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La sombra del Apartheid sobre el sistema educativo en Sudáfrica

Por: Khavheni Shope/Telesur

Unas de las leyes más retrogradas fue el sistema educativo llamado Bantu, el cual se esforzó en atrofiar el desarrollo de la persona africana, asegurando que estuvieran bajo el control del hombre blanco.

Escribir sobre el sistema educativo en Sudáfrica necesitaría un análisis más profuso que el que acá presentamos, pues para comprender la situación de los estudiantes es necesario verla como la continuación de una historia traumática. Para abordar los obstáculos evidentes en las instituciones académicas en unificar la dualidad de una educación que tiende a determinar su calidad y duración en función del estado socioeconómico, la cual es frecuentemente inextricable del color. Esto se traduce en una pequeña porción de la población es la que recibe los conocimientos que les permitirían acceder empleos en altos rangos, y la situación se agrava con el hecho de que la interconexión profesional en estos espacios empiezan al dentro de las salas de clase de las escuelas privadas o los campus universitarios, a los cuales el acceso ha demostrado ser más selectivo que inclusivo.

Además, esta división también existe entre aquellos que tienen el privilegio financiero para asistir a las escuelas privadas pero están todavía sometidos a un ambiente pedagógico atrincherado en una experiencia patriarcal y de supremacía blanca que pretende marginar la experiencia de los estudiantes negros. Ya sea debido a una falta de representación o a la dificultad de relacionarse con los profesores, la manera altiva en que a los estudiantes se les indica cómo llevar su cabello, el sistema epistemológico eurocentrista que construye su marco curricular, o cómo se les desaliente a hablar las lenguas africanas; y sucede lo mismo cuando los estudiantes negros vienen de una posición socioeconómica privilegiada, ellos están sometidos a sentirse como que no pertenecen, lo que es irónico pues esta es su tierra ancestral.

Estos asuntos son algunos de los problemas que avivaron movimientos como #RhodesMustFall, #FeesMustFall y #StopRacismAtPretoriaGirlsHigh, que han llamado atención sobre el apuro de numerosos jóvenes a nivel nacional. Por lo tanto, para rastrear la fuente de la crisis de la educación debemos revisar las leyes implementadas bajo el régimen del apartheid que aseguró que la población negra se quedara en constante esclavitud por la parte de los blancos.

Ya con esta introducción, nos enfocaremos en el vínculo existente entre la calidad de la enseñanza primaria y secundaria, y la asistencia y el rendimiento académico en la educación universitaria, así como la discordancia entre el costo de las universidades públicas y el sueldo promedio del sudafricano común.

La Dualidad del sistema pedagógico en Sudáfrica

Unas de las leyes más retrógradas fue el sistema educativo llamado Bantu, el cual se esforzó en atrofiar el desarrollo de la persona africana, asegurando que estuvieran bajo el control del hombre blanco. Denigró la historia, cultura e identidad africana tanto como impuso los estereotipos raciales y mitos. Lamentablemente, a más de dos décadas después de 1994 muchas instituciones educativas sudafricanas están bajo la sombra del antiguo régimen, donde las personas de estratos sociales desfavorecidos ven sus esfuerzos truncados al intentar romper el ciclo de pobreza, en un sistema que no les concede las mismas oportunidades que sus homólogos más pudientes, lo cual contribuye al alto nivel de desigualdad social en el país.

Según el artículo “South Africa’s Education Crisis: The Quality of Education from 1994-2011” escrito por Nic Spaull, hay una correlación directa entre la calidad, duración y tipo de educación y perspectivas del mercado laboral: “el bajo rendimiento refuerza la desigualdad social y resulta en que los niños heredan la posición social de sus padres a pesar de su motivación o habilidad”. Esta afirmación muestra la falsedad de la percepción común equivocada que el apartheid terminó y que aquellos que viven todavía en la pobreza es porque son ‘perezosos’. El artículo señala que en 2014, entre el 70% y el 80 % de alumnos recibieron educación primera y secundaria de baja calidad con una alta tasa de deserción escolar, de estos 35% estaban desempleados, 18% tuvieron trabajos poco calificados y 32% en empleos subcalificados, como dependientes o personal de tiendas. La minoría, entre el 20 y el 25% con altas posiciones socioeconómicas, recibieron educación de alta calidad y asistieron a instituciones de enseñanza superior donde lograron obtener una licenciatura, en consecuencia, alcanzaron trabajos e ingresos de alta productividad, apenas un 15% de la población total llegue a este nivel de privilegio.

