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Chile: Educadores ambientales se capacitan en cambio climático en La Serena

Chile / 30 de agosto de 2017 / Fuente: http://www.diarioeldia.cl

La jornada fue organizada por la mesa intersectorial “Educación para la Sustentabilidad”, organismo focalizado en formar ciudadanos comprometidos con el medio ambiente.

Con el objetivo de fortalecer las herramientas de quienes trabajan en el área de educación ambiental, se desarrolló la séptima versión del Seminario Habla Educador, esta vez bajo el lema de “Comunicación Ambiental en Condiciones de Cambio Climático”.

El seminario, que se desarrolló durante dos días, fue organizado por la Mesa Regional de Educación Para la Sustentabilidad, liderada por la Seremi de Medio Ambiente con la colaboración de más de veinte organizaciones y busca instaurar procesos educativos que promuevan ciudadanos empoderados y comprometidos con el desarrollo sostenible.

El Seremi del Medio Ambiente de la Región de Coquimbo, Eduardo Fuentealba, señaló que “el cambio climático es un fenómeno que está latente en el planeta, en nuestro país y en nuestra región, por eso, este seminario fue diseñado para entregar información a los educadores, más aun pensando que el Plan de Acción Nacional de Cambio Climático, anunciado hace unas semanas por la Presidenta Bachelet, tiene entre sus novedades incorporar los contenidos de cambio climático en el currículo escolar de la enseñanza básica y media”.

Para el Seremi de Educación, Pedro Esparza, “todas las instituciones del siglo XXI tienen el desafío de innovar, y en ámbito educativo hay que abordar desde la metodología  la educación ambiental y el cambio climático. Esto debe tener una dimensión vivencial, de conexión con el entorno, que le signifique a niños y jóvenes una invitación a cambiar el mundo, y ese desafío también nos asiste a los adultos y al sistema educativo”.

En el Seminario Habla Educador participaron 130 personas, principalmente educadores ambientales vinculados al Sistema Nacional de Certificación Ambiental de Establecimientos Educacionales (SNCAE). Para María Pía Claussen, coordinadora del SNCAE de la Escuela Lucila Godoy Alcayaga de Coquimbo, este seminario fue “interesante, con propuestas nuevas y nos ayudó a clarificar conceptos y terminologías que nos permiten bajarlo al objetivo curricular de nuestra escuela que tiene un sello ambiental”. Además, valoró los talleres de diálogo grupal “que nos abrió la posibilidad de compartir experiencias entre pares”.

Mesa “Educación para la Sustentabilidad”. Los colaboradores del seminario Habla Educador fueron la Seremi de Educación, Seremi de Energía, Seremi de Obras Públicas, JUNJI, CONAF, Dirección General de Aguas, los centros de investigación CEAZA y CAZALAC, el Observatorio Astronómico Cerro Tololo, la Universidad Católica del Norte, la agrupación Tierra y Valle de los Niños, las fundaciones Ciencia para Todos y Alter-Eco, la ONG Red Aves, el Consejo Nacional de Televisión, entre otros.

En el seminario se firmó un protocolo de acuerdo que establece que tres nuevas organizaciones se incorporan a la mesa “Educación para la Sustentabilidad”: el Comité Pro Defensa de la Fauna y Flora (CODEFF), la Fundación para la Superación de la Pobreza Región de Coquimbo y el Departamento de Arquitectura de la Universidad de La Serena.

Los organismos que pertenecen a la mesa definieron en la Estrategia Regional de Educación para la Sustentabilidad 2015-2020 capacitar, a través de un trabajo colaborativo, en cinco principales áreas: cambio climático, biodiversidad, eficiencia energética, manejo de residuos, cuidado del recurso hídrico y astronomía.

Fuente noticia: http://www.diarioeldia.cl/region/educadores-ambientales-se-capacitan-en-cambio-climatico-en-serena

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Chile llevará el cambio climático al aula escolar

América del sur/Chile/19 Agosto 2017/Fuente: Scidev.net

Desde 2019, el cambio climático y la sustentabilidad pasarían a integrar los contenidos obligatorios del programa académico de los dos últimos años de educación secundaria en Chile, anunció la presidenta Michelle Bachelet.

“Mientras algunos países niegan el cambio climático, en Chile estamos avanzando para que se aprenda sobre este proceso y sobre la necesidad de que tomemos conciencia en todas las salas de clases del país”, dijo Bachelet (25 de julio).

