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Una escuela hecha de residuos, el primer colegio sustentable de Colombia

Botellas de vidrio, latas de aluminio, neumáticos, cartón… En San Jerónimo, un pueblo colombiano a 35 kilómetros de Medellín, tardaron apenas 24 días en construir una escuela con estos materiales reciclados que se ha convertido en la primera sustentable de Colombia.

El establecimiento cuenta con energía solar, un sistema de aguas autónomo, sus propias huertas, un aula experimental y un domo geodésico para la producción de alimentos y biodiversidad.

Los niños que allí se educan están conectados con la naturaleza y hablan con propiedad sobre conservación. Muchos de ellos participaron en el proceso de fabricación de hoteles de insectos, casas para aves, un banco de semillas de plantas autóctonas y una compostera.

«Me han enseñado que si uno no cuida la naturaleza no podemos vivir», expresa a Efe Emanuel Agudelo, uno de los 52 estudiantes de la sede El Rincón de la Institución Educativa Rural Agrícola (IERA).

Este plantel fue transformado en la primera escuela pública sustentable de Colombia por la organización uruguaya Tagma, dedicada a desarrollar proyectos innovadores en Latinoamérica con la educación y la sustentabilidad como ejes.

A sus 10 años, Emanuel, estudiante de quinto grado, pide no contaminar más los ríos y no quemar los bosques. Rechaza la tala de árboles para «no dejar a los pajaritos sin nido», y reconoce que otros niños «no tienen escuelas con la capacidad para hacer experimentos ni para para cuidar la naturaleza».

ECOESCUELAS CONSTRUIDAS CON RESIDUOS

Cerca de 2.000 latas de aluminio, otras tantas botellas de vidrio, 500 neumáticos y 50 metros cuadrados de cartón fueron reutilizados para la construcción de esta escuela ecológica, un proyecto que contó con el apoyo de Directv, Disney y National Geographic, además de involucrar a maestros, estudiantes, voluntarios, organizaciones, autoridades locales y a la comunidad para que sientan propia la escuela.

«Nos parece importante trabajar con la educación pública. Poder acompañar a docentes rurales a que puedan tener más herramientas pedagógicas para potenciar sus actividades de educación ambiental», señala a Efe la coordinadora de la red de escuelas de Tagma, Carolina Goijman.

Cuenta que esta organización tiene como meta construir una escuela sustentable en cada país de Latinoamérica, un proyecto que empezó en 2016 cuando inauguró en Uruguay la primera institución de este tipo. Después levantó sedes en Argentina y en Chile para luego edificar en Colombia la cuarta escuela de esta red con la colaboración de más de 100 técnicos y voluntarios de siete países.

Un aula experimental es quizás, junto al domo geodésico, la parte más llamativa de la nueva escuela, embellecida con jardines y plantas comestibles, medicinales y aromáticas.

El edificio fue diseñado para «aclimatar naturalmente» con el uso de materiales como la palma, una especie de aislante térmico. También utilizaron técnicas locales y materiales como la tradicional guadua (una variedad de bambú) para fabricar mobiliario, cerramientos, puertas, ventanas y macetas, entre otros.

TRANSFORMAR COMUNIDADES Y EDUCAR

La experiencia en San Jerónimo facilitó la transmisión de conocimiento a la comunidad educativa y a sus pobladores con clases teórico-prácticas durante el ciclo de construcción de un espacio autosuficiente que cuenta con un sistema de recuperación del agua de lluvia para almacenar en tanques de 2.250 litros.

Además, los seis paneles fotovoltaicos instalados en el tejado del aula, con una capacidad de 2.670 vatios, generan la suficiente energía para abastecer a todas las áreas de la escuela, inaugurada hace pocos días con la presencia de integrantes de Tagma y representantes de Directv.

María Paula García, de 16 años, cree que el conocimiento es uno de los «más importantes agentes» y lo quiere aprovechar. Reconoce que, pese a estudiar en un colegio agropecuario, «nunca se había visto en una zona como esta poder adquirir ese conocimiento» sobre la naturaleza y aprender, como lo hizo en el taller construcción sustentable, sobre tipos de madera, recolección de residuos y su utilización para fabricar muros con latas de cerveza y botellas de vidrio.

Al maestro Juan Diego Parra, enseñar en una escuela sustentable, «desde el punto de vista pedagógico», le parece «muy importante» porque los niños aprenden «interactuando directamente con el medioambiente».

«No solo van a estudiar en los libros la teoría, sino la parte práctica», resalta el profesor.