Además, Spaull nota que a partir del tercer año de la primaria, el 60% de los estudiantes de las escuelas más pobres tienen un retraso de tres años respecto a sus homólogos en escuelas de mayor calidad, donde solo pueden asistir estudiantes de familias adineradas. Esto implica que para los estudiantes de las escuelas más pobres, mientras avanzan más en sus estudios, más se retrasan y hay mayores posibilidades de que abandonen sus estudios. Para ilustrar este asunto, debe tomarse en cuenta que hay aproximadamente 1 millón de alumnos en cada año hasta el noveno, cuando la cantidad empieza a caer radicalmente.

En 2014, de un conjunto total de 1.085.570 estudiantes, 532 860 estudiantes tomaron los exámenes finales del bachillerato, de los cuales 403.874 lo aprobaron. El cálculo de la tasa de aprobados, surge de la división del número de estudiantes que aprobaron por el número de estudiantes que tomaron la prueba, multiplicado por 100, lo que era calculado como: 403.874/532.869*100= 75.8%. Sin embargo, una cifra realista habría sido dividir 403.874 entre la cantidad total de estudiantes que potencialmente podía tomar los exámenes finales, es decir, 1.085.570; por tanto, la tasa de aprobados real de este año fue 37.2%. El 62.8% de jóvenes que debieron culminar exitosamente su bachillerato no lo hicieron, no tuvieron la oportunidad inscribirse en las universidades.

Una alternativa para estos estudiantes es la Enseñanza y Formación Técnica y Profesional (TVET por sus siglas en inglés), que ofrece formación técnica en un campo específico y que los prepararía para un empleo. El requisito mínimo es que los estudiantes hayan cumplido su noveno año de la escuela secundaria y que tengan 16 años o más. Al mismo tiempo, la falla crucial de esta forma de educación superior es que produce capital humano muy especializado, y que por tanto, puede estancar su movilidad profesional y permitirles menos oportunidades que aquellos conocimientos obtenidos en la universidad. Lo que significará que estos jóvenes no podrán diversificar sus experiencias profesionales de igual forma que sus homólogos en otras instituciones. Otra de las aristas de este tema que destaca el estudio «A Skills beyond school Review of South Africa» (Simon et al.,2014), es que los institutos del TVET tienen una capacidad limitada, además del hecho de que pueda existir una disparidad en la herramientas enseñadas y aquellas que se requieren en el mercado laboral, lo que hace que los empleadores se resistan a interactuar con el sector educativo y por tanto, hace aún más difícil que estos jóvenes encuentren empleos rentables que les facilite a ellos y a sus familias mejorar sus condiciones de vida.

 

Barreras financieras en la educación superior

Además de los problemas que enfrenta la calidad de la educación básica, otro que prevalece es el del financiamiento. En 2015, el primer año de matrícula universitaria oscilaba entre los $2.035 USD y los $4.000 USD, dependiendo de las carrera a estudiar y de la institución elegida, sin incluir los gastos de vivienda y manutención. Hay que tomar en cuenta que estos gastos son apenas para el primer año de estudios, este gasto deberá hacerse los próximos 2 o 3 años, además deberán pagar el incremento anual y los gastos extras. Si la matrícula tiene ese costo, a la vez que el promedio del salario mensual para el 60% de los trabajadores de acuerdo con los datos del Sindicato Sudafricano de Trabajadores era de unos $361 USD en 2014, cómo es que esta mayoría de la población sudafricana va a poder acceder a la educación superior, no solo a inscribirlos en el primer año, sino a asegurar que se gradúen.

La educación es un proceso acumulativo que inicia con una fundación sólida que permite construir las competencias y acumular la experiencia necesaria para la vida profesional y en general para el crecimiento social. Es responsabilidad del gobierno y de las distintas autoridades educativas el reforzamiento de las instituciones de educación primaria y secundaria, para ofrecer a todos los educandos la misma oportunidad de desarrollar sus estudios. Otro enfoque es el incremento al acceso a instituciones terciarias, lo que las hace un derecho no un privilegio. Mientras más estudiantes africanos negros sean exitosos en la vida académica, se hará mas diverso este ambiente y se generará un conocimiento más representativo.

Una sociedad bien educada es más productiva y por tanto tendrá mejores capacidades para competir en el mundo globalizado. Es crucial asegurar que la educación en el país ofrezca las mismas oportunidades para todos aquellos que quieren formarse, sin importar su raza o cuánto tienen en sus cuentas bancarias.

