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Trabajo infantil en tiempo de pandemia

Por: Elisabeth De Puig

A pesar de lo que queremos aparentar, somos todavía un país de pobres, en parte por los bajos salarios que percibe la mayor parte los trabajadores y por la fuerte incidencia del trabajo informal.

En este año de pandemia e incertidumbre, el mes en que se celebra el Día Mundial contra el Trabajo Infantil es propicio para llamar la atención sobre el aumento de los riesgos en que incurre la niñez tanto a nivel global como local.

Hace cien años en la República Dominicana la mayor parte de la población vivía en las zonas rurales. Las escuelas eran escasas. Los niños acompañaban a sus padres desde temprano en las faenas agrícolas y las niñas eran asignadas a las tareas domésticas junto a sus madres.

A lo largo de un siglo el país ha tenido un crecimiento económico acelerado, pero de carácter contradictorio, al sustentarse en una significativa concentración de la riqueza y en la reproducción de la pobreza.

Esta sigue arropando una parte considerable de la sociedad dominicana que culturalmente no se ha alejado todavía de los viejos patrones de comportamiento, donde se ve como normal que los hijos sean ayudantes o proveedores, según los casos.

Hoy en día, el difícil contexto de crisis económica y reducción de empleos afecta de manera especial a las familias vulnerables, que han perdido sus ingresos sin tener para sus hijos e hijas ni siquiera asegurada la comida de la tanda extendida.

Antes de la pandemia se registraba una tasa de inasistencia escolar del 9.0%. En la actualidad la deserción escolar, fruto del cierre de las escuelas y de la estrategia de enseñanza virtual, se sitúa para los niños, niñas y adolescentes de 5 a 17 años, entre 13.2 y 17 %, según los resultados de un estudio simulado presentado en julio de 2020 por la Vicepresidencia de la República, Oxford Poverty and Human Development Initiative (OPHI) y el Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN).

Además, con dos años perdidos, muchos de los desertores estarán en sobre edad, con altas probabilidades de ser víctimas de trabajo infantil u otras formas de explotación y, por tanto, de no regresar a las aulas.

El hacinamiento, la mala alimentación, el desempleo, la violencia social propia de la marginalidad -que se ha multiplicado por la Covid-19- favorecen el trabajo infantil, como lo hacen el desempleo, la inestabilidad laboral de los adultos y el cierre de las escuelas que ha aumentado la desprotección de la niñez.

Es notorio el aumento de niños y niñas deambulando por las calles, trabajando en talleres, rondando en los alrededores de los mercados buscando trabajitos y comida, vendiendo favores a hombres maduros o sencillamente víctimas de explotación sexual.

No podemos olvidar que, a pesar de lo que queremos aparentar, somos todavía un país de pobres, en parte por los bajos salarios que percibe la mayor parte los trabajadores y por la fuerte incidencia del trabajo informal. Asalariados e informales no logran cubrir las necesidades básicas de sus familias.

La lucha contra el flagelo del trabajo infantil y el retroceso que conocemos en la actualidad es tarea ardua y multisectorial. Le compete en primera línea al gobierno central con sus políticas de redistribución del ingreso, a varios ministerios, a las empresas, a las ONGs y a la sociedad civil.

No no podemos ilusionar con palabras bonitas y promesas de logros. Es con un trabajo tesonero de articulación social que se podrá avanzar en el camino de la disminución del Trabajo Infantil e impedir el sacrificio de una generación.

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Trabajo infantil: una realidad que vemos y consumimos todos los días en México

En México, hay niñas y niños laborando en los campos agrícolas donde se cultivan los alimentos que llegan a nuestras mesas; trabajando en fábricas y talleres donde se maquila la ropa que vestimos; realizando servicio doméstico o tareas de cuidados de otras personas, y siendo cooptados por el crimen organizado para realizar actividades ilícitas, trata y explotación laboral y sexual.

Como sociedad hemos normalizado ver a niñas y niños trabajando. No nos extraña que estén en las calles vendiendo chicles, limpiando los parabrisas de los coches o recogiendo basura.

