Page 1 of 4
1 2 3 4

Joan-Carles Mèlich: «La palabra educación tiene que ver con una relación existencial y para que esta se dé debe haber cara a cara, el rostro, la piel, el olor»

Por: Txema Seglers

  • Joan-Carles Mèlich es doctor en Filosofía y Letras y profesor de Filosofía de la Educación en la UAB. Acaba de publicar La fragilidad del mundo.

Cada vez que Joan-Carles Mèlich (Barcelona, 1961) cita un libro o un clásico, sus ojos crepitan tras las gafas graduadas. De hecho, Mèlich contempla la vida desde lo que él llama una filosofía literaria. Quizás, por ello, este doctor en Filosofía y Letras y profesor de Filosofía de la Educación en la UAB, cita libros y clásicos con tanta admiración. Con una extensa bibliografía, Mèlich publica La fragilidad del mundo (Tusquets Editores, 2021), una reflexión sobre la complejidad y las ambivalencias del mundo, el imperio de la técnica, el vértigo de nuestros días. Y en medio de toda esta turbación, Mèlich aún rescata una pequeña luz, la del sentido, frágil y precaria, bastante intensa, sin embargo, para curarse de la tormenta.

La pandemia ha puesto de manifiesto que somos frágiles. Pero, ¿por qué la fragilidad es un bien que hay que cuidar y proteger?

El punto de partida es la finitud del ser humano. Finito significa que morimos, y también, que somos contingentes y relacionales. Pero, por esta condición finita, no podemos esquivar nuestra relación con el mundo, con la alteridad de los otros humanos, de las cosas y de la naturaleza. Y por lo tanto, nuestra relación con el mundo es necesariamente poco firme, poco sólida. De hecho, sólo protegiendo la fragilidad, tenemos cuidado de la condición humana.

En una conferencia tuya en el Palau Macaya de la Fundació ‘La Caixa’ hablabas del cuidado de la existencia. Ahora bien, ¿podemos crear desde la fragilidad?

Sí, y también descrear. La fragilidad también tiene problemas, como la angustia, la melancolía o el pánico. Yo hablo de tres desestructuraciones con el mundo, y la fragilidad también tiene formas de rotura, de crisis. La fragilidad es ambigua. De hecho, una de las tesis del libro es que la relación del ser humano con el mundo es disonante, un término musical que me permite ilustrar cómo nos movemos adelante y atrás, en positivo y en negativo, siempre inconclusos. El ser humano nunca podrá cruzar las puertas del paraíso.

Por suerte, ¿no?

Sí, por suerte, pero puede cruzar las puertas del infierno.

Eso sí. ¿Por ejemplo, las puertas de Auschwitz?

Exacto. Si cruzamos el paraíso, perdemos la finitud. De hecho, la mía no es una ética del bien, sino de la experiencia del mal.

El bien cuesta construirlo, no sabemos con exactitud qué es. Pero el mal, sí que toma formas evidentes y muy concretas.

Sí. Zygmunt Bauman decía que el bien y el mal no están al mismo nivel.

¿Por qué negamos el mal? ¿Por qué nos cuesta aceptar que podemos hacer daño a los demás? Pienso en la banalización del mal.

Una de las otras palabras clave del libro es vértigo. Vértigo significa que vivimos y estamos situados casi en la punta límite del acantilado. En este punto, nos es más fácil vivir olvidando esta dimensión oscura, de desazón, de vértigo. Queremos olvidar la cara oculta de la luna, como si la luna no tuviera una Dark Side, ¿no?

Esto me recuerda a Pink Floyd.

Me encanta Pink Floyd.

¿La sociedad del like pretende ocultar esta dark side of the moon ?

Sí, porque buscamos aparentarlo todo magníficamente e intentamos olvidar esa cara oculta y oscura de la luna para decir que tenemos que ser positivos, ser optimistas y que no podemos llorar. Ahora bien, es importante saber que no toda la luna es oscura. El Eclesiastés lo dice perfectamente: hay un tiempo para reír y un tiempo para llorar, un tiempo para labrar y otro para recoger lo sembrado, un tiempo para vivir y un tiempo para morir.

De acuerdo, pero en el tiempo de las pantallas, esta gestión de los ritmos vitales parece rota. ¿Cuál es el agravio de las prisas, de la trepidante velocidad que nos atenaza?

Nietzsche y Wittgenstein sólo piden algo a sus lectores: tiempo. Piden que los lectores lean sus obras lentamente. Lo más importante en la vida necesita tiempo. En mi libro La fragilidad del mundo defiendo que vivimos en el imperio de la prisa. El problema no es la velocidad, sino la prisa. La prisa es la patología de la velocidad; del mismo modo que la tecnología no es la técnica, sino un sistema social-simbólico poderosísimo que ha colonizado el mundo y que nos obliga a vivir en la lógica de la prisa. Las relaciones humanas (familia, la amistad, la educación, la lectura, la meditación…) han entrado, por eso mismo, en una crisis profunda y el mundo se ha empobrecido. Siempre que ha habido ser humano, ha habido técnica. Pero la tecnología es un producto de la modernidad. Yo cifro la revolución tecnológica a principios del siglo XX, cuando algunos autores vieneses como Robert Musil, hablan de la matematización del mundo, de la colonización de la tecnología. Dicho de otro modo, cuando la técnica deja de ser un instrumento y se convierte en un sistema social, una forma de vida. Y para mí, eso es un empobrecimiento del mundo, porque rompe la dimensión frágil que decíamos antes.