Mientras algunos países niegan el cambio climático, en Chile estamos avanzando para que se aprenda sobre este proceso y sobre la necesidad de que tomemos conciencia en todas las salas de clases del país”.

Michelle Bachelet, Presidenta de Chile

La materia forma parte de un nuevo currículum para 3° y 4° medio elaborado por el Ministerio de Educación y cuya propuesta evalúa desde junio el Consejo Nacional de Educación.

De aprobarse todas las etapas del proceso “el cambio climático y la sustentabilidad se incorporarán a las asignaturas de Ciencias, Educación Ciudadana e Historia, Geografía y Ciencias Sociales y como contenido transversal de la dimensión Naturaleza y Sustentabilidad, que se propone trabajar en todas las asignaturas”, dice a SciDev.Net Alejandra Arratia, coordinadora nacional de la Unidad de Currículum y Evaluación del Ministerio de Educación.

La propuesta incluyó un proceso de consulta pública que involucró a más de 90 mil estudiantes, además de docentes, directivos y expertos en educación.

“Los chicos coincidían en que los contenidos que hoy ven en el colegio no se conectan con los desafíos que van a tener que abordar en el mundo real, entre los cuales mencionaban la sustentabilidad y el cambio climático”, subraya Arratia.

Fuente: http://www.scidev.net/america-latina/comunicacion/noticias/chile-llevar-el-cambio-climatico-al-aula-escolar.html

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Preparados para el cambio: Ciudades en Transición

Isabel Benitez

El Movimiento de Transición propone alternativas ante las crisis climática y económica que asfixian a nuestras comunidades. 

Imaginen pasear por su localidad y poder recoger un tomate o una ciruela de un jardín público o de uno de los maceteros que decoran las calles. Suena bien, ¿verdad? O encontrar en ese mismo lugar plantas medicinales o hierbas que puedan usar para preparar una reconfortante infusión. Pues bien, ésta que, a priori, puede parecerles una propuesta algo irreal es precisamente una de las ideas por las que una pequeña localidad del norte de Cáceres se ha hecho famosa en nuestra región.

Carcaboso fue el primer municipio extremeño en adherirse al Movimiento de Transición, una revolución internacionalque pretende crear comunidades más sostenibles y autosuficientes capaces de afrontar las crisis climática y económica que nos atenazan.

En sociedades altamente dependientes de los combustibles fósiles y que han llevado el planeta a su límite, el Movimiento de Transición propone empezar desde cero: recuperar la producción y consumo locales (reduciendo intermediarios, empaquetado y cadenas de distribución de miles y miles de kilómetros), facilitar la generación de empleo y riqueza en nuestros barrios, pueblos y ciudades, o, por ejemplo, promover el uso de fuentes de energía limpias. Todo para reducir el impacto que nuestras acciones tienen sobre la naturaleza, reconectarnos con nuestro entorno y nuestra comunidad, y hacernos más libres.

La semilla

El Movimiento de Transición o de Ciudades en Transición (su nombre original es Transition Towns) nació en Irlanda allá por el año 2005.

Todo comenzó cuando Louise Rooney, un estudiante que asistía a las clases de permacultura de Rob Hopkins, decidió dar vida a lo que, hasta el momento, había sido un simple planteamiento teórico. En las aulas, alumnos y docentes habían alumbrado un proyecto para la creación de un futuro más sostenible, por lo que, ansioso de demostrar su viabilidad, Rooney lo llevó al ayuntamiento de su localidad. Las autoridades de Kinsale aceptaron el reto. Un año después, era el propio Hopkins el que trasladaba este modelo a su pueblo natal, Totnes (Inglaterra), ahora convertido en la meca del Movimiento de Transición.

De este modo, lo que empezó como un proyecto piloto no tardó en propagarse como un virus (benigno) y extenderse por toda la geografía británica, Europa y los cuatro continentes restantes. Hoy existen más de 1.800 experiencias en todo el mundo.

En España, estas iniciativas que comenzaron a gestarse en 2008 ya ascienden a 50. Engloban desde barrios aislados de Barcelona hasta pueblos y ciudades enteras como Zarzalejos (donde se celebraba en 2011 la configuración de la Red de Transición de España, la asociación que representa, promueve y apoya este tipo de proyectos en nuestro país), Cardedeu, Puebla de los Infantes, Granada o el propio Carcaboso.

Qué, cómo y por qué

Lorena Rodríguez, la actual alcaldesa de la localidad cacereña, explica con simpatía cómo surgió Carcaboso en Transición. “Carcaboso es un municipio muy chiquitito, y pensamos ‘¡pues en algo tenemos que destacar!’”.

