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La covid-19, un nuevo reto para la Unión Africana

Por: Hedelberto López Blanch.

La Organización de la Unidad Africana (OUA), hoy Unidad Africana (UA) ha tenido que lidiar a lo largo de sus 57 años de fundación con numerosos escollos y dificultades que dejaron los siglos de colonialismo que padecieron sus naciones y ahora deberá enfrentar otro gran reto al extenderse por el continente la pandemia del nuevo coronavirus.

Datos oficiales indican que el Sars-Covid-2 ya ha contagiado a alrededor de 90 100 personas y provocado más de 3 000 muertes en 54 de sus 55 naciones.

Las cifras del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de África revelan que los países africanos más afectados son Sudáfrica con 14 735 casos confirmados, Egipto con 12 519, Marruecos con 7 441 y Argelia con 7 621.

Mientras en el mundo se ha expandido con gran rapidez la epidemia, en este continente el saldo es muy inferior a los primeros pronósticos a pesar de ser el segundo más poblado del orbe.

Los especialistas aseguran que los gobiernos han tomado medidas más rápido que el resto del planeta a lo que se une la experiencia que tienen por haber enfrentado otras enfermedades como la malaria, tuberculosis, cólera, VIH y ébola, además de tener la población más joven del mundo con promedio de 19,7 años lo que ha ayudado a que el saldo mortal no sea mayor en la región.

Resulta que la UA ha tenido un rol significativo en estos resultados pues a lo largo de estos años ha logrado con mayor o menor grado y con fuerzas propias trabajar por la integridad, el avance de sus afiliados, profundizar en la estabilidad y la paz en el continente.

Con una extensión de 30 221 000 kilómetros cuadrados, 1 300 millones de habitantes que hablan 2 000 lenguas diferentes, la Organización ha tenido progresos relevantes pese a los años de colonialismo, esclavitud, empobrecimiento, dilapidación de los recursos naturales por corporaciones transnacionales y millonarias ventas de armas a las partes en conflicto, entre otras adversidades.

Específicamente, el continente comenzó a liberarse a fines de la década de 1950 y principios de 1960, después de siglos de colonialismo donde primaron las luchas por las independencias nacionales, contra la esclavitud, el saqueo de los territorios y de sus riquezas.

El 25 de mayo de 1963, 31 líderes africanos se reunieron en Addis Abeba y firmaron la Carta de Principios de la OUA, después de un proceso en el que comenzaron a dejar a un lado las diferencias regionales e ideológicas que habían sembrado los colonialistas. Aun quedaban muchos desafíos como la liberación de otras naciones, la lucha contra la discriminación racial y contra el régimen del apartheid.

Analicemos que cuando aún se habla sobre África, muchas personas piensan en pobreza extrema, subdesarrollo, hambre, tráfico de personas o enfermedades. Esa imagen, aunque no es menos cierta porque cuenta con 38 países de los 50 menos desarrollados del mundo, se debe fundamentalmente a los largos siglos de colonialismo y de neocolonialismo.

Esto se ha debido primordialmente a que los medios de comunicación hegemónicos, pagados y controlados por las antiguas naciones colonizadoras y por grandes transnacionales que han saqueado el continente, solo hablan o escriben de África noticias o sucesos peyorativos sin exponer los avances sustanciales desarrollados en casi todas esas naciones.

No es menos cierto que el continente, pese a disponer de abundantes recursos naturales, no ha podido mejorar más la vida de sus ciudadanos porque gran parte de las ganancias se las llevan las compañías transnacionales y también por la incidencia de la corrupción en algunos gobiernos.

Otro factor que ha influido es que las estructuras económicas son altamente dependientes del exterior, mientras los programas de ajustes estructurales impuestos por Occidente para que puedan recibir inversiones, obligan a abrir sus mercados a productos de las naciones ricas, no subvencionar la producción local y pagar una deuda externa que colapsa a varios países.

No obstante, África fue la región que más rápido se recuperó de la recesión económica mundial de 2008. En los últimos 10 años el Producto Interno Bruto (PIB) global alcanzó 5,7 %, y antes de la pandemia varios organismos económicos estimaban que alcanzaría 2,6 billones de dólares en 2020.

