29 de noviembre de 2016/Fuente: es.euronews.com
¿Cual sería el golpe fatal para Europa? Brexit, populismos, crisis de los emigrantes, la difícil situación económica? La Unión Europea atraviesa uno de los peores momentos de su historia. Las futuras citas electorales en Austria, Italia, Francia y Alemania son riesgos que amenazan la existencia misma de la Unión. ¿Quien mejor que el presidente de la Comisión Europea Jean Claude Juncker para hablar de estos asuntos?
Mi comisión será la de la última oportunidad
– Isabel Kumar, euronews: Usted dijo hace dos años, al principio de su mandato: “mi comisión será la de la última oportunidad”. ¿Cómo evalúa al día de hoy la supervivencia de la Unión Europea?
– Jean-Claude Junker, presidente de la Comisión Europea: Bueno, la Unión Europea no está confrontada a su propia existencia.
– I.K.: ¿De verdad que no?
– J.C.J: Usted ha dicho que las elecciones francesas, alemanas amenazan la supervivencia de Europa y eso no es verdad. Las elecciones en Francia y Alemania no plantearán a los electores de esos países una pregunta sobre la existencia de la Unión Europea. Pero dije, tiene usted razón, que que la Comisión que tengo el honor de presidir sería la de la última oportunidad. Lo que quería decir con eso es que la Unión Europea entra en una fase de última oportunidad porque la brecha entre los ciudadanos y la acción pública y política de la Unión Europea se amplía casi todos los días y yo he querido ponerle remedio a eso.
Se busca alma para Europa
– I.K.: Exactamente, lo que se le reprocha a las instituciones europeas es estar alejadas del pueblo europeo. Tengo la pregunta de una internauta, a los que les hemos pedido que nos envíen preguntas para esta entrevista. Es de Moussa Bourema: ¿Cual es la mayor debilidad de la Unión Europea?
– J.C.J: La falta de amor. No sabemos mucho de los otros. ¿Qué saben los lapones, del norte de Sicilia? Qué saben los italianos, del sur de Polonia? Nada. Y hará falta que nos interesemos más los unos por los otros.
Schulz, la pérdida de un apoyo
– I.K.: Y en este momento crítico de la Unión Europea usted está a punto de perder uno de sus más queridos aliados, un aliado poderoso también, me refiero al presidente del Parlamento Europeo Martin Schulz. Es un duro golpe para usted que llega en uno de los peores momentos.
– J.C.J: No, yo no atribuiría a esta salida de Martin Schulz motivos tan cualitativamente elevados. Pero es verdad que he trabajado bien con Martin Schulz que por cierto, fue mi oponente a la presidencia de la Comisión. El y yo fuimos cabeza de lista, él de los socialistas y yo de los democristianos. Pero supimos establecer entre nosotros vínculos de trabajo intensos, incluso de complicidad. Porque nunca en la historia reciente de Europa las relaciones entre el parlamento europeo y la Comisión Europea han sido tan intensas y cordiales como lo han sido durante su presidencia del Parlamento.
– I.K.: ¿Pero su salida no va a debilitarle a usted?
– J.C.J: Yo no diría tanto pero va a faltar una complicidad que voy a echar de menos.
La UE: ¿Fortaleza o castillo de naipes?
– I.K.: Pero cada día más tenemos la impresión de que la Unión Europea es un castillo de naipes. En unos días los austriacos van a votar en unas elecciones presidenciales que podrían llevar al poder a un líder de la extrema derecha. Y esto podría llevar a un reféndum sobre la adhesión a la Unión Europea. ¿No le parece que todo esto es cada vez más preocupante?
– J.C.J.: Pero no podemos ni negar ni suprimir el derecho de los pueblos de Europa a expresarse por sufragio universal. Con respecto al referéndum sobre la adhesión a la Unión Europea, creo que no es prudente organizar tales debates. No porque dude del resultado final sino porque añadiría controversias a las ya de por si numerosas que hay en el seno de la Unión Europea. Por otro lado no creo que el próximo presidente de Austria, sea quien sea, vaya a lanzarse a una aventura como esa.