Tomado de: http://www.telesurtv.net/opinion/La-sombra-del-Apartheid-sobre-el-sistema-educativo-en-Sudafrica-20161021-0045.html

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Notas para un estudio comparado de la educación superior a nivel mundial

Autor: Francisco Lopez Segrera 

Año: 2006

Editorial: CLACSO

País/Ciudad: Argentina

ISBN: 978-987-1183-61-6

Sinopsis: Los objetivos de este estudio de educación superior internacional comparada son: referirnos al impacto cualitativo y cuantitativo de la globalización en las instituciones de educación superior (IES) y en los sistemas de educación superior (SES) de distintas regiones y países en los últimos veinte años; destacar cómo son necesarios ciertos niveles de equidad social para lograr una educación permanente para todos y para toda la vida mediante políticas educativas adecuadas; y formular conclusiones y propuestas con relación al compromiso social de las universidades y la construcción de la equidad.

Descargar texto en: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/formacion-virtual/20100719073843/03LSegrera.pdf

 

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Mujica y la otra cultura

Por: Pedro Echeverría
1. He escuchado en estos días a un par de jóvenes marxistas: Diana Fuente y Gerardo de la Fuente, en un programa de conferencias del Buzón Ciudadano en la CDMX, y me he topado el día de hoy con declaraciones de José Mujica, hoy ex/presidente de Uruguay, que con mucho interés he venido escuchando en los años recientes. Como seguidor del anarcomarxismo mantengo enormes coincidencias con los libertarios y con miles que piensan así, pero mi bronca ha sido siempre: ¿Cómo carajos organizarnos, salir a la calle, realizar acciones que paralicen a la clase dominante y la obliguen a renunciar y, de ser posible, llevarla a la cárcel u obligarla al exilio?

2. Los conferencistas Diana y Gerardo han sido muy claros en sus exposiciones acerca del primer tomo de El Capital de Marx en lo relativo al “fetichismo de la mercancía”. Siguiendo con precisión al pensador del siglo XIX y a algunos de sus seguidores, analizan a fondo el papel de la mercancía en la sociedad capitalista y cómo todo “valor de uso” se ha convertido en “valor de cambio” que ha enfermado a todos los seres humanos que no pueden vivir sin comprar, sin consumir, como una forma de matar su soledad y su falta de perspectivas vitales. Por ello ha dicho el expresidente de Uruguay que “El cambio real es el cambio cultural, ese es el verdadero cambio, y el más difícil, no el cambio material”.

3. Tiene toda la razón Mujica, así como la misma Diana y Gerardo: de muy poco serviría que el pueblo sacara a patadas del poder a sus explotadores y los pusiera en la cárcel si aún sigue pensando como lo hacen los capitalistas: en el poder de dominación, en el individualismo y la competencia; en tener dinero para comprar, para multiplicar o para acumular; en crear otra Estado para aplastar a quienes piensen diferente. Si no piensa en el trabajo colectivo, en la organización comunitaria, en aprender a resolver sus problemas tomando en cuenta a los demás, entonces nada cambiaría; sólo esperaríamos que se repita la sociedad que combatimos.

4. Señala el viejo tupamaro Mújica: “Si no cuidan los partidos y echan pa’ fuera a la nomenclatura, a la gente que le gusta mucho la plata, estamos fritos”. Los argentinos y uruguayos llaman plata al dinero, al capital. Mujica piensa en partidos porque no sabe que en México están absolutamente al servicio del poder y, con excepción de uno o dos, todos los partidos sólo piensan en “la plata”, en gigantescos salarios y negocios para los políticos. Mujica dona el 90 por ciento de su salario porque como dice: ““Gano más de lo que necesito, para mí esto no es un deber”. Vive con su esposa en la misma pequeña casa y aún se transporta en su viejo Volkswagen.

5. El México ningún maldito funcionario (del presidente para abajo) o empresario dona nada. Hay que obligarlos por decreto a entregar un 50 por ciento o de plano arrebatárselos. Cobran 500 mil pesos o más cada mes (300 o 400 salarios mínimos). ¿Se imagina el pueblo cuantos millones de millones habría mensualmente en México si se obligara a los malditos políticos y empresarios a entregar la mitad de sus ingresos a la tesorería de la federación? ¿Se imagina que a los ladrones presidentes, secretarios de Estado, gobernadores, y muchos más se les obligara a devolver lo robado, incluso sin que pisen la cárcel? Por ello el ejemplo de Mujica de donar 90 por ciento, es universal.

6. José Mujica (hoy con 81 años) es así porque perteneció en su juventud a la organización guerrillera Montoneros de Uruguay; tuvo o tiene seis balas en el cuerpo y nunca se arrepintió para entregarse a la burguesía en cuyas cárceles pasó 13 años. Hoy reconoce: “el error de mi generación fue no entender a tiempo que si uno no cambia la cultura y la mentalidad de un pueblo, no cambia nada”. Pero cultura no es de escuela, de licenciaturas o doctorados, sino comprender el significado de vivir fuera del control de “la plata”, el dinero, el valor de cambio y comenzar a entendernos como seres humanos sin esa enajenación que significa el poder y dinero capitalista.

