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“Yo, si puedo” fortalece educación nicaragüense gracias a la solidaridad del Comandante Fidel

Nicaragua / 2 de diciembre de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Viva Nicaragua Canal 13

 

 

A la Costa Caribe llegó el legado del Comandante Fidel Castro Ruz con “Yang, lika sipsna” per una costa carib nicaragüenca lliure d’analfabetisme (“Yo, si puedo” por una Costa Caribe nicaragüense libre de analfabetismo), también el pacifico, norte y oriente se beneficia con la semilla de amor de la Revolución cubana en la educación nicaragüense.

El programa “Yo, si puedo” germina en diferentes países de Mesoamérica y el Caribe, por método de enseñanza sustentado en vídeo clases, una sencilla cartilla y el manual del facilitador han brindado a Nicaragua reducir la brecha de analfabetismo, que mantenía a su población en el oscurantismo impuesto por los gobiernos neoliberales.

Orlando Pineda, Coordinador del Programa “Yo, si puedo”, brinda estadísticas con resultados favorables al método cubano adaptado por países de AméricaÁfrica y Oceanía.

Fuente de la Noticia:

«Yo, si puedo» fortalece educación nicaragüense gracias a la solidaridad del Comandante Fidel

ove/mahv

 

 

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Frei Betto: “Fallamos en la educación política del pueblo”

Redacción: Caras y Caretas

Carlos Alberto Libânio Christo, más conocido como Frei Betto, es uno de los máximos exponentes actuales de la teología de la liberación. Es autor de más de 50 libros, entre ellos, Fidel y la religión, una larguísima conversación con el líder histórico de la Revolución cubana.

Amigo del propio Fidel, del expresidente brasileño Lula da Silva y del exmandatario venezolano Hugo Chávez, pasó por Montevideo para asistir a un conversatorio sobre Izquierda, soberanía y globalización junto al expresidente José Mujica y la vocera del Bloque Nacionalista Galego, Ana Pontón.

En entrevista con Caras y Caretas, Betto analizó la actualidad brasileña tras la victoria de Jair Bolsonaro y algunas de las causas que la provocaron. Además, habló de los errores de la izquierda, de la corrupción, de la resistencia y del pecado capital durante estos años de gobiernos progresistas: “No educamos políticamente al pueblo y estos son los resultados”.

¿Cuál es la valoración que hace de la coyuntura actual de Brasil?

Es muy difícil. Varios han sido los factores que permitieron la elección de un hombre de extrema derecha como lo es Jair Bolsonaro. Este militar está montando un gobierno que no es propiamente militar, pero es un gobierno de militares. Incluso funciones que desde hace muchos años fueron asumidas por civiles ahora están siendo asumidas por militares. Incluso ministerios, como el de Defensa, que desde 1999 y hasta febrero de este año, tenían titulares civiles, vuelven a tener jerarquías militares. Ya con Temer volvieron a poner allí a un general y ahora eligieron a otro. Estamos delante de un gobierno con muchas características fascistas, por las amenazas de represión, de censura, de expulsión de gente, incluso lo que ha pasado ahora con el programa Mais médicos y los médicos cubanos, a los que Bolsonaro ofendió terriblemente, llamándolos como trabajadores en situación análoga a la esclavitud. El gobierno de Cuba respondió de forma clara y digna y llamó de vuelta a esos médicos y eso se comprende desde el punto de vista de la defensa de la dignidad del pueblo de Cuba y sobre todo desde la integridad moral de esos médicos. Pero el pueblo quedó sin asistencia por culpa del gobierno de Temer y por culpa de la presión que hace Bolsonaro sobre el gobierno de Temer de no asumir el compromiso de seguir asegurando a la gente más vulnerable, más pobre, que vive en las zonas más remotas, como los indígenas o los descendientes de esclavos a los que llamamos quilombolas. Esa gente quedó sin ninguna asistencia médica. En todo Brasil tenemos actualmente 5.700 municipios, de los cuales 3.628 tenían solamente presencia de médicos cubanos y ahora no tienen ningún médico. Se estableció ahora una suerte de alistamiento de nuevos médicos brasileños; teóricamente se dice que ya hay más de 5.000 anotados pero quiero ver si están dispuestos a ir a estas áreas más remotas y pobres. Habrá que ver qué hace este nuevo gobierno, que es un gobierno rabioso, que emana odio, que trata a la oposición como enemiga, que les dice a los que están en contra que se vayan de Brasil o irán a la cárcel. Dependemos mucho de la solidaridad internacional para presionar para que se respete el juego democrático. Bolsonaro fue elegido democráticamente, como Hitler, en Alemania, en 1933, hace 85 años. Espero que no pase lo mismo que pasó en Alemania. Estamos tratando de denunciar el carácter fascista de este gobierno y al mismo tiempo de fortalecer la resistencia y esa resistencia va a depender de los apoyos que logremos conseguir.

Brasil venía de cuatro gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) y da un giro radical con la elección de Bolsonaro. ¿Cómo se explica?

Primero hay que decir que hay un antipetismo muy fuerte. Ese antipetismo se ha creado por varios factores. El PT en los dos mandatos de Lula y durante el primero de Dilma ha sido muy exitoso, ha hecho unos muy buenos gobiernos. Pero el segundo mandato de Dilma fue un desastre,. Incluso el hecho de poner la economía en mano de Joaquim Levy, que es un economista ultraliberal que ahora vuelve con Bolsonaro, fue una decisión muy mala. Eso creó una inestabilidad económica muy fuerte, lo que facilitó el golpe de Temer y desde ahí la operación Lava Jato trató de encarcelar a Lula para evitar que pudiera ser presidente o candidato a presidente este año porque todos sabíamos que si él se presentaba, ganaba. Porque tenía ganada la elección, estaba garantizada. Tenía 39% de apoyo entre los electores. La prueba de que fue encarcelado por razones políticas es que el juez Sergio Moro ahora aceptó por parte de Bolsonaro el premio por los servicios prestados y será ministro de Justicia con amplios poderes. Ahora bien, es cierto que hubo casos de corrupción dentro del PT, no de todos, pero sí de importantes dirigentes. Y hasta ahora no se han hecho autocríticas sobre estas cosas, nadie ha hecho una investigación interna para saber si los compañeros son culpables o no de haber traspasado los límites éticos y eso creó un gran descreimiento en el partido. De los 57 millones de votos de Bolsonaro, creo que una buena parte no son por Bolsonaro, sino que son para que el PT no vuelva. A pesar de eso, el PT logró formar la mayor bancada de diputados federales, que son 56, seguido por la bancada del partido de Bolsonaro, que son 52.

¿En qué medida la falta de autocrítica del PT posibilitó este ascenso de Bolsonaro y de la ultraderecha en Brasil?

Yo estoy convencido de que eso influyó mucho. El PT debería haber tenido la humildad de reconocer sus errores, sus equivocaciones, no solamente en el tema de la ética, sino otros errores que también ha cometido en la conducción de la política brasileña, porque, por ejemplo, han sido 13 años de gobierno y no se pudo hacer ninguna reforma estructural, no se hizo la reforma agraria, no se hizo la reforma tributaria, no se hizo la reforma política y hoy el partido es víctima de la reforma política que no hizo. Hubo alguna pequeña reforma en las pensiones de los funcionarios federales, la única, pero las reformas importantes no se hicieron. El PT, además, cometió otro error, el priorizar el acceso de la gente a los bienes personales, como los teléfonos, los autos, los viajes, electrodomésticos, televisores. Pero debió priorizar el acceso a los bienes sociales, como la salud, educación, saneamiento, transporte. Creó mucha más conciencia de consumo que de protagonismo político.

¿Los gobiernos del PT desvalorizaron la batalla ideológica?

Sí, claro. El trabajo que yo llamo de alfabetización política no se hizo. Y eso se vio en pequeñas cosas. La publicidad del gobierno se le daba más a los medios opositores al gobierno que a los que apoyaban. Por ejemplo, las radios y televisoras comunitarias no tuvieron apoyos del gobierno, a no ser en el primer momento con Lula; cuando el ministro de comunicaciones era Miro Texeira, que no era del PT, pero fue lo mejor que tuvimos, que impidió que estas radios fueran sancionadas. Radios que la prensa grande llamaba piratas, pero que no tenían nada de piratas, sino que eran de sindicatos, comunitarias, de movimientos sociales. Esa competencia que se podía dar no interesó y esos medios y ese sistema no tuvieron apoyo e incluso muchas veces fueron reprimidas por la misma Policía Federal, que también las llamaba piratas.

¿Se puede avanzar en la democratización de la sociedad si no se atiende este factor de educación política?