Pero el trabajo infantil es mucho más complejo y grande de lo que nuestros ojos alcanzar a mirar. En México, hay niñas y niños laborando en los campos agrícolas donde se cultivan los alimentos que llegan a nuestras mesas; trabajando en fábricas y talleres donde se maquila la ropa que vestimos; realizando servicio doméstico o tareas de cuidados de otras personas; y siendo cooptados por el crimen organizado para realizar actividades ilícitas, trata y explotación laboral y sexual.

Actualmente, se estima que en México trabajan 3.3 millones de niñas y niños, quienes pierden su niñez al tener que involucrarse en trabajos que obstaculizan sus derechos a la educación, descanso, juego, esparcimiento, y que incluso ponen en peligro su integridad, dignidad, así como su propia vida por la exposición constante que tienen a los accidentes, lesiones, condiciones climáticas adversas, químicos, pesticidas, maltrato y abuso sexual.

El trabajo infantil es un problema originado por múltiples factores

En todos los países se observa que ocurre sobre todo en los hogares más pobres.1 En todos los países, se observa que ocurre sobre todo en los hogares más pobres.2 En el contexto de la pandemia por covid-19, se estima que un incremento de la pobreza del 1% propiciará un incremento mínimo del 0.7% en el trabajo infantil, esto es, en menos de 1 año, en México más de 180 mil niñas, niños y adolescentes se sumarán a las filas del trabajo infantil.3

Los bajos salarios que perciben las personas adultas y jóvenes, o la carencia de protección social que impide a las familias hacer frente a situaciones imprevistas que provocan pérdidas de ingresos económicos, también son factores de riesgo. Asimismo, la falta de accesibilidad y calidad de la educación provoca que las niñas y niños abandonen la escuela y se incorporen al trabajo infantil.

Además, culturalmente, el trabajo infantil continúa siendo aceptado en muchos entornos como una forma de desarrollar habilidades en las niñas y los niños, pero se olvida que hay una diferencia entre apoyar actividades que favorecen su desarrollo y el trabajo infantil, ya que este último tiene un impacto negativo al poner en riesgo su bienestar, sus necesidades presentes y sus oportunidades futuras.

La falta de accesibilidad y calidad de la educación de igual manera provoca que niñas y niños abandonen la escuela y se incorporen al trabajo infantil. Existe evidencia suficiente para afirmar que la niñez que trabaja tiene problemas de rendimiento escolar, un retraso educativo aproximado de dos años,4 y sólo 1 de cada 4 concluye la educación básica 5. Esto, a su vez, impide eliminar la pobreza y las desigualdades, porque el nivel de escolaridad afecta proporcionalmente el ingreso de una persona en su vida adulta,6 así que al no acceder a educación o no lograr el rendimiento esperado, solo podrán aspirar a tener ocupaciones menos calificadas y, por tanto, con baja remuneración.

Lamentablemente, la inseguridad que sufre el país también es un factor de riesgo, pues la muerte o desaparición forzada de padres y madres puede orillar a niñas y niños a integrarse a una actividad productiva para cubrir sus necesidades.

¿Qué podemos hacer?

El trabajo infantil es un problema público que debe ser abordado desde una visión sistémica que involucre la participación de todos los sectores sociales (gobierno, sector privado, sociedad) mediante acciones articuladas.

Uno de los grandes desafíos actuales es que México no cuenta con una Estrategia Nacional para Prevenir, Atender y Erradicar el Trabajo Infantil, lo que obstaculiza que las instituciones, órdenes de gobierno y sectores involucrados actúen de forma coordinada para atender las causas estructurales que originan este problema, y para restituir los derechos de las niñas y niños que ya son o están en riesgo de ser víctimas del trabajo infantil.

Cabe señalar que si bien existe la Comisión Intersecretarial en materia de Trabajo Infantil y la Protección de Adolescentes Trabajadores en Edad Permitida (CITI), aún es necesario fortalecerla para que sus decisiones sean vinculantes para los actores participantes, y asignarle presupuesto público suficiente con el objetivo de que logre coordinar una estrategia integral.

