Los grandes azadones

Por: Ilka Oliva-Corado

Sabina envió durante veintisiete años cajas de encomiendas llenas de ropa y regalos para sus cuatro hijos en Guatemala. Migrante indocumentada se le astillaron las vértebras de tanto limpiar bañeras e inodoros. Se le agrietaron las manos de tanto cloro y químicos. Compartiendo apartamento con siete personas más Sabina tuvo tres trabajos al día. Limpiando baños en restaurantes, edificios de oficinas, centros comerciales y casas particulares. Si sabrá de lo sucia que es la gente dentro y fuera de su casa.

Viuda con cuatro niños, decidió emigrar para poder darles un futuro mejor al de ella que no llegó ni a segundo de primaria. Los dejó a cargo de sus padres y se fue de mojada al país del norte. Logró darles universidad a todos, también enviarles remesas para que cada uno tuviera una cuenta de banco, mientras ella en Estados Unidos no pasaba de cuatro mudas de ropa y dos pares de zapatos, de dormir tres horas al día.

La ropa y los zapatos que le regalaban sus empleadoras que era de sus hijos, Sabina los recibía emocionada y los empacaba para las cajas de encomiendas, también les compraba ropa usada en las tiendas de segunda mano, que era para lo único que le alcanzaba.

Un día intentaron sacar visa para viajar a Estados Unidos a visitar a su mamá y a todos se las dieron porque sirvió de mucho el dinero de las remesas que tenían ahorrado en el banco. Cuando Sabina lo supo brincó de felicidad y los recibió en el apartamento que compartía con las siete personas, también indocumentadas de países de Centroamérica. Cuando los hijos vieron el lugar en donde vivía, un maletín con su ropa y su colchón tirado sobre el piso en una esquina de la sala, se sintieron decepcionados, ellos esperaban que los recibiera en una casa como las de los migrantes triunfadores que salen en la televisión.

Sabina los recibió con varias mudas de ropa usada que les fue comprando desde que supo que viajarían, también les pagó los boletos de avión. Se le rompió el corazón cuando vio que sus hijos licenciados no quisieron recibirle la ropa y le pidieron que les fuera a comprar ropa nueva a los centros comerciales. Cosa que ella viviendo veintisiete años en el país jamás hizo por su economía tan precaria. Con desencanto comían la comida que ella les cocinaba, ninguno quiso acompañarla al trabajo para ayudarla ni para conocer de dónde había salido el dinero de las remesas que les enviaba. Esperaban que su mamá los recibiera en un carro del año y que los llevara a los mejores restaurantes.

El viaje que era de un mes sus hijos lo acortaron a diez días porque no esperaban ese recibimiento ni las condiciones en las que vivía su mamá.  Regresaron los licenciados a Guatemala y Sabina lloró día y noche durante meses, hasta que un día decidió cambiar su número de teléfono y rentar en otro lugar, para perderse de los que llamó: “los grandes azadones.” Sigue limpiando baños en los tres trabajos que tiene al día, comenzó a ahorrar para ella por primera vez a sus cincuenta y dos años y también por primera vez   a pensando en no retornar jamás a su país de origen.

Fuente de la información: https://cronicasdeunainquilina.com

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UNESCO: Alerta por el alto índice de niños migrantes que no reciben educación

Redacción: El Tiempo

Un informe de la Unesco advirtió que hay 18 millones de niños migrantes en edad escolar.

Cerca de 50.000 niños latinoamericanos fueron detenidos cada año en promedio en la frontera de los Estados Unidos entre 2013  y 2018.

Según la edición 2019 del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM), publicado por la Unesco, el número de niños migrantes y refugiados en edad escolar alrededor del mundo actualmente podría llenar medio millón de aulas, que equivale a un aumento del 26% desde el 2000.

En lo que corresponde a América Latina y el Caribe, el informe revela que cada vez hay más menores no acompañados de países como El Salvador, Guatemala, Honduras y México en los centros de detención, donde por lo general no cuentan con acceso a educación. Cerca de 50.000 niños provenientes de estos países fueron detenidos cada año en promedio en la frontera de los Estados Unidos entre 2013 y 2017.

Los profesionales de la salud mental y la pediatría que visitan centros de detención familiares en Estados Unidos indicaron que los servicios de educación no eran adecuados. En México, 35.000 menores, más de la mitad no acompañados, han permanecido en centros de detención sin educación organizada, excepto por actividades con un componente educativo limitado, tales como talleres de artesanía o debates de carácter religioso.

En República Dominicana los inmigrantes haitianos sin Estado no pueden acceder plenamente al derecho a la educación. Los índices de asistencia a la educación primaria fueron de un 52% para los niños nacidos en Haití, un 79% para aquellos nacidos en República Dominicana de padres inmigrantes y un 82% para aquellos nacidos en otros países. Además, aun cuando logran matricularse, les es difícil avanzar a través del sistema.

En Chile una directiva presidencial de 2008 anunció una educación pública para todos los niños, sin importar su estado de migración. Sin embargo, en la práctica la decisión la toman los funcionarios de los gobiernos locales.

Sin embargo, el informe destaca la labor de varios países de la región que han realizado esfuerzos para fortalecer la inclusión en la educación de migrantes y personas desplazadas a la fuerza. El informe resalta el marco legal de Colombia que protege la educación de la población desplazada internamente, tras la decisión de la Corte Constitucional en 2002 de ordenar a las autoridades educacionales municipales a dar un trato preferencial a los niños desplazados en términos de acceso a la educación.

Argentina, por su parte, prohibió que a un inmigrante con estatus irregular se le impidiera ingresar a una institución educativa, a través de una ley de migración del 2004 que ayudó a muchos migrantes no documentados a convertirse en ciudadanos regulares.

Emigración de los profesionales

En cuanto a los profesionales que emigran, el informe señala que 1 de cada 12 de los mejor calificados de América Latina y más de 1 de cada 2 en el Caribe están emigrando a otros países. Las cifras más alarmantes se las llevan Guyana y Granada, donde perdieron el 78 y el 71 por ciento, respectivamente, de sus trabajadores calificados debido a la emigración.

En los países del Caribe también se ha experimentado una alta emigración de docentes en las últimas décadas, en parte debido a los esfuerzos por contratarlos en países como Inglaterra y Estados Unidos. En algunos pequeños Estados insulares, la migración, incluso de un número pequeño de profesores, puede generar carencias importantes. Así, los profesores de matemáticas, física, ciencia e informática son difíciles de reemplazar y los que más tienden a irse al extranjero.

Al igual que en muchos otros lugares del mundo, los inmigrantes que llegan a países latinoamericanos como Brasil, Panamá y Uruguay, tienden a alcanzar un grado de educación mayor al de quienes los reciben. Esto pasa también en Estados Unidos, donde los hijos de emigrantes provenientes de 10 países de América Latina tienen 1,4 años más de educación, en promedio, que los hijos de aquellas personas que no han emigrado.

Las remesas

El Informe revela que las remesas enviadas por los migrantes a sus países es un efecto positivo de la migración en la educación de la región. En promedio, las remesas aumentaron el gasto en educación en América Latina en un 53%, llegando a un 66% en Guatemala y Lima en comparación con un 35% en países de ingresos bajos y medios.

Fuente: https://www.eltiempo.com/vida/educacion/unesco-pide-mayor-inclusion-de-ninos-migrantes-en-la-educacion-295692

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