Libro (PDF): Saberes LGTBI+ alteridades sexuales centroamericanas en el bicentenario

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

Como investigadores y personas que nos identificamos como cuir, LGBTI+, disidentes o alteridades sexuales, queremos dejar por sentado y claramente que es de suma importancia que personas como nosotres: les editores, les autores que participaron en el envío de textos, les revisores académicos y les lectores a los cuales llegue este libro, podamos/puedan documentar y publicar sus propias historias basadas en experiencias y testimonios, para que los Estudios LGBTI+ tengan una mayor expansión en la región, y con ello, desafiar los estereotipos y prejuicios construidos contra nosotres.
¿Qué futuro existe para los estudios LGBTI+ en Centroamérica? El futuro es luminoso y siempre heterogéneo. Si pensamos el camino recorrido desde los años 80 donde se comienzan a vislumbrar caminos, ideas, producciones con relación a estos temas hoy tenemos muchas más posibilidades. Además, hay un diálogo intergeneracional que posibilita el crecimiento investigativo. Sumado a esto, una generación de jóvenes y no tan jóvenes investigadores han continuado el legado heredado por otres. Y como dice un reconocido estribillo de una canción: “caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Seguimos caminando, seguimos construyendo.

Autoras(es): Amaral Arévalo. David Rocha. Juan Ríos Vega. Luis R. Herra. [Editores]

Editorial/Edición: CLACSO.

Año de publicación: 2022

País (es): Argentina.

ISBN: 978-987-813-189-4

Idioma: Español

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Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2594&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1662

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Especial: Mujeres que trabajan hasta el fin y sin derechos

Otras Miradas, Desinformémonos, Gato Encerrado, Nicaragua Investiga

Trabajadoras domésticas, trabajadoras de empresas maquiladoras, trabajadoras sexuales, cuidadoras del hogar, trabajadoras todas, con poca o ninguna remuneración, con pocos o con ningún derecho. Una inmensa mayoría de mujeres trabaja y vive esta injusticia en Centroamérica.


Debido a la pandemia, en Ciudad de México, por ejemplo, ha habido un incremento de las mujeres que ejercen el trabajo sexual. Algunas incluso han vuelto a la calle después de haberlo dejado hace tiempo. Pero sus ingresos, ahora, se han reducido en un 90%. No sólo se enfrentan a la estigmatización sino a la falta de protección y reconocimiento como trabajadoras, como veremos de la mano de las periodistas que hacen posible este especial.

En Guatemala, muchas trabajadoras domésticas quedaron encerradas en las casas donde trabajan, otras han sido despedidas sin derecho a ningún tipo de indemnización pues la gran mayoría carece de prestación social. Cuando empezó la pandemia, tuvieron que volver a sus casas y aún esperan que las llamen de nuevo. En Guatemala, sólo un 0,2% de las trabajadoras domésticas tiene algún tipo de protección social.

En algunas maquilas de Nicaragua, saben perfectamente cuándo deben despedir a las mujeres: justo antes de que las tengan que indemnizar por enfermedades causadas por las largas jornadas y el esfuerzo constante. Sin indemnización laboral, ni las empresas ni el gobierno atienden sus necesidades. Un día se levantan, van a la maquila, y no les dejan entrar. Así, se han visto en la calle miles de ellas durante los meses de pandemia. Algunas de ellas nos cuentan su historia.

Nadie cuida a las que cuidan. En El Salvador, hubo una iniciativa de ley para apoyar a las cuidadoras del hogar y reconocer su trabajo. Miles de mujeres que, desde la infancia cuidan hermanos menores, luego se dedican a la crianza de sus hijos y finalmente terminan criando nietos. Un trabajo que se ejerce sin reconocimiento, ni derechos y cuya regulación es aún un gran pendiente en la región. El actual gobierno salvadoreño tumbó la iniciativa y la ley está en suspensión.

En este especial periodístico realizado por medios que son parte de la alianza Otras Miradas, las periodistas se adentran en las vidas y testimonios de mujeres que están trabajando sin derechos, en medio de una pandemia que ha agudizado las problemáticas ya endémicas en Centroamérica y México.

