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La mujer en diez noticias breves

Por: Nazanín Armanian

El retroceso que han sufrido los derechos de la mujer a nivel global en las últimas tres décadas, a causa del agresivo avance del neoliberalismo militarizado y la injusta derrota (que no el fracaso) del socialismo, nos invita a replantear dos principales cuestiones: las prioridades del movimiento feminista a nivel mundial y regional y la búsqueda de formulas para hacer irreversibles los derechos conquistados. Aún hoy, las élites misóginas de 155 países se benefician de leyes que, bajo el nombre de dios, la tradición o la conveniencia, discriminan con impunidad a de la mitad de los ciudadanos.

Las mujeres fueron noticia en octubre por:

Las leyes de decenas de estados permiten que “niños varones de ocho y nueve años se casen con señoras de 40 o 50 años. Miles de chicos mueren la misma noche de bodas por las hemorragias o palizas que reciben para silenciar sus llantos. ¿No lo sabía? ¡Bueno, notica falsa! Son millones de niñas de estas edades, y siempre pobres, forzadas a convertirse en esclavas -esposas de hombres pedófilos-. Miles de ellas mueren el mismo día en el que los adultos (protegidos por las leyes o las malditas tradiciones preservadas por los poderes), les encierran en un cuarto con un hombre para que haga con ellas lo que desee. Rawan, una yemení de ocho años murió por la rotura uterina.

Dice Save the Children que cada siete segundos una niña menor de 15 años es casada. Las que sobreviven a la noche de terror pueden perder su vida en el primer parto. UNICEF, que insiste en que la educación transforma la vida de estas niñas y “les permite salir de la pobreza, reducir la mortalidad infantil y favorecer el crecimiento económico”, falta a la verdad y lo sabe. En algunas sociedades de Oriente Próximo las mujeres constituyen la mayoría de la población universitaria, y curiosamente gozaban de más derechos hace 40.o60 años que ahora bajo las dictaduras fundamentalistas y en medio de guerras imperialistas.

Dar prioridad a la educación es una cortina de humo para cubrir el principal problema de las niñas y mujeres: la feminización de la pobreza, y los conflictos bélicos por los que mueren cada día miles de niñas. Saber leer y escribir no les salva de estas desgracias. Por eso, se equivoca la niña paquistaní Malala Yousafzai, a la que el sistema le otorgó el premio Nobel de la Paz ,al afirmar: “Un niño, un profesor, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo”. En su encuentro con Barack Obama, no le echó en cara que fue EEUU quien creó el yihadismo en 1978. Los mismos que le dispararon a ella, envenenan el agua de las escuelas, lapidan a las mujeres y destruyen sus medios para vivir sin que sus posibles títulos académicos sirvan de salvoconducto, todo lo contrario. Sólo en Iraq, y sólo durante los bombardeos del 1991 durante la Guerra del Golfo Pérsico, EEUU destruyó unas 10.000 escuelas y casi todas las universidades, y tras el embargo que le impuso al país, prohibió artículos como lápices, papel y material informático, garantizando el regreso de Irak a la Edad de Piedra.

El Parlamento Europeo entregó el Premio Sájarov a la libertad de Conciencia 2016 a las activistas kurdo-sirias de la religión izadí, Nadia Murad y Lamiya Aji Basha, ex esclavas sexuales de Daesh. ¡Enhorabuena a las premiadas! Aunque, por un lado este grupo también ha violado y asesinado a cientos de mujeres árabes, turcomanas y de religiones chiíta, sunita y cristiana, entre otras. Por otro, la actual atención prestada a los kurdos por los organismos y países de la OTAN no es desinteresada: Hillary Clinton propone que los kurdos sean el Bulldozer de las tropas de EEUU en la zona.

Las mujeres y hombres refugiados empezaron a desaparecer de los medios cuando de repente apareció Nujeen Mustafa, la niña siria que con su silla de ruedas había llegado a Alemania cruzando nueve países. Me acordé de Paloma Soroa, la incansable luchadora por los derechos de los discapacitados, y me pregunté: ¿cómo es la vida de una mujer muda, sorda, ciega, o en una silla de ruedas en Afganistán, Yemen, Irak? Recomiendo el libro Mujeres, comunicación y conflictos armados.

El 66% de las cerca de 400 niñas nigerianas que habían conseguido huir de los terroristas de Boko Haram (¡y sin la ayuda prometida de varios países!) han sido agredidas sexualmente por los miserables oficiales del campo de refugiados. Su cuerpo o sus miedos son monedas de cambio para conseguir un vaso de agua, un trozo de pan.

En Polonia, decenas de miles de mujeres ocuparon las calles o hicieron “huelga doméstica”, dejando de realizar las tareas de casa, en protesta por la penalización del aborto. ¡Y consiguieron parar el proyecto de ley! A los dirigentes polacos, que se rasgan las vestiduras por la destrucción de una células a las que llaman “niño”, no les tiembla la mano lanzar bombas sobre Irak y Afganistán, matando a las personas formadas y nacidos.

Quince mujeres indias, entre ellas LaDonna Allard y Jaslyn Charger, pertenecientes a la tribu Sioux, son dirigentes de la resistencia a los militares que protegen la construcción del gaseoducto del sur de Dakota en EEUU que pasa por su territorio. Ya han demolido su cementerio sagrado. El racismo ambiental afectará a sus cultivos, a sus aguas y en general a un modelo de vida en armonía con el medio. Siguen luchando.

El miembro del Comité de Derechos Humanos del parlamento egipcio Elhamy Agina sugería someter a la prueba de virginidad a las estudiantes universitarias para mostrar que son “señoritas”, como condición para continuar sus estudios superiores. Pretende así evitar que las jóvenes utilicen el matrimonio Urfi, que no requiere la firma del tutor varón de la joven y es válido con la presencia de dos testigos. Es el mismo individuo que apoyó la mutilación genital femenina afirmando que así los hombres que padecen problemas sexuales podrán superar sus complejos estando con una esposa mutilada.

Michel Temer, el golpista que sustituyó a la presidenta Dilma Rousseff, no incluyó en su gabinete ni a una mujer ni a un negro. El país de la letra B de los BRICS, durante el mandato de Dilma, contó con seis mujeres entre 39 ministros. Es un duro revés para un país, cuyos hombres mataron, entre 2001 y 2011, a cerca de 50.000 mujeres.

En España, trece mujeres subieron al velero Zaytouna-Oliva dirección Gaza para denunciar el bloqueo que estrangula a cerca de dos millones de personas en la prisión más grande del mundo. Al mismo tiempo, las mujeres israelíes de Mujeres hacen la paz ocuparon las calles de Jerusalén, exigiendo al gobierno la vuelta a las negociaciones con Palestina, advirtiendo de las graves consecuencias de la desaparición del concepto de paz en la política del país.

Varias deportistas han boicoteado el Campeonato Mundial de Ajedrez Femenino de 2017, que se celebrará en Irán en febrero. Protestan por la obligatoriedad del velo para todas las mujeres, incluidas las extranjeras. Desde 1979, las mujeres de cualquier nacionalidad o credo que aparezcan en público sin el velo reglamentario son multadas y encarceladas. Obviamente, no se trata de la cultura del país, ya que en ese caso el velo no sería forzado. Esta prenda es sólo un símbolo de un sistema de Apartheid de género que niega los derechos y las libertades más elementales a la mitad de la población. Aunque ningún boicot cambiará esta política, ni hará suspender el torneo. Se trata de un gesto internacionalista y positivo.

Fuente: http://blogs.publico.es/puntoyseguido/3604/la-mujer-en-diez-noticias-breves/

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Educación critica y protagonismo cooperativo.

Por:  Rebelión.

Conferencia especial del teólogo y escritor brasileño Frei Betto en el Congreso Internacional de Pedagogía 2015 que concluye hoy en La Habana

La educación escolar tiene un papel fundamental en el proceso de transformación social. A semejanza de la política y la religión, la educación sirve para liberar o alienar; despertar protagonismo o favorecer el conformismo; propiciar en los educandos una visión crítica o legitimar el status quo, como si fuera insuperable e inmutable; promover una praxis transformadora o sacralizar el sistema de dominación.

En estos inicios del siglo XXI, la educación escolar difiere mucho de la que predominó en el siglo XX. Hoy en día, nuestra vida cotidiana se ve invadida por nuevas tecnologías que nos brindan, en tiempo real, informaciones capaces de incidir en nuestra forma de vivir y de relacionarnos (ciberespacio, relaciones virtuales, crisis de las ideologías libertarias, nuevos perfiles familiares y sexuales, monopolio y manipulación de la información, etc.).

