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«Acepten, la reforma educativa es una realidad»: Nuño a CNTE

La Jornada/ Marzo 2016 /Ciudad de México. El secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, llamó al magisterio disidente a “ya no perder el tiempo y aceptar que la reforma educativa es una realidad”, luego de que se anunciaran nuevas movilizaciones en contra del despido de miles de maestros y de la propia reforma educativa.

En reunión con los medios de comunicación, insistió en que la posición del gobierno federal, “no sólo de la Secretaría de Educación Pública” (SEP) es que no habrá diálogo con quienes busquen el incumplimiento de la ley o “darle vuelta” a las modificaciones a los artículos tercero y 73 constitucionales.

Nuño Mayer afirmó que mientras los líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación insistan en no acatar la reforma no habrá diálogo.

El titular de la SEP también destacó que se avanza en el proceso de sustitución de los maestros que afirmó, para este momento, todos deben estar dados de baja, en referencia a los 3 mil 360 docentes que no acudieron a ser evaluados y que fueron separados de su cargo.

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España se sitúa entre los países de la UE con más desigualdad educativa

España/ Febrero 2016 /Autor: euractiv.es-Parlamento Europeo /Fuente: euractiv.es

España es uno de los Estados miembros con menos equidad entre alumnos, y donde la situación socioeconómica familiar sigue marcando el éxito académico, según revela un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)

‘Estudiantes de bajo rendimiento, por qué se quedan atrás y como se les puede ayudar a que tengan éxito’ es el título del documento presentado esta semana por la OCDE, que ha sido elaborado acorde a  los resultados de la prueba PISA 2012, exámenes estandarizados cada tres años a estudiantes de 15 años de varios países del mundo.

N3b. EspañaEntre sus conclusiones está, por ejemplo, que ser inmigrante y pobre es un factor de riesgo para fracasar en matemáticas. En el país ibérico el 43% de los hijos de inmigrantes tienen un bajo nivel en la materia, frente al 21% de la población no inmigrante. Asimismo, el 30% de alumnos que asisten a institutos públicos tienen bajo rendimiento, cifra que desciende considerablemente si hablamos de colegios concertados, con un 15%, o en colegios privados, con un 10% de fracaso en la asignatura de matemáticas.

La brecha entre ricos y pobres en Europa existe, aunque de distinta forma: mientras en Finlandia, Liechtenstein, Holanda o Suiza es de 15 puntos, en España se superan los 30. Solo países como Grecia, Lituania, Luxemburgo, Francia, Portugal, Eslovaquia, Rumania y Bulgaria están peor.

Según la OCDE, el rendimiento en matemáticas tiene mucho que ver con el autoestima de los jóvenes, y por eso es bastante fácil mejorar los datos obtenidos. Los consejos a la comunidad educativa se basan en dos pilares: la detección temprana de los problemas y el incremento de recursos para quienes más lo necesitan.

Para ello, el Gobierno introdujo las reválidas de tercero y sexto de primaria, para detectar posibles carencias, aunque después se llevaron a cabo recortes significativos en educación.

La OCDE apunta que es posible reducir los niveles de bajo rendimiento, como ya ocurrió en otros países como Brasil, Alemania, Italia, México, Polonia, Portugal, Rusia, Túnez y Turquía entre 2003 y 2012, que aunque cultural, social y económicamente distan mucho, coincidieron políticamente en mejorar la educación.

No obstante, desde 2010, en Europa se han producido constantes recortes en los presupuestos de educación, en torno a un 3,2%. El informe anual presentado en noviembre “Monitor de la Educación y la Formación de 2015”, que refleja la evolución de los sistemas de educativos europeos, concluía “que es preciso dar un nuevo impulso a la inversión para crear sistemas educativos más inclusivos y evitar el aumento de la pobreza educativa, que sigue siendo una de las principales causas de desempleo y exclusión social”.

Fuente de la Noticia: http://www.euractiv.es/noticias/Espana_se_situa_entre_los_paises_de_la_UE_con_mas_desigualdad_educativa-11337.html

Fuentes delas Fotos: http://www.infotecarios.com/wp-content/uploads/PISAchart-from-NEAToday.jpg

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Socializado por: Iliana Lo Priore. Miembro del Equipo fundador de la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa. Profesora Titular UC. Investigadora del CIM. Doctora en Educación.

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La educación rural en el marco de la revolución en la estructura de las poblaciones de las naciones

Jurjo Torres Santomé

 

A medida que el siglo XX iba avanzando y las grandes industrias y negocios optaban por instalarse en los núcleos urbanos, con la subsiguiente oferta de puestos de trabajo, los procesos de desplazamiento hacia las ciudades fueron haciéndolas crecer a un fuerte ritmo, como nunca antes se había visto. De esta manera, se acabaron conformando espacios más heterogéneos, donde el contacto entre personas pertenecientes a distintas clases y colectivos sociales posibilitaba una convivencia con mayor proximidad y más facilidades para las interrelaciones.