– I.K.: Lo cierto es que lo dice y lo ha anticipado.
– J.C.J: Si, bueno, yo he aprendido a diferenciar entre las declaraciones de campaña y las realizaciones concretas. Es bastante poco probable que uno se acostumbre a decir que las declaraciones de campaña son una cosa y que lo que se haga después sea otra diferente. Es una negación de la democracia. No se puede decir lo que sea durante las campañas electorales.
Austria, elecciones de alto riesgo
– I.K.: ¿Cree usted que Austria podría sufrir sanciones?
– J.C.J.: Nosotros decretamos sanciones en un momento autobiograficamente débil cuando la extrema derecha accedió a funciones de Gobierno en Austria. Fue un error porque no hace falta sancionar, castigar a un pueblo porque haya hecho una mala elección. Hay que discutir, dialogar, pelear con una realidad política que sea como la que usted describe, pero como el presidente austriaco tiene una función protocolaria …
– I.K.: ¡Por ahora!
– J.C.J: … más que tener una función de influencia política, no me complico mucho con ello a pesar de que yo no querría que el candidato de la extrema derecha ganara.
Juncker: La Comisión ofreció flexibilidad a Italia
– I.K.: El mismo día será Italia la que celebre un referéndum. Si pierde le podría costar el puesto al primer ministro Mateo Renzi y eventualmente acercar a los euroescépticos al poder. Euroescépticos que podrían poner el euro en peligro. Se abre un nuevo frente.
– J.C.J: Yo mantengo unas relaciones tranquilas con el primer ministro italiano.
– I.K.: ¿Tensas?
– J.C.J: No. Bueno, si. En apariencia tensas, pero estamos de acuerdo en lo esencial cuando hablamos cara a cara. En tanto que Comisión hemos hecho mucho por Italia e Italia ha hecho mucho por la Unión Europea. La manera en la que Italia lleva la crisis migratoria es de desde luego, ejemplar. Italia tiene razón cuando se queja del hecho de que otros europeos, no todos los europeos, de que otros europeos son insuficientemente solidarios con Italia. Porque Italia ha hecho esfuerzos enormes en la crisis migratoria y en la gestión de sus consecuencias.
Durante la campaña electoral para las elecciones europeas y ante el parlamento europeo en muy numerosas ocasiones incluido el momento de mi discurso de investidura he hecho un llamamiento a los europeos a ser solidarios con Italia y Grecia.
*- I.K.: Pero Italia le pide que sea usted más solidario con ella y también más flexibilidad presupuestaria. Lo que parece es que usted es más flexible con Portugal y con España. ¿Va usted a mostrar la misma flexibilidad con Italia? *
– J.C.J: Italia pudo gastar un poco más en 2015 y 2016 sin que se lo tuviéramos en cuenta. Con respecto al Pacto de Estabilidad, 19 mil millones de más. Si la Comisión no hubiera introducido en el arsenal de interpretación del pacto de Estabilidad elementos de flexibilidad, Italia debería gastar diecinueve mil millones menos de lo que va a hacer en estos momentos. Así que no tengo la impresión de que hayamos sido exageradamente severos con respecto a Italia. Constato por lo demás, que en otros países, Alemania, Austria, Holanda, soy criticado por ser demasiado blando con respecto a Italia. Haría falta que los estados miembros se pusieran de acuerdo en un mismo análisis.
Le Pen, ¿una bomba que no explotará?
– I.K.: Pasemos ahora a otras elecciones a las que me he referido al principio de esta entrevista. Porque, está claro que Francia va a ser lo más destacado en abril. Es la pregunta de un internauta, Robert Biddle, : “Si Marine Le Pen resulta elegida, ¿sería eso el úiltimo clavo en el ataúd del proyecto europeo?
– J.C.J: Es una hipótesis que no contemplo.
