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Movimiento estudiantil, neoizquierdas y reforma de la educación superior

Chile/ Autor: José Joaquín Brunner

Los estudiantes movilizados y en continua radicalización han ido aislándose cada vez más en un espléndido discurso maximalista, como suele ocurrir en momentos de infantilismo revolucionario.

 I

De pronto cambió el tono de la dirigencia de las agrupaciones estudiantiles controladas por grupos y fracciones de neoizquierda (mejor que llamarlas de “ultraizquierda”), tanto a nivel universitario como secundario. La ciudadanía observa con cierto escepticismo, relativo acostumbramiento y a veces molesta cómo aumenta el ruido en las calles e, inevitablemente, la violencia de los grupos encapuchados que acompañan a las manifestaciones para perturbar el orden, atacar a Carabineros y destruir bienes públicos y privados.

Tal acentuación de la radicalidad, ¿es un signo de fuerza o un manifestación de debilidad; una manera de ganar adeptos o de estrechar filas; un intento por forzar una “reforma con ruptura” de la educación superior o por asentar la idea de que los cambios impulsados por el Mineduc son un mero adorno de la vitrina?

Sin duda, el movimiento estudiantil pasa por un momento difícil.

La estrategia de conversar y presionar simultáneamente en las calles no ha dado resultado. Al contrario, ha desgastado a los dirigentes en sus comunidades (escasa participación, baja legitimidad de las federaciones, tendencia al fraccionamiento interno) y, hacia fuera, les ha hecho perder prestigio ante la opinión pública. Paradojalmente, mientras más recurre a la fuerza, menor es su fuerza ante la opinión pública.

Efectivamente, el núcleo político de la Confech se halla confundido y dividido respecto de cómo seguir adelante. Hay quienes llaman al “paro indefinido” (¡qué fascinación produce aquí el término “indefinido”!), mientras otros convocan a asambleas reflexivas.

Uno de los grupos principales que integra ese núcleo directivo, la Izquierda Autónoma (IA) al que pertenece el diputado Boric, acaba de romperse por cuestiones de diseño estratégico y, en particular, por posiciones encontradas frente a qué hacer con la reforma educacional.

Al mismo tiempo, otro de los grupos de la neoizquierda nacida del movimiento estudiantil, Revolución Democrática (RD) del diputado Jackson, ahora convertido en partido político, retiró a algunos de sus principales cuadros del Mineduc, donde habían creado una red tecnoburocrática influyente en torno al diseño y manejo de la reforma educacional, desplazando a los partidos tradicionales de la NM, particularmente al PS y la DC.

De modo que nos encontramos ante un cuadro de tormentas que -en torno a la reforma de la educación superior- se ha ido formando en el horizonte, amenazando a la polis con un invierno revuelto. ¿Cuán intensas serán las turbulencias y con qué efectos e impacto? No es fácil saberlo. Pero sí resulta relativamente menos difícil identificar los elementos que están conjugándose para provocar la tormenta.

Primero, la ya larga postergación del anunciado proyecto de reforma de la educación superior, vacío que ha ido llenándose con cambiantes y frecuentemente contradictorios enunciados del gobierno y personeros de la Nueva Mayoría (NM). Han sido dos años exasperantes: sin agenda, sin carta de navegación, sin rumbo, sin personeros que lideren la posición oficial, sin propuestas fundadas que pudieran discutirse seriamente, sin siquiera dar señas de hacia dónde ir o qué esperar.

Segundo, como consecuencia de lo anterior, los actores de primera línea del sector enervados y confundidos. El CRUCH dividido y sus rectores desafectados o convertidos en meros portavoces de los intereses más directamente corporativo-financieros de sus organizaciones. Las instituciones privadas no-pertenecientes a dicho Consejo, inseguras de su suerte y sin posibilidades de planificar su futuro. Los institutos profesionales y centros de formación técnica relegados a un papel secundario. Las comunidades científicas y los académicos prácticamente fuera del escenario. Los estudiantes dedicados, en su gran mayoría, a tomar distancia de los asuntos públicos, pero con un movimiento radicalizado en torno a la Confech y las organizaciones de secundarios que se presentan como portavoces del conjunto de los estudiantes del país. Pero que progresivamente van perdiendo conexión con la masa estudiantil y con los patrones normales de conducta democrática.

Tercero, frente al panorama descrito, la opinión pública ha ido restando apoyo a la reforma educacional y, lo más probable, tiende a percibirla a través de las imágenes de la violencia y el desorden en las calles, los liceos “tomados”, y unas élites -de izquierda a derecha, en el gobierno, el parlamento, la NM y la oposición- que no logran arribar a mínimos acuerdos y mantienen una confrontación verbal que incluso a los iniciados en estos asuntos les resulta difícil entender.

Al comienzo de la semana, casi dos terceras partes de la opinión pública encuestada se pronunciaba negativamente respecto a la reforma educacional, lo cual es un fenómeno extraordinario si se piensa que por lo general las reformas educativas suscitan más esperanza que desconfianza, más aplauso que rechazo.

Cuarto, sin embargo, se sabe poco de la reforma de la educación superior -sus metas, contenidos, fundamentos y plazos- a pesar de que han transcurrido dos años desde el comienzo de la administración Bachelet y de tratarse, supuestamente, del eje central de la política gubernamental y su iniciativa estelar.

Efectivamente, la gratuidad acotada del 2016 -único anticipo efectivamente explicitado hasta ahora de la reforma y puesto parcialmente en marcha- ha tendido a profundizar la confusión y a expandirla, acelerando la ola del descontento, por diversas razones, en todos los frentes.