Este proceso de concentración de la población en las ciudades, de urbanización de la humanidad y, en consecuencia, de despoblamiento de los núcleos rurales alcanza su punto más álgido en el año 2008; con más de la mitad de la población mundial viviendo en ciudades, 3.300 millones de personas; con una humanidad mayoritariamente urbana por primera vez en la historia. Así, por ejemplo, las ciudades en Europa albergan ya a un 80% de la población. Los estudios de prospectiva prevén que a nivel planetario, si el modelo de desarrollo sigue siendo el actual, en el año 2030 más del 60% de las personas vivirán en las ciudades, y más del 75% en el 2050 (UNFPA, 2007).

En las ciudades conviven personas de muy diferentes orígenes geográficos y culturales, lo que suele crear, en bastantes ocasiones, problemas de comunicación, de cohesión y de convivencia, especialmente cuando, como resultado de las políticas que allí rigen, se llevan a cabo agrupamientos diferenciados que visibilizan la precarización laboral, la discriminación. Compartir zonas para vivir puede ir acompañado de un aumento de la tensión y de la conflictividad en esos espacios urbanos, en la medida en que no se acompaña de una reducción de las diferencias entre las distintas clases y grupos sociales a la hora del acceso al mercado laboral, y de las posibilidades de beneficiarse de similares oportunidades en el resto de los servicios culturales, de salud y de ocio.

Tales desigualdades pasan dada vez menos desapercibidas, haciéndose muy visibles hasta en la organización de los espacios. Este es el caso, por ejemplo, de determinados barrios periféricos que pasan a concentrar a los sectores más desfavorecidos de la población: inmigrantes pobres, sin techo, sin papeles, bandas juveniles, personas drogadictas, prostitutas pobres, …, a lo que sociológicamente hablando denominamos las “nuevas clases peligrosas”. Grupos a los que un sector importante de las clases altas y medias contemplan como no recuperables, sin esperanza, sin posibilidades reales de que se “normalicen”, de ser integrados. Son las personas que “sobran” y a las que da la sensación de que las clases más ricas no van a precisar; por esta razón, tampoco les están ofreciendo su colaboración y ayuda.

Quienes primero suelen notar el paro, la destrucción de empleos, la precarización y degradación de los puestos de trabajos son las capas más jóvenes de la sociedad, y en concreto las hijas e hijos de las clases sociales más populares, al igual que las poblaciones inmigrantes de países pobres; colectivos que non encuentran otro lugar para habitar que no sean esos poblados o barrios más marginales.

Esta concentración espacial en zonas diferenciadas en la actualidad es, asimismo, una buena muestra de situaciones que son novedosas en las actuales economías neoliberales, en concreto de la movilidad descendente. Frente al mensaje y ejemplos de otros periodos históricos en los que las posibilidades eran casi siempre de ascender en la escala social, laboral y económica; en la actualidad son demasiados los ejemplos contrarios: la pérdida de estatus, de poder y de recursos para sobrevivir. Gente que hasta hace poco tenía un puesto de trabajo y podía considerarse como miembro de una clase media, normalmente clase media baja, ahora en momentos de crisis del neoliberalismo, pasa a engrosar el mundo de las clases pobres, y desde ese momento estas personas se ven forzadas a localizar una vivienda en este tipo de barrios.

 

Un fenómeno novedoso del presente son los barrios-guetos en los que también se ubica una buena parte de esa población rural que se ve forzada a desplazarse a las ciudades, dado que en su medio de origen no dispone de recursos para sobrevivir. Los guetos son los lugares donde habitan los expulsados y los no admitidos; no son espacios elegidos, sino emplazamientos obligados, las cárceles abiertas en las que se mora involuntariamente. En la actualidad, mil millones de personas viven en chabolas, y esta cifra sigue subiendo debido al modelo económico neoliberal de desarrollo que hoy es dominante en el mundo.

La aceleración de este proceso de urbanización no planificado explica que los suburbios donde habitan las poblaciones de inmigrantes pobres y de razas marginadas, no hagan nada más que crecer desorganizadamente, en especial en las grandes urbes. Estos espacios, al no tener ni accesos fáciles posibilitan que la marginación y las injusticias pasen casi completamente desapercibidas para los sectores sociales que habitan en las zonas mejor dotadas. Las situaciones de pobreza no se hacen visibles con facilidad y, de ahí, la sorpresa con la que acostumbran a ser recibidos los informes y estadísticas que sacan a la luz estas realidades.

En gran medida, en una buena parte de los países más desarrollados es una realidad la conceptualización que hace Zygmunt BAUMAN (2007, pág. 26) de que “las ciudades son lugares repletos de desconocidos que conviven en estrecha proximidad”, generando miedo y una considerable agresividad latente que, de vez en cuando, estalla. “El desconocido, por definición, es un agente movido por intenciones que a lo sumo se pueden intuir, pero que nunca se conocerían a ciencia cierta” (Zygmunt BAUMAN, 2007, pág. 27). Un ser del que desconocemos sus intenciones e intereses y, que por tanto, ante el que hay que estar alerta, del que es lógico sospechar.