Ahora, la institución tiene como norma reducir, reciclar y reutilizar, y evitan la producción de residuos. Las huertas con lechuga y tomate, además de producir alimento «sano, justo y agroecológico», promueven la seguridad alimentaria.

Y entre carteles con consignas ecológicas y dibujos infantiles, la sede de El Rincón, donde hacen visitas guiadas, impulsan el uso racional de los recursos y la mitigación del cambio climático para favorecer una transformación cultural y propagar un mensaje de conservación.

Fuente: https://www.efe.com/efe/america/sociedad/una-escuela-hecha-de-residuos-el-primer-colegio-sustentable-colombia/20000013-4804547

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Mujeres en Kenia reciben material educativo elaborado por estudiantes de AIEP

Contenido audiovisual apunta al desarrollo de capacidades para el emprendimiento agrícola de 200 mujeres keniatas.

A 150 kilómetros de Nairobi, capital de Kenia (África), se encuentra el Centro Comunitario de Emprendimiento Agrícola Makueni, el primer proyecto internacional de vinculación con el medio en el que participa AIEP de la mano con la ONG Patagonia Compassion y que permitirá a más de 200 mujeres aprender a cultivar la tierra y a comercializar los productos que obtengan de la cosecha.

Según señaló el director nacional de Innovación y Emprendimiento de AIEP, Felipe Chaparro, uno de los propósitos de la vinculación con el medio es el de contribuir a reducir brechas en las comunidades y proyectos como éste son una muestra de que se puede aportar desde la academia no solo abordando problemáticas a nivel nacional, sino que también a nivel internacional. “Este proyecto es muy completo dado que incluye trabajo multidisciplinario. Es una innovación en sí mismo por la metodología utilizada y el perfil de los beneficiarios impactados, y a su vez apoya el emprendimiento”, comentó.

El material educativo llegó a África a fines de enero y ha sido determinante para el éxito del proyecto, señaló la directora de la ONG Patagonia Compassion, Sandra Navarro, quien explicó que “ha sido una herramienta esencial, didáctica, entretenida y novedosa, puesto que en la comunidad donde nosotros estamos, que es una comunidad rural, no es habitual poder acceder a ningún tipo de capacitación, menos a través de un formato audiovisual”.

El nivel de conocimiento y acercamiento con las mujeres ha sido una experiencia increíble. Estamos próximos a terminar el primer ciclo de capacitación, tenemos planificada una graduación masiva, porque ellas han solicitado que hagamos una gran graduación donde puedan invitar a sus familias. La gran mayoría de ellas nunca ha tenido ningún tipo de reconocimiento académico”, agregó la directora de Patagonia Compassion.

Gracias a este material audiovisual, la comunidad ya está en proceso de siembra y han hecho módulos con sistemas de regadío en goteo y otros manuales. El próximo paso es cosechar y lograr una venta. “Ellas están creando propuestas y estrategias de venta. El proyecto también incluye la entrega de un kit con varias herramientas de uso agrícola”, señaló al respecto Sandra Navarro.

“Patagonia Compassion y la comunidad de Makueni agradecemos el trabajo responsable y de gran profesionalismo que hizo AIEP. Ojalá a futuro seguir haciendo trabajos colaborativos para esta comunidad que necesita tanto este tipo de oportunidades. En Chile hay necesidades, pero hay oportunidades, acá no hay oportunidades. Han sido una pieza clave para darles a estas mujeres una posibilidad de desarrollo”, concluyó la directora de la ONG.

Fuente: https://www.diariosustentable.com/2022/03/mujeres-en-kenia-reciben-material-educativo-elaborado-por-estudiantes-de-aiep/

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Educación para la interculturalidad y la sustentabilidad: aportaciones reflexivas a la acción / Obra en línea

Por: Bruno Baronnet, Juliana Merçon y Gerardo Alatorre

Destinado a estudiantes, investigadores/as y público en general, este libro está guiado por la imbricación de los ejes temáticos de la interculturalidad y la sustentabilidad, los cuales están entrelazados por la concreción de distintos procesos socioeducativos y ambientales. Ambiciona asimismo contribuir al campo científico con aportaciones reflexivas para la acción y la intervención educativa. Los capítulos examinan, por un lado, la política y la ética de la interculturalidad y la sustentabilidad y, por otro lado, lo intercultural y lo sustentable en la transformación de las prácticas educativas.