Como vivimos un cambio de época y navegamos entre la modernidad y la posmodernidad, estamos amenazados por una crisis de la identidad teórica. El instrumental teórico que tanto nos confortaba e incentivaba en el siglo XX, y que nos parecía tan sólido, se desplomó con el Muro de Berlín. Al contrario de lo que pregonaban los manuales de vulgarización del materialismo histórico, la historia retrocedió en Europa del Este.

Setenta años de socialismo en Rusia no fueron suficientes para formar los tan anhelados hombres y mujeres nuevos, dotados de inquebrantables valores éticos, disposición revolucionaria y menosprecio a las seducciones del capitalismo. Hoy Rusia es uno de los países más corruptos del mundo, y en él impera una brutal desigualdad económica.

¿Qué faltó en la Unión Soviética? Faltó una educación que, más allá de la escolaridad, de la transmisión cultural del país y de la humanidad, inculcara en los educandos una visión crítica de la realidad y un protagonismo social transformador.

De hecho, en muchos de nuestros países, capitalistas y socialistas, la educación escolar se ha convertido en una prisión de la mente, donde las disciplinas curriculares se repiten sucesivamente, con vistas a la calificación de la mano de obra destinada al mercado de trabajo. No se ha reflexionado sobre la prioridad de formar ciudadanos y ciudadanas revolucionariamente comprometidos con el proyecto social emancipador.

Vivimos hoy una era de impasse con respecto al futuro emancipado. Estamos en el limbo del proceso libertario. Los movimientos, grupos y partidos de izquierda, cuando existen, parecen perplejos en lo que toca al futuro. Muchos ceden a la fuerza cooptadora del neoliberalismo y cambian el proyecto de liberación social por el mero usufructo del poder, aunque eso implique traicionar las esperanzas de los oprimidos y los fundamentos teóricos que originaron esas fuerzas sociales y políticas.

La hegemonía capitalista ejerce un poder tan avasallador que muchos abdican del propósito de construir un nuevo modelo civilizatorio. Poco a poco, como si se tratara de un virus incontrolable, el capitalismo se impone en nuestras relaciones personales y sociales. Nos vamos adhiriendo a la creencia idolátrica de que “no hay salvación fuera del mercado”. En la esfera personal, abandonamos nuestra ideología libertaria a cambio de una zona de comodidad que nos permite acceder al poder y la riqueza, lo que nos libra de la amenaza de integrar el contingente de 2,6 miles de millones de personas que sobreviven hoy con un ingreso diario inferiores a los 2 dólares.

Formación de conciencia crítica y de protagonistas sociales

La educación crítica es nuestro gran desafío en este mundo hegemonizado por el capitalismo neoliberal. Su principio es no formar meros profesionales calificados, sino ciudadanos y ciudadanas que sean protagonistas de transformaciones sociales. Por eso trasciende los límites físicos de la escuela y vincula a educadores y educandos a movimientos sociales, sindicatos, ONG, partidos políticos; en fin, a todas las instituciones que realizan actividades de transformación social. La educación crítica solo se desarrolla en sintonía con los procesos reales de emancipación en curso y las reflexiones teóricas que los fundamentan.

La educación que busca la formación de conciencia crítica y de ciudadanos militantes comprometidos con la transformación social debe tener en cuenta la intercalación de tres tiempos: el tiempo de las estructuras (más largo); el tiempo de las coyunturas (más inmediato y factible de cambiar a mediano plazo); y el tiempo de lo cotidiano (en el cual vivenciamos el conflicto permanente entre la satisfacción de nuestros intereses personales y la conciencia de las demandas altruistas, que nos exigen ser para los demás, o simplemente, ser capaces de amar).

El tiempo de las estructuras debe ser objeto de la educación escolar. Es él el que nos remite a la historia de la historia, a los grandes procesos sociales con sus avances y retrocesos, a los triunfos y las derrotas, a las virtudes y las contradicciones.

Mientras más conscientes son educadores y educandos del tiempo estructural, más se contextualizan y se entienden a sí mismos como herederos de una historia que avanza, en medio de dificultades, de la opresión a la liberación.

Tener conciencia del tiempo de las estructuras es tener conciencia histórica y no dejarse ahogar en el mar de contradicciones de los tiempos coyuntural y cotidiano. Cada uno de nosotros es un pequeño eslabón en la vasta corriente del proceso social. Solo si tenemos conciencia de la amplitud de esa corriente comprendemos la importancia del eslabón que somos. Una educación que no se abre al tiempo de las estructuras corre el grave riesgo de ser cooptada por la estructura mundialmente hegemónica.

El tiempo de las coyunturas es el de los cambios cíclicos que producen inflexiones en las estructuras, aunque sin alterarlas sustancialmente. Es la acumulación de coyunturas la que influye en el cambio del tiempo de las estructuras. El gran desafío consiste en saber cómo comportarse en determinada coyuntura para mejorar o transformar la estructura. La coyuntura es el presente, el aquí y ahora, mientras que la estructura, que condiciona las coyunturas, no es fácilmente perceptible, a menos que se tenga conciencia histórica para poder encuadrar la parte en el todo, el detalle en el conjunto, el presente en las causas del pasado y en las alternativas de futuro.

El tiempo de lo cotidiano es el del día a día, en el cual transitamos o tropezamos, movidos por ideales altruistas, solidarios, y, a la vez, atraídos por las seducciones del acomodo y el individualismo. Es en el tiempo de lo cotidiano que la educación actúa, permite una comprensión crítica de la coyuntura y despierta el imperativo de comprometerse con la transformación de la estructura.

Vivimos inmersos en ese tiempo cotidiano, muchas veces movidos por utopías libertarias y, al mismo tiempo, desanimados al percatarnos cada día de que la materia prima del futuro es humana, siempre frágil, ambigua y contradictoria.

La formación de conciencia crítica y protagonismo social es resultado de un proceso pedagógico que intercala los tres tiempos para evitar que nos perdamos en un idealismo cuyo discurso no se adecua a la realidad, o en la mezquindad de un cotidiano que no siempre refleja los valores en nombre de los cuales lo asumimos. Ese es el caso de los militantes supuestamente revolucionarios que hacen de su función de poder un nicho de acomodo burgués y provecho personal. Y ello se aplica al director de la escuela, al obispo de la iglesia, al gerente de la empresa, etc.

Es importante tener siempre presente que nuestro cotidiano transita bajo la hegemonía de un determinado proceso civilizatorio, el de la burguesía europea, y de un único sistema económico globalizado, el capitalista, aunque vivamos en un país socialista.

Por tanto, nuestro tiempo cotidiano debe aspirar a incidir en el tiempo coyuntural para poder modificar el tiempo estructural global. Para eso no bastan los principios teóricos y las prácticas colectivas. Es preciso que a los principios y las prácticas los oriente una ética que tenga en su centro los derechos de los pobres, los oprimidos y los excluidos. Sin esa alteridad amorosa, todo proyecto emancipatorio o revolucionario corre el riesgo de congelarse, aprisionado por sus propias estructuras de poder, emitiendo un discurso desvinculado de la práctica, abriéndole paso a la esquizofrenia de crear en el imaginario colectivo, en nombre de la emancipación, la expectativa de un futuro burgués para cada ciudadano y ciudadana…

Comparados con el tiempo veloz de los aspectos coyunturales y el tiempo aparentemente caótico de lo cotidiano, los cambios estructurales son lentos, procesuales, y solo se pueden evaluar debidamente sus avances cuando se ponen lado a lado las conquistas del presente con los atrasos del pasado.

De la educación individualista a la educación cooperativa

Desde Marx hasta la Teología de la Liberación, todos sabemos que no existirá emancipación plena sin la superación del sistema capitalista. Una educación crítica y liberadora no debe perder de vista esa meta. Debe despertar en los educandos una visión crítica que no se limite a consignas repetitivas, que más que profundizar la razón exacerban la emoción.

Aunque se viva en un país socialista como Cuba, todos estamos sometidos a la hegemonía del pensamiento único neoliberal y de la economía capitalista centrada en la apropiación privada de la riqueza. El neoliberalismo, como un virus que se propaga casi imperceptiblemente, se introduce en los métodos pedagógicos y las teorías científicas, en resumen, en todas las ramas del conocimiento humano. Así, instaura progresivamente ideas y actitudes que fundamentan la ética de las relaciones entre los seres humanos y entre los seres humanos y la naturaleza.

En la lógica neoliberal, la inclusión del individuo como ser social se mide por su inserción en el mercado como productor y consumidor. La posesión de mercancías revestidas de valor determina las relaciones humanas. Es el fetiche que denunciara Marx. Esa inversión de la relación –según la cual la mercancía tiene más valor que la persona humana, y la persona humana es valorizada en la medida en que hace ostentación de mercancías de valor– contamina todo el organismo social, inclusive la educación y la religión, como denunciara el papa Francisco el 22 de diciembre de 2014 al señalar las “15 enfermedades” que corroen a la curia romana.

