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Las mujeres afganas pierden la esperanza de recuperar sus derechos tras más de 1.000 días sin educación.

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El 15 de agosto de 2021, marcó un nuevo capítulo oscuro en la historia de Afganistán cuando los talibanes retomaron el poder. Una víctima de esta situación es Amal, una estudiante universitaria de 24 años que soñaba con convertirse en una gran periodista. Hoy, sin embargo, su vida ha dado un giro dramático debido a la prohibición de la educación para las niñas mayores de 12 años impuesta por los talibanes.

Amal, cuyo nombre real se mantiene en secreto, comenzó a manifestarse en las calles junto a otras mujeres poco después de la toma de poder de los talibanes. A pesar de las amenazas y la violencia, incluso estableció una escuela clandestina en su casa. Sin embargo, los talibanes irrumpieron en su casa hace siete meses, amenazando con matarla a ella y a su familia, y la golpearon brutalmente. Amal, al igual que muchas mujeres afganas, vive en clandestinidad y soledad, luchando por su derecho a la educidad y sintiéndose abandonada por la comunidad internacional.

La comunidad internacional ha sido rápida para condenar las acciones de los talibanes, pero sus palabras han tenido poco impacto en la realidad de las mujeres en Afganistán. Los talibanes no han revocado ninguna de sus prohibiciones a las mujeres, y países vecinos como Rusia y China están dando pasos hacia el reconocimiento de su gobierno. La ONU incluso ha invitado a los talibanes a participar en una conferencia internacional sobre Afganistán en Doha, Qatar, a finales de junio.

Esta invitación ha causado indignación entre los grupos de mujeres afganas que han estado protestando contra lo que los expertos de Naciones Unidas describen como un «apartheid de género«. Estas mujeres temen que se estén dando pasos hacia la normalización de los talibanes. La soledad y el aislamiento de las mujeres afganas son tales que estas activistas solo pueden protestar fotografiándose con la cara tapada y pancartas en sus manos dentro de sus casas. Algunas, las más valientes, incluso se atreven a salir a la calle para protestar, a pesar de la represión brutal.

El jueves pasado, marcó 1.000 días desde que las adolescentes afganas fueron prohibidas de estudiar por los talibanes. La agencia de las Naciones Unidas para la infancia, Unicef, se unió a la conmemoración de este día sombrío, deplorando las 3.000 horas de educación que se han perdido para un millón y medio de jóvenes afganas. Esta pérdida amenaza su autonomía y su futuro.

Además de la educación, los talibanes también han prohibido el derecho al trabajo para las mujeres afganas, su libertad de movimiento, e incluso su libertad de expresión. El último de estos ataques se anunció recientemente, cuando el líder supremo de los talibanes, Hibatullah Ajundzadá, limitó el salario de todas las mujeres del país a una cantidad insignificante, independientemente de su edad, puesto de trabajo, experiencia y formación académica.

En Afganistán, ya no hay policías, juezas, diputadas, abogadas, ni apenas funcionarias, ni periodistas mujeres. Los talibanes también han prohibido a las mujeres trabajar en ONG y en las agencias de la ONU, con contadas excepciones en los ámbitos sanitario y educativo. La educación secundaria y superior también están prohibidas para las mujeres. En diciembre de 2022, los talibanes prohibieron a las mujeres estudiar en la universidad. En abril de 2023, cerraron las academias privadas donde muchas niñas estudiaban idiomas o matemáticas, entre otras disciplinas, incluidas en una lista de materias «no aptas» para mujeres.

Las afganas, y por consiguiente sus hijos pequeños, tienen prohibido viajar sin un guardián masculino y no pueden entrar en parques infantiles ni naturales. Tampoco pueden entrar en gimnasios, ni en baños públicos, ni siquiera ir de pícnic al campo. Los fundamentalistas han cerrado peluquerías y salones de belleza y les han prohibido llamar a programas de radio. El Comité para la Protección de los Periodistas, con sede en Nueva York, denunció en abril que tres periodistas habían sido detenidos por aceptar llamadas de oyentes femeninas.