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La contribución del sistema educativo a la “desruralización”

 Contemplada esta revolución urbana desde las instituciones escolares, lo que no podemos es obviar que el sistema educativo tradicional contribuyó también en gran medida a “desruralizar”, convirtiendo a la ciudad en el arquetipo de vida para las nuevas generaciones.

Todo planteamiento mínimamente riguroso acerca de la educación en el mundo rural conlleva abrir un debate acerca de los modos de vida en el país de que se trate; interrogarse sobre qué tipo de economía, qué modelos productivos, que ubicaciones preferimos incentivar para que puedan vivir las personas que lo habitan; decidir qué infraestructuras es preciso construir, qué recursos va a utilizar la población para poder vivir, trabajar y desarrollar todas sus potencialidades como seres humanos.

La realidad es que hasta el momento presente, este debate explícitamente no está teniendo lugar, pero en la práctica los modelos económicos y productivos por los que se viene apostando conllevan de manera implícita un ideal de sociedad completamente urbano.

Desde los inicios de la transición democrática el debate sobre qué tipo de sociedad queremos construir, dónde queremos que viva, trabaje, estudie, disfrute y conviva la gente no se abrió en ningún momento. Pero las políticas que se vienen implementando suponen una apuesta por la concentración de las poblaciones en las zonas urbanas, en las ciudades.

Buena prueba de ello son las políticas de comunicaciones y transporte, obsesionadas por la construcción de autopistas, autovías, trenes de alta velocidad y aeropuertos y, por tanto, preocupadas por interconectar las ciudades entre sí y, simultáneamente, dejar incomunicados a los núcleos rurales. Igualmente, las políticas en vigor de vivienda, de sanidad, de cultura, de trabajo, de justicia, de educación, de interior, de ciencia y tecnología, de hacienda, … son el resultado de las miradas de carácter urbano de los partidos políticos, del cuerpo de funcionarios de las Administraciones públicas y del conjunto de especialistas que asesoran a los gobiernos de turno. Cada vez es frecuente observar como el medio rural es contemplado de manera reduccionista como espacio de ocio para la ciudadanía urbana que acude a ese entorno con la idea de descansar y relajarse. Pero la ignorancia sobre las condiciones de vida de las personas que habitan en los núcleos rurales, sobre sus posibilidades laborales, culturales, recreativas, sanitarias, educativas, … es demasiado notoria y, por tanto, generadora de demasiadas injusticias.

 

Por lo que atañe a los sistemas educativos, venimos careciendo desde hace décadas de debates sobre cómo debería ser la educación en los entornos rurales. Entre otras cosas, no se abrió nunca un debate riguroso y democrático acerca de si el sistema educativo debía servir para que las generaciones jóvenes descubran o no el mundo rural, para convencerles de las posibilidades de vivir y desarrollarse plenamente en ese contexto o, si por el contrario, el sistema educativo debía capacitar y orientar a la ciudadanía para que pusiera sus miradas en la vida en las ciudades y, seguidamente, el destino de sus decisiones también en este lugar: la ciudad.

Pensemos que ninguna de las leyes de reforma del sistema educativo que se vienen legislando e implementando desde mediados del siglo XX le prestaron la debida atención a la educación rural. Política que además chocaba frontalmente con una realidad en la que casi la mitad de la población del Estado Español a mediados de ese siglo habitaba en núcleos rurales. En 1940, el 51.9% de la población activa del Estado Español se dedicaba a la agricultura; en 1950 esa cifra se reducía al 49.3%. A partir de esos años el éxodo del campo a la ciudad crecerá a un fortísimo ritmo; al tiempo que la población que queda en el ámbito rural se va a caracterizar también por ser personas de edad muy avanzada; las generaciones jóvenes van a apostar por las ciudades. La realidad de una península ibérica agraria, rural y tradicional va transformándose en industrial y urbana.

Las distintas leyes educativas no contemplaron con la debida atención las características del mundo rural y, en consecuencia, como debía ser la red educativa destinada a ese medio. Un entorno en el que entre sus notas distintivas hay que subrayar: la dispersión de la población, el reducido número de niñas y niños de una misma edad, los dificultad de acceso a recursos y materiales educativos, …

Tengamos en cuenta que, por ejemplo, las editoriales de libros de texto producen únicamente libros “urbanos” en cuanto a los contenidos que incorporan. El mundo rural no suele contemplarse ni en los contenidos escolares vehiculados por los libros de texto, ni en los modelos sociales, laborales y comunitarios que se trabajan como explicación del funcionamiento de la sociedad. Los que se proponen y estudian, implícitamente, son los que se recomiendan como más adecuados para la vida en las ciudades. Lo que resulta mucho más frecuente es encontrarnos con ejemplos del mundo rural vistos con ojos urbanitas; o sea, como espacios bucólicos donde la naturaleza “incontaminada” se muestra en todo su esplendor; con unos animales y plantas consideradas respectivamente, mas al estilo de las mascotas urbanas o elementos de decoración que como seres que son imprescindibles tanto para realizar tareas agrícolas y de transporte, como para asegurar la alimentación de los seres humanos. Además, este tipo de recursos didácticos, los libros de texto, están construidos para ser utilizados por el alumnado de una misma edad escolar, de una única materia y curso. Modelo organizativo que no se acomoda a las peculiaridades del mundo rural.