– I.K.: ¿Cual es la hipótesis que usted no contempla?
– J.C.J.: La hipótesis de que la señora Le Pen sería la futura presidenta de la República francesa. No lo va a ser.
– I.K.: ¿Es de verdad realista el que después del brexit usted pueda decir algo así con toda certeza?
– J.C.J: Mire, no hay que confundir ni a la gente ni a los países. El brexit tiene otras causas profundas que no podría tener una improbable victoria de la señora Le Pen en Francia. Así que no hay que hacer una amalgama que me parece peligrosa.
– I.K.: Piense en el caso de que fuera elegida. Creo que hace falta anticiparlo como una posibilidad, dados los resultados de las últimas encuestas.
– J.C.J: Usted se sigue fiando de las encuestas …
– I.K.: ¿Pero esta Unión Europea sobreviviría si llega a ser presidenta? Es una pregunta fácil.
– J.C.J: Eso es algo que no se plantea.
*- I.K.: En noviembre Alemania celebrará también elecciones. Entre la canciller alemana Angela Merkel y puede ser que frente a ella su aliado Martin Schultz, ¿por quién votaría? *
– J.C.J: Cada vez que interfiero en un debate electoral o en un referéndum en un país me preguntan a quien votaría yo. Soy democristiano, eso es evidente, y eso no es un contra argumento con respecto al señor Schultz, al que aprecio de una manera que con frecuencia molesta a otros democristianos.
¿Creará un precedente el brexit?
– I.K.: El brexit ha cambiado la correlación de fuerzas y ha llevado a la Unión, puede que a un punto sin retorno. Tengo una pregunta para usted de nuevo de un internauta…
– J.C.J: ¿Es británico?
– I.K.: No sé si es británico. Por su nombre yo diría que es alemán. Nikolas Neumann.
– J.C.J: Sí, es alemán.
– I.K.: Nikolas Neumann pregunta si el Reino Unido servirá de ejemplo para disuadir a otros candidatos a la salida de la Unión.
– J.C.J: Creo que la pregunta no se plantea en esos términos. Respecto al Reino Unido, yo no tengo un espíritu de revancha. Es la voz del pueblo británico vía el sufragio universal.
No quisiera que otros siguieran su ejemplo, pero no hay una necesidad de revancha. Hay que solucionar en primer lugar los problemas que se les plantean a los británicos, y después a los europeos. Trataremos que las relaciones entre las Islas británicas y el continente sigan siendo armoniosas, pero sabiendo que los británicos no pueden pretender tener las mismas ventajas que los Estados miembros de la Unión.
– I.K.: ¿Con qué estaría dispuesto a hacer concesiones? ¿Y qué no es negociable?
– J.C.J: En primer lugar usted no es la primera ministra británica, Theresa May, y por lo tanto no le revelaré, cosas sobre las que he de informar y que ya he dado a conocer a la primera ministra británica. Pero hay una línea roja, “a red line” como dicen los ingleses. Si el Reino Unido, su industria de exportación, sus servicios financieros quieren beneficiarse de los beneficios del mercado comunitario y si quieren tener acceso directo al mercado interior de la Unión Europea, será necesario que nuestros amigos británicos respeten los principios fundacionales que rigen el mercado interior. Por lo tanto, no es concebible que puedan beneficiarse del mercado interior sin respetar, por ejemplo, el principio de la libre circulación de trabajadores. No será posible.
Las relaciones entre EE.UU. y Europa sobrevivirán a la era de Donald Trump
– I.K.: En medio de estas crisis, tenemos a Donald Trump, que como usted ha mencionado le resulta difícil de valorar y apreciar.
– J.C.J.: Bueno, si a veces a mí me cuesta entender mi propia psicología, ¿cómo voy a aventurarme a examinar la psicología de los demás? Ya veremos más adelante. Las relaciones entre EE.UU. y Europa sobrevivirán…
– I.K.: ¿Y a Donald Trump? ¿Cómo le ve usted?