Me recuerda a El mundo feliz de Huxley.

Sí.

¿Cree que la lógica tecnológica empobrece la democracia?

Totalmente, porque la lógica tecnológica empobrece la gramática que el mundo es. Piensa en 1984 de Orwell y la neolengua. Si lees el libro en clave tecnológica, te das cuenta que la neolengua simplifica el matiz, porque, por ejemplo, prohíbe los antónimos. Si llamas bueno, no puedes decir malo, sino que tienes que decir ‘no bueno’. El lenguaje se va reduciendo. Pero otro aspecto muy importante se deriva de esta colonización: la crisis de la memoria.

Suena inquietante.

Un ordenador no tiene memoria. La computadora almacena datos, informaciones, pero no es la memoria de un ser finito.

Explíquemelo, por favor.

La memoria no es recuerdo, sino recuerdo y olvido. El ejemplo es Proust o Joyce. La memoria irrumpe, y nunca dos personas recuerdan igual, porque es personal, atraviesa por dentro de tus vivencias. La memoria es narrativa. La crisis actual de la memoria se manifiesta en la pérdida del peso del pasado. Vivimos en una civilización que da mucha importancia a la actualidad, pero no se la da al presente. Pero hay que tener cuidado porque no hay presente sin pasado. La actualidad, en cambio, puede obviar el pasado, no le interesa nada. Las consecuencias educativas de esta crisis de memoria son evidentes y trágicas. La actualidad ha devorado el presente y, en consecuencia, se ha roto la secuencia temporal (pasado, presente, futuro).

Vivimos ahogados de actualidad, como si siempre fuéramos ‘fuera de tiempo’.

Exacto. El presente cuida del pasado, pero la actualidad no necesita el pasado, porque nace y muere. Walter Benjamin lo explica muy bien en El narrador. De hecho, leer un libro no es lo mismo que leer las noticias, que caducan al cabo de un instante. Por ejemplo, vas al quiosco y pides el diario de ayer, y ya no lo tienen. La tecnología trabaja con la actualidad, pero no con el presente. También sucede en las tertulias de televisión o los programas de opinión.

Entiendo, sin embargo, que no está en contra de la actualidad.

No, no lo estoy. Yo estoy en contra de la colonización actual del presente, es decir, cuando la actualidad ‘se come’ el presente. Y esto, de hecho, lo he visto en la universidad. Por ejemplo, yo ahora estoy haciendo la guía docente con las directrices recomendadas, que me señalan que incorpore elementos digitales. Ahora bien, yo defiendo el libro como objeto, la materialidad de los cuerpos, los espacios de silencio, la lectura lenta, la utilidad de lo inútil, como dice Nuccio Ordine. La tecnología y las redes no te dan esto.

En este sentido, usted ha dicho que la educación, si no es presencial, no es educación .

A ver, puede haber instrucción en línea, aprendizaje, pero la palabra educación incluye el aprendizaje y la instrucción, al tiempo va mucho más allá. La palabra educación tiene que ver con una relación existencial, más profunda, tiene que ver con el estudio, la lectura y la escritura, tiene que ver con la relación con un maestro. Y para que haya esta relación existencial debe haber cara a cara, el rostro, la piel, el olor. Porque, ¿qué es la presencialidad?

¿El ambiente? ¿El calor? ¿El contacto con el otro?

Sí, y también es la atmósfera.

Somos unas criaturas muy extrañas y curiosas los humanos. ¿Por qué nos cuesta tanto aprender?

Bueno, la existencia es un aprendizaje que no se aprende nunca, porque es a posteriori, es a trompicones. Por eso, soy tan crítico con las competencias, porque tú no puedes saber cuál es la respuesta antes de tener el problema. O como en una entrevista. De hecho, tú puedes preparar las preguntas y yo las respuestas, pero cuando nos encontramos, somos dos personas en una situación concreta, y cada situación es diferente. Todo lo que había previsto, de repente, no funciona, y entonces, improvisamos. De hecho, tenemos que aprender a improvisar, que significa aceptar que el ser humano no puede esquivar la contingencia.

Con el término musical de la disonancia, antes hacía referencia a nuestra condición inconclusa. Ahora, desconozco la razón, habla de la improvisación y pienso en los músicos de jazz.

Yo he puesto este ejemplo, sí, el de un músico de jazz que sabe improvisar porque conoce las escalas y las armonías. Keith Jarrett lo ilustra muy bien. De hecho, a mis estudiantes les cuento que tienen que hacer lo mismo que Keith Jarrett: improvisar sin manual de instrucciones. Él explora.