7. “Nadie es más que nadie”, señala Mujica. Sabe que en el capitalismo cualquier persona con dinero, producto de la explotación y el robo, se considera superior a los demás. Por ello piensa que si no somos capaces de cambiar nuestra cultura individualista de subordinación jamás alcanzaremos nuestra justa liberación. Y concluye Mujica: “Nos está pasando en pleno siglo XXI que nunca fuimos tan ricos, nunca la humanidad tuvo tantos bienes materiales y nunca, sin embargo, fue tan egoísta”. Se negó a hablar de México para evitar que lo expulsen por el gobierno; pero lo que dijo nos vino como anillo al dedo.

Fuente:http://www.rebelion.org/noticia.php?id=218098&titular=mujica-y-la-otra-cultura

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Los Retos que enfrenta la educación especial en República Dominicana

Isabel Leticia Leclerc
El levantamiento de información realizado por el Ministerio de Educación en 2013 señala que  cerca de 11,000 escuelas, solo 4,700 (menos del 50%) reportaron estudiantes con necesidades de apoyo especial.
A pesar de los esfuerzos que se implementan para lograr una inclusión sin barreras que garantice a todos los niños y niñas con discapacidad tener acceso a una educación de calidad, todavía no es suficiente. Es la consideración de distintos sectores involucrados con la educación y con las personas que ameritan recursos especiales para el aprendizaje.
El Consejo Nacional de Discapacidad (Conadis), que en calidad de organismo rector de políticas públicas en materia de discapacidad trabaja de la mano con el Ministerio de Educación para promover la integración de estos niños en las escuelas regulares, entiende que hay muchas necesidades de formación que deben ser cubiertas.
¿Qué se necesita?
El director de Conadis, Magino Corporán, especifica que es crucial la reforma curricular para garantizar la transversalidad de la educación inclusiva en todos los componentes del proceso de enseñanza-aprendizaje.
También aboga por transversalizar el enfoque de inclusión educativa en todos los programas y áreas del Ministerio de Educación, adecuar todos los centros educativos que aún cuentan con barreras físicas, sensibilizar toda la comunidad educativa sobre derechos de las personas con discapacidad, contar con los recursos humanos preparados, recursos pedagógicos adaptados, incluyendo los del ámbito de las tecnologías de la información y comunicación.
Unicef
Este año el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Ministerio de Educación se aliaron para tratar el tema. Rosa Elcarte, representante de ese organismo en el país, comprende que cuando los niños con discapacidades y sin discapacidades puedan estudiar juntos y jugar juntos y cuando ese escenario ocurra, “estaremos sentando las bases para la generación de sociedades inclusivas”.
A su jucio, el proceso es largo y necesita de toda la sociedad. Esta organización internacional está colaborando con el Ministerio de Educación, por medio de una asistencia técnica especializada a través de apoyo al desarrollo de una normativa curricular inclusiva, así como de las especificaciones pedagógicas para el apoyo al docente que cuente con algún niño con discapacidad en su aula.
La presidenta de la fundación que lleva su nombre, Francina Hungría, considera que aún las escuelas no están preparadas para enfrentar el tema de la inclusión, aunque admite que estamos en un proceso de transición, del que deben formar parte todas las personas afectadas, quienes en su mayoría no conocen las herramientas necesarias para desarrollarse en la sociedad.
Resistencia
Lo lamentable es que al menos un 20% de las escuelas todavía se resisten al cambio porque deben actualizar los modos de enseñanza y de comprender a los alumnos, admite Cristina Amiama, directora del departamento de Educación Especial del Ministerio de Educación, al referir que existen 11,000 planteles a nivel nacional con 18 regionales.
“Se resisten al cambio. No te lo dicen abiertamente, pero uno lo nota. En esas escuelas insistimos y vamos trabajando. Es que el tema de la inclusión conlleva cambios. No es el niño que tiene que cambiar la que tiene que cambiar es la escuela”, alega la funcionaria.
Aunque hay normativas legales que regulan la inclusión, la realidad, según señala, es “que la inclusión es muy difícil hacerla obligatoria porque no es que el niño esté en la escuela físicamente, el problema es que reciba la atención, que aprenda y pueda participar con sus compañeros”.
Alcances
Amiama defiende los “pininos” que da el Ministerio para experimentar avances significativos y a la vez percibe lo que falta por hacer. “Sabemos de dónde partimos, pero lo que si tenemos es puertas abiertas para que traigan sus necesidades”, indicas.
De las 18 regionales que integran el sistema, 13 cuentan con centros de recursos “y estamos apostando mucho por las aulas de recursos y con los centros para autistas”. Actualmente trabajan en la integración de otras 405 escuelas regulares, donde se están promoviendo buenas prácticas en el tema.
En lo formativo, están los diplomados sobre los tipos de discapacidad en varias universidades y los cursos en educación especial que facilita el Centro de Recursos Educativos Para la Discapacidad Visual Olga Estrella.
Disponible en la url: http://www.listindiario.com/la-republica/2016/10/21/439965/retos-en-educacion-especial
 
