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Otras formas de pensar la Escuela (2)

Por: Juana M. Sancho

Pensemos en cómo convertir las instituciones educativas en el nodo principal de la red de contextos de aprendizaje en la que estamos inmersos.

Terminaba mi columna anterior con una serie de preguntas y una invitación a cuestionar y revisar las normas, la legislación, las inercias…, que componen el “dispositivo” actual de la escuela. En esta última entrega del curso 2016-2018, quiero seguir dando razones sobre la necesidad de transformar profundamente la noción de conocimiento (de lo que se le suele llamar “contenido”), de tiempos, espacios, aprendizaje y evaluación que sigue imperando entre nosotros. Porque cada vez contamos con más evidencias de que el dispositivo que, sobre todo desde el siglo XVIII, posibilitó a un número considerable de personas tener acceso a unas experiencias de aprendizaje que no le podía ofrecer su entorno, hoy está claramente en entredicho. No la importancia y la necesidad de que “todas” las personas (algo que por desventura todavía no sucede) tengan la posibilidad y las condiciones para desarrollar al máximo sus capacidades y adquirir los conocimientos que les permitan comprender y participar de forma digna en el mundo actual. Sino la forma en la que seguimos organizando, de manera inercial, las instituciones encargadas de hacerlo.

Final de junio, final de curso. Una abuela que con su nieto de tres años ha ido a comprar al mercado nos comenta que estaba lleno de abuelas con sus nietos. Los medios se hacen eco de los problemas de las familias para atender a sus vástagos durante las vacaciones. Algunos (los niños y niñas con las llaves al cuello) se quedan solos en su casa. Lejos quedan los días que podíamos pasarlos en la calle sin la supervisión directa de las familias, pero sí de la comunidad -la vida ha cambiado profundamente-. Las colonias de verano, los grupos de juego, los campos de deporte, etc., para aquellos que pueden permitírselo, recogen el griterío y la sensación de “libertad”. Algunas familias se quejan del exceso de deberes que, quienes estén en condiciones da hacerlo, tendrán que vigilar y sortear los conflictos y las rebeldías. Otras lo hacen porque no les “han mandado” nada o les parece insuficiente.

La víspera de San Juan, un estudiante de doctorado comenta que cuando era más joven quemaba en la hoguera los apuntes. (Le pregunté si quemaba el “contenido”, el conocimiento o el aprendizaje, no me supo responder). En las noticias del día 24 de junio mostraron varios estudiantes (de bachillerato o universidad) quemando los suyos en una hoguera y pareciendo liberados por el gesto. Me hubiese gustado preguntarles lo mismo.

Es bien conocido el proverbio africano de que para educar a un niño una niña hace falta una tribu. Pero parece que la nuestra está desarticulada. Parece que sus componentes somos capaces de coordinarnos y frente a una ola tecnológica que, supuestamente, todo lo conecta, las instituciones educativas tradicionales: escuela, familia, entidades culturales y de ocio, parecen vivir un divorcio permanente.

Contamos cada vez con más investigaciones que aportan evidencias de que los seres humanos aprendemos a lo largo y a lo ancho de la vida. Por exceso y por defecto. Y como argumentan autores como Leonard Mlodinow (Subliminal. Cómo tu inconsciente gobierna tu comportamiento) las formas mentales inconscientes que modelan nuestra experiencia del mundo se desarrollan en y a través de nuestras experiencias personales, sociales e institucionales. Y en este momento, en un mundo sobresaturado de información, pantallas, móviles, servicios de redes sociales, ofertas de actividades varias, etc., etc., la educación formal no parece liderar el sentido del aprendizaje de los jóvenes. Se sigue buscando el título (o ni siquiera esto, si pensamos en el 18,98% de los jóvenes de entre 18 y 24 años ha dejado de estudiar al terminar la ESO -o antes, o el 18% de universitarios que, según un estudio de la CRUE, abandonó la carrera en 2014-2015). Sin embargo, sigue creciendo la sensación, entre todos los niveles de la población, de la distancia entre sus intereses, necesidades y experiencias del “mundo real” y lo que se les ofrece y exige en la educación formal. La frase que nos regaló Sergio en una investigación sobre el aprendizaje del alumnado dentro y fuera del instituto, resuena como una invitación a repensar de forma amplia y profunda la organización y el sentido de la escuela: “Atiendo en clase, estudio para el examen, contesto las preguntas y apruebo, pero a las dos semanas soy incapaz de recordar lo que estudié”. Y no están los tiempos para olvidar todo, solo aquello que nos impida seguir aprendiendo.

De aquí mi invitación, una vez más, a repensar la metáfora organizativa de las instituciones educativas. La gobierna nuestro comportamiento de manera subliminal. La que ha creado estructuras y relaciones de poder que parecen inquebrantables. La que convierte el saber en hechos y conceptos, al docente en transmisor y al estudiante en receptor, a la evaluación en “castigo” final y a los centros en compartimentos alejados entre sí y del resto de la sociedad. Un repensar que no consista en quitar “materia” de aquí o de allá, en introducir más TIC o TAC, en integrar más o menos el currículo actual, sino en convertir las instituciones educativas en el nodo principal de la red de contextos de aprendizaje en la que estamos inmersos. Que esto es difícil, que parece imposible, sí. Pero como ya nos decía Lucio Anneo Séneca, en el siglo IV antes de la era común: “No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas”. Que esto parece muy duro ahora que podemos comenzar a disfrutar de las vacaciones, sí. Pero como proponía en una entrega anterior, convirtamos este deber en placer, siguiendo el consejo atribuido a Samuel Becket: “Baila primero. Piensa después. Es el orden natural”. Aprovechemos el verano para bailar, olvidemos todo lo que nos impide aprender y volvamos llenos de ideas para mejorar aquello que nos apasiona: la educación.

