Saltar al contenido principal
Page 2 of 4
1 2 3 4

Retos y oportunidades de la Inteligencia Artificial aplicadas a la educación para prosperar en un mundo digital

Redacción: Europa Press

El uso de la tecnología en la Educación, a través de la Inteligencia Artificial (IA), permite ofrecer una enseñanza personalizada, pero requiere que estudiantes y docentes cuenten con las habilidades necesarias para prosperar en un mundo digital, como se desprende del documento elaborado por ProFuturo y la Unesco.

El documento, titulado ‘Inteligencia Artificial en la educación: oportunidades y retos para el desarrollo’, analiza las posibilidades y desafíos que ofrece la aplicación de la IA a la educación, buscando configurar un marco de actuación para ayudar a los países a incluir esta tecnología en las políticas públicas del sector educativo.

En este sentido, en el campo de la educación, por un lado, se está aplicando la IA para personalizar la enseñanza y mejorar los resultados del aprendizaje, y, por otro, se está viendo la necesidad de adaptar los programas educativos para dotar a estudiantes y docentes de las habilidades necesarias para prosperar en un mundo digital en el que la IA tiene cada vez más presencia.

La analítica de datos también presenta oportunidades de mejora de la capacidad de un Estado para administrar sistemas educativos a gran escala al permitir contar con un volumen importante de datos de centros educativos y aprendizaje.
Así, el documento destaca seis retos: desarrollar una política pública exhaustiva sobre la IA para el desarrollo, garantizar un uso inclusivo y equitativo de la IA en la educación, preparar a los profesores para una educación impulsada por la IA, desarrollar sistemas de datos inclusivos y de calidad, lograr que la investigación sobre la IA en educación sea significativa, y lograr un sistema ético y transparente en la recopilación, uso y divulgación de los datos.

Este documento de referencia ha sido elaborado por ProFuturo, programa impulsado por Fundación Telefónica y la Caixa, en colaboración con Unesco, y se ha presentado este lunes en el Espacio Fundación Telefónica, en Madrid.

«Está en nuestras manos determinar cómo programamos los algoritmos, cómo reconsideramos el mundo con herramientas digitales y cómo empleamos la tecnología para mejorar la educación y salvar las múltiples brechas que existen en nuestras sociedades», indicó la directora general de ProFuturo, Sofía Fernández de Mesa, en el acto de presentación.

Fuente: https://www.europapress.es/portaltic/sector/noticia-retos-oportunidades-inteligencia-artificial-aplicadas-educacion-prosperar-mundo-digital-20190625115940.html

Comparte este contenido:

Jugar el partido

Por Carlos Magro

El título y la idea de esta entrada pertenece al texto que introduce el tercer capítulo del último y muy recomendable libro de mi más que amigo Fernando Trujillo “Activos de aprendizaje. Utopías educativas en construcción“.
Por supuesto que a Fernando le debo mucho más que este título y la inspiración para este texto.
Le debo gran parte de lo que sé sobre educación y, sobre todo, lo que es más importante, una manera de estar en educación. Una forma de acercame y afrontar los retos educativos de nuestro tiempo.
Frente a los discursos extremadamente simplificadores, superficiales y muchas veces falaces que abundan en el debate educativo, Fernando nos ilumina a diario con dosis de solidez, profundidad, espíritu crítico, generosidad, responsabilidad y compromiso intelectual.
Estoy seguro de que no me equivoco si digo que somos muchos los que le miramos cuando buscamos orientación sobre algún tema educativo. También, a menudo, sobre asuntos no educativos.

Y aunque sé que su sincera humildad no le dejará admitirlo, creo que lo que escribe y dice nos ayuda a muchos a orientarnos en este complejo territorio que supone la educación y en el empeño que nos mueve a diario hacia su mejora.
Una mejora y un cambio para el que, como el propio Fernando dice, es necesaria la utopía. Una utopía que, como a su vez decía Eduardo Galeano, está en el horizonte. Y un horizonte que siempre está lejos pero hacia el que, gracias a Fernando, caminamos (para eso sirve la utopía, para caminar) cada día con algo más de luz y optimismo.

¿Aprender?, sí, pero antes que todo vivir. Aprender a través y en relación con la vida.

John Dewey

La vida no enseña nada directamente, sólo refuta falsos prejuicios.

Nicolás Gómez Dávila. Escolios a un texto implícito

 

UC3M https://flic.kr/p/rUwFRD cc by-sa

UC3M https://flic.kr/p/rUwFRD cc by-sa

Jugar el partido* y no quedarnos solo con imaginar cómo sería jugar el partido, ni siquiera con preparar el partido. Jugar el partido con la convicción de que jugarlo es la mejor manera de aprender a jugar. Jugar el partido para entender que en el campo no todo está bajo control, que las cosas no son ni blanco, ni negro, que se puede jugar bien y perder, pero que también, al revés, se puede jugar mal y ganar. Jugar el partido para aprender de los errores. Jugar el partido, eso sí, para ser cada día mejor jugador. Jugar el partido por jugarlo.