Fue así como esta localidad de 1.200 habitantes creó sus primeros jardines comestibles (precisamente, una de las propuestas más innovadoras de Totnes) y montó su primer gallinero comunitario, inició las cesiones de huertos ecológicos a sus vecinos, y llegó a un acuerdo con restaurantes y tiendas para que priorizaran los productos locales en sus establecimientos. A ellos se unen sus campos de experimentación agrícola, pero también campañas ajenas al sector de la alimentación como la renovación de los sistemas eléctricos para la implantación de energías renovables, o los talleres y seminarios de ecología y economía social. La lista de proyectos es casi interminable.

“Hay una premisa de partida y es que la transición no sólo es necesaria, sino que está sucediendo ya y es inevitable”, explica Juan del Río, miembro de la Red de Transición España. “El modelo socioeconómico en el que vivimos se está cayendo a pedazos. El Movimiento de Transición trabaja para que en ese proceso de cambio vayamos a un futuro coherente, y un mundo en el que podamos vivir de la manera más justa, más feliz y más adaptada a lo local posible.”

Frenos al progreso

Pese a sus nobles intenciones y ambiciosos objetivos, son sin embargo numerosas las iniciativas de transición que se quedan en el camino y no consiguen cuajar. A juicio de Juan del Río, el momento actual ofrece innumerables oportunidades para que germinen las simientes del Movimiento de Transición, pero esta hermosa planta hay que regarla y mimarla y no siempre las condiciones atmosféricas ni los cuidados que le ofrecemos son los más adecuados. Para el también autor de la primera Guía del Movimiento de Transición escrita en español, hay que distinguir entre barreras (externas, sobre las que no se puede actuar, pero que están ahí, como puede ser la falta de apoyo público o de recursos) y dificultades (inherentes al propio grupo o proyecto y que se pueden atajar con más facilidad). Al hablar de estas últimas, Del Río recuerda:

“No estamos acostumbrados a usar herramientas para trabajar de manera colectiva, no sabemos resolver los conflictos u organizarnos de manera cooperativa. También nos cuesta buscarnos la vida para conseguir los recursos necesarios. Y está el tema de cómo nos comunicamos en nuestro barrio, en nuestro pueblo, para hacer llegar este mensaje. Son cosas que tenemos que aprender de nuevo.”

La alcaldesa de Carcaboso destaca el papel que las autoridades locales deben jugar en este proceso de transición:

“Implica cambios de funcionamiento; te olvidas de que la decisión la toma un equipo de gobierno y se abre la participación a los vecinos. Esto va a más, pero cuesta porque los cambios nunca gustan y se hacen despacio. Aún así, en los municipios en los que se está haciendo las ventajas son tremendas.”

La otra parte le toca a los propios ciudadanos:

“Hay que trabajar en que la persona se crea que sus opiniones valen”, asegura Lorena Rodríguez. “Muchas veces la gente tiene miedo a opinar, a decidir y presentar unas propuestas. Me dicen ‘No, no voy a decir una sandez’, y yo siempre les respondo que cuatro ojos ven mucho más que dos”.

Aquí y ahora

El sueño de Carcaboso es convertirse en un municipio autogestionado por sus vecinos, “que seamos autosuficientes y no tengamos que depender de nadie para creer en nuestro pueblo”, en palabras de Lorena Rodríguez. Un reto que muchas otras localidades de nuestra región compartirán. Y es que Extremadura tiene sin duda el potencial para conseguirlo. Posee los recursos naturales pero, sobre todo, el capital humano y ese sentimiento de vecindad y comunidad que en el Movimiento de Transición se antoja tan necesario. Como asegura Juan del Río, “estamos en un momento en que hay que ocuparse más que preocuparse”. Y si la materia prima es buena, el resultado tiene que ser óptimo.Por supuesto, el hecho de que una iniciativa no lleve el apellido de en Transición no significa que sea menos importante o no sea válida en la lucha por el cambio. Pese a que en Extremadura no existen más municipios que se autodenominan de este modo, como Carcaboso, hay proyectos reseñables en ámbitos muy diversos (no sólo valen los grupos de agricultura ecológica y alimentación) que siguen una filosofía muy próxima al modelo de raíces británicas. Las propuestas de moneda social de Logrosán y Almendralejo sirven de prueba.