Quinto, ante tal falta de conducción intelectual, técnica y política del proceso de reforma, la cacofonía de voces, enunciados, declaraciones y ecos redobla la sensación de desorden. Basta observar lo ocurrido durante los últimos días.

La ministra de Educación y los dirigentes de la NM insisten en que se hará un esfuerzo por llevar la gratuidad al menos a los estudiantes del 60% de hogares de menores recursos relativos para desde ahí dar el salto, en el futuro cercano, al 100% de gratuidad. A su turno, el ministro Valdés, encargado de la Hacienda pública, aclara: “lo que es claro es que llegar a la gratuidad universal con los recursos que hoy tenemos es muy difícil, porque le pone una presión muy grande al resto del aparato público. O sea, si no se hace nada más, se puede. Pero hay otras necesidades también. Entonces, el proyecto va a establecer las formas y modos de cómo se va a seguir avanzando”.

Una diputada oficialista, del PC, Camila Vallejo, se queja, argumentando: “yo hubiese esperado un 70% para el 2018, eso ya no se anunció, es solo el 60%. Lo que a nosotros nos interesa es que se explicite cómo vamos a garantizar la gratuidad universal y en qué plazos, porque no estamos de acuerdo con que esto dependa de cómo se alinearán los astros y de la situación macroeconómica, pues es muy poco probable que eso así sea y se favorezca la extensión de la gratuidad”. Y ayer, en el diario La Tercera, la diputada oficialista llamaba a mantener la presión desde la calle: “Creo que necesitamos una fuerte movilización social en esta materia, que logre incidir y establecer los marcos de lo que debiese ser la discusión de la reforma educacional, para que no termine en una cocina en el Senado. El rol del movimiento social es muy importante”.

En La Tercera interviene también el senador Walker y, con realismo creo yo, señala: “el programa de gobierno habla de gratuidad para el 70% de menores ingresos, bajo este gobierno, y se compromete con llegar a un 100%, en 2020. Quiero ser claro sobre esta materia: esto último es imposible de lograr, ni en 2020, ni en 2030, ni en 2040”.

Finalmente, para agudizar aún más este cuadro cacofónico, aparece el diputado Giorgio Jackson de RD declarando que, para financiar la gratuidad, se debería crear “un sistema de contribución que involucre múltiples formas”, mencionando como posibles contribuciones un impuesto a los graduados, recursos de la ley del cobre y la devolución con trabajo voluntario, todo lo cual reduce la gratuidad a un intercambio por dinero o en prestaciones. En un frente algo distinto, el senador Montes, del PS, sorpresivamente declara (¡ahora, en la undécima hora!) su disposición para estudiar la legalización del lucro en el caso de instituciones privadas de enseñanza superior que renuncien a obtener cualquier apoyo del Estado.

Así pues, se va llenando el cajón de sastre vacío que el gobierno ha mantenido abierto durante dos años.

II

En el orden de los razonamientos explicativos, cabe anotar que la misma falta de conducción y contenidos gubernamentales, de relato y propuestas, y el desorden observado en la NM, han favorecido la radicalización del movimiento estudiantil. Sus demandas van escalando y su tono se torna cada vez más desafiante, hasta alcanzar su punto cúlmine con el dicho reciente de un dirigente secundario: “El ministro del Interior nos tiene miedo. No los dejaremos gobernar”.

Se llega a este punto límite, en buena medida, porque la administración Bachelet, desde el primer día, ha buscado congraciarse con los estudiantes y no ha ofrecido a sus sectores dirigentes aquello que se supone es propio del soft power: la capacidad intelectual, política y ética de argumentar, persuadir y orientar a aquellos que pretenden desafiar al poder. Al contrario, la administración Bachelet ha cedido y concedido continuamente, moviendo los límites de un lado para el otro, sin oponer la resistencia que nace de las ideas sólidas, de las convicciones, sobre todo de la fuerza democrática e institucional de las convicciones. En vez de eso ha buscado mimetizarse con el lenguaje y el aura de los jóvenes estudiantes y sus reivindicaciones. Su gobierno ha terminado, parafraseando a Maquiavelo, sin ser amada ni temida.

No debiera sorprender que en este terreno movedizo y de cercos sobrepasados, la disputa tienda a alejarse también del sentido común, los cambios posibles, los tiempos políticos-administrativos, para irse a los extremos de la mera lucha ideológica -espacio del “infantilismo revolucionario”- o de la desnuda defensa de los intereses corporativo-financiero de las organizaciones involucradas.

La disputa ideológica ocupa así el espacio dejado por el gobierno con discursos inflamados y categorías gruesas del estilo modelo, paradigma, hegemonía pública, desmercantilización, nueva centralidad, etc.; es decir, “much ado about nothing”. En el otro extremo campea el más craso sentido mercantil; cada organización trata de posicionarse de la mejor manera posible para arrancar la mayor proporción de recursos al Estado.

Del lado de la disputa ideológica, la veta más interesante de los últimos días proviene, sin duda, de la fracción de la Izquierda Autónoma agrupada en torno a la fundación Nodo XXI, cuyo documento “El futuro de la educación superior chilena en la reconstrucción de la educación superior pública”, entregado a la ministra de Educación, apuró la escisión del grupo liderado por el diputado Gabriel Boric, quien se declaró sorprendido por los contenidos del texto y por el acto de su entrega a la autoridad, justo en el momento que el movimiento estudiantil llamaba a un paro indefinido y a tomarse los palacios de invierno de la educación.

De hecho, el documento de esta fracción de neoizquierda es todo menos anti-sistema y no introduce una ruptura con el status actual de la educación superior.