Cualquiera que haya hecho o haga deporte sabe que jugar el partido no es fácil. Que nada es innato. Que no basta con saltar al campo para saber jugar. Que no basta con saber jugar para jugar bien. Que por mucho que nos empeñemos, las cosas no siempre salen bien.

Cualquiera que haya hecho o haga deporte sabe que la distancia entre poder hablar sobre el juego y poder jugar es infinita. Que jugar el partido requiere muchas horas de entrenamiento, mucho esfuerzo y mucho sacrificio. Requiere a partes iguales de conocimientos, habilidades y actitudes. Requiere poner a jugar simultáneamente cabeza, cuerpo y corazón. Que jugar el partido moviliza muchos y variados conocimientos. Requiere conocer y comprender las reglas del juego, las escritas y las no escritas. Requiere también mucha técnica. Jugar el partido implica repetir hasta el aburrimiento jugadas, tácticas y estrategias. Requiere interiorizar y automatizar movimientos. Requiere memoria y creatividad. Anticipación y repetición. Improvisación y planificación. Ser capaz de recordar lo que pasó y visualizar lo que aún tiene que pasar. Requiere jugar sin parar de pensar, pero hacerlo como si no estuvieras pensando.

Luis Lorenzo Goncalves https://flic.kr/p/nx8CJb cc by-nc-sa

Luis Lorenzo Goncalves https://flic.kr/p/nx8CJb cc by-nc-sa

Cualquiera que haya hecho o haga deporte sabe que jugar el partido requiere confianza en uno mismo y, si es un deporte de equipo, confianza en los otros. Requiere saber gestionar la incertidumbre y los nervios. Controlar las emociones y los impulsos. Requiere aprender a tomar decisiones. Requiere asumir que a veces las cosas no salen como uno quisiera. Requiere saber tolerar la frustración y la confusión. Requiere mantener la concentración y el esfuerzo hasta el último minuto. Jugar el partido requiere conocer tu estado de ánimo y el de tus compañeros. E imaginar el de los rivales. Requiere entender lo que pasa en el terreno de juego, pero también lo que está pasando fuera del mismo.

Cualquiera que haya hecho o haga deporte sabe que jugar el partido no solo es difícil. Es complejo. Está lleno de conocimientos no escritos, conocimientos tácitos y pegajosos, difíciles de transmitir a otros. Y que por eso, no hay libros, ni manuales, ni instrucciones que nos sirvan para aprender a jugar el partido.

Cualquiera que haya hecho o haga deporte sabe que, al final, la única manera de prepararse para jugar el partido es jugándolo. Sabe que para aprender a jugar hay que jugar. Igual que la única manera de prepararse para la vida es viviéndola.

Nathalie Capitan https://flic.kr/p/qvvErL cc by-nc-sa

Nathalie Capitan https://flic.kr/p/qvvErL cc by-nc-sa

Preparar para la vida siempre ha sido el fin de toda educación. Al fin y al cabo, educar no es otra cosa que preparar para la vida. Pero el fin de la escuela no siempre ha sido preparar para la vida, no al menos con el sentido global con el que hoy lo entendemos. Es cierto que son muchos los educadores que a lo largo de la historia han reclamado una mayor conexión entre la escuela y la vida, entre el aula y lo que sucede fuera de la misma. Es cierto que para muchos el lema dejad que la vida entre en la escuela ha sido y es su norte pedagógico. Pero estos educadores han estado (y siguen estando desgraciadamente en muchos casos) en los márgenes del sistema. La realidad es que, durante la mayor parte de su historia, la escuela ha tenido principalmente un fin profesionalizador y selectivo, no un fin formativo, ni de preparación para la vida (Fernández-Enguita, 2018).

Preparar para la vida no era un asunto escolar, o no era un asunto principalmente escolar, sino la responsabilidad de otros entornos (no formales e informales) donde también se educaba y se sigue educando hoy, la familia, los amigos, el barrio, el ocio.

Pero ahora sí lo es. Hace ya varias décadas que hemos atribuido de manera clara y explícita a la escuela un rol preponderante, aunque no exclusivo, en la compleja tarea de educar a las personas. Hace ya varias décadas que los sistemas educativos de todo el mundo han declarado su intención de formarnos a todos de manera integral. Formarnos a todos para que podamos responder e intervenir de la manera más apropiada posible con respecto a los problemas que nos depara y deparará la vida, no solo en el ámbito profesional, sino también y siguiendo a Jacques Delors, en los ámbitos personal, social y académico. Hace años que pedimos a la escuela que contribuya de manera decisiva a desarrollar en todos (sin dejarse a nadie) las competencias necesarias para llevar adelante nuestros proyectos vitales. Que nos ayude en la compleja tarea de aprender a ser, aprender a conocer, aprender a hacer y aprender a vivir juntos. Que nos ayude, en definitiva, a jugar el partido.