Índice

Aprendizaje, interculturalidad y sustentabilidad: Introducción a un campo en permanente construcción

Bruno Baronnet, Juliana Merçon y Gerardo Alatorre

  • De aprendizajes interculturales a currículos sustentables en clave decolonial
  • Acción colectiva, autonomía y capacidad de transformación social
  • Navegando al filo del agua de la acción educativa para la interculturalidad y la sustentabilidad

Sustentabilidad e interculturalidad como herramientas teórico-políticas para la transformación social

Gerardo Alatorre Frenk

  • Los valores y criterios de la sustentabilidad
  • Apuntes sobre el concepto de interculturalidad
  • Alcances y limitaciones de los conceptos de sustentabilidad e interculturalidad en nuestras asimétricas sociedades
  • Algunas recomendaciones

Éticas comunitarias, políticas de la naturaleza y perspectivas del sur global

Eckart Boege

  • ¿Por qué introducir la idea de reflexividad y reapropiación en una plataforma dialógica?
  • Autonomía y gobiernos del bien común
  • Derechos indígenas, territorios y buenos vivires

Donde imaginarios decoloniales y ambientales se entrelazan: Buen Vivir y educación

Juliana Merçon

  • Buscando una nueva morada
  • Seis rasgos de la noción de Buen Vivir
  • Educación y Buen Vivir: paradojas, pistas y experiencia

A la luz del Buen Vivir, el México profundo nos sigue interpelando

Helio García Campos

  • Lecciones desde Chiapas
  • Iksemijka ma yolito: Que siempre se mueva su corazón
  • El México profundo como legado…

Procesos educativos y disputas políticas

Luisa Paré

  • Lo que está en juego
  • Aprendizajes a partir de un proyecto de Gestión de cuenca
  • La difícil apropiación del territorio desde la perspectiva de la sustentabilidad

Reflexiones sobre la formación de intérpretes sociales para la interculturalidad

Cristina V. Kleinert

  • Traducir, interpretar y mediar para construir ciudadanía
  • Recuperar el uso público de las lenguas indígenas
  • Diálogo y escucha atento como protagonistas
  • Retos para el futuro

Educación y agroecología: Otra forma de promover procesos formativos hacia la sustentabilidad y la soberanía alimentaria


Miguel Ángel Escalona y Roberto Gregorio Chiquito Contreras

  • Reflexiones sobre formas creativas de educación
  • Retos y desafíos de la formación para la sustentabilidad y soberanía alimentaria
  • Hacia propuestas para promover una educación para la sustentabilidad

Niñez indígena y escolarización. Retos epistémicos para la interculturalidad educativa 

Gialuanna Ayora Vásquez

  • Puedo saber mejor a dónde voy si tengo claridad de dónde vengo. Locus de enunciación
  • Entender otras lógicas no es necesariamente estar de acuerdo con ellas. Las diversidades
  • La lógica de la escolarización y la niñez indígena
  • Los retos de la educación. La articulación escuela-comunidad
  • Reflexiones finales

Educación Superior Intercultural, aprender en y como comunidad

Shantal Meseguer Galván

  • El conocimiento como experiencia de vida, oportunidad de participación y herramienta de transformación
  • El currículum como espacio de diálogo y establecimiento de vínculos
  • Retos y desafíos de la formación para la interculturalidad

Interculturalidad y Sustentabilidad: Horizontes de acción educativa

Juliana Merçon, Gerardo Alatorre y Bruno Baronnet

  • De la inconformidad a la conformación de nuevas experiencias
  • Éticas, políticas, epistemes y ontologías en Diálogo
  • Que siempre se mueva el corazón de la Tierra: pulsando en el Sur

Acceso al archivo pdf del libro: https://drive.google.com/a/uaim.edu.mx/file/d/1YWlCR7_uKUEiHxHZH-3EMjaH0TM5gC9q/view?usp=drivesdk

Consultar otras publicaciones en línea de la editorial de la UAIS:

http://uais.edu.mx/portal/index.php/universidad/publicaciones/editorial-uais

Fuente de la información e imagen:  https://www.uv.mx/tecoaac

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Estudio: Las mujeres campesinas, garantes de sustentabilidad en América Latina

A pesar de tener escaso acceso a la titularidad de las tierras que trabajan, las mujeres rurales alimentan a sus familias y a sus comunidades.