Fuente del articulo: https://isabelrbenitez.wordpress.com/2015/03/30/ciudades-transicion/

Fuente de la imagen: https://isabelrbenitez.wordpress.com/2015/03/30/ciudades-transicion/jardin-comestible/#main

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Book: Globalisation of concern III

Globalisation of concern III
Essays on climate justice, education, sustainability and technology

Aidan G. Msafiri. [Autor]
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ISBN: 978-2-88931-098-2
Globethics.net
Suiza – Ginebra
Marzo de 2016
In this third collection of essays under the title of Globalisation of Concern, Aidan G. Msafiri addresses the pressing topical subjects of our time providing ethical orientations on the ethics of land justice and sustainability, the role and relevance of education and the developments of technology and cyberspace in societies. The Christian, African and global perspective of this book makes it an important source for students and decision-makers in all sectors of society. A book of reflection and hope.

To download, click here:

Descargar .pdf

Source:

http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana-cm/libro_detalle.php?id_libro=1554&pageNum_rs_libros=3&totalRows_rs_libros=1444

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México: Realizarán Tercer Congreso de Investigación Educativa

México/ Septiembre de 2016/El Méxicano

LaRed de Investigadores Educativos A.C, dieron a conocer que del 10 al 12 de noviembre se realizará el III Congreso de Investigación Educativa, con la participación de 320 ponentes procedentes de los Estados Unidos, Reino Unido, Chile, España, Colombia, Francia y Ecuador, el evento se desarrollará en el Centro Cultural Universitario, así lo dieron a conocer los investigadores Rosa Isela Romero Gutiérrez, Laura Griselda Loya Ortega, así como Jesús Humberto Burciaga Robles. Aquí se pondrá a discusión teorías, filosofía de la educación, inclusión, multiculturalismo en la educación, Gestión política educativa, entre otras.

Aquí se tendrá un simposio, presentaciones de libros, ponencias sobre la innovación metodológica y de investigación educativa, donde también destacaron la importancia de la participación de investigadores y docentes de la región fronteriza, además de académicos e investigadores de distintas regiones del país. El encuentro se estará desarrollando de las 9:00 de la mañana a 7:00 de la tarde.

Se abundarán en diversas temáticas durante el desarrollo del Congreso, en donde se pondrán a discusión los temas que para cualquier docente resulta trascendente, como los de teorías, filosofía de la educación, inclusión, multiculturalismo en la educación, Gestión política educativa, entre otras en donde se genera conocimiento para resolver problemas en nuestra sociedad.

Serán instaladas 43 mesas de trabajo, en las que se promoverá el diálogo, intercambio de opiniones, experiencias vivenciales y propuestas sobre diversas problemáticas y necesidades de la educación en el estado de Chihuahua y el país, relativas a la interculturalidad y sustentabilidad en la educación, políticas y gestión en la educación, conocimientos y prácticas educativas, procesos de formación y actores de la educación.

Fuente: http://www.oem.com.mx/elmexicano/notas/n4280450.htm

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La ecología de Marx y Engels ante el desarrollo capitalista

Por: Roberto Andrés

En el pensamiento de Marx y Engels hay varios aspectos que nos permiten ligar su historia con lo que el naturalista Ernst Haeckel definía como ecología, cuyo denominador común es lo concerniente al metabolismo entre sociedad y naturaleza.

Empecemos aclarando que la ecología nace como rama de la biología. Quien acuñó el término fue el naturalista alemán Ernst Haeckel, admirador y divulgador de la obra de Darwin en su país en la segunda mitad del siglo XIX. Su trabajo Los enigmas del universo (1899) le valieron, por una parte, el desprecio y una campaña feroz por parte de todo el idealismo místico reaccionario que dominaba en la filosofía y la teología de la época y, por otra, la simpatía de Vladimir Lenin y Franz Mehring. En Materialismo y empirocriticismo, el revolucionario ruso hace una acérrima defensa del “célebre naturalista” quien a pesar de expresar “las opiniones, disposiciones de ánimo y tendencias más arraigadas, aunque insuficientemente cristalizadas, de la aplastante mayoría de los naturalistas de fines del siglo XIX y principios del XX, demuestra de golpe, con facilidad y sencillez, lo que la filosofía profesoral pretendía ocultar al público y a sí misma, a saber: que existe una base, cada vez más amplia y firme, contra la cual vienen a estrellarse todos los esfuerzos y afanes de las mil y una escueluchas del idealismo filosófico, del positivismo, del realismo, del empiriocriticismo y demás confusionismos. Esa base es el materialismo de las ciencias naturales”. Para el revolucionario alemán Franz Mehring “el libro de Haeckel, tanto por sus puntos flacos como por sus puntos fuertes, es extremadamente valioso para ayudar a aclarar las opiniones que han llegado a ser un tanto confusas en nuestro Partido sobre lo que representa para éste el materialismo histórico” (…). “Todo aquel que quiera ver de modo palpable esa incapacidad (la incapacidad del materialismo de las ciencias naturales ante las cuestiones sociales) y tener plena conciencia de la imperiosa necesidad de ampliar el materialismo de las ciencias naturales hasta el materialismo histórico, a fin de hacer de él un arma verdaderamente invencible en la gran lucha de la humanidad por su emancipación, que lea el libro de Haeckel. (…) Su punto extremadamente flaco está indisolublemente ligado a su punto extremadamente fuerte: a la exposición clara y brillante del desarrollo de las ciencias naturales en el siglo XIX, o en otros términos, a la exposición de la marcha triunfal del materialismo de las ciencias naturales”.

