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Pagando el derecho a leer: el problema del copyright en las fuentes tipográficas

Por Irene Soria

Los avances tecnológicos en materia de producción de conocimiento y velocidad con la que las obras son compartidas a través de Internet, así como la democratización de los medios de producción, suponen quizá uno de los cambios más radicales para la producción editorial desde los tiempos de la imprenta, y con ello se ha dado origen a múltiples debates. Los libros electrónicos han generado discusiones sobre la posible muerte de los libros en papel y más aún, en cómo se llevará a cabo la conservación y distribución de dichos materiales que ahora, están expuestos en soportes “intangibles”1

Muchas posibilidades, una problemática.

Los múltiples soportes en los que podemos encontrar un libro electrónico, representan también muchas formas de interacción con el usuario y por lo tanto, una gran variedad de posibilidades creativas y de producción. Lo mismo podemos ver un texto adaptado a la pantalla de un smartphone, de una tablet u ocupando algún otro espacio físico, a través por ejemplo, de una videoproyección. Diseñar bajo esta premisa, ha conducido al nacimiento de tendencias de diseño adaptable a menudo reconocidas como diseño líquido o diseño responsivo.

Para lograr esta flexibilidad y capacidad de adaptación, es indispensable el uso de tecnologías basadas en estándares. En el particular caso de la web, estos estándares son especificaciones técnicas desarrolladas por la W3C (World Wide Web Consortium), consorcio internacional fundado por Tim Berners Lee, padre de la Worl Wide Web (www), que emite recomendaciones para mantener una web abierta y que incluye mejores prácticas de desarrollo tomando en cuenta la interoperabilidad, la accesibilidad y la usabilidad de sitios web. Estos estándares incluyen los lenguajes con los que está escrita prácticamente toda la www: el HTML y CSS. Para que pueda existir esta adaptabilidad, todos los dispositivos presentes y futuros deben ser capaces de entender el código fuente, lo que presupone, que éste debe estar abierto y que sea posible acceder a él.

Además del código HTML y CSS, las fuentes tipográficas son la materia prima de los textos digitales, ya que forman parte fundamental de la composición de éste; la legibilidad, el carácter y la comunicación con el lector, se encuentra en gran medida en las manos de la elección de una buena fuente tipográfica.

Problemas de las restricciones

Las fuentes tipográficas digitales son distribuidas en formatos de archivo .ttf y .ott, los cuales además de contener los diversos caracteres, poseen el documento de formación de la misma, es decir, que lo mismo podemos visualizar la fuente en un texto digital, que separarla del mismo y editarla con un software especializado2 y por lo tanto modificarla. Esto quiere decir que el hecho de tener una fuente tipográfica incrustada en un libro electrónico, significa necesariamente que el archivo se incluye en el libro y por lo tanto existe la posibilidad de que el usuario la descargue y la use posteriormente.

Algunas empresas que poseen los derechos de uso de muchas fuentes tipográficas, ven esto en detrimento a sus intereses y se han dado a la tarea de restringir su uso mediante licencias basadas en el copyright.

Los software de fuentes tipográficas que dichas empresas proveen, poseen una licencia llamada EULA, End User License Agrement (acuerdo de licenciamiento de usuario final), cuyos términos pueden variar con base al producto que se adquiera y el uso que se le vaya a dar.

Por ejemplo, la fuente tipográfica Helvética, de linotype.com puede ser adquirida con una licencia de uso en la web, en donde, el costo de una sola familia tipográfica asciende a 35 euros si las vistas de la página son menores a 250 000; el costo se eleva a 46,67 euros por 500 000 visitas y así sucesivamente. Si se usa en una computadora de escritorio, que incluye la posibilidad de imprimirla, entonces el costo es extra dependiendo de las máquinas en las que se vaya a instalar dicha fuente.

Cabe señalar que al adquirir la Helvética con linotype.com, no se compra la fuente tipográfica, sino el permiso de usarla con ciertas limitaciones, lo cual implica que una empresa y/o un particular se reserva el derecho de la copia y supedita su uso a la compra de esta licencia que, entre otras cosas, impide que la obra sea compartida y usada sin permiso, especificándola en algunos apartados.

La EULA no es la única licencia que limita los derechos de los usuarios finales en materia de contenido digital, también lo es el uso de DRM (Digital Rights Management) o Gestión Digital de Derechos, que es un mecanismo de restricción de contenido digital incrustado en algunas canciones y videos, pero también en algunos libros, lo cual impide, en la mayoría de los casos que dicho contenido se comparta en otros dispositivos no asociados al de quien lo compró.

De acuerdo con lo anterior, tanto el EULA como el DRM son mecanismos basados en un sistema de producción física industrial, donde se controla la copia y la libre circulación de la misma y que en muchos sentidos se han visto rebasados por la naturaleza de la producción de los contenidos digitales intangibles. Este excesivo control problematiza severamente la accesibilidad de las obras generadas con y a partir de recursos digitales con licencias restrictivas (como lo puede ser también el software de patente); impide su adaptabilidad a múltiples formatos y consecuentemente, pone en entredicho la conservación digital en el tiempo, ya que no tenemos acceso al código fuente con el que fue realizado, en este caso, la fuente tipográfica con su imposibilidad de estar incrustada. Por otro lado, un libro con DRM no puede ser compartido ni mucho menos copiado, limitando así su distribución a quien pueda comprar el permiso de leerlo. Para sintetizar lo grave de esta problemática, quizá cabría hacernos la siguiente pregunta: ¿seríamos capaces de poner DRM a libros de textos escolares digitales?