De ello se deriva una ética perversa que subraya como valores la competitividad, el poder de consumo, los símbolos de riqueza y poder, la supuesta mano invisible del mercado. Esa perversión ética debilita a los organismos que fortalecen a la sociedad civil, como los movimientos sociales, los sindicatos, las asociaciones barriales, las ONG, etc. El patrón que se debe adoptar ya no es el de la alteridad y la solidaridad, sino el del consumismo narcisista y la competitividad.

¿Cómo superar hoy ese patrón de vida capitalista que, si no rige nuestro estatus social, muchas veces predomina en nuestra mentalidad? En eso a la educación le corresponde el papel preponderante. Entre otras cosas, porque la actual coyuntura no es proclive a los cambios estructurales por la vía del “asalto” al aparato del Estado. Eso no significa, como supone cierta parcela de la izquierda, que las revoluciones son hechos irrepetibles del pasado y, por tanto, ya no hay alternativa sino adaptarse al nuevo “determinismo histórico”: la hegemonía del mercado.

La historia demuestra que han ocurrido cambios estructurales significativos sin un “asalto” al Estado, como fueron el paso del esclavismo al feudalismo y del feudalismo al capitalismo. Hoy, una de las armas más poderosas para superar el capitalismo es una educación crítica y cooperativa, capaz de crear nuevos parámetros de conocimiento y promover nuevas praxis emancipadoras.

Es mediante la educación que se moldean las subjetividades que le imprimen significado a los fenómenos sociales. Con frecuencia sucede que se vive un antagonismo entre lo microsocial (pautado por la subjetividad) y lo macrosocial (pautado por las estructuras). En Cuba se encuentra un buen ejemplo: en la década de 1950, un grupo de jóvenes revolucionarios (microsocial) se hizo consciente, gracias a la educación política (subjetividad) de la importancia de modificar la estructura del país (macrosocial). Hoy Cuba es un país de estructura socialista, pero no todos los cubanos disciernen lo que eso significa, y algunos sueñan con disfrutar, bajo el socialismo, de un estilo de vida capitalista (microsocial).

La educación crítica y cooperativa es capaz de superar ese antagonismo al formar protagonistas o militantes que reproduzcan las bases materiales y espirituales del socialismo, cuyo sustento es la solidaridad.

Para ello, es necesario que la educación sepa situar a educadores y educandos en relación con el pasado y el futuro. Ello solo es posible a partir del aquí y el ahora, del presente. Es nuestro modo de pensar y actuar en el presente lo que resignifica nuestra manera de encarar el pasado y el futuro.

La educación tiene el poder necesario para destronar una racionalidad dominante e introducir otra, siempre que no sea meramente teórica y se vincule a procesos efectivos de producción material de la existencia. Resulta siempre oportuno recordar la observación de Marx de que no nos diferenciamos de los animales por nuestra capacidad para pensar (tal vez las abejas, por ejemplo, posean una lógica algebraica más depurada que la nuestra…), sino por la capacidad de reproducir nuestros medios de subsistencia.

Una educación crítica, liberadora, es la que aspira a conquistar la hegemonía mediante el consenso, mediante prácticas efectivas, y no mediante la coerción ideológica. Debe abarcar todas las disciplinas escolares, desde las ciencias exactas hasta la educación física, superando las relaciones fundadas en la economía del intercambio en aras de una economía solidaria, cuya base sea la cooperación.

Todos sabemos que las relaciones mercantilistas influyen en las concepciones de quienes las adoptan o se dejan regir por ellas. Para citar solo algunos ejemplos, esas relaciones acentúan el individualismo e inciden sobre los mecanismos de relacionamiento en el trabajo, la física moderna, la biología darwinista de la sección natural, etc. Ni siquiera la concepción mecanicista del marxismo, que profesaba la fe en un “irrefrenable determinismo histórico” logró escapar de su influencia. Es eso lo que índuce a los educandos a creer que el mercado obedece a una “ley natural”, y que fuera de él no hay alternativa… Es eso lo que nos lleva, literalmente, a torturar a la naturaleza para que nos suministre sus frutos cuanto antes.

Por tanto, debemos preguntarnos, ¿para qué sirve la educación? ¿Para adaptar a los educandos al status quo? ¿Para transmitir el patrimonio cultural de la humanidad como si fuera el resultado de la acción intrépida de héroes y genios? ¿Para formar mano de obra calificada para el mercado de trabajo? ¿Para adiestrar individuos competitivos?

Una educación crítica y solidaria engloba a todos los actores de la institución escolar: los alumnos, los profesores, los funcionarios y las familias de todos ellos. Y trasciende los muros de la escuela para vincularse participativamente con el barrio, la ciudad, el país y el mundo. Las puertas de la escuela permanecen abiertas a los movimientos sociales, los actores políticos, los artistas, los trabajadores. Y la óptica de su proceso pedagógico enfatiza esta verdad que la lógica mercantilista intenta encubrir: los fundamentos de la evolución de la naturaleza y de la historia de la humanidad están mucho más centrados en la cooperación, en la solidaridad, que en la selección natural, la competitividad y la exclusión.

Una educación crítica y cooperativa es deliberadamente contrahegemónica, y procura ubicar el destino de sus educandos en el destino global de la humanidad. El valor de la escuela se evalúa por su capacidad para insertar a los educandos y los educadores en prácticas sociales cooperativas y liberadoras. Por eso es indispensable que la escuela tenga claridad acerca de su proyecto político pedagógico, en torno al cual debe prevalecer el consenso de sus educadores. Sin esa perspectiva, la escuela corre el peligro de convertirse en rehén de la camisa de fuerza de su currículo, como un mero aparato burocrático de reproducción bancaria del saber.

Si queremos atrevernos a reinventar el futuro, debemos comenzar por revolucionar la escuela, transformándola en un espacio cooperativo en el cual convivan la formación intelectual, científica y artística; la formación de conciencia crítica; la formación de protagonistas sociales éticamente comprometidos con los desafíos de construir otros mundos posibles, fundados en la compartición de los bienes de la Tierra y los frutos del trabajo humano.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/educacion-critica-y-protagonismo-cooperativo/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/10/elespectador.jpg

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Cuestiones de mentalidad

Por: Graziella Pogolotti

Veloces pasan los días y van sumando años. Ha transcurrido un cuarto de siglo desde el derrumbe de la Unión Soviética y su consiguiente repercusión en lo psicológico y en lo económico. Bajo esas señales de desconcierto y precariedad crecieron los menores de 30.

Por la subestimación del otro que implica, nunca he simpatizado con las actitudes paternalistas. Prefiero acogerme al «empínate» de Mariana Grajales: un modo de estimular las capacidades latentes de cada cual hacia el logro de la plena realización personal y colectiva, nunca como vía para exacerbar la insaciable competitividad, fuente de angustia y frustración. Sin embargo, el modelo de justicia propuesto por el socialismo aspira a erradicar el tormento existencial de quienes viven bajo amenaza del desempleo, tanto como por la incertidumbre ante la enfermedad, la invalidez o el desamparo en la ancianidad.

Acontecimientos recientes evocan la cadena de suicidios producida por la crisis de las inversiones inmobiliarias y por las políticas de ajuste.

Con el triunfo de la Revolución, quedaron atrás situaciones que se abatían sobre las víctimas de desahucios y desalojos, sobre la orfandad de muchos. Los padres pudieron soñar con un futuro mejor para sus hijos. Muchos sintieron el orgullo de asistir a la graduación universitaria de quien estrenaba por primera vez un título, al cabo de una larga genealogía de excluidos. Sufrimos las limitaciones del racionamiento. Aprendimos a adaptar ropas usadas, a veces torpemente, para adecuarnos a la moda. En los 80 del pasado siglo, aparecieron los mercaditos.
Ya entonces, la nueva mentalidad que privilegiaba el reconocimiento al mérito, empezaba a mostrar fisuras inquietantes. Los juegos de azar no desaparecieron del todo y el mercado negro asomaba en la sombra. Algunos empezaban a «resolver».

La agudización de la escasez, compensada por el crecimiento de un mercado negro de dudoso origen, la pérdida del poder adquisitivo del salario, la presencia de una remuneración diferenciada en las empresas mixtas y en el turismo, tuvieron consecuencias de distinta naturaleza. Una creciente permisividad diluyó los límites entre lo legal y lo ilegal, inhibió los juicios de valor hasta entonces dominantes y removió las aspiraciones y perspectivas de vida. En el espacio familiar, niños y adolescentes observaron la duplicidad entre lo declarado de manera pública y la conducta. La voluntad de superación para acceder a un ejercicio profesional calificado cedió el paso a la preferencia a labores que ofrecieran ingreso inmediato más satisfactorio. Junto al trapicheo de mercancías, hubo ganancias jugosas derivadas del acaparamiento, el «desvío» de recursos y otras fuentes subterráneas.