Ökologie

Haeckel, en Morfología general de los organismos (1866), acuñó el concepto ökologie, del griego οἶκος (hogar) y λογία (estudio), para referirse a “la enseñanza de la economía de la naturaleza”, a “la ciencia de la economía, modo de vida y relaciones externas vitales mutuas de los organismos”, al “estudio de la economía de las interrelaciones de los organismos”. Es significativo el uso del concepto eco en Haeckel. Este lo entendía como economía de la naturaleza (en donde era fundamental el intercambio de materia y energía, y su transformación por las comunidades biológicas) y no como medioambiente. Para definir la relación de los organismos con su medio geográfico, Haeckel había acuñado otro concepto: corología. Sin embargo, más adelante, en 1868, en su Historia natural de la Creación, afirma que “la ecología de los organismos [es] el conocimiento de la suma de las relaciones de los organismos con el mundo externo que los rodea, de las condiciones orgánicas e inorgánicas de su existencia”. La ciencia de la ecología, según Haeckel, “a menudo considerada equivocadamente como ‘biología’ en un sentido restringido, constituye desde hace tiempo la esencia de lo que generalmente se denomina ‘historia natural’”.

El concepto de ecología de Haeckel se fue dando a conocer con lentitud y no encontró inmediata acogida en la literatura darwinista, ni se puso de moda sino hasta mediados del siglo XX. Marx y Engels, que conocían bien la obra de Haeckel, y que veían a la especie humana en términos evolucionistas, como parte del mundo animal (rechazando la visión teleológica, metafísica, que situaba a los seres humanos en el centro de la creación), adoptaron el concepto más antiguo de “historia natural” (equivalente como dijera Haeckel a su nuevo término ökologie), aunque lo aplicarían en un modo baconiano, es decir, centrado en la historia natural de los seres humanos en relación con la producción.

En el pensamiento y las preocupaciones de Marx, Engels y los principales representantes de su corriente hay varios aspectos que nos permiten ligar su historia con la historia de lo que Haeckel definía como öklogie, y cuyo denominador común es lo concerniente al metabolismo entre sociedad y naturaleza (y su fractura total bajo el capitalismo). Nos centraremos básicamente en tres: la importancia del desarrollo de las ciencias naturales para una comprensión profunda del mundo y de la historia humana, el problema concerniente a la coevolución de las especies, y el problema del desarrollo sostenible de la agricultura, ante la industria capitalista, en el conflicto de la contradicción entre la ciudad y el campo.

La marcha triunfal de las ciencias naturales

Lenin, en Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo (1913), señalaba que, en la lucha contra toda la escoria medieval arraigada en las instituciones y en las ideas, “el materialismo se mostró como la única filosofía consecuente, fiel a todo lo que enseñan las ciencias naturales, hostil a la superstición, a la mojigata hipocresía”, y que, por eso, los enemigos de la democracia “empeñaron todos sus esfuerzos para tratar de difamar el materialismo en defensa de las diversas formas del idealismo filosófico”. Para el viejo bolchevique “Marx y Engels defendieron del modo más enérgico el materialismo filosófico y explicaron reiteradas veces el profundo error que significaba toda desviación de esa base”.

