizaciones sociales y expertos antes de que lo traten los senadores.

El ministro elegido

El proyecto de ley Escuela sin Partido tiene a su favor el Congreso más conservador de la historia de Brasil, y a partir de enero contará con un presidente que ha hecho campaña con propuestas similares y con un ministro de Educación acorde.

La derecha religiosa que apoyó la candidatura de Bolsonaro, y a la cual él ha representado como diputado, no estaba dispuesta a aceptar a cualquiera al frente del Ministerio de Educación. Por eso, cuando algunos medios de Brasil publicaron que Bolsonaro había elegido para ese cargo al director del Instituto Ayrton Senna, Mozart Neves Ramos, un moderado, la decisión causó malestar en sus aliados, en particular en la bancada evangélica.

El presidente electo optó por aclarar en Twitter que la decisión todavía no estaba tomada, y finalmente nombró como ministro de educación a Ricardo Vélez, un hombre mucho más cercano las posturas de la derecha religiosa. El futuro presidente quiso aclarar que no lo eligió presionado por la bancada evangélica, pero también reconoció que Vélez “atiende los valores” de ese sector de la política brasileña. Se manifestó convencido de que como ministro se va a encargar de que en los salones de clase se promueva el respeto a la patria, a la familia y no “la ideología de género” ni la formación de “militantes”.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/articulo/2018/11/la-derecha-religiosa-de-brasil-busca-imponerse-en-la-educacion/

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Turquía dice que planea colocar a la cuarta parte de los mejores estudiantes en las escuelas islámicas

Asia/Turquia/ESTAMBUL (Reuters) –

Se espera que casi un cuarto de los estudiantes con mejor desempeño ingresen a las escuelas superiores turcas en las escuelas religiosas Imam Hatip, dijo el jueves el ministro de educación, un nivel que los críticos seculares dicen prioriza injustamente a la educación islámica.

El 10 por ciento de los estudiantes que actualmente están en su último año de escuela intermedia ganará lugares en escuelas seleccionadas bajo un nuevo sistema de exámenes de ingreso en junio, parte de las reformas educativas redactadas según las órdenes del presidente Tayyip Erdogan.

Erdogan dijo que uno de sus objetivos es forjar una «generación piadosa» en la Turquía musulmana y el número de alumnos en las escuelas Imam Hatip, fundadas para entrenar a futuros imanes y predicadores, se multiplicó por cinco a 1,3 millones de estudiantes en los últimos seis años. .

De acuerdo con la guía del sistema de exámenes publicada en el sitio web del Ministerio de Educación, casi 300 de las 1.367 escuelas seleccionadas para recibir estudiantes que aprueban el examen son escuelas Imam Hatip.

El ministro de Educación, Ismet Yilmaz, dijo a la cadena de televisión CNN Turk en una entrevista que la asignación de escuelas religiosas era baja en comparación con la asignación del 62 por ciento para la ciencia y las escuelas secundarias regulares.

«¿Van todos a Imam Hatips? Eso es una exageración «, dijo.»Prevemos que el nivel de Imam Hatips será del 23 por ciento. El veintitrés por ciento no es más grande que 62». 

«No estamos forzando a nadie a hacer nada», dijo, agregando que los padres no tenían que enviar niños a escuelas particulares.

Mientras que los estudiantes de Imam Hatip constituyen el 11 por ciento de la población total de la escuela superior, se les asignó alrededor del 23 por ciento de los fondos en el presupuesto de este año, según un informe de Reuters en enero.

«El gobierno está tratando de dirigir a los alumnos exitosos hacia Imam Hatips al elevar su perfil, al no haber logrado el éxito deseado y aumentar la demanda de ellos», dijo a Reuters el principal diputado del partido CHP Utku Cakirozer.

Más de un millón de estudiantes completarán la escuela intermedia este año y el 90 por ciento que no se sometan a exámenes hará las preferencias para las escuelas cercanas a sus hogares.

