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Las autoridades estadounidenses confiscan más de 10 millones de máscaras N95 falsas en la investigación COVID-19

Los agentes federales de Estados Unidos han incautado más de 10 millones de máscaras N95 falsas en las últimas semanas, como resultado de una investigación en curso sobre las falsificaciones vendidas a hospitales, instalaciones médicas y agencias gubernamentales.

Las incautaciones más recientes ocurrieron el miércoles (hora local) cuando los agentes de Seguridad Nacional interceptaron cientos de miles de máscaras falsificadas de la marca 3M en un almacén, dijeron las autoridades.

Los investigadores también notificaron a unas 6.000 víctimas potenciales en al menos 12 estados, incluidos hospitales, instalaciones médicas y otros que pueden haber comprado imitaciones sin saberlo, instándoles a dejar de usar las máscaras aparentemente de grado médico.

Las máscaras falsas no se han probado con los estrictos estándares N95 y podrían poner en riesgo a los trabajadores médicos de primera línea si se usan mientras se tratan pacientes con COVID-19.

Los funcionarios alentaron a los trabajadores médicos y a las empresas a visitar el sitio web de 3M para obtener consejos sobre cómo detectar falsificaciones.

«No solo dan una falsa sensación de seguridad, lo peligroso que es el individuo expuesto sin ningún equipo de protección», dijo el secretario de Seguridad Nacional, Ali Mayorkas, sobre las máscaras falsas.

«No tienen utilidad alguna».

Las máscaras no provienen de los distribuidores habituales de 3M, provienen de fuera de la cadena de suministro normal, dijeron los funcionarios.

Pero los hospitales y los grupos médicos han seguido cada vez más las rutinas de compra normales durante la escasez de mascarillas en la pandemia mundial, dijeron las autoridades.

Dijeron que las estafas se están aprovechando del pánico por las máscaras.

Los funcionarios de Seguridad Nacional no dijeron a qué estados se enviaron las máscaras falsas, pero dijeron que se presentarán cargos penales.

Más de 1.250 redadas durante la represión de productos falsificados

Four boxes of counterfeit medical-grade face masks are stacked on top of boxes in a warehouse.
Durante la pandemia, las autoridades estadounidenses han incautado alrededor de 33 millones de dólares en productos falsificados de estafadores. AP: Servicio De Inmigración Y Control De Aduanas De EE. UU. )

Casi un año después de la pandemia, el fraude sigue siendo un problema importante ya que los estafadores buscan explotar hospitales y estadounidenses desesperados.

Los investigadores federales dicen que han visto un aumento en sitios web falsos que pretenden vender vacunas, así como medicamentos falsos producidos en el extranjero y estafas que involucran equipos de protección personal.

Los estafadores entregan productos falsos, a diferencia de antes en la pandemia, cuando los estafadores se centraban más en estafar a los clientes.

3M, con sede en Minnesota, se encuentra entre los mayores productores mundiales de la máscara N95, que ha sido aprobada por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional de EE. UU.

Se considera el estándar de oro en protección contra el coronavirus.

La compañía entregó alrededor de 2 mil millones de máscaras N95 en 2020 a medida que la pandemia se intensificaba, pero en los primeros meses, cuando las máscaras escaseaban, los estafadores se aprovecharon.

Hasta ahora, durante la pandemia, Investigaciones de Seguridad Nacional dice que ha utilizado a sus 7,000 agentes, junto con funcionarios fronterizos, la Administración de Drogas y Alimentos y el FBI, para investigar las estafas, incautando 33 millones de dólares (42,5 millones de dólares) en productos falsos y arrestando a más de 200 personas.

El esfuerzo se basa en el Centro Nacional de Coordinación de Derechos de Propiedad Intelectual, un organismo de control del gobierno cuyo objetivo es hacer cumplir las leyes de comercio internacional y combatir el robo de propiedad intelectual.

Durante las últimas dos semanas, agentes federales ejecutaron órdenes de registro y confiscaron máscaras en cinco estados diferentes, y se esperan más acciones.

3M ha estado lidiando con casos cada vez mayores de fraude.

Durante el año pasado, hubo más de 1.250 redadas por parte de las fuerzas del orden que resultaron en la incautación de millones de máscaras falsas.

La compañía ha presentado más de una docena de demandas por denuncias de fraude, falsificación y aumento de precios.

ABC / AP

Fuente e imagen: https://www.abc.net.au/news/2021-02-18/us-seize-10-million-bogus-n95-masks-covid-counterfeit-3m/13168624

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Censura y educación: Hong Kong elimina temas «sensibles» de libros escolares

La educación es uno de los sectores que suscita mayor enojo en China. La clase política de Hong Kong, leal a Pekín, considera que algunas escuelas ofrecen apoyo a los manifestantes en pro de la democracia.