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‘Panamá requiere un plan educativo estratégico’

Centro América/Panamá/22 Octubre 2016/Autora: Ana María Pinilla/Fuente: La Estrella Panamá

A sus 92 años edad, la docente sigue haciendo política y ofrece propuestas para abordar las urgencias del sector educativo nacional

Susana Richa de Torrijos mantiene vigente su lema: ‘Uno no triunfa solo, sino con un buen equipo de trabajo’. A tres días de cumplir 92 años de edad, la académica y política no duda en seguir caminando para aportar al país su experiencia, por eso se postula para el Tribunal de Honor y Disciplina del Partido Revolucionario Democrático (PRD).

Educadora con 70 años de experiencia y militante de perfil torrijista, no rechaza la política como herramienta trasformadora de cada sector de la sociedad, sino ‘el clientelismo y la sectorización’.

Actualmente, es profesora emérita de la Universidad de Panamá y analiza todos los ensayos escritos sobre Panamá La Vieja porque, asegura, hay algunas contradicciones en la historia que se deben resolver.

Esa es una de las tantas tareas que la mantienen pendiente y preocupada por el barco sin brújula que es hoy el sector educativo.

‘No se justifica que con la cantidad de recursos que tiene el país, hoy estén 500 docentes sin cobrar por más de medio año’, reclama.

Y explica que el problema radica en el Ministerio de Educación, donde cada ministro llega con un plan propio, pero no existe un programa estratégico a largo plazo para que se cumpla a nivel estatal, apunta la docente.

Richa de Torrijos, que ocupó distintos cargos en el Ministerio de Educación hasta llegar a ser ministra, manifiesta que en vez de buscar una solución a largo plazo, a los docentes se les denigra generalizando el error de unos pocos contra la mayoría.

Egresada de la Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena, en Santiago de Veraguas, y fiel defensora de la profesión que ejerció hasta el semestre pasado en la Universidad de Panamá, también afirma que el docente debe estar bien formado e identifica a su alma mater como una cuna de maestros de excelencia.

‘A instituciones como esa hay que dedicarle recursos e ideas’, considera Richa de Torrijos.

¿Y EL DINERO?

‘En este país sale dinero para todo, pero ¿y para educación?’, se pregunta con la respuesta ya en la mente.

Para ella, la forma en que se ha pensado la dinámica educativa está equivocada, un mal al que se le suma la falta de estructura de los colegios, donde es necesario construir centros educativos con espacios para todo.

SUSANA RICHA DE TORRIJOS

Fue docente, ministra de Educación y legisladora

Candidata al Tribunal de Honor y Disciplina en el Partido Revolucionario Democrático (PRD).

Es profesora emérita de la Universidad de Panamá. Como legisladora, propuso e impulsó 15 leyes.

Actualmente, una clase dura entre 35 o 40 minutos y a las doce del mediodía, los estudiantes deben retirarse de la escuela porque ya viene el otro grupo. ‘No hay espacio para las actividades extracurriculares, para que el muchacho cree un sentido de pertenencia con el lugar donde estudia’, subrayó la educadora.

La ausencia de espacios de desarrollo, sumado a las limitaciones económicas, expulsa a los jóvenes de la vida educativa. ‘Los muchachos tienen expectativas, pero el sistema los defrauda’, y esto sucede, asegura, tanto en la ciudad como en las comunidades del interior del país.

Para la educadora, quien ha sido merecedora de decenas de condecoraciones, es vital que los jóvenes desarrollen el intelecto, que va más allá de memorizar, método que forma parte del pasado, cuando deberían ser los procesos históricos de Panamá temas de debate en cada aula de clases y una oportunidad para interiorizarse en la historia.

En ese punto, lamenta, ‘me he quedado sorprendida de lo que no saben los estudiantes en la universidad’.

‘Si se quiere fortalecer la identidad panameña, los estudiantes deben profundizar en sus asignaturas de historia’, advierte.

Pero nada es casual y la académica no vacila en afirmar que el punto de no retorno y atraso en la educación panameña fue no implementar la Reforma Educativa de 1979.