Mientras Marx hizo extensivo el conocimiento de la naturaleza al conocimiento de la sociedad humana, dando nacimiento al materialismo histórico, Engels aportó con la relación más directa entre el marxismo y la ciencia. Tanto para él, pero también para Marx, una concepción materialista y dialéctica de la naturaleza no sólo era posible sino que, en gran parte, ya la había proporcionado para el mundo natural El origen de las especies de Charles Darwin. En el viejo prólogo del Anti-Dühring, obra considerada por Lenin “de cabecera para todo obrero con conciencia de clase”, Engels destacaba que el potente desarrollo de las ciencias naturales planteaba la necesidad de superar los límites del pensamiento formal aristotélico, así como de ordenar desde el punto de vista teórico los resultados de las investigaciones científicas. A esta concepción materialista del mundo, cuyos orígenes se remontaban al pensador griego Epicuro, Marx y Engels incorporan a través de una síntesis la dialéctica hegeliana, la doctrina del desarrollo -en palabras de Lenin- “en su forma más completa, profunda y libre de unilateralidad, la doctrina acerca de lo relativo del conocimiento humano, que nos da un reflejo de la materia en perpetuo desarrollo”.

Esto puede observarse cuando en una carta enviada por Marx a su amigo Engels, el primero, a partir de sus observaciones sobre la teoría de la evolución de Darwin, le dice al segundo que “el descubrimiento de Hegel en relación a la ley de que los cambios meramente cuantitativos se vuelven cambios cualitativos… se sostiene igualmente bien en la historia como en la ciencia natural”. La naturaleza, en otras palabras, es ella misma dialéctica, de modo que las teorías adecuadas en las ciencias naturales deberán tener necesariamente una estructura dialéctica. El libre movimiento de la materia, según Marx “no es más que una paráfrasis del método con el que tratamos a la materia, es decir, del método dialéctico”. Mientras que para Engels “no se trata de construir las leyes de la dialéctica de la naturaleza sino de descubrirlas en ella”, por su parte, para el ruso, “los recientes descubrimientos de las ciencias naturales como el radio, los electrones o la trasformación de los elementos, son una admirable confirmación del materialismo dialéctico de Marx”.

En El rol del trabajo en la transformación del mono en hombre, Engels señala que “en efecto, cada día aprendemos a comprender mejor las leyes de la naturaleza y a conocer tanto los efectos inmediatos como las consecuencias remotas de nuestra intromisión en el curso natural de su desarrollo”. Para el alemán, “sobre todo después de los grandes progresos logrados en este siglo por las ciencias naturales, nos hallamos en condiciones de prever y controlar cada vez mejor las remotas consecuencias naturales de nuestros actos en la producción”.

Coevolución

Esta concepción de control lejos de tratarse de una concepción prometeica -en palabras de Engels, como de “un conquistador sobre un pueblo conquistado”-, se basa en una visión de interdependencia de la sociedad y la naturaleza, cuando dice “cuanto más sea esto una realidad, más sentirán y comprenderán los hombres su unidad con la naturaleza, y más inconcebible será esa idea absurda y antinatural de la antítesis entre el espíritu y la materia, el hombre y la naturaleza, el alma y el cuerpo”, idea que Engels denuncia comienza a difundirse por Europa con la decadencia de la antigüedad clásica y adquiere su máximo desenvolvimiento en el cristianismo medieval.

Esta idea de coevolución heredada a partir de sus análisis de la obra de Darwin se manifiesta con mayor claridad al analizar la situación de “los italianos de los Alpes, que talaron los bosques de pinos de las laderas del sur, conservados con tanto celo en las laderas del norte”. Por una parte, según Engels, estos “no tenían idea de que con ello destruían las raíces de la industria lechera en su región, y mucho menos podían prever que al proceder así privaban de agua a sus manantiales de montaña la mayor parte del año”. Por otra parte, con este proceder también generaban además que las laderas de las montañas pudiesen, “al llegar el período de las lluvias, vomitar con tanta mayor furia sus torrentes sobre la planicie. (…) Así, a cada paso, los hechos nos recuerdan que nuestro dominio sobre la naturaleza no es como la de un conquistador sobre un pueblo conquistado, no es el dominio de alguien situado fuera de la naturaleza, sino que nosotros, por nuestra carne, nuestra sangre y nuestro cerebro, pertenecemos a la naturaleza, nos encontramos en su seno, y todo nuestro dominio sobre ella consiste en que, a diferencia de los demás seres, somos capaces de conocer sus leyes y de aplicarlas de manera juiciosa”.