Los editores hongkoneses han sido instados a eliminar contenidos «sensibles» de libros de texto escolares en medio del creciente control de la libertad de enseñanza, tras la aprobación de una ley que impone severas penas por temas seguridad nacional.

La mención de la «desobediencia civil» y fotos de ciertos eslóganes del movimiento de protesta, así como los nombres de determinados partidos políticos han sido eliminados de las obras utilizadas en los cursos de cultura general de enseñanza secundaria.

La censura es un medio para poner fin a toda disidencia en el territorio hongkonés, sacudido el año pasado durante varios meses por protestas, a veces violentas, en favor de una mayor democracia. 

La educación es uno de los sectores que suscita mayor enojo en China, y la clase política de Hong Kong, leal a Pekín, considera que algunas escuelas ofrecen apoyo a los manifestantes en pro de la democracia.

El curso de cultura general «Liberal Studies» que se imparte para desarrollar el pensamiento crítico, se ha convertido en una bestia negra para China, puesto que los políticos pro-Pekín en Hong Kong solicitan establecer una educación más «patriótica».

El Sindicato de Profesores Profesionales de Hong Kong (HKPTU) acusó de censura política a la Oficina de Educación que exigió estos cambios: «Distorsiona la realidad de la sociedad», señaló el HKPTU, solicitando a las autoridades que garanticen la libertad de educación en el territorio.

El acuerdo de retrocesión de la excolonia británica a China preveía garantizar ciertas libertades en Hong Kong hasta 2047, en particular las de expresión y prensa, desconocidas en China continental. 

La ley de seguridad nacional, que entró en vigor a finales de junio, hizo que de la noche a la mañana ciertas declaraciones políticas sean consideradsa ilegales. Los infractores se exponen a largas penas de prisión.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/censura-y-educacion-hong-kong-elimina-temas-sensibles-de-libros-escolares/695528

 

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Brasil: Réquiem por la democracia

Por:  Boaventura de Sousa Santos

 

Una vez más, después de tantas otras, las élites brasileñas prefirieron correr el riesgo de caer en la dictadura (si es que no la deseaban desde el principio) cada vez que las clases populares manifiestan su aspiración de ser incluidas en la nación, que las élites siempre han concebido como su propiedad privada. La lectura de la transcripción de la reunión del Consejo de Ministros de Brasil del pasado 22 de abril es una experiencia dolorosa, aterradora e indignante. El hecho de que este video se haya hecho público y transcrito es una señal elocuente de que la democracia aún sobrevive.

Ocurrió a raíz de la denuncia del exministro Sérgio Moro de que el presidente había intentado interferir en las investigaciones en curso en la Policía Federal de Río de Janeiro contra uno de sus hijos bajo sospecha de conducta criminal grave. Al ordenar la difusión del video, el ministro del Supremo Tribunal Federal (STF), Celso de Mello, inscribió su nombre en el libro dorado de la breve y tormentosa historia de la democracia brasileña. Esperemos que la señal de esperanza que nos ha dado sea el detonante del despertar de las fuerzas democráticas de izquierda y de derecha, el despertar de un sueño profundo e inquietante, hecho de ignorancia histórica y vanidad miope, un sueño que les permite soñar con cálculos electorales sin darse cuenta de la frivolidad de tales intentos cuando la democracia misma pende de un hilo.

Los fascistas ni siquiera esconden sus intenciones. El presidente hizo un llamamiento directo e inequívoco a la lucha armada. Más que una apelación, informó que está dispuesto a liderar el armamento de civiles al margen de las Fuerzas Armadas. ¡Y lo hizo flanqueado por generales! Está confesando un delito de responsabilidad y un crimen contra la seguridad nacional. Y no pasa nada. Junto al vicepresidente, se sienta impasible y silencioso el entonces ministro de Justicia, Sérgio Moro, quien fue el gran responsable de la destrucción de la institucionalidad democrática, para lo que siempre contó con la complicidad de las élites y sus medios de comunicación. El anuncio del presidente no solo es recibido con las sonrisas complacientes de quienes lo escuchan, sino que varios ministros están empeñados en abrir por su cuenta las cloacas de odio y de prejuicio, por no hablar de otras alevosías.