Fuente noticia: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/07/17/otras-formas-de-pensar-la-escuela-2/

Fuente imagen: https://cdn.thinglink.me/api/image/714557405647601666/1240/10/scaletowidth

 

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Fortalecer y transformar escuelas normales, eje del cambio en México

América del norte/México/15 julio 2017/Fuente: Cambio de Michoacán

El secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, afirmó que fortalecer y transformar a las escuelas normales del país representa el corazón y el eje del cambio de México, para la transformación del país justo, libre, democrático, creativo y que triunfe en el siglo XXI.

Al presentar la Estrategia Nacional para el Fortalecimiento de las Escuelas Normales, indicó que el reto es mayúsculo y que el cambio de México en gran medida depende de la educación, mientras que el cambio de la educación depende de los maestros, y el cambio y transformación de éstos depende de las normales.

Nuño Mayer expresó la confianza que se tiene en las escuelas normales del país para que contribuyan y sean el corazón y el eje del cambio de México, y en ese sentido destacó que la propuesta es el cambio más fuerte que se ha hecho no solo de la educación, sino del país en el futuro, en el mediano y largo plazo.

Puntualizó que como nunca se había hecho en la historia del país, la transformación de los planes y programas de estudio para los niños y el enfoque pedagógico al interior de las escuelas normales se hace al mismo tiempo, dentro de un nuevo Modelo Educativo, lo que representa una coordinación y una alineación no solo en el tiempo sino en los contenidos.

El funcionario federal añadió que los nuevos planes y programas, así como las modificaciones que serán de distinto tipo a las diversas licenciaturas que se imparten en las escuelas normales, estarán alineadas con el Nuevo Modelo Educativo y sobre todo con los nuevos planes y programas de estudio.

“Serán un espejo en donde se estará dando una concentración en los aprendizajes claves, en la educación socioemocional, y por supuesto en la educación intercultural, en la educación inclusiva. Todos los elementos del nuevo modelo que están reflejados en los nuevos planes y programas de estudio”, refirió.

Fuente: http://www.cambiodemichoacan.com.mx/nota-n26195

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Construyendo una investigación educativa transformadora

Por: El diario la Educación

La neutralidad del saber científico no puede perpetuar el status quo si este genera división, marginalidad y pobreza. Entendemos la ciencia como un proceso activo y cambiante que contribuya a promover la justicia y la equidad social.

Los días 5, 6 y 7 de julio se llevó a cabo el 3er International Summer Workshop on Alternative Methods in Social Research en la ciudad de Málaga, encuentro donde investigadores e investigadoras de distintas áreas de España, Europa e Iberoamérica participaron en más de una docena de actividades académicas, entre conferencias, talleres y socialización .

Bajo el título, Transformative and Inclusive Social and Educational Research, y a través del debate teórico y del análisis de experiencias prácticas de proyectos en ejecución -académicos y no académicos-, la edición de este encuentro planteó el desafío de reflexionar sobre el potencial transformador e inclusivo que puede tener la investigación en educación y el ámbito social.

Se trató de otra instancia que se suma a la línea iniciada por REUNI+D, una red formada por diez grupos de investigación del ámbito de la educación de diez universidades españolas. El grupo ESBRINA, de la Universidad de Barcelona, se hizo cargo del First International Summer Workshop en 2015. El segundo año, fue impulsada por el grupo Elkarrikertuz de la Universidad del País Vasco y finalmente, este año ha sido asumida por el grupo de investigación Procie de la Universidad de Málaga.

Durante los tres días de duración, casi un centenar de investigadores nos hicimos preguntas como: ¿para qué y por qué se investiga en educación y en el ámbito social?, ¿puede la investigación ser parte de procesos de transformación social? Las respuestas, junto al debate suscitado, transitaron entre posiciones entusiastas que evidenciaban el potencial reivindicativo de la investigación educativa, y otras menos optimistas que denunciaban –dentro de un marco histórico– su carácter más funcional y unidimensional, así como la falta de (re)conocimiento de sus aportaciones por parte de los responsables de las políticas públicas. Lo cierto es que, partiendo de estas posiciones dicotómicas, resulta importante creer en el potencial confluyente de ambas ideas, de otra manera, es difícil pensar en la necesidad de actualizar los enfoques y técnicas que necesita la investigación educativa para ir enfrentando las cambiantes problemáticas sociales.

En el marco de la modernidad inconclusa, somos conscientes de que la investigación educativa no deja de estar afectada por los procesos y las tendencias sociales y económicas y que, por ende, dependiendo de la temporalidad, pueda ser reconocida tanto como un instrumento funcional de la organización social capitalista, o como un instrumento para la resistencia y la reivindicación social.