Por primera vez, una parte de aquel mundo autoproclamado como neorrevolucionario hace un esfuerzo serio por pensar la educación superior desde dentro de los marcos de un sistema mixto, de cooperación estatal-privado. Reconoce (¡finalmente!) una educación pública estatal y no-estatal, asunto que algunos venimos postulando desde hace una década frente a la incomprensión de la izquierda tradicional de la NM y, hasta ahora, también frente a la ceguera de la neoizquierda.

Habla que una “nueva universidad pública (estatal o no estatal)” debe ocupar el centro del sistema y expandirse, asimilándose bajo ese concepto las universidades creadas o reconocidas por ley como las propiamente estatales, las privadas laicas del CRUCH, las católicas del CRUCH (en la práctica no se entiende bien a título de qué viene esta última distinción cuando todas ellas son universidades públicas de acuerdo al documento), agregándose además una nueva categoría de universidades privadas que “colaboran con la función pública”, también reconocidas por ley y que podrán recibir financiamiento fiscal.

Adicionalmente, podrían existir instituciones privadas de derecho civil que, sin pretender ser colaboradoras de la función pública, tampoco recibirán recursos de la renta nacional, subentendiéndose que podrían organizarse como personas jurídicas con o sin fines de lucro.

Para justificar este cambio de actitud -al menos en el discurso-, la fracción Nodo XXI de la IA apela a la sabiduría conservadora: “Hay que aprender de nuestra historia” dice el documento entregado a la ministra, cosa que es un supuesto de la razón pública, la cual no se agota ni consuma en el plano puro de las normas, los ideales y los valores.

¡Bravo! A esto se llama asumir una cuota necesaria de realismo para incidir en las decisiones y hacerse parte de la historia y no sólo de la esfera de la declamación ideológica.

III

Puestas así las cosas, puede entenderse el temblor que causó el texto de Nodo XXI dentro de las estrechas paredes de la IA.

En efecto, a partir de un texto así formulado sería perfectamente posible establecer un diálogo bastante más rico sobre temas de coordinación y planificación dentro de un sistema mixto, la centralidad de la educación pública (entendida como dice el documento), la expansión de esta última, el financiamiento mixto de las instituciones, etc.

Esta visión abandona, explícita y no sólo oblicuamente, el privilegio que otras corrientes más tradicionales aspiran a otorgar a las universidades estatales, al reducir lo público al Estado y al derecho a acceder con preferencia a recursos fiscales. Termina, asimismo, con el pertinaz y arbitrario argumento de que lo privado es bueno y aceptable cuando está dentro de los límites del CRUCH y es perverso e intolerable si está fuera de ese reino.

Por cierto, hay decenas de otros aspectos en el texto que comentamos -propuestas institucionales, de organización y funcionamiento, de relación con el Estado y la sociedad, de uso de fondos públicos y definición de las instituciones, etc.- que en él no hallan, en mi opinión, un adecuado tratamiento político, ni académico, ni técnico. Con todo, el documento da un paso que en lo esencial -la existencia de un esquema mixto de provisión con un trato relativamente igualitario entre los proveedores públicos de diverso tipo- constituye una verdadera ruptura con el discurso tradicional de la izquierda y la NM, centrado en la preeminencia del subsistema de instituciones estatales. Esa concepción administrativo-burocrática de lo público queda atrás aquí. Lo cual no significa que vaya a desaparecer o que, en el horizonte corto, vaya a ser superada.

Pues, como ya dijimos, en el lado opuesto al de las disputas ideológicas se libra una lucha político-corporativa en defensa de los intereses, la identidad y las pretensiones de los actores organizacionales, básicamente las universidades estatales mejor establecidas y más consolidadas, que buscan un trato preferente y una suerte de prerrogativa napoleónica para administrar al sistema en su conjunto, como alguna vez ocurrió en Francia con la universidad imperial.

No hay en verdad argumentos robustos para defender esa visión, llena de nostalgias imperiales y de una débil legitimidad tradicional, de donde provienen las frecuentes invocaciones a Bello, Domeyko y Letelier.

Habría que volver al siglo XIX, claro está, para revivir esa tradición y dotar de una nueva legitimidad al control estatal sobre el sistema universitario y sobre los recursos del Estado destinados a subsidiar la producción y transmisión de conocimientos.

Sorprende, en cualquier caso, que ni el gobierno Bachelet, ni la NM, ni tampoco las corrientes de neoizquierda hayan reivindicado como salida más viable del actual punto ciego en que se halla entercada la reforma, una solución al estilo de los EEUU, donde las universidades estatales reciben un trato especial del Estado (y los estados) a cambio de sujetarse a ciertas reglas y competir con las instituciones privadas de diverso tipo que reciben también apoyo público a través de un amplio esquema de apoyos estudiantiles administrado por el gobierno.

Alcanzar tal solución ha estado al alcance de la mano desde el primer día de la administración Bachelet, pues el propio sistema ha venido desarrollándose en tal dirección durante los últimos 25 años. Si no se adoptó este camino es únicamente por una mezcla de malas razones: porque entones el gobierno aparecía como continuista y no como rupturista, porque no significaba un cambio de paradigma ideológico y porque obligaba a reconocer que un sistema mixto de provisión tiene indudables fortalezas a la hora de expandir las oportunidades educacionales y de financiarlas. Los puntos débiles, insuficiencias y fallas que ostensiblemente posee este otro régimen son relativamente fáciles de identificar y solucionar y habrían podido superarse con un gasto significativamente menor de energías, recursos y en gestión e implementación que aquel en que el gobierno deberá incurrir para imponer su propio diseño de reforma.