Del mismo modo, se requiere fortalecer los mecanismos del Estado para hacer cumplir la ley. En este sentido, debe invertirse más en la inspección laboral por ser esta una de las mejores herramientas para detectar, atender y prevenir el trabajo infantil.

En el año 2020 se contabilizaron 468 personas inspectoras laborales en las 32 entidades federativas,7 y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social estima que se realizan 136 mil inspecciones en general cada año, mientras que en el país hay más de 6 millones de establecimientos productores, comercializadores o prestadores de servicios8. Claramente el número de inspecciones realizadas con relación al número de establecimientos es insuficiente; además, entre 2015 y 2020 el número de inspectores ha tenido una disminución del 41.8% 9.

El sector privado también tiene una gran responsabilidad en la prevención y erradicación del trabajo infantil. En principio, porque la mejor manera de prevenirlo es garantizando salarios justos, pero también tiene la responsabilidad de asegurar que toda su cadena de valor (desde la materia prima hasta la comercialización) esté libre de trabajo infantil, y debe llevar a cabo acciones de remediación para que cuando detecte su existencia, las niñas y niños puedan regresar a la escuela y cubrir sus necesidades básicas, ya que si solo se les retira de los trabajos actuales estarán en riesgo de realizar trabajos aún más peligrosos.

Todas y todos, como sociedad, también tenemos un papel clave. La denuncia ciudadana de los casos de trabajo infantil es más que necesaria porque las inspecciones laborales para detectar y atender los casos se realizan principalmente cuando existe una denuncia y, a partir de eso, las instituciones del Estado mexicano están obligadas a restituirles sus derechos, es decir, proporcionarles medidas de protección social, salud, educación y alimentación.

Asimismo, podemos contribuir mediante un consumo más responsable, tratando de identificar de dónde provienen los productos, bienes y servicios que adquirimos; y exigir que las empresas cuenten con distintivos que aseguren que están libres de trabajo infantil en toda su cadena de valor.

El Día Mundial contra el Trabajo Infantil es una oportunidad para recordar que la erradicación de este problema debe ser una prioridad en la agenda pública de todos los gobiernos porque se trata del bienestar de las niñas y niños y del desarrollo social de las naciones. Todas y todos tenemos una responsabilidad que asumir, desde la exigencia y la acción.

En el marco de este Día desde Save the Children presentamos la exposición #NiñezLibreDeTrabajo la cual estará montada en las rejas del Senado de la República sobre avenida Paseo de la Reforma hasta el 30 de junio de 2021 y también está disponible de forma virtual en este enlace.

* Save the Children (@SaveChildrenMx) es la organización independiente líder en la promoción y defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Trabaja en más de 120 países, atendiendo situaciones de emergencia y programas de desarrollo. Apoya a los niños y niñas a tener una infancia saludable y segura. En México, trabaja desde 1973 con programas de salud y nutrición, educación, protección y defensa de los derechos de la niñez y adolescencia, en el marco de la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas. Visita nuestra página web y nuestras redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.

1 OIT. “Medir los progresos en la lucha contra el trabajo infantil: Estimaciones y tendencias mundiales entre 2000 y 2012”, pág. VIII.

2 OIT. “Medir los progresos en la lucha contra el trabajo infantil: Estimaciones y tendencias mundiales entre 2000 y 2012”, pág. VIII.

3 OIT y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, La COVID-19 y el trabajo infantil: Un periodo de crisis, una oportunidad para actuar, 2020, p. 8.

4 STPS, El trabajo infantil en México Avances y Desafíos, 2014, p. 64.

5 Ídem.

6 INEE, Salario relativo por hora de los trabajadores.

7 Secretaria de Trabajo y Previsión Social, Oficio No. 510/DPSRLDH/1016/2020, de fecha 17 de noviembre de 2020, signado por el C. Ulises Hernández Colín, director de Prestaciones Sociales, Relaciones Laborales y Desarrollo Humano.

8 INEGI, Establecimientos y Personal ocupado total según año de inicio de operaciones, método de captación y tipo de propiedad.