Fuentes tipográficas libres.

Las fuentes tipográficas libres están basadas en un modelo de licenciamiento copyleft, el cual busca darle la vuelta al copyright para permitir el derecho a la copia, uso con cualquier propósito, libertad de estudio, modificación y distribución de las versiones modificadas, siempre que no se añada ningún tipo de restricción después (Stallman 2004, p.28). Esto podría ser la posibilidad de que un documento digital circule libremente sin necesidad de una restricción al usuario y con ello, garantizar su permanencia en el tiempo debido al acceso al código fuente.

Existen ya varios casos de éxito en el uso de las fuentes tipográficas libres. En el 2009, Dave Crossland, diseñador tipográfico de la Universidad de Reading, comenzó a trabajar el proyecto Open Font Library(www.openfontlibrary.org), que al 2016 alberga al rededor de 950 fuentes tipográficas libres y está abierto a cualquier persona que quiera subir una fuente y compartirla de manera gratuita. Cada fuente de la colección posee la función para enlazarla mediante código CSS a cualquier página web (Suehle 2013) .

Google hizo algo similar en el 2010 y contrató a Crossland como asesor del proyecto Google Web Fonts (hoy conocido como Google Fonts). Este proyecto es un directorio con mas de 600 fuentes de muy buena calidad y liberadas bajo SIL-Open Font License y la licencia Apache, compatible también con el copyleft. De igual forma, la plataforma permite enlazar la fuente a la página web por medio de código CSS y que los usuarios vean dicha fuente sin tenerla instalada en su equipo de cómputo. Esto ha resultado ser muy beneficioso para algunos diseñadores tipográficos como es el caso de Pablo Impallari, cuya fuente, Lobster, se ha convertido en una de las mas populares del catálogo.

The League of Moveable Type (https://www.theleagueofmoveabletype.com) es otro ejemplo de un catálogo que desde el 2009, alberga fuentes tipográficas libres licenciadas bajo SIL-OFL y disponibles de manera gratuita. De la página destaca el manifiesto de los integrantes de esta ‘liga’ en donde invitan a diseñadores tipográficos a compartir sus mejores fuentes aclarando que no pretenden que esto represente no vivir de su trabajo. Proponen que haya más diseñadores compartiendo la obra en beneficio de la comunidad sin que eso les representen pérdidas de dinero y los invitan a explorar un nuevo modelo de negocio.

Las fuentes tipográficas libres y modelos de licenciamiento permisivos basados en el copyleft, no solo permiten la conservación de la obra digital, sino que también abren la exploración a nuevos modelos de producción y de comercio que se han ido adaptando a la tecnología de nuestros tiempos y con ello la formulación de nuevos paradigmas, ya que su principio de creación colaborativa, permite que no solo expertos especializados como los diseñadores tipográficos, generen estas fuentes, sino también amateurs y/o entusiastas de la tipografía.

Lo cierto es que hacen faltan muchas más fuentes tipográficas de calidad que ofrezcan un uso libre y sigan modificándose y conservándose en el tiempo, que contrario a lo que se pudiera pensar, podría no ser una perdida económica para el autor (pues el ingreso por la venta de las licencias no representa una ganancia económica sustancial para el diseñador tipográfico hoy en día), por el contrario, liberar la fuente podría ser una estrategia para que un número mayor de personas la usen, para dar a conocer su obra y también para explorar otros modelos de negocio derivados de un trabajo en conjunto y no solo del permiso de usarlo. Por que, a final de cuentas, ¿qué es una fuente tipográfica, si no se usa?, ¿qué es de un libro electrónico que no se lee?.

1Intangibles en caso del código de programación que hay detrás de un libro electrónico, las letras ya no tienen el soporte del papel, sino ahora, de una pantalla y de los algoritmos para generar un caracter.

2Software para la edición de fuentes tipográficas como Font Lab que es software privativo, o Font Forge, que es software libre.

Fuente:https://investigacionsocial.net/pagando-el-derecho-a-leer-el-problema-del-copyright-en-las-fuentes-tipograficas/

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Venezuela: Conati promueve migración a Software Libre en la Fic-Tec 2017.

Con la aplicación de tecnologías libres se logra inmunidad a virus, se garantiza mayor seguridad y se cuenta con una red de soporte técnico a nivel mundial.

América del Sur/Venezuela/05.12.2017/Autor y Fuente: https://www.mppeuct.gob.ve

La Comisión Nacional de Tecnología de la Información (Conati), en el marco de la Feria Internacional de Ciencia y Tecnología “Jacinto Convit” (Fic-Tec) 2017, promueve el uso del Software Libre como alternativa a los sistemas privativos que imponen la dependencia mediante licencias costosas que representan un gasto significativo para el país, además de no ofrecer confiabilidad y seguridad en el resguardo de archivos.