Lo que puede leerse es tan torpe que es mejor leer para creer:

Presidente: “Están fastidiando todo el tiempo para atacarme, metiéndose con mi familia. Ya intenté cambiar oficialmente a la gente de nuestra seguridad en Río de Janeiro y no pude. Se acabó. No voy a esperar a que jodan a toda mi familia, o a mis amigos, porque no puedo cambiar a alguien de seguridad de última línea, que pertenece a nuestra estructura. Lo voy a cambiar. Si no puedo, cambio a su jefe; si no puedo cambiar al jefe, cambio al ministro. Y punto final. Aquí no estamos para jueguitos (…) Quiero, ministro de Justicia y ministro de Defensa, que el pueblo se arme. ¡Es la garantía de que no aparecerá un hijo de puta para imponer una dictadura! ¡Qué fácil es imponer una dictadura! ¡Es muy fácil! Un maldito alcalde hace un maldito decreto y deja a todo el mundo confinado. Si estuviera armado, saldría a la calle. ¿Y si yo fuese un dictador? Querría desarmar a la población, como todo el mundo hizo en el pasado antes de imponer su dictadura. ¡Les pido a Fernando (de Azevedo) y a Moro que por favor firmen hoy este decreto [para facilitar el porte de armas] para mandarle un puto mensaje a estos mierdas [gobernadores y alcaldes]! ¡El pueblo armado jamás será esclavizado! ¿Por qué estoy armando a la gente? ¡Porque no quiero una dictadura! Ya no podemos aguantar más”.

Ministro de Educación (extrema derecha): “Si por mí fuera, enviaba a todos esos vagabundos a la cárcel, comenzando por los jueces del Supremo Tribunal Federal. Y eso es lo que me sorprende (…) Estamos hablando de con quién teníamos que luchar. No estamos siendo lo suficientemente duros contra los privilegios, con el tamaño del Estado (…) Odio al partido comunista, que está tratando de convertirnos en una colonia. Este país no es (…) Odio el término ‘pueblos indígenas’, odio ese término. Lo odio. El pueblo gitano es un pueblo brasileño, solo hay un pueblo».

Ministro de Medio Ambiente (momento maquiavélico): “Porque todo lo que hacemos aquí recibe un varapalo en el poder judicial, al día siguiente. Necesitamos tener un esfuerzo nuestro mientras estamos en este momento de tranquilidad en la cobertura de la prensa porque sólo se habla de la covid-19 y es hora de cambiar todos los reglamentos, simplificar normas (…) Ahora es hora de unir esfuerzos para hacer la simplificación regulatoria que necesitamos”.

Ministra de la Mujer, de la Familia y de los Derechos Humanos (evangelismo reaccionario): “En este momento de pandemia estamos viendo la payasada del Supremo Tribunal Federal para colocar la cuestión del aborto de nuevo en la agenda, y allí estaba la cuestión de las mujeres que son víctimas del zika virus, van a abortar (…) ¿Van a querer que todos los que tuvieron coronavirus puedan abortar en Brasil? ¿Legalizarán el aborto en general? (dirigiéndose al ministro de Salud). Su ministerio, ministro, está lleno de feministas que tienen una agenda única, que es la legalización del aborto… Porque recibimos la noticia de que habría contaminación criminal en Roraima y el Amazonas, premeditada, en indios, para diezmar aldeas y pueblos enteros a fin de cargar el bulto al presidente”.

Ministro de Economía (feria de vanidad): “Conozco profundamente, en detalle, no de oídas. Es de leer ocho libros sobre cada reconstrucción de esas (Alemania, Chile). Entonces, leí a Keynes (…), tres veces en el original, antes de llegar a Chicago. Entonces para mí no hay música, ni dogma, ni bla, bla, bla”.

Nada de esto es nuevo. Con respecto a lo que dijo el presidente Bolsonaro, basta mencionar que, después de las elecciones federales de Alemania de 1932, así se expresó Hitler, invocando la necesidad de que la dictadura se defienda de la dictadura… de la democracia. La frase de Bolsonaro sobre la necesidad de armar a civiles es idéntica a la frase de Mussolini: “Solo el pueblo armado será libre”. La reunión del Consejo de Ministros tuvo lugar el día en que Brasil se acercaba a los 3 mil muertos por el coronavirus (hoy ya son más de 30 mil). Este, sin embargo, fue un tema ausente. O peor, con mayor perversión, la intención era utilizar la preocupación de los medios por la pandemia para avanzar en la pérdida de derechos, los casinos, la privatización, la deforestación en la Amazonía y la eliminación de las restricciones ambientales. El sistema democrático brasileño está en un desequilibrio tal que está experimentando un momento de bifurcación. Cualquier acción u omisión política puede rescatarlo o hundirlo de una vez por todas.

* Traducción de Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez.

Fuente e imagen: https://www.pagina12.com.ar/270265-brasil-requiem-por-la-democracia

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Escuelas y universidades: ¿Abrirlas o mantenerlas cerradas?

Por:  Héctor Rodríguez Cruz 

 

La epidemia del COVID-19 se ha dejado sentir más profundamente en la vida cotidiana a nivel mundial, intensificando las perturbaciones y daños a la educación de más de 360 millones de estudiantes en todo el mundo, de acuerdo con las Naciones Unidas. Por su importancia e impacto, en todos los países del mundo el tema se ha convertido en un asunto de “seguridad nacional”.  ¡Aquí deberá suceder lo mismo!