– J.C.J.: No le conozco. Pocos son los europeos, a parte de Nigel Farage, lo que le conocen personalmente. Ya veré, cuando tenga la oportunidad de entrevistarme con él, de abordar en detalle los temas que en este momento están en juego.
Moscú, respeto pero con sanciones
– I.K.: Y una de las cuestiones en juego son las relaciones con Rusia. El presidente Barack Obama y algunos líderes europeos dijeron que querían mantener las sanciones contra Moscú. Con Donald Trump en el poder en pocos meses, es algo sólo a corto plazo.
– J.C.J.: Nosotros no dependemos de las decisiones sobre política exterior de Estados Unidos. Estados Unidos hará lo que quiera hacer. Los europeos tienen sus propios intereses y deben gestionar su propio campo de acción.
– I.K.: ¿Apoya usted el mantenimiento de las sanciones?
– J.C.J.: Por el momento no veo argumentos que aboguen por el levantamiento inmediato de las sanciones contra Rusia. Pero me gustaría que hubiera un entendimiento que vaya más allá del marco ordinario. No se puede construir la seguridad en Europa sin Rusia. Eso hay que saberlo. La Unión Europea ocupa un área de 5,5 millones de kilómetros cuadrados. Rusia mide 17,5 millones de kilómetros cuadrados. Debemos tratar a Rusia como un gran conjunto y como una nación llena de orgullo. Hay que conocer la Rusia profunda, y sin embargo ignoramos muchas cosas sobre Rusia. Y me gustaría que con Rusia, dialogáramos de igual a igual, pues Rusia, no es tal como decía el presidente Obama “una potencia regional”, ese es un grave error de apreciación.
Las difíciles relaciones entre Turquía y la UE
– I.K.: Hablemos de Turquía pues es muy importante respecto a la gestión de la crisis migratoria. El presidente Erdogan profiere amenazas. ¿Es posible seguir negociando con él? ¿Puede seguir siendo un socio válido?
– J.C.J.: Turquía no sólo es un socio importante respecto a la crisis de migratoria. Evidentemente que lo es ya que Turquía acoge en su territorio a más de tres millones de migrantes y refugiados. Lo que Europa no hace. Así que me gustaría que Europa que se abstenga de dar lecciones a Turquía respecto a este tema. Turquía, Jordania y el Líbano están haciendo mucho más que Europa.
Así que hay que ser más modestos cuando se evocan estos temas. Pero, respecto a lo demás, Turquía es un socio clave para la UE y sus Estados miembros, por la localización en la que se encuentra. Dicho esto, Turquía ha avanzado mucho en términos de democracia durante la última década. Pero en los últimos dos años, especialmente en los últimos meses desde el golpe de julio se está apartando de Europa y cada día se está alejando más de Europa.
-I.K.: ¡Y viceversa!
– J.C.J.: No, no, en absoluto. No hay una animosidad contra lo turco. La cuestión que se plantea es si Turquía cumplirá o no todas las requisitos que debe cumplir para ser miembro de la Unión Europea. Creo que Turquía no se ha hecho la pregunta y por lo tanto nunca ha llegado a formular una respuesta.
– I.K.: Pero, ¿puede usted hablar con un presidente que es cada vez más y más autoritario?
– J.C.J.: Yo tengo que hablar y negociar con mucha gente. Incluyendo a personas cuya compañía no es muy agradable para mí. La Unión Europea tiene vínculos con regímenes destestables. Y de hecho, nadie se plantea la cuestión. Se habla de Turquía, es cierto, pero no se habla nunca de Arabia Saudí. Nosotros tenemos relaciones con todas las dictaduras, porque hemos de participar en la organización del mundo. Tengo reuniones regulares con el presidente de Turquía, que de vez en cuando son reuniones a cara de perro. Le conozco desde hace 17 o 18 años. Es decir, que nos conocemos…
El comisario Oettinger le saca los colores a Europa
– I.K.: Dentro de su propia comisión hay conflictos. Estoy pensando en el comisario Günther Oettinger, acusado en un escándalo de conflicto de intereses, de hacer comentarios racistas, xenófobos y sexistas. Pero usted, sigue apoyándole, incluso le ha promovido. Eso provoca cierta indignación, ¿no le parece?
