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Coronavirus y deuda: la pesadilla de los niños mozambiqueños

África/Mozambique/Octubre 2020/elpais.com

Un nuevo informe de Unicef muestra los graves desafíos de la pobreza infantil en Mozambique

La pobreza infantil es uno de los fracasos más crueles e injustos de nuestras sociedades contemporáneas. La experiencia de privación extrema durante los años críticos del crecimiento determina las posibilidades vitales de un ser humano más que ningún otro factor. En esta lotería del código postal, la posibilidad de nacer en el lugar equivocado es el equivalente a una condena de por vida a la vulnerabilidad y la pobreza.

Esta es la situación de uno de cada dos niños mozambiqueños menores de 18 años. Una cifra que podría multiplicarse en el contexto de la covid-19 y la crisis de deuda externa.

La agencia internacional Unicef ha hecho público esta semana un informe en el que un equipo hemos estado trabajando durante dos años y que ofrece una fotografía pavorosa de las muchas dimensiones que componen la pobreza de los menores en Mozambique. Siete de los algo más de 14 millones de niños de este país viven por debajo de los mínimos aceptables en uno o varios indicadores de una batería que incluye la pobreza monetaria, pero que va mucho más allá de ella: vivienda, participación, situación familiar, nutrición, salud, educación, trabajo infantil y acceso al agua, el saneamiento y la higiene.

La medición multidimensional de la pobreza ofrece una herramienta sofisticada y ajustada al contexto para calibrar las verdaderas condiciones de vida de los seres humanos. Y la de demasiados niños mozambiqueños se parece a un infierno, como demuestran estos datos:

  • Las infraestructuras más básicas, como la electricidad, el saneamiento o el servicio de agua potable están fuera del alcance de una buena parte de los hogares en los que residen los niños.
  • El 42% de los menores del país padecen desnutrición crónica, un lastre que condiciona su aprendizaje y su respuesta a enfermedades infecciosas.
  • Incluso dentro de un país tan devastado como Mozambique, la desigualdad constituye un factor determinante en el fenómeno de la pobreza infantil. Vivir en el medio rural o en una provincia del centro y Norte del país multiplica por tres la probabilidad de ser un niño pobre.
  • La educación primaria destaca como uno de los grandes desafíos en este panorama, cuando más de dos tercios de la población de entre 12 y 17 años no ha completado sus estudios básicos.

El informe también proporciona algunas buenas noticias, especialmente en lo que respecta al acceso a redes mosquiteras, el acceso a saneamiento o la reducción de la desnutrición aguda, que cayó a la mitad en poco más de una década.

Pero estas luces son la excepción en un panorama inquietante, cuyas consecuencias van mucho más allá de los propios niños afectados. Como señalamos en el informe, “en un país donde casi la mitad de la población tiene menos de 15 años, las privaciones múltiples de niños y adolescentes constituyen una causa primordial de preocupación [nacional]”.

Porque es en este punto, el de las consecuencias generacionales, donde saltan todas las alarmas. Esta investigación fue realizada basándose en estadísticas de 2014/15, y en un contexto previo a la covid-19. En aquel momento pensábamos que la acumulación de desafíos económicos, políticos y climáticos del país constituía una suerte de tormenta perfecta capaz de revertir dos décadas de progreso desigual pero continuado en Mozambique.

Hoy la situación de hace un lustro parece un balneario en comparación con las plagas bíblicas que sufre el país. La covid-19 golpea a una sociedad castigada por los conflictos armados, la virulencia de los shocks naturales extremos y la no menos virulenta actitud de los mercados internacionales. A mediados de 2019 la deuda externa del país era de 14.780 millones de dólares, el 113% de su PIB y casi un tercio más alta que en 2016. En julio de este año la carga era del 130% del PIB. El devastador impacto de la pandemia en las exportaciones, las remesas y la ayuda internacional de las que depende desesperadamente la economía mozambiqueña ha hecho esta situación más insostenible, si cabe. Las restricciones fiscales que se deriven de este círculo vicioso entre crisis y endeudamiento caerán como mazazos sobre el gasto social del que dependen muchas familias, empeorando los ya alarmantes indicadores de pobreza infantil.

Cada uno de estos elementos supone un motivo para la movilización, no para la parálisis. Las autoridades nacionales tienen muchas explicaciones que dar acerca de la eficacia y orientación del gasto público, así como de la gestión limpia de los recursos. Como demuestra nuestro informe, hoy sabemos mucho más acerca de las herramientas que nos permitirían optimizar unos presupuestos inevitablemente escasos. Por ejemplo: una transferencia de tan solo 600 meticales (7 euros) mensuales a cada uno de los 1,4 millones de niños que están en peor situación permitiría rescatar de la pobreza a la mitad de ellos. El coste total del programa ha sido calculado en 127 millones de euros anuales. Es difícil concebir una medida social que consiga tanto con tan poco.