La abrumadora preocupación está más que justificada porque las escuelas y universidades brindan una estructura y soporte para las familias, comunidades y economías enteras. ¡El efecto de cerrarlas durante días, semanas y meses podría tener repercusiones incalculables en los estudiantes, profesores, padres y las sociedades en general!

Sobre  la apertura de las escuelas y universidades del país, se tienen más preguntas que respuestas. Pero unas y otras gozan de igual  importancia porque impulsan la reflexión que deberá aportar pautas para tomar la mejor decisión, que no puede ser, como tampoco puede serlo en los demás sectores, producto de un decreto, una autorización presidencial o de una medida unilateral de las instituciones educativas. La responsabilidad de su apertura debe ser producto de la decisión concertada del gobierno, las autoridades educativas y todos los sectores del país. ¡Ni más ni menos!

Sin embargo, en este sentido no estamos partiendo de cero.  Resultan alentadores los esfuerzos logísticos y financieros que ha venido desarrollando el Ministerio de Educación desde el inicio de la pandemia. En el marco de su “Plan Nacional  Orientación Preventivo del COVID-19”, fueron distribuidos unos tres millones de brochures y otros materiales gráficos informativos en las 18 regionales y  los 122 distritos escolares del país. También hizo la transferencia de cerca de 380 millones de pesos a los centros educativos, colegios católicos, politécnicos y a las juntas de regionales y distritos escolares, para que dispusieran de los recursos necesarios en el plan preventivo.

Lo que sigue ahora de cara a la apertura resulta ser más complejo, amplio, delicado y costoso. Requerirá  duplicar, o más, los esfuerzos técnicos, logísticos y colaborativos y los recursos financieros. No se trata de una simple “apertura de las puertas”,  sino de la “reconstrucción” mancomunada de “la nueva normalidad” de la educación dominicana. Pongamos en “pause” las urgencias, prejuicios, intereses particulares y autoritarismos. ¡Constituyámonos en una “comunidad pensante y dialogante” para proteger la salud en las aulas y elaborar un  vigoroso plan resiliente para su apertura!

Para todo el país la apertura de las actividades educativas, tiene una dimensión comparable a la apertura de las  actividades económicas.  Se trata de la defensa del derecho a la salud en el aula de una población educativa de  más de 5 millones compuesta por estudiantes, profesores, investigadores, laboratoristas, bibliotecarios, personal administrativo, personal de limpieza, de apoyo al almuerzo escolar, animadores culturales y deportivos;  padres, madres, tutores y amigos de la escuela, así como grupos empresariales, religiosos y comunitarios comprometidos con una educación de calidad para todos los dominicanos. 

No se trata simplemente de volver al  segundo “dulce  hogar” con las manos en los bolsillos, sin planes ni proyectos de vida. De lo que se trata es de regresar con esperanza al templo de la sabiduría donde se  forman  los hombres y mujeres para construir una sociedad digna, justa, transparente, solidaria y democrática.  De lo que es   volver a aprender y vivir la “nueva realidad” de la educación dominicana,  pero sin miedo al contagio y a la muerte que trae el COVID-19. ¡Se trata de volver a las escuelas y universidades garantizando la salud en el aula de la mitad de la población  dominicana!

Por eso es esencial que las escuelas y universidades del país reabran sus puertas con todas las garantías para asegurar la salud en el aula y de que todas las autoridades educativas trabajen para hacerlo posible y que cada comunidad educativa, los sectores económico y social,  cada uno de sus miembros, se haga responsable de las medidas necesarias para una vuelta a las aulas con todas las garantías sanitarias, higiénicas, de salud y seguridad. ¡Aquellas escuelas y universidades que no estén en condiciones para garantizarlas, mejor será que permanezcan cerradas hasta puedan hacerlo!

La estrategia para la apertura de las escuelas y universidades deberá ser por etapas. Debe enfocarse en la metodología  de  una estrategia “progresiva y escalonada”.  El proceso debe cumplir con los criterios y requisitos de claridad, seguridad y certidumbre; y privilegiar siempre la salud y la vida. En algunas zonas y poblaciones  con alta letalidad y alto riesgo de contaminación se dificultará más la apertura. Así, la apertura de las escuelas y universidades de estas zonas sólo podrá realizarse cuando las condiciones sanitarias se lo permitan.  ¡Por eso, no todas podrán abrir al mismo tiempo!