No, no se puede. La democratización depende de educación, de cultura y del arte. Ahí, para avanzar en ese plano, debemos pasar por los medios de comunicación, por las escuelas y por un incremento de las iniciativas artísticas. Tenemos que enseñar a la gente a pensar, a tener pensamiento crítico. Aprender a tener opciones para que la gente sencilla se torne sujeto. Para eso Brasil tiene un patrimonio inestimable que es la metodología de Paulo Freire, pero eso no se aplicó sistemáticamente. Esta tarea, que yo llamo de alfabetización política, no se trató, no se discutió con seriedad. Sí se tomaron algunas iniciativas, creamos una red de educación ciudadana que en realidad era una red de educación popular dentro de los gobiernos de Lula y Dilma, pero nunca con mucho apoyo. Siempre como iniciativa de algunos compañeros que trabajaban en esos planos, pero no con apoyo real desde el gobierno.

¿Cómo espera que sea el trato del futuro gobierno frente a los movimientos sociales?

Las manifestaciones de Bolsonaro fueron bien claras: para él son movimientos terroristas y se aplicará la ley antiterrorista y tenemos que decir que esta ley es del gobierno de Dilma. Estamos esperando mucha represión y espero que también haya mucha resistencia del pueblo, que se mantiene organizado en defensa de sus líderes y de sus derechos constitucionales. Desde que Temer asumió vivimos en Brasil un momento de mucha turbulencia, de mucha agitación interna, y vamos a seguir en eso, no hay dudas.

¿La persecución de los movimientos sociales y políticos se puede irradiar al resto del continente, teniendo en cuenta la dimensión del Brasil?

Posiblemente sí, porque hay un avance de la derecha en el mundo. Eso, además, ha sido favorecido por el control de los medios digitales. Nosotros somos ingenuos. Yo no sabía que internet era una invención militar de los años 40, que sólo tenían las fuerzas armadas de Estados Unidos y la Unión Soviética. Internet llegó a nosotros en los años 80, cuando dejó de ser un secreto militar. Pero es ingenuo pensar que esas grandes empresas, como Microsoft, Facebook o Google no controlan nuestras agendas personales, nuestros gustos, nuestras preferencias. Lo controlan porque están al servicio del mercado y no de nuestros intereses o para facilitar nuestros diálogos interpersonales a larga distancia. Esto es utilizado por este señor Steve Bannon para influir en elecciones en más de 50 países. Efectivamente, el resultado de toda esa utilización es positivo para ellos; han logrado la elección de Trump, han logrado el brexit, han logrado la elección de Bolsonaro. Yo mismo recibí en mi WhatsApp personal una transmisión desde Estados Unidos que pude identificar por el código, era de Massachusetts, y venía en portugués, como si fuera desde Brasil. Fue un plan muy bien orquestado para influir en las elecciones. E influyeron.

¿Usted cree que hubo una influencia externa en las elecciones brasileras?

No tengo ninguna duda, hubo un ataque cibernético muy bien hecho. Un ataque que llegó a cerca de 50 millones de teléfonos. Nosotros tenemos más de 100 millones de teléfonos en Brasil y ellos llegaron a la mitad.

¿Hasta qué punto la democracia que conocemos está en riesgo si las elecciones que le dan sentido pueden ser manipuladas desde el exterior, con campañas tecnológicas?

Para mí es muy preocupante. En Brasil en las últimas décadas se creó una serie de medidas para reducir la movilización electoral. Por ejemplo, no se pueden hacer actos con música, no se pueden hacer manifestaciones en la calle en determinadas circunstancias, todo muy estricto. Ese tipo de cosas restringen la libertad y favorecen ese tipo de comunicación directa, vía teléfono o por intermedio de su red personal de computadores que es lo que ellos controlan. Hay que pensar mucho cómo se enfrenta esto, porque son nuevos datos los que hay, nuevas realidades muy significativas que necesitan ser repensadas.

¿Para repensar estas cosas, ¿qué papel deben asumir las academias, los intelectuales?

Así como en la escuela nosotros aprendemos a hacer análisis de texto, tenemos que aprender a hacer análisis de imágenes. Estamos en esa era, la de la imagen. Habría que educar a los niños, a los jóvenes, para tener una mirada crítica de esos medios de comunicación, sobre todo de esos medios digitales. Mucha gente depende de esos medios, es una enfermedad, es gente que no logra desconectarlo en la noche, no logra dormir bien, tiene incluso dificultad para el diálogo interpersonal y entonces recurre al diálogo virtual porque de esa manera hasta puede mentir sobre sí misma. Son fenómenos que nosotros tenemos que analizar bien, porque es un cambio no sólo personal, sino en la vida política. La sociedad en la que vivimos es una sociedad controlada por robots, por algoritmos, por la inteligencia artificial.

¿Cómo ve la situación actual de América Latina?

Estamos pasando un momento difícil en el continente. Los gobiernos progresistas están en crisis, todos, y hay que hacer una evaluación de las causas. Creo que cometimos algunos errores, el primero de los cuales es no haber hecho educación política, formación política del pueblo. Mucha veces confiamos más en los acuerdos con otros partidos que en asegurar la gobernabilidad con el pueblo organizado y movilizado. El segundo factor es que confiamos mucho en las exportaciones de commodities. Cuando yo estaba en la primaria, se decía que Brasil era exportador de materias primas y hoy hablamos de commodities, pero es lo mismo. Éramos y somos una economía muy dependiente de las exportaciones y no hemos logrado crear un mercado interno más robusto, más fuerte. Hemos cometido errores con la corrupción, casos de corrupción que no hemos investigado profundamente ni sancionado. Eso crea una desmoralización muy fuerte. No hemos priorizado el combate a la desigualdad social, no hemos trabajado ni creado una cultura política de proyecto de país. Muchos de nosotros cambiamos nuestra cabeza por un proyecto de poder y no por un proyecto de país. Abandonamos un proyecto de país por uno de poder. Vencer en las próximas elecciones pasó a ser más importante que ir adelante por reformas estructurales que respaldaran un proyecto de país. Todo esto es una lástima porque las víctimas de todos estos errores son los más pobres. Con ellos y para ellos debemos gobernar. Pero muchas veces eso no pasó. Nos dedicamos a administrar un proyecto dentro de una estructura capitalista globocolonizada. No hay globalización sino globocolonización, que es la idea de colonizar el planeta con un solo modelo, el consumista y hedonista.

¿Se puede avanzar en nuestras sociedades sin cuestionar ese modelo?

No, no es nada fácil avanzar dentro de este mundo capitalista y neoliberal. Pero hay que avanzar en cualquier caso desde las bases, creando alternativas desde abajo y muchas veces pensamos que si llegamos al gobierno, hacemos nuevas leyes y por milagro todo va a cambiar. No, no todo va a cambiar. En los medios de comunicación no hemos creado alternativas más interesantes que los medios que nos educan para ser capitalistas y burgueses. Ellos tienen una hegemonía planetaria. Hay muchos desafíos por delante. Por ejemplo, con la ecología. Muchas veces los sectores de izquierda o progresistas tenían prejuicios con el tema ecológico y ese es un tema explosivo porque abarca todas las clases sociales, los pobres, los ricos, los niños, los viejos. De alguna manera, todos somos afectados por la degradación ambiental. El papa Francisco hizo una encíclica, la única socioambiental que hizo, Laudato si se llama. Allí no sólo habla de las víctimas, de los efectos de la devastación ambiental, sino que también habla de al causas y en general en la historia de la ecología los documentos no apuntan a las causas. No hemos sabido trabajar con nuestras propias contradicciones. Teóricamente hablamos de defender la naturaleza, pero hemos permitido la devastación del Amazonas, hemos permitido la quema de la flora, la contaminación de ríos. En los acuerdos firmados internacionalmente muchas veces no fuimos coherentes internamente con la defensa de las tierras indígenas, con la valoración de su manera de vivir, de la que podemos aprender mucho. Yo estoy convencido de que de ese buen vivir podemos aprender mucho. Todavía nuestra lógica es al revés, queremos vivir bien, con una vida burguesa, cómoda, egoísta y no con el buen vivir comunitario de los pueblos originarios de América Latina. Ahí tenemos que dar muchos pasos. Pero tenemos que darlos.

FIDEL
Fidel sigue vivo con su ejemplo, su resistencia, su esperanza. Hemos sido muy amigos, él me concedió una entrevista que tuvo mucha repercusión mundial y de ese encuentro resultó un libro, Fidel y la religión. Desde ahí nos mantuvimos muy amigos, él siempre me llamaba a su casa. La última vez que nos vimos fue el día de su cumpleaños 90 el 13 de agosto de 2016. Y Estuvimos juntos en su casa y después nos fuimos al teatro Karl Marx en La Habana porque le hacían un homenaje por su cumpleaños y después de eso no regresé a Cuba, a no ser luego de su muerte. Fidel era una persona que debe ser enseñada a las nuevas generaciones. En todo fue un ejemplo de vida. Incluso ahora, que no está entre nosotros, siguió siendo un ejemplo al pedir que su nombre no sea colocado en calles, ni avenidas, ni escuelas ni edificios. Un acto de humildad tan grande que recuerda aquella idea de José Martí: toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz. Es justamente la frase que está en su tumba.
Lula
Yo lo visité en la cárcel, ahora debo nuevamente ir antes de la navidad. Él está bien, hace gimnasia, lee mucho, vive en una celda de quince metros cuadrados y sale dos horas diarias a un patio para tomar un poco de sol. Pero claro que está muy indignado porque no hay pruebas consistentes contra él. El propio promotor del juicio dice que no tiene pruebas, sino convicciones. Es una prisión política claramente. Él está como un león guardado en un zoológico, enojado, porque no puede volver a su campo de libertad. Estamos luchando fuerte, pero ahora con el gobierno de Bolsonaro, francamente no sabemos qué puede pasar. Pero psicológicamente está muy bien.