Pero incluso este pequeño esfuerzo resulta imposible de plantear para un Estado que carece por completo de margen de maniobra fiscal. A menos que las economías más desarrolladas del planeta intervengan de manera decidida, la nueva crisis de deuda de Mozambique y otros muchos países pobres se convertirá muy pronto en una crisis generacionalComo recordaban recientemente Kevin Watkins y Henrietta Fore, el plan diseñado por el G20 carece todavía de la tracción política y financiera que garantizaría su éxito. Las semanas que transcurran entre las reuniones anuales del Banco Mundial y el FMI, que terminaron ayer, y la cumbre del G20 del 21-22 de noviembre, van a determinar las vidas de decenas de millones de niños en todo en planeta. Ellos no necesitan que llegue la vacuna para empezar a vencer al coronavirus.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/10/19/3500_millones/1603110050_861278.html

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DIGNIFICAR A LA NIÑEZ Y A LA JUVENTUD AFROVENEZOLANA. UN TEMA PRIORITARIO DE AGENDA PARA LOS DIPUTADOS A LA NUEVA ASAMBLEA NACIONAL

Por: Ana Isabel Márquez

Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez

Cátedra Libre África  Josefina Brigtown

La situación actual de pandemia producto del Covid-19 ha devenido en una reflexión histórica de  la centralidad  del ser humano y su estar en el mundo para y por la vida. En medios de  esta agitada e incierta realidad, se desarrollan a nivel mundial procesos electorales donde los mandatarios deberán priorizar en sus agendas sus visiones de humanidad para el mundo que deviene.  A pocos meses de las elecciones en diversos países del continente Africano y en particular en América Latina,  se reflexionan sobre  estos aspectos que, sin lugar a dudas,  incidirán notablemente en la creación de un mundo más justo y equitativo para todas y todos.

El presente escrito centra su interés en la Niñez y Juventud Afrovenezolana, en la dignificación de sus derechos ciudadanos a vivir en un mundo más humano, donde sea reconocida su voz silenciada, y que las intersecciones que atraviesan sus mundos de vida societal, como: Racismo, Sexismo, Adultocentrismo, Clasismo y todos los ismos denigrantes sean develados  y combatidos socialmente. Para efectos  de esta producción escritural, se realizará en primer lugar una descripción de la población afrovenezolana, de sus infancias y juventudes, en segundo lugar la descripción de  experiencias educativas transformadoras emprendidas desde una militancia situada y por último una serie de peticiones a los  diputados para la nueva Asamblea Nacional a los fines de que este grupo poblacional sea tema central de sus agendas y discusiones.:

Los afrodescendientes conforman uno de los grupos más numerosos de la enorme diversidad etnocultural de la región en América Latina y El Caribe, se estima  que  en este lugar epistémico alcanzan un 30% de la población;, es decir unos 150 millones de personas .( Antón y Del Popolo 2009 ) citado en  Bidaseca, K, 2011. La proclamación del Año Internacional de los Afrodescendientes, por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas (RES 64/169 de 2010) ha otorgado un renovado impulso al reconocimiento étnico, político y cultural de la población afrodescendiente,   y  en particular las características históricas, poblacionales,  sociales y culturales  en nuestraamérica.

Mi interés con y desde las infancias  afrovenezolanos/as viene en principio desde mi posicionamiento histórico cultural identitario como afroguaireña, de mis vivencias en estos territorios ancestrales,  donde  la mar  nos arrulló y cobijo como madre protectora junto a Yemayá, por la esperanza de un mundo mejor, de mis huellas corporales del racismo,  y su continuidad en las generaciones que veo crecer y vivencio en estos territorios de  la Costa Caribe, hoy desfiguradas por la tragedia reciente en Vargas; desde mis experiencias del compartir colectivo en las parroquias de Caruao y sus comunidades de la costa desde  temprana edad junto a mi familia, desde el reconocimiento de mis lugares de privilegio, de mis vivencias como maestra de educación inicial y madre, desde mi compromiso y activismo con las infancias afroguaireñas inquietas y en movimiento como el oleaje del mar ubicado en el Barrio Corapal sector  Vista al Mar l, patio de mi infancia y vivencias, donde construyo sueños  compartidos por un mañana mejor junto a ellos/as; también desde mis vulneraciones de derechos y experiencias de racismo, en distintos contextos donde he habitado  y  desde el espejo, donde miro y reconozco la  lucha de los que han transitado caminos con sus Dioses y Orishas en las distintas organizaciones sociales afrovenezolanas,  conformadas por  mujeres y hombres comprometidos con la causa afro, por el reconocimiento de nuestra identidad étnica.

La niñez y juventud afrovenezolana y la intersección de opresiones

La Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia  y las formas conexas de intolerancia(…) pide a los Estados que en colaboración de ser necesario con organizaciones internacionales y teniendo presente ante todo el interés superior del niño, ofrezca protección contra los actos de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia a los niños” Declaración y Programa de Acción de Durban.