Las mujeres campesinas, aun con escasos derechos y en desigualdad de condiciones para acceder a tierras productivas, son las responsables de alimentar a la mitad de la Humanidad con técnicas de cultivo respetuosas del ambiente que además de garantizar la soberanía alimentaria de sus familias y comunidades, ayudan a mantener los suelos sanos. “Ellas alimentan al mundo, pero son quienes sufren más hambre y quienes tienen menos acceso a la tierra para producir… Aunque el 70% de las mujeres rurales tienen acceso a la tierra para producir alimentos, sólo 30% tiene tierra a su nombre” dice el informe “Ellas alimentan al mundo” difundido esta semana por LatFem.

Esta injusticia es particularmente grave en América Latina, donde el 1% de las unidades productivas de la región concentran más de la mitad de las tierras agrícolas, mientras que las y los pequeños productores poseen solo el 17% de la tierra y aportan el 50% de toda la producción agrícola. La acelerada expansión de la frontera agroindustrial, el cada vez mayor acaparamiento de tierras en manos de grandes empresas del agronegocio y la instalación de proyectos extractivistas generan una ecuación de pocos dueños con mucha tierra. Esa es la marca distintiva del continente, el más desigual del mundo.

El rol de las mujeres en la producción agrícola es esencial, pero se encuentra invisibilizado.

El rol de las mujeres en la producción agrícola es esencial, pero se encuentra invisibilizado.

En ese universo de desigualdad, las mujeres son las más perjudicadas. Es que tanto el acceso como el control de la tierra son condiciones fundamentales para un desarrollo rural sostenible. “Es fundamental para el empoderamiento económico y la autonomía de las mujeres, y por otro lado es fundamental para su derecho a una alimentación justa y en la lucha contra el hambre”, dice el trabajo de LatFem, que estudió la realidad de las mujeres rurales en Bolivia, Colombia, Guatemala, El Salvador y Honduras.

Economía del cuidado

Desde tiempos antiguos, las mujeres cuidan. A los niños, a la casa, a los viejos, a los enfermos, y también a las comunidades y a la naturaleza. Es por eso que son, también, transmisoras de saberes ancestrales de producción de alimentos para las nuevas generaciones. “Estas prácticas no solo han permitido históricamente garantizar la subsistencia para las mujeres campesinas y sus familias, sino que han impulsado el desarrollo de la agroecología”, resalta el trabajo de investigación.

Según datos de la Organización de los Estados Americanos (OEA), las mujeres rurales, campesinas, indígenas, de pueblos originarios y afrodescendientes, defensoras de la tierra y de los territorios, representan el 50% de la fuerza formal de producción de alimentos en el mundo. Ellas son la mayoría de quienes producen alimentos a pequeña escala.

Pero esto no se refleja en el acceso a derechos en igualdad de condiciones. El trabajo de LatFem cita un informe realizado por ONU Mujeres que reveló que solo el 13% de las personas propietarias de tierras agrícolas a nivel mundial son mujeres, una cifra que en América Latina asciende al 18%. “Las mujeres son las cuidadoras de los hijos desde que nacen, de la labor del cuidado de los enfermos, de los animales del corral y de los alimentos. El hombre hoy no tiene ninguna corresponsabilidad allí. El lugar del cuidado de las mujeres no les permite decidir y tomar los espacios de producción y de compra de alimentos y de animales. No tienen un espacio para darse un gusto luego de tanto esfuerzo” subraya el documento.

Las mujeres garantizan la alimentación de sus familias: más de la mitad de la producción (57%) de las mujeres campesinas encuestadas en los cinco países está destinada al autoconsumo para la subsistencia, mientras que el 36% de las encuestadas dijo que los excedentes de esa producción los venden al mercado, y solo el 7% destina su producción exclusivamente para la venta.

Garantes de sustentabilidad

Esa “economía del cuidado” incluye, también, a los suelos y a los entornos naturales de las comunidades habitadas por mujeres rurales de América Latina. De acuerdo al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (el PNUMA) las comunidades indígenas y los pueblos originarios de América Latina y el Caribe protegen el 80% de la riqueza biológica del continente y son las mujeres quienes más impulsan la producción agroecológica en la región, “lo que las pone al frente en la lucha por construir un nuevo paradigma productivo”.

Según informes internacionales, las mujeres indígenas juegan un rol importantísimo en el cuidado del medioambiente a través de la forma de producción que llevan adelante.

Según informes internacionales, las mujeres indígenas juegan un rol importantísimo en el cuidado del medioambiente a través de la forma de producción que llevan adelante.