En esta exploración, pero buscamos el sentido, y por ello, empalabramos el mundo. Pero no todos los relatos son iguales. ¿Cuáles son los relatos peligrosos?

Los relatos que eliminan la ambigüedad, que defienden las ideas claras y distintas. En la existencia humana hay inicio, pero no hay ni origen; nacemos en una historia, en un relato que otros han iniciado, heredamos una gramática, un conjunto de signos, de símbolos, de gestos y de normas… y tenemos que aprender a vivir en este escenario en el que las relaciones con los demás (humanos y no humanos) resultan inesquivables. Un relato es peligroso cuando tiene la pretensión de explicarlo todo, cuando quiere tener la primera y la última palabra.

La aparición de Internet, de las redes, se decía que ofrecerían la oportunidad de una verdadera democracia participativa. Vemos que no es así. ¿Cree que hay relación entre el mundo tecnológico y el incremento de un populismo que insulta vía tweets?

Diría que sí, pero tengo que reconocer que no es un tema que tenga bastante elaborado. Debería pensar en ello más.

En todo caso, parece que vivimos en una sociedad de individuos atomizados. En este sentido, el otro supone un reto y las relaciones entre las personas son complejas. Ahora bien, ¿cree que sustituimos la comprensión de las relaciones con el otro por la moral del grupo?

Siempre he dicho y he escrito que la moral es inesquivable por los seres finitos. La moral radica en la gramática que hemos heredado. No podemos existir sin moral. Pero tampoco podemos existir sólo con moral. Los seres finitos también vivimos en zonas oscuras, por lo que la incertidumbre es inesquivable. Es lo que llamo zona oscura de la moral. Y esto es la ética. La educación no puede darse sin estas zonas oscuras, no se puede educar sin ética, sin incertidumbre, sin vergüenza, sin mala conciencia.

Al inicio de esta entrevista hemos hablado de cómo la pandemia ha puesto de manifiesto nuestra fragilidad. Pero también la pandemia está comportando pérdida. Usted ha trabajado sobre este tema. Una última pregunta. ¿Cómo podemos gestionar el duelo de los seres queridos?

Cada uno debe ver cómo gestiona su duelo. Recomiendo leer algunos libros sobre esto. Si me pides que recomiende sólo uno, este sería La muerte de Iván Ilich, de León Tolstoi. Es un libro que releo a menudo. Es una obra espectacular, como todos los clásicos. Homero, los trágicos griegos, la Biblia, Shakespeare, Cervantes, Montaigne, Flaubert, Dostoievski, Freud, Kafka, Virginia Woolf, Joyce, Proust, Rilke, Beckett… Esto es lo que recomiendo, porque son ellos, y sus libros venerables, los que nos muestran que la vida es incierta y que no hay píldoras que nos digan lo que tenemos que hacer ni cuál es el camino correcto.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/07/30/joan-carles-melich-la-palabra-educacion-tiene-que-ver-con-una-relacion-existencial-y-para-que-esta-se-de-debe-haber-cara-a-cara-el-rostro-la-piel-el-olor/

Comparte este contenido:

¿Son el acoso y violencia escolar cosa de niños?

Por: ABC

Francisco Cancer Abreu, responsable del departamento de Orientación del Colegio CEU San Pablo Sanchinarro, explica que, con motivo del Día Internacional contra el Acoso y la Violencia Escolar, la Fundación Universitaria San Pablo CEU se suma a esta celebración con la campaña ‘No es cosa de niños’.

Puedo asegurar, rotundamente que no. Las características principales que permiten identificar una situación de acoso escolar son la existencia de una o más conductas de hostigamiento, la repetición sistemática de esas conductas y su permanencia continuada en el tiempo.

El conflicto es inherente al ser humano, es parte del aprendizaje y está presente en nuestras aulas. Negar esto no haría otra cosa que estigmatizar aún más a la víctima y normalizar las conductas de acoso. No se trata únicamente de mejorar la situación de la víctima; sino también de redirigir la conducta del agresor para erradicar este comportamiento.

No es cosa de niños, la prevención es fundamental. Prevención, entendida desde el reconocimiento de que en algún momento todos tenemos sentimientos negativos hacía otras personas. Desarrollar en nuestros alumnos la inteligencia emocional y la empatía no solo previene el acoso, sino que les aporta herramientas para entender cómo lo que hacen tiene impacto en los demás. Trabajar la importancia de la comunicación y el perdón en la resolución de conflictos. Desarrollar en nuestros alumnos habilidades de afrontamiento, mostrarles que hay alternativas a la agresión. Reforcemos las conductas positivas, pongamos en valor el poder del bien.

¡Debemos seguir atentos! Son muchos los retos que nos quedan, pero tenemos las claves para afrontarlos, la prevención y acción contundente contra el Acoso y la Violencia Escolar.