Asimismo, La UNICEF en su documento final: La Situación de los Derechos de la Infancia y Adolescencia Afrodescendiente en América Latina y El Caribe, se constata la existencia de profundas asimetrías existentes entre la niñez afrodescendiente con respecto a los promedios nacionales, incluso en el cumplimiento de las metas mínimas adoptadas por los Estados,  sometidos a estados de pobreza, educación y salud..

En la XX Reunión de altas autoridades competentes en derechos humanos y cancillerías del Mercosur y estados asociados se consideró vital la valiosa contribución del movimiento afrodescendiente de las regiones para focalizar políticas y acciones a favor de los derechos de los niños, niñas y adolescentes afrodescendientes, generando instancias adecuadas, de forma que actúen como portavoces de sus propias demandas.

En Venezuela existen más de 20 mil comunidades afrovenezolanas distribuidas en todo el territorio nacional con mayor concentración en 14 estados, cerca de 50 municipios marcadamente afro y más en el eje costero área centro-occidental.  Según el censo de población y vivienda de 2011, el 0,7% de los venezolanos se considera a sí mismo afrodescendiente, mientras que el 2,9% se identifica como negros.  Aún está pendiente en nuestro país, la Visibilidad Estadística de los niños, niñas y los adolescentes afrovenezolanos, a los fines de diseñar políticas públicas que partan situadamente desde sus contextos,  además de  la articulación necesaria que debe darse entre la sociedad civil, la academia, los movimientos sociales y demás actores gubernamentales  a los fines de generar reflexiones y sistematizaciones que conlleven a  la generación de conocimientos  de este grupo poblacional en el ejercicio de sus derechos.

En el marco, de éste grupo étnico poblacional; las niñas, los niños  afro,  continúan siendo los más afectados  debido a su invisibilidad estadística. grupos subalternos, silenciados y oprimidos por su condición generacional y étnica, hasta el momento “silenciados y soterrados” (Foucault, .24: 1997). Su continua  y exponencial situación de pobreza y prácticas discriminatorias en la estructura social en que se desenvuelven, conlleva el  desafío y la tarea aún pendiente que se tiene de articular acciones integrales para el desarrollo de políticas públicas.

En tal sentido, plantear el diseño y la implementación de políticas, programas y presupuestos que respondan al perfil, las características y necesidades de la niñez  afrolatinoamericana y del Caribe, es un reto en la región. Por cuanto en la realidad estos grupos sociales han sido los más vulnerados históricamente, portando en sus corporalidades, el marcador racial de su piel y  fenotipo, como asociación directa con la pobreza y marginalidad.

Sus experiencias en la cotidianidad nos revela la vivencia  de racismo y discriminación racial, como formas de opresión y violencia, vulnerando de este manera el desarrollo psicosocial y afectando el ciclo de su desarrollo,  por tanto, se hace necesario promover su capacidad de agencia, el empoderamiento de sí mismos como sujetos históricos de su propia transformación, ejerciendo acciones desde su contexto y cotidianidad,  desde lo educativo, reafirmando los saberes tradicionales presentes en  nuestras comunidades, desde una episteme distinta que se fragua en la cotidianidad, en un convivir  en una dimensión discursiva de saberes.

La valoración del Patrimonio Sociocultural e Identitario de los niños/as  Afrovenezolanas/os y su incorporación en el  Sistema Educativo y en particular desde el Curriculum de Educación Inicial  en Venezuela,  es un desafío social pendiente que nos interpela y compromete  académicamente en la reconstrucción actual de nuestra identidad nacional.   Desde el ámbito educativo específicamente en Educación Inicial, el curriculum vigente (2005) construido colectivamente y aplicable tanto en  instituciones públicas, como privadas; reproduce una educación eurocentrada, y homogeneizadora  de las infancias.  En la Consulta Educativa Nacional realizada en el año 2014,  y en específico la consulta con organizaciones y movimientos afrovenezolanos para conocer  la percepción de nuestro sistema educativo,  se concluyó que tenemos la presencia de:

1.-Una historia blanqueada y fragmentada.

2.-Existe exclusión y discriminación en nuestras escuelas.

3.-Poco conocimiento por parte de los y las docentes para abordar la

afrovenezolanidad.

4.-Poca vinculación de la escuela con la comunidad y su realidad

local.

Desde el punto de vista legal,  y a  los fines de reafirmar la centralidad de nuestras raíces africanas y su legado cultural en nuestro sistema educativo,  se cuenta con instrumentos legales que tributan hacia la concienciación nacional  étnico-cultural; el reconocimiento en la  Constitución de 1999 de Venezuela, como una sociedad multiétnica y pluricultural, legitimada en su preámbulo   Asimismo,  la Ley Orgánica de Educación (2009) contempla en el artículo 14:

La educación    es    un   derecho  humano y un deber social   fundamental

concebida como un proceso de formación integral, gratuita, laica, inclusiva y de calidad, permanente, continua e interactiva, promueve la construcción del conocimiento, la valoración ética y social del trabajo, y la integralidad y preeminencia de los derechos humanos, la formación de nuevos republicanos y republicanas para la participación activa, consciente y solidaria en los procesos de transformación individual y social, consustanciada con los valores de la identidad nacional, con una visión latinoamericana, caribeña, indígena y afrodescendiente y universal.