Quienes comenzamos nuestra trayectoria profesional y académica en la universidad, si bien adolecemos de una amplia perspectiva histórica basada en trayectorias personales que nos permitan comprender las transformaciones de la investigación educativa y social a lo largo del tiempo, contamos con un impulso que nos insta a no renunciar a buscar el impacto social del conocimiento que generamos en la academia. Por lo mismo, vemos con ilusión la emergencia de estas iniciativas investigativas y metodológicas que, debido al paulatino reconocimiento del carácter imperialista y estandarizado de la investigación positivista, desarrollan una apuesta alternativa, que puede resultar más sensible y transformadora de la realidad social y sus actores locales. En Málaga pudimos conocer algunas experiencias en este sentido. Desde iniciativas investigativas de marcada implicación sociocomunitaria, hasta diseños metodológicos que desafían la apuesta por la neutralidad del conocimiento científico, en aras de llevar a cabo verdaderas transformaciones sociales. (Ver más adelante).

Como investigadoras e investigadores asumimos el compromiso de buscar que nuestra producción y trabajo científico trascienda los laboratorios y las aulas, que llegue a las calles y genere cambios. La neutralidad del saber científico no puede perpetuar el status quo si este genera división, marginalidad y pobreza. Entendemos la ciencia como un proceso activo y cambiante que contribuya a promover la justicia y la equidad social. Como una actividad conectada con la humanidad y con sus problemas, buscando soluciones para la mejora de la vida de la gente, especialmente de aquellos que tienen menos oportunidades.

Consideramos que el formato de los Summer Workshops, han ayudado a generar precisamente estos espacios y posibilidades para que se produzcan diálogos entre los agentes educativos y sociales que afectan al modelo sociocultural que queremos crear entre todas. Por ello, agradecemos a las personas que han participado desde distintos lugares del ámbito nacional e internacional, pues la diversidad sin duda ha favorecido la reflexión crítica y la convergencia analítica. En pos de construir una investigación educativa cada vez más colaborativa e implicada.

Principales actividades desarrolladas en el 3er International Summer Workshop on Alternative Methods in Social Research

Durante el primer día se llevó a cabo el taller titulado Pensar sobre la investigación educativa como una praxis disruptiva a partir del proyecto APREN-DO impartido por Juana María Sancho y Fernando Hernández de la Universidad de Barcelona, el cual estuvo vinculado con el taller Cartografías en investigación educativa llevado a cabo el tercer día por José Miguel Correa y Estíbaliz Jiménez de Aberasturi de la Universidad del País Vasco. En ambos casos, se propuso la creación y el uso de la cartografía como medio visual para poder pensar sobre la investigación educativa y cómo aprendemos a ser investigadores. Mediante la consideración de nuestros propios contextos y recorridos personales, se fueron desvelando las diversas tensiones que emergen de la experiencia misma de investigar entretejiendo nuestras experiencias con los otros.

Talleres “Pensar sobre la investigación educativa como una praxis disruptiva a partir del proyecto APREN-DO”
y “Cartografía en investigación educativa”, Universidad de Barcelona y Universidad del País Vasco.

En el segundo día, destacamos la conferencia y taller de Melanie Nind y Sarah Lewthwaite, pertenecientes al National Center for Research Methods de la Universidad de Southamptom. En la conferencia titulada “Diálogo estimulado por video: Un método con potencial transformador para la pedagogía” nos dieron a conocer un nuevo acercamiento a la utilización del video en investigación educativa que, como aclaran tanto Melanie como Sarah, “can mean an intertwining of knowledge in action and knowledge for action in that pedagogical practices both reflect and stimulate thoughtfulness”. La utilización de este método busca develar las capas de conocimiento subyacente en las grabaciones de clases a partir de su revisión y diálogo entre investigadoras, profesorado y estudiantes. Por la tarde, durante el taller dieron a conocer detalles técnicos del método que guardaban relación con el uso de equipos, consejos para desarrollar la relación con los participantes y el manejo de las ansiedades/posibilidades asociadas a ser grabados y observarse a sí mismos.

Taller “Recuerdo, reflexión y diálogo estimulado por el vídeo”. Melanie Nind y Sarah Lewthwaite.

En el tercer día, destacamos la Master Class titulada “La comunicación como proceso transformador: el proyecto COMSOLIDAR. Comunicación solidaria”. En ella se dio a conocer la creación de una “agencia” de comunicación solidaria creada por un grupo de estudiantes bajo la coordinación de Marcial García López de la Universidad de Málaga y Esther Simancas de la Universidad de Cádiz. El propósito de esta agencia es dar un servicio y ser un punto de apoyo a la ciudadanía y a la comunidad educativa y, en concreto, a aquellas ONGs que no pueden visibilizar su trabajo al no poder permitirse realizar acciones de comunicación. Sus acciones, además de ofrecer a los estudiantes la posibilidad de tener una primera experiencia profesional, les brinda la oportunidad de ser útiles en la construcción de una sociedad más justa, poniendo en práctica sus conocimientos.

Último día de la Summer Workshop, Master Class “La comunicación como proceso transformador: el proyecto COMSOLIDAR. Comunicación solidaria” y taller “Metodologías horizontales y estrategias dialógicas de investigación social en contextos múltiples”.

Al finalizar este tercer día, se realizó el taller titulado “Metodologías horizontales y estrategias dialógicas de investigación social en contextos múltiples” impartido por Juan Bautista de la Universidad de Granada y Eduardo Fernández de la Universidad de Valladolid. Éste se planteó como un espacio de reflexión y diálogo a partir de cinco temas articulados en preguntas para explorar, de una manera compartida, si nuestras prácticas en investigación están siendo capaces de abrir itinerarios en las ciencias sociales y culturales que promuevan relaciones dialógicas, horizontales y recíprocas. Durante el transcurso del taller compartimos nuestros propios procesos de investigación, se discutió de qué forma se están definiendo las agendas y hasta qué punto somos capaces de democratizar nuestros proyectos desde la definición de sus tópicos hasta la difusión de los mismos.