Con motivo del Día Internacional contra el Acoso y la Violencia Escolar, que se celebra el 2 de mayo, la Fundación Universitaria San Pablo CEU se suma a esta celebración con la campaña ‘No es cosa de niños’.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-acoso-y-violencia-escolar-cosa-ninos-202105020050_noticia.html

Comparte este contenido:

Educación, vida, riesgos y libertad, a propósito del aborto y las tres causales

Por: Julio Leonardo Valeirón Ureña

Una educación que no nos educa en la capacidad de desarrollar y ejercer nuestra capacidad de ejercicio de la libertad, es una educación que, además de muy costosa, no sirve para nada.

Aprender a vivir con nuestras decisiones y la conciencia que ello supone, es una experiencia enlazada con el sentido que le damos a nuestra vida y existencia, y la capacidad de asumirlas en sus consecuencias.

Hace ya muchos años, era un adolescente entonces, leí un libro que en aquel tiempo marcó mi vida. Fue como una guía político – espiritual. Se trata de Riesgos y osadías del existirde Ignace Lepp. John Robert Lepp nació en Estonia en el 1909 y falleció en Francia en el 1966. Hijo de un capitán naval, nació a bordo de un barco en el Mar Báltico, y ahí vivió junto a su hermano y al cuidado de su madre. Siendo un joven adolescente de 15 años y luego de leer La Madre de Gorki, se unió al Partido Comunista francés. Muchos años más tarde y decepcionado del comunismo real y de las incongruencias de sus dirigentes se convierte al cristianismo. El punto de inflexión de este proceso fue la novela Quo Vadisdel polaco Henryk SienKiewicz y el contacto a través de ella de la forma de vida de las primeras comunidades cristianas. Esta historia está relatada en su libro De Marx a Cristo. Estudió teología, psicología y psicoanálisis. Fue ordenado como sacerdote en el 1941. Toda esta información aparece en el sitio web Wikipedia. Entre sus libros, además del referido, se encuentran La Moral Auténtica, Psicoanálisis el Amor, Psicoanálisis de la MuertePsicoanálisis de la Existencia, La Nueva Moral, Comunicación de la ExistenciaLos cambios de vida: observándonos a nosotros mismos en nuestra existencia total; entre otros.

En Riesgos y Osadías del Existir, Lepp nos plantea entre otras, cuatro ideas importantes:

  • El ser humano es quien ha de edificar su existencia por sí mismo y elegir su vocación, su profesión y su estadio de vida.
  • El riesgo aumenta en función de la autenticidad de la vida; es decir, cuanta más libertad ponga una persona en su conducta, mayor será el riesgo. La fuente del riesgo no está en el determinismo, sino en la libertad.
  • El riesgo es inherente a la vida y negarse por miedo a dar el salto hacia lo desconocido, nunca le permitirá llegar a lo que busca.
  • El riesgo debe estar solo subordinado a la autenticidad.

Si bien es cierto que la socialización es el proceso mediante el cual las personas, situadas en determinados contextos sociales y culturales, incorporan ideas, creencias, actitudes, comportamientos, estilos de vida, etc, etc, etc., ese mismo ser humano podrá desarrollar la capacidad de tomar decisiones. Es decir, ejercer su derecho a la libertad.

Aprender a vivir con nuestras decisiones y la conciencia que ello supone, es una experiencia enlazada con el sentido que le damos a nuestra vida y existencia, y la capacidad de asumirlas en sus consecuencias. Todo ello, podríamos decir, es un perpetuo juego entre libertad y responsabilidad.

La educación como práctica de la libertad, fue un eslogan e incluso, el título de un libro que fue una guía de lo que pretendía ser el camino de una oferta educativa en los años sesenta. Los seres humanos debemos ser educados justamente para enfrentar las decisiones que la vida nos deparara en el presente y el futuro. De ahí que aprender a comprender la realidad, en sus múltiples manifestaciones personales, sociales y naturales, y, a guiar nuestras decisiones por los valores fundamentales que sustentan nuestra propia vida como ser personal y social que somos, es una función fundamental de la educación. De la educación en todos sus órdenes y ámbitos: familiar, escolar y social.

Sin estos principios fundamentales podríamos tener todas las legislaciones que consideremos necesarias y pertinentes para conducir, y hasta penalizar nuestro comportamiento, y de seguro que las cosas no cambiarían. Seguiremos “pasándonos el semáforo en rojo”, o exponiendo nuestras vidas a prácticas “médicas o no médicas” insospechadas, para interrumpir un embarazo no deseado.

Hace muchos años coordiné un estudio sobre el aborto, con mujeres que se encontraban en ese proceso en la Maternidad de La Altagracia. Aunque en su mayoría afirmaban que el proceso se inició por una caída abrupta, otras admitieron situaciones muy complicadas: desde golpes en el vientre realizados por sus parejas, toma de algún té que alguien les recomendó, a ganchos de ropa insertados vía la vagina. Era una realidad vivida por ellas de manera muy dolorosa y con grandes cargas de conciencia, pero, sobre todo, sin instancias sociales que las acompañaran en su proceso de decisión, para luego penalizarlas.