La apertura puede realizarse siguiendo el paradigma del “semáforo actualizable de cuatro colores”: rojo, anaranjado, amarillo y verde. ¡El rojo representa las mayores restricciones y el verde la apertura de todas las actividades! El anaranjado permite realizar más actividades esenciales. Es moverse un poquito de la situación del rojo; las personas vulnerables podrán incorporarse a las actividades, pero con máximo cuidado. El semáforo amarillo implica una ampliación de las actividades sin restricción, podrán operar todas las actividades esenciales y no esenciales, pero con restricciones en espacios abiertos y cerrados.

Según este paradigma las escuelas y universidades en color rojo, es decir, de  zonas geográficas y poblaciones muy afectadas por el COVID-19, no podrán abrir.   Aquellas en color verde, situadas en zonas no afectadas y poco afectadas por el COVID-19, podrán abrir sin restricciones. Las situadas en las franjas anaranjadas y amarillas podrán abrir con restricciones y riesgos calculados. Todos los “colores” deben ir acompañados y administrados  por “protocolos y guías” para el cumplimiento de la medidas de prevención y control del COVID-19.

Las escuelas y las universidades del país no pueden detenerse durante el COVID-19, ya que constituyen una parte esencial de la recuperación en una crisis: aporta normalidad, un sentido de la rutina, conocimientos y habilidades necesarias para el desarrollo, la resiliencia en casos de especial vulnerabilidad social y económica y sirve de puente para salvar las distintas brechas sociales, económicas y educativas a las que se enfrenta parte de la población. ¡Pero el COVID-19 no puede dejarse  suelto, hay que prevenirlo y controlarlo!

Para evitar contagio y muertes en las aulas debido al COVID-19,  y facilitar su pronta apertura aboguemos por la estrategia de la  “apertura escalonada y progresiva” de las escuelas y universidades, siguiendo el paradigma del “semáforo actualizable de cuatro colores”.  Hasta ahora nos hemos centrado en la acción inmediata, en la atención de las “urgencias”, en la improvisación  y en el exceso de un optimismo  que da ánimos y reconforta en medio del desconcierto  pero, cuanto antes, hemos de dar paso a la “planificación”  y  la “preparación” de la “nueva realidad” de la educación dominicana. 

Es conveniente que el COVID-19  encuentre a las escuelas y universidades del país abiertas. ¡Pero sólo aquellas que llenen las condiciones para estar abiertas! Las que puedan garantizar y defender la salud y la vida de los más de 5 millones que componen la comunidad educativa nacional.  Las que no lo estén deberán ajustarse a un programa para adecuarse para la apertura. No nos dejemos contagiar  por  el espíritu conformista del “todo va a salir bien”. Hagámoslo posible. ¡Hagamoslo juntos!

Fuente:  https://acento.com.do/2020/opinion/8819100-escuelas-y-universidades-abrirlas-o-mantenerlas-cerradas/

Imagen: https://pixabay.com/photos/nurse-stethoscope-medicine-2141808/

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Libro: Introducción al Pensamiento Geopolítico

Main Author: Cruz, Galo
Format: Libros
Published: Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE2017
Subjects:
Online Access: http://repositorio.espe.edu.ec/handle/21000/13762

Reseña:

En las últimas décadas del siglo anterior, la humanidad experimentó acontecimientos extraordinarios (algunos previsibles) como el fin del comunismo soviético, la unificación alemana, el paso de China a una economía de mercado, la configuración de un mundo globalizado bajo el capitalismo financiero y una sociedad organizada en redes y conectada en tiempo real. Deslumbrados por lo sorprendente y acelerado de estos sucesos, algunos pensadores proclamaron el fin de la historia, un orden mundial sin fronteras, sin ideologías, sin contradicciones antagónicas, en el que, por ende, no quedaba lugar para la geopolítica. En pocos años, esa visión optimista forjada especialmente por intelectuales de los países vencedores de la ‘Guerra Fría’, se ha desvanecido dejando en su lugar un escenario de incertidumbres, temores y expectativas que ha obligado a un escrutinio agudo de instituciones, ideologías, doctrinas y prácticas políticas. En ese proceso, también ha sido necesaria una revisión profunda de la geopolítica para adecuarla a las nuevas formas de generación y gestión del poder y el territorio, mediadas por inéditas relaciones dialécticas entre tiempo y espacio. La nueva revolución científico-técnica y productiva ha transformado de manera radical la forma como los seres humanos producen, comercian, consumen, se relacionan y se organizan política y territorialmente. De la estructura de la sociedad en redes surge la “globalización”, impulsada por los intereses de las grandes corporaciones internacionales, convertidas en nuevos actores geoestratégicos, con capacidad de influencia en los juegos de poder superior a gran parte de los Estados, especialmente periféricos, y aliadas a los intereses de los países centrales en una ardua competencia por el espacio geoeconómico mundial. En ese ambiente, con diferentes énfasis según la ubicación que les corresponda en función de la capacidad de su poder, los Estados nacionales han soportado compulsiones internas e internacionales que, de forma sistemática, han ido modificando su naturaleza intrínseca y su papel central en la gestión de lo público dentro de su territorio y fuera de él. Demasiado pequeños – se ha dicho- para enfrentar por sí solos los grandes retos del mundo globalizado, deben integrarse en espacios supranacionales; mientras que, por otra parte, excesivamente grandes para adecuarse a la diversidad regional y local, enfrentan exigencias de descentralización, autonomía y, en casos extremos, independencia. En las circunstancias descritas, nuevos temas atraen la preocupación de la geopolítica: el cambio climático, derivado de la incontrolada emisión de gases de efecto invernadero, que provoca desastres cada vez más aterradores; el crecimiento de la población mundial más allá de la capacidad del planeta para sostenerla; el crimen organizado con todas sus peligrosas manifestaciones; el terrorismo político, religioso e inclusive delincuencial; fundamentalismos de diversa índole, incluido el de quienes idolatran el mercado. Todos estos problemas se expresan en términos políticos y geográficos. En este entorno de tantas y tan peligrosas complejidades, los aportes de la geopolítica a la seguridad de las personas, comunidades, Estados, organizaciones internacionales y a la humanidad entera, son invalorables. Enfrentados a las nuevas circunstancias del momento, es indispensable asumir la geopolítica como una disciplina que aporta científica y metodológicamente a la investigación sobre las múltiples formas cómo el medio geográfico influye, tanto en la vida de las personas y las comunidades, como en el desenvolvimiento de los Estados y de las relaciones de éstos en distintas escalas, desde la vecinal a la global. Debe servir también para apoyar amplios debates sobre las relaciones espaciales del poder, que sirvan para descifrar oportunamente las grandes incógnitas que este siglo nos presenta y dilucidar la naturaleza de los retos a los que estamos enfrentados. Hay que comprender que la geopolítica, como rama de la ciencia política, mucho más que un texto o un manual, es una invitación a desentrañar los elementos fundamentales del mundo en que vivimos, comprender las relaciones de causa y efecto de los acontecimientos que se presentan en el espacio urbano, regional, nacional e internacional. Hay que considerar que, en este sentido, la geopolítica es una disciplina instrumental, una guía de pensamiento, una apasionante oportunidad de develar lo que se encuentra atrás, lo no evidente, las amenazas y oportunidades de cada realidad que deben colocarse a la luz de la comprensión de la comunidad y de los líderes políticos y sociales para una conducción menos riesgos a de los asuntos públicos y particulares. Esa es la importancia de esta “Introducción al Pensamiento Geopolítico”, oportunamente publicada por el Centro de Estudios Estratégicos de la Universidad de las Fuerzas Armadas (ESPE), que permitirá a los lectores iniciarse en el estudio sugestivo de los temas del espacio, el poder y la seguridad.

Descargar en:http://repositorio.espe.edu.ec/handle/21000/13762

Fuente: https://www.bibliotecasdelecuador.com/Record/ir-:21000-13762

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Pan, espacio y olvido

Por: Leonardo Díaz

El avance global del coronavirus SARS-CoV-2 ha propiciado el constreñimiento de la circulación ciudadana por parte de los Estados, con el fin de frenar la curva exponencial de la pandemia. Quedarse en casa se ha convertido en una consigna proclamada desde Oriente hasta Occidente.

La señalada coerción se ha justificado, a nivel planetario, con el viejo argumento de la seguridad nacional. El confinamiento genera el distanciamiento social necesario para reducir las probabilidades de contraer el virus y agregar eslabones a la cadena del contagio. Así, el recorte de las libertades y los derechos ciudadanos ha recibido el beneplácito popular.

Pero, en América Latina y el Caribe, existe un problema que amenaza cualquier intento estatal por detener la epidemia basándose en el confinamiento: el trabajo informal. Millones de personas en nuestro continente no disponen de un puesto de trabajo estable con un salario regular. Sus vidas dependen de “la conquista callejera”, de vender con el empeño de a quién se le va el alma, porque la subsistencia del cuerpo lo demanda.

En estas circunstancias resulta difícil acatar la orden de autoencerramiento. El trabajador promedio de Latinoamérica se encuentra en la encrucijada de la novela de Albert Camus, La peste, donde los habitantes del pueblo de Orán se quedan sin alimento y, deseando emigrar a otro lugar, se ven impedidos por las medidas coercitivas del Estado.

Los estados latinoamericanos han sido incapaces de establecer políticas económicas inclusivas que permitan a la gente común proporcionarse el alimento de manera autónoma y sostenible en el espacio público, que, además, ha cargado con el fardo de unas oligarquías parasitarias enriquecidas al amparo del proteccionismo estatal.  En esta situación, la mayoría de los segmentos poblacionales se encuentran en clara desventaja material con respecto a las minorías receptoras de la riqueza material para operar dentro de la crisis.