Con la exhibición de las bondades de las tecnologías libres, la Conati busca desmontar la tesis que señala al Sotfware Libre como un sistema de difícil acceso, para demostrar que con la aplicación de estos sistemas se logra inmunidad a virus, se garantiza mayor seguridad y se cuenta con una red de soporte técnico a nivel mundial, donde el conocimiento es compartido sin costo alguno.

A raíz del paro petrolero promovido por la derecha apátrida en el año 2002, el Comandante Supremo Hugo Chávez impulsó la formulación de la Ley de Infogobierno, la cual se aprobó en el año 2014 para regular y exigir el uso de tecnologías libres en todo el aparato del Poder Público.

La Fic-Tec 2017 “Ciencia y Tecnología al Servicio del Pueblo” se presenta como un escenario idóneo para mostrar los avances que tiene la institución mediante el proceso de inspecciones iniciados este año para evaluar los avances en los planes de migración a tecnologías libres que exige la Ley a todos los entes del Estado.

Fuente: https://www.mppeuct.gob.ve/actualidad/noticias/conati-promueve-migracion-software-libre-en-la-fic-tec-2017

Imagen: https://www.mppeuct.gob.ve/sites/default/files/styles/medium/public/media/images/conati_fic-tec.jpg?itok=ldIdHqoR

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México: Oaxaca apuesta por el Software Libre

San Raymundo Jalpan, Oaxaca.-

El presidente de la Junta de Coordinación Política de la XLIII Legislatura, propuso la iniciativa de Ley de Fomento a la Creación, Desarrollo, Utilización y Difusión del Software Libre y Código Abierto del Estado de Oaxaca, para promover y garantizar que la entidad sea parte de la revolución tecnológica.

La propuesta tiene como objetivo primordial, la promoción de la cultura de la utilización del software libre y código abierto, así como el desarrollo de nuevas tecnologías que permita ser una plataforma del impulso económico de Oaxaca.

Con esta iniciativa, se crea el Laboratorio de Software libre, que llevará por siglas LABSOL, siendo la instancia dependiente del Consejo Oaxaqueño de Ciencia y Tecnología, y que deberá promover y garantizar que en Oaxaca se desarrolle software libre para ser utilizado sin costo alguno.

En este sentido, Molina Espinoza explicó que las y los oaxaqueños contarán con las posibilidades de ejecutar, copiar, estudiar, distribuir y mejorar los programas para que sean más eficientes en las tareas que realizamos.

“Este esquema de apertura o libertad de acceso a esta tecnología es una herramienta poderosa para el desarrollo social, una forma de coadyuvar a su aplicación en la vida cotidiana”.

El legislador agregó que la implementación de esta Ley representa un ahorro sustancial en los costos de los programas, porque en se contará con un organismo que ayudará a cualquier oaxaqueño en la instalación, mantenimiento, adecuación y mejora de los productos tecnológicos.

Con esta iniciativa, garantizamos a los oaxaqueños los derechos humanos de última generación, al acceso a las tecnologías y a su implementación en la vida cotidiana, además de colocar a Oaxaca a la vanguardia del acceso tecnológico de países como Alemania, Brasil, Cuba, España, Francia, entre otros, que han diseñado estrategias para la utilización total del software libre en sus diversos niveles de gobierno finalizó.

Fuente: http://www.tvbus.tv/web/2017/02/21/propone-irineo-molina-ley-utilizacion-del-software-libre/

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Venezuela: Somos Poder Popular. Tecnología de Información libre en la comunidad organizada

Venezuela/19 de agosto de 2016/oei.es/Por: Sandra Carolina Castillo Acosta

IBERCIENCIA: Comunidad de Educadores para la Cultura Científica.
En la República Bolivariana de Venezuela proyectos que se ejecutan para el uso masivo de tecnologías de información, trascienden más allá del aula de clase y van hacia el poder popular a través de las comunidades organizadas, logrando que se involucren y apliquen estas tecnologías en su cotidianidad y sean parte de su sentido común. 

Iniciativas que buscan fortalecer el uso de las tecnologías de información se llevan a cabo más allá de las aulas de educación formal en la República Bolivariana de Venezuela, gracias a que existe en la Constitución del año 1999, otorgarle un papel fundamental a la ciencia y tecnología en el desarrollo económico y social del país y se desarrollan a partir de allí una serie de programas como el proyecto de Canaima Educativo que nace en el año 2008 y considera dos ejes fundamentales: Adquisición de computadoras específicamente para fines educativos y la instalación de una fábrica en Venezuela para ensamblaje y servicios de las mismas. Todo lo expuesto es parte de lo que conlleva a que grupos de comunidades organizadas desarrollen proyectos, que se amparan en el desarrollo y uso de las tecnologías libres.

Destacan algunas experiencias como “La Escuela una Fabrica del Saber…” que nace como semilla promotora de cambios y transformaciones desde lo local en el sistema educativo venezolano y que llevan los docentes que forman la Red Docente en Tecnologías Libres; otras iniciativas vista desde otra óptica pero con fines similares como lo es el trabajo en comunidad, surge en el año 2011 el “Club de Robótica de la Universidad de Oriente” (UDO) y tiene como misión “ Fomentar la creatividad y la innovación tecnológica en la comunidad universitaria de la zona norte del estado Anzoátegui, brindando las herramientas y el apoyo adecuado de un grupo multidisciplinario que, en colaboración mutua, puedan ayudar a desarrollar ideas y/o proyectos.”