Los datos que aporta la investigación de LatFem son claros en ese sentido: de las tierras productivas cuyo título está a nombre de una campesina indígena en Bolivia, el 60% produce con métodos agroecológicos u orgánicos y el 30% con métodos tradicionales sin insumos químicos. Lo mismo ocurre con el 43% de mujeres que poseen titularidad sobre las parcelas que producen en Guatemala y al 39% para las hondureñas. En El Salvador y Colombia, la agroecología es utilizada en el 16% y en el 13% de las tierras sobre las que tienen título las campesinas.

“Las técnicas agroecológicas permiten reproducir la fertilidad de los suelos a mediano y largo plazo. Cuando las mujeres trabajan en las parcelas lo hacen mayormente con técnicas tradicionales, sin insumos químicos, o con métodos de agroecología” señala la investigación de LatFem, que agrega que la agroecología “enfría” al planeta “porque permite que las comunidades más afectadas por el cambio climático se apropien de su producción y consumo de alimentos de forma ambientalmente sostenible”.

Sin tierras

A pesar de la importancia absoluta de las mujeres en los procesos de producción de alimentos, el acceso a derechos básicos está muy recortado en la región. Más de la mitad de la tierra productiva en Latinoamérica está concentrada en el 1% de las explotaciones de mayor tamaño, lo que significa que apenas el 1% de los grandes productores utiliza y dispone de más tierra que el 99% restante. “Las mujeres rurales, campesinas, indígenas, de pueblos originarios y afrodescendientes siguen sin acceder al derecho y control sobre la tierra” destacan desde esa organización. Esto tiene consecuencias concretas, ya que esta falta de titularidad “incide también en las posibilidades de acceder a créditos y servicios financieros”.

El informe recuerda que el proceso de concentración de la tierra en América Latina y el Caribe se profundizó desde mediados de los años 90, y se intensificó con la crisis económica global de 2008 y el alza de los precios agrícolas a nivel internacional, junto al desarrollo del mercado de las commodities.Fuente: https://www.airedesantafe.com.ar/gritos-la-tierra/las-mujeres-campesinas-garantes-sustentabilidad-america-latina-n247117

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Estrategias docentes para formar en la sustentabilidad

Por: Rubí Román Salgado

“No sirve de nada recitar la definición de sustentabilidad en clase, más bien debemos vivirla e integrarla como un hábito parte de tu vida”. – Grabriela Ortiz

En nuestro webinar de julio la Profesora Gabriela Ortiz del Tec de Monterrey compartió su experiencia en el proyecto “Creando agentes de cambio hoy” realizado en conjunto con el Global Consortium for Sustainability Outcomes (GCSO), siendo finalista en los premios QS Reimagine Education Awards 2019.

En términos de sustentabilidad, este proyecto significa el deseo por garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa, así como generar oportunidades de aprendizaje permanente para maestros, estudiantes y padres de familia. La participación de estos tres actores sirve también para restablecer el tejido social que de pronto se siente debilitado o fragmentando; permitiéndoles involucrarse en proyectos prácticos de emprendimiento sustentable desde las primeras etapas.

“Tenemos un solo planeta que compartimos con millones de seres humanos, es nuestra responsabilidad mantenerlo habitable para las próximas generaciones”.

En esta sesión, la maestra Ortiz nos explicó que dentro de un ambiente de colaboración buscó empoderar a los profesores para ser agentes de cambio en el proceso de capacitación y retroalimentación continua con otros colegas. Para este proyecto creó el Modelo de las 3T’s (Transmitir, Traducir y Transformar). Las características de este modelo son:

  • Implica el desarrollo de habilidades referentes a problemas de sustentabilidad.

  • Es un entrenamiento, no un seminario ni un curso teórico.

  • Colaboran diferentes actores académicos y no académicos.

  • Este modelo compromete a los profesores de una manera tangible e interactiva con la sustentabilidad lo cual transfieren directamente al salón de clase.

El objetivo principal que tienen los profesores en este proyecto es el diseño de una actividad de acuerdo con el plan de estudios de su escuela y a la asignatura que imparten, llevarla a cabo y medir el éxito de la implementación. Para lograrlo, contaron con el apoyo de los alumnos de profesional del Tec quienes compartieron con los profesores un portafolio de sugerencias de planes de acción derivado de un trabajo previo que realizaron y que trabajaron de forma activa con los profesores para sacar adelante sus propuestas.

La profesora Gabriela menciona que en un proyecto de sustentabilidad exitoso además de su propósito destacan dos factores clave que son la vinculación de la comunidad, gobierno y el sector educativo; así como la difusión de los proyectos con autoridades institucionales educativas y de gobierno para darle seriedad a los proyectos.