Tengo dudas de si trata o no de contar con disposiciones legales y con ello, finalmente, “calmar nuestra conciencia personal y ciudadana”. Por supuesto, no niego la importancia de las regulaciones legales que organizan la vida personal y social. Mi mayor preocupación se centra en el ser humano que se ve ante la situación de algo que no desea, o no quiso, como incluso, en la de aquella persona que llevará a cabo los procesos necesarios que hagan posible la decisión del primero. Pero de igual manera, en la del ser cuya vida se verá interrumpida y que, por supuesto, nunca tendremos idea de que podría significar su vida para la vida de su familia, comunidad o sociedad. Ése ser queda sin voz.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/educacion-vida-riesgos-y-libertad-a-proposito-del-aborto-y-las-tres-causales-8925780.html

Comparte este contenido:

Maradona, metáfora de la condición humana trágica

Por: Leonardo Boff

ale la pena recordar: jugaba con pies agilísimos y con una cabeza que marcaba goles geniales. Pero su cabeza también pensaba, y definía en qué lado se colocaba en el espectro social: en el lado de los oprimidos, simbolizados por Fidel Castro, y por Lula. Y lo hacía saber, públicamente.

¿Qué es el ser humano? Por más que las ciencias traten de definir al ser humano, éste continúa siendo siempre una cuestión abierta. San Agustín (354-430) que se preocupó desesperadamente durante toda su vida por encontrar una respuesta, terminó diciendo sólo: mihi magna factus sum quaestio: “me he convertido en un gran problema para mí mismo”. Y se calló.

 A veces no son las ciencias ni las religiones quienes nos proporcionan la mejor imagen (en vez de una definición), sino los literatos. La mejor fórmula para mí la encontré en Antoine de Saint Exupéry, el autor de El Principito, en su novela La Ciudadela. En ella entiende al ser humano como un nœud de relations, “un nudo de relaciones en todas las direcciones”. Va más allá de la sexta tesis de Marx sobre Feuerbach al definir: “esencia humana es el conjunto de sus relaciones sociales”. Ésta visión es reduccionista: el ser humano es el conjunto de sus relaciones totales y en todas las direcciones, no sólo sociales. Tiene también sentido decir que “es un proyecto infinito, siempre en busca de su objeto adecuado, nunca encontrable en el ámbito en que vive”, lo que le lleva a trascender este mundo.

Aparte de esta búsqueda sin fin, cabe seguramente decir que es un ser complejo, la conjunción de dos dimensiones que en él siempre se dan conjuntamente: lo positivo y lo negativo, lo luminoso y oscuro, lo inteligente (sapiens) y lo demente (demens), lo afortunado y lo trágico, la pulsión de vida (eros) y la pulsión de muerte (thánatos), lo utópico y lo histórico, la realización y la frustración, la derrota y la victoria, la gentileza y la grosería, la cordialidad y la rudeza, lo poético y lo prosaico, lo dia-bólico (que divide) y lo sim-bólico (que une), el equilibrio y el exceso, el caos y el cosmos, el águila y la gallina. Esta dualidad no es un defecto de creación. Es la condición humana real. Esta misma estructura se encuentra en el cosmos (orden y desorden) y en cada ser vivo e inerte (autónomo e integrado). Se trata de una constante universal.

El reto para cada ser humano no es negar una de las partes –lo que sería imposible y resultaría incluso peor–, sino cómo integrar esta dualidad, cómo encontrar un justo equilibrio dinámico –siempre sin terminar–, de forma que pueda construir su identidad, su proyecto de vida, y buscar la felicidad posible a los hijos e hijas de Adán y Eva.

Ocurre sin embargo que en la vida humana existe lo trágico, tan plásticamente representado por los teatros griegos. El exceso, lo demencial y lo diá-bólico (lo que escinde) puede apoderarse de la persona, inundar su conciencia y hacerla esclava de la dimensión de lo oscuro.

El arquetipo del héroe/heroína puede ayudarnos a entender ese drama. No me refiero al héroe/heroína de las sagas de guerra y de las novelas, sino en el sentido del psicoanálisis moderno. Cada persona puede ser héroe/heroína según como trabaje esta dualidad, consiga integrarla y realizar su proceso de individuación. Hay varios tipos de héroes/heroínas: el resistente, el peregrino, el luchador, el mártir… y otros.

Escribo todo esto a propósito de la figura del genial jugador argentino de fútbol Diego Maradona. Verlo en el campo era un espectáculo por sí sólo. Driblaba con una inteligencia sumamente creativa y un sentido único de la oportunidad. Pequeño, 1’65 de altura, robusto, y con una velocidad increíble. Toda comparación es odiosa, pues cada uno es único e irrepetible, pero Maradona sobresale sobre cualquier jugador todavía en activo. Será una referencia mundial imperecedera.