Judith Arrazola, Sara Carrasco, Raquel Miño, Pablo Rivera, Cristina Salazar y Angelina Sánchez

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/07/07/construyendo-una-investigacion-educativa-transformadora/

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China pide ofrecer cursos de educación de salud en universidades

Asia/China/15 Julio 2017/Fuente: Spanish.peopledaily

Las instituciones de educación superior de China deben establecer cursos públicos sobre educación de salud, señaló el Ministerio de Educación (ME) en una directriz sobre el tema publicada hoy.

Los cursos enseñarán a los estudiantes estilos de vida saludables, prevención de enfermedades, salud mental, salud sexual y reproductiva, seguridad y manejo de emergencias, de acuerdo con la directriz.

Las escuelas deben seleccionar contenidos de alta calidad para los cursos con base en temas de salud de interés particular para los estudiantes para así atraerlos a tomar los cursos, señala la directriz.

La educación de salud debe convertirse en parte del sistema educativo y la enseñanza en clase debe desempeñar un papel principal. Las escuelas deben integrar sus recursos educativos para diseñar planes de educación de salud que se ajusten a sus situaciones particulares, añade la directriz.

De acuerdo con el ministerio, a pesar de los esfuerzos de las escuelas para mejorar la educación de salud y la salud de los estudiantes en los años recientes, algunos de los estudiantes todavía no están plenamente conscientes de su salud, lo que a menudo está ilustrado por su falta de sueño y ejercicio, una rutina diaria irregular y una dieta poco saludable, entre otros problemas.

Fuente: http://spanish.peopledaily.com.cn/n3/2017/0711/c31621-9239787.html

 

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Muestra boliviana ilustrará primera escuela indígena de Latinoamérica

América del sur/Bolivia/15 Julio 2017/Fuente: Prensa Latina

El Museo Nacional de Arte de Bolivia inaugurará en las próximas semanas la muestra Imágenes de Warisata, un recorrido por la historia de la primera escuela indígena de América Latina, anunciaron hoy organizadores.
La exposición -que abrirá sus puertas en La Paz el 2 de agosto- narrará mediante fotografías el impacto de ese centro educativo, considerada la primera experiencia de educación rural.

Emplazada en territorio boliviano, la escuela de Warisata ofreció clases a los niños aymaras de las comunidades de Sorata desde 1931 hasta 1940, y fue reconocida a nivel latinoamericano sobre todo por investigadores de México, país que trató de imitar la iniciativa.

La exhibición constituye además un homenaje al profesor rural Elizardo Pérez, quien junto al campesino Avelino Siñani impulsó la construcción del centro cuando al indígena se le consideraba un ser inferior sin derecho al estudio.

Según datos históricos, la edificación de la escuela demandó del esfuerzo de maestros, estudiantes y padres de familia.

Después de concluida, desarrolló un modelo educativo innovador para la época pues los jóvenes podían realizar varias actividades y compartir los resultados entre ellos.

Pese a esto, los principales líderes del proyecto sufrieron constante acoso, y los estudiantes persecución y violencia, pues la sociedad exclusiva de aquellos tiempos no entendía el proyecto que hizo de Warisata un referente muchas personas en el mundo.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=101096&SEO=muestra-boliviana-ilustrara-primera-escuela-indigena-de-latinoamerica
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De cómo desarmar el criterio de la evaluación del desempeño docente en tiempos de voraz capitalismo neoliberal.

Por: Miguel Andrés Brenner

Buenos Aires, Argentina

Julio de 2017

El presente texto es un discurrir que pretende invitar al cuestionamiento de categorías que pueden encontrarse en el “sentido común” de la camada docente, de sus luchas o anhelos. Es también una crítica a los postulados de la educación en manos del mercado, denominados neoliberales. Ese ideario, desde el vamos, intenta despolitizar a la escuela. La escuela no sería, por ende, una práctica política dentro de proyectos ético-políticos a nivel nacional y regional, tampoco sería una práctica económico-política en función de la producción y reproducción de la vida en comunidad. ¿Qué sería entonces?: solamente un “dispositivo tecnológico”. De ahí, el constante latiguillo enunciativo en múltiples textos de la actual derecha, orales o escritos, que aluden a “una escuela del siglo XIX, con docentes del siglo XX y alumnos del siglo XXI”, según los dispositivos tecnológicos en juego. Bajo tal consideración, las vigentes tecnologías de la información y la comunicación constituyen un importantísimo pretexto para la flexibilización laboral de los docentes y la mercantilización de la educación.

Este trabajo lejos se encuentra de establecer “recetas”, simplemente, señala criterios para la acción, para “qué hacer”.

Sus apartados interrogan acerca de variadas cuestiones bajo el título de…

  • ¿En Defensa de la Escuela Pública? Anacronismo político vigente
  • Resistencia
  • De la evaluación del desempeño docente
  • Y pensando en Argentina, aunque no solamente en ella
  • Concluyendo

¿En Defensa de la Escuela Pública? Anacronismo político vigente

Es demasiado frecuente a nivel gremial la consigna “defensa de la escuela pública”. Ésta, en realidad, tiene como reclamo fundamental, en primer lugar el salario docente, en segundo lugar variadas cuestiones que se sustentan en el financiamiento de la educación.
El interrogante, en tal sentido, es si dicha significación puede sostenerse hoy día sin más. Obviamente, tiene una crucial importancia, pero ¿no habría que modificar el eje o núcleo de la lucha?