El Banco Africano de Desarrollo (BAD) destacó que el número de personas de África que vive en pobreza extrema con menos de 1,25 dólares al día, se redujo del 33 % en 1992 a 22 % en 2019, entre los que destacan Argelia, Etiopía, República Democrática  del Congo, Costa de Marfil, Djibouti, Angola, Gabón, Senegal, Namibia y Guinea Ecuatorial.

En ese sentido, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres instó al mundo a solidarizarse con el continente para que la pandemia no revierta los logros obtenidos con tanto esfuerzo por los africanos.

Al aprobar en 2013 la llamada Agenda 2063, la UA se encuentra enfrascada en buscar avances más tangibles para que el continente alcance un crecimiento integrador con desarrollo sostenible y de bienestar para todos sus ciudadanos.

En el contexto pandémico que vive el planeta, resulta halagüeño citar al director de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África, Stephen Karingi, quien afirmó  al diario británico The Guardian: “se debe reconocer que las autoridades africanas han estado «haciendo mucho» para contener el brote”. La Unión Africana ha sido esencial en esta enorme tarea.

 

Fuente del artículo: https://rebelion.org/la-covid-19-un-nuevo-reto-para-la-union-africana/

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Por qué el ‘opendata’ guía la erradicación del hambre en África

África/10 octubre 2019/El país

Los Estados de la Unión Africana quieren terminar con la subalimentación en el continente para 2025 y han encontrado en los datos abiertos un modo de encaminar sus políticas hacia el cumplimiento del objetivo

El hambre en África pasará a la historia a partir del 2025. Al menos, a eso se han comprometido los Estados miembros de la Unión Africana que se han agrupado para aplicar dentro de sus fronteras unas políticas que avancen hacia este objetivo común. Para lograrlo, tienen claro que deberán trabajar codo con codo, apostar por la agricultura y hacer uso de una materia prima con mucho futuro: los datos abiertos.

La Declaración de Malabo, aprobada en 2014, plantea objetivos ambiciosos. No solo pretende terminar con el hambre, sino también reducir la pobreza a la mitad e introducir a las mujeres y a los jóvenes en las cadenas de producción agrícolas en un crecimiento económico que mejore la vida de todos. Y quiere lograrlo antes de que termine 2025.

Son compromisos valientes: el hambre en el África subsahariana nunca ha afectado a menos del 21% de la población en los últimos 15 años y los que viven con menos de 1,90 dólares al día en esa misma región son todavía 389 millones de personas, un 41% sobre el total.

Los firmantes de Malabo se fijan otras metas para avanzar hacia la seguridad alimentaria: aumentar el comercio interafricano y reducir a la mitad las pérdidas poscosecha serán factores clave, además de buscar también el aumento en la resiliencia climatológica.

Para lograrlo, cada Estado se obliga a destinar el 10% de su gasto público en la agricultura y que este sector aumente su ratio de crecimiento económico un 6% por país. Estas son medidas que ya proponían programas políticos panafricanos anteriores, pero Malabo llega acompañado de mecanismos que fiscalizan el cumplimiento de los estados y que promueven unas políticas mejor dirigidas.

Open Data, una práctica política que llega para quedarse

Los líderes africanos se comprometieron a rendir cuentas de sus acciones y de sus resultados y en el 2018 se lanzó el sistema que lo haría posible. La Comisión de la Unión Africana —junto con otros organismos— creó la African Agricultural Transformation Scorecard, una tabla de puntuaciones en la que se evalúan los esfuerzos y los progresos de cada Estado con relación a los 43 indicadores recogidos en Malabo.

Esta innovadora forma de rastrear las políticas de los Estados muestra el progreso hecho y el que está por hacer, y se hace aportando rigurosidad, transparencia y equidad. De esta forma, se pueden comparar los rendimientos entre Estados para estimular la mejora continua de sus acciones encaminadas a cumplir con Malabo.

Este informe, del que se publicará una versión cada dos años con información actualizada, no sería posible sin la apertura de datos de los Estados participantes; datos públicos que sean accesibles y reutilizables de forma gratuita y universal.

Pero abrir datos no es solo un asunto de transparencia para que terceros puedan darles un valor añadido; el Open Data ayuda a conseguir progresos en asuntos como los Objetivos de Desarrollo Sostenible mediante el análisis —y vigilancia — del estado de las cosas. Portales como Statistics sirven para ese propósito. Además, el acceso a los datos permite a los creadores de políticas públicas tomar decisiones basadas en la información.