Fuente e imagen:  desinformemonos

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Desigualdades y mujeres

Por: Tahira Vargas García 

La desigualdad es parte de la cotidianidad de las mujeres y muchas veces es totalmente invisible.

El 8 de marzo es una fecha importante para nosotras. Nos invita a la reflexión sobre nuestra realidad en la perspectiva social y cultural. La desigualdad es parte de la cotidianidad de las mujeres y muchas veces es totalmente invisible. Algunos elementos de esa desigualdad son los siguientes:

Invisibilidad del papel de la mujer en nuestra historia. Las celebraciones de fechas patrias y de acontecimientos en nuestra historia excluyen por completo a las mujeres que desempeñaron un papel fundamental en cada etapa de nuestro quehacer histórico muchas de ellas fueron quemadas, fusiladas, asesinadas como es el caso de: Anacaona, María Trinidad Sánchez, Juana Saltitopa, Concepción Bona, Baltasara de los Reyes, Hermanas Mirabal y Mamá Tingo.

Negación del derecho al placer sexual en población femenina adolescente-joven y adulta. El derecho al placer está relegado a los hombres, adolescentes, jóvenes y mujeres adultas se les niega este derecho y se estigmatiza a aquellas que deciden empoderarse y asumirlo calificándolas como putas o cueros.

Incremento de los feminicidios y de la violencia de género en sentido general. La violencia contra la mujer se incrementa y se reproduce continuamente. Existe un sistema de legitimación en la población que entiende que la mujer debe ser castigada si conflictúa con el poder masculino.

Restricciones en el acceso al derecho a la recreación y ocio. Las niñas, mujeres y jóvenes están continuamente controladas por las redes vecinales y familiares en su acceso a espacios de recreación y ocio. Niñas y jóvenes se quejan de que su recreación está condicionada a la realización de oficios domésticos lo que no ocurre con el sexo masculino.

Violación de los derechos de las trabajadoras sexuales desde el sistema de justicia y organismos policiales. Las trabajadoras sexuales en nuestro país viven cotidianamente la discriminación, el estigma y continuos abusos de organismos policiales y del personal de salud en centros hospitalarios.

Discriminación y culpabilización de la mujer jefa de hogar. En nuestra sociedad muchas instituciones educativas, religiosas y líderes de opinión discriminan a la mujer jefa de hogar y la culpabilizan de todos los males sociales. Con ello se promueve que la mujer se dedique exclusivamente a la maternidad y al ámbito doméstico.

Expulsión de las adolescentes sexualmente activas y/o embarazadas de los centroseducativos. Una de las principales violaciones a los derechos de la mujer es el derecho que tiene toda niña, adolescente y joven a la educación. Este derecho es violado continuamente por muchos centros educativos públicos y privados que expulsan explícita o implícitamente a esta población. Una de las expulsiones “sutiles” es la sugerencia de que se cambien a la tanda nocturna porque ya son adultas.

Prohibición de la interrupción del embarazo a las niñas, adolescentes y mujeres violadas o en riesgo de muerte. Son varios los casos que presentan con cierta en los que niñas y adolescentes violadas quedan embarazadas y se exponen a altos riesgos de muerte o han muerto. La prohibición de la interrupción del embarazo en estos casos es una violación a los derechos de esta población y una imposición que afecta su salud y su calidad de vida. Nuestros legisladores tienen en sus manos la decisión de condenar las niñas, adolescentes o respetar su derecho a decidir.

Este artículo fue publicado originalmente por el Periódico HOY

Fuente: https://acento.com.do/opinion/desigualdades-y-mujeres-8921049.html

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Malawi: Trabajadoras sexuales en marcha de protesta en Lilongwe – ‘Brindamos servicios esenciales’

Las trabajadoras sexuales marcharon en las calles de la capital, Lilongwe, contra la decisión del gobierno de imponer un toque de queda nocturno y el cierre de bares que, según dicen, tienen serias implicaciones económicas en sus vidas.

