Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann
«El problema por supuesto no son las buenas intenciones, ni tampoco que todos los sectores “vean con buenos ojos” integrar en las escuelas más y más programas adicionales a los planes de estudio»
Existe en nuestra sociedad, una creencia muy acentuada, en donde se percibe que es la escuela el único lugar en donde se pueden resolver los problemas sociales que enfrentamos, así, aparte de los cientos de contenidos de las diferentes asignaturas, día a día se le asignan nuevos programas adicionales “innovadores” que regularmente vienen de personas con “buenas intenciones” pero que tiene poca o nula formación como profesionales de la Educación.
Así, en los últimos tiempos, hemos visto cargas “adicionales” al ya de por si sobrecargado y siempre inalcanzable plan de estudios, programas para el fomento de la paz, reducción de la violencia, finanzas personales, cuidado del medio ambiente, vida saludable, lectura, apoyo a la ciencia, inclusión, olimpiada del conocimiento, convivencia escolar, y súmele los que le gusten de los casi 100 que existen actualmente y que no son seleccionados por el centro escolar con base en su contexto, sino que vienen desde “arriba” con la indicación de llevarse a cabo y “hacer un espacio” porque la autoridad en turno dice que es “muy importante” y que hay que atacar tal o cual problema.
El problema por supuesto no son las buenas intenciones, ni tampoco que todos los sectores “vean con buenos ojos” integrar en las escuelas más y más programas adicionales a los planes de estudio, el problema es muy sencillo, que siempre llegan sin recursos adicionales, y quieren que sea el personal docente quien lo desarrolle “de preferencia” sin afectar las clases de los niños, porque eso si “el derecho a la educación de las niñas, niños y adolescentes es sagrado”.
Lo muy interesante es ver que las acciones de política pública por parte de las autoridades sean consistentes con el discurso que se hace sobre la educación, por ejemplo, hace al menos tres décadas, existía en las escuelas secundarias, personal formado en atención psicopedagógica por Profesionales de Orientación educativa y en atención socio económica por parte de Profesionales del Trabajo Social por cada grado, lo cual permitía contar con una atención más personalizada, sin embargo, por cuestiones “administrativas y de plantilla” se fueron reduciendo hasta dejar, en el mejor de los casos un profesional de cada tipo “por escuela” por lo que no nos debe de alarmar los resultados que ahora podemos apreciar tanto en la escuela como fuera de ella en el incremento de casos de acoso, bullying, violencias, etc. Ah, pero eso sí, nos preguntamos exaltados, pero ¿qué es lo que está pasando con la escuela?, ¿qué están haciendo los maestros?, que para eso se les paga, de ahí que a cada instante lleguen “novedosas” iniciativas para hacer más, pero “con lo mismo”, es decir, con las uñas.
No, es momento de hacer un alto en el camino y reflexionar seriamente que en la escuela se va a aprender, que hay un enorme plan de estudios que llevar a cabo, que todo ello es muy importante y que si se quiere llevar “innovaciones” de gente “bien intencionada” pero poco sabedora de los procesos educativos, se lleve también a la escuela a personal capacitado y calificado para ponerlos en práctica, con un presupuesto suficiente y que se permita al personal docente hacer lo que tiene que hacer académicamente hablando.
Fuente de la información: https://profelandia.com