Entre junio de 2023 y marzo de 2024, el «régimen asfixiante» que rige Afganistán aprobó 52 reglamentos que atentan contra los derechos de las mujeres y las niñas del país, según un informe del relator especial de Naciones Unidas para los derechos humanos en Afganistán, Richard Bennett.

A finales de marzo, el emir Ajundzadá anunció en la radiotelevisión pública del país una enésima y grave decisión contra las mujeres afganas: la reinstauración de la flagelación pública y la lapidación de mujeres por adulterio. En reacción a esta decisión, Sahar Fetrat, investigadora afgana de Human Rights Watch, afirmó en declaraciones al diario The Guardian que la inacción de la comunidad internacional explica este anuncio.

Sin educación ni perspectivas de tener un trabajo, la suerte de muchas adolescentes afganas está echada. Las organizaciones internacionales alertan de la relación directa entre el abandono escolar, los matrimonios forzados y las maternidades precoces, y la perpetuación de la pobreza. El costo económico anual de la prohibición de trabajar a las mujeres afganas es de unos 934 millones de euros, el 5% del PIB del país, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Desde su escondite en Kabul, Amal deplora que la violación de los derechos de las mujeres no solo no haya provocado una intervención de la comunidad internacional, sino que se ha convertido en una herramienta de chantaje de los talibanes para alcanzar «sus objetivos políticos». El primero, el de ser reconocidos como gobernantes legítimos de Afganistán. Algunas voces, como la del Gobierno chino, defienden ya que hay que hablar con ellos.

https://mediatribu.cl/2024/06/18/las-mujeres-afganas-pierden-la-esperanza-de-recuperar-sus-derechos-tras-mas-de-1-000-dias-sin-educacion-internacional/

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Estados Unidos impone restricciones de visa a talibanes vinculados a la represión de mujeres y niñas en Afganistán

Estados Unidos impone nuevas restricciones de visa contra algunos miembros y exintegrantes talibanes, miembros de grupos de seguridad no estatales y otros que se cree que están involucrados en la represión de los derechos de las mujeres y las niñas en Afganistán, anunció el miércoles el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken.

El anuncio se produce más de un mes después de que los talibanes anunciaran la prohibición de que las mujeres asistieran a universidades y trabajaran con organizaciones no gubernamentales (ONG). Blinken citó esas decisiones como una contribución a las nuevas prohibiciones de visas y dijo que EE.UU. condena las acciones en “los términos más enérgicos”.

“Los edictos más recientes de los talibanes prohíben que las mujeres ingresen a las universidades y trabajen con ONG, y amplían las medidas anteriores de los talibanes que cerraron las escuelas secundarias a las niñas y limitaron la capacidad de las mujeres y las niñas para participar en la sociedad y la economía afganas”, dijo Blinken en un comunicado del Departamento de Estado.

“A través de estas decisiones, los talibanes han vuelto a mostrar su desprecio por el bienestar del pueblo afgano”, añadió.

La declaración del Departamento de Estado no nombró a los afectados por la medida.

Blinken se refirió a otras acciones de los talibanes que han socavado los derechos de las mujeres y las niñas desde que el grupo tomó el control del país tras la caótica retirada militar estadounidense en 2021.

“Hasta ahora, las acciones de los talibanes han obligado a más de un millón de niñas y mujeres jóvenes afganas en edad escolar a abandonar las aulas, con más mujeres fuera de las universidades e innumerables mujeres afganas fuera de la fuerza laboral. Estos números solo crecerán a medida que pase el tiempo, empeorando las ya graves crisis económicas y humanitarias del país”, dijo Blinken.

Al considerar que la igualdad de acceso a la educación y el trabajo es un «componente esencial para la vitalidad y la capacidad de recuperación de poblaciones enteras», Blinken dijo que estos pasos dañarán la posición de los talibanes a nivel mundial.

“Los talibanes no pueden esperar el respeto y el apoyo de la comunidad internacional hasta que respeten los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos los afganos, incluidas las mujeres y las niñas”, dijo Blinken.

Blinken se comprometió una vez más a trabajar junto a los aliados para imponer “costos significativos” a las acciones de los talibanes.