9 STPS, Oficio No. 510/DPSRLDH/1016/2020, de fecha 17 de noviembre de 2020, signado por el C. Ulises Hernández Colín, director de Prestaciones Sociales, Relaciones Laborales y Desarrollo Humano.

Fuente: https://www.animalpolitico.com/blog-invitado/trabajo-infantil-una-realidad-que-vemos-y-consumimos-todos-los-dias/

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Mundo: Trabajo infantil aumenta por primera vez en dos décadas

Mundo/11-06-2021/Autor(a) y Fuente: rpp.pe

La pérdida de empleo e ingresos de sus familias y el cierre de los centros educativos aumentaría aún más las cifras de trabajo infantil en los próximos años.

Más de 160 millones de niños tienen algún tipo de trabajo, según un informe presentado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Unicef en vísperas del Día Mundial contra el Trabajo Infantil que se conmemora el próximo 12 de junio.

La cifra subió unos 8.4 millones en los últimos cuatro años, la primera subida en dos décadas. Incluso se estima que, a consecuencia de la pandemia, a fines del 2022 unos 9 millones más podrían aumentar en la estadística si no se ofrece la protección social necesaria.

“La protección social inclusiva permite a las familias proseguir la escolarización de sus hijos aun en una coyuntura económica adversa”, aseguró el director general de la OIT, Guy Ryder.

Según el informe, la crisis sanitaria y sus consecuencias económicas pueden ocasionar que los niños que se encuentran en esta situación trabajen más horas y en peores condiciones.

“Estamos perdiendo terreno en la lucha contra el trabajo infantil, y el último año no ha facilitado nuestra labor”, dijo Ryder.

El 70 % de los niños en esta situación, equivalente a 112 millones, trabajan en el sector agrícola por lo que el trabajo infantil en zonas rurales es casi tres veces más frecuente que en zonas urbanas.

Mientras que un 20 % de los niños que deben trabajar lo hacen en servicios (31,4 millones) y el 10 % en la industria (16,5 millones).

La mayoría de los niños en situación de trabajo infantil tienen entre 5 y 11 años. Del total, unos 79 millones de menores realizan trabajos peligrosos que pueden dañar su salud o su seguridad.

La zona más afectada es África Subsahariana, donde 16,6 millones de niños más han tenido que trabajar en los últimos cuatro años debido al crecimiento demográfico, las crisis frecuentes, la pobreza extrema y las medidas inadecuadas de protección social.

(Con información de la Agencia EFE).

Fuente e Imagen: https://rpp.pe/economia/economia/trabajo-infantil-aumenta-por-primera-vez-en-dos-decadas-noticia-1341419?ref=rpp

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Suiza: Por primera vez en dos décadas aumentó el trabajo infantil: ONU

Millones de niños podrían verse obligados a trabajar a causa de la pandemia de Covid-19, en tanto el número de afectados por el trabajo infantil en el mundo creció por primera vez en dos décadas, advirtió la ONU.

Un informe conjunto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y de Unicef, la agencia de Naciones Unidas para la infancia, estima que a principios de 2020, 160 millones de menores estaban forzados a trabajar, es decir, 8.4 millones más que hace cuatro años.

Si se acaban cumpliendo las proyecciones sobre el aumento de la pobreza en el mundo, nueve millones de infantes más se verán forzados a encontrar un trabajo antes de que termine el próximo año, según el informe.

Una cifra que podría ser incluso cinco veces más alta según las proyecciones, advirtió Claudia Cappa, estadística de Unicef y una de las autoras del estudio.

«Si las proyecciones sociales bajan respecto a su nivel actual, a causa de las medidas de austeridad y otros factores, el número de niños forzados a trabajar podría aumentar en 46 millones» para finales de 2022, explicó.

El informe, que se publica cada cuatro años, muestra que la mitad de los menores que trabajan tienen solo entre 5 y 11 años.

La tendencia alcista empezó antes de que la pandemia trastocara totalmente la economía mundial y supone un giro, pues entre 2000 y 2016, el número de infantes que trabajaban descendió en 94 millones.

Justo cuando la crisis sanitaria se expandía por todo el mundo, uno de cada diez niños estaba trabajando y la ONU advierte que la situación podría empeorar todavía más si no se hace nada para ayudar a las familias que están cayendo en la pobreza.