Lo “público” no se identifica forzosamente con lo “popular” en el sistema escuela, mientras que la educación popular tiende a darse siempre fuera de la educación formal. En Argentina, la primera ley de educación nº 1420 del año 1884 tiene aspectos valiosísimos entendidos desde lo epocal, sin embargo hay que considerar que el contexto de su promulgación estuvo dado por el Proyecto Político de la Oligarquía Terrateniente, también llamado Proyecto Agroexportador. De ahí que uno de los temas prioritarios de la lectura y la escritura tenía como pivote ejemplificador en la escuela primaria a “La Vaca”.

Cuando se dice “defender la escuela pública” no existen salvedades aclaratorias acerca de cómo se interpreta lo “público”. La elegante zona de la Recoleta en la Ciudad de Buenos Aires” es pública, también el Aeropuerto de Ezeiza, entre otros, espacios en los que resultaría sospechoso el deambular de sujetos con aspecto racial mestizo o lo que en Argentina se denomina “negro de… “, ameritando por ende un control por parte del personal de seguridad asignado a tales lugares, pues pobreza sería indicio de delincuencia, pobreza en estado de sospecha.

La constante “defensa”, a través de los años, hace a una también constante “resistencia”. ¿Cuál es el sentido del eterno retorno de la “resistencia”?

Resistencia

Con el advenimiento del capitalismo neoliberal se dio la masiva “entrada” de los sectores populares en los “edificios escolares”. Véase, al respecto, el documento de Jomtien, Tailandia 1990, “Declaración Mundial sobre Educación para todos”. ¿Puede creerse que la “insistencia” ampliamente lograda responde al derecho humano a la educación en el plexo de un sistema económico donde predominan ante todo las ganancias o lucro? Quizá, mas bien, podría entenderse tal cuestión desde lo que el documento del Banco Mundial (1996:1/2) “Prioridades y estrategias para la educación”) denomina como “garantizar el buen gobierno”.[1]

Así como el Chile de Pinochet necesitó de una represión genocida para instalar “brutalmente” el citado neoliberalismo, en realidad, la condición de posibilidad de la mercantilización de la educación, también “bruta”, se monta sobre las inconsistencias del “meter” dentro de la escuela a cientos y cientos de millones de niños y jóvenes. Dichas inconsistencias son “pedagógicas” referidas a los grandes sectores populares: están en la escuela, pero no aprenden. Aunque, ¿qué es lo que no aprenden?: básicamente la propia lengua desde los cánones pre establecidos. ¿Y para qué debieran aprenderla?: ¿para lograr un sentido comunitario desde la experiencia de un mundo compartido y el diálogo intercultural liberador, lo que supone la lucha transformadora de las condiciones materiales de existencia?, ¿para insertarse dentro de las redes del mercado o bien vagar fuera de sus márgenes, como un vagabundo o excluido?

Incluido en el edificio escolar, excluido pedagógicamente: he aquí el problema. Y dicha exclusión es funcional a todo un sistema económico político que produce “escasez”, donde hay cada vez menos empleo digno, bajo la intencionalidad del poder neoconservador de la no búsqueda de nuevos empleos, sino el de crearlos a partir el ideario del emprendedurismo, donde ya no tendrían sentido los sindicatos, los convenios colectivos de trabajo, el establecimiento de un salario mínimo -vital y móvil-, mientras cada “emprendedor” se haría cargo de ofrecer servicios limitados a “proyectos”, también limitados a su diseño innovador y ejecución en el tiempo, amén de su aceptación por el mundo empresario solicitante. Desde aquí, la estabilidad laboral carece de sentido, por cuanto nada es estable, salvo prioritariamente la especulación financiera, el dinero que produce más dinero y no ingresa en el aparato productivo, generando una exacerbada “escasez”.

La exclusión pedagógica es fomentada desde políticas educativas que sobreabundan en normatividades, mientras que los directivos se encuentran tensionados entre el cumplimiento de las normas y los avatares de cada día escolar (alumnos que no “desean” aprender lo que se les enseña, docentes “quejosos” por sus condiciones laborales, padres que reclaman si sus hijos no están en la escuela por paros o huelgas docentes, las lamparitas de un aula que no funcionan o el ingreso de agua tras una fuerte lluvia, etc., etc., además de la llamada del “Inspector” que controla el cumplimiento de normativas y protocolos). Además, docentes que se encuentran tensionados por el desánimo, el “sentirse solo o huérfano en el aula de la escuela pública”, las insulsas e inconducentes “jornadas de perfeccionamiento docente”, las “bajadas de línea” de inspectores nada originales en tanto siguen órdenes, y directivos temerosos a no obedecer con obsecuencia. Cabe aclarar que lo recientemente dicho es una tendencia, pues tiene sus varianzas en la praxis escolar.

Empero, el docente sería el principal culpable. Por eso habría que evaluarlo, medirlo, compararlo con otras mediciones.

De la evaluación del desempeño docente

La mera evaluación del desempeño docente como medición desde estándares que permiten “datos” comparativos, a partir de donde acceder a cargos y horas de clases, ratificar la permanencia en la docencia, establecer el criterio para incentivos salariales y el despido de docentes tienen, digamos, “fortalezas e inconsistencias”.