Al mismo tiempo, los referidos segmentos poblacionales tampoco han tenido acceso a un sistema educativo formador que los capacite en las habilidades ciudadanas y en una actitud reflexiva. En el mejor de los casos, han sido instruidos mínimamente para la “competitividad”, para ser mano de obra en el mercado. Por consiguiente, tampoco disponen de los dispositivos subjetivos para lidiar con los problemas de la vida cotidiana, mucho menos con un estado de emergencia.

Los segmentos poblaciones excluidos en nuestras sociedades raramente han sido una prioridad de los partidos gobernantes latinoamericanos, en algunos casos, compromisarios de corporaciones, en otros, convertidos ellos mismos en corporaciones estatales. Ni siquiera la emergencia de una crisis sanitaria, como lo es la actual, ha modificado de modo estructural esta situación, y por tanto, las prioridades.

Al inicio, en sentido general, los gobiernos latinoamericanos subestimaron y ocultaron la crisis para no “asustar a los mercados”. En medio de la misma, se tomaron medidas económicas para proteger a las clases económicas más consumidoras y por lo tanto, las garantes del modelo económico. Las pocas decisiones de inversión social en medio de la crisis, dirigidas a los grupos olvidados del ordenamiento político, se realizan sin obviar la obtención del capital político y limpiar la imagen mediática.

Mientras tanto, los menos pudientes son arrojados a luchar sin cuartel contra una adversidad percibida como cuasi sobrenatural, porque dichos grupos experimentan un “espejismo hermenéutico”, resituando el concepto de la filósofa argentina Moira Pérez(https://www.aacademica.org/moira.perez/49.pdf). Es decir, los segmentos poblacionales más vulnerables sufren una experiencia social ininteligible para ellos mismos porque la misma se encuentra distorsionada en el espejo de los discursos generados por las instancias del poder político.

A las carencias hermeneúticas se suman las privaciones objetivas de una población sin recursos para costear los servicios de salud en sociedades que han sido entregadas a las draconianas Administradoras de riesgos de salud privadas (APFs).

En La peste, Camus narra una de las principales tragedias de los habitantes del pueblo de Orán, el hecho de que, acorralados por la peste, separados de sus seres queridos en un aislamiento social extremo, se van convirtiendo en objeto del olvido. Las situaciones de emergencia o estados de excepción irrumpen de modo violento en nuestra cotidianidad y laceran la empatía y la solidaridad que son tendencias emocionales constitutivas de nuestra humanidad.

En este momento, se hace necesario un cambio radical de las políticas públicas. Además, un segmento importante del sector privado, que ha acumulado riquezas durante tantos años y todavía pretende sacar ventaja de la crisis (AFPs, clínicas y laboratorios privados, industrias hoteleras, entre otras empresas), entiendan que su sobrevivencia a largo plazo depende de un rescate colectivo que no olvide a las mayorías, lo que dada las circunstancias actuales, conllevará sacrificios y concesiones en detrimento de sus ganancias particulares.

Lo que nos jugamos, no es solo el problema real de la desaceleración económica, con sus terribles secuelas sociales, y las miles de vidas humanas que mueren y morirán por el virus, sino también, el reforzamiento del hundimiento material y espiritual generalizado que estas crisis conllevan para la mayoría de los sobrevivientes, aquellos que no pueden pagar coaches, ni chamanes de la Nueva Era.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8797922-pan-espacio-y-olvido/

Imagen: https://pixabay.com/photos/lost-places-pforphoto-abandoned-1555076/

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Desmantelar la educación de idiomas extranjeros en EE.UU. tendrá un costo que pagaremos por generaciones

Por: Ruth Ben-Ghiat

 El monolingüismo (la capacidad de hablar solo un idioma) puede sonarles a algunos como una enfermedad, y sin duda es una condición que se esparce por la educación superior estadounidense. Según la Crónica de Educación Superior, un informe de próxima aparición de la Modern Language Association —basado en información proveniente de más de 2.000 instituciones— halló que se habían cerrado 651 cursos de idioma extranjero entre 2013 y 2016. Esa es una reducción del 5,2% en apenas tres años. Si bien no tendremos todos los detalles hasta que se publique el informe en aproximadamente un mes, la tendencia, desafortunadamente, es clara. Es imperativo revertirla, por el bien de los intereses económicos y de seguridad nacional a largo plazo y la salud de la sociedad civil democrática.