Fuente e imagen: https://www.jornada.com.mx

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Organizaciones de América Latina y el Caribe promueven movilización por el Cuidado y la Educación en la Primera Infancia

Mundo/América Latina y El Caribe/04-06-2021/Autor(a) y Fuente: redclade.org

Diálogos con especialistas, intercambios de experiencias, talleres y lanzamientos de informes son algunas de las acciones que se realizarán en el marco de la campaña

Durante todo el mes de junio, organizaciones, redes y activistas que defienden el derecho a la educación se movilizarán para llamar la atención de la sociedad civil hacia el tema de la Educación y el Cuidado de la Primera Infancia (AEPI) en América Latina y el Caribe.

La CLADE, en alianza con EDUCO, OMEP, Marcha Global contra el Trabajo Infantil, Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes (IIN) y foros nacionales que forman parte de la CLADE lanzó hoy (1/6) la Campaña “Junio por la Educación y el Cuidado de la Primera Infancia” que reunirá a especialistas, activistas, educadores y educadoras para discutir los retos y la situación de la educación y del cuidado de niños y niñas pequeños/as en la región, y además quiere poner el tema en la agenda pública de los países latinoamericanos y caribeños, presionando por un mayor compromiso de los gobiernos con esta etapa educativa. Talleres, intercambios de experiencias, lanzamientos de informes y en vivos en instagram con entrevistas a especialistas son algunas de las acciones que se han planeado como parte de la campaña.

De iniciativa de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), en alianza con EDUCO, OMEP y foros nacionales que forman parte de la CLADE, la Campaña “Junio por la Educación y el Cuidado de la Primera Infancia” reunirá a especialistas, activistas, educadores y educadoras para discutir los retos y la situación de la educación y del cuidado de niños y niñas pequeños/as en la región, y además quiere poner el tema en la agenda pública de los países latinoamericanos y caribeños, presionando por un mayor compromiso de los gobiernos con esta etapa educativa. Talleres, intercambios de experiencias, lanzamientos de informes y en vivos en instagram  con entrevistas a especialistas son algunas de las acciones que se han planeado como parte de la campaña.

La ampliación de la presencia y prioridad de la Atención y Educación de la Primera Infancia (AEPI) desde una perspectiva de derechos; el trabajo infantil; el alineamiento de la legislación y las políticas de AEPI; y la puesta en marcha de procesos formativos y de incidencia social para promover cambios en las prácticas educativas de la primera infancia son algunos de los temas que estarán presentes en acciones y difusiones de la iniciativa.

A continuación, presentamos algunos de los principales eventos que serán realizados en el marco de la campaña.

Encuentro Regional: Marco político y normativo de la Educación y Cuidado de la Primera Infancia
Fecha: 2 de junio
Hora: de 11:00 a 13:00 (Brasil/Argentina/Uruguay)
Organizadores: CLADE y EDUCO
Más información: En el evento se compartirán reflexiones sobre agendas, prioridades y retos nacionales; cambios normativos, así como financiamiento de la educación y del cuidado en la primera infancia en la legislación de Brasil, El Salvador y República Dominicana.
Inscripciones: http://bit.ly/inscripcionInfancia

Encuentro Regional: Experiencias locales de la Educación y Cuidado de la Primera Infancia
Fecha: 9 de junio
Hora: de 11:00 a 13:00. (Brasil/Argentina/Uruguay)
Organizadores: CLADE y EDUCO
Más información: El encuentro analizará las acciones, programas y proyectos generados desde y en los territorios, además de debatir la importancia estratégica de los actores locales, en particular gobiernos. Esta sesión tendrá la presencia de autoridades locales y se formulará un pronunciamiento colectivo.
Inscripciones: http://bit.ly/inscripcionInfancia