Victor Bezrukov https://flic.kr/p/puHy7z cc by-nc

Victor Bezrukov https://flic.kr/p/puHy7z cc by-nc

Pero educar de manera integral a todos, igual que jugar el partido, es un asunto de gran complejidad. Y al igual que sucede en el campo de juego, no basta con saber para saber jugar, sino que es necesario también saber hacer y hacer con sentido. Lo que sabemos no transmuta en planes de acción, dice Juan Ignacio Pozo (2016), si no estamos acostumbrados a afrontar la incertidumbre que supone tomar decisiones y abordar nuevos territorios por los que nunca hemos transitado.

A jugar solo aprendemos jugando.

Pero en la escuela muchas veces, como advierte Fernando Trujillo (2018), no llegamos a jugar el partido. Hemos tratado de enfrentar el reto de la complejidad mediante la fragmentación y la división del todo en sus elementos; separando y disciplinando el conocimiento; centrándonos en un solo tipo de conocimientos; inhibiendo la acción; ignorando la transferencia de conocimientos; haciendo hincapié más en un aprendizaje sobre las cosas que en un aprendizaje para hacer algo con esas cosas; orientando, en suma, el aprendizaje más al decir que al hacer, como si aprender sobre algo fuera suficiente para luego poder hacer algo. En la escuela, dice Trujillo, “somos, en muchos casos, entrenadores sin partidos.

Nick Southall https://flic.kr/p/6kjb5G cc by-nc

Nick Southall https://flic.kr/p/6kjb5G cc by-nc

Y aunque es cierto que, en algunas situaciones, esta estrategia tiene su utilidad y es efectiva también sabemos que no es suficiente. Reducir la complejidad a sus elementos y tratar de abordarla desde el dominio de las partes puede funcionar bien para aproximarnos a ciertos problemas, pero no es efectiva si lo que pretendemos es abordar metas educativas complejas como las actuales. El problema es que la suma de las partes casi nunca da como resultado el todo. Que los elementos aislados no tienen mucho sentido en ausencia del juego completo. Que aprender a decir no nos garantiza que cuando llegue el momento seamos capaces de jugar.

Que para jugar necesitamos también del campo de juego.

Aprender a decir y aprender a hacer son dos formas diferentes de conocer el mundo. No basta con tener conocimientos para saber usarlos, dice Juan Ignacio Pozo (2016). Aprender a hacer requiere una participación activa (y social); saber relacionar la nueva información con el conocimiento previo; la autorregulación y la reflexión; comprender más que memorizar; aprender a transferir; dar tiempo para la práctica y atender a las diferencias de desarrollo e individuales (Stella Vosniadou).

En este contexto, la clave para abordar los retos educativos actuales pasa por acortar la distancia entre el saber, el saber hacer y el saber ser, desarrollando al máximo la capacidad de los estudiantes para movilizar y transferir los conocimientos recibidos. Saber hacer, usar el conocimiento adquirido, requiere un entrenamiento específico basado en la solución de problemas, no en la mera acumulación de saberes (Juan Ignacio Pozo, 2016). Requiere, como dice Erik de Corte (2016), trabajar “la capacidad de aplicar con flexibilidad y creatividad los conocimientos y las habilidades adquiridas de manera significativa, en una variedad de contextos y situaciones”. Aprender nos hace competentes cuando podemos activar y usar los conocimientos recibidos (Marchesi y Martín, 2014), cuando somos capaces de movilizar y combinar pertinentemente conocimientos diversos.

Peter Megyeri https://flic.kr/p/rR4xU cc by

Peter Megyeri https://flic.kr/p/rR4xU cc by

Afrontar los retos actuales de la educación exige cambios que tienen que ver tanto con el qué debemos aprender, como con el cómo debemos hacerlo. O, dicho de otra manera, afrontar los retos educativos hoy implica cambios en el que debemos enseñar y en el como debemos hacerlo.

No basta con una única manera de enseñar, ni con la transmisión de un único conjunto de conocimientos.

Saber jugar el partido nos exige no sólo adquirir una base de conocimientos accesible y organizados (los hechos, símbolos, conceptos y normas que constituyen los “contenidos” más tradicionales que la escuela ha transmitido normalmente), sino también “estrategias para abordar los problemas; conocimientos metacognitivos y sobre la propia motivación y las emociones; capacidad de autorregulación de esos procesos cognitivos y volitivos; creencias positivas acerca de uno mismo como alumno” (Erik de Corte, 2016).

Nuestras cabezas están llenas de ideas y habilidades útiles que no vienen a la mente cuando son necesarias,” dice Guy Claxton. Todos somos capaces de pensar y hablar sobre el juego mucho mejor de lo que podemos jugarlo. El tipo de aprendizaje que necesitamos hoy implica trabajar la capacidad de “interpretar, reflexionar, razonar, pensar de manera abstracta, resolver problemas y generalizar lo que se aprende.”

