19 Febrero 2017/Fuente: diariodesevilla/Autor: Encarna Maldonado
- Isabel Grana inició en 2001 en la Universidad de Málaga, junto a Carmen Sanchidrián y Francisco Martín Zúñiga, el estudio de la depuración de los profesores durante el franquismo.
- El equipo ha revisado 2.445 expedientes de docentes de institutos de toda España que fueron investigados por el régimen para comprobar si eran afectos al sistema.
- El 27% de ellos fueron sancionados, algunos, como Antonio Machado, incluso después de muertos. También ha analizado la depuración en las escuelas normales que formaban a los maestros a través de vías alternativas, porque esos archivos han desaparecido.
-¿Qué significa para un país depurar a sus maestros?
-Significa poner en tela de juicio su esencia y su historia, porque la educación es la transmisión de los valores que tenemos no sólo como personas, sino como unidad nacional.
-Ha estudiado durante años cómo el franquismo investigó a los profesores de instituto y de las escuelas normales que formaban a los maestros. ¿Qué es lo que más le ha impactado?
-Muchas cosas. De hecho, hemos dejado esta investigación por salud mental. Ya no podíamos más. Me ha llamado la atención el expediente a una profesora sancionada porque su marido era manifiestamente republicano. Finalmente la confirmaron con los mismos argumentos porque al ser mujer de tenía, como buena esposa, que seguir a su marido y hacer lo que él dijera. Otra profesora fue sancionada primero por la República por ser de derechas y católica. Al comenzar la Guerra Civil el Gobierno republicano también depuró porque no quería profesores que no fueran de su cuerda. Sin embargo, al terminar la guerra volvió a ser sancionada por haberse quedado en la zona republicana. Acabó en un sanatorio psiquiátrico.
-¿Maestros y profesores siempre bajo sospecha?
-Gil de Zárate, director general de enseñanza a mitad del siglo XIX, dijo en el Congreso: «Admitámoslo, quien controla la educación controla el país». Si te fijas, en Europa, donde no hay fronteras y donde las leyes permiten la libre circulación de estudiantes universitarios, cada país sigue teniendo leyes educativas propias, porque la identidad de un país se transmite a través de la educación obligatoria.
-¿Sigue el pulso Iglesia- Estado?
-Sí. La Iglesia se encargó de la formación hasta la mitad del siglo XIX cuando se conformaron los estados nación y los gobiernos quisieron el control de la educación. La Iglesia se negaba porque suponía perder influencia, y hasta hoy.
-¿Cuál es el problema actual de la enseñanza?
-Ser analfabeto ahora no es no saber leer y escribir, sino no saber interpretar lo que se lee y escribe. Nos falta que todos esos analfabetos dejen de serlo. Necesitamos una educación crítica que enseñe a pensar y es complicado sobre todo porque la escuela en este momento se está quedando muy sola. Las redes sociales, que tienen cosas buenas, aquí no hacen ningún favor. Si un niño lee algo en una red social y el maestro le dice lo contrario, él cree lo que ha leído en internet. La autoridad de la escuela se ha difuminado. Antes lo que decía un maestro iba a misa, ahora los padres le dicen al maestro lo que tiene que hacer. Por ejemplo, hay un movimiento contra los deberes.
-¿Es un desafío a la autoridad del maestro?
-De alguna manera. No quiero decir que los niños deban hacer cuatro horas de deberes al día pero tampoco los padres tenemos que decir a los maestros qué tienen que hacer.
-El fondo, entonces, es falta de reconocimiento social.
-La falta de reconocimiento está ahí. Aquí todo el mundo entiende de educación. El padre dice qué tiene que hacer el maestro, los niños deciden si el maestro tiene o no razón y la sociedad socava su autoridad, pero luego la culpa de todos los males sociales la tiene la escuela. Además, el niño está cinco de 24 horas en la escuela y, sinceramente, no se le puede pedir tanta responsabilidad. Los encargados de la educación son las familias. La escuela está apara ayudar.
-Los malos resultados que obtenemos en PISA, ¿deben preocupar?
-Sí, sobre todo porque las diferencias dentro de España son enormes. Madrid y Castilla y León son de los primeros de Europa, mientras Andalucía está casi a la cola.
-¿Esa heterogeneidad tiene razones socioeconómicas o políticas?
-¡Ojalá lo supiera!, aunque creo que responde sobre todo a diferencias socioeconómicas. Navarra tenía un 50% de alfabetización cuando en Andalucía íbamos por el 10%. La mitad de la población del País Vasco y Navarra va a la universidad y en Andalucía no pasamos del 25%. Ese lastre lo llevamos. Además, al tener más problemas socioeconómicos la comunidad andaluza tiene que hacer un esfuerzo mayor en el nivel primario de la educación, mientras otras comunidades ponen el esfuerzo en secundaria y la universidad.
-Un rector acusado de plagio, un catedrático condenado por abuso… ¿Qué pasa en la universidad?
-Empieza a resquebrajarse su prestigio… Pero si ciertas cosas, que posiblemente siempre han ocurrido, salen ahora a la luz es porque la universidad se ha democratizado y se ha hecho más transparente.
Fuente de la entrevista: http://www.diariodesevilla.es/entrevistas/escuela-quedando-sola_0_1109889033.html
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