Surgen otras tales como Caciquit@s que es un programa educativo que busca apoyar la educación formal con Tecnologías de Información en Software Libre, de manera de que profesores, tutores s y los niños y niñas, puedan estudiar desde sus canamitas (computadoras portátiles) de una formadiferente y divertida, donde su principal impacto va dirigido a que niños, niñas y adolescentes aprendan a aprender de una manera lúdica y divertida, fomentando su creatividad y forjando una educación liberadora a través del uso y aplicación de las tecnologías de información libres.

No debe dejarse a un lado que se han implementado en el país los Centros Bolivarianos de Informática y Telemática (CBIT), constituidos por aulas tecnológicas dotadas de computadoras, acceso a internet, servidores con sistema operativo y aplicaciones de Software Libre que permiten el desarrollo de actividades formativas con el apoyo de recursos didácticos y permiten el contacto directo de los niños, niñas y adolescentes con tecnología.

Se incluye en algunas escuelas técnicas públicas la especialidad de robótica siendo una referencia la que surge en la ciudad de Caracas y en el estado Carabobo, donde se imparten las menciones de electrónica, mecánica e industrial y los estudiantes se involucran en el uso de las tecnologías dentro de una estrategia de aprender haciendo y buscando el desarrollo de capacidades en esas áreas mencionadas.

Sin embargo, avanzando en esta búsqueda de ese poder popular apropiado de las tecnologías de información, se encuentran experiencias que tienen aún más trascendencias y aparecen las comunas tecnológicas como una llamada Don Luis Zambrano, quien lleva el nombre de un inventor venezolano autodidáctico. Esta comuna realiza una serie de actividades que busca fortalecer el uso y el desarrollo de las tecnologías libres, desde una visión global que va más allá de lo territorial.

Todas estas iniciativas que nacieron en la búsqueda de que las comunidades organizadas utilicen las tecnologías y que se fomente además el desarrollo y uso del software libre, se hace sentir al unísono de esas comunidades organizadas el “ser poder popular” , conjugados en colectivos, clubes, consejos comunales, comunas.

Tomado de: http://oei.es/divulgacioncientifica/?Somos-Poder-Popular-Tecnologia-de-Informacion-libre-en-la-comunidad-organizada

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Contenido: restringido. Conocimiento tradicional en copyright

Sursiendo

Una pequeña variación en nuestra programación habitual por un gran motivo… Hace tres días nos llegó una notificación del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) solicitando que bajemos un libro de nuestro espacio porque debíamos apegarnos a la “legalidad vigente”. Así que, desde ayer, la Enciclopedia de Plantas Medicinales ya no está disponible para descargarlo en un solo click.

Hay quienes dirán ¿qué esperaban? ¡tiene copyright! Pues sí, puede que sea demasiado utópico de nuestra parte querer compartir un libro que recoge el conocimiento ancestral sobre la curación con plantas… porque a ver si nos entendemos, no es una “obra original” (si es que eso pudiera ser posible alguna vez) ¡es una recopilación! que, extraída libremente del patrimonio de la humanidad fue encapsulada en un libro que ahora ostenta “todos los derechos reservados” y sobre el cual la entidad antes mencionada posee los “derechos de gestión de la misma”. Valga repetir lo que dijimos en ese entonces:

Este recuento de plantas medicinales de todo el mundo y sus usos terapéuticos y curativos es vasto y completo. Pero nos encontramos con un problema: los tan conocidos derechos reservados. En este, como en otros casos, decidimos saltarnos las restricciones editoriales entre otras cosas porque la herbolaria y el uso medicinal de plantas es quizás de los temas más comunes que existen. Suele ser el fruto del conocimiento tradicional acumulado, mejorado, usado y repetido por generaciones. Y porque creemos que el conocimiento se forma en espiral, se complejiza y se comparte para mejorarlo. La medicina tradicional es una construcción comunitaria, entonces ¿cuáles candados?

Lo bueno es que, si bien hace dos años atrás, cuando lo pusimos a disposición, el libro era más difícil de encontrar, hoy por hoy, la viralidad/el uso/el compartir/o-como-se-llame hace que en una sola búsqueda rápida haya varias opciones disponibles de esta Enciclopedia de plantas medicinales. Así que si lo ven por ahí, esperamos que lo usen y compartan. Lo que ahí está escrito no es ni más ni menos que la acumulación del conocimiento humano que hoy por hoy farmacéuticas y editoriales privatizan y utilizan para enriquecerse. Sin nosotros y nosotras creando, haciendo y compartiendo, no son nada.

Las actuales leyes del copyright apestan y quienes lo defienden al menos destilan un olor desagradable. Estamos ofuscados sí, pero también estamos contentas porque la cultura circula, le pese a quien le pese… Eso sí, habrá que seguir dando batallas para que no nos censuren todas nuestras manifestaciones con sus leyes y restricciones (porque, aceptémoslo, las leyes no las escribe gente como nosotrxs, las leyes las escriben los poderosos).

