Mi gran sueño, que está dentro de la Agenda 2020-2025, es que Bolivia tenga cero por ciento de pobreza y ciento por ciento de cobertura de los servicios básicos en áreas urbanas y rurales, afirmó el presidente Evo Morales.
El gran deseo que tengo es consolidar la igualdad, la dignidad y la estabilidad del pueblo boliviano, declaró en entrevista exclusiva con Prensa Latina el primer mandatario indígena en este país, a bordo del avión presidencial de regreso a La Paz desde Riberalta.
Luego de una jornada de 19 horas, dar una conferencia de prensa a las cinco de la madrugada, recorrer 680 kilómetros al frente de una caravana en el departamento amazónico de Beni -parte de ellos conduciendo-, y hablar en seis poblados en la ruta, Morales dialogó una hora con Prensa Latina.
Pese al ruido de los reactores y el cansancio de recorrer un terraplén lluvioso desde Trinidad hasta Guayaramerín, cerca de la frontera con Brasil, como inicio de un proyecto para asfaltar este importante eje integrador al costo de mil 280 millones de dólares, finalmente hablamos sin prisa.
La primera pregunta lo pone a pensar sobre qué conserva el primer presidente indígena boliviano de dirigente sindical campesino y las largas marchas de protesta con un morral al hombro, y cuáles experiencias en 11 años de mandatario atesora más y cuáles preferiría no recordar.
Lo primero, comienza Evo, es una lección familiar que viene de una vivencia cultural: los principios andinos del Ama Sua, Ama Llulla y Ama Quella, que significan no robar, no mentir, no ser flojo, y esta enseñanza viene fundamentalmente de mis padres desde que era niño.
Hoy me siento seguro de mí mismo y mantengo esa herencia familiar, cultural, que es parte de mi identidad, afirma inclinándose para contrarrestar el ronroneo del avión, cuido bastante estos principios éticos y morales, primero como persona, luego como dirigente y ahora como Presidente.
Segundo, continúa, aprendí desde que era dirigente sindical que cuanto más grande es una persona debe ser más humilde; cuantas más responsabilidades tiene más compromiso, esfuerzo y sacrificio debe hacer; y lo importante de siempre estar con el pueblo, en las buenas y las malas.
Este accionar es parte de una ética, recalcó, y por eso digo que personalmente nunca llegué al Chapare (región en la que fue presidente de las seis Federaciones Sindicales del Trópico de Cochabamba) en el año 1980 con la pretensión de ser dirigente y mucho menos Presidente.
Cuando uno se organiza, reflexionó, cuando identifica los enemigos internos y externos y toma conciencia sobre la injusticia y la desigualdad, es posible enfrentar un proceso de liberación de carácter social, sindical, cultural, y también una lucha electoral.
Ahora, subrayó Morales, hay muchos más compromisos, muchas más responsabilidades, y lo que no quisiera que vuelva en mi país es esa política de separatismo que impulsaron algunos grupos de la derecha en los años 2006, 2007 y 2008 cuando intentaron dividir Bolivia.
En esta retrospectiva autobiográfica, la pregunta que se impone es cuáles son los sueños que aún le faltan por lograr, ante lo que el dirigente que acaba de recibir un verdadero baño de masas en todos los poblados y ciudades donde entregó obras sociales, esboza una sonrisa.
Sobre todo, precisó, el gran deseo que tengo es consolidar la igualdad, la dignidad y la estabilidad del pueblo boliviano.
Yo mismo no puedo creer todavía que tenga ya casi 11 años de Presidente, confesó. Antes, los gobiernos nunca garantizaron estabilidad política y por tanto nunca garantizaron el crecimiento económico, aclaró.
En crecimiento económico también hemos batido marcas, dijo, con la integración de nuestro país en comunicaciones gracias al satélite Túpac Katari, la construcción de caminos, aeropuertos, la reducción de la pobreza, y casi se termina la deserción escolar con el bono Juancito Pinto.
Es decir, precisó, con las políticas sociales implementadas por nuestro gobierno bajo el pedido clamoroso de los pueblos, movimientos sociales y especialmente el movimiento indígena campesino originario, hemos respondido y hay resultados. Esa es la enorme alegría que tengo, enfatizó.
En lo político y económico este gobierno batió récords
En lo político, comentó, es un récord histórico. Participamos en siete elecciones, entre consultas y referendos, y ganamos tres con más del 60 por ciento, igual cantidad con más del 50 por ciento, aunque ‘perdimos una’, en el referendo del 21 de febrero pasado.
Cuando llegamos al Gobierno en 2006 el Producto Interno Bruto (PIB) era de nueve mil millones de dólares, y en 1985 cuando comenzó aquí el modelo neoliberal ascendía a cinco mil millones de dólares, ilustró el mandatario en alusión a los logros económicos.