Fuente: https://cnnespanol.cnn.com/2023/02/02/estados-unidos-impone-restricciones-de-visa-a-talibanes-represion-de-mujeres-y-ninas-trax/

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Buscan restablecer acceso de mujeres afganas a educación y trabajo

Prensa Latina 
El Ministerio del Interior de Afganistán informó hoy que el Emirato Islámico (gobierno Talibán) trabaja en formas de reabrir las universidades para mujeres y facilitar su acceso al trabajo.

En un comunicado, el titular interino de Interior, Sirajuddin Haqqani, divulgó que se reunió en Kabul con el enviado de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas para Afganistán (Unama), Markus Potzel, quien compartió sus preocupaciones sobre las restricciones a la educación para las féminas en el país.

Haqqani dijo que se están realizando esfuerzos para encontrar una solución permanente dentro de la Sharia (ley islámica) y acorde con la cultura afgana.

El Ministerio del Interior dijo que los líderes del Emirato Islámico están comprometidos con el bienestar y la prosperidad de la gente, y que se están realizando esfuerzos para abordar el problema, informó el portavoz de la cartera, Abdul Nafay Takor.

De acuerdo con la Unama, Potzel transmitió el llamado de la comunidad internacional para levantar las prohibiciones de trabajo y educación para mujeres y niñas en Afganistán.

Poco después de su llegada al poder, en agosto de 2022, el Talibán prohibió el acceso a la educación para las niñas con estudios superiores al sexto grado, lo que ha generado fuertes reacciones dentro y fuera del país desde entonces.

Tras esa primera medida en contra del sector femenino, el Emirato Islámico limitó también el acceso de las mujeres al empleo, comenzando por las que se desempeñaban en oficinas del gobierno; y el mes pasado, prohibió el empleo de las féminas en Organizaciones No Gubernamentales.

Buscan restablecer acceso de mujeres afganas a educación y trabajo

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Nuevo ministro talibán diluye esperanzas de escuelas femeninas de Afganistán

La designación este miércoles de un nuevo ministro de Educación en Afganistán, un erudito conservador cercano al líder supremo de los talibanes, diluye la posibilidad de reabrir las escuelas secundarias femeninas en el país, cerradas desde la llegada al poder de los fundamentalistas hace un año.

El ex jefe del consejo de eruditos de la provincia meridional de Kandahar Malawi Habibullah Agha es desde este miércoles el nuevo ministro de Educación, como parte de una serie de cambios en la Administración del Gobierno talibán de la que informó hoy el principal portavoz de los fundamentalistas, Zabiullah Mujahid.

Agha sustituye así al exministro Noorullah Munir, que estuvo casi un año al frente de esta cartera como parte del primer gabinete de los talibanes tras su llegada al poder, y mantuvo el cierre de las escuelas de secundaria femeninas, pese a mostrar en varias ocasiones su compromiso de reabrir los centros una vez las «adaptaran» a la ley islámica o sharía.

El nuevo ministro es una de las figuras más cercanas al líder supremo de los talibanes, Mawlawi Hibatullah Akhundzada, por lo que es visto como un perfil más conservador y se supone contrario a la reapertura de las escuelas de educación femenina.

A juicio de la activista afgana Nahid Noori, «el ministro anterior estaba bajo mucha presión de la nación afgana y de la comunidad internacional por no abrir las escuelas para niñas, por lo que el líder talibán ha decidido traer una nueva cara al ministerio para soportar la presión y hacer su trabajo» de acuerdo a sus ideas, dijo a Efe.

Desde la llegada al poder de los fundamentalistas el 15 de agosto de 2021, las mujeres han experimentado un deterioro en materia de derechos humanos que las acerca cada vez más al primer régimen talibán de 1996, cuando quedaron recluidas a las labores domésticas, sin posibilidad de trabajar o recibir educación académica.

La plétora de limitaciones impuestas a las mujeres en poco más de un año incluyen desde la imposición del burka hasta la segregación por sexos en lugares públicos o el veto a viajar sin velo y acompañadas de un familiar masculino en trayectos largos.

Pese a que durante este último año varios centros educativos trataron de reabrir las escuelas secundarias para mujeres, como ocurrió a principios de este mes en la provincia de Paktya, los talibanes reprimieron y ordenaron a los pocos días el cierre.