Es muy alentador saber que a partir de estas iniciativas los niños comienzan a desarrollar un gusto genuino por practicar estrategias hacia la sustentabilidad desde las más sencillas como separar la basura, construir un huerto, hacer objetos con material reciclado, hasta otras más complejas como la concientización del consumo de agua, el consumo energético, así como calcular su huella ecológica en el planeta. Como evidencia del éxito de este proyecto se pudieron medir cuatro competencias clave en los estudiantes que participaron:

  • Pensamiento sistemático. Que el alumno se sienta parte del entorno.

  • Razonamiento previsible a largo plazo. Que el alumno se dé cuenta que las acciones que toma hoy tienen consecuencias en el mediano y largo plazo.

  • Compromiso, participación y colaboración grupal. Puede ser que a veces los alumnos se sientan desanimados y debemos desarrollar en ellos la resiliencia.

  • Empoderamiento de profesores y alumnos. Desarrollar habilidades para ser un agente de cambio orientados a la acción.

La propuesta de la profesora Ortiz es una forma de apoyar de manera colectiva la sustentabilidad en nuestra sociedad, a través de una educación que corresponda a la realidad que vivimos considerando los compromisos establecidos en los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas. Revive este webinar disponible en cualquier momento y conocen otros recursos para educar en la sustentabilidad.

Gabriela Ortiz Martínez es profesora del Departamento de Ingeniería Química del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey. Tiene más de 25 años de experiencia en temas relacionados con gestión ambiental y sustentabilidad. Dirige iniciativas institucionales como MIC: Mujeres en ingeniería y ciencias y Xignux Challenge.

Si tu idioma nativo no es el español puedes activar la traducción instantánea subtitulada de YouTube incluido en este artículo. Para activar esta opción selecciona en YouTube la opción Subtítulos (aparecerán los subtítulos en español) posteriormente selecciona la opción Configuración ->Subtitulos -> Traducir automáticamente y selecciona el idioma que prefieras.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/estrategias-docentes-sustentabilidad

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Coronavirus, educación virtual y trabajo en casa

Por: Lev M. Velázquez Barriga.

 

En 2015, organismos no gubernamentales, de la globalización económica y jefes de Estado de 192 países, incluido México, establecieron una agenda global con 17 objetivos para el desarrollo sostenible (ODS), que deberían cumplirse paulatinamente entre esta fecha y el 2030: se reduciría la desigualdad, se pondría fin a la pobreza y a la desnutrición, se garantizaría el agua y el saneamiento para todos, trabajo pleno y digno, consumo sostenible, una educación inclusiva de calidad y de aprendizajes para todos y para toda la vida, entre otra cosas; pero, el brote pandémico por el coronavirus evidenció que la acumulación de capital para unos pocos y la sustentabilidad humano ambiental no tienen compatibilidad.

Carecen de agua 2 mil millones de personas en el mundo, en México 10 millones de hogares no tienen suministro diario, la mitad de nuestras escuelas primarias presentan carencias de abastecimiento y la mayoría de ellas no cuentan con financiamiento público para solventar los gastos de saneamiento; media humanidad no tiene acceso a servicios básicos de salud y la mitad de la población nacional no cuenta con seguridad social; 60% de la población mundial económicamente activa se emplea en la informalidad, 6 de cada 10 trabajadores en México están en esa condición, en el sector educativo público y privado los maestros subcontratados pierden el salario si no hay clases; la mitad de personas en el planeta no tienen acceso a internet, uno de cada dos hogares en México y el 50% de la población presenta problemas de acceso o no cuenta con conexión, en un porcentaje similar están las escuelas primarias y en menor grado las secundarias del país, pero de las que tienen conexión se toma en cuenta de una computadora en adelante, muchas veces utilizadas con fines administrativos y no pedagógicos.

Las condiciones precarias del sistema de salud, del sistema educativo, laborales y de desigualdad social en México y en el mundo, son el escenario propicio para la expansión del virus, y de manera recíproca la pandemia agudiza la crisis de todos estos elementos; además, acelera los cambios en las nuevas formas de explotación, control y dominación de la población que acompañan al capitalismo de la cuarta revolución industrial. Antes de la alerta mundial por el Covid-19, la virtualización de las relaciones productivas, sociales, de consumo, entretenimiento, comunicación y educativas, ya estaban normalizando el aislamiento en casa o en los dispositivos tecnológicos.