De una antigua memoria, surgió el conocido perfil del «bicho» cubano. La estructura secular de la economía cubana, paliada por la Revolución al conceder atención prioritaria a los territorios situados más allá de la capital, sufrió un retroceso. Las ventajas históricas de La Habana con sus atractivos turísticos atrajeron un flujo de emigrantes dispuestos a cubrir plazas menospreciadas por los capitalinos y a cubrir oficios de baja calificación. Los reclamos del presente sustituyeron la proyección hacia el futuro. Esta mentalidad permeó la vida cotidiana, sin afectar valores esenciales construidos a través de un largo proceso histórico y afianzados por la política nacional e internacional alentada por la Revolución. La noción de prosperidad se asocia a la tenencia de dinero.

La actualización del modelo económico requiere el acompañamiento de políticas concertadas a partir de estudios que definan en términos concretos las situaciones urbana y rural de la heterogeneidad que nos caracteriza. Atajar los problemas de corrupción y su reflejo económico y moral, fortalecer el respeto a la legalidad, pueden conducir paulatinamente al rescate de un control social efectivo y consciente. Conocer la realidad y sus contradicciones en la base comunitaria contribuye a hacer más efectivo el trabajo en cada una de ellas.

La capacitación de los cuadros favorece un cambio de mentalidad conducente a adecuar lineamientos generales a lo específico de cada zona, tanto en la protección de los más vulnerables, como en el auspicio de fuentes locales de empleo. Herencia de antiguas rutinas, la autosatisfacción ante el cumplimiento mecánico de tareas sin tener en cuenta los objetivos propuestos debe ser desterrada. El amplio conglomerado institucional tiene que esforzarse por alcanzar lo más recóndito y llegar, como proclamaba la propaganda de una pasta dental, «hasta donde el cepillo no toca».

Desde lo local, es necesario conjugar la defensa de lo propio con la irrenunciable perspectiva integradora del país. Solo la articulación de voluntades en un proyecto común, renovador de las expectativas de vida, contribuirá a la solución de muchas dificultades que afectan a todos. En este sentido, cada minúscula batalla ganada acrecienta la confianza.

«El patio de mi casa es particular; cuando llueve se moja como los demás», decía una ronda de otrora. Somos solidarios en momentos críticos. Integremos ese sentimiento al día a día. Limpiemos el patio de todos para encontrar el granito de felicidad en una filosofía del buen vivir.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2016/06/13/cuestiones-de-mentalidad/#.V9FeyhJGT_s

Fuente de la imagen: http://cinereverso.org/?p=13303

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La editorial Dyskolo presenta un ensayo inédito de Manuel Sacristán

Prólogo de “La función de la ciencia en la sociedad contemporánea. Propuestas ecosocialistas alternativas”, de Manuel Sacristán

Salvador López Arnal
Dyskolo
Hoy 27 de agosto se cumplen 31 del fallecimiento del pensador Manuel Sacristán. Por tal motivo, y como reconocimiento a su labor intelectual, la editorial Dyskolo presenta en versión digital y con licencia creative commons una conferencia inédita del filósofo, junto con otros textos relativos al papel de la ciencia y los investigadores en el mundo actual. Sacristán fue uno de los filósofos españoles más importantes del siglo XX y una figura fundamental del pensamiento marxista y el compromiso político. Este ebook, cuyo título es “La función de la ciencia en la sociedad contemporánea. Propuestas ecosocialistas alternativas”, ha sido preparado y anotado por Salvador López Arnal. El texto siguiente es el prólogo de la presente edición.


La función de la ciencia en la sociedad contemporánea

Propuestas ecosocialistas alternativas

Manuel Sacristán Luzón

Edición, presentación y notas de Salvador López Arnal

Edición 1.0. agosto 2016

Código de registro Safe Creative: 1608259002944

epub: 487 Kb. / mobi: 558 Kb. / pdf: 181 pág.

Página del libro y descarga: http://www.dyskolo.cc/cat%C3%A1logo/lib021/




La decisiva importancia de una política de la ciencia aliada del movimiento obrero y de los nuevos movimientos sociales

En la información acerca del nacimiento de Mientras tanto que podía leerse en el apéndice del primer número, señalaba Manuel Sacristán Luzón (1925-1985), el director de la publicación, que «la orientación de la revista es sustancialmente la misma que mantuvo Materiales, aunque con la clarificación y la sedimentación debidas a la evolución de ciertos problemas durante estos dos últimos años». La evolución seguida, proseguía, no había sido para mejorar y había llevado «a una situación contradictoria que tiene precedentes de mal augurio».

Por un lado, la crisis mundial del capitalismo de finales de los años setenta del pasado siglo se extendía y se enquistaba; abarcaba desde «los hechos económicos básicos —el cansancio de los motores del crecimiento en la época de los «milagros económicos», la dificultad para llevar a cabo la reestructuración del capital fijo, el estancamiento con inflación, un paro de magnitud considerable y cuya raíz estructural es manifiesta, una crisis monetaria muy expresiva del final de una época que empezó precisamente con el esfuerzo más organizado que se haya emprendido en la historia del capitalismo por asegurar el orden monetario, etc.—», hasta fenómenos fuertemente llamativos de disgregación cultural «que culminan en una exacerbación de la insolidaridad individualista hasta llegar a la institución de la violencia verbal y física como forma corriente de relación en la vida cotidiana», pasando, al mismo tiempo, por un conjunto de dificultades políticas «que se pueden considerar como una crisis del estado, la cual no sólo arruina la ideología del estado-providencia o estado del bienestar que fue la gloria del capitalismo restaurado con la eficaz ayuda o incluso el protagonismo de los partidos de la II Internacional (absurdamente llamada socialista)», sino que hasta permitía pensar, por el estallido de los nacionalismos y particularismos en las tres monarquías más antiguas del occidente europeo, la española incluida por supuesto, «que se está debilitando la legitimación del estado burgués, o de la Edad Moderna, precisamente en las tierras en las que nació».

Pero, por otro lado, proseguía el traductor de Lukács y Adorno recogiendo las reflexiones e impresiones del colectivo editor, la gestión de la crisis estaba dando pie a un proceso de recomposición de la hegemonía ideológico-cultural burguesa. La contradicción era tan áspera que resultaba paradójica. Sin embargo, «nos parece que tiene una explicación bastante sencilla: esta profunda crisis básica capitalista, además de afectar a los países del socialismo que se llama a sí mismo «real» en la medida, mayor o menor, en que éstos son elementos parciales y todavía subalternos del sistema capitalista mundial», coincidía con una crisis de la cultura socialista —«en el amplio sentido ochocentista de esta palabra, que incluye el anarquismo»—, confundida por la crisis de una civilización de la que «no se distancia suficientemente (caso de los grandes partidos obreros), o reducida a una marginalidad casi extravagante» y, a menudo —añadía—, funcional al rasgo del sistema que Herbert Marcuse, un autor por él traducido, había llamado «tolerancia represiva».

El mal momento de la cultura socialista, del que Sacristán había alertado desde mediados de los años sesenta, sobre todo y especialmente desde la inadmisible invasión de Praga por las tropas del Pacto de Varsovia, tenía una consecuencia de particular importancia: «la incapacidad de renovar la perspectiva derevolución social». Precisamente porque la crisis de la civilización capitalista era radical, «la falta de perspectiva socialista radical facilita la reconstitución de la hegemonía cultural burguesa al final de un siglo que asistió por dos veces a su resquebrajamiento por causa de las guerras mundiales que desencadenó». La I y la II, y también la aún no concluida guerra fría.

Lo que era crisis de la economía y la sociedad capitalistas se veía, se solía ver superficialmente, «como desastre de la forma más reciente de ese sistema social, su gestión keynesiana y socialdemócrata». El neoliberalismo se había puesto ya en pie de guerra y aniquilación de las conquistas obreras. La identificación de la gestión socialdemócrata del capitalismo con el socialismo facilitaba un rebrote ideológico capitalista, «a veces financiado discretamente por alguna gran compañía transnacional».

Sin la adecuada réplica material ni ideal de un movimiento obrero cuyas organizaciones mayoritarias estaban entonces «tan identificadas con muchos valores capitalistas como lo está la parte de las clases trabajadoras a la que representan», las clases dominantes sin excepción habían pasado «a una ofensiva llena de confianza (y no meramente represiva)» que apenas nadie habría previsto años atrás. Esa ofensiva arrancaba de la esfera de la producción material, «con una política económica de sobreexplotación y un programa de fragmentación y atomización de la clase obrera en nuevos dispositivos industriales», se articulaba en el plano político con éxitos perceptibles, «el más importante de los cuales, la despolitización, se está logrando con la colaboración tal vez involuntaria, pero, en todo caso, torpe hasta el suicidio, de las organizaciones obreras», se arropaba, además, con el florecimiento de una apología directa e indirecta del dominio, la explotación y la desigualdad social por parte de intelectuales (los entonces llamados nuevos filósofos por ejemplo) que volvían a hacerse con «una orgullosa autoconsciencia de casta, y tiende a eternizarse mediante una «solución» final de las luchas sociales, a saber, el incipiente aparato represivo de nuevo tipo justificado por el gigantismo del crecimiento indefinido (cuya manifestación más conocida, pero en absoluto única, son las centrales nucleares) e instrumentado por los ordenadores centrales de los servicios policíacos de información».