El decreto también apunta al exviceministro del Interior Mullah Mohammad Mohsin como nuevo gobernador de la provincia de Panjshir, donde recientemente se registraron enfrentamientos entre presuntos rebeldes del Frente de la Resistencia Nacional (NRF) y los talibanes.

El gobierno fundamentalista informó de la muerte de al menos 41 miembros del NRF, incluidos cuatro comandantes, en un operativo llevado a cabo en el antiguo bastión de la resistencia que luchó contra la toma del poder de los talibanes hace un año.

Fuente: https://www.swissinfo.ch/spa/afganist%C3%A1n-educaci%C3%B3n_nuevo-ministro-talib%C3%A1n-diluye-esperanzas-de-escuelas-femeninas-de-afganist%C3%A1n/47917776

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La escuela secreta para niñas afganas que desafía al Talibán

Escondida en un barrio residencial se encuentra una de las nuevas escuelas «secretas» de Afganistán, un pequeño pero poderoso acto de desafío contra los talibanes.

Alrededor de una docena de alumnas adolescentes asisten a una clase de matemáticas.

«Sabemos de las amenazas y nos preocupamos por ellas», nos dice la única maestra, pero añade que la educación de las niñas vale «cualquier riesgo».

En casi todas las provincias del país, el Talibán ha ordenado que las escuelas secundarias de niñas permanezcan cerradas.

En la escuela que visitamos han hecho un trabajo impresionante tratando de replicar un salón de clases real, con filas de pulcros pupitres azules y blancos.

«Hacemos todo lo posible para hacer esto en secreto», dice la maestra, «pero incluso si me arrestan y me golpean, vale la pena».

alumnas de la escuela Sayed ul Shuhada en Kabul

En marzo, parecía que las escuelas de niñas estaban a punto de reabrir. Pero apenas una hora después de que comenzaran a llegar las alumnas, los líderes talibanes anunciaron un cambio repentino de política.

Las estudiantes de la escuela secreta, y muchas otras adolescentes, no han podido procesar el dolor.

«Han pasado dos meses y todavía no han vuelto a abrir las escuelas», nos dijo una joven de 19 años en el aula improvisada.

«Me pone muy triste», agregó cubriendo su rostro con las palmas de las manos para contener las lágrimas.

Pero también hay un estado de ánimo de desafío.

Otra estudiante de 15 años quería enviar un mensaje a otras niñas en Afganistán: «Sé valiente, si eres valiente nadie puede detenerte».

Las escuelas primarias para niñas reabrieron bajo el Talibán y, de hecho, han visto un aumento en la asistencia luego de la mejora de la seguridad en las zonas rurales del país, pero no está claro si las niñas mayores podrán volver a clase o cuándo lo harán.

Los talibanes han dicho que primero se debe crear el «ambiente islámico» correcto, aunque debido a que las escuelas ya estaban segregadas por género, nadie parece estar seguro de lo que eso significa.

Los funcionarios talibanes insisten repetidamente en público en que las escuelas para niñas reabrirán, pero también admiten que para ellos la educación femenina es un tema «delicado».

Posiciones encontradas

Durante su período anterior en el poder en la década de 1990, a todas las niñas se les impedía ir a la escuela, aparentemente debido a «preocupaciones de seguridad».

Ahora, varias fuentes le dijeron a la BBC que un puñado de personas de línea dura pero muy influyentes en el Talibán parecen todavía oponerse.

En privado, otros miembros del Talibán han expresado su decepción por la decisión de no abrir escuelas para niñas.

El Ministerio de Educación de los talibanes pareció sorprendido cuando los líderes anularon sus planes en marzo, y se cree que algunos altos funcionarios talibanes están educando a sus hijas en Qatar o Pakistán.

En las últimas semanas, varios eruditos religiosos con vínculos con los talibanes han emitido «fatwas«, o decretos religiosos, que respaldan el derecho de las niñas a aprender.

El jeque Rahimulá Haqqani es un clérigo afgano que reside principalmente al otro lado de la frontera en Peshawar, Pakistán.