Piden al gobierno que revise las decisiones y les permita operar normalmente, diciendo que brindan «servicios esenciales».

Las protestas se interrumpieron después de que el comisionado del distrito de Lilongwe se negó a recibir su petición y los obligó a acudir al Ayuntamiento de Lilongwe.

La directora ejecutiva de la Asociación de Trabajadoras Sexuales, Zinenani Majawa, dice que las protestas callejeras en curso en Lilongwe también están destinadas a llamar la atención sobre los problemas públicos de ese estigma relacionado con el trabajo sexual.

Ella, en particular, menciona el abuso policial de las trabajadoras sexuales como un elemento destacado en la lista.

Majawa dice que los agentes de policía abusan sexualmente de las prostitutas.

Fuente: https://allafrica.com/stories/202101280551.html

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México: Trabajadoras sexuales, pioneras en prevención

María de La Cruz, promotora de salud y activista en la defensa de los derechos laborales de las trabajadoras sexuales.

 A las trabajadoras sexuales se les acusaba de propagar el VIH en los años de 1990; la realidad, es que fueron grupos de mujeres quienes iniciaron una cruzada por la cultura de la prevención y la educación sexual.

“Aprendí a cuidarme antes de cuidar a otros”, dice Beatriz, de 53 años, quien a los 18 se inició en el trabajo sexual de las calles de la CDMX.

Entonces, dice, “estábamos muy desprotegidas, nadie usaba condón y yo caí en la drogadicción”. Pero ha pasado el tiempo, es promotora de salud sexual desde hace más de 25 años. Para hacerlo se ha capacitado en hablar a otros de la importancia de llevar una vida sexual segura.

Su primer acercamiento al tema fue a través de la organización Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”, que defiende los derechos humanos y laborales de las trabajadoras sexuales.

“Se acercaron para hablarnos de que necesitábamos cuidarnos y poco a poco me fui acercando, empezaron a jalarme y tomé talleres de educación sexual.”

Años después, cuando dejó las calles, quedó cercana a la organización y desde entonces dedica parte de su tiempo a difundir información entre los grupos más vulnerables: trabajadoras sexuales, amas de casa y jóvenes.

Las “culpables” del VIH

En el contexto del trabajo sexual, una promotora de salud es una “mujer biológica o trans que se hace responsable, primero, del autocuidado. Después debe promover el uso del condón entre sus clientes y sensibilizarlos de la responsabilidad que tienen en transmisión de virus como el VIH”. Así lo explica María de la Cruz, activista y representante de una asociación feminista de Orizaba, Veracruz, que atiende trabajadoras sexuales desde los años de 1990. Esto es, durante el pico más alto de la epidemia del VIH.

La epidemia del VIH se encuentra en el país desde 1983. Los ayuntamientos, cuenta María, señalaban a las mujeres como el foco de infección, “se les cargaba en las espaldas toda la responsabilidad”, dice.

“Hay casos donde sexoservidoras que tenían VIH se hacían públicos en los periódicos, con nombre y fotografía, en primera plana”. María describe esos años como una verdadera cacería, donde las mujeres vivían bajo constante acoso y abuso de la Policía.

A lo largo del país, pequeños grupos de trabajadoras sexuales se capacitaron para difundir entre sus compañeras información valiosa. Pero pronto la demanda de ese tipo de conocimiento llegó desde diferentes grupos.

Brigada a las escuelas

“Las mismas trabajadoras nos empezaron a decir, mira hay que ir a las escuelas de nuestros hijos, a las prepas, en mi pueblo, etcétera”, explica Rosa Icela Madrid, miembro de Brigada Callejera y directora del proyecto Las condonerías, espacios especializados en educación sexual.

“Que ellas sean las promotoras de salud ayuda a romper el estigma que dice que esta población es la culpable de propagar enfermedades”, dice María de la Cruz.

Hoy en día, las promotoras son trabajadoras sexuales, pero también amas de casa y estudiantes. En Brigada Callejera se han enfocado a atender a poblaciones rurales en todo el país.

Consultorio médico en las oficinas centrales de Brigada Callejera en la Merced, centro histórico, donde las trabajadoras sexuales pueden acceder a atención médica y orientación.

