América del Sur/ Colombia/ 23.04.2019/ Fuente: www.eltiempo.com.
El tema no es nuevo. Aunque hoy se llamen ‘mandalas de la prosperidad’, ‘fractales’, ‘telares de la abundancia’, ‘de sueños o de la prosperidad’, esos sistemas piramidales no son más que una estafa común desde hace años, pero que en las últimas semanas ha tenido componente adicional que la vuelve más truculenta: captar solo mujeres y usar al feminismo como bandera para el fraude.
Desde hace días por grupos cerrados de Facebook y por chats de Whatsapp circulan invitaciones para hacer parte de una “economía solidaria, sagrada o colaborativa”. En los comentarios de esas publicaciones hay denuncias y alertas sobre el robo; respuestas que apelan a la solidaridad de las mujeres, a la espiritualidad o a la vibra femenina para justificar las ganancias, y también mensajes con gráficos que explican con lujo de detalles cómo funciona el esquema.
En cuestión de semanas se ha pasado del rumor de una pirámide secreta y cerrada para que “las mujeres cumplan sus sueños” a invitaciones abiertas en casas y centros comunales en varios barrios de Bogotá sin la advertencia de que las posibilidades de “cobrar” esos jugosos pagos es, además de finita, ilegal.
Los casos se han incrementado tanto, que a pesar de que la Superintendencia Financiera ya tenía en el radar el tema de los telares desde 2016, el martes debió sacar una sacar un comunicado (ver archivo) para volver a advertir sobre lo que ellos mismos han llamado un engaño.
“El dinero no crece en los árboles, no se multiplica sin que exista una actividad financiera real y lícita que genere ingresos. En este caso, se captan ilegalmente los recursos de 8 o más personas, quienes a su vez vinculan a otros aportantes de dinero que se obligan a la misma acción, al punto que si no se logra completar la estructura, no se contará con el dinero para que se cumpla con lo prometido”, alerta la entidad.
El gancho con el que se intenta vender este nuevo sistema usa al feminismo y disfraza los aportes económicos como parte de la sororidad o solidaridad entre mujeres, lo que evidencia que los cerebros detrás de la estafa estudian y estructuran bien el discurso para el público que quieren convencer.
“Lo que intentan hacer los organizadores de estas estafas para lograr que eso dure la mayor cantidad de tiempo es vender un cuento, porque estos esquemas se han vuelto más sofisticados al utilizar conceptos psicológicos. En el caso de las mujeres hay una cohesión o un pegamento social que las une: unos miedos, unas motivaciones, unas ambiciones y unos intereses que las pueden unir”, expone Martín Jaramillo, economista del Spring Hill College de Estados Unidos.
Las primeras reuniones suelen ser presenciales o a través de un sistema de videollamada llamado Zoom donde están chicas de diversas partes del mundo.
El dinero no crece en los árboles, no se multiplica sin que exista una actividad financiera real y lícita que genere ingresos
“Todo empieza como una charla sobre el patriarcado, la forma en la que rige la economía y cómo las mujeres quedamos por fuera del sistema. De ahí en adelante te explican el esquema con una historia de una antropóloga que vio cómo funcionaban unas supuestas castas femeninas en África y cómo ese modelo se podía aplicar en Occidente. La explicación siempre está apelando a la sororidad, la ayuda entre mujeres, el merecimiento del dinero y la revolución feminista que apunta a cumplir los sueños, a ser la elegida. “¿Cuál es tu sueño? ¿Qué deseas conseguir?, esas son las preguntas constantes”, explica Adriana*, una mujer que estuvo en una de las reuniones en Bogotá.
El origen de esta estafa no es claro. En algunos informes aparecen alusiones al libro ‘El millonésimo circulo’ escrito en 2004 por Jean Shinoda Bolen, doctora en medicina, psiquiatra y escritora estadounidense, que se vende en Amazon como una “guía esencial para los círculos de mujeres”.
“’El millonésimo círculo’ o ‘El centésimo mono’ se basa en una hipótesis muy sencilla y cuyo mecanismo es posible aprehender de forma intuitiva e inmediata: cuando un número crítico de personas cambia su modo de pensar y de comportarse, la cultura lo hace y comienza una nueva era. Este libro propone la posibilidad de que los círculos de mujeres puedan acelerar el cambio de la humanidad a una era post-patriarcal”, dice la reseña en la misma plataforma.
Si bien la autora ha escrito otros libros en los que apela al feminismo, no ha sido impulsora y hasta ahora no ha estado involucrado en estructuras piramidales.
El otro fundamento de esta estafa también proviene de un libro escrito en 2006, pero mucho más popularizado debido a la película que lleva el mismo nombre: Comer, Rezar y Amar.
“En una de las reuniones se habló de que el modelo del grupo era muy parecido a una escena de ese libro en la que la protagonista pide a sus amigos que, en vez de darle regalos para su cumpleaños, hicieran una donación para ayudar a comprarle una casa a Tutti, una niña de Bali, cuya madre perdió su dinero para conseguir la custodia de su hija tras separarse de su esposo. Al final consigue 18 mil dólares por la donación y cumple su sueño. Ese esquema era lo que nos vendían”, explica Mariana, otra de las participantes.
Cualquiera de las dos teorías ha funcionado para movilizar a más participantes, llamadas también “tejedoras”, a quienes se les pide reiteradamente ser selectivas al momento de compartir la información. Una de las imágenes que circulan en los grupos así lo demuestra.
Con esta imagen ilustran las invitaciones a formar parte de los telares.