Bajo el sistema anterior, todos los estudiantes tomaron el examen de ingreso a la escuela superior y Yilmaz dijo que el nuevo sistema fue diseñado para limitar el número de estudiantes que enfrentan el estrés de los exámenes.

El sindicato de docentes Egitim-Sen dijo en un comunicado que estaba lanzando un desafío judicial al nuevo sistema.

«El AKP sigue insistiendo en una política de hacer que la educación sea religiosa», dijo, refiriéndose al gobernante partido AK de Erdogan.

Fuente: https://www.reuters.com/article/us-turkey-education/turkey-says-plans-to-place-quarter-of-top-students-in-islamic-schools-idUSKBN1HJ2IW

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Según especialistas en Educación, es un atraso cultural e ideológico meter religión en el curriculum

Roberto Iglesias y José Tamarit son dos referentes de la Sociología de la educación a Nivel nacional. Pasaron por Salta y opinaron de todo.

América del Sur/Argentina/lagacetasalta

José Tamarit Roberto Iglesias, son dos referentes de la Sociología de la educación a Nivel nacional. Ambos trabajaron con Paulo Freire, el pedagogo más importante que ha tenido Latinoamérica. Y esta semana participaron en Salta, de un encuentro sobre educación, organizado por profesionales que trabajan en terciarios en la provincia (el detalle no es menor, pues muchos profesorados están actualmente en jaque, por una disposición local).

 – El título del Encuentro, en homenaje a Freire, es “A 50 años de la Educación como práctica de la Libertad”. ¿Qué avances y retrocesos hubo en el sistema educativo argentino en estos años?

 Iglesias: Depende de la movilidad de las provincias donde se analice. Eso, justamente en ese libro, que es el primer libro de Pablo Freire, él habla de tipos de sociedades en transición o más cerradas o abiertas. Y lo hizo hace 50 años en Brasil. Yo creo que en América Latina siempre hay intentos de abrir sociedades porque tenemos algo que quizás venga de nuestros antepasados, de los pueblos originarios, que por lo general presentaron batalla, presentaron lucha; aunque el capitalismo es muy fuerte en domarnos. Entonces se reproduce esta lucha de pobres contra ricos, de burgueses contra proletarios, de oprimidos y opresores, permanentemente. Y el capitalismo busca que los oprimidos no se sientan oprimidos y que crean que pueden acceder a ciertos bienes, como tener un celular, para que con eso se conformen. Y son muy inteligentes en eso y han avanzado bastante. Entonces en sociedades muy conservadoras lo que pasa es que no hay cambios, hay una gran resistencia a cambios transformadores, en cuanto a las estructuras sociales.

 Tamarit: En términos generales, y no me refiero solo a Argentina, sino a todos nuestros pueblos latinoamericanos, la relación entre los procesos políticos y los procesos pedagógicos y los caminos que van tomando las experiencias educativas es muy estrecha. Entonces, cuando vos tenés a un estado que empuja una educación popular activa y movilizadora y transformadora, eso se replica; Freire tuvo una experiencia en Brasil muy rica; fue funcionario, desde donde además pudo apreciar la dificultades que hay, aunque estés en el Estado, por la resistencia de los sectores dominantes, a las modificaciones. Si uno analiza lo que está pasando hoy en América Latina y lo que pasaba hace tres o cuatro años, donde había todo un grupo de países muy importantes, como Ecuador, Bolivia, Argentina, Brasil, y Venezuela, que impusieron para bien muchas cosas…. Hoy ya estamos viviendo otras realidades. Entonces las perspectivas de lo pedagógico han cambiado.

 Iglesias: De hecho, se está impulsando una ley de Educación totalmente conservadora. Porque la educación tiene que ser libre, y eso quiere decir que vos podés pensar como quieras, yo puedo pensar como quiera, y nadie tiene que prohibirte pensar. En un sistema opresor tenés que pensar como piensan los de arriba, la función de un sistema educativo conservador es hacer que los chicos piensen como piensan los ricos. Esto es terrible y se ve más en las escuelas de los barrios marginales, donde los obligan a hablar como hablan los gobernantes.

