La cantidad de científicos cubanos está disminuyendo debido a la emigración

Redacción: Ciber Cuba

La cifra de científicos cubanos, incluyendo los doctores, está decreciendo debido a factores relacionados con la edad como la jubilación y la muerte, el traslado hacia otras actividades económicas mejor retribuidas y la emigración.

Según reveló al periódico Granma el Doctor en Ciencias Luis Alberto Montero Cabrera, profesor de mérito de la Universidad de La Habana, el sistema educacional debe promover más el culto al conocimiento y la investigación en sus programas docentes.

“La formación doctoral es un proceso de ganancia neta para todos. El nuevo doctor gana adquiriendo el grado, su tutor o supervisor lo hace adelantando muchos resultados científicos que también son suyos, mientras la institución que los patrocina se beneficia logrando con ellos producir más ciencia y tecnología, a la vez que puede fortalecer su claustro”, dijo.

En Cuba la edad promedio de obtención del título de Doctor fue de 45 años en el 2015, una cifra “claramente insuficiente”.

“Un Doctor en Ciencias joven, que logra el grado antes de los 30 años, tiene mucho más tiempo en su vida profesional de tributar nuevos conocimientos y propiciar al mismo tiempo la educación científica de las nuevas generaciones”, explicó.

El especialista recordó que uno de los parámetros para medir el ranking de las universidades es la cantidad de doctores existentes dentro de su claustro docente.

Fuente: https://www.cibercuba.com/noticias/2018-08-10-u1-e43231-s27061-cantidad-cientificos-cubanos-esta-disminuyendo-debido

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Chile: El cierre de instituciones de Educación Superior


América del Sur/Chile/16.07.18/Fuente: www.diarioconcepcion.cl.

El Consejo Nacional de Educación (CNED) ha puesto en conocimiento público una abundante y prolija base de datos relacionados con la situación de la educación superior en Chile. Su discusión y análisis es particularmente relevante para nuestra Región que comparte, junto con la Metropolitana y la de Valparaíso, el 70,4% de la matrícula total de 2018.

La tendencia se ha mantenido hasta abril de este año, de tal manera que los estudiantes matriculados en 1er año son 43.210, lo que equivale a una participación a nivel sistema de 12,6%. En lo relativo a la matrícula total, el año 2017 correspondió a 149.307 estudiantes, con una participación a nivel de sistema de 12,8%. Superior a la mediana de la zona central entre los años 2005 a 2017, con una diferencia de 7.155 estudiantes el año 2017.

Al examinar estas cifras es obvio el impacto en la actuación y desempeño de las casas de estudios terciarios, tanto universitarios como de formación técnico- profesional. Aproximadamente ciento cincuenta mil jóvenes y sus familias han puesto en estas instituciones una gran parte de su apuesta para el futuro y el país depende, de manera sustantiva, en ellos para lograr sus metas desarrollo.

En contraste con estas buenas noticias, después de largos años de la entrada básicamente desregulada de instituciones al sistema educacional, se observa que un número significativo de ellas se encuentra en procesos de cierre, en la actualidad esta situación afecta a ocho instituciones, la mayoría de manera voluntaria, a excepción de tres de ellas que fueron intervenidas por el Ministerio de Educación.

Según las estadísticas del CNED, desde 2010, son 37 las instituciones que ya han cerrado. Según el presidente de la institución, las causas de cierre forzoso tienen su origen en la incapacidad de reaccionar de manera adecuada y han tenido que ser intervenidas, una dinámica “mucho más compleja de lo que podría parecer a simple vista y eso ha puesto en riesgo la continuidad de las trayectorias académicas de los alumnos”.

Algunos expertos han comentado estas circunstancias con relativo desapego, describiéndolas como propias de los sistemas mixtos, que es esperable el fracaso de algunas instituciones, “habitualmente, estas situaciones afectan a un pequeño número de estudiantes y no tocan a la mayor parte de las instituciones. Obligan a contar con normas para procesos reglados de cierre -como el de administradores provisionales y de cierre- y, sobre todo, a cuidar el derecho de los estudiantes”.

En su oportunidad hubo numerosas voces de alerta sobre las implicancias de la irrupción en el sistema, de instituciones precarias, con fines de lucro, sin mayores controles, la respuesta técnica más repetida fue que de la regulación se ocuparía el mercado, como parece estar sucediendo, pero sin considerar el costo en personas que invirtieron años de su vida y recursos importantes en proyectos conducentes al fracaso.

No está en el informe la cifra importante de carreras que se han discontinuado, por errores en la apreciación de la demanda, que a pesar de haberse cuidado que finalizaran las últimas cohortes, no siempre fue posible asegurar la calidad hasta el final del proceso.

Las cifras son elocuentes, lo que no logran medir es el número de proyectos de vida quebrados, indican la urgencia de asegurar calidad sostenible. En los proyectos educativos, no son aceptables las pruebas de ensayo y error.

Fuente de la noticia: https://www.diarioconcepcion.cl/editorial/2018/07/15/el-cierre-de-instituciones-de-educacion-superior.html

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