Fuente del articulo: http://sursiendo.com/blog/2016/07/contenido-censurado-conocimiento-tradicional-en-copyrigth/#more-5735

Fuente de la imagen: http://sursiendo.com/blog/wp-content/uploads/2016/07/enciclopedia-plantas-medicinales-nodisponible-305×203.png

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El conocimiento y las tecnologías libres como motores de una economía productiva

América del Sur/Venezuela/05 de Agosto de 2016/Autor: Santiago José Roca/Fuente: Aporrea

Desde hace algunos años ha venido tomando fuerza la indagación en torno a las posibilidades que ofrecen el conocimiento y las tecnologías libres para superar las limitaciones estructurales de las economías capitalistas. Sea en Europa o en América Latina, en el contexto de una economía postindustrial o extractivista, los modos organizacionales y las herramientas asociadas con el conocimiento libre se cuentan como alternativas para superar las deficiencias reales de estas economías. No obstante, siempre resulta pertinente realizar algunas precisiones en torno al tema, en particular cuando – como en el caso venezolano – las tecnologías libres podrían ser presentadas conscientemente para contrarrestar los efectos que ha tenido la renta petrolera en la formación histórica de esta sociedad.

Abordaremos este tema en tres puntos. Primero, es necesario reconocer que el concepto de economía del conocimiento se origina en el contexto de sociedades de capitalismo avanzado, y que en razón de las contradicciones que contrae se deben encontrar formas de comprenderlo que aporten en la conceptualización de un modo de desarrollo postcapitalista. En segundo lugar, hacemos una síntesis de las condiciones estructurales de la economía venezolana como economía capitalista de periferia, para justificar la importancia del conocimiento y las tecnologías libres en la transformación del tejido socioproductivo. Por último, recogemos algunos retos que es necesario atender para fomentar iniciativas de incorporación de las tecnologías libres en procesos productivos desde una perspectiva política en contraposición con una perspectiva estrictamente instrumental.

La economía del conocimiento en las sociedades postindustriales

Las economías del conocimiento surgen en medio de un conjunto de transformaciones económicas, sociales y tecnológicas vividas en el mundo industrializado, que tienen como consecuencia que el aporte de los factores intangibles – como el conocimiento – comienza a superar a los tangibles en el total del ingreso generado por una economía. De este modo, la economía del conocimiento es un concepto propio de las sociedades de capitalismo avanzado que implica que, siguiendo la lógica de la producción mercantil propia de la economía industrial, se hace uso intensivo del conocimiento para la producción de capitales, bienes y servicios.

Así, una economía del conocimiento se caracteriza por «una aceleración sin precedentes del ritmo de creación, acumulación y sin duda también de depreciación del conocimiento» (David y Foray, 2002a, 7). Algunas variables a observar son la creación de abundancia de información, la posibilidad del tratamiento de grandes bases de datos, el aumento en potencia de interrelaciones creativas entre creadores y consumidores, y la posibilidad de desarrollar sistemas de intercambio científico. En este esquema la inversión en conocimientos apunta al aumento del rendimiento de los bienes de capital, del trabajo y de los recursos naturales. El conocimiento tiene el papel de servir al tratamiento de los factores de producción, en función de la recursividad entre la producción y la aplicación de nuevos conocimientos. Las TIC entran en este modelo en cuanto que sostienen el aumento de la productividad, sirven a la formación de nuevas industrias y contribuyen con el cambio organizacional (Steinmueller, 2002, 194-195).

No obstante, el despliegue de una economía del conocimiento presenta sus propias contradicciones. Por ejemplo, los cambios tecnológicos y económicos surgidos en las décadas precedentes pueden tener como resultado que, aunque se amplíen las posibilidades para generar y compartir conocimientos, comienzan a aparecer barreras artificiales para hacer que el conocimiento se convierta en un bien escaso. En consecuencia surge una situación paradójica, dado que si bien es posible transmitir información a altas velocidades y bajo costo, se están creando barreras para impedir el acceso a información que había permanecido bajo el dominio público (UNESCO, 2005).

La tendencia en este sentido representa un proceso de mercantilización del conocimiento, es decir, la creación de barreras jurídicas y económicas para que el conocimiento sea accesible únicamente a través de relaciones establecidas en el mercado, y no a través de formas públicas e institucionales de intercambio. Actualmente existen corrientes que proponen la implantación de derechos de propiedad intelectual sobre el conocimiento científico a través de medidas como las patentes y la protección de la transmisión de datos, por lo cual se evidencia el intento de extender el control privado sobre el conocimiento en detrimento del dominio público (David y Foray, 2002b, 484).

La persistencia de tendencias de cierre del acceso al conocimiento y la incorporación de las nuevas tecnologías en modelos de negocios que responden a una racionalidad monopolista, aspectos comprendidos en la categoría de capitalismo cognitivo (Vercellone, 2004; Vila-Viñas y Barandiaran, 2015), justifican que sea pertinente la búsqueda de modos de incorporar las actividades de producción de saberes en dinámicas que respondan a la lógica de que las actividades económicas pueden generar retornos favorables para la sociedad en general. Ésta sería una perspectiva que apunta a un modelo de desarrollo integral en contraposición con un modelo de desarrollo restringido al interés por el incremento del capital.