A través del emprendurismo, las corporaciones económicas organizan a los individuos desde su casa, para que ellos pongan la inversión inicial y su patrimonio personal  creyendo que desarrollan un proyecto de autonomía empresarial, cuando en realidad están ligados con la cadena productiva global y de distribución de las mercancías de la gran industria; bajo este esquema las corporaciones consiguen trabajadores sin contrato, sin prestaciones, sin seguridad social, sin límite de horarios ni de días laborales, sin vacaciones y sin organización sindical.

Las multinacionales Uber Eats de distribución de alimentos y Rappi que además de eso realiza otros servicios de entregas personales; de ventas y compras online como Amazon; de plataformas de streaming como Netflix y Prime Video o de música digital como Spotify, encontraron en la cuarentena el ambiente adecuado para arraigar lo que ya promovían de manera previa: el confinamiento para el consumo domiciliario permanente, el aislamiento informativo, la traslación de toda aspiración de cambio y de protesta social al ámbito de los contenidos de entretenimiento o del límite de las redes sociales.

Virtualizar la escuela es parte del proceso de contención social, de auto financiamiento de la formación desde casa, de consumo de plataformas en línea para el desarrollo de las habilidades emprendedoras o de productos de la big data para la digitalización de la gestión educativa; la escolarización es para la organización del capitalismo fabril de la primera revolución industrial, lo que la virtualización es para la reorganización del capitalismo informático de la cuarta revolución industrial; aquí la fábrica, la iglesia, la escuela y el almacenamiento de las mercancías para  atraer y concentrar al trabajador, al feligrés, al estudiante y al consumidor, son parte de los espacios offline que están cediendo terreno frente a  los tiempos y las relaciones online que acercan el capitalismo, directamente al hogar y las personas.

Lo que estamos viviendo no tiene nada que ver con el ordenamiento del sistema hacia el desarrollo sostenible; por el contrario, se naturalizan los despidos masivos, la economía informal, el trabajo precario, la tercerización, la crisis ambiental y la segregación de una parte de la humanidad a formas de súper explotación que no encajan en la automatización de la producción, que tampoco puede ser incluida en la sociedad de la información y del consumo; sin embargo, este nuevo orden mundial no se impone por medio de la dictadura militar como en los tiempos de instauración del neoliberalismo, sino que se instala a través del convencimiento, del confinamiento voluntario, de la desinformación y el autocontrol; de ahí que en los tiempos del coronavirus se nos llame al aislamiento, contra la historia de solidaridad que los mexicanos hemos demostrado en los momentos más críticos, así lo hicimos el 19 de septiembre de 1985 y en el 2017. No nos quedemos inmóviles, la solidaridad es nuestra fuerza.

Fuente del artículo: Equipo de Ove

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Nuevas generaciones. Sustentabilidad: la materia que los chicos enseñan a los grandes

América del Sur/ Argentina/ 08.01.2019/ Fuente: www.clarin.com.

Los alumnos de primaria y secundaria que incorporan conocimientos sobre medio ambiente en la escuela, luego los transmiten en sus casas.

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A primera vista parecen simplemente alumnos. No importa si son de nivel primario o secundario: dan la sensación de estar en plena incorporación de nuevos conocimientos. Sin embargo, pertenecer a una generación que se encontró con programas pedagógicos que tienen cada vez más contenidos vinculados al cuidado del medio ambiente y a la sustentabilidad los hace cumplir una función central en sus casas: en muchos casos, son quienes llevan esos conocimientos a sus familias.

Es el caso, por ejemplo, de los chicos de la escuela primaria “República Oriental del Uruguay”, ubicada justo donde Flores está por convertirse en Parque Chacabuco. Esos conocimientos llegan, entre otras maneras, a través de una charla que educadores ambientales dieron a a los alumnos de cuarto, quinto y sexto grado. La timidez deja lugar a la participación de los alumnos. La mayoría aceptó el desafío de responder preguntas como: cuánto tarda una botella de plástico en desintegrarse en la tierra, entre otras.

“Una de las cosas más importantes que aprendí en la charla es que todo lo que hacemos puede hacer mal al medio ambiente. Por ahí vos pensás que tirás un envoltorio y no es nada, pero eso hace que millones tiren un envoltorio al piso, y eso daña, aunque no nos demos cuenta”, dice Heily Cruz, que cursa quinto grado en esta escuela. “Es algo que le puedo enseñar a mi hermanito, y también lo que nos enseñan sobre cómo separar la basura”, cuenta. Durante la charla, los educadores les explicaron qué residuos pueden reciclarse -y por lo tanto pueden ir al tacho verde que hay en la escuela y también separarse en sus casas- y cuáles no.