La lucha por intereses materiales -una mayor proporción de la torta, más subsidio, recursos adicionales y fondos basales directos y no condicionados- es una parte habitual de la competencia por recursos en una democracia de base capitalista. No se halla separada tampoco de la lucha ideológica, como aparece aquí en el análisis. Ni es el interés corporativo algo propio únicamente de las instituciones estatales. Más bien, el conjunto de las actores, de todo tipo, pugnan por captar una cuota mayor de recursos, mejorar su posición relativa frente al Estado y sus competidores y justifican conductas estratégicas y él cálculo posicional en función de ideales y valores (es decir, de racionalizaciones ideológicas). Y esto vale para los actores tradicionales y nuevos, laicos y confesionales, emprendedores y comunitarios, metropolitanos y regionales.

Entre tanto, los estudiantes movilizados y en continua radicalización han ido perdiendo contacto con esas realidades y aislándose cada vez más en un espléndido discurso maximalista, como suele ocurrir en momentos de infantilismo revolucionario. Ya no reparan en los fines ni en los medios, sino que se propulsan a sí mismos a la esfera de la Idea Absoluta, que puede ser a veces el turpe lucrum, otras veces la gratuidad o mañana la triestamentalidad o los fondos basales. Palabras fetiches, cargadas de una intensa emocionalidad, pero alejadas de cualquier referente compartido con el resto de la sociedad. Desconectadas de la historia -incluso de las ideologías y los intereses corporativos- ascienden a esa  esfera donde reinan triunfantes las consignas en su aparente pureza. Y donde los propios movimientos sociales suelen quedar atrapados en sus discursos.

Fuente noticia: http://www.brunner.cl/?p=14348

Fuente imagen: http://ellibero.cl/wp-content/uploads/2016/05/A_UNO_675520-645×400.jpg

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Africa: M’banza Congo, aspiración angoleña a Patrimonio Mundial Cultural

Angola/30 junio 2016/Fuente: Prensa Latina

El gobierno de Angola sigue preparando hoy las condiciones técnicas, materiales y de diplomacia para presentar la candidatura de la histórica ciudad M’banza Congo como Patrimonio Mundial Cultural.

Así quedó patentizado durante el encuentro de trabajo que sostuvo aquí la ministra de Cultura, Carolina Cerqueira, y el embajador angoleño en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Diakumpuna Sita José.

Según la agencia estatal de noticias Angop, en la reunión Cerqueira solicitó el apoyo institucional del diplomático para fortalecer la colaboración con el departamento ministerial de Cultura y la aproximación con países vecinos, representados en la Unesco, con la finalidad de garantizar el proceso exitoso del proyecto.

La funcionaria reafirmó la disponibilidad de proseguir la colaboración con la agencia especializada de la ONU en la realización de acciones conjuntas, con vista a fortalecer iniciativas a favor de la cultura de la paz, de los valores cívicos, culturales y de ciudadanía.

Sita José corroboró por su parte su empeño en respaldar el proyecto M’banza Congo y continuar con el intercambio de informaciones y datos que faciliten el desarrollo del proceso, el cual no solo constituirá una conquista para Angola, sino para la República Democrática del Congo, Congo Brazzaville y Gabón.

Formado entre los siglos XIII y XIV, el Reino del Congo lo constituyeron seis provincias que ocupaban parte de los actuales territorios de Angola, Congo-Kinshasa, Congo-Brazzaville y Gabón. Era el hogar de los monarcas Menokongo.

Capital de ese reinado, M’Banza Congo fue fundada en 1483, antes de la llegada de los portugueses que, cuando entraron a la región en el siglo XVI, ya encontraron una gran ciudad, considerada en la época la mayor de África subsahariana.

En su momento de esplendor, la urbe se extendía desde la costa atlántica, en el oeste, hasta el río Nkisi, en el este, y desde el torrente Congo, en el norte, hasta el afluente Dande, en el sur.

Bajo la influencia de los misioneros lusos, fue construida en la ciudad en 1549 la Catedral de Sao Salvador do Congo, la más antigua de África subsahariana, con el nombre de Nkulumbimbi. El papa Juan Pablo II la visitó en 1992.

La localidad fue saqueada varias veces durante las guerras civiles del siglo XVII, especialmente en la batalla de Mbwila y abandonada temporalmente en 1678.

Volvió ser ocupada en 1705 por los seguidores de Beatriz Kimpa Vita, profeta religiosa congoleña y líder del movimiento cristiano conocido como antonianismo.

M’banza Congo atesora, entre sus bienes, el antiguo Palacio Real (actual Museo de los Reyes del Congo), el Árbol Sagrado denominado Yala Nkuwu y el Cementerio de los Reyes del Congo. Actualmente es capital de la provincia de Zaire, a 350 kilómetros al norte de Luanda.

El proyecto de inscripción de la urbe en la lista de Patrimonio Mundial, denominado «M’banza Congo, ciudad a desenterrar para preservar», fue presentado en el 2007 por el Ministerio de Cultura, con la realización de una mesa redonda internacional.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=5018791&Itemid=1

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Diálogo, ¿para qué?

Po Hugo Aboites

Cuando un movimiento social consigue finalmente el diálogo con el Estado, en demanda de un cambio en un marco legal, usualmente la primera respuesta que recibe es que un gobierno no puede modificar una ley, pero esa es sólo una primera respuesta. De hecho, un gobierno sí puede tomar iniciativas concretas en ese campo. Hace apenas unos días, el Senado aprobó el llamado Sistema Nacional Anticorrupción con artículos que provocaron la molestia del empresariado. Se les obligaba a algo remotamente similar a una evaluación: informar sobre el uso de los recursos públicos que reciben. Los empresarios se manifestaron un día en el Ángel de la Independencia, dos o tres días después en los medios; además, solicitaron cita y fueron recibidos por el Presidente de la República y éste escuchó sus reclamos (El Despertar de Oaxaca, 24/6/16 en Internet). Un día antes de que dicha ley fuera promulgada, se anunció la suspensión de la ceremonia que encabezaría el propio Ejecutivo. Y ayer, finalmente, se dio a conocer que la ley volvía a la Cámara para ser modificada.