‘La reforma fue satanizada como comunista, era buena e implicaba la transformación estructural de todas las escuelas, aplicando la práctica y la teoría. Se trabajaría en las relaciones sociales, trabajando en una formación integral. Era una reforma a largo plazo, un plan de Estado que además garantizaba los equipos y recursos en la infraestructura’, defiende.

Cree que las actualizaciones de los planes formativos para el estudiante y el educador son necesarias, pero sin que se confunda con privatizar la educación, por considerarlo ‘una oportunidad de negociado para ciertos sectores y para acrecentar las diferencias sociales’.

Susana Richa de Torrijos es una entusiasta de la historia, la vivió y la construyó. Es el estudio de la historia panameña y de los hombres y mujeres que hicieron posible la plena soberanía nacional, la firma de los Tratados Torrijos Carter y la ampliación del Canal lo que permitirá resguardar ese legado, subraya convencida y pide a las nuevas generaciones no claudicar, y a los gobernantes, decisión política para dirigir los recursos del Estado hacia una educación integral y de calidad.

Fuente: http://laestrella.com.pa/panama/nacional/panama-requiere-plan-educativo-estrategico/23966953

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JOAN DOMÈNECH: “UNA ESCUELA FUNCIONA CUANDO EL MAESTRO ENTIENDE QUE LO ES DE TODO EL CENTRO, NO DE SU CLASE”

Europa/España/22 de octubre del 2016/Autora: Pau Rodríguez/Fuente: Insurgencia Magisterial

Desde que la escuela Fructuoso Gelabert nació, en 2004, muchos han considerado esta escuela barcelonesa, que dirigía Joan Domènech, una rara avis. Mucha participación del alumnado, pocos libros de texto -y menos para encargar deberes-, exámenes contados… Una serie de planteamientos educativos revolucionarios que, ahora, abarcan cada vez más escuelas, pero que, según Domènech, aún debe superar escollos como el control “excesivo” de la Administración o el individualismo de los docentes y las escuelas. Por eso él reivindica la red. Redes de maestros, de centros. No es casualidad que su escuela haya sido activa en las principales iniciativas de cambio educativo de las últimas décadas, desde los movimientos de renovación pedagógica (que presidió durante siete años) hasta la Red de Escuelas insumisa a la LOMCE, pasando por la coordinadora de escuelas 0-12 o la más reciente iniciativa Escuela Nueva 21.

¿Compartes, tal como se repite cada vez más, que estamos viviendo una ola de transformación en escuelas e institutos? ¿Se trata de una nueva primavera pedagógica, como decía Jaume Carbonell?
Es un momento muy interesante, y no solo en Cataluña. En los años 80 ya se vivió un gran cambio con el paso de la escuela selectiva en la comprensiva, con voluntad de escolarizar a todos hasta los 16 años, con un currículo avanzado… Pero esto ha quedado trastornado con la llegada de la sociedad del conocimiento, que ha cambiado las reglas del juego.Hay una necesidad imprescindible de cambiar el modelo de escuela y, las que hace años que trabajamos en este sentido, nos encontramos en condiciones óptimas. Hace 13 años, en Fructuoso Gelabert nos veían como una rara avis;ahora nadie nos discute la propuesta. En este sentido, puede volver a haber una nueva primavera pedagógica, sí, porque hay inquietud y se dan condiciones externas.


¿Cuáles son estas condiciones? ¿Una mayor exigencia de las familias? ¿Las nuevas necesidades del mercado laboral?
Hay condiciones macro y micro. Muchas familias han visto que el modelo de escuela que vivieron ya no les sirve: se han incorporado al mercado de trabajo, o en la vida en general, y pocas cosas de su escuela les han sido útiles. Esto hace 40 años no ocurría. Pero hay condiciones más macro: los grandes propósitos de la educación -acceso al conocimiento, justicia y equidad, emancipación- han entrado en crisis. El conocimiento que antes se transmitía a la escuela ¿ahora dónde está? En todas partes. Es poliédrico, polivalente.

¿La pérdida del monopolio del conocimiento sitúa la escuela en una posición más débil?
Más compleja. Te obliga a convivir con la incertidumbre. Es un trabajo muy personal que deben hacer los maestros, el de aceptar que esta es la cultura en la que les ha tocado vivir, y que los objetivos de hoy habrán cambiado mañana. Esto implica que los currículos rígidos y encorsetados actuales no sirven. El maestro debe estar atento a lo que pasa, y mantener un diálogo constante entre lo que los niños quieren saber y lo que él cree que deben aprender.