Economías del conocimiento en economías de capitalismo periférico

En Venezuela se generó históricamente una cultura científica y productiva cuya dinámica fue configurada por los altibajos del capitalismo rentístico. En contraste, el eje transversal de la política gubernamental de los últimos años ha estado en la conformación de un componente humano que responda a las necesidades de desarrollar el tejido científico, técnico y socioproductivo del país; el cual pudiera convertirse en la base sociocultural de un sistema de ciencia y tecnología afín con el desenvolvimiento del Proyecto constitucional (Roca, 2014a).

La economía del país puede caracterizarse como una economía de capitalismo rentístico, es decir, una economía basada en la renta de la explotación del suelo, lo cual garantiza la participación del Estado en el comercio mundial y le otorga capacidades redistributivas internas, pero en la cual, sin embargo, el impacto de otros factores de producción, tales como el capital y el trabajo, tiene poco peso relativo. De este modo, aparecen distorsiones en el seno del esquema de producción capitalista, como por ejemplo, el divorcio entre aspectos como la inversión y el salario real, y la sustitución de excedentes productivos por la renta (Baptista, 2010, 143-146).

En el caso venezolano, utilizar la renta del suelo para impulsar la formación de fortalezas para el desarrollo endógeno ha sido una de las constantes de la política nacional en ciencia y tecnología (Álvarez, 2009, 206-215). La gestión gubernamental de años recientes se ha propuesto la búsqueda de mecanismos para abandonar la dependencia de la renta petrolera a través de la inversión de la renta en la constitución de redes productivas, con un planteamiento basado en el modelo de desarrollo endógeno y en la superación del sistema de relaciones «capitalistas» para fomentar un sistema de relaciones «socialistas». No obstante, la recuperación del valor del petróleo y su utilización con fines de redistribución social ha permitido que vuelva a emerger la dependencia de la renta en muchos aspectos de la vida nacional.

La debilidad del aparato socioproductivo venezolano repercute en la consolidación del sistema científico-tecnológico, especialmente en su vertiente productiva, dado que las condiciones de los factores de encadenamiento industrial y semi-industrial son precarias. Por lo tanto, resulta pertinente que se plantee la necesidad de fomentar la construcción de una sociedad basada en la generación de conocimiento de una manera que converja con el desarrollo socioproductivo del país.

En este sentido, la virtud de las ventajas que proporciona la abundancia de materias primas dependerá de las acciones para generar y fomentar la apropiación de nuevos conocimientos y tecnologías, en tanto que el desarrollo de una economía productiva requiere que se faciliten maquinarias, equipos, procesos técnicos y medios de gestión que fortalezcan las capacidades productivas. Es en este punto que toman relevancia el conocimiento y las tecnologías libres como ingrediente de cambio en economías de capitalismo periférico, especialmente donde se plantee el interés de cimentar formas de desarrollo postcapitalista.

El aporte de las tecnologías libres a una economía productiva

El conocimiento y las tecnologías libres pueden proporcionar enfoques alternativos para la producción de bienes y servicios en áreas como diseño y manufactura, procesos técnicos y organizacionales, y en aspectos vinculados como la educación y el consumo. En este sentido, pueden contribuir a transformar el conjunto de relaciones que caracterizan el capitalismo rentístico y que afectan las formas de creación de valor social, en temas aparentemente tan dispares como la capacitación técnica, la cultura del trabajo y las formas jurídicas de propiedad. De este modo, temas como la producción distribuida, esquemas de educación y de trabajo abierto y colaborativo, el acceso libre a la información y las formas de construcción y protección de los bienes intangibles, conforman una matriz que pueden contrarrestar a las diversas expresiones de capitalismo dependiente (Vila-Viñas y Barandiaran, 2015).

Por lo tanto, si comprendemos el conocimiento y las tecnologías libres desde una perspectiva meramente instrumental podríamos caer en el error de proporcionar medios organizacionales y técnicos para perpetuar la dependencia económica (Roca, 2014b). Las tecnologías libres deben enfocarse como un medio para estudiar a profundidad los factores involucrados en los procesos de producción y de creación de valor social, con el propósito de motivar el surgimiento y estructuración de encadenamientos productivos y de sus componentes económicos. Evidentemente las tecnologías libres proporcionan ventajas organizacionales, instrumentales y de mercado que no pueden menospreciarse, pero su implementación como factor productivo será resultado de la adopción de acuerdos sociales traducidos en pautas institucionales. Utilizando una analogía podemos decir que si el acceso al conocimiento tecnológico es equivalente a la propiedad social de los medios de producción, las institucionalidad que le precede requerirá algo semejante al sistema de autogobierno de los obreros industriales.

En este sentido, parece prioritario atender tres retos actuales:

  1. Reconocer el conocimiento como un bien público de interés social: lo cual trasciende la publicación de manifiestos y debe traducirse en la adopción de pautas institucionales para integrar dinámicas de conocimiento abierto en prácticas educativas y productivas. En este escenario nos enfrentamos al error de comprender el «conocimiento libre» simplemente como «libre acceso», cuando debemos entenderlo mejor como «propiedad común». Si el problema fuera facilitar acceso libre a publicaciones y programas de computación no tendríamos más que apostar a masificar la copia «ilegal», aunque con ello ayudaríamos a mantener la dependencia con respecto a soluciones «llave en mano». El tema de fondo es que se asuma en términos políticos, jurídicos e institucionales que el saber es un patrimonio intangible común, y que lo que hace que un bien sea «común» no es que sea accesible bajo restricciones mínimas, sino que su creación y conservación se encuentre relacionada con formas de organización asociativas. Por lo tanto, además de acceso libre a la información, se requieren formas de reconocer y proteger la creación y uso del conocimiento de manera que permitan el fortalecimiento de una comunidad política que pueda gestionarlo como un recurso compartido para el desarrollo integral de la sociedad. Es decir, se requieren formas de gobierno compartido de lo común (Ostrom, 2008).
  2. Superar el esquema de oposición entre lo Público y lo Privado: El problema de esta perspectiva dual es que no admite otras opciones, a la vez que enmascara ciertas variables de complejidad social, como por ejemplo la presencia de intereses mercantiles en algunas iniciativas estatales, o la posibilidad de encontrar externalidades sociales positivas en experiencias independientes del Estado. En el contexto del capitalismo rentístico es más dañino limitarse a esta oposición porque la defensa de lo público-administrativo permite encubrir modos rentistas de comprender el acceso al conocimiento que fortalecen el burocratismo y no terminan de abrirle espacio al protagonismo de los productores. Categorías como «comunal» y «propiedad social directa», puestas en contacto con formas convencionales de propiedad privada (cooperativas, pequeñas empresas) y mixta, permiten entrever otra dimensión de relaciones donde el financiamiento y la regulación pública se pone a disposición del esfuerzo productivo. Desde esta perspectiva los productores tienen oportunidad de recurrir a formas de colaboración que pueden convertirse en vehículo de la formación de un tejido socioproductivo basado en la reciprocidad y la complementariedad de las iniciativas particulares (Bauwens, 2005). La esfera de lo público-comunal debe comprenderse entonces como ámbito de otra institucionalidad que permita el diálogo entre la regulación pública, la investigación, la producción, el interés social y la realización de iniciativas productivas en el campo.

Diseñar e implementar cadenas de creación de valor basadas en el conocimiento libre: en una sociedad marcada por el capitalismo dependiente es sobre todo necesario modelar las cadenas que permitan generar nuevos procesos de producción y mayor acceso a bienes y servicios. Esto va en conjunto con el entendimiento de que en una economía del conocimiento la producción origina también la creación de mejores condiciones de generación de conocimientos, por lo que el retorno de las actividades económicas no es sólo financiero sino también social. En Venezuela se han realizado esfuerzos importantes para mejorar el nivel educativo de la población, por lo cual se deben aprovechar las capacidades acumuladas en estos años para dirigirlos hacia la materialización de redes socioproductivas que incorporen tecnologías libres. Este reto abarca los problemas de investigación y desarrollo de alternativas tecnológicas, la formulación de modelos de servicios y el entretejido de cadenas de actores económicos como proveedores, distribuidores y generadores de actividades asociadas que integren tecnologías libres de forma productiva.

La superación del capitalismo rentístico en un entorno de confrontación complejo es una empresa que involucra diferentes aristas del quehacer social. El conocimiento y las tecnologías libres tienen mucho que aportar como motor para el diseño y despliegue de procesos asociados con la generación de capital social e infraestructura necesaria para escalar y diversificar actividades de producción de bienes y servicios. Al mismo tiempo la incorporación del conocimiento libre como concepto presenta la oportunidad de romper con patrones institucionales y culturales afines con el capitalismo rentístico. Por lo tanto, un tema de interés inmediato es investigar sobre los medios para apoyar la creación de unidades productivas que incorporen este concepto como parte de sus actividades de producción. Avanzar en este sentido contribuirá a formar una noción de economía del conocimiento vinculada con una perspectiva de desarrollo endógeno postcapitalista, en contraposición con las alternativas relacionadas con modelos de desarrollo dependiente.

Referencias

Álvarez, V. (2009). Venezuela: ¿Hacia dónde va el modelo productivo?. Caracas: Centro Internacional Miranda.

Baptista, A. (2010). Teoría económica del capitalismo rentístico. (2° ed.). Caracas: Banco Central de Venezuela.

Bauwens, M. (2005). «La economía política de la producción entre iguales». P2P Foundation. Disponible en: https://wiki.p2pfoundation.net/La_econom%C3%ADa_pol%C3%ADtica_de_la_Producci%C3%B3n_entre_iguales

David, P. y Foray, D. (2002a). «Una introducción a la economía y a la sociedad del saber». En Revista Internacional de Ciencias Sociales, (171). UNESCO, 7-28.

David, P. y Foray, D. (2002b). «Fundamentos económicos de la Sociedad del Conocimiento». En Revista Comercio Exterior, 52 (6), 472-490.

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Nota: Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Tecnologías Libres (CENDITEL). Mérida, Venezuela. Fuente: http://conocimientolibre.cenditel.gob.ve/2016/08/01/el-conocimiento-y-las-tecnologias-libres-como-motores-de-una-economia-productiva/

Fuente: http://www.aporrea.org/tecno/a231775.html

Fuente de la imagen:http://www.conatel.gob.ve/fiesta-de-saberes-y-educacion-popular-en-software-libre/

 

 

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Venezolano diseñó instrumentos digitales

Venezuela/22 de julio de 2016/MPPEUCT/Prensa Mppeuct/Fonacit/ Danissa Rangel

En el marco de la Misión Ciencia, el innovador venezolano Víctor Hernández creó instrumentos para hacer música electrónica y una recreación digital del theremin, creada por el físico ruso León Theremin en 1920, y considerado como el primer instrumento electrónico musical. Víctor Hernández tiene como meta realizar otra cadena de instrumentos musicales, para articularlos o integrarlos a las Canaimitas.