Asimismo, el profesorado es formado en las Universidades y Escuelas de Magisterio sobre la base de metodologías para desarrollar con alumnado de la misma edad, del mismo curso académico. La atención a la didáctica multinivel, integrada e inclusiva es demasiado desconocida para las nuevas generaciones de docentes. Sin embargo, un modelo mucho más pertinente fue ensayado en la primera mitad del siglo XX, en las escuelas rurales de aquel momento, en las que en una misma aula trabajaban niñas y niños de distintas edades, de distintos niveles escolares, de distintas capacidades, con distintos intereses, con diferentes recursos y materiales curriculares.

 

En la medida en la que no se plantea la necesidad explícita de preparar a profesorado para trabajar en modelos de educación rural, es muy difícil contrarrestar el “sentido común” ideológicamente dominante. Un pensamiento que es totalmente contrario a las necesidades y prioridades del alumnado que vive en núcleos rurales.

No caer en la cuenta de estas rutinas y automatismos explica que, aun cuando se mantengan algunas escuelas rurales, sea cada vez más difícil el trabajo allí para un profesorado que fue formado con modelos y ejemplos de centros escolares urbanos. Igualmente, es cada vez más difícil que el profesorado que es destinado a centros ubicados en el medio rural decida trasladar allí su domicilio familiar e integrarse en aquella comunidad como un vecino o vecina más; implicarse en la vida colectiva que allí tiene lugar. Su mentalidad y aspiraciones urbanas es muy probable que le lleven a aceptar un cargo allí, pero como mal menor y, casi siempre, como un trabajo lo más provisional posible; hasta que se logre acumular la puntuación suficiente como para poder concursar a una plaza en un colegio urbano.

Es por todo ello que afirmamos que las instituciones escolares son un fuerte motor de desruralización.

A la hora de pensar el rol de los sistemas educativos en este creciente proceso de urbanización y, simultáneamente, de “guetización” de las minorías más desfavorecidas, no podemos olvidar que uno de los principales objetivos de los procesos de escolarización fue y sigue siendo, el contribuir a enseñar a convivir.

Los centros y aulas escolares son espacios en los que las niñas y niños aprenden a conocerse entre sí, a trabajar juntos y, por tanto, a socializarse y a convivir, con independencia de su clase social de origen, su nacionalidad, raza, sexo, capacidades, creencias religiosas y culturales, y sus opciones sexuales.

La desvertebración por barrios y, por tanto, por clases sociales hace dificilísimo el trabajo en esta meta de contribuir a vertebrar las sociedades. Asimismo, también es mucho más ardua la tarea de contrarrestar los prejuicios y estereotipos con los que el alumnado acude a las instituciones escolares, y que son construidos y reconstruidos constantemente mediante las informaciones e imágenes que vehiculan los medios de comunicación, un gran número de direcciones en Internet, el cine y la publicidad actual.

Si cada colectivo social vive y estudia aislado de los demás, el futuro también tiene mayores probabilidades de continuar siendo diferente en función del grupo de origen y de escolarización. Un presente geométricamente en paralelo augura un futuro en el que se continuarán evitando los encuentros y la colaboración.

Si nos acostumbramos a vivir, estudiar, trabajar y disfrutar en ambientes homogéneos y uniformes, con personas agrupadas por similares características sociales, económicas, físicas o intelectuales; en contextos en los que no nos vemos obligados a esforzarnos para comunicarnos, a trabajar colaborativamente e, incluso, a divertirnos con quienes son diferentes, poseen otra idiosincrasia distinta de la nuestra, “más probabilidades hay de que «desaprendamos» el arte de llegar a fórmulas conciliatorias y a un modus convivendi” (Zygmunt BAUMAN, 2007, pág. 34).

Una educación segregada siempre pretende evitar el encuentro con los que se considera como diferentes, con quienes se etiqueta como “los otros”.

Asimismo, conviene ser conscientes de que la ayuda que tradicionalmente vinieron desempeñando los sistemas educativos en la construcción de una identidad nacional, sobre la base de imponer y legitimar una única visión de la historia, de la cultura y una única lengua, supone en la actualidad una rémora para la nueva ciudadanía que requieren las sociedades abiertas y multiculturales. Los sistemas educativos actuaron en demasiados momentos de la historia como murallas de contención de lo extranjero, de lo diferente, de otras culturas, religiones, idiomas, ideologías, modelos de producción, etc.

Este acelerado proceso de urbanización de las sociedades precisa de hombres y mujeres que no se vean como extraños, en la medida en que no comparten raíces culturales y geográficas comunes. Los desplazamientos de la población rural a las ciudades son coincidentes con la llegada a ellas de personas de otros países, con raíces culturales y religiosas muy diversas, hablando distintos idiomas, etc. Y este nuevo fenómeno no debe contemplarse como una amenaza, como el preludio del choque de civilizaciones del que habla Samuel P. HUNTINGTON (1997), sino de un poderoso estímulo para generar modelos de convivencia y construir sociedades más abiertas e inclusivas.