Las fortalezas son de las empresas privadas y bancos que mediante consultorías o fundaciones u organizaciones no gubernamentales brindan bienes educativos que les permiten cooptar dineros públicos/estatales en favor del propio lucro, lo que se denomina “mercantilización de la educación”. El Estado sería un inválido si no recurriese al mercado, entre tanto, en Argentina, al respecto, ya no se convocan a las grandes universidades públicas.

Las inconsistencias son por algunos motivos que a continuación señalamos:

  1. La medición desde estándares es para conocer más que nada el dominio de las normativas de la política educativa vigente y de los criterios didácticos establecidos por dichas políticas, cuando en realidad las normas debieran establecerse e interpretarse, y en tal sentido modificarse si fuere necesario, a partir de una pedagogía situada, dadas las condiciones de los sujetos que aprenden, sean económicas, sociales, culturales, psicosociales, etc.
  2. La evaluación es un ingrediente de la didáctica que, aisladamente considerada, produce un olvido intencional del diálogo intercultural, del proceso educativo, de las condiciones de ingreso de los mismos alumnos. También, desde el mencionado olvido, produce el oscurecimiento de las dificultades, los desvelos, la impotencia de tantos docentes que sufren malestar por las condiciones laborales desde donde enseñan; es que también “la enseñanza es situada”[2] dentro de un contexto más amplio, como el político, el económico, el cultural, etc. Así, por ejemplo, y considerando la experiencia mexicana, no es lo mismo “responder frente a una máquina-computadora” que situarse en la vida real del aula en la escuela, con sus sabores y sin sabores, con la sangre de tantos maestros que dan la vida por sus alumnos, aunque otros hayan “bajado la guardia” por tanta impotencia. No es lo mismo responder frente a una máquina que un constante diálogo de los docentes con sus alumnos, que se alegran y sufren con ellos. Una máquina no siente, no llora, no ama, no sufre, no goza, no se impacienta, no se desanima, simplemente, porque es nada más que una máquina que procesa datos. Un docente, por mejor puntaje obtenido en interacción con la máquina, no garantiza una educación de calidad humana digna, amén de criterios psicosociales de salud aceptables en el plexo de las relaciones comunicativas dentro de la escuela toda.
  3. Y siguiendo con la experiencia mexicana valga señalar que “la pedagogía no importa”, es pretexto nada más. En el año 2013 la evaluación del desempeño docente, que impacta como reforma en el sistema educativo, adquiere rango constitucional. En el año 2016 se establece la ratificación de la reforma educativa mediante un modelo pedagógico. Sería como construir primero los ochenta pisos de un edificio y en segundo término construir sus cimientos. Es decir, esta segunda reforma, llamada “modelo educativo”, es pretexto, nada más, y solamente a fin de ratificar la primera reforma, la evaluación del desempeño docente, bajo el predominio de los criterios de mercado. No hay equivocación o error alguno, pues muestra la verdadera fachada de las políticas educativas en juego, o mejor dicho, de las “políticas económico educativas” en juego.
  4. Los criterios pedagógico/economicistas impelen a evaluar los resultados, el desempeño docente, como si fueran objetos medibles y comparables en el mercado internacional en referencia a su eficiencia y eficacia, como dijimos, para una intervención lucrativa de consultorías, fundaciones, organizaciones no gubernamentales, empresas y bancos, bajo el pretexto de la rendición de cuentas o accountability y la consecuente toma de decisiones en favor de un desempeño docente de calidad. Sin embargo, documentación no sospechada de supuestas fantasías utópico-liberadoras, como por ejemplo la PREAL, Programa para la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe, netamente neoliberal, sumamente neoliberal, nos alertan bajo el estudio realizado por Barber, Michael y Mourshed, Mona (2008: 5), señalando que…

“Pese a todo, medir el desempeño docente no conduce automáticamente a obtener una perspectiva sobre cómo pueden las políticas y las prácticas ayudar a los estudiantes a aprender mejor, a los docentes a enseñar mejor y a las escuelas operar de manera más efectiva. Aquí es donde aparece el Informe McKinsey, con su original enfoque que combina resultados cuantitativos con perspectivas cualitativas acerca de qué tienen en común los sistemas educativos con alto desempeño y que mejoran con rapidez. Con énfasis que trascienden los contextos culturales y sociopolíticos, tales como conseguir las personas más aptas para ejercer la docencia, desarrollarlas hasta convertirlas en instructores eficientes y poner en práctica mecanismos de apoyo dirigidos para garantizar que todos los niños pueden aprovechar los beneficios de una instrucción de alta calidad, el informe permite a los encargados de formular políticas conocer las características de sistemas exitosos sin necesidad de copiarlos por completo.”[3]

                        Y más adelante, del mismo texto (Barber y Mourshed, 2008: 45)…

“Todos los distintos sistemas educativos que han experimentado importantes mejoras lo han logrado fundamentalmente porque han creado un sistema que es más eficiente en tres aspectos: conseguir gente que es más talentosa que se interese por la docencia, desarrollar a sus docentes para que sean mejores instructores y garantizar que estos instructores se brinden en forma consistente a todos los niños del sistema.”