Los invitados a participar deben cumplir con un estricto control de confidencialidad, no hablar del tema con personas ajenas al esquema, garantizando así además el anonimato, otra de las características de este tipo de engaños.
“Es muy constante que estén pidiendo escoger bien a las personas a las que llevas. Se habla de confianza extrema, de alejar a gente enemiga de los sueños de las mujeres o de personas que no creen en la abundancia”, afirma Adriana, quien reconoce que en las reuniones también se llega a hacer énfasis sobre no hablar de estos temas con hombres cercanos como esposos, novios, amigos o padres.
¿Cómo funciona?
El esquema funciona como un multinivel. Se ingresa con un aporte económico de 1.440 dólares o 4.500.000 pesos colombianos, pero la cifra no es dada al azar. De acuerdo con la teoría del mandala o telar, los números suman nueve en honor a los meses de gestación.
Con este dinero, denominado el “regalo”, la participante podrá recibir hasta ocho veces su valor, siempre y cuando “invite” a más personas que también hagan su “regalo” para ir conformando los diferentes círculos de la estructura que está denominada con los elementos de la naturaleza: agua, tierra, aire y fuego.
Cada telar está conformado por 15 personas: En el nivel del fuego hay 8 mujeres, 4 en aire, 2 en tierra y 1 en agua.
Fuego: Las ‘mujeres fuego’ son las que están en la base de la pirámide. Ellas entregan el dinero, y, a veces, una carta con propósitos. Al entregar el dinero a la ‘mujer agua’, que es la cima de la estructura, esas ‘mujeres fuego’ se convierten en ‘mujeres aire’.
Aire: El objetivo en este punto es difundir la información y captar a dos mujeres más que compartan los ideales de esa estructura. Cuando las cuatro ‘mujeres aire’ consigan sus dos amigas y ellas se comprometan con el esquema, las ochos nuevas se convertirán en fuego y las ‘mujeres aire’, serán ‘mujeres tierra’.
Tierra: El compromiso de este punto es organizar la “ceremonia”, como denominan la entrega del dinero a la mujer que ocupa la posición de agua. En ese evento se cuenta a nuevas mujeres sobre la existencia del telar para volver a comenzar con nuevas estructuras.
Agua: En esta posición la mujer recibe su “regalo” de las otras 14 personas que componen la célula. Es decir obtiene 36 millones de pesos. De ese dinero, saca 4.500.000 para darle a la mujer agua a la que le dio por primera vez el dinero y que se ha convertido en su hermana mayor.
Hermana Mayor: Es un nivel arriba de la mujer agua. Como ella ya recibió el dinero acompaña a su célula para que todos terminen el ciclo con éxito. Hace las veces de asesora.
Agua Mayor: Esta figura no existe en todos los telares, pero su tarea consiste en hacer capacitaciones masivas e incluso internacionales para seguir captando más participantes. La mayoría de estas captaciones se hacen a través de Zoom. Cada nivel debería, en teoría, durar una semana.
El principal impedimento para dar con las cabezas responsables o detectar la captación ilegal de dinero es que la plata que se mueve dentro de la red se entrega personalmente y por ende no hay movimientos financieros que se puedan rastrear o que puedan ser detectados como fraudulentos.
¿Por qué matemáticamente no funciona?
“Ningún activo en el mundo puede hacer eso con un nivel de riesgo relativamente aceptable. Ni los grandes inversionistas pueden aspirar a ese tipo de retorno, inclusive siendo las mejores. Esto es algo completamente insostenible y eso debe prender una alarma”, explica Jaramillo.
El economista asegura que la vida en años de una pirámide se puede contar con los dedos de una mano.
“Eventualmente va a colapsar porque la confianza se empieza a deteriorar cuando las personas se dan cuenta de que no hay nada sostenible, cuando ya se vuelve cada vez más difícil conseguir más gente”.
Una evidencia de la eminente caída de este sistema en Colombia es que en las últimas semanas las redes sociales se han llenado de invitaciones para unirse, algo que rompe la regla de la confidencialidad.
Según la Superintendencia Financiera, estos esquemas carecen de legitimidad y no cuentan con respaldo por parte del Estado Colombiano.
“Tanto quien administra como quien promueve y facilita el crecimiento de la estructura puede ser responsable del delito de captación masiva y habitual de dinero”, explica en su circular. Este práctica es un delito consignado en el Código Penal colombiano puede dar penas de entre 10 y 20 años de cárcel y una multa de hasta 50 mil salarios mínimos legales mensuales vigentes.
“Si para dichos fines el agente hace uso de los medios de comunicación social u otros de divulgación colectiva, la pena se aumentará hasta en una cuarta parte”, dice el Código Penal.
Estos telares ya habían estado en Colombia y la Superfinanciera había dado alerta de ellos en 2016 y 2017. Sobre estas estructuras hay denuncias en países como Argentina, España, Perú, Chile, México y Venezuela, entre otros.
En Colombia, el caso más recordado es el de DMG, la captadora ilegal de dinero más grande que ha tenido el país, que dejó en 2009 más de 240 mil víctimas a las que todavía se les adeuda más de 1 billón de pesos.
Si usted es víctima de un caso así o tiene información y quiere denunciar, aquí está la ruta para poder hacerlo.
CINDY A. MORALES* y LAURA ROBLES
Creadoras del podcast Degeneradas
*Subeditora de ELTIEMPO.COM
En Twitter: @cinmoraleja
En Twitter: @LauRobles
Este jueves 14 de febrero, usted puede unirse a la conversación en nuestras redes sociales con la etiqueta #LaEstafaDeLaAbundanciaEs.
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