Debemos hacer consciente a la población, pero de un modo muy destacado a las nuevas generaciones de que, como subraya Nan ELLIN, “al permitir que prospere la diversidad (de personas, actividades y credos), el espacio público posibilita la integración (o la reintegración) sin destruir las diferencias; en realidad las celebra. El miedo y la inseguridad se van calmando gracias a la preservación de la diferencia y al hecho de poder moverse uno a sus anchas por la ciudad”. (cit. en Zygmunt BAUMAN, 2007, pág. 57).

Las ciudades cosmopolitas siempre fueron un importante motor en el progreso humano. Si aprendemos de la historia y apostamos por un modelo de organización y de gestión más democrático y basado en la justicia social, esta nueva peculiaridad de las ciudades modernas debería ser algo realmente atractivo, creativo y productivo. Tal y como subraya Peter HALL (1998, pág. 285), “las ciudades creativas eran casi todas cosmopolitas; atraían al talento de los cuatro rincones de sus mundos, y desde el primer momento, estos mundos estaban a menudo sorprendentemente cercanos. Probablemente ninguna ciudad ha sido nunca creativa sin una continua renovación de esta corriente sanguínea creativa”.

Los nuevos vínculos de ciudadanía tienen que basarse más en compromisos con proyectos de futuro que en el compartir orígenes geográficos y tradiciones del pasado; algo que además es coherente con una ciudadanía democrática que desea y debe decidir sobre su futuro, no esclava de tradiciones que le vinieron impuestas, en la medida en que sólo unas pocas personas tenían derecho y posibilidades de decisión.

Las instituciones escolares son también un espacio privilegiado para imaginar nuevas posibilidades a los pueblos y núcleos rurales. Al igual que intencionalmente se llevó a cabo un proceso de urbanización acelerado, como consecuencia de unos modelos de industrialización y comercialización capitalista, de igual manera existe la posibilidad de reiniciar una nueva reinstalación y repoblamiento de entornos ahora abandonados, pero que con una infraestructura adecuada podrían contribuir a conformar nuevos modelos de convivencia más humanos, mucho más respetuosos con el medio ambiente y económicamente más limitado a las necesidades verdaderamente humanas y no de puro mercantilismo y acumulación al coste que sea.

Apostar por revitalizar un nuevo modelo de vida en núcleos rurales, aprovechando su potencial medioambiental, apostando por otros modelos de economía y de producción precisa, asimismo, de un sistema educativo que haga presente este mundo hasta ahora silenciado o nostálgicamente presentado, con todo su verdadero potencial. Es de este modo como el sistema educativo dejará de preparar fugitivos del mundo rural para educar otra ciudadanía más respetuosa con el medio ambiente y, lógicamente con las demás personas con las que convive. De este modo, las posibilidades de elección que el día de mañana tendrá cada alumna y alumno serán mayores, y sus elecciones las realizará disponiendo de mucha mas información y de mayor rigor en sus análisis.

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Bibliografía 

BAUMAN, Zygmunt (2007). Confianza y temor en la ciudad. Vivir con extranjeros. Barcelona. Arcadia, 4ª edic.

HALL, Peter (1998). Cities in Civilization: Culture, Innovation, and Urban Order. Londres. Weidenfeld and Nicholson.

HUNTINGTON, Samuel P. (1997). El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial. Barcelona. Paidós.

TORRES SANTOMÉ, Jurjo (2010). Justicia curricular. Madrid. Morata (en prensa).

UNFPA (United Nations Population Found) (2007). Estado de la población mundial 2007. Liberar el potencial del crecimiento urbano. New York. Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

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Desde dos angulos

28 de febrero de 2016/ América/ Uruguay/ Mariana Castiñeira/ Información publicada en el periódico digital El País.

Día uno en Educación

La preparación del comienzo de clases desde dos liceos de la capital pone en evidencia algunos de los problemas principales que enfrenta el sector, mientras las autoridades proponen varias medidas para evitar la deserción y recuperarse de un año conflictivo.

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Se utilizarán tablets para controlar y prevenir la deserción estudiantil. Foto: F. Ponzetto.

Durante el año pasado, el liceo número 13 de Maroñas tuvo un nuevo alumno. Chupete, babero y pañales ingresaron a cursar las materias de tercero junto con Virginia, una alumna de 16 años que acababa de dar a luz a su hijo. Cuando en una de sus visitas a los salones el director del liceo vio lo que estaba pasando, torció la boca en señal de desaprobación. «Ahora el bebé va a empezar a llorar», recuerda haber pensado en su momento Claudio Franco. Sin embargo, el recién nacido y su madre sorprendieron a todos. No solo se convirtió en uno más, sino que pasó a tener el apoyo de los compañeros de clase de la joven, profesores, adscriptos y del director, que hoy pone como ejemplo los logros de la alumna.