 Fuente: https://www.carasycaretas.com.uy/frei-betto-fallamos-en-la-educacion-politica-del-pueblo/

 

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Reformar la Universidad del siglo XXI

Cuba / 4 de marzo de 2018 / Autor: / Fuente: Granma

Las reformas solo son fecundas  cuando penetran en el espíritu de los pueblos.
José Martí

Una universidad anquilosada en un pasado en extremo conservador, con un modelo arcaico de enseñanza heredado del lastre colonial, caracterizaban la región latinoamericana tras la Primera Guerra Mundial, y la casa de altos estudios de Córdoba, en Argentina, no era la excepción. En un contexto de crisis y de enajenación de los problemas de su sociedad, en ella se erige, en 1918, la primera crítica a la universidad tradicional, en lo que se conoce como la Reforma de Córdoba, hecho histórico de enormes ramificaciones en la región, que este año llega a su centenario.

«Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y –lo que es peor aún– el lugar en donde las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara». Aunque breve, este fragmento del Manifiesto de 1918 resulta contundente, y refleja la situación que vivía la educación superior por aquellos años.

 Sus instituciones seguían siendo los últimos «virreinatos del espíritu» –comenta a Granma Jose Luis García Cuevas, asesor del Ministro de Educación Superior de Cuba–, y en ese contexto el movimiento estudiantil de Córdoba toma la universidad. Para ese entonces, ya se había creado la Federación de Estudiantes del centro, y con ello se concretó la implementación de una serie de reformas relativamente revolucionarias para el momento. En junio de ese año, aparece el conocido Manifiesto Liminar, «un llamado que levantó a las universidades de América Latina», una suerte de declaración de principios de los jóvenes, que tomó el pulso a los problemas más acuciantes de la región.

Los postulados del Manifiesto Liminar se centraron, apunta García Cuevas, en la necesidad de renovar la universidad, del cogobierno estudiantil, la gratuidad de la enseñanza y sobre todo en la vinculación de la universidad con la sociedad. «Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y de consiguiente infecunda», rezaba el documento del movimiento reformista.

Los ecos del Manifiesto fueron seguidos, entre otras acciones, con desfiles en las calles, la creación del Primer Congreso Nacional de Estudiantes y la huelga estudiantil en todo el país. Pero sobre todo –y eso es lo más importante– tuvo su resonancia en toda la región, en países como Paraguay, Chile, Venezuela y Perú, entre otros.

CÓRDOBA LLEGA A CUBA

En el año 1922, la visita a Cuba del doctor José Arce, médico argentino a cargo del rectorado de la Universidad de Buenos Aires, y sus intervenciones acerca de los sucesos de Córdoba, actuaron como detonantes para impulsar el proceso de Reforma Universitaria en nuestro país. La situación en que sumía a la Mayor de las Antillas la dictadura reinante de Gerardo Machado, y la necesidad de romper vetustos modelos de enseñanza y democratizar el acceso a las universidades, eran caldos de cultivo suficientes.

El líder estudiantil Julio Antonio Mella emprende, entonces, el camino. Así es como surge la Federación Estudiantil Universitaria en 1922, y  un año después se realiza el Primer Congreso Nacional de Estudiantes. De igual forma, en 1923 se proclama la Reforma Universitaria –que al decir del doctor José Ramón Saborido Loidi, titular de Educación Superior de Cuba– asumió tres presupuestos: la lucha contra la cátedra vitalicia, la vinculación universidad-sociedad y la depuración de todo elemento corrupto y práctica docente anacrónica que lastrara el pleno desarrollo universitario.

Un asunto clave para el desarrollo del movimiento estudiantil significó que Mella se percatara de que una revolución universitaria implicaba una revolución social, a esa meta dedicó sus últimas fuerzas, así como a darle acceso al pueblo con la creación de la Universidad Popular José Martí, apunta García Cuevas, y señala que fue en Cuba donde la Reforma de Córdoba tuvo su repercusión más radical.

Por ello, como afirmaría Fernando Vecino Alegret, quien fuera ministro de Educación Superior durante más de 30 años en Cuba, no se puede escribir la historia de la universidad cubana sin acudir a la Reforma de Córdoba. No en vano fue uno de los temas centrales del 11no. Congreso Internacional de Educación Superior, que concluyó recientemente en La Habana.

En ese espacio, el doctor Gustavo Cobreiro, rector de la Universidad de La Habana, apuntó que la más profunda transformación «llegó después de enero de 1959», triunfo al cual contribuyó sobremanera la juventud estudiantil. Desde entonces la educación superior cubana «ha estado en un permanente proceso de reforma».

Ejemplo de ello son –grosso modo– la erradicación del analfabetismo, la Reforma Universitaria de 1962, la graduación de casi un millón y medio de profesionales desde 1959 hasta hoy, el crecimiento y expansión de sus instituciones, la superación constante de su potencial humano, los resultados de la vinculación universidad-sociedad, y de la aplicación de la ciencia, la tecnología y la innovación en el desarrollo de la enseñanza.

Todo ello bajo el principio defendido por Ernesto «Che» Guevara, cuando en la Universidad de Oriente, en fecha tan temprana como noviembre de 1959, criticó que estas instituciones pudieran convertirse en un «castillo de marfil alejado de las realizaciones prácticas de la Revolución», por lo que la Reforma Universitaria debía convertirse en un pivote para la «gran tarea de la industrialización del país». Así ha sido durante más de 55 años, en los que la universidad cubana, en permanente transformación, ha sido uno de los puntales del desarrollo de la nación.

LA ACTUALIZACIÓN DE UN MANIFIESTO

Poner al día los postulados de la Reforma de Córdoba constituye un compromiso al que se deben los catedráticos e investigadores del mundo, y sobre todo de la región latinoamericana, si se quiere construir la universidad nueva que aporte educación de calidad para todos.

Como dijo a este rotativo el doctor Hugo Juri, rector de la Universidad Nacional de Córdoba, en el contexto del 11no.

Congreso de Educación Superior, la universidad reformista debe ser una parte integrante, total, de la sociedad. «Fue ese el legado de aquellos jóvenes a quienes les tocó hacer una disrupción de lo que era entonces la universidad. Así que nosotros tenemos que replantearnos cuál es la universidad que nuestras sociedades necesitan en los próximos años».

El tema es uno de los ejes temáticos de la agenda que en junio próximo discutirán los profesionales reunidos en la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES 2018), en la Universidad de Córdoba, donde constituye un reto la creación de un nuevo Manifiesto de las universidades latinoamericanas. «Tenemos que hacer cumplir los sueños de los jóvenes reformistas de construir una universidad comprometida con el desarrollo de sus pueblos», dijo el doctor Francisco Tamarit, presidente de su comité organizador.

El doctor Pedro Henríquez Guajardo, director del Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe, insistió por su parte en la importancia de contextualizar los postulados de Córdoba a las realidades y contextos del siglo XXI.

Hay principios que tienen que ver con el cogobierno, con la participación, con el carácter de la universidad, y  tenemos que actualizarlos en cuanto a metas, desafíos y estrategias –precisó Francisco Telémaco Talavera, presidente del Consejo Nacional de Universidades de Nicaragua– en una contemporaneidad que se rige por nuevos paradigmas, pero que debe desarrollar la formación del talento humano desde la educación integral, el compromiso, la formación de valores, la investigación, extensión y vinculación universidad-sociedad, por un mundo que no tenga los niveles de injusticia, inequidad e insostenibilidad del actual.

A cien años de su proclamación, Córdoba sigue teniendo lecciones para dar. Es un grito de rebeldía que corresponde reivindicar por el bien de la educación. Defenderlo, como diría García Cuevas, implica defender nuestra izquierda, «lo que en el mundo universitario significa pronunciarse a favor de Gobiernos que promuevan las transformaciones necesarias para desplegar el potencial de las universidades en nuestra región».