Evento virtual de presentación de información sobre trabajo infantil, educación y pandemia en países de Sudamérica
Fecha: 9 de junio
Hora: 12:00 (Brasil/Argentina/Uruguay)
Organizador: Marcha Global contra el Trabajo Infantil
Más información: El evento tiene el objetivo de presentar información y dialogar sobre el impacto de la pandemia de la COVID-19 en el incremento del trabajo infantil y la exclusión educativa de niños, niñas y adolescentes en países de Sudamérica, así como sobre la respuesta política e institucional.
Inscripciones: http://bit.ly/inscripcionInfancia

Encuentro Regional: La Educación y Cuidado de la Primera Infancia – respuestas a la pandemia
Fecha: 16 de junio
Hora: de 11:00 a 13:00. (Brasil/Argentina/Uruguay)
Organizador: CLADE y EDUCO.
Más información: El encuentro presentará experiencias, acuerdos y respuestas de los países frente a la pandemia, desde una mirada que se centra en las oportunidades y respuestas positivas.
Inscripciones: http://bit.ly/inscripcionInfancia

Diálogos estratégicos por la educación y cuidado de la primera infancia
Fecha: 23, 24 y 25 de junio
Organizadores: CLADE, OMEP e IIN.
Hora: 11:00 (Brasil/Argentina/Uruguay)
Más información: Poner la educación y el cuidado de la primera infancia en el centro del debate es el objetivo de los diálogos estratégicos, que contarán con la participación de especialistas en el tema para debatir los principales retos para garantizar el derecho a la educación inicial de niños y niñas en América Latina y el Caribe.
Inscripciones: http://bit.ly/inscripcionInfancia

Live: Lanzamiento de estudios de caso/experiencias de primera infancia en contexto de pandemia
Fecha: 29 de junio
Organizador: CLADE
Hora: 17:00 (Brasil/Argentina/Uruguay)
Más información: En formato de entrevista, la Live tiene como objetivo presentar estudios de caso/experiencias de primera infancia en contexto de pandemia.

Fuente e Imagen: https://redclade.org/noticias/organizaciones-de-america-latina-y-el-caribe-promueven-movilizacion-por-el-cuidado-y-la-educacion-en-la-primera-infancia/

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África y Asia: Aumento del trabajo infantil por la pandemia de Covid-19

Niños y niñas en Ghana, Nepal y Uganda describen jornadas extenuantes y una remuneración insignificante

  • El impacto económico sin precedentes de la pandemia de Covid-19 ha puesto a niños y niñas en una situación de trabajo infantil bajo condiciones peligrosas y de explotación.
  • Muchos niños y niñas creen no tener otra opción más que trabajar para ayudar a sus familias a subsistir, pero el aumento del trabajo infantil no es consecuencia inevitable de la pandemia.
  • Los gobiernos y los donantes deben priorizar las ayudas en efectivo destinadas a las familias para que estas puedan mantener un nivel de vida adecuado sin recurrir al trabajo infantil.

(Nueva York) – El impacto económico sin precedentes que ha tenido la pandemia de Covid-19, combinado con el cierre de escuelas y la asistencia insuficiente por parte de los gobiernos, está empujando a niños y niñas a una situación de trabajo infantil en condiciones peligrosas y de explotación, señaló Human Rights Watch en un informe que se presentó hoy previo al Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se conmemora el 12 de junio de 2021. Los gobiernos y los donantes deben priorizar las asignaciones de efectivo destinadas a las familias para proteger los derechos de los niños y niñas a fin de que las familias puedan mantener un nivel de vida adecuado sin recurrir al trabajo infantil.

El informe de 69 páginas, ‘I Must Work to Eat’: Covid-19, Poverty, and Child labor in Ghana, Nepal, and Uganda” (“Tengo que trabajar para comer: Covid-19, pobreza y trabajo infantil en Ghana, Nepal y Uganda”), fue publicado en forma conjunta con la organización Initiative for Social and Economic Rights (ISER) en Uganda y con Friends of the Nation en Ghana. Los investigadores analizaron el aumento del trabajo infantil y la pobreza durante la pandemia de Covid-19 y el impacto que esta tiene en los derechos de los niños y las niñas. Numerosos menores describieron jornadas extenuantes y prolongadas de trabajo a cambio de una remuneración exigua, después de que sus padres perdieran sus empleos o fuentes de ingresos debido a la pandemia y a los confinamientos que se impusieron para contenerla. Muchos describieron condiciones de trabajo riesgosas y algunos señalaron sufrir violencia, acoso y el robo de sus salarios.