Adicionalmente,  a este instrumento legal, el docente de educación inicial  emplea la Guía Elementos curriculares para la educación intercultural (Subsistema de Educación Básica), contemplando  4 pilares: Aprender a Reflexionar, Aprender a Valorar,  Aprender a Convivir y Participar, Aprender a  Crear.  Sin embargo, persiste la ausencia  de lineamientos pedagógicos estructurales que, desde  la etapa maternal y preescolar  de forma sistematizada y durante todo el año escolar, contemple  el abordaje integral de áreas de aprendizaje, contenido, objetivo, aprendizajes esperados y estrategias didácticas acerca del  estudio de la historia del continente africano  y de la afrovenezolanidad, del racismo y la discriminación racial, que en mayor medida afecta a niños y niñas, victimas silenciosas de este fenómeno social.

Desde estas problematizaciones, se cuentan los  innumerables esfuerzos sociales y pedagógicos que se han venido emprendiendo  en nuestro país, por una pedagogía descolonizadora, desde la mirada de la afrovenezolanidad,  fundamentando en una ontología relacional del convivir, del aprender haciendo, del interexistir, en forma armoniosa y respetuosa con la naturaleza, sustentado en los principios de los Cumbes y en la Filosofía Africana del Ubuntu y  del Muntu Latinoamericano.

En este transitar, y en la creación de un modelo educativo propio fundamentada en una educación social respetando  la idiosincrasia del pueblo en su conjunto sin someterse a la mera reproducción del modelo eurousacentrico, se cuenta con los aportes que desde un pensamiento filosófico ofrece nuestro maestro popular Simón Rodríguez, para él la educación popular deber ser una herramienta  para hacernos americanos y no europeos,  y así crear un proyecto sin limitaciones. Entendiendo la educación popular como un “proceso colectivo, mediante el cual los sectores populares llegan a convertirse en sujetos históricos, gestor y protagonista  de un proyecto liberador que encarne sus propios intereses de clase” (Peresson, Cendales, Mariño, 1985: 46)

Tomar en consideración desde una educación popular transformadora los aportes que desde  América Latina construyó Simón Rodríguez con su propuesta de Educación Social vinculada a la cotidianidad de la vida a  Paulo Freire con su pedagogía emancipadora quien bebió de las aguas de sus experiencias en  para en África (Guinea Bissao, Angola, Sao Tomé y Príncipe)  para construir los postulados  opresor-oprimido desde las meditaciones Fanonianas de los condenados de la Tierra, cabe señalar la cita Freiriana  en este apartado que refiere a la Madre África;  mi primer contacto con África fue “un encuentro amoroso, con un continente rico en experiencias, con una extraordinaria historia, ignorada conscientemente por occidente, con pueblos que llevaban a cabo una lucha contra la opresión, a veces en forma silenciosa y desapercibida ante los ojos extraños, pero no por ello menos difícil y valiente” (Freire,1984:9).

Y la militancia necesaria de codo a codo con los pies en la tierra en las comunidades, que ha venido reclamando a los activistas intelectuales,  de los movimientos sociales afrovenezolanos desde su andar Jesús Chucho García con su propuesta en la  (Afroepistemología) o Pedagogía Cimarrona y  la del maestro Luis Bigott, con su pedagogía de la descolonización, para el rescate necesario de los saberes y haceres situados desde las comunidades afro con sus cosmovisiones de vida y su incorporación a los saberes de la escuela.  Así mismo, es meritorio reconocer, el trabajo pedagógico cultural comunitario que ha venido desarrollando  la hermana cimarrona Prof. Luisa Madrid en Barlovento, a quien cariñosamente se le llama “Mae Luisin” quien desde hace 42 años desde la militancia barrial construye mundos posibles con su muchachera de Curiepe.

Por lo antes expuesto , es necesario aproximarnos a la Subjetividad de los niños/as  afrovenezolanos/as desde la mirada de sus corporalidades situadas, a los fines de  reconocer formas otras de encuentro cultural desde/con la niñez , para construir nuevas narrativas, todo un desafío ético y político en la reivindicación de su protagonismo y voz como sujetos/as sociales y en la  producción de conocimiento situado para la generación de una epistemología propia. La identidad, por lo tanto, no sólo no nos viene dada por la naturaleza, sino que se debe luchar por constituirla política y culturalmente, por apropiarse de la historia, conocer los legados y combatir la desmemoria, el olvido, la invisibilización, el silenciamiento y recuperar la capacidad de nombrarse, de definir la identidad colectivamente.