Fuente del Artículo:

http://www.granma.cu/cuba/2018-02-21/reformar-la-universidad-del-siglo-xxi-21-02-2018-17-02-04

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Celebran en Francia triunfo de la Revolución cubana

Francia /www.radiocubana.cu / 10 de Enero de 2018

Cubanos y franceses se unieron este lunes en Paris para celebrar el aniversario 59 del triunfo de la Revolución en la nación caribeña, ocasión en la cual se resaltó la voluntad de seguir estrechando los nexos bilaterales.

Al intervenir en la velada, el embajador de Cuba en Francia, Elio Rodríguez, aseveró que “hoy constatamos la firme voluntad de los dos gobiernos de continuar trabajando por el desarrollo de los intercambios en numerosos sectores”, para lo cual “existe un gran potencial”, según destacó.

De acuerdo con el representante diplomático, Cuba desea que Francia sea un socio prioritario a largo plazo, y mencionó además los avances logrados y los nuevos proyectos en ámbitos como el comercio y el turismo.

Por otro lado, se refirió a la importancia de las relaciones de La Habana con la Unesco -organización de Naciones Unidas con sede en París-, reforzadas tras la celebración en 2017 del aniversario 70 de los vínculos entre las partes.

En presencia de la embajadora de Cuba ante la Unesco, Dulce Buergo, Rodríguez destacó que la nación caribeña reafirma su apoyo a ese organismo para seguir trabajando en el impulso a la Agenda de Desarrollo.

El diplomático hizo alusión, además, a la proyección internacional de su país, y al respecto subrayó el compromiso con el multilateralismo, así como con el trabajo de la ONU para impulsar la paz, el desarrollo y la solidaridad internacional.

Rodríguez enfatizó que este 8 de enero Cuba conmemora el aniversario de la entrada a La Habana de la Caravana de la Victoria, encabezada por el líder Fidel Castro tras el triunfo de la Revolución.

“Por primera vez un siglo después del inicio de las luchas por la independencia en 1968, Cuba se convertía en un país verdaderamente soberano, y eso lo celebramos hoy”, sostuvo ante el nutrido público presente para compartir los festejos.

Entre las personalidades asistentes estuvieron la embajadora francesa encargada de la negociación internacional para los polos ártico y antártico, Segolene Royal; el director general adjunto de la Unesco, Getachew Engida; el ex ministro galo Matthias Fekl; y el ex enviado especial de la presidencia gala para América Latina y el Caribe, Jean-Pierre Bel.

También estuvieron presentes miembros del cuerpo diplomático acreditado en Francia y ante la Unesco, representantes de compañías, de diversos sectores de la sociedad francesa y de asociaciones de solidaridad.

Fuente:http://www.radiocubana.cu/noticias-de-la-radio-cubana/69-noticias-internacionales/20824-celebran-en-francia-triunfo-de-la-revolucion-cubana

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Impulsan en Cuba orientación y vocación profesional de los jóvenes (Audio)

Cuba / 10 de diciembre de 2017 / Autor: José Cabrera Peinado / Fuente: Radio Rebelde

Coincidiendo con el aniversario 38 de la inauguración por el líder histórico de la Revolución Cubana, el compañero Fidel Castro, del Palacio Central de Pioneros Ernesto Che Guevara, fue firmado un convenio de trabajo, entre los ministerios de Educación y de la Agricultura, a fin de fortalecer la labor de formación vocacional y orientación profesional para con los estudiantes.

 

Fuente de la Noticia:

http://www.radiorebelde.cu/audios-bajo-demanda/

Fuente de la Imagen:

¿Por qué la educación en Cuba es una historia de éxitos? Y lo que puede enseñar al mundo

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Socialismo y antiimperialismo

Por: Claudio Katz

La relación entre el socialismo y antiimperialismo presentó varias certezas durante el siglo XX. La meta anticapitalista sería alcanzada a través de diversos caminos nacionales en una lucha contra la opresión imperialista. La radicalización de esas batallas determinaría el debut del socialismo en cada país de la periferia. ¿Cómo se procesó esa dinámica? ¿Cuál es su vigencia en el siglo XXI? [1]

ANTECEDENTES Y CONFIRMACIONES

Los primeros vínculos entre el socialismo y el antiimperialismo fueron establecidos por Marx en sus denuncias de la opresión colonial. Supuso que la transformación socialista se localizaría en Europa y que la periferia jugaría un rol secundario en esa mutación.

Posteriormente el autor de El Capital resaltó el efecto positivo de los grandes levantamientos en las regiones subdesarrolladas y elogió especialmente la sublevación de Irlanda. Destacó que su convergencia con las luchas sociales de Inglaterra favorecía la gestación de una conciencia solidaria en el proletariado.

El internacionalismo cosmopolita inicial de Marx evolucionó hacia un enfoque centrado en el empalme de los movimientos anticoloniales, con las acciones obreras en las metrópolis.

En el escenario de guerras inter-imperialistas de principios del siglo XX, Lenin transformó esa hipótesis en una estrategia integral. Rechazó las ideas socialdemócratas de padrinazgo sobre las colonias, denunció frontalmente al imperialismo y objetó la distinción entre modalidades regresivas y benévolas de esa dominación.

Con esa actitud postuló la retroalimentación de las luchas nacionales y sociales, en el complejo mosaico de Europa Oriental. Subrayó el derecho de los pueblos oprimidos a la auto-determinación y polemizó con los partidarios del internacionalismo puro, que cuestionaban las potencialidades progresivas de ese reclamo. Estas ideas contribuyeron a forjar la corriente comunista que lideró la insurrección bolchevique.

Cuando la expectativa revolucionaria decayó en Europa y se desplazó a Oriente, Lenin precisó su política antiimperialista. Distinguió el nacionalismo c onservador de los capitalistas locales del nacionalismo revolucionario de los sectores oprimidos. Propició distintos puentes con esa vertiente para apuntalar desemboques socialistas .

Esta estrategia guió a los marxistas de posguerra durante el esplendor del antiimperialismo. Ese florecimiento acompañó a la descolonización de África y Asia y a los triunfos revolucionarios en China y Vietnam. Estas victorias indujeron, además, a percibir cómo el antiimperialismo contribuía a iniciar transiciones económicas socialistas para erradicar el subdesarrollo.

Para alcanzar esas metas la mayoría de los Partidos Comunistas promovía una etapa inicial de capitalismo nacional, en alianza con la burguesía. Los críticos de izquierda objetaban la viabilidad o conveniencia de ese periodo intermedio.

Esas corrientes postulaban estrategias de revolución permanente o ininterrumpida, enfatizando el protagonismo del Tercer Mundo o l a confluencia con la clase obrera de las metrópolis. Todos coincidían en la prioridad de confrontar con el atropello estadounidense a los países que actuaban con independencia.

ÉXITOS Y FRUSTRACIONES

La estrecha conexión entre radicalización antiimperialista y desemboque socialista fue confirmada por la revolución cubana. Esa sublevación respondió a las agresiones yanquis con transformaciones anticapitalistas.

Ese curso demostró que era posible iniciar un proceso socialista a 90 millas de Miami. También aportó argumentos a los críticos de la estrategia de forjar alianzas con la burguesía y reforzó las propuestas de convergencias con el nacionalismo revolucionario.

La revolución cubana intentó una extensión continental a través de la gesta del Che. Postuló que el socialismo debía plasmarse a escala regional, en fuerte contrapunto con la Unión Soviética que apostaba a la coexistencia pacífica con Estados Unidos. Con este espíritu se forjó la OLAS y se convocaron las Conferencias Tricontinentales.

La revolución era el principal presupuesto de esa estrategia. Se esperaba desplazar p or esa vía a las clases dominantes del manejo del estado. Esa convicción sintonizaba con la preeminencia de dictaduras sostenidas por el Pentágono. La vía soviético- insurreccional y el camino guerrillero de guerra popular prolongada eran vistas como las principales opciones para la conquista del poder.

Una transición pacífica al socialismo era poco imaginable en el Tercer Mundo. Esos senderos eran promovidos en Europa Occidental, apostando a un efecto imitativo de los éxitos obtenidos por el bloque socialista.

Como todas las revoluciones irrumpían en la periferia para alcanzar alguna meta nacional, democrática o agraria, la idea de radicalizar esos procesos contaba con gran aceptación.

Ese período de esperanzas en un acelerado avance del proyecto socialista se cerró en América Latina en los años 80 con tres grandes frustraciones. La primera decepción fue la derrota de los movimientos guerrilleros, que generó balances muy críticos de la estrategia foquista.

El fracaso de la Unidad Popular en Chile fue el segundo shock. Como ese país arrastraba una larga tradición de continuidad institucional, algunos pensaban que allí era factible soslayar el eslabón revolucionario.

Salvador Allende intentó ese curso gradual mediante un acuerdo con la oposición. Pero quedó entrampado en la tolerancia suicida al golpe y no supo utilizar el respaldo popular para desbaratar al pinochetismo. Esa trágica experiencia confirmó la necesidad de la revolución en disyuntivas críticas.