Desde hace unos meses el liceo tiene su propia sala de lactancia. Las paredes con baldosas limpias y blancas de un vestuario inutilizado están ahora pintadas con flores que reciben a las madres de la institución junto con una pequeña heladera, un sillón, un extractor de leche y otros insumos. La iniciativa surgió de algunas docentes, y así el 13 pasó a ser el primer liceo público en contar con un recurso de este tipo, lo que sin duda fue un soporte para que Virginia amamantara a su bebé en un ambiente privado, cómodo e higiénico.

Con su nueva responsabilidad a cuestas, Virginia cursó todo el año y aprobó. Incluso en los días de lluvia la joven se trasladaba con su bebé para aprender, recuerdan las adscriptas del liceo, que la describen como una excelente alumna y ya la vieron en la fila para inscribirse y así empezar cuarto año esta semana.

Este lunes comienzan las clases en gran parte de los liceos públicos y tras un año de conflicto para la educación, docentes y autoridades se preparan para intentar revertir la crisis educativa que afecta al país. Evitar que jóvenes como Virginia dejen de asistir a pesar de las dificultades que puedan tener es uno de los principales objetivos, según dicen desde el Consejo Directivo Central (Codicen) a El País. Lograr que los alumnos asistan a clase y realmente aprendan, actualizar la formación docente y mejorar la administración de los liceos son algunos de los desafíos a los que la educación secundaria se enfrenta este año, uno en el que se plantea además iniciar la discusión para cambiar los programas educativos y, lo que es más importante, definir qué tipo de estudiantes quiere formar el país.

 El 13.

Se habla de «imaginario colectivo», «mala fama» y «estigmatización» del liceo número 13. Los docentes —tanto de la institución como en otros de la zona— están cansados de escuchar hablar sobre el lugar donde, en 2004, la joven Fiorella Buzeta recibió un disparo que la dejó parapléjica. Algunos llegaron a plantear un cambio de número, a ver si les traía más suerte. Las adscriptas, por su parte, organizaron visitas con escolares para derribar el mito desde temprano.

 

A unos 300 metros del Hipódromo de Maroñas, con un estado edilicio que sería la envidia de otros liceos y un equipo docente al que describen como «muy comprometido», el 13 es, desde hace varios años, el que tiene las tasas de repetición más altas del país: 52,2% de sus alumnos de Ciclo Básico no pasaron de año en 2014, mientras a nivel nacional la media es 28%. Pero adentro, los docentes, e incluso el director, hacen oídos sordos a estos números. Ellos entienden que su situación es diferente.

 

Es que el 13 es un liceo «de aluvión», cuenta Emiliano Mandacen, adscripto y dirigente de la Federación de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes). Al ser grande y tener capacidad para cerca de 1.100 alumnos, la institución recibe estudiantes de Casavalle, Marconi, Manga y otras partes de la capital. En promedio, calculan que en cada clase hay entre 20 y 25 alumnos. Algunos de ellos tienen que tomarse tres ómnibus o caminar un par de kilómetros para llegar. Eso, junto con la inseguridad que hay en la zona, los recurrentes hechos violentos —como los que el año pasado provocaron la solicitud de más de 20 pases en una semana— y la situación crítica en la que viven muchos de los alumnos, es el combo perfecto para una alta tasa de deserción.

 

A pesar de esto, si se analizan los resultados de 2014, la diferencia en el índice de repetición entre los que tuvieron más y menos de 25 faltas es abismal. Para los primeros, la repetición se ubica en un 75% en 2014, y para los últimos fue solo un 17%.

 

Hambre, violencia familiar, enfermedades psiquiátricas y drogas están presentes en el liceo, pero el equipo que trabaja allí se ha vuelto experto en adaptarse. El caso de la joven y su bebé es un ejemplo, pero hay más. El equipo de adscripción sabe que la primera pregunta que hay que hacerle a un estudiante al que echan de clase o que se siente mal es si tiene hambre. Si dice que comió, hay que ver qué, porque a veces es solo un pedazo de pan. Por eso tienen becas de alimentación —que no siempre alcanzan, dicen— y un par de bolsas de ropa para atajar los casos más extremos. A veces, atajan una deserción. Otras, no.

 

El año pasado, recuerda el director, los docentes se alarmaron porque notaron que había varios casos de adolescentes mal alimentados. Intentaron coordinar con un comedor de la zona, hasta tenían la lista de los alumnos que necesitaban la comida, pero tuvieron que superar la frustración de que el proceso se truncara por un problema administrativo.

 

Y por más trabajo que hagan, si del lado de los padres no hay respuesta, no hay mucho que puedan hacer, dicen. El año pasado, por ejemplo, en la reunión previa a un campamento hubo solo cuatro padres. Ante los problemas de inseguridad se llegó a formar una comisión de padres, pero con el tiempo sus miembros se redujeron a cuatro, después a dos y al final solo quedó una madre.

