La verdad, un bien escaso

Por: Carolina Vásquez Araya

Cada mañana, la sociedad enfrenta el enorme desafío de descubrir la verdad.

El virus ha marcado de manera rotunda un cambio de era a lo largo y ancho de este planeta. Ese parteaguas se ha producido a raíz de la invasión ocasionada por un accidente –premeditado o no- cuyo resultado ha sido la liberación de este elemento mortífero desde un centro de investigación cuyas consecuencias, a la par de las sanitarias, han devenido en un nuevo estatus social, político y económico. Ha sido entonces cuando el mundo se ha sumergido en una batalla comunicacional de dimensiones épicas y, para mayor confusión, con carencia de recursos para profundizar en las verdaderas causas y consecuencias de tan impactante fenómeno.

La verdad se nos escapa y, para mientras, nos entretenemos en desarrollar cuanta hipótesis se nos cruza por la cabeza para mantener cierto nivel de lucidez frente al caos y a la pérdida de algunos derechos civiles que creíamos inviolables. En el transcurrir de los meses, inmersos en esta broma macabra, nos hemos sometido a regañadientes a normas restrictivas cuya pertinencia es objeto de debate, pero que han adquirido fuerza de ley sin derecho a protesta. Es justo reconocer que la pandemia ha requerido medidas draconianas contra la libertad de la ciudadanía; sin embargo, la opacidad de la información al alcance de los pueblos provoca una enorme desconfianza hacia quienes poseen el poder para controlar la situación y manipular los mecanismos legales.

En este sentido, no es ningún misterio cómo algunos gobernantes han aprovechado de manera ilícita y con marcado sesgo criminal este riesgo sanitario, cuyos efectos no solo amenazan la salud sino han enlutado a millones de hogares alrededor del mundo, tanto en países ricos como en naciones pobres. Las estratagemas funcionan gracias al ocultamiento de la información sobre el manejo de fondos públicos, pero también con respecto de los sistemas de vacunación –otro tema cargado de misterio- y la atención de emergencia para las víctimas del contagio. A ello hay que sumar la carencia de recursos hospitalarios y, como uno de los mejores mecanismos de control social, el miedo colectivo.

El debate sobre la efectividad y características de las distintas vacunas es el gran tema del día. En corrillos de amigos, colegas o simples desconocidos, entusiasmados por aportar sus muy variadas teorías, las vacunas se han convertido en un sujeto propicio para evadir el hecho de que, por abundante y válida que sea la información captada en distintos medios físicos y virtuales, es contundente la ignorancia en la cual nos mantienen tanto autoridades como centros de investigación. Es imposible rebatir el hecho de que nuestros conocimientos sobre la materia derivan de un universo informativo susceptible de ser condicionado por cúpulas de poder político y económico, las mismas que han transformado a nuestros países en ejemplos de subdesarrollo. Nuestro acceso a la verdad es, por tanto, inexistente o muy reducido; y, por nuestra propia salud mental, hemos de asumir ese hecho.

¿Cuál sería entonces la manera de tomar el control de nuestro papel en el escenario? Aun cuando existe una enorme dificultad para obtener información sobre las verdaderas características de las vacunas, todavía en desarrollo, y el único parapeto contra el poderoso virus, hay otros temas como el manejo de fondos públicos para hacer frente a esta emergencia y cuyos entretelones han de ser del dominio general. La realidad nos ha demostrado cómo las restricciones han abierto las puertas al saqueo y al completo abandono de la población y es en ese terreno en donde aún se puede luchar por la verdad.

La opacidad de la información nos impide ejercer nuestros derechos.

Fuente de la información: https://insurgenciamagisterial.com/la-verdad-un-bien-escaso/

Fotografía: Fundación Centro Histórico

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Entrevista: Primer caso de COVID-19 tras el regreso a las aulas en CDMX

Por: La Izquiera Diario/Agrupación/Trabajo Digno

Entrevistamos a personal docente de la Escuela Secundaria Técnica 80, la primera con un caso positivo de COVID-19 a cuatro días del regreso a las aulas en la Ciudad de México.

 

El regreso a clases presenciales en la CDMX el pasado 7 de junio se dio en un clima de descontento por parte del personal docente y comunidad educativa, y a pesar de que se anunció como “voluntario”, las autoridades de Secundarias Técnicas, dieron la instrucción de abrir las escuelas sin consultar esta decisión a toda la comunidad.

Las encuestas dirigidas a estas comunidades educativas no preguntaron si estaban de acuerdo o no sobre la apertura de las Secundarias Técnicas, sino que “se hizo un sondeo entre los padres de familia para saber si había población dispuesta a asistir” y con esto, justificar la reapertura impuesta, a pesar no existir condiciones para la vuelta a las aulas.

Al respecto, personal docente de la EST 80 –que permanecerá anónimo por seguridad- nos habla de su visión sobre el caso positivo en su escuela y las condiciones ante este regreso a clases presenciales:

QTD: ¿Cómo se da el regreso a las aulas, hay condiciones?

Considero que aún no existen las condiciones para regresar a las aulas, las autoridades del plantel se han alineado a las ordenes sus autoridades superiores, y aunque han seguido los protocolos y se han preocupado por atender los casos de rezago con una planeación minuciosa, no se puede pasar por alto que una parte importante de las familias de la comunidad escolar aún no han sido vacunadas y que los alumnos no son inmunes a esta enfermedad.

QTD: ¿A qué crees que responde lo rápido que se dio el primer caso positivo de COVID-19?

Aunque en la escuela se tengan protocolos de seguridad estos no son infalibles, considerando que hay alumnos que llegan en transporte público y profesores llegan desde distintos puntos de la ciudad de México e inclusive del Estado de México, por lo que la probabilidad de contagio es muy alta en estas condiciones, y para las familias el riesgo también es muy alto, pues no todas están vacunadas.

Sin duda, casi todos y todas las docentes coincidimos con esta visión, las condiciones en las Secundarias Técnicas que fueron las escuelas públicas que abrieron sus puertas por decisión de las autoridades, vemos en este regreso a clases un alto riesgo para nuestra comunidad y sus familias, y a pesar de que sabemos que muchas familias trabajadoras llevan a sus hijas e hijos a la escuela de manera presencial, también sabemos que responde a sus condiciones de vida, la necesidad de salir a trabajar y no dejar a sus niños y niñas solas en casa, y no a una decisión libre y bajo condiciones que les permitan quedarse en casa si así lo prefirieran.

Por esto, la organización de maestras, maestros, padres y madres de familia es muy importante, para que el regreso a clases presenciales se dé, sí, pero cuando toda la población en edad de ser vacunada lo esté. Es necesario que organicemos comités de higiene y seguridad en las escuelas con alumnos, profesores, trabajadores y padres de familia, para asegurar que el regreso a clases no ponga en riesgo nuestra vida. Para esto, también es fundamental exigir que el Estado destine más presupuesto a la educación y se construyan escuelas para evitar el hacinamiento, y que se brinden los recursos necesarios y suficientes para adquirir los insumos de limpieza y garantice el acceso al agua potable y se consigan condiciones dignas para garantizar la educación de la niñez en nuestro país.

Te invitamos a firmar nuestra petición de Change por un regreso a clases seguro, a seguir nuestras redes y publicaciones al respecto del #RegresoAClases y a mandarnos tu experiencia sobre la realidad que se vive en las escuelas durante este regreso a las aulas.

Fuente e imagen: https://www.laizquierdadiario.mx

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