A su vez, el Informe McKinsey alerta en sus conclusiones que “el éxito educativo depende de la formación del profesorado”. Comparando los promocionados 10 mejores sistemas educativos del mundo (Finlandia, Corea del Sur, Japón o Canadá…) se consta que el nivel educativo de un país depende de la formación, motivación y aprendizaje permanente de sus profesores. Es decir que “conseguir buenos profesores depende de cómo se los selecciona y se los forma…”[4] Y, valga aclarar en tal sentido, que los discursos político pedagógicos, pretendiendo la evaluación del desempeño docente desde criterios mercantiles, tienden a ocultar el Informe McKinsey, no discuten o polemizan con el mismo, simplemente realizan una “bajada de línea” para establecer la “medición” de una labor eminentemente humana, como lo es la relación educativa, un complejo de relaciones con multiplicidad de dimensiones en juego. La cosa se agrava en tanto la misma PREAL, integralmente neoliberal, lo publicita en algunos de sus documentos, aunque publicita en tanto oculta.

Lo recién explicitado nos da pie para “pensar” desde nuestra realidad latinoamericana, o bien como un malamente considerado “hinterland”

-término alemán que traduzco como “trasero del mundo”-, en primer lugar acerca de los modos de lograr “buenos”[5] aspirantes para la formación, en particular, de maestros -base docente del sistema escuela-[6], sin discriminación alguna, y en segundo lugar acerca de los modos del acompañamiento formativo dentro de la función de enseñanza de los maestros en el situado aula escolar, tratando de evitar conceptualizaciones pedagógico/didácticas meramente genéricas de autores de libros, quienes, quizá, no serían capaces de “soportar” una semana la enseñanza con alumnos provenientes de sectores populares.

Valgan estas reflexiones por cuanto se pretende impactar desde criterios estandarizados economicistas sobre las condiciones de egreso de la formación docente y, además, sobre las “competencias laborales” de los docentes en ejercicio, obviando modificar las condiciones de inicio de la formación docente y obviando un acompañamiento digno del accionar educativo de los docentes en ejercicio. Ciertamente que criterios dignos conllevarían un lapso superior a los réditos políticos dentro de la partidocracia vigente. En tanto se instituye una reforma para los maestros sin los maestros, o sea, “a la fuerza”, la condena desde su comienzo al fracaso, considerando la perspectiva de una calidad humana no mercantilista.

Reiterando, la modificación de las condiciones de inicio de la formación docente implica un estilo de lucha por anticipación superadora de la mera lucha por resistencia, entendiendo dichos cambios bajo el signo de una calidad humana no supeditada más que a la propia dignidad, y sin “echar culpas” ni al nivel educativo secundario ni al primario. A tal efecto importa reconocer las falencias en los procesos de enseñanza-aprendizaje, procesos que son “situados”; es que no solamente “el aprendizaje es situado”, además lo es la enseñanza, y con más precisa expresión “el proceso de enseñanza-aprendizaje es situado”. El “olvido” del enseñante, reducido a un simple “facilitador”, es una argucia a fin de no valorar al docente, docente que puede caer en la trampa de una resistencia que proponga, en vez de la evaluación del desempeño docente, una “evaluación integral”, trampa pues nos anclamos en el mismo terreno del adversario, con una visión más amplia, pero sin contrapropuestas fuertemente alternativas. Contrapropuestas tales debieran ser viables política, económica y culturalmente, más allá de los gobiernos de turno, pues un pretendido falso utopismo conduce a la inacción.

Y pensando en Argentina, aunque no solamente en ella

Existe una especie de “cansancio moral” o “pesadez pedagógica” en la camada docente ante tantas reformas educativas, cada gobierno con la suya, y a su vez la implementación de reformas dentro de las mismas reformas.

Además, resulta imposible una real reforma educativa, más allá de su signo político, si no hay una Política de Estado, independientemente del mandato de un período de gobierno determinado. En la tan mencionada Finlandia hay una voluntad política de Estado desde la década del 80.

La Política de Estado para nuestros pueblos requiere, ante todo, de una firme voluntad entre sectores populares mayoritarios, condición de posibilidad, “a posteriori”, de normas y leyes. Una ley no es forzosamente garantía de mejoras. Más aún, implica un texto que en primer término tiene dos modos de interpretación: uno en sí mismo por sus significados, otro por su praxis en virtud de que la escuela es ante todo una práctica política. Ambos modos deben confrontarse, y desde ahí emitir una tercera interpretación. La sola letra de la ley hace recordar al platónico mundo de las ideas donde no cabían ciertas ideas, así por ejemplo ni el mal, ni las injusticias, ni la explotación, etc. Importa esta aclaración pues, en particular, las leyes referidas a la educación tienen muchísimos conceptos pretendidamente universales o genéricos[7], que pueden redundar, durante el ejercicio de las políticas educativas de un partido o frente político en funciones de gobierno, en determinadas interpretaciones, mientras que la de sus adversarios políticos pueden redundar en otras interpretaciones totalmente disímiles. Por ejemplo, el caso de la Ley Nacional de Educación Argentina 26.206/2006, sancionada en el período del gobierno del presidente Néstor Kirchner, que en la “brutalidad” de las prácticas economicistas del gobierno del presidente Mauricio Macri, es tomada como fundamento de las prácticas mercantilistas educativas en juego, que luego se justificarían con el proyecto de ley Plan Maestro[8], a elevar al Poder Legislativo a fin de su sanción. Es por ello que resulta relevante interpretar la ley no meramente desde su significación discursiva, sino tensionándola con la práctica, siendo esta última decisoria en función de la interpretación.