Por supuesto, nada impide que, con igual premura y eficiencia un gobierno verdaderamente preocupado envíe también al Congreso una iniciativa para eliminar o modificar un marco legal que está causando un gravísimo conflicto en el país. Y para eso valoraría que ya no son algunos días que estas otras personas han solicitado algo similar, sino que cumplen ya más de tres años de exigencia en calles y ciudades, que han organizado decenas de foros, interpuesto cientos de miles de amparos, ofrecido argumentos, y que además han recibido represión, encarcelamiento de sus dirigentes, y ahora hasta el ataque directo de las fuerzas armadas federales con saldo de más de una decena de muertos y un centenar de heridos. Todo lo que otros sectores que se inconforman no tienen que sufrir.

Si se niega a hacer esto, entonces un gobierno que ha firmado cuanto compromiso y tratado de derechos humanos existe, tendría que explicar a profundidad cuáles son las razones para sostener que ante la ley se dé este trato evidentemente desigual. (Además, según el artículo 21 de la Ley General de Educación, para los docentes de escuelas privadas no se prevé nada cercano al despido). El argumento de la SEP suele ser que este marco legal es indispensable porque está en juego el interés superior y el derecho de niños y jóvenes de recibir una educación de calidad, pero lo que nunca existió (pero sí en el caso de los empresarios) fue una discusión previa con los potenciales afectados que encontrara caminos para avanzar sin afectar sus derechos igualmente válidos y establecidos en la Constitución. Suspender por decreto presidencial la aplicación del aparato legal de la reforma educativa o de algunos de sus artículos mientras se lleva a cabo dicha discusión, es una opción que podría ser incluso aceptable para el titular de la SEP, quien por fin respalda el diálogo en Gobernación para dar una salida al conflicto (La Jornada, 24/6/16, pág.3).

Aun en el caso de que la respuesta fuera negativa –con o sin explicaciones válidas– para avanzar por esa ruta hay otras posibilidades. Para explorarlas es necesario tener en cuenta que un gobierno puede moverse según considere conveniente en el laberinto de los intersticios que tiene el marco legal, y de ahí puede resultar una aplicación sesgada, parcial, de la ley. En concreto, en el caso de los docentes de educación pública, en el talante antidiálogo, la SEP había optado por mantener la interpretación más estricta de la ley, porque la Ley General del Servicio Profesional Docente aprobada en 2013, establece dos tipos de evaluación del desempeño de los maestros. Una, punitiva, que evalúa para decidir si se darán por terminados los efectos del Nombramiento del docente (artículo 53). La otra es la evaluación interna, como la llama la ley, tendiente al mejoramiento de la práctica profesional de los docentes y el avance continuo de la escuela (art. 15). Esta última no será punitiva, pues “los resultados de la evaluación interna…… en ningún momento podrán ser causal de procedimientos de sanción, ni tener consecuencias administrativas o laborales” (art. 20). Esto significa que no toda evaluación debe tener como horizonte el posible despido del docente, sino que hay otra evaluación, perfectamente legal, que además expresamente tiene el propósito de mejorar la formación de los profesores y, más todavía, el avance de las escuelas. Si la SEP realmente ha modificado su actitud ante el diálogo, puede ahora hacer una contribución significativa: dejar de insistir en la evaluación punitiva y retomar la interna con la misma determinación.

La estrategia de la mano dura ya ha fracasado rotundamente. Con ella, el movimiento no ha hecho más que fortalecerse. La mano blanda, que busca entrampar y desgastar la resistencia en la mesa de negociación, sería igualmente contraproducente, porque sería vista como engaño, y no como una verdadera disposición a resolver el conflicto. Y para eso, el marco legal no es un obstáculo. Es parte de una ruta que es obligatorio explorar para no sólo resolver un conflicto, sino para dar también pasos para transformar la educación.

*Rector de la UACM

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/06/25/opinion/016a1pol

Imagen tomada de: http://1.bp.blogspot.com/-OJcZYfJvHhw/TkF_6wx-YII/AAAAAAAAACQ/r9jONHUdyRM/s1600/dialogo.jpg

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Tonga: PM justifies increased education budget

Oceanía/Tonga/27 de Junio de 2016/Fuente: RadioNZ

RESUMEN: Parlamentarios de Tonga  han debatido un enorme presupuesto de US $ 21 millones para la educación y la formación. El primer ministro Matangi Tonga   dijo que está comprometido a mejorar el sistema educativo de Tonga, que según él había sufrido durante los últimos 12 años. El primer ministro se enfrentó a las preguntas sobre el déficit presupuestario, pero sólo pudo decir que sería una batalla dura y Tonga necesitaria  aumentar la productividad. Los críticos dijeron que había muy poco endeudamiento en Tonga, debido a las condiciones del préstamo, tales como altas tasas de interés y las leyes de negocio poco atractivo.

Tongan MPs have debated a huge US$21 million budget for education and training.

The Prime Minister, ‘Akilisi Pohiva, justified the spending, saying 80 percent of it was for salaries.

Matangi Tonga reports the Prime Minister said he’s committed to improving Tonga’s education system, which he claimed had suffered over the past 12 years.