Es muy respetado por los talibanes y en un viaje a Kabul el mes pasado se reunió con figuras importantes de su gobierno.

jeque Rahimulá Haqqani
Pie de foto,El influyente clérigo jeque Rahimulá Haqqani se reunió el mes pasado con líderes talibanes.

Tiene cuidado de no criticar el continuo cierre de las escuelas pero, hablando en su madraza en Peshawar, con su teléfono móvil en la mano, recorre el texto de su fatwa, que comparte decretos de eruditos anteriores y relatos de la vida del profeta Mahoma.

«No hay justificación en la sharía (ley) para decir que la educación femenina no está permitida. No hay justificación en absoluto», le dice a la BBC.

«Todos los libros religiosos han declarado que la educación femenina es permisible y obligatoria porque, por ejemplo, si una mujer se enferma, en un entorno islámico como Afganistán o Pakistán, y necesita tratamiento, es mucho mejor si la trata una doctora».

Los clérigos de las provincias de Herat y Paktia en Afganistán han emitido fatwas similares.

Es un símbolo de cuán generalizado es el apoyo a la educación de las niñas en el país, incluso entre los círculos conservadores, pero no está claro qué impacto tendrán los decretos.

Comité de evaluación

Los talibanes formaron un comité para examinar el tema, pero varias fuentes con vínculos con el Talibán le dijeron a la BBC que, si bien incluso los ministros talibanes de alto rango estaban de acuerdo con la reapertura de las escuelas de niñas en marzo, la oposición se centró en el liderazgo del grupo en el ciudad sureña de Kandahar, donde tiene su sede el «emir» o Líder Supremo, el mulá Haibatulá.

Después de adoptar inicialmente una actitud más flexible cuando tomaron el poder en agosto pasado, los talibanes han estado emitiendo recientemente edictos cada vez más duros, que incluyen hacer obligatorio el velo facial para las mujeres y alentarlas a quedarse en casa.

Parece haber muy poca oposición comunitaria a la educación femenina en Afganistán, pero algunas figuras talibanes citan preocupaciones sobre la posibilidad de que el grupo autodenominado Estado Islámico la utilice como una herramienta de reclutamiento si se abren escuelas para niñas.

Los funcionarios occidentales, sin embargo, también han dejado claro que el progreso en los derechos de las mujeres es clave para que los talibanes puedan acceder a algunos de los miles de millones de dólares de reservas extranjeras que están congeladas.

mujeres en Kabul
Pie de foto,El Talibán decretó que las mujeres deben usar el velo para cubrirse la cara.

Mientras tanto, las activistas por los derechos de las mujeres afganas intentan asegurarse de que una generación de niñas no se quede rezagada.

En la escuela secreta que visitamos, dan lecciones de una o dos horas por día, enfocadas en matemáticas, biología, química y física.

La maestra a cargo sabe que hay muchas otras niñas a las que les gustaría asistir, pero están limitadas por la falta de espacio y recursos, así como por la necesidad de permanecer fuera del radar.

No tiene esperanzas sobre la posibilidad de que se abran escuelas regulares en el corto plazo, pero está decidida a hacer lo que pueda.

«Como mujer educada, es mi deber», le dice a la BBC. «La educación puede salvarnos de esta oscuridad».

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-61495693

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El veto a la educación femenina revela las divisiones de los talibanes afganos

El veto talibán a la educación femenina demuestra que los ultraconservadores mantienen el control del movimiento islamista y expone una pugna por el poder que pone en riesgo la ayuda internacional necesaria para la población de Afganistán, aseguran los expertos.

Los colegios de secundaria para mujeres fueron cerrados el mes pasado, apenas horas después de reabrir por primera vez desde el regreso de los talibanes al poder en agosto.

El giro, ocurrido tras una reunión secreta de los líderes del grupo en la ciudad de Kandahar, la cuna del movimiento, provocó indignación internacional y desconcierto en muchos de sus integrantes.

«La orden fue devastadora», indicó un alto responsable talibán a AFP. «El mismo líder supremo intervino», añadió.

Todas las autoridades talibanas que hablaron con AFP sobre la cuestión lo hicieron bajo condición de anonimato.