Pero también requiere ir más allá de la mera reflexión racional. Requiere comprender la estrecha relación que existe entre emoción y aprendizaje. “Trabajar la capacidad para relacionarnos con los otros; comprender y manejar las emociones; establecer y lograr objetivos; tomar decisiones autónomas; y confrontar situaciones adversas de forma creativa y constructiva”. (Ortega Goodspeed, 2016)

Juan Antonio https://flic.kr/p/4jrdbH cc by-nc-sa

Juan Antonio https://flic.kr/p/4jrdbH cc by-nc-sa

Requiere, también, como sostiene Guy Claxtonprestar atención a las experiencias, las intuiciones y las corazonadas; atender a lo que dice nuestro cuerpo y nuestro entorno; soñar despierto y proyectar alternativas. Requiere ir más allá de un aprendizaje cerebral, incorporando también un aprendizaje corporal. Requiere comprender que el cuerpo desempeña un papel crucial en los procesos cognitivos. Que “sin sentimientos e intuiciones, la inteligencia abstracta se aleja de las sutilezas y complejidades del mundo real. Que somos capaces de explicar y comprender, pero incapaces de vincular esa comprensión con las necesidades y presiones de la vida cotidiana ” (Guy Claxton, 2015). El tipo de aprendizaje que necesitamos pasa por adquirir no sólo un conjunto de conocimientos y habilidades, sino también saber cuándo, cómo y con qué propósito podemos y debemos utilizar esos conocimientos y esas habilidades adquiridas.

Para preparar para la vida, la escuela debe buscar el desarrollo, en cada alumno, de un conjunto de conocimientos, habilidades, emociones, actitudes y valores que le permitan afrontar situaciones nuevas e imprevistas (Pérez Gómez, 2014). El principal desafío que enfrenta la escuela hoy es, por tanto, dotar a cada alumno de la “capacidad de asumir su realidad, reflexionar críticamente sobre ella, y decidir con autonomía intelectual” (Mella Garay, 2003).

Carolina Birizamberri en un entrenamiento de la selección uruguaya de fútbol femenino sub 17 en Montevideo

Carolina Birizamberri en un entrenamiento de la selección uruguaya de fútbol femenino sub 17 en Montevideo

Preparar para la vida sitúa a la escuela ante la necesidad de preparar a los estudiantes no para ser receptores pasivos de contenido, sino para convertirse en agentes activos que puedan manejar su carga de trabajo y evaluar sus progresos.” (Farrington, 2012). Preparar para la vida nos obliga a jugar el partido.

Y al igual que no hay un manual para jugar el partido, no existe una única metodología que nos prepare para la vida. La única respuesta ante la complejidad pasa por el dominio de múltiples estrategias y metodologías que nos garanticen que estamos trabajando no solo los componentes conceptuales (saber decir), sino también los componentes procedimentales (saber hacer) y actitudinales (saber ser). Pasa por llevar a los estudiantes al territorio de los proyectos y los problemas, entendiendo como tales tareas relativamente abiertas, que no tienen una única solución y que requieren de una gestión metacognitiva.

Aprendemos desde lo que pasa y desde lo que nos pasa.

Aprendemos cuando cruzamos las paredes del aula. Aprendemos a campo abierto. Aprendemos desde el territorio, desde la práctica y desde la experiencia. Aprendemos en el campo de juego. Aprendemos, una vez más, jugando. Preparar para la vida nos sitúa irremediablemente en la esfera de la acción. Aprendemos haciendo y reflexionando sobre lo que hemos hecho. Preparar para la vida nos lleva, una vez más, a jugar el partido.

Pierre Metivier https://flic.kr/p/DdMn5 cc by-nc

Pierre Metivier https://flic.kr/p/DdMn5 cc by-nc

 

Este artículo fue escrito y publicado originalmente para la Revista Ruta Maestra (nº25) editada por Santillana Colombia, a quien aprovecho para agradecer su confianza y su invitación a escribir y formar parte de un número especial dedicado a metodologías activas y en el que han escrito, entre otros, amigos como Miguel BarreroPepe MenéndezClara MegíasManuela FernándezÁngel FidalgoAlfredo HernandoÁngeles AraguzMarino Gallego o Mariana Ferrarelli. Aquí os dejo la versión en pdf.

Referencias bibliográficas:

*La metáfora original es de David Perkins en su libro Making Learning Whole. How Seven Principles of Teaching can Transform Education. Jossey-Bass. 2009

Guy Claxton (2008). Cultivating Positive Learning Dispositions. Disponible en https://www.seas.upenn.edu/~eas285/Readings/Claxton.Learning%20Dispositions.pdf

Guy Claxton (2015). Intelligence in the Flesh.Why your mind needs your body much more than it thinks. Yale University Press. P. 5

Erik De Corte (2016). OCDE, OIE-UNESCO, UNICEF LACRO. La naturaleza del aprendizaje: Usando la investigación para inspirar la práctica. Disponible en https://www.unicef.org/lac/20160505_UNICEF_UNESCO_OECD_Naturaleza_Aprendizaje_.pdf

Jacques Delors (1996). La educación encierra un tesoro. Disponible en http://www.unesco.org/education/pdf/DELORS_S.PDF

Camille A. Farrington (2012). Teaching Adolescents To Become Learners. https://consortium.uchicago.edu/sites/default/files/publications/Noncognitive%20Report.pdf