«La función de un sistema educativo conservador es hacer que los chicos piensen como piensan los ricos», dijo Iglesias.

 -Este año el gobierno de Buenos Aires amagó con poner a personas voluntarias para reemplazar a los maestros que estaban de paro. Estaba la idea de que cualquiera puede pararse frente a un aula, cuando a nadie se le ocurriría llamar a un voluntario para pilotar un avión o hacer una cirugía. ¿Por qué existe ese desprecio intelectual hacia el maestro?

Iglesias: Este es el problema del liberalismo, y los gobiernos neoliberales y neoconservadores que no les interesa absolutamente nada que tenga que ver con una educación crítica y liberadora. Ni una educación que permita pensar. A nosotros nos pasa en San Luis, cuando se habla de San Luis se habla de las autopistas y es cierto, pero cuando vas a un hospital tenés que llevarte las sábanas para internarte, porque no hay. Vas a las escuelas y están destruidas. No hay maestros, no hay nombramientos, los sueldos son bajísimos. Entonces es esa concepción neoliberal… salvando las distancias, a mí siempre me pareció que el autoritarismo tenía que ver con el cemento. La dictadura hacía puentes, hacía rutas, todo con el cemento y a estos gobiernos feudales también les da por reflejarse en el cemento. Pero el cemento no son las personas.

 Tamarit: El hecho particular de promover maestros y profesores inventados, voluntarios entre comillas, fue un disparate desde todo punto de vista, no solo por el desprecio al docente, sino que fue un disparate como actitud política y marketinera. Fue un horror del gobierno. Uno a partir de ahí puede decir cómo piensan estos tipos, pero además fue un disparate político, fue tan absurdo que nadie acompañó esa idea. Apareció, me acuerdo, un personaje del proceso, represor, fue el primero que se ofreció y fue el quemo total para ellos.

 Iglesias: fue un intento de disciplinamiento. Lo que pasa es que toda sociedad tiene un punto de rebeldía, hay puntos de límites que se los ponen a todos los gobiernos.

– Hablando justamente de rebeldía, en Capital Federal los alumnos tomaron muchos colegios. Qué opinan de esa reforma.

Tamarit: Estudiantes que llevan adelante este proceso contra la reforma marcan en cinco o seis puntos de la reforma a los que se oponen. Es una reforma profundamente conservadora, descalifica al docente porque le quita la mitad de presencia con los alumnos, la infraestructura de los colegios no están en este momento adaptados a lo que pretenden con esa reforma y salen electoralmente a largar a lo loco. Eso es otra cosa que hace este gobierno, quiere implementarla en dos o tres meses, sin discutir con nadie. Es indispensable que se realice un proceso, un congreso pedagógico, donde se discuta durante meses, durante haya presencia de los estudiantes y de los profesores , de las distintas instancia de la comunidad educativa y que sea un congreso vinculante.

Iglesias: No recuerdo en mi vida haber visto un operativo tan fuerte de los medios de comunicación alrededor de dos temas. El de los mapuches y este de los estudiantes. Gente que era progresista, como Lanata…. Los paros de los maestros están prohibidos, cortar la calle está prohibido… ¿entonces cómo te vas a manifestar?… Ahora están contra del anarquismo. Nosotros somos anarquistas de alguna forma, tipos como nosotros. A Longobardi lo escuché decir que el Anarquismo era una ideología del silgo XIX. ¿Y el liberalismo de cuándo es? Es del siglo XVIII y sigue vigente. El Anarquismo moderno no va solo contra el estado, es el que dice NO. Esto no, esto no, esto no, y a todos los gobiernos les molesta la palabra “No”.

El Anarquismo moderno no va solo contra el estado, es el que dice NO. Esto no, esto no, esto no, y a todos los gobiernos les molesta la palabra “No”.

Hace unas semanas concluyó en la Corte Suprema la audiencia por la Educación Religiosa, que en Salta ya es una realidad: Se enseña catolicismo en las escuelas públicas. ¿Qué opinan de esto?