La tercera frustración fue lo ocurrido en Nicaragua. El triunfo contra la dictadura y el acoso de bandas financiadas por el Pentágono parecían repetir al principio el camino cubano.

Pero los sandinistas sucumbieron ante el cerco militar, detuvieron las transformaciones sociales y pactaron con sus viejos adversarios. Al perder las elecciones precipitaron un clima de gran pesar en toda la izquierda regional.

Los resultados de esas experiencias no refutaron la centralidad de la radicalización antiimperialista para alcanzar la meta socialista. Más bien indicaron erróneos cursos para desenvolver esa estrategia. Pero la actualidad de esta política debe evaluarse a la luz de las enormes mutaciones de los últimos 30 años.

 

TRES CAMBIOS SUSTANCIALES

La primera modificación del periodo ha sido l a etapa neoliberal, que empezó en años 80 con la instauración de un modelo capitalista muy alejado del keynesianismo de posguerra.

El neoliberalismo es una práctica reaccionaria, un pensamiento conservador y un sistema de agresión contra trabajadores. Genera deterioro del salario y precarización laboral, mediante el desplazamiento de la industria a Oriente. Utiliza la informática para ampliar el desempleo, acentuar la marginalidad urbana y ensanchar la desigualdad.

Ese esquema opera al servicio de empresas transnacionales que promueven el libre-comercio para bajar aranceles y demoler competidores locales. Aprovechan la revolución digital para incrementar utilidades y facilitar la actividad especulativa de bancos mundiales que operan sin ningún control.

Ese modelo potencia los sufrimientos populares y precipita grandes crisis. Estas convulsiones irrumpen por la contracción de los ingresos populares, la sobreproducción y la expansión de las burbujas financieras.

El capitalismo neoliberal transmite ilusiones en la sabiduría de los mercados, la prosperidad espontánea y el derrame de beneficios. Pero también multiplica el miedo al desempleo y socava la legitimidad de los sistemas políticos. Si la izquierda no logra canalizar el descontento social, ese malestar es capturado por la derecha.

El segundo cambio del periodo derivó de la caída de la Unión Soviética. La relevancia de este acontecimiento fue corroborada por la periodización del siglo XX como una centuria corta (1917-1989), fechada en el surgimiento y desaparición de ese sistema.

El neoliberalismo se consolidó con ese desplome. La existencia de la URSS había aterrorizado a las clases dominantes que otorgaron concesiones sociales inéditas. El estado de bienestar, la gratuidad de ciertos servicios básicos, el objetivo del pleno empleo y el aumento del consumo popular surgieron por temor al comunismo. Con el fin de la URSS los capitalistas retomaron los mecanismos clásicos de la explotación .

Los problemas económicos no determinaron el derrumbe de ese sistema. L a URSS superaba a sus equivalentes en PBI per cápita, calidad de vida o niveles de salud y educación.

El desplome del régimen fue consecuencia de un vaciamiento político. Los gobernantes apostaban a su propia conversión en burgueses. Cuando encontraron la oportunidad para consumar ese salto, abandonaron el incómodo maquillaje socialista.

La p oblación toleró ese viraje al cabo de varias décadas de inmovilidad y despolitización. Con la frustración del último gran intento de renovación (Primavera de Praga) se extinguió la oportunidad de rehabilitar el socialismo.

El tercer cambio del período se localiza en la estructura del imperialismo . Ese dispositivo incluye mayor coordinación de las acciones de gendarme, para lidiar con la nueva integración mundial de los capitales .

Estas formas de gestión colectivas prevalecen frente a la extinción de las viejas guerras inter-imperialistas. N adie vislumbra la repetición de conflictos armados entre Estados Unidos, Alemania o Japón. L a ausencia de proporcionalidad entre la supremacía económica y la hegemonía político-militar de las distintas potencias, impide la reaparición de esas conflagraciones.

A pesar de su relativa pérdida de preeminencia económica Estados Unidos mantiene su función protectora del capitalismo. Preserva una preponderancia militar absoluta y una dirección de las operaciones internacionales más riesgosas.

Pero los imperios centrales ya no actúan como únicos protagonistas de la gobernanza mundial. Apéndices integrados a la estructura dominante (Israel, Australia, Canadá) tienen mayor relevancia y formaciones subimperiales autónomas (Turquía, India) son más gravitantes a escala regional. Cumplen un papel tan reaccionario como desestabilizador del orden global.

También los adversarios de largo plazo de Estados Unidos (Rusia, China) son más influyentes. Actúan en forma defensivas frente al imperialismo y de manera ofensiva hacia sus vecinos. Buscan forjar estructuras propias de dominación.

Estos convulsivos roles de las potencias centrales, los apéndices, los subimperios y los imperios en formación se verifican en escenarios de guerra permanente, como Medio Oriente.

¿En este contexto de neoliberalismo, desaparición de la URSS y remodelación de los dispositivos imperiales sigue gravitando el antiimperialismo?

OTRO PERFIL DEL MISMO DATO

 

Algunos analistas estiman que el antiimperialismo perdió incidencia con la globalización. Estiman que decayó junto al declive de los senderos nacionales, en el nuevo escenario de luchas anti-sistémicas a escala mundial.

Pero no brindan ejemplos de esas resistencias directamente globales. Es evidente que las tradiciones, organizaciones y programas nacionales continúan singularizando las movilizaciones de cada región.

Otros autores afirman el antiimperialismo es obsoleto. Consideran que se extinguió junto a los movimientos de liberación nacional, en un contexto de pocas colonias y muchos países soberanos.

Pero no registran cómo la opresión nacional ha resurgido con nuevas guerras, migraciones y rediseños de fronteras. Tampoco notan hasta qué punto la intervención imperial se ha intensificado con pretextos humanitarios. Basta observar la demolición de Medio Oriente o la desintegración de África para dimensionar las consecuencias de ese atropello.

Hay pensadores que reconocen la gravitación del antiimperialismo, pero lo observan como un dato negativo. Señalan que divide a los trabajadores, generando tensiones artificiales por las costumbres, idiomas o razas de cada grupo nacional.

Este cuestionamiento es ciertamente válido para e l nacionalismo reaccionario de Trump o Le Pen. Pero no se aplica a Chávez-Maduro o Evo Morales. Ambas variantes están separadas por el mismo abismo que en el pasado oponía a un Mussolini con un Sandino.

Es absurdo clasificar a esa diversidad de liderazgos dentro de un paquete común de “populistas”. La nueva combinación de neoliberalismo con xenofobia -para restringir inmigración- se ubica en las antípodas del nacionalismo radical de Venezuela, Bolivia o Palestina.

Es también erróneo suponer que el antiimperialismo conduce al abandono de posturas anticapitalistas. La experiencia ha demostrado que las demandas nacionales y sociales no son antagónicas. Constituyen dos formas de reacción frente a la explotación padecida por los asalariados y la sujeción nacional, racial o religiosa sufrida por los oprimidos. Esa adversidad compartida conduce al empalme de resistencias comunes.

El antiimperialismo persiste como un dato central del siglo XXI. Esa gravitación ha sido confirmada por todos los procesos latinoamericanos de las últimas dos décadas.

En esa región se registraron significativos cambios en los levantamientos populares. Las clásicas revoluciones del siglo XX ( México en 1910, Bolivia en 1952, Cuba en 1959 y Nicaragua en 1979) fueron reemplazadas por rebeliones de otro alcance. Ya no irrumpieron formas de poder paralelo, ni organismos desafiantes del estado para coronar desenlaces militares.

Hubo importantes alzamientos populares en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina que superaron el alcance de cualquier revuelta, sin traspasar el umbral de las revoluciones. Esas sublevaciones modificaron los regímenes políticos, pero no demolieron al estado, ni su ejército o instituciones.

Esos levantamientos mantuvieron un contenido antiimperialista mixturado con demandas contra neoliberalismo. En Bolivia las sucesivas “guerras del agua y del gas” ((2000-03) confrontaron con las empresas extranjeras que lucraban con las privatizaciones. En Ecuador (1997-2000) se libraron batallas contra los bancos extranjeros, la entrega del petrolero y la presencia de bases militares estadounidenses.

En Argentina (2001) la lucha de los desocupados y la clase media confrontó con los ajustes del FMI. También en Venezuela (1989) las revueltas apuntaron contra el encarecimiento de la gasolina y las confiscaciones impuestas por el custodio de los bancos internacionales.

En todos los casos la deuda externa operó como un gran detonante. El pago de ese pasivo generó recortes de salarios que precipitaron movilizaciones por la auditoría y la moratoria. La masividad de esa demanda confirmó su centralidad en las economías dependientes. En todos los casos el antiimperialismo continuó operando como un eje articulador de la lucha popular.

VIGENCIA EN DISTINTOS GOBIERNOS

Es también llamativa la permanencia de la problemática antiimperialista en las distintas variantes de gobiernos latinoamericanos de las últimas décadas .