Con esas hipótesis generales los editores de la revista intentaban entender la situación y orientarse en el estudio de ella, para el saber a qué atenerse de su admirado Ortega. El paisaje que dibujaban era oscuro en su opinión. Pero, precisamente porque era tan negra la noche de esta nueva restauración, podía resultar algo menos difícil orientarse en ella «con la modesta ayuda de una astronomía de bolsillo». En el editorial del nº 1 de la Materiales, una revista publicada por ellos mismos y algunos amigos más durante los años 1976 y 1977, habían escrito que sentían «cierta perplejidad ante las nuevas contradicciones de la realidad reciente». Aunque convencidos de que las contradicciones entonces aludidas se habían agudizado, ahora, sin embargo, se sentían un poco menos perplejos, lo que no quería decir más optimistas, respecto de la tarea que «habría que proponerse para que tras esta noche oscura de la crisis de una civilización despuntara una humanidad más justa en una Tierra habitable, en vez de un inmenso rebaño de atontados ruidosos en un estercolero químico, farmacéutico y radiactivo».

La tarea que, en su opinión, no podía cumplirse con agitada veleidad irracionalista, «sino, por el contrario, teniendo racionalmente sosegada la casa de la izquierda», consistía, en primer lugar y destacadamente, «en renovar la alianza ochocentista del movimiento obrero con la ciencia». Podía ser que los viejos aliados tuvieran dificultades para reconocerse, pues los dos habían cambiado mucho: la ciencia, porque desde la declaración de Emil Du Bois Reymond —ignoramus et ignorabimus, ignoramos e ignoraremos—, llevaba ya asimilado «un siglo de autocrítica (aunque los científicos y técnicos siervos del estado atómico y los lamentables progresistas de izquierda obnubilados por la pésima tradición de Dietzgen y Materialismo y Empiriocriticismo no parezcan saber nada de ello); el movimiento obrero, porque los que viven por sus manos son hoy una humanidad de complicada composición y articulación».

La tarea podía verse de varios modos, según el lugar desde el cual se emprendiera: consistía, por ejemplo, en conseguir que «los movimientos ecologistas, que se cuentan entre los portadores de la ciencia autocrítica de este fin de siglo», se dotaran de capacidad revolucionaria; consistía también, por otro ejemplo, «en que los movimientos feministas, llegando a la principal consecuencia de la dimensión específicamente, universalmente humana de su contenido», decidieran fundir su potencia emancipadora con la de las demás fuerzas de libertad; o consistía en que las organizaciones revolucionarias clásicas comprendieran que «su capacidad de trabajar por una humanidad justa y libre tiene que depurarse y confirmarse a través de la autocrítica del viejo conocimiento social que informó su nacimiento, pero no para renunciar a su inspiración revolucionaria, perdiéndose en el triste ejército socialdemócrata precisamente cuando éste, consumado su servicio restaurador del capitalismo tras la segunda guerra mundial, está en vísperas de la desbandada»; sino para reconocer que ellos mismos, los que vivían por sus manos, habían estado demasiado deslumbrados por los ricos, por los que Sacristán llamaba «descreadores de la Tierra».

Todas esas cosas se tenían que decir muy en serio. «La risa viene luego, cuando se compara la tarea necesaria con las fuerzas disponibles». Las suyas alcanzaban sólo para poner «cada dos meses noventa y seis páginas a disposición de quien quiera reflexionar con nosotros acerca de todo lo apuntado». Quienes de verdad tenían la palabra eran los movimientos potencialmente transformadores, «desde las franjas revolucionarias del movimiento obrero tradicional hasta las nuevas comunidades amigas de la Tierra». Sólo cuando unas y otras coincidieran en una nueva alianza se abriría una perspectiva esperanzadora. Mientras tanto, como en el «Grito hacia Roma» de García Lorca, ellos intentarían entender lo que pasaba y allanar el camino, por lo menos el que había que recorrer con la cabeza.

En ese camino que había que recorrer con la cabeza, en ese intento de nueva alianza del movimiento obrero con la tecnociencia contemporánea, la política de la ciencia, una política de la ciencia de orientación socialista y ecologista, era esencial. En este libro recogemos los dos nudos señalados, dos de las grandes aportaciones del profesor expulsado de la Universidad de Barcelona en 1965 por su militancia antifascista: el análisis del papel de la tecnociencia en la sociedad contemporánea y las propuestas alternativas para construir y abonar una ciencia de orientación anticapitalista y socialista.

No fueron éstas las únicas intervenciones de autor de Panfletos y Materiales en este ámbito esencial, en la que sin duda fue una de sus preocupaciones centrales hasta sus últimos días. No fueron las únicas, como decía, pero sí acaso dos de las más representativas. Siguen siendo de “gran actualidad” (los clásicos juegan siempre con ventaja) para saber a qué atenernos nosotros en nuestro mundo, en el mundo de nuestra hora.

Las notas finales de cada apartado son mías. He respetado el tono y construcción de las intervenciones orales en mi transcripción con alguna ligera modificación en caso de repetición de términos. En ambas conferencias.

Si mi tarea de editor-anotador-presentador tiene algún mérito, a la memoria de Manuel Sacristán y Francisco Fernández Buey me gustaría dedicarlo. También a Eduard Rodríguez Farré del que no dejo de aprender prudencia, conocimientos y compromiso social. Y amistad a lo lejos y hacia dentro.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Imagen tomada de: http://66.media.tumblr.com/9c53065af32bb97ccc71f233bfa42328/tumblr_inline_obqu2fNxu51r2k793_500.jpg

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”Siria es una democracia revolucionaria en manos de las clases patriotas”

Por: La Haine.org
Entrevista realizada al investigador marxista vasco José Antonio Egido sobre la agresión imperialista a Siria.

José Antonio Egido, reside en Venezuela desde hace varios años, es escritor, profesor universitario, marxista y militante independentista vasco que integró en su momento la mesa de dirección de la organización Herri Batasuna. Egido, como profundo estudioso de los temas de Medio Oriente, colabora con las cadenas televisivas Telesur, Hispan TV y Russian Today, y es el autor del libro “Siria es el centro del mundo”, recientemente presentado en Venezuela, Argentina y Europa. Su texto es un análisis fundamental sobre la verdad de lo que ocurre en Siria y en la región de Medio Oriente.

1. ¿Cuando se fundó la República Árabe de Siria?

 La República se funda cuando el ocupante imperialista francés se retira en 1946 del territorio que había ocupado por las armas tras la primera guerra mundial en 1920.

2. ¿Cuales fueron las circunstancias de proclamación de esta república?

Cuando triunfó la Gran Revolución Socialista de Octubre los bolcheviques descubrieron en la cancillería rusa un acuerdo secreto entre los imperialistas ingleses y franceses por el que se repartían como si fuese de un pastel de cumpleaños el Oriente Medio árabe. Son los infames acuerdos de Sykes-Picot. Londres se quedó con Irak, Jordania y Palestina (que ocupaba el actual territorio de Israel) y París con Siria, Líbano y la provincia hoy turca de Alexandrette que entonces estaban unidos. Londres creó Irak y la monarquía jordana y entregó Palestina a la colonización sionista en virtud del documento Balfour. París tras aplastar la resistencia siria dividió el país en tres pedazos, inventó Líbano, entregó Alexandrette al régimen turco y se quedó con Siria. De todo ello hablo en detalle en mi libro “Siria es el centro del Mundo” que edita en España la editorial proletaria Templando el Acero. En una entrevista en Telesur hablo de la partición de Oriente Medio por los imperialistas ingleses y franceses https://www.youtube.com/watch?v=R09CAN9UEfY

3. ¿Quienes fundaron la República Árabe de Siria en el año 1946?

La burguesía siria de las grandes familias de Damasco, Hama, Homs y Alepo pero su incapacidad en conducir el país hizo que el poder pasase a los militares revolucionarios, la pequeña burguesía antiimperialista, la clase obrera y el campesinado con el Partido Baas (del Renacimiento) Árabe Socialista y sus aliados nacionalistas, socialistas y comunistas.

4. ¿Esta nueva república obtuvo progresos democráticos y económicos para su pueblo?