Mariano Fernández Enguita (2018). Más escuela, menos aula. Morata. Madrid

Álvaro Marchesi y Elena Martín (2014). Calidad de la enseñanza en tiempos de crisis. Alianza Editorial. p. 292

Elia Mella Garay (2003). La educación en la sociedad del conocimiento y del riesgo. Revista de enfoques educacionales, Volumen Nº 5 (1). http://www.facso.uchile.cl/publicaciones/enfoques/07/Mella_LaEducacionenlaSociedaddelConocyelCambio.pdf

Tamara Ortega Goodspeed (2016). Desenredando la conversación sobre habilidades blandas. Disponible en http://repositorio.minedu.gob.pe/bitstream/handle/123456789/4844/Desenredando%20la%20conversaci%C3%B3n%20sobre%20habilidades%20blandas.pdf?sequence=1&isAllowed

Ángel Pérez Gómez (2014). Aprender a pensar para poder elegir. Cuadernos de Pedagogía, Nº 447, Sección Monográfico, Julio 2014

Juan Ignacio Pozo (2016). Aprender en tiempos revueltos. La nueva ciencia del aprendizaje. Alianza. p. 191

Fernando Trujillo Sáez (2018). Activos de aprendizaje. Utopías educativas en construcción. SM. p. 81

Stella Vosniadou (2017). Cómo aprenden los niños. Disponible en https://www.uv.mx/rmipe/files/2017/02/Como-aprenden-los-ninos.pdf

Fuente; https://carlosmagro.wordpress.com/2019/03/19/jugar-el-partido/

Comparte este contenido:

Debaten en Cuba sobre retos de la educación en Latinoamérica

Por: Prensa Latina/06-02-2019
La Habana, 6 feb (PL) Sobre el rol de las organizaciones sindicales por la unidad de los educadores y la necesidad del diálogo continental sobre la educación, debatirán hoy aquí los delegados al XVI Congreso Internacional Pedagogía 2019.
Para esta tercera jornada del evento están previstas, además, ponencias sobre la cultura frente a las estrategias de dominación imperial, y acerca de la educación y conciencia crítica, esta última a cargo del teólogo brasileño Frei Betto.

La víspera, se realizó un homenaje al líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro (1926-2016), en el que se abordó la prioridad que le concedió a la educación y las estrategias creadas para impulsar la formación académica de los cubanos.

Más de 600 delegados de 42 países participan en el Congreso, que sesionará hasta el viernes próximo en el Palacio de las Convenciones.

El evento incluye simposios, paneles, y la presentación de más de mil 500 trabajos de profesores e investigadores procedentes principalmente de Angola, Mozambique, Suráfrica, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, China, Francia, España, Italia y Estados Unidos.

De acuerdo con los organizadores, la cita permite socializar resultados científicos y buenas prácticas del quehacer de miles de profesionales de la educación que contribuyen con su labor al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

*Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=250552&SEO=debaten-en-cuba-sobre-retos-de-la-educacion-en-latinoamerica
Comparte este contenido:

Reunión Grupos CLACSO

Por Luis Bonilla-Molina

A continuación comparto con ustedes la invitación a la Reunión de Grupos Clacso que se realizará  este 24 de septiembre de 4:00 a 6:00 pm en la Universidad de San Buenaventura en Medellín.

Fuente de la reseña: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=2055791797810155&set=a.139587302763957&type=3&theater

Comparte este contenido:

Ecuador: Reto en la educación con emprendimientos sociales

Redacción El Heraldo

La Cumbre Mundial de Docencia impulsada por la organización internacional Teach For All se desarrolló en Londres, donde asistió Fabián Andrés Vaca Haro, docente de la Unidad Educativa del Milenio ‘Pueblo Kisapincha’, quien presentó la ponencia ‘Adapta, innova y empodera, cómo impactar una empresa multicultural’.

El joven ecuatoriano que también pertenece a la ONG Enseña Ecuador, compartió el proceso vivido en la comunidad. Expuso los retos que se dan en la clase multicultural. Partió de la adaptación, que implica compartir entre docentes y alumnos el diario vivir; es decir, sus costumbres y tradiciones, para luego enfocarse en los requerimientos del aula con el propósito de mejorar el aprendizaje y finalmente, el empoderamiento de estudiantes con proyectos educativos, como el mini museo del Inti Raymi o la investigación estudiantes respecto a las plantas para generar jabones caseros.

Durante cuatro días se reunieron maestros de 50 países que presentaron la realidad educativa en sus sectores. La cumbre permitió observar las realidades locales y afrontar los retos en la  educación a nivel mundial. “Recibí ideas para aplicarlos a nivel local y se establecieron alianzas internacionales”, sostuvo el docente.