 

Así como los alumnos tienen problemas para trasladarse o asistir, gran parte del grupo de padres también lleva la falta y son especialmente aquellos que más se necesita que estén. Eso es lo que más alarma a las adscriptas, a los docentes y al director de cara al nuevo año que comienza. Al igual que en otros liceos, los docentes del 13 prepararon el comienzo de cursos previendo que muchas de las situaciones que deberán enfrentar durante este año les serán impredecibles

Fuente contenido e imagen:

http://www.elpais.com.uy/que-pasa/dia-educacion.html

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Vázquez saludó a alumnos y recibió reclamos de maestros

http://www.elpais.com.uy/

29/02/2016

Maestros esperaron al presidente de la República en la escuela de Flor de Maroñas con un cartel reclamando por la falta de personal. El mandatario recorrió  otras dos escuelas y plantó un ibirapitá.

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Vázquez recorre hoy tres escuelas. Foto: ANEP

Unos 340.000 niños comienzan hoy las clases en las 2.300 escuelas públicas de Uruguay. El presidente de la República, Tabaré Vázquez, autoridades del Codicen, Rosita Angelo, directora de Educación y Edith Moraes, ministra interina de Educación y Cultura, recorrieron tres escuelas. 

En la mañana temprano, el presidente y las autoridades asistieron a la escuela 382 en el barrio Parque Guaraní. Luego concurrieron a la escuela 183 de Tiempo Completo en Carrasco Norte y finalizaron la recorrida en la escuela 193 de Tiempo Extendido en Pocitos.

En los dos primeros centros Vázquez saludó a los alumnos, hizo entrega del libro “Cuadernos para leer y escribir”.

En la escuela 382 de Flor de Maroñas (Calle 5 entre veracierto y calle 4) los maestros los esperaron a Vázquez con una pancarta firmada por ADEMU que decía «¿Por qué faltan maestros? Basta de atropellos contra la escuela pública».

Según informó la Federación Uruguaya de Magisterio hay 90 cargos sin cubrir al día de hoy de los cuales 55 pertenecen a educación inicial y 35 a educación primaria.

La directora de Primaria, Irupé Buzzetti dijo que este año se terminarán 55 escuelas de tiempo extendido.  Además, afirmó que están pensando en incorporar otra escuela de tiempo completo en Pocitos. 

«La escuela debe formar carácter y personalidad que antes se formaba en la casa. Los maestros tienen que hacer que los niños formen ciudadanía» concluyó.

Para terminar la recorrida el presidente Tabaré Vázquez plantó un ibirapitá y se fue sin hacer  declaraciones a la prensa.

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No podemos fallar

crisis educativa

Descriptores:  Academia, Docencia, Docentes, Educación Superior, Empleabilidad, Equidad, Estudiantes, Financiamiento, Globalización, Gobierno, IES, Instituciones, Investigación, Latinoamérica, Políticas, Profesores, Público, Universidades estatales, Universidades privadas

No podemos fallar

Inicialmente publicado en http://www.brunner.cl

Resumen: Latinoamérica reúne más de 10 mil instituciones de educación superior. El desenvolvimiento de los sistemas nacionales sigue patrones distintivos en cada país. Con todo, una rápida revisión de las políticas aplicadas permite observar algunas tendencias comunes.

JOSÉ JOAQUÍN BRUNNER

Prácticamente en todos los países de América Latina, los sistemas de educación superior se hallan sujetos a un conjunto de poderosas fuerzas que interactúan entre sí: masificación de la matrícula, insuficiente financiamiento público, fuerte desarrollo de instituciones privadas, diferenciación y proliferación de programas de estudio, dudas respecto del valor de los grados y títulos, comercialización del conocimiento, desconfianza gubernamental en la autonomía de las universidades, demanda por mayores regulaciones y el desafío de mejorar la calidad de la enseñanza, el impacto socioeconómico de la investigación y la distribución de oportunidades entre los jóvenes.

 

En su conjunto, Latinoamérica reúne más de 10 mil instituciones de educación superior -de las cuales alrededor de 3.500 se denominan universidades-, y aproximadamente unos 25 millones de estudiantes. Cada año se gradúan 2 millones de profesionales y técnicos superiores.

La diversidad organizacional de estos sistemas parece infinita. Aun entre las instituciones llamadas universidades hay una enorme variedad: universidades estatales, privadas subsidiadas por el Estado y privadas que viven de su propio presupuesto; cada una posee su propia misión, proyecto estratégico, trayectoria histórica, identidad y grado distintivo de prestigio. Unas poseen un carácter académico sofisticado y se focalizan en la investigación y la enseñanza de posgrado; la mayoría, en cambio, son exclusivamente docentes de pregrado con distintos niveles de densidad cultural. También la educación terciaria técnico-profesional varía en importancia y complejidad organizacional. Es fuerte en Chile y Colombia, por ejemplo, pero casi inexistente en Brasil y posee un débil desarrollo en Argentina.

En suma, el desenvolvimiento de los sistemas nacionales sigue patrones distintivos en cada país. Con todo, una rápida revisión de las políticas aplicadas permite observar algunas tendencias comunes.