El innovador venezolano Víctor Hernández desarrolló una serie de aparatos electrónicos que puede representar una emulación de instrumentos tradicionales y complementar, de algún modo, posibilidades tímbricas e interpretativas, de la riqueza musical y cultural venezolana.

Víctor Hernández es Técnico Superior Universitario en Electricidad y Licenciado en Computación. Tiene 14 años trabajando la tecnología-innovación en el área musical. En el año 2015, presentó el proyecto Orquesta Virtual, que se trata de un conjunto de instrumentos musicales digitales compuestos de un hardware que son tocados a través de aplicaciones informáticas.

En el marco de la Misión Ciencia, Hernández creó instrumentos como un palo de lluvia, una guitarra táctil, un secuenciador analógico para hacer música electrónica y una recreación digital del theremin, creada por el físico ruso León Theremin en 1920, y considerado como el primer instrumento electrónico musical.

“Seguí las ideas del Comandante Chávez. Sus palabras sobre la independencia tecnológica y la soberanía fueron motivación para la realización de mis proyectos. El impulso otorgado por el Gobierno a los emprendedores también fue importante porque fuimos reconocidos como tecnólogos-innovadores”.

Su primera creación más importante fue un arpa láser, portátil. Hernández comentó que esta idea fue basada en el arpa utilizada por Jean-Michel Jarre en los años ochenta.

“En este instrumento, las cuerdas son reemplazadas por rayos láser que, cuando los tocas, un sensor recoge la información y es enviada al procesador, el cual, a su vez, la convierte en información musical que envía luego a un sintetizador software encargado de emitir los diferentes sonidos musicales”, indicó.

Este invento lo llevó a obtener el premio otorgado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (Ompi) a la “mejor invención de un país latino”, en Eureka Bruselas 2002, así como la medalla de oro del evento.

Sonidos que innovan

Víctor Hernández estudió música, electrónica y computación. De ahí parte de su pasión por inventar y modernizar. Él explicó que, articulando estas áreas, pueden obtenerse resultados interesantes y atractivos, como instrumentos musicales con sonoridades y texturas envolventes, únicas y diferentes.

Siguiendo la misma línea creadora, este emprendedor venezolano construyó un teclado táctil parecido a un arpa y un instrumento de percusión táctil. Con este proyecto, denominado “Desarrollo de instrumentos musicales con tecnología táctil”, ganó la mención honorífica del Premio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2015.

Aseguró que postuló su trabajo, pero nunca pensó que podría ganar algún premio, pues, consideró que construir aparatos musicales no son una prioridad. Sin embargo, siempre apostó en el uso de las tecnologías libres para contribuir en la enseñanza de niños y jóvenes, con el orgullo de lo Hecho en la República Bolivariana de Venezuela.

El innovador recordó que, en el marco de la entrega del Premio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2015, el presidente Nicolás Maduro, tocó los instrumentos musicales, improvisó algunas notas, y reconoció el talento de este emprendedor.

“Fue emocionante que el Presidente tocara estos instrumentos, sobre todo, porque él es músico. Coloqué el instrumento en escala de blues y en órgano, tipo Hammond, he hice un breve solo. Él dijo: ‘¡Oye!, eso suena como el grupo Púrpura Profunda’”.

“Debo decir que mi idea es acercar la creación musical a todas las personas, para que aprendan este arte. La música no tiene límites. Con estos instrumentos, hasta las personas con diversidad funcional pueden aprender, pues lo que se busca es disminuir el nivel de dificultad técnica que implica tocar un instrumento”, enfatizó el innovador.

Hernández tiene como meta realizar otra cadena de instrumentos para incentivar la práctica y el estudio de la música en las escuelas, además, para articular o integrar sus instrumentos a las Canaimitas, a fin de fortalecer la independencia tecnológica.

“Con estos aparatos, se puede hacer música de todos los géneros: no hay limitaciones”, dijo Hernández.

La creatividad popular no se detiene

El haber participado en el Salón de Inventiva Tecnológica Popular «Luis Zambrano 2015», y el reconocimiento del Premio Nacional, ha sido un gran incentivo para que Hernández continúe desarrollando nuevas aplicaciones y mejorando sus instrumentos.

Sostuvo que, pronto, comenzará a realizar una serie de tarjetas electrónicas, gracias al apoyo del Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones (Cendit), las cuales son parte del componente hardware de los instrumentos. En ellas, van soldados los distintos componentes electrónicos; muchos de ellos de tamaño tan reducido que es solo posible soldarlos con tecnología especializada de montaje superficial.

El tecnólogo destacó que, si las personas tienen vocación o capacidad de resolver un problema, no deben dejar de creer en su habilidad, porque todo esfuerzo que se invierte en una creación vale el esfuerzo y la alegría.

Tomado de: http://www.mppeuct.gob.ve/actualidad/noticias/venezolano-diseno-instrumentos-digitales

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