En función de las descripciones antes expuestas,  cierro este escrito proponiendo  a los nuevos diputados/as aspirantes a la Asamblea Nacional una  serie de peticiones para la atención directa de la niñez y juventud afrovenezolana:

1.-Reglamentar mediante ley  la obligatoriedad de enseñar la historia de África y la afrovenezolanidad en todo el sistema educativo Venezolano desde la educación inicial  y hasta el postdoctorado., como una forma de generar una identidad común entre los afrovenezolanos.

2.-Priorizar la voz de los niños, niñas y adolescentes afrovenezolanos  en los espacios de discusión, desde sus demandas  situadas en cada contexto comunitarios y no como meros ejercicios de participación, a los fines de que estos,  traten aspectos vinculados a sus mundos de vidas, por cuanto ellos/ellas son cuerpos actuantes agentes constructores de ciudadanía.

3.-Visibilizar en los Curriculums de los niveles del Sistema Educativo Venezolano  la historia de la presencia y contribución africana en la sociedad venezolana como una forma de generar una identidad común entre los afrovenezolanos.

4.-Desde los movimientos sociales estructurar agendas de atención para las niñeces y juventudes afrovenezolanas que partan de su realidad situada y desde sus voces.

5.-Construir colectivamente programas, proyectos de acción colectiva con metodologías horizontales participativas orientadas a la prevención del racismo y la discriminación racial desde el momento de la gestación.

6.-Contar con espacios sociales seguros y saludables donde se haga valer el derecho a la recreación, al ocio y el esparcimiento.

7.-Contar con medios de comunicación que visibilicen nuestras realidades, identidades, sueños y creencias mágico-religiosas familiares

8.-Presentar datos desagregados estadísticos desde los Censos de Población, a los fines de formular políticas públicas para las infancias y juventudes afrovenezolanas.

9.-Promover experiencias de vinculación de los niños,niñas y juventud de las poblaciones y comunidades  afros e indígenas

10.-Derechos a ser tomados en cuenta para  el diseño de visiones utópicas de país y comunidades otras, de humanidad paz y vida desde la cosmovisión y conocimientos ancestrales de los Cumbes,  y el Cimarronaje como Filosofía Política de vida.  Tomando como experiencia  las  vinculaciones interétnicas que tuvieron lugar en nuestros territorios para hacer de cada hogar-escuela-comunidad sitios seguros de  valoración,reconocimiento y justicia social de la niñeces y juventudes afrovenezolanas.

Artículo enviado por la autora a OVE

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México: Pandemia por Covid-19 acelera el trabajo infantil

América del Norte/México/18-10-2020/Autora: Cristina Hernández/Fuente: www.publimetro.com.mx

La pandemia y la crisis económica ha acrecentado la necesidad de que los niños apoyen en sus familias para ganar el sustento diario.

La actual pandemia y la crisis económica han amenazado el futuro de una generación de niños en todo el mundo debido al trabajo infantil.

Con las aulas cerradas y padres que pierden su trabajo, millones de niños han debido sacrificar la lectura, la escritura y las tablas de multiplicar jornadas de sudor, ampollas y cada vez más reducidas esperanzas de una vida mejor.

De acuerdo con AP, en Kenia, lugar de ir a la escuela los niños pican piedras en las canteras.

 

Trabajo Infantil
Foto: Getty Images
En la India, miles de menores se han volcado a los campos agrícolas y a las fábricas.

Y en Latinoamérica, los pequeños producen ladrillos, fabrican muebles o limpian los campos de maleza tiempo completo.

Si fuera poco, el trabajo de niños y adolescentes pagado apenas por centavos o, en el mejor de los casos, unos cuantos dólares al día para ayudar a llevar comida en la mesa.

“El trabajo infantil se convierte en un mecanismo de supervivencia para muchas familias”, refirió Astrid Hollander, directora de educación de UNICEF México.

Los gobiernos alrededor del mundo analizan cuántos estudiantes han abandonado sus sistemas escolares.

Tan sólo el cierre de las aulas afecta a casi mil 500 millones de niños en todo el mundo.

Expertos aseguran que es menos probable que los niños regresen a la escuela cuanto más tiempo estén suspendidas las clases presenciales.

Las repercusiones, especialmente para quienes ya están rezagados, pueden ser menores oportunidades laborales de por vida, menos ingresos potenciales y una mayor probabilidad de pobreza y embarazo precoz.

“Las repercusiones podrían percibirse en las economías y sociedades a lo largo de las próximas décadas”, advirtió en agosto Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF.

Para al menos 463 millones de niños, cuyas escuelas cerraron, no hay posibilidad de aprendizaje a distancia.

La doctora Alma Cosette Guadarrama, investigadora de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, explicó para Publimetro el panorama del trabajo infantil en México.

¿Cuál es el panorama del trabajo infantil en nuestro país?

– En cada una de las entidades federativas existen áreas específicas donde se ubica un mayor número de población en estado de pobreza y pobreza extrema donde se puede identificar el trabajo infantil.