En Naciones Unidas se unieron los representantes de varios países y meditaron respecto a los retos de la educación. El mundo demanda de los emprendimientos sociales. En Viena de Austria, el joven recibió la certificación de Innovación Social. (I)

Fuente: http://www.elheraldo.com.ec/el-reto-en-la-educacion-son-emprendimientos-sociales/

Comparte este contenido:

Enseñar a aprender: el reto docente

Por: Joan Domingo y Juan Segura

La formación orientada a competencias es algo que se establece tanto por la normativa vigente como por el sentido común. Las competencias, en el sentido de la enseñanza, hacen referencia al conjunto de habilidades procedimentales, destrezas, conocimientos y actitudes que la persona debe poder adquirir y demostrar haber adquirido a lo largo de su período de formación. No obstante, una competencia no se adquiere estudiando ni enseñando sino que se aprende practicando. Por ello es frecuente en la formación profesional que se adquiera la práctica pero, llegados a la parte de, llamémosla teoría, los estudiantes lo consideren algo tedioso. Y es evidente que no lo es.

La normativa relativa a la Formación por Competencias relativo al Sistema Nacional de Cualificaciones Profesionales  está recogida en la Ley Orgánica 5/2002, de 19 de junio, de las Cualificaciones y de la Formación Profesional y en el catálogo de Certificados de Profesionalidad (Real Decreto 34/2008, de 18 de enero, por el que se regulan los Certificados de Profesionalidad). Ambas normas describen con claridad que las competencias deben tener «significación para el empleo», y que deben ser «adquiridas a través de un proceso formativo formal e incluso no formal». Es clave, entonces, disponer de profesorado con destrezas específicas para poder impartir este tipo de formación tanto formal como informal. Aunque la parte de contenidos profesionales específicos queda definida por los currículos, no es tan clara la parte de las competencias transversales. En ambos casos será del mayor interés utilizar un extenso abanico de posibilidades metodológicas que permitan trabajar sobre todo las competencias transversales, siendo estas las que quizás presenten mayor interés formativo.

En el ámbito de las tecnologías en general es importante considerar, ante todo, que el conocimiento es de rápida obsolescencia; esto es, lo que hoy forma parte de nuestro entorno tecnológico cotidiano, se verá reemplazado rápidamente por avances que influirán de forma decisiva y a un fuerte ritmo en nuestro comportamiento como sociedad. Con independencia de los estudios profesionales, hay aspectos como el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones que, con independencia del ámbito, no deben ser ajenos ni a docentes ni a discentes.

En esta idea y en este empeño es donde centramos nuestro esfuerzo en la formación del profesorado que debe encontrar las mejores formas de transmitir, por una parte, ideas clave sobre los fundamentos de cada especialidad y, sobre todo, perspectivas de futuro de la misma en base a revisiones históricas, no como una disciplina aislada, sino en relación con los hechos relevantes de cada momento para establecer las oportunas conexiones con hechos coetáneos relevantes y, por otra parte, encontrar instrumentos metodológicos variados que permitan una mayor y más óptima adquisición de las actitudes, como competencia.

La idea de que un trabajo no será para toda la vida y que cualquier trabajo, en sí mismo, cambiará con el paso de los años la forma de desempeñarlo es otro de los elementos clave de la formación profesional; para ello, los docentes deben contar con instrumentos que permitan que este concepto sea plenamente asumido por cualquier estudiante. No es suficiente con decirlo sino que, mediante actividades apropiadas, cada estudiante debe llegar a esta conclusión evidente. Algunas evidencias como esta, hay que recordarlo de forma continuada, no lo son hasta que se ponen de manifiesto y se toma conciencia de ellas.

En el caso de los docentes de la formación profesional es del mayor interés que dispongan de un variado espectro de elementos metodológicos y, para ello, es fundamental que estén instruidos para ello. Una gran parte de los formadores son profesionales del sector y, quizás en muchos casos, poseedores del antiguo título del Certificado de Aptitud Pedagógica (CAP) que fue sustituido por el actual Máster en Formación Profesional, originado por el R.D. 860/2010, de 2 de julio. La formación recibida en los últimos años por los docentes que ya han cursado dichos estudios de máster va más allá de la que se impartía en el CAP y ello es esperanzador en cuanto a que, conocedores de muy variadas metodologías, puedan hacer su trabajo mirando al S. XXI y no al S. XX.

Las personas que son docentes y que no disponen de este conjunto de elementos metodológicos, porque no tuvieron instrucción en su momento para ello, deberían acceder a cursos de formación, de posgrado, de actualización, subscribirse a revistas, ya sea electrónicas o de papel, estar al día en cuanto a propuestas metodológicas para poder valorar la conveniencia de incorporarlas a su docencia a fin de poder realizar mejor sus intenciones docentes, constituidas por un conjunto de competencias específicas de la materia y  transversales como puedan ser la capacidad de entenderse con otros, negociar soluciones a problemas, encontrar consensos en debates y discusiones, saber criticar sin herir, saber escuchar los argumentos de los demás y comprenderlos, saber defender puntos de vista sin extremismos, ser ecuánimes, ser socialmente razonables, ser conscientes de la situación socioeconómica de cada momento, saber cómo progresar laboralmente sin que ello suponga perjuicio para los demás, tener comportamientos éticos, conciencia medioambiental, anteponer cuestiones de sostenibilidad y otras a cuestiones económicas y, sobre todo, aprender a aprender de forma autónoma.