Dijo que en 20 años el PIB sólo había crecido en cuatro mil millones de dólares, y lo contrastó con el período de 2006 a 2015, durante la gestión del Movimiento al Socialismo, cuando llegó a 34 mil millones de dólares.
Ese es un salto histórico sorprendente, destacó Morales, de 25 mil millones de dólares de incremento del PIB en nueve años, gracias a la política de nacionalización, de recuperación de nuestras empresas públicas.
Imagínese, explicó en tono coloquial, cuánto perdió el país durante la época neoliberal, con empresas que entregaban el patrimonio del pueblo boliviano a transnacionales o con contratos inconstitucionales que privatizaban nuestros recursos naturales.
Esta situación económica, acotó, nos ha permitido dos cosas: una liberación política y otra liberación económica. Ahora no decide en Bolivia el embajador de Estados Unidos sobre su situación política, y en lo económico tampoco decide el Fondo Monetario Internacional, subrayó.
Ahora somos los bolivianos quienes decidimos sobre nuestro país, antes decidían en Bolivia los ‘Chicago Boys’, pero ahora lo hacemos los ‘Chuquiago Boys’ (nombre indígena del valle donde está asentada la ciudad de La Paz), antes decidían los gringos ahora lo hacemos los indios, recalcó el gobernante.
En mi experiencia, puntualizó, antes se importaban políticas, programas y hasta proyectos, ahora se exportan proyectos, programas y hasta políticas económicas. Hemos volteado la tortilla, como se dice popularmente, y eso nos satisface.
Se refirió a las reivindicaciones que plantea el pueblo, sin precedente alguno. ‘Imagínese que el 20 por ciento de la población que ha pasado en estos 10 años de ser pobres a ser clase media tienen hoy otras reivindicaciones, otras necesidades, ya no piensan en dejar la pobreza’, reflexionó.
Ello hay que entenderlo políticamente para atender sus demandas, afirmó.
En estabilidad también hemos batido récords, dijo. El presidente democráticamente electo Andrés de Santa Cruz y Calahumana, gobernó el país de 1829 a 1839, le faltaron unos meses para 10 años, y, agregó, ya nosotros lo hemos pasado.
Otro de los gobernantes que más duró en el cargo fue Víctor Paz Estenssoro, quien gobernó en cuatro ocasiones (1952-1956; 1960-1964; 6 de agosto al 4 de noviembre de 1964 y 1985-1989) por un total de unos 13 años, y el 2018 vamos a batir ese récord después de casi 190 años, resaltó como elemento inédito e histórico.
Recordó que procedía del sector más vilipendiado de la historia de Bolivia, ‘el más humillado, despreciado, como es el movimiento campesino indígena originario. Nos organizamos y ahora batimos récord en estabilidad política’, exaltó el mandatario.
No sé si en el futuro se repetirá, pero hay grandes perspectivas para continuar este camino de liberación mediante una revolución democrática cultural, con transformaciones sociales y la participación del pueblo.
Al pedir una reflexión sobre las causas de la derrota del referendo del 21 de febrero, y el uso por la derecha de la guerra mediática nacional e internacional con las nuevas tecnologías de comunicación social en una campaña orientada a desprestigiar los dirigentes, Morales no demoró en responder.
Reconoció la pérdida sufrida el 21 de febrero con la diferencia de un uno por ciento frente a lo que consideró semejante estructura de comunicación imperial acompañada por la derecha neoliberal, en una lucha en la cual ‘han jugado un papel importante algunos medios de comunicación nacionales’, observó.
El imperio con su orientación constante a la derecha, los programas conservadores, junto a los medios de comunicación del sector privado, se dedicaron a posicionar en la opinión pública mentiras tras mentiras, señaló.
La derecha en Bolivia no tiene ninguna propuesta, afirmó, ‘si algo tiene la derecha son las mentiras que saben usar en sus medios para alentar el rechazo al gobierno con calumnias, e intentar desgastar al pueblo organizado y movilizado en defensa de su revolución democrática y cultural’.
Frente a esta realidad, es nuestra obligación mejorar nuestro sistema de comunicación, aseguró el jefe de Estado, al aclarar que ‘si con semejante campaña no pudieron derrotarnos ampliamente el 21 de febrero es porque hay conciencia’ y, recalcó, ‘ahora muchos están arrepentidos porque saben que fueron engañados’.
Alertó a renglón seguido que ‘ese engaño no perjudica a Evo sino al pueblo boliviano’, tras agregar que los movimientos sociales constituyen un movimiento político, que tienen un programa, principios y su Agenda del Bicentenario, con objetivos enormes para el bien de todas y todos los bolivianos.