Las jóvenes, en riesgo

“Hay que partir del ‘yo me amo’, porque el índice más grande de mujeres infectadas con VIH son amas de casa y estudiantes”, dice Beatriz. Uno de los grandes problemas que enfrentan las promotoras es que mayoría de las personas tiene preconceptos erróneos de esa y otras enfermedades.

Las estadísticas publicadas por la Clínica Especializada Condesa, un espacio de salud pública que atiende VIH, respaldan lo dicho por Beatriz: casi el 80 por ciento de las mujeres infectadas con el virus la adquirieron de su pareja.

Se calcula que, en México, hay por lo menos 220 mil personas con el virus. De esas, el 17 por ciento estarían concentradas en la capital.

Un dato alarmante es que los índices de infección han aumentado en la última década y las mujeres jóvenes son el grupo más vulnerable.

Un asunto de educación

Para Beatriz, la batalla verdadera está crear en una cultura de autocuidado: “meterle en la cabeza a las mujeres que es su responsabilidad y derecho cuidar su salud sexual, de nadie más”.

La experiencia le ha enseñado que el momento fundamental para hablar de educación sexual es la pre-adolescencia, darles herramientas para entender los cambios físicos y emocionales que se vienen.

“Hablarles que la necesidad de explorar tu cuerpo es normal. Que no se sientan mal por explorarse. Enseñarles la diferencia de sensaciones, cuando tú estás cómodo y cuando no. Que puedan detectar abuso.

“Las niñas crecen escuchando que son unas impuras por pensar en su sexualidad. Esto no las deja explorar su sexualidad seguras y lo que pasa es que lo hacen por debajo del agua. Entonces aprenden de sus compañeros igualmente desinformados. Ahí empiezan las prácticas de riesgo, ceder a las presiones, la escalada de violencia”. Eso, dice Beatriz, muchas veces define permanentemente su relación con la sexualidad.

“Nosotras intentamos luchar contra esa cultura, llegar a este tipo de personas, para que tengan conciencia de su sexualidad. Si tú vas a hacer algo, que estés consciente de los riesgos y que puedas protegerte.”

Es una absoluta rebeldía que el grupo más estigmatizado por su relación con el sexo lidere la lucha por una vida sexual saludable y libre de violencia.

Políticas públicas y espacio privado

De cierta forma, Beatriz entiende la ausencia del Estado y las escuelas en el tema.

“El gobierno tiene que hacerse responsable de esto pero es un tema que divide mucho a los padres. Hasta los maestros tienen problemas para hablar de esto, hay muchos padres que se espantan, mucho tabú, ¡¿Cómo le vas a hablar de sexualidad a mi hijo, porque eso me corresponde a mí?! Pero ellos no lo hacen y sus hijos se ponen en peligro y ponen en riesgo a otros.”

Explica que para ellas, como promotoras de salud, como trabajadoras sexuales, es más fácil abrir pequeños espacios porque no son parte de las escuelas, ni de las comunidades.

“Damos a los jóvenes un mensaje y a ellos se les queda una espinita, aprenden que sí hay información y donde pueden encontrarla.”

No son improvisadas

Para ser promotora de salud, las mujeres deben cursar talleres complejos de educación sexual, atención psicológica, biología, etcétera. El proceso puede llevar hasta un año, además se requiere constante actualización y perder el miedo a hablar en público.

“Es una forma de empoderar a las muchachas, desde mi propia experiencia, había momentos en que yo en mi drogadicción accedía a tener prácticas de riesgo, no entendía bien los daños… es constancia, protegerte a ti y enseñar lo mismo”, dice Beatriz.

Empoderamiento sexual

A veces lo más difícil es convencer a las trabajadoras sexuales que tienen el derecho y la habilidad de convertirse en una autoridad sobre el tema.

“Hay muchas chavas que sienten que no pueden hacer esto porque no tienen educación. A muchas, hablar de sexualidad les cuesta trabajo, si todavía sienten vergüenza porque se dedican a esto. Es difícil pararse frente a muchos y explicarle a los demás que se tienen que proteger, si apenas se cuidan ellas”, dice.