Gracias a un conocimiento de la evolución y la aplicación de la dialéctica hegeliana, Engels logra trascender las formas mecanicistas del pensamiento, algo de gran importancia, puesto que en su visión (como en la de Marx) la concepción de la historia natural que salía del análisis de Darwin era la que permitía entender la naturaleza en términos de surgimiento. En su plan para la Dialéctica de la naturaleza, obra inconclusa de 1876 y que solo se conocerá en 1925, Engels indicaba que la discusión en torno a los “límites del conocimiento” en relación con la biología deberían comenzar con el electrofisiólogo alemán Emil Du Bois-Reymond, cuya tradición también se remontaba a Epicuro, y quien en las décadas de 1870 y 1880, había argumentado que la teoría evolucionista podía proporcionar la respuesta al origen de la vida, precisamente porque la relación de la vida con la materia es una relación de surgimiento.

Según Bellamy Foster (La ecología de Marx), “fue este naturalismo complejo, dialéctico, en el que se veía a la naturaleza como prueba de la dialéctica, el que explica la brillante colección de ideas ecológicas que impregna el pensamiento tardío de Engels”. Este, en Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana (otro libro de cabecera “para todo obrero con conciencia de clase”, según Lenin), argumentaba que la revolución darwiniana y el descubrimiento de la prehistoria habían hecho posible, por primera vez, un análisis de la “prehistoria de la mente humana… que a través de diversas etapas de la evolución, desde el protoplasma de los organismos inferiores, simple y carente de estructura pero sensible a los estímulos, continuaba ascendiendo hasta el pensante cerebro humano”.

Sustentabilidad

Si Engels se sumergía en las profundidades de la teoría de la evolución de Darwin para extraer de ella un análisis de la coevolución de las especies, Marx se volcó de lleno al estudio del trabajo del químico agrícola alemán Justus Von Liebig, para sumergirse en las profundidades del problema de la tierra y su desarrollo sustentable.

En la década de 1860, cuando Marx escribía El Capital, este había llegado al convencimiento de la insostenibilidad de la agricultura capitalista debido a dos hechos: el sentimiento más general de crisis en la agricultura europea y norteamericana ligada a la disminución de la fertilidad natural del suelo, y un giro en la obra del propio Liebig a partir de 1850 hacia una fuerte crítica ecológica del desarrollo capitalista. Justamente en este periodo (1830-1880) es cuando se da lo que muchos historiadores de la agricultura consideran la Segunda revolución agrícola, subproducto de la gran Revolución industrial británica del siglo anterior, caracterizada por el crecimiento de la industria de los fertilizantes y el desarrollo de la química de los suelos. Si bien en un primer momento, tanto Marx como Engels, incluido el propio Liebig, reaccionaron ante esta revolución tecnológica de la agricultura llegando a la conclusión de que, en el futuro cercano, el progreso agrícola podría dejar atrás a la propia industria, esta valoración optimista dejaría lugar en la década del 60 a una comprensión mucho más sofisticada de la degradación ecológica en la agricultura.

Es significativo que Marx le haya comentado a Engels, un año antes de la publicación de El Capital, que al desarrollar la crítica de la renta de la tierra, haya tenido que vérselas con “la nueva química agrícola que se está haciendo en Alemania, en particular Liebig y Schönbein, que tiene más importancia para esta cuestión que todos los economistas juntos”. En efecto, todas estas tempranas teorías de la economía clásica adolecían de la falta de comprensión científica de la composición del suelo, algo que se manifestaba con mayor agudeza en Ricardo y Malthus. Esto se debía fundamentalmente al estado en el que por entonces se hallaba la química agrícola, lo que provocaba que las causas reales del agotamiento de la tierra fuesen desconocidas para cualquiera de los economistas que habían escrito acerca de la renta diferencial. Marx, que había estado estudiando la obra de Liebig desde la década de 1850, estaba impresionado por la introducción crítica a la edición de 1862 de su Química orgánica en su aplicación a la agricultura y la fisiología, integrándola dialécticamente con su propia crítica de la economía política que ya había bosquejado en los Grundrisse de 1858.

En la Química Orgánica (1840) Liebig había diagnosticado que el problema se debía al agotamiento del nitrógeno, el fósforo y el potasio, nutrientes esenciales de la tierra que iban a parar a las cada vez más crecientes ciudades y que no solo no eran restituidos a la tierra sino que además contribuían a la contaminación urbana. Lo primero era parcialmente resuelto con el desarrollo de la implementación del sistema de fertilizantes sintéticos, pero esto llevó al desarrollo a su vez de una dependencia casi total en todos los países del uso de estos fertilizantes. Para la introducción de 1962 de la Química Orgánica, Liebig muestra un giro a través de una crítica terrible de la agricultura capitalista británica al señalar que “si no logramos que el agricultor tome una mejor conciencia de las condiciones bajo las cuales produce, y no le damos los medios necesarios para el aumento de su producción, las guerras, la emigración, las hambrunas y las epidemias necesariamente crearán las condiciones de un nuevo equilibrio que socavará el bienestar de todos y finalmente conducirá a la ruina de la agricultura”.