Iglesias: Yo estudié en un colegio católico, en Buenos Aires, un colegio jesuita. Estudié sociología en la Universidad Católica, y tuve toda una trayectoria Católica. Hoy ya no soy católico y siempre me opuse fervientemente a mezclar religión con el Estado. Es más, yo creo que de una vez por todas habría que desligar el apoyo económico del estado a la religión católica. Entonces, me parece un atraso cultural e ideológico muy fuerte. Yo no me quiero meter en la interna de Salta, porque no conozco a nadie, pero como concepto uno manda a los hijos a las escuelas del estado para que se eduquen en lo público, entonces vos no podés meter allí una educación religiosa. Te digo más, yo a mis hijos mayores a casi todos les hice hacer la comunión, y en la escuela pública donde iban, había dos maestras de catecismo que las mandaba el obispo y yo los saqué y los mandé a un catequista particular.

Tamarit: Yo creo que es un anacronismo absoluto. Porque el tema de la educación religiosa, confesional, en las escuelas públicas… porque en las escuelas privadas cada uno hará lo suyo, pero en la educación pública, durante décadas fue una cuestión separada. Tendría que venir un gobierno con particularidades ultraconservadoras para tratar de imponer la educación religiosa. En el año 58, que estaba Frondizi, el ministro de Educación de Buenos Aires largó eso y se armó un escándalo y tuvo que pegar la vuelta porque era escandaloso. Que a 70 años de eso se discuta la educación religiosa es un anacronismo.

Fuente: http://www.lagacetasalta.com.ar/nota/90223/actualidad/segun-especialistas-educacion-atraso-cultural-e-ideologico-meter-religion-escuelas.html

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Estados Unidos Study: For US Jews, education dims faith

Estados Unidos/Abril de 2017/Fuente: The Jerusalem Post

Resumen: El estudio del Pew Research Center sobre la religiosidad y la educación en Estados Unidos publicado el miércoles encontró que cuanto más años de escolarización tienen los judíos estadounidenses, menos religiosos son. La mayoría de los judíos que no se han graduado de la universidad creen en Dios, y casi el 40 por ciento dice que la religión es importante para ellos. Pero sólo alrededor de un cuarto de los judíos que se han graduado de la universidad creen en Dios y dicen que la religión es importante para ellos. Los judíos ortodoxos son en parte una razón de la diferencia. El estudio dijo que, en promedio, los ortodoxos son más religiosos y tienen menos educación secular que sus homólogos no ortodoxos. Pero la educación también explica la división entre los judíos ortodoxos: el 93 por ciento de los judíos ortodoxos que no se han graduado de la universidad creen en Dios, mientras que el 82 por ciento de los graduados universitarios ortodoxos lo hacen. Más del 80 por ciento de ambos grupos dicen que la religión es importante para ellos. Entre los judíos no ortodoxos, las diferencias son incluso más pronunciadas: Casi el doble del número de graduados no universitarios creen en Dios (45 por ciento) al igual que los graduados universitarios (23 por ciento). Casi el 30 por ciento de los judíos no ortodoxos sin títulos universitarios dicen que la religión es importante para ellos; El número cae al 20 por ciento entre los que se han graduado.

American Jews with the highest level of education are the least religious, according to a new study.

The Pew Research Center study on religiosity and education in the United States published Wednesday found that the more years of schooling American Jews have, the less religious they are. Most Jews who have not graduated from college believe in God, and nearly 40 percent say religion is important to them. But only about a quarter of Jews who have graduated from college believe in God and say religion is important to them.

Orthodox Jews are partly a reason for the difference. The study said on average, the Orthodox are more religious and have less secular education than their non-Orthodox counterparts. But education accounts for a split among Orthodox Jews as well: 93 percent of Orthodox Jews who have not graduated from college believe in God, while 82 percent of Orthodox college graduates do. More than 80 percent of both groups say religion is important to them.