Los índices de explotación del trabajo y trabajo forzado que son las dos formas de trata que existen en México en materia infantil, seguramente se iban a detonar como el caso de la violencia de género y otros problemas que aquejan a nuestra sociedad.

Trabajo InfantilFoto: Cuartoscuro

Lo importante de entender esto es que los niños y particularmente en México están desprotegidos, las condiciones de pobreza y la línea de pobreza y pobreza extrema, enmarca al estado mexicano como país, de tal manera que obliga al papá, mamá a enviar a los hijos a ayudarles a conseguir el sustento de la casa, evidentemente el hecho del confinamiento, quita la posibilidad de salir a trabajar y los que están en las condiciones de pobreza extrema, tener el sustento de todos los días porque viven al día.

Esto puede llevar a esta figura que es muy común en México en donde los padres llevan a los hijos al lugar en los trabajos que desarrollan, que generalmente son los trabajos informales, el comercio, etc. Puede caer en figuras de trata como el trabajo infantil o los trabajos forzados que están marcados en la ley para ganar el sustento en otros momentos que, a lo mejor, antes de la pandemia no era necesario.

¿Qué trabajos son los que desempeñan los niños y cuáles son las más peligrosas?

– La norma establece, desde el ámbito jurídico, que la minoría de edad se divide en dos etapas fundamentales, el niño o niña es aquel entre 0 y 12 años incumplidos, pero para cuestiones de trabajo serán 15 años, no pueden realizar labores consideradas como trabajo con alguna remuneración.

Esto está vedado en las familias mexicanas porque si bien el niño no recibe un salario, sí va y ayuda al papá, aquel que es comerciante, está vendiendo.

Lo que sale de este marco legal se convierte en trata de personas en dos modalidades, lo que es la explotación laboral (adolescentes entre 15 y 18 años) y el trabajo forzado (todos los demás).

Puede caer en los dos rubros, aquel adolescente que está realizando un trabajo o una actividad, pero no se le paga lo que marca la ley, no se le dan prestaciones, etc. Y ahí pueden caer los adolescentes entre 15 y 18 años incumplidos.

Todos los demás pueden caer en la segunda cuando se les obliga a través de alguna amenaza, amenaza psicológica, hacia un familiar de daño físico, para realizar una actividad.

El menor también puede caer en la mendicidad que, de acuerdo con nuestra ley, también constituye una forma de trata,

En el caso de comercio informal, como en apoyo de algunas cosas, en algunas ocasiones en las minas, al norte del país y fundamentalmente el comercio informal y en la mendicidad.

¿Cuáles son las consecuencias del trabajo infantil?

Trabajo InfantilFoto: Getty Images

— El niño empieza a conformar su personalidad, a entender la distinción entre bueno y malo, justamente en la primera infancia, es decir, entre los 0 y los 10 años de edad.

Si nos vamos a una cuestión más social, podemos decir que uno de los grandes efectos que puede tener el desarrollo del trabajo infantil, particularmente de los niños menores de 15 años, es la exposición a ciertos peligros, por ejemplo, los riesgos propios de la calle.

Cuando están ayudando en al comercio informal al comercio ambulante, en las ladrilleras, minas, exponerse a los riesgos de una sociedad donde el otro no considera y no valora a sus congéneres como persona, hay una deshumanización, una pérdida de valores como persona y esto conlleva a acciones que desde la psique del otro, a lo mejor son cuestiones normales, por ejemplo, los abusos sexuales, una persona que fue abusada lo considera normal y se convierte en abusador y eso conlleva una cadena.

Sobre todo las mujeres están expuestas a abusos sexuales, violaciones, todos los riesgos que son propios de la calle cuando no está el tutor o el padre al cuidado y protección de ese menor.

Esto conlleva a que nuestro tejido social se siga resquebrajando porque vamos a tener en un futuro comunidades conformadas por personas, por adultos, con traumas, con una serie de cuestiones que solamente están reproduciendo lo que vivieron en su infancia, eso conlleva a la construcción de sociedades totalmente fuera del marco de la ley.

Los parámetros y los estudios que ha hecho la OIT demuestran que un chico antes de la edad de 15 años se está formando y hay que proteger derechos básicos de él como es el juego, la diversión, que coadyuva a la conformación de adultos felices, de adultos conscientes, etcétera.

Fuente e Imagen: https://www.publimetro.com.mx/mx/noticias/2020/10/15/amenaza-trabajo-infantil-pandemia.html

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La pandemia a través de los ojos de las adolescentes (IV): más desigualdad, más mutilación genital

Noticia/África/elpais.com

En muchos países la ablación es norma social con origen en la desigualdad de género. Unos 200 millones de mujeres la han sufrido y, sin campañas de prevención por la covid-19, su práctica aumenta. Esta serie documental recoge, de la mano de Unicef, el testimonio de 16 jóvenes sobre el impacto en sus vidas. La ofrecemos en castellano en exclusiva

En esta cuarta entrega de nuestro documental, han transcurrido cuatro semanas desde que las chicas nos permitieron echar un vistazo a su mundo, pero con el paso del tiempo, la situación de la covid-19 ha evolucionado. Con el aumento de los contagios, en muchos países el impacto del virus empieza a golpear más cerca de casa y se sienten los efectos.