Este último punto es posiblemente el más importante de cuantos objetivos se pueda plantear un docente: enseñar cómo se aprende. Esta es una competencia clave que cualquier estudiante debe adquirir y no es algo que se pueda articular mediante unas sesiones expositivas de clases, charlas, conferencias, lecturas de texto o visionado de materiales audiovisuales. Es algo que los docentes deben preparar con sumo cuidado y, para ello, deben disponer del anteriormente citado abanico de metodologías.

Las metodologías que se manifiestan más útiles en el aprendizaje son las metodologías activas basadas en el trabajo en equipo. Para ello, el aprendizaje cooperativo/colaborativo, el aprendizaje basado en problemas, en proyectos, el método del caso, la clase invertida o flipped classroom, el método de expertos derivado del método Delphi, el análisis de objetos, junto con otras metodologías activas, crean un escenario óptimo para que los estudiantes aprendan de una forma donde el camino seguido para alcanzar el aprendizaje adquiere tanta o mayor relevancia que el aprendizaje en sí mismo. Insistimos en nuestra convicción de que aquello que se haya aprendido hoy va a ser obsoleto mañana, pero que la forma en que hayamos aprendido hoy seguirá siendo válida a lo largo de toda la vida.

Deben proponerse tareas que exijan al estudiante un camino de aprendizaje sobre la forma en que se puede aprender por cuenta propia, ya que el aprendizaje auditivo, que persiguen las clases de tipo expositivo, no alcanza a la totalidad de los estudiantes; asimismo, las capacidades oratorias del profesorado son otra clave. La propuesta de tareas para hacer en casa no siempre goza del entusiasmo de los estudiantes mientras que si estas tareas contienen un cierto componente lúdico, como es el caso del visionado de vídeos, el uso de simuladores u otros materiales de apoyo audiovisual, estos encargos son mejor recibidos y crean el efecto deseado, que es que el estudiante trabaje también en casa. En cambio, proponer de forma sistemática deberes en formatos clásicos, supondrá en muchos casos que, por acumulación de los mismos o por falta de motivación en realizarlos, queden por hacer y no sólo no produzcan el efecto deseado sino que pueden conllevar penalizaciones, algo que tiene connotaciones negativas. La tradicional cultura del esfuerzo debería superarse mediante fórmulas actualizadas que alcancen el mismo fin, pero por otros medios.

Una planificación en tres fases, a) aprendizaje dirigido, b) aprendizaje guiado y c) aprendizaje autónomo, es clave para conducir al estudiante a que sea el propio responsable de su aprendizaje. En la primera fase es adecuado el uso de guías de estudio pautadas y temporizadas, con instrucciones de qué ir haciendo en cada momento; en la siguiente fase ya no es un aprendizaje completamente dirigido sino que se eliminan algunos elementos de procedimiento y se deja margen de libertad al estudiante. En la tercera fase ya se deja autonomía en el estudio y en la forma de aprender que, en cada caso, y por la evidente diversidad de los estudiantes, será distinta.

No es impropio el uso de la clase expositiva en el aula, de prácticas de taller o laboratorio perfectamente pautadas y de ejercicios y deberes extraacadémicos, pero no es recomendable como menú único. Es mucho más productivo el uso de una buena variedad de técnicas de enseñanza y de aprendizaje y, para ello, el profesional de la docencia debe tener dominio de las más variadas técnicas para poder establecer un menú metodológicamente variado que le permitirá mucho mejor hacer competentes a sus estudiantes, ya no sólo en la materia profesional que les ocupe sino para que dicha profesión se pueda desarrollar con éxito.

Finalmente, señalar que una competencia no es algo que se aprenda sin entrenamiento; no por más enseñar teoría de la natación se aprenderá a nadar, al igual que no por más explicar una competencia se aprenderá, a no ser que se practique durante mucho tiempo hasta que, de alguna forma, cada estudiante la asuma como algo propio, algo que forma parte de su forma de ser, de proceder y de pensar. Y ello supone tomar conciencia del mundo en que vivimos y en cómo será el mundo que nos viene.

Fuente: http://www.educaweb.com/noticia/2017/04/06/ensenar-aprender-reto-docente-13869/

Comparte este contenido:

Tres retos educativos en zonas vulnerables de América Latina

Por: Redacción Diario El País

Los planes educativos en las comunidades rurales deberían centrarse no solo en la formación tradicional y homogénea, sino en fomentar las habilidades productivas de los ciudadanos

Cuando hablamos de educación, generalmente acuden a la mente escuelas, profesores, universidades, libros, zonas de recreo, bibliotecas y alumnos. Ciertamente, esos son los elementos estructurales de cualquier sistema educativo, pero no los únicos. En muchas ocasiones, los planes educativos de los países no responden exitosamente a las necesidades y a las realidades de las comunidades vulnerables, especialmente de aquellas situadas en zonas rurales donde se concentran los porcentajes de pobreza más elevados.