El movimiento nunca ha argumentado esta prohibición, más allá de señalar que la educación de las chicas debe concordar con los «principios islámicos».

Pero un alto responsable dijo a AFP que el líder supremo Hibatulá Akhundzada y otros dirigentes mantuvieron posturas «ultraconservadoras sobre este tema» y dominaron el debate.

Dentro del movimiento emergieron dos grupos: el urbano y los ultraconservadores, afirmó. Y «los ultraconservadores ganaron esta ronda», añadió.

En este grupo figuran influyentes clérigos como el jefe de justicia Abdul Hakim Sharai; el ministro de Asuntos Religiosos, Noor Mohamad Saqeb, o el ministro de la Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio, Mohamad Jalid Hanafi.

– Kandahar impone su influencia –

Estos clérigos se sienten excluidos de las decisiones del gobierno y expresan su oposición a la educación femenina como una forma de restaurar su influencia, dijo Ashley Jackson, una investigadora en Londres que ha trabajado extensamente sobre Afganistán.

Según ella, la «desproporcionada influencia de esta minoría desfasada» ha impedido que el país avance en algo que la mayoría de afganos respaldan, incluso gran parte de quienes están en el poder.

Esto «demuestra que Kandahar permanece como el centro de gravedad de la política talibana», opinó el analista Graeme Smith, del International Crisis Group.

Otro alto miembro talibán explicó que los radicales estaban tratando de apaciguar a miles de combatientes que proceden de zonas rurales profundamente conservadoras.

«Para ellos, incluso si una mujer sale de su casa, es inmoral. Imagínate lo que significa educarla», señaló.

El líder Akhundzada estaba en contra de la «educación moderna y secular» porque la asocia a la vida bajo los gobiernos respaldados por Occidente de Hamid Karzai y Ashraf Ghani. «Es su visión del mundo», añadió.

Los talibanes regresaron al poder el año pasado aprovechando la salida de las tropas internacionales lideradas por Estados Unidos dos décadas después de la invasión que propició la caída del primer régimen de los fundamentalistas (1996-2001).

En estos 20 años, las chicas pudieron ir a escuela y las mujeres pudieron buscar trabajo en todos los sectores, a pesar de que el país siguió siendo socialmente conservador.

El activista y académico islámico Tafsir Siyaposh indicó que las chicas en Afganistán siempre estudiaron en clases segregadas por sexo y seguían un currículo islámico, con lo que el veto enseña que los talibanes solo quieren «oprimir los derechos de las mujeres dando excusas».

– Golpe a la ayuda internacional –

Una fuente talibana en Pakistán confirmó las diferencias en la cúpula del movimiento sobre esta cuestión, pero aseguró que no había riesgo de fragmentación.

«Hay debate en este tema (…), pero estamos intentando superar nuestros defectos», dijo.

En cualquier caso, los analistas argumentan que esta prohibición socavó el intento de los talibanes de ganar reconocimiento internacional y recaudar ayuda para la grave crisis humanitaria del país.

Jackson aseguró que ni el líder Akhundzada ni las personas cercanas a él «entendieron completamente» las consecuencias en la comunidad internacional que ha vinculado el reconocimiento del movimiento al respeto de los derechos de las mujeres.

Incluso algunos altos mandos talibanes coinciden en esto.

«Les estamos diciendo (a los ultraconservadores) que gestionar un país es diferente a gestionar una madrasa», una escuela musulmana, confesó un responsable talibán en Kandahar.

«Todo iba bien hasta que esta dura orden llegó. Y llegó de nuestro líder, con lo que tenemos que seguirla, aunque intentamos cambiarlo», añadió.

«Plantea la pregunta de con quién exactamente tienen que hablar dentro de los talibanes», agregó.

Fuente: https://www.swissinfo.ch/spa/el-veto-a-la-educaci%C3%B3n-femenina-revela-las-divisiones-de-los-talibanes-afganos/47519792

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Talibanes niegan educación secundaria a las niñas, restringen pasaportes a mujeres

Las mujeres afganas se quejan de que la autoridades talibanas les están impidiendo obtener nuevos pasaportes o reactivar los que tienen, mientras que las escuelas secundarias están cerradas para las niñas. Los talibanes dicen que ambas medidas son «temporales».