Among non-Orthodox Jews, the differences are even starker: Nearly double the number of non-college graduates believe in God (45 percent) as do college graduates (23 percent). Nearly 30 percent of non-Orthodox Jews without college degrees say religion is important to them; the number falls to 20 percent among those who have graduated.

Both groups have low rates of prayer attendance: 12 percent of college graduates and 17 percent of non-graduates attend services at least weekly.

A Pew study from December found that Jews are the world’s most-educated religious group, with an average of more than 13 years of formal schooling.

Fuente: http://www.jpost.com/Diaspora/Jews-with-most-education-are-least-religious-study-finds-489107

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Education and religion around the world

31 de Diciembre de 2016. Fuente: PewResearch Center

Resumen: Basándose en encuestas realizadas en 151 países, un estudio analiza el logro educativo entre creyentes de las principales religiones monoteístas del planeta. ¿Existirá una relación entre educación y religión? Veamos que reseña el informe del estudio.

Jews are more highly educated than any other major religious group around the world, while Muslims and Hindus tend to have the fewest years of formal schooling, according to a Pew Research Center global demographic study that shows wide disparities in average educational levels among religious groups.

These gaps in educational attainment are partly a function of where religious groups are concentrated throughout the world. For instance, the vast majority of the world’s Jews live in the United States and Israel – two economically developed countries with high levels of education overall. And low levels of attainment among Hindus reflect the fact that 98% of Hindu adults live in the developing countries of India, Nepal and Bangladesh.

But there also are important differences in educational attainment among religious groups living in the same region, and even the same country. In sub-Saharan Africa, for example, Christians generally have higher average levels of education than Muslims. Some social scientists have attributed this gap primarily to historical factors, including missionary activity during colonial times. (For more on theories about religion’s impact on educational attainment, see Chapter 7.)

Drawing on census and survey data from 151 countries, the study also finds large gender gaps in educational attainment within some major world religions. For example, Muslim women around the globe have an average of 4.9 years of schooling, compared with 6.4 years among Muslim men. And formal education is especially low among Hindu women, who have 4.2 years of schooling on average, compared with 6.9 years among Hindu men.

Yet many of these disparities appear to be decreasing over time, as the religious groups with the lowest average levels of education – Muslims and Hindus – have made the biggest educational gains in recent generations, and as the gender gaps within some religions have diminished, according to Pew Research Center’s analysis.

At present, Jewish adults (ages 25 and older) have a global average of 13 years of formal schooling, compared with approximately nine years among Christians, eight years among Buddhists and six years among Muslims and Hindus. Religiously unaffiliated adults – those who describe their religion as atheist, agnostic or “nothing in particular” – have spent an average of nine years in school, a little less than Christian adults worldwide.1

But the number of years of schooling received by the average adult in all the religious groups studied has been rising in recent decades, with the greatest overall gains made by the groups that had lagged furthest behind.

For instance, the youngest Hindu adults in the study (those born between 1976 and 1985) have spent an average of 7.1 years in school, nearly double the amount of schooling received by the oldest Hindus in the study (those born between 1936 and 1955). The youngest Muslims have made similar gains, receiving approximately three more years of schooling, on average, than their counterparts born a few decades earlier, as have the youngest Buddhists, who acquired 2.5 more years of schooling.

Over the same time frame, by contrast, Christians gained an average of just one more year of schooling, and Jews recorded an average gain of less than half a year of additional schooling.

Meanwhile, the youngest generation of religiously unaffiliated adults – sometimes called religious “nones” – in the study has gained so much ground (2.9 more years of schooling than the oldest generation of religious “nones” analyzed) that it has surpassed Christians in average number of years of schooling worldwide (10.3 years among the youngest unaffiliated adults vs. 9.9 years among the youngest Christians).

Gender gaps also are narrowing somewhat. In the oldest generation, across all the major religious groups, men received more years of schooling, on average, than women. But the youngest generations of Christian, Buddhist and unaffiliated women have achieved parity with their male counterparts in average years of schooling. And among the youngest Jewish adults, Jewish women have spent nearly one more year in school, on average, than Jewish men.