Mientras estuvo el poder en manos de la burguesía terrateniente y comerciante no hubo progresos. Con el proceso de unidad estatal entre Egipto y Siria en 1958 bajo el nombre de República Árabe Unida hubo algunas reformas. Ese proceso correspondía a la voluntad panárabe del presidente egipcio Gamal Abdel Nasser y del partido Baas sirio pero fracasó por culpa del hegemonismo egipcio. El 8 de marzo de 1963 al llegar el Baas al poder comenzó un periodo de mejoras no libre de contradicciones. En 1964 el país pasó a llamarse República Popular Democrática de Siria. En los 80 mejoraron las conquistas sociales y al comienzo del siglo XXI hubo a la vez un desarrollo y una política liberal que agravó las desigualdades sociales y creó condiciones favorables para que el islamo fascismo reclutase a alguna gente descontenta.

5. Algunos medios de comunicación señalaban a Siria como un gobierno autoritario que se comportaba como una monarquía ¿Que hay de verdad en esta acusación?

Los imperialistas occidentales odian a Siria porque es el centro de la resistencia y del panarabismo. Es normal que la calumnien de todas las formas posibles como hacen con todos los países progresistas y revolucionarios. En Siria hay una democracia revolucionaria en que los obreros y campesinos tienen un espacio electoral propio para asegurar su representación política en la Asamblea del Pueblo lo que en una monarquía capitalo-imperialista como España es algo inimaginable. Ahora bien, Siria ha sido siempre un país en guerra latente o abierta con el enemigo sionista y la militarización obligatoria no ayuda a la ampliación de las libertades democráticas pero es un requisito de supervivencia.

6. ¿En Siria esta garantizado la sanidad, educación y pensiones a los obreros que allí viven?

Siria es un régimen tan social y progresista que según los progresistas norteamericanos atiende mejor a los millones de refugiados llegados de Irak a resultas de la bárbara invasión imperialista de 2003 y de Líbano a resultas de las agresiones sionistas de 2006 que lo que los sirios son recibidos por la Unión Europea. Más detalles en mi libro “Siria es el centro del Mundo”. Siria con la fracción progresista del Partido Baas Árabe Socialista desde 1966 que se consolida bajo el presidente Hafez Al Assad se convierte en una democracia revolucionaria administrada por el Frente Nacional Progresista en el que los comunistas sirios y otros progresistas han desempeñado un rol significativo. La fracción derechista del Baas que tomó el poder en 1964 agredió a la izquierda pero salió del poder en 1966 y terminó refugiada en el vecino Irak dominado desde 1968 por otra fracción rival del mismo partido Baas.

Tras 6 años de brutal ataque de los terroristas enviados por los países de la OTAN, Israel, Turquía y sanciones de la Unión Europea la economía ha sufrido muchísimo y muchos derechos básicos como el de la vida, el trabajo, la vivienda, la alimentación, la sanidad y la protección social están lógicamente afectados. La prioridad absoluta es resistir con las armas en la mano a los invasores terroristas y luego reconstruir el país.

7. ¿Se perseguía la religión en Sira antes de la guerra contra el terrorismo y sus financiadores?

Siria fue durante varios siglos provincia del Imperio Otomano. El Sultán otomano que se apoyaba en el Islam suní ortodoxo perseguía a las sectas heterodoxas musulmanas como los alauíes, chiíes y de rusos pero respetaba a los cristianos de varias corrientes y a los judíos. La fracción de extrema izquierda baasista en el poder de 1966 a 1970 llegó a ofender los sentimientos religiosos de la población que es ampliamente musulmana, error muy grave que favoreció los planes de la contrarrevolución de la burguesía reaccionaria. La Siria baasista con Hafez Al Assad ha construyó con prudencia y sabiduría un equilibrio muy saludable entre las diversas corrientes y sectas religiosas para favorecer la unidad de la sociedad, la preeminencia de la clase obrera y campesina y la ideología panárabe socialista, antiimperialista y antisionista. Las minorías y la mayoría se sentían cómodas. La agrupación fascista apoyada por el servicio secreto inglés de los “Hermanos Musulmanes” atizó la división religiosa entre suníes y alauíes. Se levantaron en armas en 1982 pero fueron derrotados.

8.¿Se respetaba la libertad religiosa y de culto?

Plenamente. No sólo eso. La sociedad siria está acostumbrada al intercambio fraternal entre seguidores de diversas religiones: los cristianos van a rezar a algunas mezquitas musulmanas como por ejemplo la Gran Mezquita de los Omeyas en Damasco donde reposa la tumba de San Juan el Bautista, los cristianos ortodoxos rezan en ocasiones en las iglesias de los cristianos siriacos y católicos y viceversa, los suníes rezan en los templos chiíes, algo realmente hermoso.

9. ¿Como fueron los progresos de educación en Siria desde la fundación de la república en 1946?

Siria es uno de los países más educados, cultos y refinados de todo el Mundo árabe y exportaba maestros y educadores en lengua árabe a otros países árabes.

10. ¿Nos podría contar más detalladamente los progresos económicos de Siria para los que desconozcamos?

Siria implantó el método soviético de planificación central que le permitió crecer económicamente. Su reforma agraria creó un sector estatal pero protegió las granjas privadas para hacerlas más productivas y conseguir el autoabastecimiento alimentario. El país se esforzó en industrializarse y ha llegado a contar con el mejor sector textil del mundo árabe. Muy importante también ha sido su industria farmacéutica. La ayuda soviética le permitió disponer de una industria petrolera que le supuesto buenos ingresos en la era de altos precios petroleros. Hoy todo destruido por la salvaje agresión dirigida por el imperialismo. Aun así Siria exporta aceite a Rusia para pagar los créditos que recibe para mantener el esfuerzo militar de autodefensa.

11. Algunos compañeros me han dicho que en Siria, Bashar Al-Ássad, perseguía a tribus árabes que ahora son protegidas por el DAESH ¿Que hay de verdad en esto?

Las tribus árabes que existen sobre todo en el norte y este del país hasta donde yo sé son partidarias del Baas y del gobierno. Hay que reducir la cantidad de “enteraos” que se nutren por Antena 3 o los panfletos de la IVª internacional.

12. ¿Es Siria un gobierno uni-partidista?

La preeminencia es del partido mayoritario Baas (que en árabe significa “resurrección”) árabe socialista que gobierna con sus aliados del Frente Nacional Progresista, entre ellos los nacionalistas árabes, los comunistas y el Partido Nacional Social Sirio. El cambio constitucional de 2011 amplió el pluralismo político. Me refiero extensamente en mi libro ya mencionado. Estudio con detenimiento la composición del nuevo comité central del Baas creado para enfrentar la guerra de agresión en el que fueron depuradas las tendencias más burocratizadas y aburguesadas y el ala izquierda vinculada a los campesinos, sindicatos de trabajadores y estudiantes y mujeres cobró más fuerza.

13. ¿Cual es el partido de Bashar Al-Ássad y no podría contar resumidamente su historia?

Es el Partido Baas Árabe socialista cuya historia, fundadores, recorrido, contradicciones, tendencias, aciertos, errores y filosofía hablo extensamente en mi libro. Por supuesto en España hay un silencio absoluto en los medias pero también en medios académicos al respecto. La madre religiosa Agnes de la Croix ensalza el gran éxito del Baas sirio de crear una sociedad estable y unida en medio de heterogéneos componentes clasistas, religiosos, tribales y culturales. Es un eje fundamental de la organización y resistencia del Pueblo sirio junto al Ejército Árabe Sirio.

14. ¿Cuales fueron las relaciones internacionales de Siria y cuales son las de ahora?

Francia intentó prolongar su dominio instalando en el poder a militares formados en sus academias militares. Pero las fuerzas populares y revolucionarias conquistaron su hegemonía para reforzar su independencia antiimperialista. Se acercó mucho al Egipto de Nasser como hemos mencionado. Tuvo en la URSS y en el campo socialista un aliado fiel que ayudó a su desarrollo económico. Se convirtió en los años 80 en el corazón del “Frente del No” formado por los Estado árabes más revolucionarios: Irak, Libia, Argelia, Yemen Democrático y la OLP. Al negarse a aceptar la guerra injusta lanzada en 1980 por el Irak de Saddam Hussein contra la Revolución Islámica de Irán forjó una alianza con Irán que se ha fortalecido en el tiempo hasta el punto de que Siria, Irán y el partido Hezbolá del Líbano integran un sólido Frente de la Resistencia. Hoy su alianza de combate con la Rusia de Vladimir Putin representa una ayuda militar preciosa para enfrentar a la horda criminal enviada por el imperialismo para destruirla y hacer del país otro campo de ruinas y de muerte como son hoy Irak, Afganistán, Gaza y Libia y nido de mafias como Kosovo tras ser invadidos y atacados por el imperialismo.

15. ¿Que personas y países apoyaron la creación de esta República Árabe Siria?