Llegó la hora de profundizar la Revolución e integración
Para el presidente boliviano, Evo Morales, lo que está pasando en algunos países suramericanos al retornar la derecha al poder es motivo de una profunda reflexión de nuestros movimientos sociales y llegó la hora de profundizar la revolución.
Quienes apostamos por la dignidad y soberanía de nuestros pueblos, enfatizó Morales, estamos convencidos de que en cualquier momento los movimientos sociales recuperarán los procesos de revolución democrática en Suramérica y en América Latina.
Lo que pasa con los servicios básicos, inclusive en los países vecinos con Bolivia, precisó, llama la atención sobre que si bien alguna gente se equivocó a la hora de votar, ahora están arrepentidos al ver los resultados de sus errores en la participación democrática.
Quienes no perdemos nuestro horizonte y tenemos principios y valores, acompañados por programas y proyectos de desarrollo pero también de liberación, confiamos triunfar en esta dura batalla, recalcó el mandatario.
Yo confío mucho en los movimientos sociales, afirmó. En Bolivia, explicó, los movimientos sociales hicimos mucha historia con resultados positivos para el pueblo, compartimos experiencias de luchas y tenemos muchos eventos de carácter social, político, económico y, sobretodo, ideológicos, que es lo más importante.
En ese cambio en un sector que pasó de ser pobres a clase media con el Proceso de Cambio, indicó, al considerar que fue ‘tal vez el error del gobierno no ideologizarlo, porque la ideología acompaña al programa de liberación y los proyectos que defienden la libertad y la soberanía de los pueblos, por eso es tan importante’.
No estamos en tiempo de oligarquías y monarquías, menos de anarquías, y hay que enfrentar también las anarquías financieras y, recalcó, ‘tenemos un conjunto de políticas a adoptar para garantizar esta liberación definitiva, la segunda liberación de los pueblos de Bolivia después de la fundación de la República’.
Pasamos momentos difíciles, golpes de Estado, dictaduras militares, ahora estamos en el tiempo de profundizar nuestra Revolución, enfatizó el jefe de Estado.
Interrogado sobre el tema de la integración regional y los intentos de Estados Unidos por boicotear la unidad de América Latina y El Caribe, Morales aclaró que hay muchos rubros en el tema de la integración, pero insistió en que fundamentalmente necesitamos la integración política.
Recordó a grandes líderes que han impulsado la integración regional en los últimos tiempos como Hugo Chávez, Lula (Luiz Inácio Lula da Silva), Néstor Kirchner, entre otros, y destacó el logro de incorporar temas de Estado a este proceso.
Hemos consolidado la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) después de 200 años de la fundación de las Repúblicas, y gracias a Fidel (Castro) consolidamos la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), afirmó.
Recuerdo siempre, comentó, cuando Fidel me dijo después de constituir CELAC: Evo, lo que soñé se ha cumplido.
Además, agregó, hoy la OEA (Organización de Estados Americanos) es otra, pero sigue estando Estados Unidos en ella y enfatizó en que una OEA sin Cuba para América Latina y El Caribe es un tema pendiente dentro del proceso de liberación de toda la región.
Pero, ¿cuál es la arremetida del imperio norteamericano?, preguntó, y respondió que ‘Estados Unidos trata de dividirnos en UNASUR con la Alianza del Pacífico, y volver a las políticas del Consenso de Washington o al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas’).
No puedo entender que algunos presidentes en Suramérica mantengan esa misma política de dividir Unasur, precisó, tras lamentar que no todos los movimientos sociales en la región estén organizados para garantizar este proceso de integración por la liberación de nuestros pueblos frente a las políticas de dominación.
Estados Unidos intenta utilizar a algunos presidentes para debilitarnos, denunció Morales, al tiempo de que aclaró, ‘es un debate interno el cómo Estados Unidos está usando a algunos países pro imperialistas o pro capitalistas de la región con la pretensión de que dejemos de usar la Celac’.
Ahí nuevamente reitero mi confianza en los movimientos sociales, destacó, para referirse luego a otras formas de integración territorial, e invitar a los otros países suramericanos a hablar de carreteras y líneas aéreas. A veces es más rápido llegar a Europa desde Bolivia que llegar a Paraguay o a Colombia, ejemplificó.
Esa es otra forma de integración y estamos avanzando en algunos temas importantes, anunció, para recordar luego un gran sueño compartido con Hugo Chávez y Fidel Castro de crear una línea aérea del ALBA (Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América), que salga de Bolivia, pase por Ecuador, Venezuela, Nicaragua y llegue a Cuba.
En otras esferas de integración, puntualizó Morales, hacen falta carreteras, ferrocarriles, y hay un gran proyecto para Suramérica que es el corredor ferroviario del océano Atlántico hasta el Pacífico, con el cual las exportaciones e importaciones de nuestros países van a ganar tiempo y reducir sus costos, significó el presidente boliviano.