These are among the key findings of Pew Research Center’s new demographic study. A prior study by researchers at an Austrian institute, the Wittgenstein Centre for Demography and Human Capital, looked at differences in educational attainment by age and gender.2 The new study is the first comprehensive examination of differences in educational levels by religion. Wittgenstein Centre researchers Michaela Potančoková and Marcin Stonawski collaborated with Pew Research Center researchers to compile and standardize this data.

Religions vary in educational attainment

About one-in-five adults globally – but twice as many Muslims and Hindus – have received no schooling at all

Despite recent gains by young adults, formal schooling is neither universal nor equal around the world. The global norm is barely more than a primary education – an average of about eight years of formal schooling for men and seven years for women.

At the high end of the spectrum, 14% of adults ages 25 and older (including 15% of men and 13% of women) have a university degree or some other kind of higher education, such as advanced vocational training after high school. But an even larger percentage – about one-in-five adults (19%) worldwide, or more than 680 million people – have no formal schooling at all.

Education levels vary a great deal by religion. About four-in-ten Hindus (41%) and more than one-third of Muslims (36%) in the study have no formal schooling. In other religious groups, the shares without any schooling range from 10% of Buddhists to 1% of Jews, while a majority of Jewish adults (61%) have post-secondary degrees.3

Hindus and Muslims have made big advances in educational attainment

The study finds the religious groups with the lowest levels of education are also the ones that have made the biggest gains in educational attainment in recent decades.

Over three recent generations, the share of Hindus with at least some formal schooling rose by 28 percentage points, from 43% among the oldest Hindus in the study to 71% among the youngest. Muslims, meanwhile, registered a 25-point increase, from 46% among the oldest Muslims to 72% among the youngest.

Christians, Buddhists and religious “nones” have made more modest gains in basic education, but they started from a higher base. Among the oldest generation in the study, large majorities of these three religious groups received at least some formal education; among the youngest Christians, Buddhists and religious “nones,” more than nine-in-ten have received at least some schooling.

The share of Jews with at least some schooling has remained virtually universal across generations at 99%.

Declining gender gaps in formal education

In this study, more women than men have no formal education: As of 2010, an estimated 432 million women (23% of all women ages 25 and older) and 250 million men (14% of all men) lacked any formal education.

In some religious groups, the gender gaps in acquiring any formal education are particularly large. For example, just over half of Hindu women (53%) have received no formal schooling, compared with 29% of Hindu men, a difference of 24 percentage points. Among Muslims worldwide, 43% of women and 30% of men have no formal schooling, a 13-point gap. In other religions, the gender differences in the shares with no formal schooling are smaller, ranging from 9 points among the religiously unaffiliated to just 1 point among Jews.

But Hindus have substantially narrowed the gender gap in primary schooling, as shares of Hindu women with no formal schooling decreased across the three generations studied. Among the oldest Hindus, 72% of women and 41% of men have no formal schooling. But among the youngest Hindus in the study, the gender gap is smaller, as 38% of women and 20% of men have no formal schooling.

Muslims also have reduced the gender gap across generations by 11 percentage points. But in the youngest generation, a 10-point difference remains: 33% of Muslim women and 23% of Muslim men have no formal schooling. Among religiously unaffiliated adults and Buddhists worldwide, meanwhile, the gender gap in the shares with no formal schooling has virtually disappeared.

Reversal of some gender gaps in higher education

Worldwide, among all adults in the study, slightly more men than women hold post-secondary degrees (15% vs. 13%). But across generations, women have been outpacing men in reaching higher levels of education. As a result, in the youngest generation, the share of women with post-secondary degrees is comparable to the share of men (17% each).