The Prime Minister faced questions over the budget deficit, but could only say it would be a hard battle and Tongans needed to increase productivity.

He said the the productivity rate of government ministries was only 18 percent, compared with 80 percent for the Chinese construction companies that were carrying out work in Tonga.

The Minister of Finance, ‘Aisake Eke, said he was concerned over talk of a budget deficit when there was US$16 million in the country’s foreign reserve.

Critics said there was very little borrowing in Tonga due to loan terms, such as high interest rates and unattractive business laws.

Fuente: http://www.radionz.co.nz/international/pacific-news/307357/tonga-pm-justifies-increased-education-budget

Fuente de la imagen:https://www.google.co.ve/search?q=tonga+educacion&biw=1366&bih=631&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjG3Nbw8sjNAhWErD4KHdYeBboQ_AUIBigB#imgrc=Ti7FiQicoH8iRM%3A

 

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India: Government to launch 32 education channels through DTH

India: Government to launch 32 education channels through DTH

Asia/India/junio de 2016/ India Today

RESUMEN: El ministerio Unión HRD ha dado su autorización a un esquema denominado Swayam Prabha, permitiendo 32 (DTH) Cadenas de televisión directa al hogar para transmitir programas para estudiantes de escuelas y universidades a partir de agosto. Aprobado por Smriti Irani, el esquema es probable que sea lanzado por el primer ministro Narendra Modi. El ministerio espera que la transmisión ayudará a los estudiantes en el campo. Después de ver el contenido, los estudiantes pueden aclarar sus dudas a través de un número de línea telefónica gratuita que ser en enlace ascendente por el Instituto Bhaskaracharya de las aplicaciones espaciales y Geo Informática (BISAG).
The Union HRD ministry has given its clearance to a scheme called Swayam Prabha, allowing 32 direct-to-home (DTH) television channels to broadcast programs for school and university students from August.
Approved by Smriti Irani, the scheme is likely to be launched by Prime Minister Narendra Modi. The ministry hopes that the telecast will help students in the countryside.
After watching the content, students can clear their doubts through a toll-free helpline number that to be uplinked by the Bhaskaracharya Institute of Space Applications and Geo Informatics (BISAG).
The ministry will appoint subject experts to provide good quality content who will be paid on an hourly basis. The content will have pictures, videos and diagrams to make the things more interactive and to help students understand the concept well.
The ministry is planning to broadcast live classroom lectures from IIT Mumbai, Delhi, Kharagpur, and Kanpur.
«Although more than three crore youth are pursuing higher education, the standard of education is not uniform, raising the issue of quality access to knowledge. Youth in the backward pockets of India need a fair deal in accessing high-quality knowledge to confidently enter the job market,» a senior ministry official told HT.
«This scheme will help them to learn and understand key concepts while sitting at home.»
A total of 32 DTH channels will broadcast quality educational programmes throughout the day. «Every day, there will be new content of at least four hours that would be repeated six times a day, allowing students to choose the time of their convenience,» the official said.
Fuente: http://indiatoday.intoday.in/education/story/dth-education-channels/1/698844.html

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El día que buscamos una estrella en la escuela

Durante década y media trabajé en una hermosa escuela rural, que además era escuela granja con internado para niños de hogares humildes. Durante el día compartían los espacios escolares “externos” e “internos” de ambos sexos.  Por la mañana trabajaban en las aulas; por las tardes se rotaban entre actividades propias de los proyectos agropecuarios, las manualidades, la biblioteca escolar y una que otra partida de futbolito o básquet, mientras que por las noches hacían sus deberes escolares. Es imposible no dejar escapar un suspiro cuando uno recuerda esos días.

A la 1:30 de la tarde, después de almorzar y disfrutar de un breve descanso sonaba un timbre y todos acudían a la cancha a formar para organizarse en las distintas tareas. Ese día hacía mucho calor y el cielo estaba despejado. Por la mañana había pasado por varios salones y había escuchado a los maestros y maestras discutir los resultados de una prueba escrita sobre el sistema solar. Varios de los niños se me habían acercado a mostrarme los buenos resultados obtenidos en sus exámenes sobre el tema.

Entonces, sin mucho pensarlo, con la intención de felicitar públicamente a quienes habían salido bien en los exámenes, se me ocurrió decir:

Nadie se incorpora a las actividades de la tarde hasta que no me muestre una estrella.

El silencio fue sepulcral, después de unos instantes de silencio, algunos, los más rebeldes ripostaron diciendo más o menos:

Eso no es justo profe, tenemos entonces que esperar aquí hasta la noche.

Yo no salía de mi sorpresa. Entonces le pedí a Alberto, uno de los estudiantes quienes me habían mostrado su buen examen, que me leyera la respuesta sobre el que es el sol. Alberto, medio molesto sacó de su bulto escolar la prueba y la leyó:

El sol es una estrella con luz propia alrededor de la cual gira la Tierra.

Los murmullos, las risas y las burlas se propagaron acompañados de una expresión casi colectiva:

Noooo eso no se vale profe

El incidente podría ser una anécdota más de las que les narro y les seguiré contando sobre la praxis pedagógica. Pero es más que ello, es la evidencia de cuanto nos hace falta trabajar para que el aprendizaje no sea memorístico -si es que eso se puede llamar aprendizaje-  sino que sea realmente aprendizaje significativo.

Nos dimos cuenta que los niños no habían descubierto el sol desde un pensamiento científico y la noción de estrella era la del conocimiento popular, asociada a la noche, al brillo en el firmamento oscuro.  El incidente generó una serie de debates pedagógicos en la escuela respecto a cómo enseñar en contacto con la realidad y re descubriendo la cotidianidad que transformaron buena parte del proceso educativo en el plantel.