Esa centralidad se verificó en las administraciones de centroizquierda (Lula-Dilma, Kirchner, Correa), que introdujeron reformas en el sistema político e i ntentaron modelos económicos neo-desarrollistas. Ensayaron cierta autonomía frente a los Estados Unidos, tomaron distancia de la OEA y trataron de ampliar el margen de UNASUR.

Pero cuando declinaron los proyectos de integración regional abandonaron esas pretensiones . Fueron gobiernos autónomos pero no antiimperialistas y esa carencia explica su total adaptación a la agenda de las clases dominantes .

La segunda variante de mandatarios mantuvo un perfil derechista (México, Perú o Colombia), que se ha expandido con la restauración conservadora perpetrada a través de victorias electorales (Argentina) y golpes institucionales (Brasil, Honduras, Paraguay).

En estos casos se verifica la contracara del antiimperialismo, a través de una descarada asunción de políticas pro-estadounidenses. Como siempre ocurre en América Latina, los gobiernos ultra-liberales son fanáticamente afines a la preeminencia de su viejo tutor.

Todos a puntalan la política exterior de Trump, c onvalidan la agresión contra México, recomponen la OEA, participan en las conspiraciones propiciadas por la CIA y delegan soberanía en materia de espionaje. Si en los gobiernos de centroizquierda hubo carencia de antiimperialismo, en sus pares de derecha abruma el sometimiento a Washington.

La gravitación de la problemática imperial se verifica finalmente en los gobiernos radicales de Venezuela y Bolivia. Esas administraciones han implementado políticas de redistribución de la renta, en choque con las clases dominantes y el padrino estadounidense.

Venezuela se ha transformado actualmente en el epicentro de esos conflictos. Resiste las pretensiones estadounidenses de recuperar el control de la principal reserva continental de crudo. El Departamento de Estado trata de repetir los operativos de Irak o Libia, busca instaurar el modelo de privatización imperante en México e intenta expulsar a Rusia y China de su patio trasero.

Esos objetivos explican la escalada de violencia que genera la oposición, ensayando variantes golpistas que combinan e l sabotaje de la economía con la virulencia callejera.

Esta confrontación definirá el próximo escenario de la región. Un triunfo derechista generalizaría la sensación de impotencia frente al imperio y un resultado inverso permitiría apuntalar la nueva oleada de luchas sociales.

El antiimperialismo continúa definiendo la dinámica política latinoamericana. Su gravitación aumenta frente el proyecto recolonizador de Trump, que complementa la agresión contra Venezuela con el reforzamiento del embargo a Cuba. Esos atropellos reavivan la gran memoria de rechazo al intervencionismo estadounidense.

SINGULARIDADES LATINOAMERICANAS

El caso latinoamericano también ilustra la especificidad regional de la relación entre emancipación nacional y social. En ese terreno no hay recetas comunes para todo el planeta. Sólo existe un enfoque general de objetivos socialistas contrapuestos a la opresión imperial, que se adaptan a las diferentes situaciones de cada lugar.

La singularidad latinoamericana está determinada por la resistencia histórica al imperialismo estadounidense. El Pentágono ya no ejerce su dominación a través de dictaduras e intervenciones abiertas. Pero mantiene una gran primacía geopolítica (que no comparte con las potencias europeas).

Trump intenta utilizar ese poderío para retomar la supremacía total de Estados Unidos, frente a la novedosa presencia de China. Percibe que esa llegada no ha desbordado aún el terreno económico.

La impactante incursión del gigante asiático reviva todos los debates sobre el antiimperialismo. Durante los años de bonanza de las exportaciones latinoamericanas, no se aprovechó la posibilidad de una asociación integral con China para contrapesar la subordinación a Estados Unidos.

En vez de negociar en bloque con la nueva potencia, los gobiernos mantuvieron el bilateralismo. Ahora China tiende a erigirse como un referente del libre-comercio frente a Trump y ambas potencias disputan la apropiación del botín latinoamericano.

Otra peculiaridad del antiimperialismo regional es su estrecha conexión con el anhelo de unidad. Ese objetivo constituye una asignatura histórica pendiente. En la última década hubo algunos esbozos de integración con UNASUR y varias iniciativas solidarias del ALBA, contrapuestas a los tratados neoliberales de libre-comercio y diferenciadas del regionalismo capitalista del MERCOSUR.

Pero la oportunidad para concretar esos proyectos se frustró y los gobiernos de derecha recrean nuevamente la balcanización. Congelan UNASUR y paralizan el MERCOSUR para facilitar los negocios excluyentes de cada burguesía.

Como ese vaciamiento empalma con la crisis del Tratado del Pacífico (que promovían Obama y Clinton) predomina un clima de indefiniciones. Esa incertidumbre facilita el relanzamiento de los planteos antiimperialistas.

CONTRASTES CON MEDIO ORIENTE Y EUROPA

Las singularidades del antiimperialismo se clarifican en los contrastes entre regiones. América Latina comparte con el mundo árabe una batalla común contra el saqueo. Ambas zonas han sido avasalladas y colonizadas por distintos imperios. Pero la reacción frente a esos atropellos transita por carriles diferentes.

En Medio Oriente las demandas antiimperialistas están entremezcladas con agudas tensiones regionales y globales, en escenarios bélicos. Como ya ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial, en una misma confrontación se combinan choques entre potencias, batallas democráticas y resistencias antiimperialistas.

Las demandas nacionales en el mundo árabe están mixturadas con esos intrincados conflictos geopolíticos. Esa complejidad explica, por ejemplo, que triunfos del movimiento nacional kurdo (y su conquista de zonas autónomas) se logren bajo la coyuntural protección de Estados Unidos. Una sintonía de ese tipo es inconcebible en América Latina.

Otra peculiaridad son los yihadistas, que disputan con el Pentágono mediante acciones totalmente ajenas al antiimperialismo. Operan como movimientos reaccionarios que han sido tan enemigos de la primavera árabe, como las dictaduras de la región. Esta dualidad tampoco tiene parangón en América Latina.

Por distintas razones históricas -como el peso de la teocracia y la sofocación de los procesos de democratización secular- la relación entre emancipación nacional y social presenta en el mundo árabe, complejidades muy superiores a las imperantes en América Latina.

L as diferencias con Europa son también significativas. En el Viejo Continente conviven en un mismo radio geográfico opresores imperiales y naciones dependientes (Alemania con Grecia, Inglaterra con Irlanda). Comparten la misma integración a los organismos de la Unión Europea.

Esa estructura neoliberal afronta manifiestos rechazos populares cada vez que se vota. También suscita un fuerte despertar nacional contra la burocracia de Bruselas, al servicio de las empresas multinacionales. Esta tensión recuerda las resistencias nacionales de principios del siglo XX contra los viejos imperios.

En estos rechazos resurgen contradictorios sentimientos de soberanía y desintegración nacional. La gran variedad de culturas, tradiciones e idiomas que irrumpen en esos conflictos contrasta con la mayor homogeneidad de la configuración latinoamericana. Por esa razón el tipo de problemas creados con la fragmentación de Yugoslavia, la partición de Checoeslovaquia o los impulsos soberanistas de Cataluña y Escocia no se verifica en el Nuevo Mundo.

Sólo el ajuste impuesto por la Troika a Grecia presenta parecidos. Ahí se verifica el mismo catálogo de crueldades que padece América Latina. Alemania comandó la cirugía económica y Estados Unidos reforzó su primacía militar en las bases helenas de la OTAN.

En Grecia se procesó también una gran experiencia de resistencia popular. Esa lucha quedó abortada por el sometimiento a la Troika, generando frustraciones superiores a las experimentadas durante el ciclo progresista latinoamericano.

Los contrastes con el mundo árabe y con Europa ilustran la centralidad y las peculiaridades del antiimperialismo contemporáneo. ¿Pero su vigencia se extiende a la meta socialista?

PERSISTENCIA DE UN PROYECTO

 

Algunos pensadores retoman las viejas críticas al proyecto igualitario estimando que el socialismo perdió sentido. Señalan que es innecesario en los períodos de estabilidad y peligroso en las coyunturas de crisis.

Pero no explican cómo el capitalismo podría erradicar los sufrimientos populares, las guerras o la destrucción del medio ambiente. Tampoco han podido demostrar de qué manera podría ser reformado o humanizado un régimen que funciona acrecentando esas desgracias.

El neoliberalismo ha confirmado que el capitalismo se asienta en la explotación. También demuestra que la conquista de mayor democracia y logros sociales requiere implantar otro modelo de sociedad.

Es indudable que la caída de la URSS afectó seriamente la batalla por el socialismo, pero no generó la primera derrota sufrida por los oprimidos, ni ha implicado el fin de ese proyecto.