En la tabla de puntuaciones, cada Estado recibe una nota global con relación a la cantidad y a la calidad de los datos aportados: los que superan el 3,9 están en la buena dirección para llegar al 2025 con los compromisos de Malabo cumplidos. De los 55 estados de la Unión Africana, 47 aportaron datos para elaborar el informe —una participación destacable para ser la primera edición—. De esos 47 estados, 20 obtuvieron el reconocimiento de estar bien encaminados.

El informe destapó la dificultad de algunos Gobiernos por obtener datos que no suelen recopilar. Pero que se vean forzados a hacerlo es importante. A Kenia, que con una valoración de 4,8 está on track, el informe le exige mayores esfuerzos para obtener datos sobre la participación de mujeres y jóvenes en la agricultura y así aplicar políticas que generen empleo.

A Camerún, que con un 2,2 sería por ahora incapaz de cumplir sus compromisos, se le hace notar que el 0% de las personas que trabajan en la agricultura de su país tienen acceso a servicios financieros. A Cabo Verde, que con un 4,2 va por el buen camino, se le felicita por tener el 19% de su juventud enrolada en nuevas oportunidades laborales vinculadas al campo, además de por conseguir que el 53% de su actividad agrícola sea resistente a las inclemencias climatológicas.

Los datos apuntan, la sociedad actúa

Publicar datos es un ejercicio de beneficio recíproco para administraciones públicas e iniciativas privadas. En la lucha contra el hambre y la pobreza hay multitud de propuestas africanas que marcan el camino a seguir.

En Ghana, el proyecto Esoko ofrecía precios del mercado agrícola en tiempo real mediante tecnología móvil para que los agricultores tomaran mejores decisiones, pero vieron que estos necesitaban más información. Ahora ofrecen pronósticos meteorológicos, asesoramiento y enlaces de compradores y vendedores tanto por SMS como por mensajes de voz para llegar a las cotas poblacionales analfabetas.

En Marsebit, un distrito árido del norte de Kenia, ILRI ayuda a los agricultores a prevenir riesgos ofreciéndoles información sobre la sequía, así como datos sobre el potencial del agua subterránea.

En Edo, un estado agricultor al sur de Nigeria, los vacíos informativos sobre la actividad agrícola impedían aplicar políticas adecuadas y que los inversores invirtieran en el sector. Para generar un ambiente propicio al crecimiento económico, el Gobierno impulsó Edo AgriHub, un proyecto que arrancó con subsidios de Open Data Institute para recolectar datos mediante comunidades locales. Tras una buena experiencia en su publicación, el Gobierno pasó a financiar el proyecto.

La andadura del Open Data en África ha comenzado, y con ella el reparto de responsabilidades que trae consigo. Antes podía haber tratados políticos, pero la rendición de cuentas que ahora exigirá una sociedad civil activa que aproveche la apertura de datos comporta cambios: los obliga a responsabilizarse de sus acciones, a justificarlas a sus afectados y a estar sujetos a sanciones si los resultados no son los esperados. Como ocurre en todo el mundo, quizá el ascenso al poder en África no esté al alcance de todos, pero puede que este se acerque un poco más a pie de calle.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/09/25/planeta_futuro/1569418782_150967.html

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La educación en África, una tarea incompleta

África/06 Junio 2019/Fuente: Prensa Latina

Una evaluación de los resultados de la educación en África, finalizando el cuarto lustro del siglo XXI, refiere que el continente debe redoblar sus esfuerzos en esa gestión para no defraudar al futuro.
El continente exhibe con beneplácito una historia pre-colonial que la sitúa en una posición avanzada en comparación con otras realidades; Tombuctú lo confirma, al igual que las múltiples formas de expresiones ágrafas que posibilitaron los modos de comunicación y educación más rutilantes ayer que hoy.

En África alrededor de 61 millones de niños no asisten a la escuela primaria y en la región subsahariana se concentran los niveles más bajos de escolarización, además solo dos de cada tres menores en edad escolar tienen acceso a la instrucción, a la par que escasea la labor docente.

Hay pautas y metas difundidas por las agencias de Naciones Unidas para identificar en qué fase del trabajo educacional se halla el continente, pero necesariamente son normas y modelos que deben ajustarse a las diversas dinámicas por las cuales atraviesa el área.