Antes de la pandemia, la desigualdad de género ya limitaba la capacidad de muchas niñas para acceder a la educación. Ahora, a medida que algunas escuelas reabren después de los confinamientos, la covid-19 añade una nueva serie de complicaciones que reducen aún más su acceso a la educación y algunas chicas lo sufren más que otras. Aunque la pandemia está dificultando que estas niñas se mantengan al día con los estudios, y a pesar del confinamiento en Nepal, Madhu sigue haciendo todo lo posible para aprender desde casa. “Por culpa del coronavirus, a mi padre y a mi madre les preocupa nuestra educación y que podamos olvidar lo que hemos aprendido hasta ahora […] Uno de los problemas a los que se enfrenta mi familia es que no hay dinero para comprarnos libros y otro material. Por eso cogí el dinero que ahorré con mis hermanos y compramos libros y bolígrafos para estudiar”, explica esta joven.

Para muchas niñas, acceder a la educación antes de la crisis sanitaria mundial ya era un problema. Ahora hay una amenaza muy real de que el virus empeore aún más la discriminación y la desigualdad, y cree una barrera más para las niñas. Pero más allá de la falta de acceso a la educación, hay otras prácticas dañinas que las discriminan. En muchos países, la práctica de la mutilación genital femenina es una norma social profundamente arraigada que tiene su origen en la desigualdad de género. En todo el mundo, hay al menos 200 millones de niñas y mujeres que han sido sometidas a este ritual, que consiste en realizar una escisión total o parcial de los órganos genitales femeninos o cualquier otra lesión de los mismos por motivos no médicos. En Malí, se calcula que casi nueve de cada 10 niñas y mujeres la han sufrido. “Me dan lástima las niñas cuyos padres las envían a que les hagan esto. No creo que sea bueno porque complica la vida de sus hijas. Actualmente, las autoridades no castigan con dureza a los padres, de modo que hacen lo que quieren con sus hijas”, se lamenta Laetititia, desde Chad.

Mientras que las familias en países como Chad mantienen la práctica en secreto, las familias de otros países no lo hacen. En Indonesia, a pesar de que la práctica es ilegal, casi una de cada dos niñas ha sufrido la ablación, que suele aceptarse más abiertamente desde el punto de vista cultural. “En mi zona también se circuncida a las niñas, por lo general cuando tienen alrededor de cinco, seis o incluso siete años. Normalmente, las niñas que son circuncidadas llevan un vestido bodo de siete capas. Es la ropa tradicional de Bugis. Cuando es circuncidada, sus padres celebran una fiesta”, explica Zulfa, desde Indonesia.

Muchos de los países con altas tasas de mutilación genital femenina han ilegalizado el ritual, pero en la mayoría de ellos, la práctica continúa, aunque se hable menos de ello. Ahora, con los confinamientos y las medidas de distanciamiento social en todo el mundo, es más importante que nunca seguir prestándole atención y seguir hablando de ello. Si queremos que la situación cambie, tenemos que asegurarnos de que vemos y escuchamos los problemas de estas chicas.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/10/06/planeta_futuro/1601994688_299254.html

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Time to re-open schools in Eastern and Southern Africa, UNICEF

Africa/27-09-2020/Author: Beth Nyaga/Source: www.kbc.co.ke

UNICEF has called on governments, parents and teachers across Eastern and Southern Africa to urgently and safely re-open schools, as the costs of continued school closures escalate across Eastern and Southern Africa.

While there are encouraging reports that 13 out of 21 countries in Eastern and Southern Africa have returned children to classrooms, with an additional four having set return dates, countries such as Kenya – with a huge student population – are still to decide on whether they will reopen schools this year, compounding the threats which out-of-school children face.

UNICEF’s call to safely re-open schools follows scientific evidence which shows children are not super-spreaders of COVID-19, and are the least affected by COVID-19 in the region, with a mere 2.5 per cent of COVID-19 cases attributed to children of school-going age (5-18 years, WHO).

“Much effort was spent at the start of this pandemic reminding all of the dangers of COVID-19 and necessary precautions,” said Mohamed Malick Fall, Regional Director for UNICEF Eastern and Southern Africa. “Things have evolved – we now know greater dangers for children lie by being outside the classroom. That message needs to be heard.”

Across this region, of the nearly 65 million children remaining out of school, around one in two are not reached by any form of learning.

Meanwhile, violence has spiked. Across the region, millions of children continue to miss what was their one nutritious meal of the day.