La creación de la república independiente siria la apoyó la lucha esforzada y enérgica de su propio pueblo árabe sirio.

16. ¿El gobierno Sirio está controlado por la familia de Bashar Al-Ássad?

Es una ridiculez que propala el imperialismo. Siria es una democracia revolucionaria en manos de las clases patriotas, los trabajadores, campesinos, pequeña burguesía revolucionaria y burguesía nacional, hoy todas ellas vistiendo uniforme de combate en las filas del glorioso Ejército Árabe Sirio, Ejército de la Defensa Nacional, milicias del Partido Baas y de los otros partidos progresistas militarizados y otros comités populares de autodefensa. El presidente Hafez al Assad es muy respetado por haber dado una base económica, política, ideológica y militar sólida a la República y el actual presidente Bashar al Assad se ha impuesto como líder indiscutido de todo el país por su extraordinario coraje, sangre fría, serenidad, lucidez, iniciativa política y patriotismo dando un ejemplo de combatividad a todo su pueblo en los dificilísimos momentos que vive. Bashar al Assad es sin la menor duda uno de los mejores, sino el mejor hombre de Estado que ha tenido la Nación Árabe al menos en un par de siglos. En países vecinos como Libano, Palestina, Irak, Jordania y Egipto goza de gran simpatía como símbolo de la resistencia árabe.

17. ¿Quienes son los rebeldes Sirios y quienes los apoyan?

No hay rebeldes sirios. Hay cientos de grupos sanguinarios entrenados en campos terroristas sobre todo en Turquía bajo supervisión del servicio secreto turco MIT, encuadramiento de la CIA, el M6 y la DGSE y amplia financiación de los Estados wahabíes archirreaccionarios de Arabia “Saudí” y Qatar. Llamar “rebeldes” a criminales que han cometido los peores crímenes contra la Humanidad, la paz y los derechos humanos que recuerda la Historia es ensuciar esa hermosa palabra. El proyecto ideológico de esas bandas de asesinos wahabíes/salafíes/takfiríes que originalmente se llamaron “Ejercito sirio libre”, luego Frente Al Nusra, fracción siria de Al Qaeda y hoy tienen la hegemonía del “Estado islámico” es la peor dictadura fascista que una mente puede imaginar. Los crímenes sin cuento cometidos por esa horda genocida en Idlib, Rakka, Alepo, Deir Ezzor, Palmira, Homs, Hama, Maalula y otras partes de Siria hablan muy bien del horror que espera al pueblo sirio si la República Árabe llegase a caer en sus manos.

18. ¿Hay o han habido presos políticos en Siria desde 1946?

Claro que los ha habido. A Siria le costó mucho llegar a la estabilidad política, se sucedieron golpes de Estado traumáticos desde 1946 hasta 1970. A partir de esa fecha el país se desarrolló y estabilizó. Siendo una democracia revolucionaria las fuerzas enemigas que se levantaron con las armas contra el poder fueron perseguidas. No es sorprendente que los enemigos conectados con el extranjero lo hayan sido también. Lo más sorprendente es que militantes de partidos progresistas que apoyaban al gobierno baasista también en ocasiones pasaron por la cárcel. Pero la cultura política siria es menos violenta que la de su vecino país, también mayoritariamente árabe y ampliamente musulmán, de Irak. Allá se sucedieron desde 1958 revueltas, masacres, exterminio de comunistas, represalias, purgas violentas dentro del propio partido Baas hasta llegar al clímax con la brutal invasión imperialista de 2003 y el abismo de horror, atentados sangrientos y matanzas comunitarias que asolan este país que tuve el honor de visitar en 2000melilla en el marco de la Campaña Estatal por el Levantamiento de las Sanciones contra Irak que dirigía el entonces amigo Carlos Varea González cuyas posteriores posiciones en contra de Siria deploro.

19. Sabemos que no solo Siria lucha contra los terroristas que están produciendo tantas desgracias, Rusia , los Kurdos , la República Islámica de Irán y otras organizaciones progresistas condenan al DAESH y lo combaten. ¿Cree usted que lo que está ocurriendo en Sira es la autentica cara del imperialismo y que ahora mas que nunca hay que apoyar a Bashar Al-Ássad?

El imperialismo muestra en cada una de sus agresiones, guerras de exterminio, invasiones, masacres, conspiraciones, política de bloqueo y sanciones, campañas de mentiras y provocaciones, organización de sanguinarias bandas de criminales, destrucción de pueblos y países enteros, saqueo de su patrimonio cultural, expolio de sus riquezas naturales, farsas jurídicas, manipulación del derecho internacional, soborno y corrupción, golpes de Estado, destrucción del medio ambiente y otras acciones similares su naturaleza inequívocamente bárbara e inhumana absolutamente incompatible con la vida en nuestro planeta y la dignidad de nuestra especie. En Siria se muestra con particular horror y crueldad. Es un deber absoluto de todo progresista y de todo ser humano honesto dar un apoyo irrestricto a la política de resistencia inclaudicable del pueblo sirio encabezado por su líder el Presidente de la Republica y secretario regional del Partido Baas árabe socialista Bashar al Assad.

20. ¿Tiene que ver algo el petróleo que tiene Siria con la guerra que esta calcinando EE.UU, OTAN y otros países occidentales?

Tiene que ver el saqueo del petróleo, el control de las rutas de transporte de gas natural y el robo de su riqueza pero tiene más que ver con hacer desaparecer a Siria como corazón fundamental del ideal panárabe antiimperialista, antisionista, socialista y revolucionario.

 Fuente: http://www.lahaine.org/rsiria-es-una-democracia-revolucionaria

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En el Capitalismo, la teología concreta del Dinero y el Crédito, ha reemplazado al Dios inexistente

Rusia/Julio de 2016/kaosenlared

Por: Hersh Zakheim

Con el auge de las ciencias, se inició el ocaso en la búsqueda de Dios. Las clases explotadoras reemplazaron a las religiones, en el manejo de la ignorancia y el dominio sobre los pueblos, con el Dinero y el Crédito. Hoy este Dios del Capitalismo, comparte su reinado con las religiones.

Lo que voy a comentar en este artículo,  no constituye novedad alguna,  para aquellos que militan en el anticapitalismo conscientemente.

Tampoco  pretende este articulo,  disertar sobre el concepto  Dinero,  cuyo análisis  se profundiza objetivamente,  en la Teoría del Valor de Marx.

Pero tiene un objetivo concreto,  especialmente en estos días,  contrastar el rumbo y el ejercicio de  esta  “religión” capitalista, con lo que la experiencia directa me proporciono,  en los años que estuve en la ex URSS.

No quiero que me crean nostálgico, pues muchas veces  les cuento mi experiencia personal en la ex URSS, donde tuve la oportunidad durante más de 40 años, de conocer las características del experimento Socialista en la realidad,  pero es que justamente en este tema del Dinero,  es imposible evitar la comparación.

Y comprobar una vez más,   el ocultamiento interesado de aquella experiencia socialista,  ante los ojos de la juventud actual, operada por todos los medios de comunicación del capitalismo,  y de la mano de los intelectuales que le sirven.

Táctica basada  en la utilización publicitaria,  de la derrota sufrida  por el experimento socialista de la URSS,  en manos de la codicia oscura de sus burócratas,   herederos de la dictadura estalinista.

Combinada con  la tergiversación permanente,  de la realidad de la vida en la ex URSS,  en los 70 años que duro el ejercicio de ese socialismo real.

En un mundo enloquecido,  por los cambios estructurales dentro del capitalismo actual, donde la vaciedad doctrinaria  de la  financiarizacion, reemplaza la impronta productiva,  que constituía la bandera histórica  del Capital.

Donde además vivimos una época de desintegración. Hay varias guerras  en curso Afganistán, Siria, Yemen, Libia, Irak, Nigeria,  Somalia, además de Turquía contra los Kurdos, conflictos permanentes ente Israel y Palestinos,  etc., configuran el panorama de la decadencia capitalista,  que ya no puede detener,  la anarquía de sus objetivos y organizadores. En medio de este mundo  insisto, es necesario analizar los elementos y las ideas, que construyen la subjetividad de los seres humanos de la época  .Entre ellos ocupa un  lugar fundamental,  el Dinero y el Crédito.

Como medio de  la satisfacción inmediata  del deseo,  el Dinero  ha resultado  un somnífero,  a la angustia existencial  ancestral,   que produce el  sin sentido de la vida.

Todo lo que se mueve en las relaciones económicas y sociales de estas últimas décadas,  con el avance incluso de la tecnología,  la informática etc., colaboran con las  prácticas de formato religioso, que giran alrededor del Dinero y del Crédito.

Aquella ideología política,  que logre el consenso,  para anular en la economía de la sociedad humana el uso del Dinero, podrá sin duda ejercer el dominio de las conciencias humanas,  en un mundo mejor.