En tu libro Elogio de la educación lenta destacas que también en el ámbito educativo hay que distinguir entre lo urgente y lo importante. Ahora que la escuela parece que está dispuesta a replanteárselo todo, ¿qué es lo realmente importante que hay que cambiar?
Lo más importante es el debate sobre los propósitos. ¿Por qué educamos? Se lo debe preguntar la sociedad, la Administración, los maestros… Los problemas urgentes se pueden resolver con recursos, recetas, formación, equipos.Pero hay un debate en profundidad que da sentido a la profesión. Y este ha sido uno de los déficits de la Administración de los últimos 30 años. La LOGSE lo apuntó, pero desde entonces no se ha avanzado. Y en cualquier caso aquel debate ya no sirve.

Es decir ¿por qué educamos?
Martha Nussbaum decía que educamos para saber qué debemos hacer de nuestras vidas. Me parece una definición fantástica. Adorno dice que educamos para que no se repita Auschwitz. Kant dice que para ser personas libres y capaces de pensar por sí mismas. Lo que han dicho estos pensadores sigue siendo válido, aunque lo que tenemos que hacer es interpretarlo en nuestra situación.

Vuestra escuela ha tenido este debate y ha avanzado con algunas propuestas, pero me decías que a menudo se le ha tachado de bicho raro.¿Qué es lo que más os ha frenado durante este 14 años de vida del centro?
Hay dos cosas en el sistema que ponen palos en las ruedas al proceso de cambio. Una es la política de control de la Administración, esta idea de que decirte constantemente qué hacer, con los mecanismos de control correspondientes para ver que lo haces. Nosotros hemos dicho ‘no’ a hacer una parrilla determinada, o una evaluación concreta, razonando bien, y hemos ido tirando excepto en algunos casos que nos han hecho acatar. Hay que decir que a menudo encontramos comprensión y tolerancia por parte de la Administración, pero lo que no encontramos son estímulos. El otro gran problema es el individualismo profesional. Una escuela funciona cuando los maestros entienden que lo son de todo el centro, y no de su clase. Y lo mismo con una escuela: debe tener conciencia de barrio, de red con otras escuelas.Debe colaborar con su entorno, trasvasar conocimiento. Pero esto no suele pasar. Los directores lo son de su escuela, y los maestros, de su clase. Falta mucho trabajo en equipo.


El informe TALIS lo constata. El 87% de los maestros no han entrado nunca en la clase de un compañero. Casi el doble que la media de la OCDE.¿Por qué ocurre esto?
Mi percepción es que es un tic del sistema educativo franquista. No nos hemos acabado de desembarazarse del individualismo, como tampoco del control de la Administración. Las reformas educativas, desde los años 80, lo han reformado todo menos la Administración.


Su escuela ha sido una de las insumisas en la LOMCE. ¿Ha percibido control en casos como el de las pruebas externas? ¿Cómo lo ha vivido?
Este tema generó mucho debate en la escuela. Son pruebas que van en contra de nuestro sistema de evaluación, sobre el que estamos reflexionando profundamente. La percepción, como
escuela, es que estas pruebas no nos ayudan en el trabajo que hacemos. Y es un punto de conflicto porque, además, existe la polémica de que son obligatorias, de si le puede caer un puro al director si no se hacen. Por eso hemos tenido suerte con que las familias, que están muy integradas en el proyecto de la escuela, lo han entendido y han tomado la iniciativa de no llevar a los niños a clase esos días. Ha sido una solución que ha evitado poner en un compromiso a los maestros.

¿Pero Enseñanza aseguró que las pruebas no son las mismas que las de la LOMCE, sino que son las de competencias básicas que hacen desde hace años. ¿Esto le convence?
Sí, pero la lectura que llega a la escuela es: ¿necesita pruebas externas para saber cómo están los alumnos? ¿No confía en nosotros? ¿En nuestro proyecto de evaluación? ¿En nuestro seguimiento? Están devaluando el trabajo que hacemos.En la escuela hemos iniciado un proyecto de tres años para reflexionar y profundizar en temas de evaluación, y es esto lo que nos ayuda a crecer en la escuela y los alumnos. Esta idea de rigidez, de que todos tenemos que pasar por el aro …

Es una idea muy de la LOMCE. Curriculum, pruebas, modelo lingüístico… Todo centralizado e igual para todos.
Hay excesiva normativa e injerencia. Hay que dejar a las escuelas y los maestros trabajar, si no nunca serán autónomos.Serán autómatas. Es como lo que les pasa algunas familias, la pescadilla que se muerde la cola: si sobreproteges a tu hijo nunca será autónomo. Si constantemente le dices a la escuela qué tiene que hacer para mejorar, para innovar, nunca conseguirás que pueda hacer este proceso de forma autónoma. Tenemos que pasar de una Administración reglamentista y burocrática a una que crea las condiciones para que cualquiera pueda cambiar.