Lara Paggi, de sexto, también participó de la charla. “Creo que en estos temas pueden empezar a escucharnos sin esperar a que seamos grandes sino ahora mismo. También nuestros papás”, sostiene. El dato de que una botella plástica tarda 4.000 años en biodegradarse fue de lo que más le impresionó durante un debate. Y aprendió que lo más importante para cuidar el medio ambiente es reducir el consumo de algunos recursos, reutilizar determinados materiales y reciclar aquellos que no pueden reutilizarse.

«Estas charlas sirven para que los chicos se concienticen y también para que se apropien del espacio de la escuela, que sepan y aprovechen que hay tachos de basura diferenciados, y se involucren con el proyecto de Escuelas Verdes”, reflexiona Sabrina Schembari, maestra de cuarto grado. Lo más importante, dice, “es que se llevan estos aprendizajes a casa y los hacen perdurar en el tiempo”.

Ese objetivo, el de generar una transformación que perdure en el tiempo, es también el de un grupo de alumnos de la Escuela Técnica Nº17 “Cornelio Saavedra” de Parque Avellaneda. Para eso, convirtieron el fondo de tierra del edificio en el que se improvisaba un depósito en huertas hidropónicas.

«Tenemos distintas formas de la hidroponía. Hay, por ejemplo, recipientes grandes de telgopor que conseguimos de las pescaderías ya que ahí reciben el pescado y después los descartan. Ahí ponemos agua con nutrientes, y sobre la tapa del recipiente, hacemos agujeros y metemos potes de queso blanco o dulce de leche en los que sembramos alguna semilla. Esos potes tienen un orificio por el que la raíz de la planta tiene acceso al agua del recipiente grande”, explica Santiago Arlandini, alumno de quinto año.

“También tenemos un invernadero en el que hemos sembrado dentro de tubos de PVC por los que hacemos correr agua. Y en ese mismo invernadero, hay recipientes en los que estamos perfeccionando un sistema de riego por goteo”, explica Federico Serra, compañero de Santiago. De eso, de perfeccionar el funcionamiento de la huerta, se trata el proyecto de estos alumnos y de Oscar Fernández, el profesor a cargo del Taller de Electrónica.

“Vamos a trabajar en un sensor que contemple cuál es el nivel de resistencia de la tierra de los recipientes. Cuando aumente la resistencia, será porque a la tierra le falta agua, entonces a través de una programación automatizada, ordenaremos que haya riego”, afirma Federico. Ese no es el único sensor que tienen en mente para hacer de su huerta un proyecto que funcione con eficiencia: “También vamos a desarrollar un sistema para monitorear temperatura y humedad del ambiente”, agrega Santiago.

En las huertas de la escuela Saavedra crecen lechugas, ajíes, cebollas y hierbas aromáticas.

En las huertas de la escuela Saavedra crecen lechugas, ajíes, cebollas y hierbas aromáticas.

Es el docente quien pone en palabras el objetivo central de este proyecto: “Se trata de que ellos aprendan a investigar qué problemas puede presentar una situación -en este caso, el cambio de temperatura o de humedad, por ejemplo- y a investigar por su propia cuenta cómo solucionarla. A que sepan buscar recursos para innovar. De eso se trata”, define.

En las huertas de la escuela Saavedra, donde antes se apilaban maderas y metales, ahora crecen lechugas, ajíes, cebollas y hierbas aromáticas, entre otros brotes. La energía para que los sensores en los que trabajarán los alumnos funcionen se obtendrán del colector solar que hay allí mismo.

“El trabajo con la huerta tiene dos ventajas: nos concientiza muchísimo sobre el medio ambiente, que tiene recursos naturales finitos, y nos hace tomar conciencia de la importancia que tiene hacer que una tarea sea lo más eficiente posible, para no desperdiciar ni tiempo ni otro tipo de recursos. Son aprendizajes que van más allá de la huerta, que nos puede servir para cualquier trabajo en el futuro y que podemos llevar a nuestras familias”, reflexiona Santiago.

Los alumnos de la escuela se llevan buena parte de la producción de la huerta a sus casas. No es lo único que se llevan: el conocimiento para vivir de forma más sustentable también va con ellos. Como con los chicos de la escuela de Flores, y los de las más de doscientas Escuelas Verdes de toda la Ciudad.

Fuente de la noticia: https://www.clarin.com/brandstudio/sustentabilidad-materia-chicos-ensenan-grandes_0_iV7qzwwvn.html

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