“Hay que empezar por: ‘¿Sabes cuáles son tus derechos?’, ‘¿ya te fuiste a checar?’, ‘¿cómo te cuidas con tu pareja?’; o ‘aquí puedes conseguir condones’; ‘ten cuidado de los padrotes’; ‘vete a hacer tu papanicolau’; ‘ven, va a haber una charla de salud’.”

Pero eso no debería ser exclusivo de las trabajadoras sexuales. “Hablo de esto con todas las mujeres que están en mi vida, las que me encuentro en el metro, amigas…”.

Para ella, lo ideal sería incorporar la seguridad como una parte integral de la práctica erótica. “Desbloquear ese chip de obligación y pensar que lo disfrutas más porque ya no corres el riesgo de obtener una infección”.

“El condón, por ejemplo, ¡cómo ha costado! Pero se puede: un poco de convencimiento, ‘mira, papi’, ya sabes, coqueteo, negociación y educación. Explicarles por qué”.

¿Y si se estanca la negociación?

“¡A la chingada, yo sí me quiero!”

Fuente: https://www.elindependientedehidalgo.com.mx/trabajadoras-sexuales-pioneras-en-prevencion/

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Brigada Callejera

Por: Raúl Zibechi

(En memoria de Jaime Montejo)

Hay colectivos humanos imprescindibles. Absolutamente imprescindibles. Porque sin ellos, la vida sería menos, mucho menos. Sin esas personas que ponen el cuerpo y se juegan por las otras, la vida en general, las vidas de las y los de abajo, en particular, sería más áspera de lo que ya es.

Brigada Callejera es una de esos colectivos. Formado por seres comunes, como Jaime Montejo y Elvira Madrid, han sido capaces de algo extraordinario, totalmente fuera de lo común: transitar desde la aulas universitarias hasta las calles, arropando con cuerpo y alma a las marginadas, las trabajadoras sexuales de México.

En ese andar hacia el llano, dejaron todo; no sólo sus comodidades materiales, que ya impresiona, sino todo, todo, todo. Sus cuerpos, su salud, su bienestar emocional, esa forma de vida que el sistema coloca como el bien más elevado. ¿Existe acaso algo más conmovedor que aquellos y aquellas que hipotecan su vida, no en un ademán heroico definitivo, sino en pequeños gestos cotidianos, persistentes, durante más de 25 años?

En ese descenso hacia el amor, compartir su vida con las trabajadoras sexuales ha sido parte de una militancia tan guerrera como silenciosa. Emociona verlos trabajando en la clínica del centro de la Ciudad de México, rodeados de mujeres pobres, cuerpos tatuados por la violencia de policías y padrotes, ambos servidores del sistema.

Un sistema al que nunca temieron y al que siempre desafiaron de forma consecuente, sin discursos altisonantes, quizá porque aprendieron de las mujeres de las calles que las tácticas de guerra se hacen, no se parlotean ni se disertan con soberbia.

Las varias veces que tuve el privilegio de encontrarme con Jaime y Elvira, caminaban rumbo a aquellos espacios donde las trabajadoras sexuales desafiaban poderes infinitamente superiores, haciendo suyo el dolor de personas que, a veces, ni siquiera conocían, pero reconocían como dolor y angustia.

Hoy, a la distancia, siento que su vida es una pedagogía de rebeldía y consecuencia. Pero sobre todo de amor. Mientras las políticas sociales estatales se limitan a pasarle algunas migajas a las personas desamparadas, las gentes de Brigada Callejera comparten abrazos, cariño, ternura; porque lo que mata es, ante todo, la soledad y el abandono, antes incluso que los asesinos de uniforme y los virus del capital.

Desde el 5 de abril el mundo de las y los de abajo está más solo. Te echa de manos. Quiero que sepas, queremos que sepas, Jaime, que tu vida es un ejemplo de dignidad y consecuencia. Por eso tu recuerdo no es memoria, tu vida no es ejemplo pasado. Es luz que alumbra esta noche en la que estamos perdidos. Es el tibio amanecer que anuncia la calidez del mundo nuevo.