La conclusión fundamental que saca Marx sobre estas cuestiones se puede sintetizar de la siguiente manera: la producción capitalista no solo destruye la salud física de los obreros urbanos y la vida espiritual de los trabajadores rurales, sino que a la vez “perturba la circulación material entre el hombre y la tierra, y la condición natural eterna de la fertilidad durable del suelo, volviendo cada vez más difícil la restitución a este de los ingredientes que le son quitados y que son usados en forma de alimentos, ropa, etcétera”. Es elemental aquí el concepto que expone de metabolismo entre la sociedad y la naturaleza (que ya venía abordando desde los Grundrisse), específicamente al decir “entre el hombre y la tierra”. Para Marx, la relación unilateral y antagónica entre la ciudad y el campo, basado en el desarrollo del comercio a grandes distancias, llevaba a un despojo irreparable de los nutrientes del suelo por parte de la industria capitalista, “socavando al mismo tiempo las dos fuentes de donde mana toda riqueza: la tierra y el trabajador”. Para Marx, cada progreso de la agricultura capitalista, cada progreso en el arte de incrementar su fertilidad por un tiempo “es un progreso en la ruina de las fuentes durables de fertilidad”.

Marx señala que se trata de “una fractura irreparable en el metabolismo social, metabolismo que prescriben las leyes naturales de la vida misma”. Los dos elementos concretos en los que se apoya Marx para esta definición son, por un lado, la inevitable unidad del desarrollo industrial entre el campo y la ciudad, en la que esta última no solo despoja al primero de sus nutrientes sino que también le brinda a través del comercio los suministros para tal agotamiento. Por otro lado, reduce la población agraria “a un mínimo siempre decreciente y la sitúa frente a una población industrial hacinada en grandes ciudades”, proyectando socialmente de este modo la fractura metabólica con la tierra.

Esta discusión, lejos de desaparecer, se mantiene en el marxismo de la Segunda internacional. Figuras como August Bebel, Karl Kausky, Vladimir Lenin y Rosa Luxemburg incorporaron estas cuestiones a sus preocupaciones. Esto lo trataremos en otra ocasión.

Tomado de: http://www.laizquierdadiario.com/La-ecologia-de-Marx-y-Engels-ante-el-desarrollo-capitalista

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México: Piden instituir educación ambiental en todos los niveles

México/Septiembre de 2016/eldiariodecoahuila

El diputado Javier de Jesús Rodríguez Mendoza presentó una iniciativa con Proyecto de Decreto para que se eduque sobre la conservación en todos los niveles de enseñanza.
La propuesta es para reformar el artículo 118 de la Constitución Política del Estado de Coahuila de Zaragoza para que se incorpore el desarrollo armónico como concepto de la conservación del medio ambiente.
Dijo que la educación ambiental contribuye a la toma de conciencia de nuestra realidad global, y del tipo de relaciones que los hombres establecen entre sí y con la naturaleza.
Agregó que aún no hay suficientes acciones para crear una conciencia ambiental, por lo que se deben redirigir las estrategias hacia la creación de normas que permitan la existencia de educadores ambientales.
«La sustentabilidad en el Estado es probablemente uno de los desafíos más grandes a enfrentar, si bien contamos con importantes programas y mecanismos de protección, así como con reservas naturales, en municipios de la entidad hemos presentado problemas al respecto”, expresó durante la Primera Sesión del Segundo Periodo Ordinario, de la Sexagésima Legislatura.
Fuente: http://www.eldiariodecoahuila.com.mx/locales/2016/9/2/piden-instituir-educacion-ambiental-todos-niveles-601457.html
Fuente de la Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=Piden+instituir+educaci%C3%B3n+ambiental+en+todos+los+niveles&espv=2&biw=1024&bih=445&tbm=isch&source=lnms&sa=X&ved=0ahUKEwjY2uzQ0fHOAhUIQiYKHfj8BS0Q_AUIBygC&dpr=1#imgdii=TdR-K_qUl1pfMM%3A%3BTdR-K_qUl1pfMM%3A%3BhVqiYgHsEgI11M%3A&imgrc=TdR-K_qUl1pfMM%3A

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