In the youngest generation of three faith groups – Jews, Christians and the religiously unaffiliated – the gender gap in higher education has actually reversed. The biggest reversal has happened among Jews. Among the oldest generation of Jews, more men (66%) than women (59%) hold post-secondary degrees. But among the youngest Jewish adults worldwide, 69% of women and 57% of men have such degrees. In other words, a 7-point gender gap in the oldest generation (with more men than women holding advanced degrees) is now a 12-point gender gap in the other direction, with more women than men in the youngest generation of Jews holding degrees. (See Chapter 6 for details.)

Christians and religiously unaffiliated people have experienced similar – although not as dramatic – reversals of the gender gap in post-secondary education. Among Christians, the gender gap among those in the oldest adult cohort – 21% of men with higher education vs. 17% of women – has flipped among the youngest so that more women than men now hold degrees (25% of women vs. 20% of men). Similarly, among religiously unaffiliated people, the 3-point gender gap in the oldest generation (with more men than women having higher education) is now a 3-point gap in the other direction in the youngest generation, with more women than men earning post-secondary degrees.

Meanwhile, the gender gap in higher education has narrowed for Buddhists (by 5 points) and Muslims (by 3 points). Among the youngest generations in those groups, roughly equal shares of women and men hold higher degrees – 19% each among Buddhists and 11% and 9% among Muslim men and women, respectively. The gender gap in post-secondary education among Hindus has held steady across generations. In the youngest cohort of Hindus, more men than women still have post-secondary degrees (17% of men vs. 11% of women).

Both religion and region matter for educational attainment

Within the world’s major religious groups, there are often large variations in educational attainment depending on the country or region of the world in which adherents live. Muslims in Europe, for example, have more years of schooling, on average, than Muslims in the Middle East. This is because education levels are affected by many factors other than religion, including socioeconomic conditions, government resources and migration policies, the presence or absence of armed conflict and the prevalence of child labor and marriage.

At the same time, this study finds that even under the same regional or national conditions, there often are differences in education attainment among those within religious groups. Here are some findings from this report that illustrate both the diversity within the same religious group across different regions of the world, and the diversity within the same region among religious groups:

  • There is a large and pervasive gap in educational attainment between Muslims and Christians in sub-Saharan Africa. By all attainment measures, Muslim adults in the region – both women and men – are far less educated than their Christian counterparts. For instance, Muslims are more than twice as likely as Christians in sub-Saharan Africa to have no formal schooling (65% vs. 30%). Moreover, despite growth in the share of adults with any formal schooling in recent decades, the Muslim-Christian attainment gap has widened across generations, largely because Muslims have not kept pace with educational gains made by Christians. (See Chapter 1 for more on the Muslim-Christian gap in sub-Saharan Africa, and Chapter 7 for a discussion of possible explanations.)
  • Also in sub-Saharan Africa, the Muslim gender gap in education has remained largely unchanged across generations – and even widened slightly by some measures of attainment analyzed in this study. Although the youngest Muslim women in this region are making educational gains compared with their elders, they are making them at a slightly slower rate than their male peers. This pattern differs from some other regions, where Muslim women are generally making educational gains at a faster pace than Muslim men, thus narrowing the gender gap. (See Chapter 1 for details.)
  • Christians have remained fairly stable at the global level in their overall educational attainment over three generations. But their attainment varies considerably by region. As the largest of the world’s major religious groups (numbering about 2.2 billion overall, including children, as of 2010), Christians also are the most widely dispersed faith group, with hundreds of millions of adherents in sub-Saharan Africa, the Asia-Pacific, Europe, North America and Latin America and the Caribbean. Christians in Europe and North America tend to be much more highly educated than those in sub-Saharan Africa, for instance, although African Christians are making rapid educational gains across generations. (See Chapter 2 for more detail on educational attainment among Christians.)
  • Jews also have remained stable in their already high levels of educational attainment over recent generations. But Jews, unlike Christians, are a much smaller and more localized population, with a large majority of all Jews worldwide living in just two countries – Israel and the United States – where educational attainment is relatively high overall. (Chapter 6 explores data on Jews in more detail.)
  • At the global level, religiously unaffiliated adults have 1.3 more years of schooling, on average, than religiously affiliated adults (8.8 versus 7.5). One possible reason for this is that unaffiliated people are disproportionately concentrated in countries with relatively high overall levels of educational attainment, while the religiously affiliated are more dispersed across countries with both high and low levels of attainment. However, the unaffiliated are not consistently better educated than their religiously affiliated compatriots when looked at country by country. In the 76 countries with data available on the youngest generation of unaffiliated adults (born 1976-1985), they have a similar number of years of schooling as their religiously affiliated peers in 33 countries; they are less educated in 27 countries, and they are more highly educated than the affiliated in 16 countries. (See sidebar in Chapter 3 for more details on the unaffiliated and secularization theory.)
  • Hindus in India, who make up a large majority of the country’s population (and more than 90% of the world’s Hindus), have relatively low levels of educational attainment – a nationwide average of 5.5 years of schooling. While they are more highly educated than Muslims in India (14% of the country’s population), they lag behind Christians (2.5% of India’s population). By contrast, fully 87% of Hindus living in North America hold post-secondary degrees – a higher share than any other major religious group in the region. (See Chapter 5 on Hindu educational attainment.)
  • Religious minorities often have more education, on average, than a country’s majority religious group, particularly when the minority group is largely foreign born and comes from a distant country. In these cases, immigrants often were explicitly selected under immigration policies that favor highly skilled applicants. In addition, it is often the well-educated who manage to overcome the financial and logistical challenges faced by those who wish to leave their homeland for a new, far-off country. For instance, in the U.S., where Christians make up the majority of the adult population, Hindus and Muslims are much more likely than Christians to have post-secondary degrees. And unlike Christians, large majorities of Hindus and Muslims were born outside the United States (87% of Hindus and 64% of Muslims compared with 14% of Christians, according to a 2014 Pew Research Center survey). 4