Fuente: https://desinformemonos.org/brigada-callejera/

Imagen: pixabay.com

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Argentina: Marea verde y violeta: unas 200 mil mujeres coparon La Plata en un encuentro histórico

América del Sur/ Argentina/ 05.06.2019/ Fuente: www.minutouno.com.

La capital de la Provincia presenció el movimiento de mujeres y disidencias más grande de la historia este fin de semana. Tuvo una extensión de 3 kilómetros.

“¡Qué momento, qué momento, a pesar de todo, les hicimos el encuentro!”, fue una de las canciones que entonaron quienes participaron de la marcha que coronó el 34º Encuentro Nacional de Mujeres en la que participaron cerca de 200 mil mujeres y disidencias.

Pese a la lluvia, el temporal y las inundaciones que azotaron a La Plata el viernes y sábado, y a la coyuntura social y económica, miles de mujeres, lesbianas, travestis, trans y no Binaries del todo el país y de Latinoamérica se juntaron una vez más para intercambiar experiencias y debatir sobre las problemáticas de desigualdad que las asemejan, pero esta vez la convocatoria fue la más contundente de todas las que se realizaron hasta el momento.

Como todos los años, se realizaron talleres – algunos fueron transformados en charlas por decisión de las organizadoras- en las Universidades Públicas y algunos colegios platenses que abarcaron temáticas como el derecho al Aborto legal, los travesticidios y femicidios, activismo gordo, identidades no binarias, lesbianismo, la aplicación de protocolos de violencia de género en instituciones, la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI), Escraches, estrategias para ante la prescripción de delitos sexuales y derechos laborales para las trabajadoras sexuales.

Pluri si, Pluri no

El tema sobre la denominación del encuentro volvió a estar latente durante todas las jornadas: en cada comisión, en las calles, entre las pibas que comían en sentadas en la vereda, en la feria y los paneles que se hicieron en la Plaza San Martín, en la marcha sobre en contra de los travesticidios y en la movilización final. Al igual que el año pasado en Trelew, hubo un gran apoyo de las presentes para que el término plurinacional reemplace al nacional. Además que se incorpore a las disidencias que participan del encuentro desde sus comienzos.

A 58 kilómetros de la toma pacífica de las 23 mujeres indígena del Ministerio del Interior pidiendo el fin del terricidio, en La Plata hubo otras tantas hablaron sobre el genocidio de sus pueblos, las violencias que padecen, y para pedir ser escuchadas e visibilizadas.

Uno de los momentos más convocantes de la jornada del domingo fue la asamblea de feministas de Abya Yala –pertenencia a los pueblos indígenas de Latinoamérica— frente a la glorieta de la Plaza San Martín. Inició con un ritual en el que se invocó a las ancestrales. Se prendió un fuego “de la memoria” en donde fueron poniendo de a una las imágenes de varias de las referentes que abrieron caminos en la lucha por la igualdad. Entre ellas estaban la activista ambientalista Berta Cáseres, asesinada en 2016 en Honduras; Marielle Franco, política y lesbiana brasileña, a quien mataron en marzo de 2018 en Río de Janeiro; y las activistas argentinas trans Diana Sacayán, asesinada octubre de 2015, y Lohana Berkins, quien murió en 2016.

En el centro del círculo, en el piso estaban las banderas de los distintos pueblos originarios en forma de caracol. Hubo ofrendas y se repartieron velas entre los presentes. Lolita Chávez, guatemalteca y parte del pueblo maya, guió la ceremonia en que se saludó al sol, que empezaba a asomar tras los días de tormenta. También pidió un saludo a la luna. “Protegemos nuestro cuerpo como nuestro primer territorio de defensa”, dijo Chávez y la ceremonia finalizó con el abrazo entre conocidas y desconocidas.