Para ingresar en una sociedad más justa, más solidaria, y posiblemente más feliz, no se trata solo de reemplazar la función actual en el uso práctico del dinero,  como representación de los bienes materiales y los servicios de todo tipo,  sino fundamentalmente impedir su posibilidad de utilizarse  como unidad de atesoramiento y acumulación individual.

Y eso significa explicarles a los trabajadores,   cómo funciona la Biblia del Capitalismo

De allí surge la necesidad  de  concientizarlos,  sobre la apropiación por las clases dominantes,  de los medios de producción y la acumulación de lo robado, en el proceso de explotación de la mano de obra ajena.

Hay que explicar que el Dinero,  siendo la   representación física del valor de los bienes  producidos  por  los trabajadores, también representa el excedente apropiado  por los patrones explotadores.

El dinero representa en este sistema social el valor del trabajo humano y es de allí la importancia que tiene entender  lo ideológico,  que encierra su uso y acumulación. El que acumula dinero está acumulando trabajo humano, robado a los muchos trabajadores,  por los pocos  dueños de los medios de producción

Para ello hay que explicar simultáneamente, todas las formas del culto al dinero, empezando por  el Crédito, y los Bancos Privados, como institución madre y su representación más común,  que como las tarjetas de crédito,   crean el dinero después de haberse terminado el dinero.

En la ex Unión Soviética, las características de una economía basada en los principios socialistas , existió con los vaivenes propios de un nuevo experimento en la vida real, durante 70 años desde 1917 a 1987, allí   existía el Dinero, pero  no existía el Crédito. No era necesario.

El Dinero cumplía la función práctica,  a la que está destinado en la sociedad pre comunista. Representar el valor de los bienes y los servicios,  mientras la producción no alcanzara a cubrir las necesidades de todos, e  hiciera  innecesario el uso del Dinero.

No se utilizaba para el atesoramiento individual,  pues este estaba prohibido. Nadie podía acumular más,  de lo que necesitaba básicamente para vivir.

El Crédito no era necesario, pues no existía la empresa privada, no existía la publicidad comercial, que empujara a la compra compulsiva,  no existían  los productos pensados exclusivamente  para vender,   y la economía nacional estaba planificada,  en consecuencia el Crédito no tenía sentido alguno.

Y menos aún,  el que cumple en la sociedad capitalista,  adelantar en el tiempo la satisfacción  del deseo individual,  independientemente de que el objeto de  ese deseo tuviera carácter superfluo. Ya que  la satisfacción de necesidades materiales,  en el régimen socialista planificado, tenía en cuenta la importancia de los bienes requeridos y respetaba un orden de  prioridades, basadas en un principio de solidaridad con los más necesitados.

Los ahorros en dinero, que no eran excesivos ni generalizados,  pues el salario,  único ingreso de todos los soviéticos,  estaba calculado por la economía planificada,  para cubrir sin excesos las necesidades básicas.

Los soviéticos los depositaban en el Banco del Estado,  único existente. Y este les pagaba el 3% anual de intereses. Por otra parte la seguridad  de la atención sanitaria, educativa gratuita y la jubilación asegurada igual al salario, hacían  innecesaria la acumulación de ahorros en el Banco.

Y como tampoco existía la renta,  pues nadie  era dueño de propiedades,  más allá de la suya donde vivía, el movimiento del Dinero era escaso y se utilizaba fundamentalmente para la alimentación y vivienda.

Recordar que con el 10 % de su sueldo,  el trabajador soviético cubría el costo de su vivienda, la energía que utilizaba, gas electricidad, Todas las demás prestaciones en Salud, educación y esparcimiento era provisto por el Estado.

Revivir permanentemente ante los jóvenes,  lo positivo de los 70 años de experimento socialista en la Ex URSS, es obligación de aquellos que creemos, en la viabilidad del Socialismo en la sociedad humana.

Afectuosamente

Hersh Zakheim

Fuente: http://kaosenlared.net/en-el-capitalismo-la-teologia-concreta-del-dinero-y-el-credito-ha-reemplazado-al-dios-inexistente/

 

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Capitalismo casi antónimo de Democracia

Por Manuel E. Yepe

El orden socioeconómico capitalista es sinónimo de libertad… siempre que usted acepte que la primera de las libertades la disfrute el capital, y que el dinero pueda ser libre para comprarlo todo. Cuando se restringe la capacidad del dinero para adquirir los bienes que sustentan la vida en sociedad o se impide que éstos se comporten a la manera de una mercancía más, susceptible de ser comprados y vendidos, se restringe al capitalismo.

Por eso es tan importante para el capitalismo que la conciencia ciudadana sea manipulada para fijar la idea de que capitalismo es igual a democracia y que cualquier atentado contra la libertad del dinero para adquirir cualquiera de los bienes terrenales y morales del hombre es una agresión contra la democracia.

Lamentablemente, la organización social en que vive el mundo es el capitalismo y son pocos los países cuyos pueblos han logrado- o luchan aun por hacerlo- que no sean las clases adineradas las que detenten el poder político y hayan emprendido, con dificultades enormes, rutas distintas a ese orden económico, político y social.

Por ese motivo, las reglas de juego que rigen las relaciones internacionales en el planeta en forma de leyes, prácticas sociales y tradiciones, tienen todas -o casi todas- una fundamentación conveniente al orden burgués.

Hay veces que la dictadura global capitalista se ejerce con mayor violencia que otras, pero siempre subyace una lucha entre los ricos empoderados y los pobres que sufren las consecuencias de tal prerrogativa ajena.

Cuando las condiciones lo permiten, las oligarquías se obligan a hacer concesiones a sus “sometidos” en aras de evitar que éstos se vean estimulados a recurrir a su ventaja numérica y se organicen para un enfrentamiento que perturbe de alguna manera su orden.

Pero, con igual o mayor prontitud, suelen reaccionar las clases adineradas cuando su hegemonía se encuentra en peligro y acuden al recurso de apoyarse recíprocamente en defensa de sus espurios intereses explotadores.

Los privilegiados se preguntan cómo sería un país donde los médicos, los educadores, los tribunales, los gobiernos, los medios de producción y de servicios, los medios de información, las expresiones culturales y hasta las condiciones para hacer el amor estuvieran al servicio de todos por igual en una sociedad en la que el dinero no pueda determinar diferencias en la calidad y urgencia de las prestaciones.

Algo así, consideran, distorsionaría el precario y asimétrico equilibrio actual de casi todas las sociedades nacionales; el capitalismo precisa que tales ideas continúen al margen de las aspiraciones ciudadanas.

¿Por qué aceptar que, en caso de enfermedad, una persona con recursos económicos se vea condenada a la misma calidad de atención e iguales condiciones de tratamiento y posibilidades de curación que los que carecen de ellos?
¿Es lógico que los descendientes de personas adineradas deban compartir las mismas aulas y calidad de educación con los hijos e hijas de las familias pobres?

¿Es racional que pobres y ricos sean juzgados, si delinquen, con el mismo rasero, o que compartan galeras en prisión cultos millonarios corruptos con rústicos y hambrientos delincuentes comunes?

¿Por qué candidatos a cargos de gobierno, en sus campañas electorales, han de prescindir de las donaciones que les hagan las personas más ricas, influyentes y responsables de la sociedad, a fin de que, en su futuro desempeño como dirigentes, se consideren obligados a proteger prioritariamente la seguridad de los capitales de las corporaciones y los del segmento más importante y poderoso de la nación?

Para el capitalismo internacional, la prensa sólo se considera democrática en un país donde esté permitido al capital privado comprar emisoras de radio y de televisión, periódicos, revistas, agencias de noticias o cualquier otro medio para así cuidar que lo que se publique sirva a sus intereses, que son los determinantes en el conjunto de la sociedad.
El orden burgués valora también como lícito que el disfrute de lo mejor del arte y la cultura nacional e internacional esté limitado a la élite culta de la sociedad que es capaz de sufragar, mediante la publicidad, el precio de sus costosas realizaciones, o de pagar onerosos billetes de entrada a los espectáculos.

¿Acaso no considera natural y lógico que todo en la sociedad esté estructurado de modo que el atractivo principal para la relación de géneros sea el dinero y la posición económica, y que la competitividad y la lucha por la ganancia sean los motores del progreso en cualquier nivel?

La historia registra la existencia de una supuesta democracia esclavista en Grecia y los capitalistas han pretendido apropiarse del término cual si fuera privativo de su ordenamiento socioeconómico, pese a ser el vocablo “capitalismo” casi antónimo de “democracia”, un término sólo reclamable etimológicamente por el “socialismo”.

*Fuente: https://manuelyepe.wordpress.com/2016/06/14/capitalismo-es-casi-antonimo-de-democracia/

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