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«La nuestra, una educación de saberes desintegrados»

Por. Rodrigo Muñoz Grisales.

Experto dice que las humanidades no bastan para evitar que la educación sea deficiente

Cuando vemos a nuestra ministra de Educación y a funcionarios de entidades como Colciencias insistir en la importancia de mejorar los índices de desempeño en conocimientos de las áreas tradicionales en las pruebas Pisa, Saber, etc., e incrementar la competitividad del país vía Stem (su sigla en inglés: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), se me ocurre que quizás nuestros bajos resultados se deben al todavía muchísimo más bajo nivel que poseemos en formación integral.

Tal vez se deba a que, como dijo Einstein, “no podemos resolver los problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando se crearon”, o a que “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Insistir en “más de lo mismo” sin cuestionarnos la pertinencia o la suficiencia de “eso mismo” no nos va a dejar más que mejoras de unas cuantas décimas en los índices que el Ministerio ha diseñado bajo los criterios de siempre.

La formación integral no es “saber un poco de todo y mucho de nada”, ni adquirir una buena cultura general, como podrían pensar los amigos de la focalización educativa en las áreas “útiles” del conocimiento (que solas, como diría Savater, suelen resultar las más inútiles de todas). El problema de la formación (que no de la instrucción) es que no es tanto la imagen de una escalera. Se parecería más a un cubo de Rubik.

Conocimiento no lineal

Nuestro sistema educativo ha sido diseñado como una escalera que lleva al estudiante, peldaño a peldaño, como si el conocimiento fuera algo lineal, donde una mayor cantidad o un mayor nivel se tradujera en mejor o mayor resultado. Se trataría más bien de construir un entramado complejo de relaciones a medida que se avanza en el proceso de “armar” la personalidad, el ser individual y cultural. No basta con aprender a alinear la cara roja o la azul, sin comprender y prever las conexiones y repercusiones en otras caras y la totalidad del juego.

Esta concentración en contenidos Stem se parecería mucho a lo que se ha hecho en países totalitarios para formar niños prodigio en el deporte, el ballet o las matemáticas, con el ánimo de que el país esté en los primeros lugares de pruebas o eventos y proyectar una imagen de poder y superioridad. Ya podremos imaginarnos la suerte de vida de estos –por fortuna pocos– niños ya lograda su hazaña.

De modo similar, invertir grandes sumas en estímulos para mejorar en matemáticas y ciencias no garantiza un crecimiento intelectual o un salto sustancial en el nivel general de conocimiento de los estudiantes. De nuevo recurro a Einstein: “La insistencia exagerada en el sistema competitivo y la especialización prematura con base en la utilidad inmediata marcan el espíritu en que se basa toda vida cultural, incluido el conocimiento especializado”. La especialización es necesaria, pero nociva si se imparte exclusiva y excluyentemente. Tendríamos que aprender a “jugar” con todos los hilos y conexiones que conforman ese entramado de relaciones, que hacen que una persona se forme integral y armónicamente, y que, como consecuencia, logre una buena expresión y manifestación de su conocimiento en todas las áreas.

Quizás el lector suponga que en las otras caras del cubo deberían estar las humanidades, y estaría, en parte, en lo cierto. Pero olvidarían el carácter sistémico de la formación: las ligazones internas y las determinaciones, limitaciones y posibilidades que se generan en todo el conjunto al accionar una de sus partes. En última instancia, las humanidades estarían realmente presentes en todas las caras.

Nuestro sistema educativo (que no lo es) está basado en la fragmentación de los saberes. Niños y jóvenes estudian, sin establecer conexiones entre ellas, matemáticas, historia, geografía, ciencias naturales y demás, y entre estas y la vida social en su integridad. En consecuencia, se insertan en el mundo como en un aglomerado de parcelas sin una lógica que les dé unidad y sentido. El mundo de la política y de lo público no les interesa; la pobreza y las malas condiciones de salud de muchos es algo muy lejano; sobre el conflicto interno se forman opiniones primarias y superficiales; el calentamiento global es ‘un rollo’ que no entienden o no los afecta; la cultura (literatura, arte, cine…) los aburre, excepto manifestaciones light; el mundo de la ciencia y la tecnología solo les atrae en cuanto alimento de su lúdica autista.

En estas condiciones, son presa fácil de consignas simplistas y tendenciosas de políticos (como lo dijo en estas páginas el profesor José Ángel Hernández, en ‘¿Los últimos humanistas?’) y de las pautas y modas de la publicidad y los medios de comunicación.

Estudiar materias científicas, técnicas y matemáticas, por un lado, o humanísticas, por otro, contribuye poco a la formación integral de la persona. Conozco psicólogos, sociólogos, historiadores, politólogos, entre otros, al igual que ingenieros, médicos y profesionales de la empresa, de los que no podríamos decir que tienen una comprensión medianamente integral del mundo y la sociedad. Como diría Luis Enrique Orozco, “se cree que se ha arreglado el problema de la formación integral aumentando los cursos de humanidades; (este propósito) no es una tarea exclusiva de las humanidades”. Nuestros especialistas en pedagogía, antropología, historia y demás disciplinas de lo social poco o nada dialogan con docentes de ingeniería, economía, administración u otras profesiones liberales. Cada uno es autocomplaciente en su discurso. Viven en lo que Edgar Morin llamó “un encierro disciplinar”.