A note about this analysis

This report looks at average educational levels among adherents of five major world religions – Christianity, Islam, Hinduism, Buddhism and Judaism – as well as among the religiously unaffiliated.

Educational systems vary enormously around the world; this report does not attempt to analyze differences in educational quality, but focuses primarily on educational attainment in terms of number of years of schooling. It distinguishes among four broad levels of educational attainment: no formal schooling (less than one year of primary school), primary education (completion of at least one grade of primary school), some secondary education (but no degree beyond high school) and post-secondary education (completion of some kind of college, university or vocational degree beyond high school, also referred to in this report as “higher education”). For comparability across countries, these educational categories are based on the International Standard Classification of Education (ISCED 1997; see Methodology for more details).

To measure changes over recent generations, the report looks at three birth cohorts: the “oldest” (born 1936-1955), “middle” (born 1956-1975) and “youngest” (born 1976-1985). These generations roughly correspond, respectively, to people ages 55 to 74, 35 to 54 and 25 to 34 as of 2010, the most recent year for which detailed census data are available in many countries. Whenever this report refers to “adults,” it means people who were 25 or older in 2010 (or, in some cases, the most recent year for which data are available).

The report presents figures at the global and regional levels but also includes select country-level data as illustrations of larger trends. It includes data from 151 countries, collectively representing 95% of the 3.6 billion people around the world who were 25 or older in 2010. Analyses of change across generations include data from 130 countries with available data on all three birth cohorts, representing 87% of the world’s population in 2010 ages 25 to 74.

The approach in this report is primarily descriptive: It lays out the differences in educational levels among religious groups without attempting to explain the reasons for those differences. Chapter 7 outlines some of the ways that social scientists think religion may influence educational attainment.

In this study, the world is divided into six regions. It includes data from 35 countries in the Asia-Pacific region; 36 countries in Europe, including Russia; 30 countries in Latin America and the Caribbean, including Central America and Mexico; 12 countries in the Middle East-North Africa region; Canada and the United States in North America; and 36 countries in sub-Saharan Africa.

Countries with data on religion and educational attainment

Fuente: http://www.pewforum.org/2016/12/13/religion-and-education-around-the-world/

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