– J.C.J.: Sí, bueno … no todo enfado es una indignación justificada. Yo no le he dado una promoción al Comisario Oettinger, sino que he reemplazado a la Comisaria del Presupuesto Kristalina Georgieva, que dejaba la Comisión Europea, por el Banco Mundial, por un Comisario que es miembro de la Comisión desde hace siete años y que conoce cómo funcionan los presupuestos de la Unión Europea. Y pocas personas los conocen tan bien como el comisario Oettinger. Él pronunció un discurso en Hamburgo con alusiones totalmente injustificadas y a petición mía se disculpó ante cualquier persona que pudiera haberse sentido herida por sus palabras. Y respecto al conflicto de intereses, yo no lo veo así, pudo haber un desacierto, pero no una falta.
Bruselas trata de meter en vereda a los comisarios
– J.C.J.: Es cierto que los miembros de la Comisión no deberían aceptar regalos que van más allá de un cierto precio, y es lo que hacen. Es cierto que cualquier contacto con un grupo de presión debe hacerse público, y eso es lo que hacen los miembros de la Comisión… Y el hecho de que el Sr. Oettinger, a petición del gobierno húngaro haya utilizado un avión puesto a su disposición por alguien que, sí, es un grupo de presión de alguna manera…
– I.K.: …así que sigue defendiéndole…
– J.C.J.: No, lo que creo es que la prensa debería ser menos maliciosa. El Sr. Oettinger respondió a una pregunta parlamentaria el 19 de mayo de 2016 respecto a ese viaje tan criticado hoy.. ¿Por qué después de tantos meses, la prensa internacional vuelve de nuevo a este caso. ¿No lo vió en aquel momento?
– I.K.: Porque ustedes tardaron unos meses antes de responder
– J.C.J.: Esto es grotesco, escuche no juegue a la periodista simplista. Todo estaba disponible en mayo y volvemos sobre este asunto…
– I.K.: No vuelvo sobre este tema para crear controversia, sino porque hay una serie de cuestiones, como aquellas declaraciones racistas y xenófobas que fueron toda una provocación … por eso vuelvo sobre el tema de los deslices del comisario Oettinger…
– J.C.J.: Creo que usted echa todo en el mismo saco. De hecho hemos cambiado el código de conducta de la Comisión y de eso se ha hablado muy poco. Yo propuse y me aseguré de que se respetara un período de “cool-off”, es decir, un periodo de dos años para los miembros de la Comisión, que no podrán aceptar otro puesto en el que haya un conflicto de intereses. Y debido al caso Barroso y su contratación por parte de Goldman Sachs, he propuesto que el Presidente de la Comisión, tenga una moratoria de tres años.”
– I.K.: ¿Pero bastarán tres años?
– J.C.J.: Tres años son 36 meses.
El plan Juncker
– I.K.: Para terminar, usted ha completado dos años de su mandato, y aún le quedan tres… ¿Qué se propone hacer de manera diferente?
– J.C.J.: Pues hacemos muchas cosas de forma diferente. La Comisión, que tengo el honor de presidir, ha presentado 10 prioridades, que se centran en los principales problemas de nuestro tiempo y ya no se preocupa por los pequeños problemas que pueden resolverse mejor a nivel nacional, por cada Estado, por los municipios, o a nivel regional. No queremos interferir de una forma casi obscena en la vida diaria de los ciudadanos europeos. Nos centramos en los grandes temas, la Europa digital, la Unión de la Energía, la Unión de los mercados de capitales y la política común de seguridad y defensa europea. En lo que se refiere a las competencias de la Comisión Europea, nos moderamos en los detalles, pero tenemos una gran presencia respecto a los temas importantes.
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