El caso de América Latina, donde aproximadamente el 49% de habitantes rurales son pobres, muestra que los rezagos en los principales indicadores educativos están detrás de la baja productividad al tiempo que son responsables del escaso aprovechamiento de los recursos al alcance de la población.

Esta es una de las razones por la que los planes educativos en las comunidades rurales deberían centrarse no solo en la educación tradicional y homogénea, sino en fomentar las habilidades productivas de los ciudadanos; por ejemplo, mejorar la productividad de los cultivos y fortalecer las capacidades de comercialización y negociación, o mejorar las condiciones económicas de las comunidades a través del turismo rural comunitario.

En América Latina, el 49% de habitantes de zonas rurales son pobres

De hecho, en las zonas rurales y de población indígena, suele haber pocas alternativas de educación y, por lo general, no son de mucha calidad. Para revertir esta situación, se debiera fortalecer los programas comprensibles que contemplen las particularidades de este tipo de poblaciones.

Los tres principales retos que enfrentan las comunidades rurales de América Latina, en términos de formación y educación son:

Universalizar la educación primaria y aumentar los niveles de lectura, escritura y principios matemáticos

En promedio, el 16% de los jóvenes rurales de 15 a 19 años no completan la educación primaria. Por eso, los gobiernos de la región deberían luchar para que todos los habitantes de sus países, al menos en cuarto grado, sepan leer, escribir, sumar y restar. El gran desafío es lograr que los grupos más vulnerables accedan a una educación primaria de calidad y logren completarla de manera satisfactoria. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la educación secundaria es el corte para que un individuo participe activamente en la sociedad y mejore sus condiciones de vida. Otra razón de peso para que los más vulnerables completen exitosamente la educación primaria y, con ello, den el primer paso para salir de la pobreza.

Mejorar el vínculo entre formación y demandas del mercado laboral

La vocación productiva de estas comunidades debe tener relevancia en el mercado, es decir, que el oficio que ejercen sea necesario, demandado y pertinente. Muchas de las comunidades excluidas saben hacer algo que les genera ingresos para la subsistencia, pero no para tener una vida digna. Esto ocurre porque no tienen las capacidades productivas o porque el oficio o la actividad económica a la que se dedican no son atractivos para el mercado.

La vocación productiva de las comunidades debe tener relevancia en el mercado, es decir, que el oficio que ejercen sea necesario, demandado y pertinente

Por ejemplo, imaginen un caso en que un agricultor siembra papa en una comunidad del altiplano boliviano, donde todos los agricultores vecinos siembran la misma variedad de tubérculo (de poco valor comercial) para su autoconsumo y se torna difícil el intercambio o la venta. En el mejor de los casos, ese excedente es vendido a un intermediario que va por la zona y lo compra a precios muy por debajo del mercado, y luego lo revende en los mercados cercanos, con lo cual es aquel intermediario quien se queda con la ganancia de la siembra.

Ahora bien, el cultivo de papa es básicamente el mismo, para variedades de bajo y alto valor, por lo que en este punto es fundamental que el agricultor conozca qué variedad de papa le dará más ingresos por el mismo esfuerzo para así sembrarla. Los agricultores pueden tener las capacidades productivas pero no entender la pertinencia de su producto en el mercado. Desde CAF –Banco de Desarrollo de América Latina tenemos muchos ejemplos de proyectos sociales que buscan nivelar estas capacidades productivas, atentos a la pertinencia del mercado, como el proyecto La Doble Vía Inclusiva en Bolivia.

Poner en práctica sus capacidades de manera eficiente

Es importante que las comunidades puedan interiorizar las capacidades productivas, pero que también puedan desarrollar ciertas aptitudes comerciales, para que sus emprendimientos u oficios puedan capturar las rentas del mercado. Las formaciones en este terreno deben realizar un diagnóstico inicial que las proyecte a algún mercado (turistas, supermercados, empresas de agua).

Por ejemplo, una comunidad campesina cercana a Cuzco (Perú) tiene una actividad económica agrícola de base, pero también realizan tejidos y cerámicas, que les gustaría ofrecer a ese flujo de turistas que llega a la zona atraídos por el Machu Picchu. Si esta comunidad no se asocia con otras y complementa estos productos con servicios como hospedaje y restauración, y se conectan con los operadores turísticos de Lima y Cuzco, lo más probable es que siga en la pobreza, dado que sus habilidades artesanales y de servicio (técnicas) no están acompañadas por habilidades laborales (empatía, trabajo en equipo, puntualidad, respeto) y comercialización (negociación, emprendimiento). Un ejemplo de cómo se puede desarrollar este vínculo es el proyecto Rutas, que mejora las condiciones materiales de comunidades campesinas cercanas a atractivos turísticos.

El desafío es grande y la región reclama acciones oportunas para llegar a las comunidades vulnerables que en muchas ocasiones ven pasar el progreso sin apropiárselo demasiado. Empoderarles a través de la formación será vital para que estos latinoamericanos sean garantes de su propio futuro y el de sus familias.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/02/16/planeta_futuro/1487257767_891354.html

Comparte este contenido:
Page 2 of 4
1 2 3 4
OtrasVocesenEducacion.org