Pero de pronto irrumpió la tragedia: fue enganchado por la dependencia química, de la cual nunca se liberó totalmente. Era tan humano que no escondía su dependencia. “Vete a saber qué jugador hubiese sido si no hubiese usado drogas”, se preguntaba con humor. “Tengo 53 años, pero es como si tuviese 78. Mi vida no fue normal, digamos”. ¿53 años? Yo he vivido ya 80.” Maradona ha fallecido a los 60. Ha sido un héroe resistente (del aguante), tragado por el lado de lo oscuro y del exceso.

Vale la pena recordar: jugaba con pies agilísimos y con una cabeza que marcaba goles geniales. Pero su cabeza también pensaba, y definía en qué lado se colocaba en el espectro social: en el lado de los oprimidos, simbolizados por Fidel Castro, y por Lula. Y lo hacía saber, públicamente.

El pueblo argentino, tan sufrido por problemas políticos internos, lo elevó al punto más alto de exaltación, hasta el espacio de lo numinoso, hasta llamarlo “dios”. Le faltaban palabras para admirar a su “Pibe”, “el divino infante”. Hay que entender correctamente tal exaltación, que ocurre siempre que el entusiasmo supera todos los límites y encuentra en las palabras de lo Numinoso y de lo Religioso o Sagrado su mejor expresión.

Me uno al entusiasmo por su arte y me solidarizo con tanto pueblo argentino en lágrimas, que con Maradona sacaba fuerzas para superar dificultades y mantener la alegría de vivir. Unió en sí lo humano y lo inhumano, como nos recuerda Nietzsche, pues ambos, lo humano y lo excesivamente humano, pertenecen a lo humano: luminoso y oscuro, genial y trágico, héroe a pesar de vencido.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/maradona-metafora-de-la-condicion-humana-tragica-8889175.html

Comparte este contenido:

Las nuevas reinas del retrato: mujeres, diversas, deslumbrantes

Son jóvenes, vienen de África o Latinoamérica, Estados Unidos o Gran Bretaña y han revolucionado la figuración con sus pinturas y telas corales.

La gran sorpresa de la pintura actual, de la pintura más radicalmente contemporánea, es la irrupción de un género que se quería pretérito: el retrato. Y más en concreto, el retrato de grupo o coral, y más en concretísimo aún que este venga de la mano de artistas mujeres, y si seguimos aún tirando del hilo, que sean mujeres de lo que se venían considerando los márgenes : creadoras africanas o afroamericanas, de países latinoamericanos, inmigrantes en Gran Bretaña o Estados Unidos, donde no dejan de exponer en la Tate o en el Whitney neoyorquino. Ellas se pintan solas o acompañadas y lo hacen con la fuerza de su pincel o de su aguja y la estridencia de sus colores. Porque esto, también, va de color.

Toyin Ojih Odutula: 'The firm', 2017-2018. Originaria de Nigeria, juega con el pasado colonial de su país al proponer narrativas de personas de color en situaciones consideradas de 'blancos' © Toyin Ojih Odutola

Y va porque es una evidencia. No se trata de un arte político en el sentido tradicional de la palabra, sino de presencia, o más aún, de comunidad. Y de identidad. Y de realidad: las creadoras quieren mostrar el mundo en el que se mueven, sus familias, sus amigos, sus tradiciones; están enraizadas en lo que les rodea y por eso lo pintan, en otros casos lo tejen y algunas lo fotografían, aunque se trata de un fenómeno, por así llamarlo, más pictórico. Sus retratos pueden ser individuales, de parejas, tríos, grupos o colectivos. Nada que ver con el narcisismo del imperio de la selfie, aquí no abunda el autorretrato, sino el individuo pero no como tal, sino como parte una comunidad.

Njideka Akunyili Crosby; 'Something split and new', 2013. También de origen nigeriano, la artista pinta escenas de la vida cotidiana con personas de su familia o amigos © Njideka Akunyuli Crosby

Njideka Akunyili Crosby; ‘Something split and new’, 2013. También de origen nigeriano, la artista pinta escenas de la vida cotidiana con personas de su familia o amigos © Njideka Akunyuli Crosby

Una pintura coral que da la vuelta al género y se hace también narrativa, para dar cabida a las escenas de la vida cotidiana convirtiéndose así en una renovada pintura de género. Y una pintura esencialmente figurativa que llega en el momento justo, porque como explica la artista estadounidense Emily Mae Smith, “vivimos una época propicia para el debate de lo que significa ser humano en un tipo de cuerpo u otro”.

En este sentido, el retrato, individual o colectivo, es una de las formas en que las/os artistas responden a cuestiones como el género, la pertenencia a una étnica o la clase social. Figurativo no significa necesariamente realista, así, hay pintoras como Nina Chanel Abney que convierten las figuras en ideogramas, otras como Lynette Yiadom-Boakye las imaginan y un tercer grupo, como la colombiana Alejandra Hernández (1989) o la norteamericana Jordan Casteel (1989), las toman de su núcleo familiar o de conocidos.