Buscando propuestas

¿Cómo enseñar de manera interdisciplinaria? ¿Cómo crear las ligazones, conexiones y traslapes de los que hablábamos arriba? El pénsum de todo programa de primaria, secundaria, pregrado o posgrado debe ser concebido integralmente como la formación que pretende generar. Debe formar a la vez para el trabajo, la vida y la convivencia. No para las pruebas x o y, ni para las exigencias de acreditación de tal o cual entidad. Los resultados que se obtengan en estas mediciones deben ser el producto de hacer bien lo primero, y si tales mediciones no reflejan ese propósito primordial de la educación, no vale la pena tenerlas como referente. Tanto el pénsum como la evaluación de sus resultados deben estar en consonancia con el objetivo de la formación integral.

Las humanidades sí serían las llamadas a establecer de manera crítica y abierta las conexiones, pero no enseñadas como rellenos o cultura general. Abogo por unas humanidades pertinentes, problematizadoras, social, cultural y ambientalmente comprometidas. No podríamos enseñar, por ejemplo, a un ingeniero a hacer inyección y extrusión de botellas y bolsas plásticas sin mostrar al estudiante el inmenso daño que se hace a la humanidad y a la naturaleza con la producción y uso descontrolado de tales objetos. Tampoco podríamos enseñar sofisticados instrumentos financieros de optimización de ganancias sin mostrar el uso temerario que se puede hacer de ellos, como ocurrió en la década pasada al generar la crisis del 2008 en EE. UU., de la cual países como Grecia, Italia y España aún están sufriendo sus coletazos.

Algún profesor de ciencias sociales podría interpelarme: ¿Y qué humanidades son esas? ¿Humanismo plástico o financiero? Quizás las humanidades no deban enseñarse “solo” como disciplinas separadas (que ya dijimos que son necesarias) sino como bagaje intelectual y de conocimiento para la solución de problemas. Algunos países europeos (noreuropeos principalmente) están abandonando la enseñanza por disciplinas, incluso en primaria, enfocándose en la solución de problemas pertinentes para sus sociedades. En la medida en que el conocimiento disciplinar (matemáticas, historia, ciencias naturales, etc.) se hace relevante para la solución del problema, los maestros lo allegan. Así se logra un aprendizaje significativo, no abstracto.

No descalificar la enseñanza de las humanidades como disciplinas separadas. Las considero necesarias y obligatorias. Es solo que desde esta perspectiva, el maestro o profesor también debe estar en capacidad de conectar sus contenidos con los problemas concretos del país en los planos político, económico, social, cultural y ambiental.

Es importante, en el momento que vive Colombia, preparar a los ciudadanos en formación para el posacuerdo, cuando la conciencia sobre la tolerancia, la justicia social, la inclusión y el acercamiento de las voluntades deben ser los pilares de la construcción de una nueva sociedad. No importa el nivel de formación, el docente debe ser capaz de modular la complejidad de la problematización de su disciplina con las temáticas de la sociedad y la humanidad.

El núcleo central de la formación está en una relación que ha preocupado a pensadores de todas las épocas, desde Aristóteles: el problema de los fines y de los medios. La educación en los últimos tiempos está casi que centrada en los medios, las herramientas, es decir, en el cómo. Los contenidos de nuestra educación apuntan principalmente al ‘saber hacer’, que sin una reflexión sobre sus finalidades, su pertinencia contextual, su sentido dentro de marcos más englobantes como la sociedad, la cultura, la humanidad y la naturaleza, serían instrumentos ciegos.

Una ‘vacuna’ contra el pensamiento único

En Eafit hemos desarrollado una experiencia con maestrías dirigidas a las especialidades empresariales. Hemos propuesto un pénsum por módulos, al contrario del currículo por agregados (‘salpicón’ de materias).

– El primero persigue la fundamentación humanística general del estudiante. No se ocupa en sí de la especialidad de la maestría, pero establece todas las conexiones posibles, problematizándola.
Estudia la “condición humana” como lo recomienda Édgar Morin. ¿Qué es el Hombre?, es la pregunta de partida, y se hace un recorrido por todas las ciencias que lo estudian desde sus orígenes hasta la formación de las sociedades modernas.

– El segundo es una visión de contexto a través de la llamada historia pertinente, la historia del país en lo económico y empresarial, en lo relacionado con la especialidad, y trata de mostrar, sin apologías, las problemáticas relacionadas. Se estudian asignaturas dirigidas a comprender problemáticas nacionales e internacionales que afectan la actividad, legislaciones y reglamentaciones sectoriales, organismos rectores y promotores, convenciones e instituciones del ramo.

– El tercero cimenta teóricamente la especialidad antes de entrar en la operatividad de esta. Se abordan las ciencias o disciplinas (muchas de ellas sociales y humanas), de las que se deriva el contenido de la especialidad. Un conocimiento enraizado en el conocimiento seminal le da al criterio del estudiante mayor calado en su acción profesional.

Buena parte de la maestría es el módulo operativo o funcional, que se va a formar en los procesos concretos y funcionales, en el saber hacer de la especialidad.

El módulo de investigación formará en la capacidad de generar propuestas y soluciones a problemas específicos de la actividad bajo metodologías y seminarios-taller acordes con el nivel de las preocupaciones propias de su ejercicio. Por fin, un módulo de síntesis integra en una materia o seminario-taller lo adquirido.

La formación integral busca educar en el contraste, la controversia, el cuestionamiento, sin descuidar la alta calidad en los contenidos técnico-científicos. Su fin último es dotar de criterios de interpretación, decisión y de acción, en el ejercicio de su labor futura. Una ‘vacuna’ contra el pensamiento único.

Fuente: http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/la-educacion-en-colombia-esta-desintegrada/16619621

Imagen: http://images.et.eltiempo.digital/contenido/estilo-de-vida/educacion/IMAGEN/IMAGEN-16619629-2.jpg

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