Primero, la delegación por parte de los gobiernos -por acción u omisión- de la responsabilidad sobre la masificación de la matrícula en el sector de provisión privada y el mercado. Es notablemente el caso de Chile, Brasil, Perú, República Dominicana y Colombia. En el extremo opuesto, con un bajo grado de delegación privada, se encuentran Cuba, Argentina y Uruguay. Como resultado, la mitad de la matrícula latinoamericana corresponde a oferta privada. De esta, un 50 por ciento pertenece a organizaciones con fines de lucro.

Segundo, y en parte como reacción frente a la anterior tendencia y la consiguiente heterogénea diversificación de la provisión, los gobiernos instituyen mayores regulaciones y adoptan procedimientos para evaluar y acreditar la oferta. Los casos más comentados -por su vigor y riesgos para la autonomía institucional- son Ecuador y Perú. Debates en esa dirección existen también en Chile, Colombia, Costa Rica y otros países de la región.

Tercero, una demanda en aumento de financiamiento para cubrir los costos de la expansión y la necesaria inversión en infraestructura, equipamiento e investigación. Como resultado, financiamiento público y privado se complementan. A su vez, los gobiernos exigen mayor rendición de cuentas respecto del uso de los recursos y condicionan su entrega al desempeño y resultados de las organizaciones beneficiadas. Por su lado, los contribuyentes -y las familias y estudiantes que pagan- reclaman mejores servicios y tienen la expectativa (no siempre materializada) de un retorno positivo para su inversión.

Cuarto, la tendencia de las políticas públicas a seleccionar y concentrar la asignación de recursos públicos de manera de crear instituciones, consorcios, centros y áreas de excelencia (internacional), política adoptada en Ecuador por ejemplo y, en el campo de la investigación científico-tecnológica, por varios países de la región -Chile incluido-igual que Alemania, Finlandia y Corea del Sur, entre los países industrializados.

Quinto, a la luz de los cambios que experimenta la educación terciaria, diversos países latinoamericanos han emprendido la tarea de redefinir el marco base de la legislación aplicada a este sector. Entre los países andinos, Perú y Ecuador han dictado una nueva ley, Colombia lo intentó pero no pudo debido a la amplia resistencia y el gobierno chileno declara su intención de hacerlo. En todos estos casos, los temas claves más polémicos son cómo conformar la gobernanza del sistema nacional y el gobierno de las universidades, la autonomía y el rol de las instituciones universitarias, la función e importancia del nivel técnico-profesional, la regulación del mercado y de los títulos y grados, el control de calidad y el financiamiento de las instituciones y los estudiantes.

El gobierno de la Presidenta Bachelet anuncia incluso un cambio de paradigma, pero ha sido parco en sus especificaciones. El prometido proyecto de ley -uno o varios, no se sabe- se ha postergado varias veces para facilitar consultas que sin embargo no se materializan seriamente. En tanto, el Gobierno aprobó mediante una glosa presupuestaria y una forzada “ley corta” la gratuidad como un nuevo principio de financiación de las universidades. Como resultado de ese errático cuadro reinan la confusión y la incertidumbre.

Es de esperar que a partir de marzo se inicie una auténtica deliberación pública sobre el futuro de nuestra educación superior. Esta ha alcanzado un alto grado de complejidad e, igual como ocurre en el resto de América Latina, enfrenta poderosas fuerzas y desafíos. Políticas equivocadas podrían causar un severo daño y retrasar por una década o más la transformación y mejoramiento de nuestra educación terciaria.

 

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Becas Para la Universidad Nacional de las Islas Salomón Bajaron a Menos de un Centenar

Becas Para la Universidad Nacional de las Islas Salomón Bajaron a menos de un Centenar

Islas Salomón/febrero 2016/ autor: SIBC noticias

Las becas que otorga el Gobierno para los estudiantes de la Universidad Nacional de las Islas Salomón (SINU) han disminuido en los últimos tres años, dice Vicerrector, Profesor de la albahaca Marasinghe, así lo dio a conocer el portal de noticias SIBC on line
Profesor Marasinghe dijo al programa «Distaem Nao» de SIBC, que solía haber alrededor de 900 becas gubernamentales para la universidad, pero que se ha reducido drásticamente a menos de un centenar.
«De hecho, las becas del gobierno han sufrido una especie de disminución en los últimos tres años, porque hace tres años teníamos como 800 o 900 becas. Ahora se ha bajado a alrededor de no más de 100, por lo que es muy preocupante para nosotros. Me gustaría que los miembros del Parlamento tomará esto en serio y tratar de hacer, ya sabes, algunos pagos para sus propios estudiantes».

fuente:
http://www.sibconline.com.sb/sig-scholarships-for-sinu-decreased/

foto:

https://www.google.co.ve/search?q=SINU&biw=1242&bih=545&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwit4Y7ejp3LAhWDGT4KHaaHBNMQ_AUIBigB#imgrc=qMpffKjmi4DV0M%3A

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