Los investigadores entrevistaron a 81 niños y niñas que trabajan, algunos de apenas 8 años, en GhanaNepal y Uganda. Estos niños trabajaban en hornos de ladrillos, fábricas de alfombras, minas de oro,  canteras y en los sectores de pesca y agricultura. Algunos se desempeñaban como mecánicos, conductores de bicitaxis o en la construcción, mientras que otros vendían artículos en las calles.

La gran mayoría de los niños y niñas entrevistados manifestaron que la pandemia y los confinamientos habían repercutido de manera negativa en los ingresos de sus familias. Sus padres perdieron el empleo por el cierre de actividades, no pudieron acceder a mercados por las restricciones al transporte o perdieron clientes por la contracción de la economía. Muchos niños y niñas ingresaron a la fuerza laboral por primera vez para ayudar a mantener a sus familias. Algunos dijeron haber tomado la decisión de trabajar porque sus familias no tenían comida suficiente. Hubo niños que siguieron trabajando incluso después de que la situación mejoró relativamente.

“Empecé a trabajar porque estábamos realmente mal”, dijo una niña de 13 años en Uganda a ISER. “El hambre era demasiada como para quedarnos sentados esperando”.

Algunos niños y niñas contaron haber realizado trabajos que, a todas luces, eran peligrosos. En Uganda y Ghana, los niños que trabajaban en minas refirieron que cargaban bolsas pesadas con minerales, trituraban las piedras con martillos, aspiraban el polvo y los gases de las máquinas procesadoras y manipulaban mercurio tóxico para separar el oro del mineral. En los canteros, algunos niños señalaron haber sufrido lesiones causadas por las piedras que salían disparadas y que incluso se les incrustaban partículas filosas en los ojos. Varios niños mostraron a los investigadores los cortes provocados por herramientas similares a machetes que usaban para despejar los terrenos o por los bordes filosos de las cañas de azúcar. Otros contaron que llevaban cargas pesadas.

En cada uno de estos tres países, más de un tercio de los niños y niñas entrevistados trabajaban al menos diez horas al día, y algunos de ellos todos los días de la semana. Varios niños en Nepal afirmaron que trabajaban 14 horas por día o más en fábricas de alfombras.

En su mayoría, recibían un salario ínfimo. Más de la cuarta parte manifestó que a veces los empleadores retenían los salarios o pagaban menos de lo prometido. En Ghana, un niño de 12 años contó que trabajaba 11 horas al día llevando pescado al mercado, pero le pagaban apenas 2 a 3 cedis por día (USD 0,34 a 0,52). “Hay muchos días que realmente paso hambre”, dijo a Friends of the Nation.

Los cierres de escuelas han contribuido a que aumente el trabajo infantil en todo el mundo. La mayoría de los niños y las niñas entrevistados tenían acceso limitado o nulo al aprendizaje a distancia. Algunos habían perdido la posibilidad de comidas gratuitas en la escuela. Había niños que abandonaron la escuela en forma permanente, mientras que otros siguieron trabajando incluso después de que reabrieran las escuelas.

Otros factores significativos que propician el trabajo infantil son la enfermedad, discapacidad o fallecimiento de algún padre. La tasa de muertes por Covid-19 a nivel mundial ha llegado a 3,3 millones, cientos de miles de niños y niñas perdieron a sus padres y muchos podrían verse obligados a trabajar para convertirse en el principal sostén económico de sus familias.

Antes de la pandemia, los países habían conseguido avances notables en la reducción del trabajo infantil. Según la Organización Mundial del Trabajo, la cantidad de niños y niñas que realizan trabajo infantil se redujo en aproximadamente 94 millones entre 2000 y 2016, lo cual supuso una disminución del 38 %. En muchos países que lograron reducir el trabajo infantil, los gobiernos otorgaron asignaciones de efectivo para ayudar a las familias y aligerar la presión que lleva a los niños a trabajar. Sin embargo, 1300 millones de niños y niñas —sobre todo en África y Asia— no están alcanzados por programas de ayudas de efectivo.