Las nuevas reinas del retrato: mujeres, diversas, deslumbrantes

Aliza Nisenbaum: ‘Moia’s nyu women’s cabinet’, 2016. Mujeres de diferentes orígenes debaten sus problemas en la Oficina de Asuntos el Inmigrante de la alcaldía de Nueva York en una tela donde la artista se ha autorretratado a la izquierda con camiseta de rayas © Aliza Nisenbaum

Encontramos a artistas que buscan visibilizar a aquellas personas o colectivos que el arte suele dejar al margen, o los trata únicamente a través de lo conceptual o lo reivindicativo. Aquí lo reivindicativo consiste justamente en mostrarlos en igualdad de condiciones frente a quienes a lo largo de la historia del arte han inmortalizado sus rostros y cuerpos, las clases dominantes. Esta es la apuesta de Aliza Nisenbaum (1977), mexicana de origen judío y residente en Nueva York, quien durante años ha retratado a inmigrantes hispanos en Estados Unidos, en ocasiones miembros de diferentes generaciones. Artista consolidada, expondrá sus últimos trabajos a partir del 15 de noviembre en la Tate Liverpool.

El fenómeno

“Vivimos una época propicia para el debate de lo que significa ser humano en un tipo de cuerpo u otro”, explican las artistas

 

También en la Tate, en este caso Britain, se podrá ver a partir del 18 de noviembre la figuración más simbólica de Lynette Yiadom-Boakye (1977), londinense cuyos padres emigraron desde Ghana y que ha contribuido “al renacimiento de la pintura negra”, como destacó el jurado que la seleccionó como finalista del premio Turner en el 2013. Al contrario que la mayoría de pintoras, sus figuras no se basan en personas reales, sino que las crea a partir de materiales encontrados, con una paleta de colores limitada a verdes, marrones y negros.

Lynette Yiadom-Boakye: 'A culmination', 2016. La artista, cuyos padres proceden de Ghana, utiliza personajes imaginarios para sus narraciones pictóricas. © Lynette Yiadom-Boakye
Lynette Yiadom-Boakye: ‘A culmination’, 2016. La artista, cuyos padres proceden de Ghana, utiliza personajes imaginarios para sus narraciones pictóricas. © Lynette Yiadom-Boakye

Bisa Butler (1973) también parte de materiales encontrados, en su caso fotografías, para sus telas, que han revolucionado la escena artística norteamericana desde la exposición de sus quilts en el Smithsonian; nacida en Estados Unidos de padre ghanés, Butler realiza una completa investigación de las personas de las fotografías para convertirlas en sujetos, “personas de la comunidad afroamericana en ámbitos de vida ordinarios que pueden haberse sentado para una reunión familiar”.

Butler conecta con sus materiales textiles y combinaciones de colores con la tradición africana de su familia y la documentación de sus retratados “para que el espectador los vea como yo, como sujetos propios”. A partir del 16 de noviembre sus retratos podrán verse en el Arts Institute of Chicago, que justamente acaba de comprar obra de esta artista, además de obra de Tschabalala Self (1990) y Amanda Williams (1974).

Las nuevas reinas del retrato: mujeres, diversas, deslumbrantesLubaina Himid: 'Six taylors', 2019. Los trabajos de esta artista nacida en Zanzíbar interrogan sobre el legado del trabajo de las personas negras, como en esta pintura que muestra a seis sastres y está muy influenciado por la profesión de su madre, diseñadora de telas © Lubaina Himid
Lubaina Himid: ‘Six taylors’, 2019. Los trabajos de esta artista nacida en Zanzíbar interrogan sobre el legado del trabajo de las personas negras, como en esta pintura que muestra a seis sastres y está muy influenciado por la profesión de su madre, diseñadora de telas © Lubaina Himid

Self es otra de las artistas que está ganando enteros y cotización–fue seleccionada por la revista Forbes como una de las 30 creadoras más influyentes menores de 30 años–. Nacida en el Harlem neoyorquino, la suya es una reivindicación de la cultura afroamericana a través también de la figura, especialmente de la mujer. Más multitudinarias son las pinturas de Nina Chanel Abney (1982): estallidos de color en telas de grandes dimensiones que ya han entrado en los museos y han protagonizado exposiciones como en el Modern Art Museum de Forth Worth; con un estilo más narrativo, conecta el narcisismo de la sociedad actual con las redes sociales y la violencia en los barrios de color con la policial.