Al justificar sus decisiones de reducir o eliminar la enseñanza de idiomas extranjeros, los administradores y directivos de las universidades pueden citar las consecuencias de la recesión del 2008, que redujo los presupuestos educativos, la necesidad de asignar recursos a los campos tecnológicos y la disminución de la demanda: según la Crónica de educación superior, las inscripciones se redujeron 9,2% durante ese período del 2013 al 2016, solo han repuntado el hebreo bíblico, la lengua estadounidense de señas y, en especial, el coreano. Un informe de 2014 de la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias mostró que la recesión golpeó más duramente a las carreras de idiomas que al resto de las humanidades. En los años siguientes, las universidades recortaron el 12% de las carreras de idiomas extranjeros, el doble en comparación con el total de las carreras.

Sin embargo, ninguno de estos factores son de por sí causa suficiente para llevarnos a esta acuciante situación actual. Habiendo trabajado durante muchos años en la educación superior estadounidense, incluso como jefa del departamento de idiomas extranjeros, he visto el éxito de las campañas de recaudación de fondos a gran escala para nuevas instalaciones (prácticamente todo lo que tiene una ubicación física ahora lleva el nombre de un donante en algunas instituciones), y los fondos para los centros y laboratorios de pronto logran retener o atraer a profesores estrella. Es cuestión de prioridades: y la instrucción de idiomas extranjeros por lo general ha estado de capa caída en esta lista. También es responsabilidad de los defensores de la enseñanza de idiomas hacer una defensa clara y convincente sobre su importancia.

Tomemos como ejemplo el francés, que fue el más vapuleado según el estudio de la Asociación de Lenguas Modernas, contabilizando 129 de los 651 programas cerrados (contra 118 para el español y 56 para el italiano). Algunos estadounidenses insistan quizás en ver el francés como algo útil principalmente para pedir vino y pasar un semestre en el extranjero en París, pero el francés es una fuerza motriz mundial. No solo está entre los idiomas más estudiados y hablados en Estados Unidos en términos generales (junto con el español y la lengua de señas estadounidense), sino que es el sexto idioma más hablado en el mundo. Es el idioma oficial en 29 países, con aproximadamente 300 millones de hablantes, que podrían llegar a 700 millones hacia el 2050, según algunos demógrafos.

Estudiantes caminan en el campus de la Universidad de Columbia.

Esto es porque además de que el francés es un idioma oficial o de trabajo en el mundo, desde Guayana Francesa en América del Sur hasta Vanuatu en Oceanía hasta Quebec en América del Norte, también destaca que la mitad de los hablantes de francés viven en ÁfricaÁfrica ya es la zona con la segunda mayor población en la tierra, con el 41% de su población menor de 15 años. África impulsará el desarrollo futuro; los chinos están invirtiendo miles de millones allí con razón. Claro, el inglés es el rey en muchos países de África, fruto del alcance del eximperio británico, pero el continente también incluye decenas de países de habla francesa, algunos de los cuales se proyectan como líderes en el próximo auge económico como Senegal y Costa de Marfil.

¿Es realmente el momento de abandonar la enseñanza del francés en las universidades y establecimientos de enseñanza terciaria de Estados Unidos? Creo que no.

Para quienes son menos propensos a pensar globalmente, aquí hay otra razón para revertir la tendencia: que menos estadounidenses aprendan idiomas extranjeros significa que más estadounidenses se verán privados de la apertura de mente y de la comprensión de otras culturas. Esa es una buena noticia para algunos seguidores del presidente Donald Trump, que desde las elecciones presidenciales de 2016 ha incitado a la xenofobia y al racismo, incluyendo la continua campaña de desinformación que intenta vincular a los extranjeros, en particular a los inmigrantes, con el terrorismo y el crimen.

Llevamos ya tres años de este clima nocivo en el que hablar un idioma que no sea el inglés en público puede resultar riesgoso, una señal de que uno no es un estadounidense “real” o que no “pertenece” a este país. Las historias son muchas: un matemático que hablaba con acento fue escoltado y bajado del avión, sospechado de terrorismo por garabatear ecuaciones que a su compañero de asiento le parecieron árabe; gente detenida por agentes fronterizos en una estación de combustible de Montana; expulsados de negocios en la Florida; e insultados verbalmente en almacenes de Manhattan, todo porque hablaban español; estudiantes de posgrado a los que les sugirieron no hablar chino en público para que la gente no pensara que no querían “asimilarse”.

En una era en que se reclaman muros y “fortificar a Europa“, muchas fuerzas accionan para regresar al aislamiento y a políticas de odio que prosperan en base a la incomprensión mutua. No nos dejemos guiar por las razones presupuestarias que podrán ahorrarles dinero a las instituciones a corto plazo, pero que resultarán costosas en incontables formas para nuestra nación por generaciones venideras.

Fuente del artículo: https://cnnespanol.cnn.com/2019/01/30/educacion-idiomas-extranjeros-estados-unidos-tendra-un-costo-que-pagaremos-por-generaciones/

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