La historia de la humanidad incluye victorias inesperadas y amargas decepciones. La URSS fue un ensayo de socialismo que no logró eliminar la desigualdad. Pero conviene recordar que en otros casos (como la revolución francesa) los ideales de igualdad política se plasmaron en períodos muy posteriores.

Las ideas del socialismo no han perdido vigencia por su identificación con la Unión Soviética. Muchos conceptos sufrieron una deformación semejante y nunca fueron reemplazados. La bandera de la democracia ha sido utilizada para todo tipo de tropelías y esa usurpación no disoció ese concepto de la soberanía popular.

Al igual que otros principios de la acción política, el socialismo no tiene sustituto para batallar por el ideario pos-capitalista. La lucha por esa meta requiere nociones y estrategias que no se sustituyen con vaguedades sobre el pos-capitalismo .

El socialismo del siglo XXI recobra fuerza en su contraposición con el capitalismo, que es actualmente percibido como sinónimo de desempleo, pobreza y exclusión. El ideal comunista no es más utópico que el imaginario neoliberal del mercado, ni más irrealizable que las fantasías heterodoxas de intervención estatal. E l socialismo ofrece un horizonte de emancipación real, a los jóvenes indignados que protestan en todo el mundo.

EXPERIENCIAS ESPECÍFICAS

En cada región el socialismo está asociado con ciertas experiencias. En América Latina está muy identificado con el proceso cubano, que aportó a varias generaciones el mayor ideario de transformación social.

Cuba también demostró cómo un esquema económico-social no capitalista permite evitar el hambre, la delincuencia generalizada y la deserción escolar en una economía con pocos recursos .

La isla ya no está en condiciones de continuar el camino precedente. Debió intentar una renovación luego del colapso de la URSS, mediante la expansión del turismo, la llegada de empresas extranjeras y los mercados de divisas. Este curso generó serios problemas de segmentación social entre los receptores y huérfanos de remesas .

A hora el país necesita ampliar la gravitación del mercado, ahorrar divisas y reanimar la agricultura, sin consagrar el retorno al capitalismo y e vitando la formación de una clase dominante. Ese curso requiere reforzar las cooperativas, superar los ahogos burocráticos, transformar las divisas atesoradas en inversión y facilitar la pequeña propiedad.

Esa estrategia permitiría lograr altas tasas de crecimiento, limitando al mismo tiempo la desigualdad social. Es un curso que exige ejemplaridad de los dirigentes y continuidad de los sistemas educativos y sanitarios públicos.

La epopeya cubana afronta los nuevos desafíos en condiciones regionales adversas. Pero mientras el ideal socialista persista en la isla, esa meta permanecerá abierta también para América Latina.

Es importante registrar el estrecho camino que existe en la actualidad para mantener el proyecto de emancipación. Lo más peligroso para Cuba sería volver al período especial. Las reformas son tan necesarias como impedir la restauración capitalista.

Con la misma óptica hay que evaluar a Venezuela. El proceso bolivariano se desenvolvió junto a un enunciado socialista, que alcanzó g ran difusión en las misiones, los hospitales, las empresas y las comunas. También la crítica a la burguesía fue incorporada al lenguaje corriente de amplios sectores populares. Ese giro ideológico empezó con la rehabilitación que hizo Chávez del proyecto comunista.

Todo ese rumbo afronta actualmente una crisis de gran alcance. Pero en lugar de sepultar los logros alcanzados corresponde discutir dónde se localizan las fallas, en un país (que a diferencia de Cuba) no consumó un debut del socialismo.

En Venezuela existe un grave problema económico por la obstrucción que impone la renta a cualquier proyecto de desarrollo igualitario. El socialismo es incompatible con ese escollo .

Bajo el chavismo la renta fue redistribuida a favor de los sectores populares, pero no fue utilizada para gestar una economía productiva. Por eso la industrialización quedó bloqueada y se recreó la convivencia con la burguesía, olvidando que l a condición de un proyecto socialista es privar a la clase dominante de su poder económico.

También falló la política económica por una errónea utilización de las divisas, que potenció el desabastecimiento y la inflación. No hubo expansión del empleo productivo y en lugar de apuntalar un esquema combinado de plan, mercado y desarrollo socialista, persistió el consumo irracional y la baja productividad.

Además, se soslayaron ciertas nacionalizaciones claves -como los bancos y el comercio exterior- y se abuso de otras, que se volvieron perniciosas. Estos errores recrearon una larga tradición rentista de ineficiencia, que impide utilizar los ingresos petroleros para el desenvolvimiento industrial. No se pudo (o no se quiso) generar una cultura pos-rentista de producción y responsabilidad .

La corrección de esos desaciertos depende del desenlace de la crisis actual. Si la derecha triunfa el ideal socialista quedara afectado por mucho tiempo. Una victoria del proceso bolivariano permitiría, por el contrario, encarar un programa de erradicación de la boliburguesía y la corrupción. El escenario es difícil, pero los grandes proyectos revolucionarios siempre despegaron en la adversidad.

La experiencia de Bolivia transita por carriles menos dramáticos. En el plano económico hubo un manejo austero de la macroeconomía y en el plano político se recuperó el orgullo nacional y la auto-estima.

El gobierno de Evo logró c onsolidar una nueva configuración plurinacional del estado para ejercer su autoridad sobre todo el territorio. Las tensiones han sido menores a partir de un piso de subdesarrollo mayor. El Altiplano tampoco afrontó una hostilidad estratégica equiparable a Venezuela por parte del imperialismo estadounidense

 

VIGENCIA DE UNA ESTRATEGIA

En la última década el socialismo volvió a discutirse en América Latina. Ese proyecto recobró vitalidad a partir de las nuevas experiencias de Cuba, Venezuela, Bolivia y el ALBA.

Resulta necesario debatir con seriedad las luces y sombras de esos procesos sin indulgencia, ni derrotismo. El desenlace de la crisis en Venezuela influirá sobre el alcance de la resistencia social, los procesos electorales y los resultados de la agresión imperial.

En estos turbulentos escenarios la meta socialista continúa tan vigente como la mediación antiimperialista para alcanzarla. La dinámica clásica de radicalización persiste pero con nuevos ritmos y formas. La combinación de lucha nacional y social asume inéditos contornos y transita por inesperados senderos.

2-8-2017.

RESUMEN

 

En el siglo XX la batalla por el socialismo transitó en la periferia por la radicalización de la resistencia antiimperialista. Las rebeliones anticoloniales, el protagonismo del Tercer Mundo y los triunfos de posguerra confirmaron ese curso. Cuba aportó otra ratificación que fue ensombrecida por varias frustraciones posteriores.

En la nueva etapa de neoliberalismo, desaparición de la URSS y remodelación de la dominación global, el antiimperialismo persiste como articulador de la lucha popular. Esa centralidad se verificó en las rebeliones sudamericanas, en la fallida autonomía de los gobiernos progresistas y en el contrapunto de los gobiernos radicales con la restauración conservadora.

La confrontación con Estados Unidos y el anhelo de unidad regional singularizan al antiimperialismo latinoamericano. Los contrastes con el mundo árabe y Europa confirman esas peculiaridades.

El socialismo no ha perdido vigencia por la implosión de la URSS. Las experiencias de Cuba, Venezuela y Bolivia indican nuevas pistas de combinación de las batallas nacionales y sociales.


[1] Este artículo actualiza conceptos expuestos en Katz Claudio   Neoliberalismo, Neodesarrollismo, Socialismo , Batalla de Ideas, 2016, Buenos Aires (primera, cuarta y quinta parte). Las disyuntivas de la izquierda en América Latina, Ediciones Luxemburg, Buenos Aires, 2008 (primera y segunda parte) . Artículos sobre la Teoría de la Dependencia www.lahaine.org/katz . Toda la bibliografía puede ser consultada en esas fuentes.

[2] Economista, investigador del CONICET, profesor de la UBA, miembro del EDI. Su página web es: www.lahaine.org/katz  

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Cuba: La primera Universidad creada por la Revolución (+ Video)

Cuba / 12 de noviembre de 2017 / Autor: Manuel Alejandro Hernández Barrios / Fuente: Mesa Redonda

Emisión: 03/11/2017

Para una Cuba nueva, era necesario una nueva universidad. La Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte Loynaz”, primer centro de educación superior creado por la Revolución el 6 de noviembre de 1967 en Cuba. A los 50 años de esa institución, forjadora de una valiosa historia, estuvo dedicado el espacio televisivo Mesa Redonda de este viernes 3 de noviembre, una emisión transmitida desde el telecentro de esa provincia.

Ser la primera de la Revolución fundada en el mismo año de la caída en combate del Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara de la Serna marca un simbolismo y un compromiso para la misión de un centro de educación superior.

A cinco décadas de trabajo del centro el doctor en ciencias Santiago Lajes Choy, rector de la Universidad de Camagüey, refirió que la fecha que se conmemora en esta ocasión responde a un sueño hecho realidad, a un anhelo de generaciones y patriotas camagüeyanos que solo fue posible después del triunfo de la Revolución.

