El BM y UNICEF destinan mil millones de dólares a educación en países en desarrollo

Redacción: EFE

El Banco Mundial (BM) y UNICEF anunciaron hoy que destinarán 1.000 millones de dólares para promover la educación, las habilidades y la capacitación laboral de los jóvenes en países en desarrollo con el objetivo de mejorar sus perspectivas de empleo.

«Cuando millones de jóvenes ingresan a la fuerza laboral en los países en desarrollo, les importa a ellos y al mundo entero que puedan encontrar empleos decentes», apuntó la directora ejecutiva del BM, Kristalina Georgieva, en un comunicado.

La nueva asociación dedicará 1.000 millones de dólares en inversiones a través de Generation Unlimited (Generación sin límites), una iniciativa global organizada por UNICEF.

Lanzado hace poco más de seis meses, Generation Unlimited es un programa que tiene como objetivo ayudar a preparar a 1.800 millones de jóvenes en su transición al mundo laboral.

«Con las habilidades y oportunidades adecuadas, los jóvenes pueden impulsar el crecimiento y la prosperidad globales. Debemos trabajar juntos para invertir en educación, capacitación, empleo y espíritu empresarial para que puedan alcanzar su potencial», agregó Georgieva.

El BM y UNICEF pretenden acelerar los cambios en los programas escolares de la educación formal para que las habilidades y el conocimiento se alineen con las demandas del lugar de trabajo y mejorar el acceso a planes de capacidades fuera de la educación formal, incluso en situaciones de crisis y áreas propensas a emergencias humanitarias.

Investigaciones citadas por el BM muestran que aproximadamente un tercio de los jóvenes de hoy, es decir, unos 620 millones de personas, la mayoría mujeres, no tienen empleo ni reciben educación o la capacitación.

De hecho, la gente joven tiene casi tres veces más probabilidades que los adultos de estar desempleados.

«Sin empleos dignos y la dignidad del trabajo, millones de ellos quedarán excluidos del progreso mundial hacia el crecimiento, la prosperidad y la estabilidad», anotaron los expertos de la institución multilateral en un análisis.

En este sentido, la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, destacó la importancia de invertir para transformar los sistemas educativos en los países de desarrollo para que exista una mayor dedicación a la capacitación laboral.

«A través de esta colaboración del Banco Mundial y Unicef, Generation Unlimited puede ayudar a apoyar esta transformación y crear un conjunto de jóvenes mejor preparados para formar economías prósperas y sociedades pacíficas», puntualizó Fore.

Fuente: https://www.efe.com/efe/america/economia/el-bm-y-unicef-destinan-mil-millones-de-dolares-a-educacion-en-paises-desarrollo/20000011-3947583#

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¿Maestros y libros para los ricos, robots y pantallas para los pobres?

Autora: Mercedes Mateo

Entre los grandes objetivos de los sistemas educativos está el de promover aprendizajes que preparen a los niños y jóvenes no solo para el mundo laboral

Cuando se habla sobre tecnología para la educación se piensa en tablets, laptops, robots o plataformas interactivas con las que los chicos aprendan mejor o más rápido habilidades nuevas (codificación) o tradicionales (matemáticas). Planteado así, parece inevitable imaginarse que los estudiantes o escuelas de más altos ingresos sean los que más acceso tengan a este tipo de recursos. Pero, ¿qué pasaría si el acceso a la tecnología en los próximos años no sea un privilegio, sino la forma más barata de acceder a servicios educativos?

Así empezaba un artículo publicado recientemente en The New York Times: “La hipocresía prospera en la Escuela Waldorf de la Península en el corazón de Silicon Valley. Aquí es donde los ejecutivos de Google envían a sus hijos a aprender a tejer, escribir con tiza, practicar nuevas palabras jugando con una pelota y fracciones cortando quesadillas y manzanas. No hay pantallas, ni una sola pieza de contenido interactivo, multimedia y educativo. Los niños ni siquiera toman exámenes estandarizados (…)”.

Sorprendente ¿no? América Latina y el Caribe está invirtiendo cada vez más en equipamiento tecnológico y recursos digitales para cerrar la brecha de habilidades en el mercado laboral y la de aprendizajes entre estudiantes de altos y bajos ingresos. Al contrastar estos esfuerzos con la descripción del New York Times sobre cómo aprenden los más privilegiados, vale la pena preguntarse si la tecnología, después de todo, podría aumentar la inequidad en habilidades y aprendizajes.

Los aprendizajes que más importan: cuáles y por qué

Entre los grandes objetivos de los sistemas educativos está el de promover aprendizajes que preparen a los niños y jóvenes no solo para el mundo laboral, sino también para contribuir a crear sociedades más prósperas.

Se sabe que para acceder a buenos trabajos, se requiere una combinación de habilidades técnicas y habilidades blandas. Esto en sí no es nada nuevo. Lo que sí está cambiando es la distribución relativa de ambas. A pesar de que las habilidades cognitivas siguen estando fuertemente relacionadas con resultados en el mercado laboral (en términos de participación e ingreso), su importancia ha venido cayendo en las últimas dos décadas, mientras que los retornos a las habilidades blandas han ido aumentando. Esta tendencia no es casual: para sobrevivir en el mundo de la automatización, es prioritario enseñar a los jóvenes lo que no pueden hacer las máquinas, porque los trabajos que requieren imaginación, creatividad y estrategia son más difíciles de computerizar.

Un dato interesante viene de un estudio de Google en 2013 realizado para entender si su estrategia de reclutamiento enfocada en “habilidades duras” en ciencias de la computación era la adecuada. Los resultados arrojaron una realidad incómoda: siete de las ocho cualidades más importantes que compartían los empleados de más alto desempeño eran habilidades blandas como ser un buen coach, comunicar y escuchar bien, conocer bien a sus colegas, empatía, pensamiento crítico y resolución de problemas y conectar ideas complejas. Las competencias técnicas en STEM vinieron en último lugar.

Aprender tejiendo: algo más que trendy

Ante este auge de las habilidades blandas, aprender a tejer, escribir con tiza o practicar nuevas palabras jugando con pelotas son actividades que van más allá de una moda de Silicon Valley. Este tipo de educación se convierte en una estrategia para innovar, como bien decía aquel artículo del New York Times: “Mientras que la razón de ser de Silicon Valley es crear plataformas, aplicaciones y algoritmos para generar la máxima eficiencia en la vida y el trabajo (un mundo “sin fricciones”, como Bill Gates una vez lo expresó), cuando se trata de sus propias familias (y desarrollar también sus propias empresas), los nuevos maestros del universo tienen un sentido diferente de lo que se necesita para aprender e innovar: es un proceso lento e indirecto, hace falta serpentear, no correr, permitir el fracaso y la casualidad, incluso el aburrimiento “.

Para cerrar la brecha de habilidades en la región no podemos olvidar los fundamentos que subyacen detrás de este enfoque, pero sin perder de vista tampoco que el cambio tecnológico viene a ritmo galopante y ofrece nuevas posibilidades de las que niños y jóvenes se pueden beneficiar. Mantente conectado para leer el próximo artículo: ¿Tejer o surfear? Potenciales peligros de la tecnología para los aprendizajes.

Fuente: https://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/470274-maestros-libros-ricos-robots-pantallas-pobres/

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