Concluyendo

En un sentido liberador, amerita la importancia de una lucha por anticipación, y no meramente por resistencia, lo que exige un compromiso más con las comunidades educativas (docentes-alumnos) que con las superestructuras partidarias, independientemente de la adhesión de los miembros sociales a determinadas líneas político-partidarias. El compromiso con las bases no se condice con “bajadas de líneas” partidarias, a la inversa, impelerían a la modificación de las mencionadas “líneas” si fuere necesario, en favor de la producción y reproducción de la vida comunitaria, vida que crea vida, en nuestro caso, vida educativa.

Es que las utopías no han muerto.

[1] Banco Mundial (1996). “Prioridades y estrategias para la educación.” Washington, D.C. Publicación del Banco Mundial. “La educación… contribuye a reducir la pobreza al aumentar la productividad de los pobres, reducir la fecundidad… y a promover el bueno gobierno”. Pgs. y 2.

[2] Desde las pedagogías neoliberales se habla de “aprendizaje situado”, totalmente descontextualizado, bajo el olvido de la “enseñanza situada y contextualizada“. En realidad, lo habría que mencionar es a la “enseñanza-aprendizaje situados”.

[3] http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:utArVZnYi9oJ:www.oei.es/historico/pdfs/documento_preal41.pdf+&cd=1&hl=es&ct=clnk&gl=ar Barber, Michael y Mourshed, Mona (2008). “Cómo hicieron los sistemas educativos con mejor desempeño en el mundo para alcanzar sus objetivos.” Santiago de Chile. PREAL. (consulta: 10 de febrero de 2016)

[4] http://www.uco.es/hbarra/Master/Conclusiones_del_informe_MCKINSEY.pdf (consulta: 24 marzo 2017) Investigación realizada entre los años 2006 y 2007.

[5] Es obvio que habría que definir políticamente y en base a las necesidades de nuestros pueblos cuál es el significado de “bueno”.

[6] En Argentina se denomina maestro al docente del nivel primario de educación y profesor al docente del nivel secundario.

[7] Hay un principio de la lógica clásica que dice “a mayor generalización, menor comprensión”.

[8] Conste que de las 57 páginas del proyecto de ley Plan Maestro, prácticamente, 46 de ellas implican generalizaciones conceptuales.

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La educación y los educadores nicaragüenses

Por: Freddy Franco

Es innegable que como país estamos avanzando en todas las rutas que exigen el desarrollo humano, y ello incluye a la educación como factor fundamental del desarrollo y a los maestros como uno de los garantes de una mayor y mejor educación, que está en  ascenso en su calidad y pertinencia.

Los déficits y brechas acumuladas históricamente en lo económico y social en Nicaragua, están siendo atendidas bajo una política de ataque a la pobreza, responsabilidad fundamental del Estado –a través del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional- y de responsabilidad social compartida, de crecimiento económico con desarrollo social, y  restitución de derechos.

La educación es un derecho humano fundamental y una prioridad nacional en Nicaragua, y es atendida cotidianamente y conjuntamente, en el cumplimiento de todas las rutas educativas, por los tres actores institucionales: Mined, Inatec y CNU.

Se ha logrado una real articulación de estos, una visión sistémica de la educación, de su calidad y pertinencia, y una atención a los factores que aseguren el mejoramiento educativo, entre ellos, las condiciones sociales-educativas para el acceso y permanencia de los estudiantes en la escuela, la actualización y pertinencia curricular con una visión integral del desarrollo humano -desde los valores, la ciudadanía y el uso de las nuevas tecnologías- y la superación-actualización de los educadores y el avance en sus condiciones socio-laborales.

La superación de los educadores es en todos los frentes, ello incluye avances fundamentales en la superación del empirismo, en la formación del liderazgo educativo en todos los niveles, la capacitación y actualización permanente; el establecimiento del Programa Nacional de Aprender, Emprender y Prosperar, que es transversal para todo el todo sistema educativo, y que tiene como propósito generar una mentalidad emprendedora e innovadora en los profesores y estudiantes.

Las  universidades –sobre todo las aglutinadas en el CNU- están aportando a la formación y actualización sistemática de los docentes y en otros programas del desarrollo educativo nacional y tecnológico. Al mismo tiempo, avanza en el mejoramiento de la educación universitaria, más articulada con los actores públicos, sociales y privados, y en la ampliación de la oferta y oportunidades educativas.

Las universidades aportan más del 90% de la investigación que se realiza en el país y posee una Planta docente altamente calificada con el 70% de esta con algún nivel de postgrado (especialización, maestría y doctorado), que debe ampliarse, para consolidar la calidad de formación profesional e investigativa de las universidades, y con ella la del país.

Es verdad que una buena educación tiene como premisa fundamental el tener buenos educadores, que los tenemos o están en proceso de formación, pero también exige una mayor responsabilidad de las familias, un Gobierno nacional que la priorice y  condiciones económico-sociales que hagan progresar a las familias y las posibilidades materiales de la sociedad y del Estado, asuntos en la que igualmente estamos avanzando y lo consolidaremos con el aporte de todos.

La complejidad del mundo actual y futuro exige, como decimos en la Federación de docentes (Fepdes): “un docente más comprometido socialmente, más preparado científica y pedagógicamente, y con las suficientes condiciones laborales y sociales -de calidad de vida- para enfrentarse a los grandes nuevos retos del mundo y del desarrollo del ser humano de esta época.”

A ello estamos abocados para lograr que los educadores sigan aportando cada vez de mejor manera a los retos actuales y futuros, y debemos llegar a convertir la profesión docente, como la carrera de primer orden, dada la responsabilidad que tiene en la formación integral del ser humano.

Fuente: http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/433015-educacion-educadores-nicaraguenses/

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