Contó que el 6 de noviembre de 1967 comenzaron en Camagüey los estudios superiores en las carreras de Agronomía y de Ciencias Pedagógicas, las cuales marcaban el inicio del desarrollo socioeconómico y respondían a las necesidades reales de la provincia. En sus inicios fueron una filial de la Universidad Central de Las Villas. Al irse sumando otras carreras de medicina e ingenierías. En 1972 se constituye como centro universitario, una categoría superior a la que ostentaba hasta el momento, bajo el principio de Estudio y Trabajo. El 8 de mayo de 1975, por acuerdo del Consejo de Ministros, se constituye la Universidad de Camagüey. De ella se desprendieron la Universidad de Ciencias Médicas, la Universidad de Ciencias Pedagógicas, la Universidad de Ciego de Ávila y la Universidad de Las Tunas. No solo fue receptora de sabia universitaria, sino multiplicadora.

En la actualidad, y como producto de la experiencia de Artemisa y Mayabeque, se decide integrar la Universidad de Camagüey, la Universidad de Ciencias Pedagógicas y la Facultad de Deportes. Así surge la Universidad de Camagüey integrada “Ignacio Agramonte Loynaz”. Sentenció que se trajo a las hijas de nuevo a casa.

El también diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) y presidente de la Comisión de Industria, Construcciones y Energías de la misma, Santiago Lajes Choy, informó que la Universidad de Camagüey (UC) cuenta con una matrícula de más de 12 mil estudiantes de 8 provincias del país, la más grande de su historia. Comprende 10 facultades, 53 carreras. Más de tres mil 800 alumnos pertenecen al curso diurno, de ellos 84 son estudiantes extranjeros, fundamentalmente africanos. Más de siete mil 900 alumnos pertenecen al curso por encuentro y 191 a la enseñanza a distancia. Además, cuenta con diez Centros Universitarios Municipales en los que estudian más de tres mil 400 estudiantes en curso por encuentros.

Hoy cuentan con un claustro de mil 500, de ellos 259 doctores en ciencias, el 45 % profesores titulares y auxiliares. En total la UC tiene tres mil 109 trabajadores incluyendo a los valiosos trabajadores de servicio. Se han graduado más de 77 mil 500 profesionales, de ellos más de dos mil extranjeros de todos los continentes.

Tres sedes, una sola institución

Desde 2014 la UC vive un rejuvenecimiento de su propia historia, en un proceso de integración que ha sido de los más exitosos de la nación cubana. El doctor en ciencias Andrés Díaz López, metodólogo y profesor titular de la Universidad de Camagüey, describió que el Instituto Superior Pedagógico José Martí surgió en 1976 después de transitar sus primeros años compartiendo vivencias en el Centro Universitario. En 2009 se convierte en Universidad de Ciencias Pedagógicas para formar jóvenes en carreras pedagógicas desde Villa Clara hasta Guantánamo.

Andrés Díaz López, quien fuera rector del Instituto Superior Pedagógico de Camagüey, ahora integrado a la Institución universitaria, enfatizó que en el año 1972 se forma el primer contingente del destacamento pedagógico Manuel Ascunce Domenech que realiza sus priemras actividades en Ceballos, territorio de Ciego de Ávila. En 1973, la experiencia se traslada a Sierra de Cubitas en Camagüey. En 1978 se creó el contingente internacionalista Che Guevara que cumplió misión en la República Popular de Angola. En 2002 se desarrolla el proceso de Universalización como parte de la Revolución Educacional, momento en que los estudiantes se vincularon a la formación de niños y jóvenes de los diferentes subsistemas de enseñanzas.

Expresó que la integración de las instituciones de educación superior que se ha llevado a cabo en Camagüey tiene su éxito desde el mismo surgimiento de la UC y la forma en que surge, otros factores claves de ese éxito son la ubicación geográfica que tienen los centros de educación superior que comparten espacio natural y la participación protagónica de la comunidad universitaria en la toma de decisiones ante determinadas alternativas.

Anunció que la UC fue la primera universidad integrada que logró la categoría de evaluación Superior dado por la Junta de Acreditación Nacional. Hizo énfasis en el reconocimiento social de la UC por su labor extramuros, por la formación de los profesionales que en ella han estudiado y por el desarrollo científico alcanzado, lo que le permite mantener su identidad como la alta casa de estudios de Camagüey.

Explicó que en las tres sedes de la UC está distribuido el personal de las diferentes carreras universitarias. Las carreras pedagógicas están presentes en las tres sedes, la Ignacio Agramonte, la José Martí y la Manuel Fajardo, formando parte del proceso de integración, influyendo y dejándose influenciar de manera que forme parte de la integración.

La integración contribuye a la formación integral de mejores egresados

La doctora en ciencias Alicia Rodríguez Gregorich, vicerrectora de formación de la Universidad de Camagüey, explicó que la UC desarrolla 53 programas de pregrado, de ellos 43 se desarrollan en cursos diurnos en la modalidad presencial y otros 43 en el curso por encuentros o modalidad semipresencial, también se estudian a distancia tres carreras distribuidas en las sedes centrales de la universidad.

Mencionó que la Junta de Acreditación Nacional ha evaluado con la categoría de excelencia cinco de las 53 carreras de esta casa de altos estudios y otros nueve con la categoría de certificadas lo que prestigia el desarrollo de la actividad docente y metodológica del claustro de profesores.

Expuso que la UC tiene la posibilidad de mantener y sistematizar los cursos de nivel medio para carreras pedagógicas en diez especialidades, lo que permite entregar en dos años entregar un profesional de nivel medio superior preparado para cubrir docencia en los doce municipios en secundaria básica y pre universitario. Desarrollan cursos por encuentros en las especialidades de matemática, física e historia para la formación de profesores de secundaria básica, nivel de enseñanza que más déficit de profesores tiene en la provincia.

Señaló que el movimiento de alumnos ayudantes hacia dentro de la universidad posee alrededor de 200 miembros cada año, lo que fortalece el claustro a los departamentos de las tres sedes universitarias. En la actualidad en el centro se realiza un trabajo docente, científico y metodológico que permite la labor educativa integral y la formación de un profesional comprometido con la Revolución y permita que dentro de los estudiantes se puedan contar con talentos que conforman el Movimiento de Artistas Aficionados de la Federación Estudiantil Universitaria, el movimiento deportivo y la incorporación de los estudiantes al contingente Leonela Relys del movimiento pedagógico.

Comentó que en la actualidad hay un fortalecimiento de la labor metodológica y docente de los profesores que tributa a la formación integral de mejores egresados.

50 años de ciencia y compromiso

Desde los inicios de la UC la ciencia, la técnica y la innovación han estado integradas de manera pertinente para impactar en el desarrollo económico y social del territorio y del país. Según la doctora en ciencias Yailé Cabellero Mota, directora de relaciones internacionales de la Universidad de Camagüey, explicó que las relaciones y las alianzas con otras instituciones científicas ha permitido que las ciencias camagüeyanas estén organizadas en 14 áreas fundamentales.

Ejemplificó que en la biotecnología y la agroindustria existen resultados notables en el establecimiento de cultivos de probióticos para la camaronicultura cubana, en la automatización de los procesos biotecnológicos del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, en el aprovechamiento de la Biomasa cañera como energía renovable.

Expuso que existe un vínculo permanente entre la institución y el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, el Ministerio de la Agricultura, con la Estación de Pastos y Forrajes del Instituto de Suelos. La UC ha estudiado resultados concretos para el acopio y distribución de la leche y la optimización de rutas críticas en este sentido.

Mencionó que la UC es protagonista del sistema de gestión de mantenimiento y protección de las redes y los circuitos de los sistemas eléctricos, una labor que llevan a cabo con la Empresa Eléctrica, con la Termoeléctrica 10 de Octubre y con la Oficina Territorial del Uso Racional de la Energía.

Las Tecnología de la Información y las Comunicaciones constituyen un área que impacta de manera transversal en todas las áreas del conocimiento. Los resultados más notables son la aplicación de técnicas de inteligencia artificial para la predicción de sucesos en áreas tan importantes para el país como la Ingeniería Civil, la Meteorología, el Turismo, el Perfeccionamiento de la Educación Superior.

Conversó sobre el aporte de los resultados en el área de la vivienda y conservación del patrimonio urbano y arquitectónico en el centro histórico de Camagüey, que contribuyó a la declaración del centro histórico de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad.

La creación de alianzas y de relaciones exteriores ha propiciado la superación de los recursos humanos, la recuperación y construcción de la infraestructura de aulas y laboratorios, en la captación de recursos financieros. La UC tiene convenios con 19 países, con más de 115 centros universitarios. México, República Dominicana y España son los países que destacan.

Vea la Mesa Redonda

Fuente de la Noticia:

La primera Universidad creada por la Revolución (+ Video)

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