Las nuevas reinas del retrato: mujeres, diversas, deslumbrantes

Alejandra Hernández: 'Peaches n' cream', 2018. Residente en Bélgica, la artista colombiana define su obra como 'una mezcla de gentes': retratos de gente que muestra la fusión cultural contemporánea. © Alejandra Hernández
Alejandra Hernández: ‘Peaches n’ cream’, 2018. Residente en Bélgica, la artista colombiana define su obra como ‘una mezcla de gentes’: retratos de gente que muestra la fusión cultural contemporánea. © Alejandra Hernández

Desde una perspectiva menos abiertamente activista, Njideka Akunyili-Crosby (1983), Lubaina Himid (1954) y Toyin Ojih Odutola (1985) se centran en la intercomunicación de las personas. Nacida en Zanzíbar, Himid parte de una cita de la Nobel de Literatura Toni Morrison: “No eres el trabajo que haces, eres la persona que eres”, para enlazar el hecho de que en la historia del arte rara vez aparecen las figuras de color sin estar desempeñando un trabajo (Himid tendrá una exposición en la Tate Modern en otoño del 2021). Las escenas cotidianas de Crosby beben en su formalidad de la tradición artística occidental, para mostrar, en palabras de la artista, como la vida de los inmigrantes fusiona identidades dispares. El mestizaje cultural también está tras la obra de Toyin Ojidh Odutola, quien sitúa a sus personajes de color en ambientes tradicionalmente considerados blancos. Y es que el color ya no está cerrado en sí mismo.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/cultura/20201105/49244704896/reto-obra-arte-mas-robada-cordero-mistico-van-eyck.html

Comparte este contenido:

Los maestros en Ecuador se reinventan por la crisis del coronavirus

América del Sur/Ecuador/19-04-2020/Autor y Fuente: lahora.com.ec

Quienes llevan décadas en la docencia, han tenido que remplazar la pizarra y los marcadores por aulas virtuales.

Eduardo Cadena tiene 57 años, de los cuales, 33 los ha dedicado a la docencia. Con más de tres décadas impartiendo las asignaturas de Física y Matemática, es la primera vez que ha debido reemplazar el pizarrón y los marcadores por un aula virtual: modalidad con la que trabajan actualmente escuelas y colegios, mientras dura la emergencia sanitaria del Covid-19.

“Realmente es un proceso nuevo de aprendizaje porque con las clases presenciales yo hacía todo, tenía a la mano el laboratorio. Ahora me siento un poco incómodo por no tener mis materiales, mis equipos. Pero en cambio esta modalidad es una nueva oportunidad de aprender”, dice con énfasis.

Adaptarse mutuamente  

Luis Alfredo Gallegos es maestro desde hace 22 años y dice que cada vez es mayor el esfuerzo que realizan: “Como maestros, estamos trabajando el doble o el triple ahora que estamos en esta emergencia (…) porque editar un video o hacer presentaciones son cosas que estaban en nuestra planificación pero no en formatos tecnológicos”.

215.255 maestros hay en Ecuador.Catalina Albuja coincide con Gallegos e indica que con la modalidad virtual trabajan cerca de 12 horas, pues, además de las clases y de preparar material, atiende a los padres por WhatsApp. “Hemos hecho una encuesta en el colegio (Unidad Educativa Machachi) y el 70% de los alumnos no cuenta con los recursos (computadora o internet), por eso mandamos las cosas por el celular”, dice la mujer que ha educado niños desde hace 38 años.

Cercanía. Catalina Albuja, prepara material didáctico digital para sus alumnos.

Autodidacta

Cadena reconoce que las redes sociales no son lo suyo. “Inicialmente esto del WhatsApp no me agradaba y ahora que es la contingencia, poder conversar o hacer un video me parece algo fantástico (…). Lastimosamente, uno no valora hasta que ocurre algo”.

Para él, las clases digitales implican que la gente sea más autodidacta. “Si algo me falta, algo no puedo, entonces averiguo en la misma web cómo bajarme un video, cómo hacer una lámina de PowerPoint”.

Al estudiante, en cambio, esta situación le obliga a desarrollar autonomía. “Si un chico no logra esto, imposible que pueda aprender. El muchacho debe ser respetuoso del tiempo, ser puntual, para estar ahí en su computadora”, añade Cadena.

El ‘calor’ del aula

La educación virtual es una opción, dice Gallegos, pero deja de lado aspectos muy importantes que se pueden detectar en el aula; como factores emocionales o problemas familiares. “En muchos casos los maestros dejamos de impartir la clase para poder transformarnos en una guía”, comenta.

Las clases región Sierra-Amazonía terminarán de forma virtual.Lo mismo le pasa a Cadena, quien describe como ‘un vacío’ el no tener contacto con sus estudiantes. “Yo tengo que estar cerca de mis muchachos, escuchar sus risas, su alegría, sus tristezas, porque esas cosas me llenan”, comenta con nostalgia el hombre que dentro de tres años se jubilará.

Para estos tres maestros que celebraron ayer su día lejos de su espacio habitual, cualquier sacrificio vale la pena cuando se ejerce la docencia con amor y vocación. “No solo es trasmitir conocimientos. Educar es ayudar a un ser humano a ser cada día más humano”, agrega Cadena mientras enciende su computadora, busca su libro de física y su cuaderno de apuntes. (AVV).

La docencia es mi vida, profesión, no es solo compartir día a día, sino convivir con mis chicos”.

Eduardo Cadena,

docente de física y matemática.  

Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102315824/los-maestros-en-ecuador-se-reinventan-por-la-crisis-del-coronavirus

Comparte este contenido:
Page 1 of 4
1 2 3 4