Por más de dos meses, Muska, una mujer afgana de 35 años que prefirió no revelar su apellido por razones de seguridad, ha ido a varias oficinas del gobierno talibán en Kabul para obtener un nuevo pasaporte.

“He sido golpeada por los guardias talibanes, insultada verbalmente y me han dicho que no habrá pasaporte para mí”, dijo Muska a la Voz de América por teléfono.

Muska es una exfuncionaria del antiguo gobierno afgano con una maestría que fue despedida de su empleo cuando los talibanes tomaron el poder en agosto. El Gobierno talibán ha despedido a mujeres de todos los cargos públicos, con algunas excepciones en los sectores de salud y educación.

Aterrorizada por su futuro bajo los talibanes, Muska solicitó programas en universidades extranjeras y recibió una beca de una institución en Estados Unidos.

“Tengo que llenar una planilla I-20 y presentar la solicitud de visa para poder empezar el programa en el otoño, pero sin pasaporte nada puedo hacer”.

Otra dos mujeres afganas dijeron a la VOA que sus solicitudes de pasaporte también fueron rechazadas sin explicación.

“Cuando vamos al departamento de pasaportes (los guardias talibanes) nos expulsan de allí y no nos dejan entrar, como si fuéramos algún tipo de virus”, dijo Nasreen Ahmadi, quien también recibió una beca en EE. UU.

La restricción de pasaportes impacta también a las mujeres afganas que viven y trabajan en el exterior, que los necesitan para viajar internacionalmente.

Las autoridades talibanas no han anunciado oficialmente una prohibición de los pasaportes a las mujeres, pero un anuncio en el sitio web del departamento dice que “la inscripción para nuevos pasaportes está suspendida hasta nuevo aviso”.

Un portavoz del departamento dijo a los reporteros en Kabul el 29 de marzo que la emisión de nuevos pasaportes se “reanudaría pronto”, pero no aclaró si las mujeres, especialmente sin compañía de un hombre, recibirán el documento.

Discriminadas

Incluso si las mujeres y las niñas tienen pasaportes válidos, no pueden viajar fuera del país si no van acompañadas por un hombre aprobado por las autoridades religiosas (padre, hermano, esposo, hijo), según nuevas restricciones de los talibanes.

“Esto es obviamente una manifestación de discriminación de género que afecta un derecho fundamental de libertad de movimiento y educación”, dijo a la VOA Reem Alsalem, la relatora especial de la ONU para la violencia contra la mujer.

Mientras las restricciones de pasaportes impiden a las mujeres afganas trabajar y educarse fuera del país, los talibanes también han reforzado otras dentro de Afganistán.

A pesar de afirmar la reanudación de la educación secundarias para las niñas en marzo, los talibanes anunciaron que las escuelas intermedias estarán cerradas para las estudiantes.

El anuncio generó condena internacionales y provocó la cancelación de conversaciones entre Estados Unidos y los talibanes en Qatar la semana pasada.

“Es un recordatorio de que las autoridades de facto están continuando sus políticas de borrar a las mujeres de la vida pública y cortar su capacidad para disfrutar sus derechos humanos fundamentales”, dijo Alsalem.

Funcionarios talibanes ha dicho que el cierre de la educación secundaria para las niña es temporal hasta que se hagan los arreglos religiosos apropiados, un argumento repudiado por los expertos.

“Para mí es incomprensible que los talibanes justifiquen sus acciones citando la doctrina religiosa cuando los países de la Organización de la Conferencia Islámica han logrado o están enfrascados en la igualdad de géneros en la educación”, señaló Alsalem.

Los activistas de los derechos de la mujer dicen que la comunidad internacional debe hacer más para que los talibanes respondan por sus políticas represivas.

“Pongan a los talibanes en una lista de sanciones de viaje”, dijo a la VOAPashtana Dorani, directora de una organización educativa afgana y miembro del Wellesley College.

https://www.vozdeamerica.com/a/talibanes-educacion-ninias-restringen-pasaportes-mujeres/6507615.html

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