“Seven months into the pandemic, we must be very clear about the gravity of this crisis: we are at risk of losing a generation,” said Fall. “We see lost learning, rising violence, rising child labour, forced child marriages, teen pregnancies and diminished nutrition. A generation of children is at risk, and at the most critical time in our continent’s history.

“We are at a time of unprecedented population growth,” continued Fall. “If this expanded workforce can receive quality learning at school, the potential for increased production could sustain an economic boom to drastically reduce poverty in Africa – where currently 70 per cent of sub-Saharan Africa’s people live on less than US$ 2/day.”

It can be done. Safely re-opening schools by the beginning of October this year will give scholars a full term and vastly reduce learning losses.

A third term for learners presents the last chance to recoup learning losses for 2020 and avert the dangers of permanent school drop-outs.

Re-opening will also reduce losses incurred by both parents and governments.

Critically, there is growing regional and global practice showing that safe school re-opening can be done with political will and community commitment.

Most countries in Eastern and Southern Africa have seen the rationale of a phased return to schools, starting with exam classes in countries such as Botswana, Eritrea, Eswatini, Madagascar, Somalia, Zambia, and recently Malawi and Zimbabwe.

Bigger countries with larger COVID-19 caseloads and higher student populations – such as South Africa – have reopened schools for all grades since the end of August.

“UNICEF is here to support countries, and share working practices on safely re-opening schools; examples that can be applied to our context,” said Fall.

Source and Image: https://www.kbc.co.ke/time-to-re-open-schools-in-eastern-and-southern-africa-unicef/
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UNICEF critica la condena a diez años de cárcel a un niño de trece años por «blasfemia» en Nigeria

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha criticado este miércoles la condena a diez años de cárcel a un niño de trece años por «blasfemia», una sentencia dictada por un tribunal islámico del estado nigeriano de Kano.

El niño, Omar Farouq, fue declarado culpable el 10 de agosto de hacer comentarios «despectivos» sobre Dios durante una discusión en público y durante la jornada ha sido sentenciado a diez años de cárcel con trabajos domésticos, lo que ha sido descrito como «un error» por el representante de UNICEF en Nigeria, Peter Hawkins.

Fuente: https://www.notimerica.com/politica/noticia-nigeria-unicef-critica-condena-diez-anos-carcel-nino-trece-anos-blasfemia-nigeria-20200916181014.html

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La pandemia a través de los ojos de las niñas adolescentes (II): perder la escuela es perder la vida

Noticia/17 septiembre 2020/elpais.com

Más de 700 millones de jóvenes menores de 18 años no podían ir al colegio en el pico de la pandemia. Esta serie documental recoge, de la mano de Unicef, el testimonio de 16 de ellas sobre cómo les ha afectado. La segunda entrega, de cinco, llega desde Indonesia, India, Malí, Chad, Bangladés y Ghana. La ofrecemos en castellano en exclusiva

El cierre de las escuelas en 194 países dejaron a 1.600 millones de niños, aproximadamente el 90% de los estudiantes del mundo, sin escolarizar a principios de abril. La vida de niñas como Fikoh ha cambiado mucho. En el pico de la pandemia de covid-19, más de 700 millones jóvenes de todos los continentes no podían ir al colegio, lo que las ha obligado a reorganizar unas vidas cotidianas muy diferentes. Muchas adolescentes corren el riesgo de no regresar nunca al aula, ya que las familias recurren al matrimonio infantil o al trabajo forzado para aliviar sus cargas económicas.

Igual que en otros países del mundo, los centros educativos de Mali están cerrados, y Adiaratou ha tenido que encontrar nuevas formas de realizar sus tareas escolares. Para otras niñas, los obstáculos para acabar este curso son otros. Aparte de los problemas logísticos del aprendizaje a distancia, ellas también tienen que enfrentarse a la pérdida de las ventajas añadidas que supone ir al colegio. En los últimos meses, la escuela ha cambiado para casi todo el mundo, y empezamos a ser más conscientes de lo que supone una interrupción de la enseñanza. Pero para muchas estudiantes, la covid-19 no es la única causa de que sus posibilidades de estudiar se hayan interrumpido.

Laetitia forma parte del Parlamento Infantil de Chad, un programa extraescolar en el que participan gran número de jóvenes ambiciosos con ideas sobre cómo hacer frente a algunos de los mayores problemas del país. Para Laetitia, algunos de ellos tienen repercusiones muy personales. La desigualdad de género y la estigmatización impiden que la educación de las niñas progrese en todo el mundo. Esta situación puede cambiar, pero tenemos que asegurarnos de facilitar a las jóvenes centros de enseñanza seguros en los que puedan aprender y avanzar, y de empoderarlas para que tomen sus propias decisiones.

Si queremos proteger las capacidades, la ambición y el futuro de estas niñas, tenemos que actuar conjuntamente. Sin embargo, quizá el primer paso sea, sencillamente, escuchar.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/09/16/planeta_futuro/1600247518_952217.html

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