Los investigadores se centraron en Ghana, Nepal y Uganda porque han tenido avances considerables en la reducción de la pobreza y el trabajo infantil y, como países “pioneros”, se han comprometido a acelerar los esfuerzos orientados a erradicar el trabajo infantil para 2025, en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Sin embargo, están relegados respecto de otros pares en la región en el uso de ayudas en efectivo como respuesta ante la crisis del Covid-19.

En respuesta a la pandemia de Covid-19, la gran mayoría de los países brindan asistencia de emergencia, incluida ayuda en efectivo para familias. No obstante, en muchos casos la asistencia no ha alcanzado a cubrir las necesidades. La mayoría de los programas de ayudas en efectivo son a corto plazo o consistieron en un único pago.

“Para muchas familias con hijos, las asistencia gubernamental en respuesta a la pandemia no ha sido suficiente para protegerlas del trabajo en condiciones peligrosas y de explotación”, afirmó Becker. “En un contexto en el que millones de familias afrontan serias dificultades económicas por la pandemia, las ayudas en efectivo son más importantes que nunca para proteger los derechos de niños y niñas”.

Fuente: https://www.hrw.org/es/news/2021/05/26/aumento-del-trabajo-infantil-por-la-pandemia-de-covid-19

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Ocupa México tercer lugar a escala global en trata de personas

América del Norte/México/28-05-2021/Autor: Emir Olivares Alonso/Fuente: www.jornada.com.mx

Ciudad de México. México es uno de los países con más casos de trata de personas con fines de explotación sexual y mendicidad de menores. Ocupa el tercer lugar a escala global en ese delito, sólo después de Tailandia y Camboya, aseveró Angie de Luna, coordinadora para América Latina de la organización internacional A21.

Indicó que en nuestro país alrededor de 300 mil niñas, niños y adolescentes son víctimas de trabajos forzosos o pornografía infantil, de ellos, 80 mil se ubican en la Ciudad de México.

La agrupación –que realiza trabajo de prevención contra esa actividad ilícita la tercera en ganancias mundiales superada por el narcotráfico y el tráfico de armas— inició trabajos este lunes en América Latina, con oficina base en México.

En el marco del acto de presentación, De Luna denunció: “México es el tercer país en la trata de personas. En pornografía infantil y mendicidad forzada. Ésta última está tomando más de 70 por ciento de la trata de personas en el país, se está obligando a los niños a trabajar o pedir dinero (en las calles). Todo eso tiene un padrote, una organización detrás moviendo los hilos”.

La encargada para a región de A21 aseveró que el objetivo es establecer asociaciones de colaboración con gobiernos y organizaciones sin fines de lucro para apoyarlas con programas educativos y de prevención contra este delito.

La pandemia de Covid-19, enfatizó, acrecentó las tácticas de los enganchadores para reclutar a víctimas de este delito. Los registros con los que cuenta su organización arrojan que en más de un año de crisis sanitaria se reportaron a través de una línea nacional de denuncia mil 600 casos de presunta trata en el país, vía mecanismos tecnológicos, como páginas de Internet, mensajería en teléfonos o videojuegos.

Y es que estos últimos, alertó, al ser ahora interactivos, permiten un nivel de interacción de los tratantes con potenciales víctimas, niños, niñas y adolescentes.

A21 se asoció con el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia, que cuenta con la línea de denuncia llamada hotline (8005533000) donde se invita a la ciudadanía a reportar por llamada o Whatsapp posibles casos de este delito.

Además, ayer se lanzó en la región la campaña exterior llamada “¿Puedes Verme?” con mensajes y cortometrajes dedicados a educar a las comunidades locales sobre las formas más comunes para detectar este delito a tiempo, denunciarlo y prevenir nuevos casos.

Fuente e Imagen: https://www.jornada.com.mx/notas/2021/05/24/politica/ocupa-mexico-tercer-lugar-a-escala-global-en-trata-de-personas-ong/

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