La asamblea continuó con la exposición de las referentes de distintos pueblos originarios de la región: varias de ellas hablaron de la lucha contra el capitalismo, el neoliberalismo, el racismo así como contra el patriarcado y el machismo. Ninoska Pallakura, una joven mapuche de 25 años, pidió justicia por el femicidio de Macarena Valdez, a quien encontraron colgada de una soga en su propia casa, en la Panguipulli, en Chile. “Su asesinato no tiene todavía culpables. La mataron por ser mujer, por defender tu territorio”, dijo Pallakura.

Feminismos negros

Migrantes negras y afrodescendientes argentinas fueron parte de las jornadas, en talleres y charlas. Jessica Corpas, afrodescendiente mendocina dijo a minutouno.com que pasan por momentos muy difíciles por su color de piel y “cuanto más negra la piel más duro el lugar en la sociedad que nos toca. Los racismos definen nuestras existencias. Si comemos o no comemos, si somos violadas o no lo somos”, afirmó.

El colectivo afro, acompañado por otras afrodescendientes de Latinoamérica, encabezó la columna de la marcha Plurinacional. Entre ellas

Delfina Martínez, uruguaya integrante del colectivo Mizangas Mujeres Afrodescendientes e impulsora de la Campaña Nacional Ley Integral para personas Trans, aseguró que «la pluralidad de territorios y corporalidades enriquece el feminismo.”

Disidencias sexuales

Una vez más, se realizó la marcha contra los travesticidios y transfemicidios durante el Encuentro. Con la bandera de Plurinacional las distintas referentes Marlene Wayar, Claudia Vasquez Haro, Say Sacayán y Casandra Sandoval encabezaron el sábado por la tarde noche la movilización. También participaron Infancias Libres y otras agrupaciones.

“Señor, señora, no sea indiferente, se matan las travestis en la cara de la gente”, era parte de los cánticos que entonaron trans, travestis, lesbianas y mujeres durante el recorrido que partió de la esquina de la 1 y 58 y se dirigió hacia la Plaza San Martín. Fue convocada por la campaña Somos Plurinacional, que busca que se modifique el nombre del encuentro para incorporar a las disidencias sexuales.

“Hace cuatro años que soñamos con que se nos escuche y se nos acompañe. Y hoy esta marcha me llena de orgullo: en la primera éramos diez personas y hoy éramos miles”, dijo Wayar emocionada al terminar la marcha.

Las organizadoras remarcaron que 60 travestis y trans fueron asesinadas en lo que va del año y pidieron nuevamente por una ley de cupo laboral trans. Ornella Infante, militante trans y secretaria nacional del frente por la igualdad del Movimiento Evita remarcó que hay una “falta de políticas públicas hacia la población trans, la justicia machista y la falta de presupuesto en las áreas de gobierno”.

Marchar hacia la historia

Las calles platenses se tiñeron de verde, violeta y los colores del orgullo. Al grito de “aborto legal en el hospital” y “América Latina será toda feminista”- entre otras- avanzaron unas 200 mil mujeres y disidencias desde la calle 1 y 60 hasta el Estadio Único. La marcha fue la más larga que un ENM haya registrado: tuvo una extensión de 3 kilómetros.

En la columna de las Socorristas cientos de mujeres con pelucas fuxias caminaban cantando. En la del Movimiento Socialista de Trabajadores (MST), las mujeres usaban pelucas que combinaban con el color que la pintura del cuerpo.

La columna de la Campaña del Derecho al Aborto, Seguro, Legal y Gratuito fue una de las más populosas. Allí marcharon además de sus militantes muchas jóvenes que se veían convocadas por la temática. Entre cantos y bailes se pidió una vez más por la ley.

Hubo además carteles que exigían que se implemente la ESI de Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas y que el Estado implemente políticas para reducir y terminar con los femicidios.

La movilización culminó en el Estadio Único de La Plata. Allí se hizo la clásica peña en que miles bailaron y celebraron un nuevo año de lucha. El cierre oficial se dio en la mañana de este lunes y se eligió a San Luis como sede del encuentro

Fuente de la noticia: https://www.minutouno.com/notas/5059813-marea-verde-y-violeta-unas-200-mil-mujeres-coparon-la-plata-un-encuentro-historico

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