Este es uno de los grandes debates, a menudo cerrado en falso, del sistema educativo: la autonomía de los centros, un concepto recogido en la legislación pero que pocos centros perciben como real.
Se han hecho críticas al concepto de autonomía de los centros como, por ejemplo, que pueden dar lugar al amiguismo o favorecer las desigualdades. Dos críticas que los que trabajamos en las escuelas creemos que se pueden neutralizar fácilmente. Ante el amiguismo, equipos democráticos y transparentes. Ante las desigualdades, redes sólidas de escuelas. La autonomía no debe comportar competitividad entre centros, al contrario, debemos crear redes con cultura de interdependencia. Que a una escuela no le dé igual si la del lado se está quedando sin matrícula, por ejemplo.

Asignaturas, exámenes, arquitectura… El debate sobre la transformación educativa ha puesto el foco en muchos elementos escolares, pero quizás no tanto sobre el tiempo, un elemento que tú has estudiado a fondo.¿Los tiempos escolares son demasiado rígidos?
Ahora estamos entendiendo que todo es educación, que las separaciones se difuminan… Pero seguimos teniendo un tiempo escolar fragmentado. No tiene ningún sentido. Para aprender hay tiempo para hacer, para conversar, para aplicar, para curiosear… ¿Y cómo tenemos que hacerlo con un currículo que lo único que quiere es saber las horas que haces de cada asignatura? Pues rompiendo las estructuras que no sirven para aprender.

La disposición del tiempo no responde a lo que decías que era el más importante de los cambios educativos: el propósito.
Exacto. ¿Cuántas horas tenemos que hacer de catalán? Pues depende. Lo importante es quée quieres hacer, crear entornos de aprendizaje donde el tiempo sea lo que necesitan los alumnos para aprender. El tiempo no debe limitar o definir qué aprendes, debe ser al revés. Este es el cambio de mirada. Los árboles no crecen tirando de las hojas, era el título del libro de un psicólogo argentino, J. Miguel Hoffmann. Nos hemos creído que los procesos se pueden acelerar, que se puede aprender más deprisa y antes, pero no. La capacidad que tenemos los humanos de aprender ha variado poco. Y luego hay otro elemento: el tiempo que tú necesitas para aprender es diferente del que necesita otro.


Esto nos lleva a la personalización de la educación. ¿Es posible?
Lo debe ser. De eso trata la atención a la diversidad, y la inclusión. Tenemos que pensar que las evaluaciones no pueden ser iguales para todos. Dice Jaume Trilla que la atención a la diversidad nos hace más iguales y más diferentes. Iguales porque compartes con los compañeros una cultura, valores, formas de aprender, y diferentes porque en este proceso cada alumno encuentra lo que más le interesa, en lo que tiene más facilidad. La no personalización de la educación significa el fracaso.

Has sido 7 años presidente de la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica (FMRPC). Tu centro ha participado en iniciativas pedagógicas diversas, como la coordinadora de escuelas 0-12 y ahora Escuela Nueva 21. ¿Crees que los motores de renovación en las escuelas se han diversificado?
Este cambio viene de diez o quince años atrás. Los Movimientos de Renovación Pedagógica tienen su gran momento entre los años 80 y 90, pero después aparecen muchas más iniciativas. Este análisis ya lo hizo la renovación pedagógica, que ahora tiene un carácter mucho más extendido, difuso… Esto es una realidad. Hay redes de escuelas sistémicas, libres, Waldorf, cristianas, de todo tipo. Y eso es un avance. Para que la cultura profesional se multiplique, se debe circular; las redes son una lucha contra el individualismo. La coordinadora de escuelas 0-12 funciona desde 1999, aunque con los últimos años de recortes ha perdido peso. Y Escuela Nueva 21 ha supuesto un intento de sacudida del sistema con más recursos, con instituciones con mayor capacidad como la Fundación Jaume Bofill o la UNESCO. Tienen claro que el cambio debe ser sistémico. Pero para mí, aquí, la debilidad es el papel de la escuela pública.

¿En qué sentido?
Temo que las escuelas públicas participen con la idea de “voy a mejorar mi centro”. Tenemos que conseguir que no participen solo a título individual. Que entiendan que están jugando un papel de revolución del sistema, porque es la pública la que debe conseguir el cambio sistémico a la Administración. ¿Cómo participan las privadas? Con algún centro, pero con voluntad de transformar toda su red. Pues las públicas deben hacerlo también al máximo como una red. Que el efecto sea multiplicador

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/joan-domenech-una-escuela-funciona-cuando-el-maestro-entiende-que-lo-es-de-todo-el-centro-no-de-su-clase

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