Se requiere concertar las reglas con la realidad social, para que no operen como camisas de fuerza impuestas a un organismo frágil y hambreado, cuya mayor esperanza está en su voluntad de romper el cerco del atraso, que, sin embargo, reúne un universo de vicisitudes. Por ejemplo, entre las variables que disparan el ausentismo escolar figura el trabajo infantil asociado a la pobreza, la violencia generada tanto institucionalmente como la doméstica, los movimientos migratorios forzados por conflictos bélicos, e incluso el deterioro del hábitat que suele acelerar esos flujos con inundaciones y sequías.

La estabilidad y la seguridad devienen pilares para ofrecer una educación sostenible, capaz de brindar opciones de progreso no solo a los actuales educandos, sino a las generaciones venideras que poblarán el continente y siempre se proyectarán hacia una fase superior de desarrollo.

El cuadro que actualmente se presenta es amplio, en un espacio geográfico donde sólo el 65 por ciento de los niños y niñas en edad escolar tiene acceso a instrucción, cuando mundialmente se reconoce que la educación es un aspecto básico consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Millones de niños en África subsahariana nunca asistieron a la escuela, según la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

A quienes se vetó esa posibilidad vital se les debe dar la oportunidad de participar activamente en la escolarización y así avanzar hacia un futuro mejor, recomienda Unicef como retribución por esa deuda social.

Para el analista Wilfried Koikson, en el portal digital Fundación Sur, ‘la educación hace que las personas sean menos vulnerables y promueve su participación en el desarrollo, el ejercicio de la ciudadanía y el buen gobierno (…) tiene efectos positivos indiscutibles sobre el medio ambiente y la gestión de los recursos naturales (…)’.

El autor la considera ‘una condición del desarrollo sostenible’ y afirma que la situación africana, con su bajo nivel de fuerzas productivas, sumergida entre las reglas de la globalización, condena a 750 millones de personas al atraso más abyecto con un empobrecimiento masivo y continuo, con el analfabetismo y epidemias endémicas.

Koikson pone el dedo en la llaga cuando caracteriza esas secuelas, como la falta de instrucción, ‘con la explosión de diversas formas de violencia, incluidas las guerras civiles fratricidas’, usuales objeto de atención en una cultura dañada, herida por los vaivenes de la contemporaneidad y los desequilibrios históricos.

PARA ENFRENTAR EL DESARROLLO

El proceso educacional transita de lo elemental y lo singular a facetas más recónditas, donde cada vez el conocimiento se hace más complejo e incorpora nuevas experiencias que constituyen una unidad, la cual es un instrumento para enfrentar las necesidades del desarrollo africano.

Esto explica por qué la preocupación del continente con la enseñanza superior, una región en la que menos del 20 por ciento de las personas pueden acudir a las instituciones terciarias, confirmado por los bajos porcentajes de ingreso en las dependencias de esos niveles docentes.

De manera precisa se subraya que los problemas comienzan desde los grados inferiores, cuando más de 61 millones de niños no asisten a la escuela primaria por diversas razones, en muchas ocasiones asociadas a la estrechez económica doméstica, paradójicamente en un continente muy rico.

Respecto a la calidad de la docencia, la directora para África de Educación del Banco Mundial (BM), Sajitha Bashir, si bien admitió el aumento de escolares, indicó una crisis de la enseñanza: ‘Hay más niños en la escuela, que es algo bueno, pues necesitan estar en la escuela; pero relativamente pocos están aprendiendo algo’, acotó en 2018.

A nivel mundial, el acceso a una educación de calidad, inclusiva y equitativa es un desafío. Actualmente 262 millones de niños y adolescentes no pueden ir al colegio, de ellos el 97,3 en África subsahariana, y si a esa cifra se le aplica el rasero cualitativo se tendrá una idea más integral sobre lo decisivo de cambiar.

Existe una trayectoria ideal que se inicia con la enseñanza primaria, luego la media y en la cima la instrucción superior, pero en el mundo real -y en África en particular- las opciones van cayendo como hojas secas a medida que se avanza, por problemas como la falta de instalaciones y personal docente adecuado.

También se sufren otros aspectos negativos como la discriminación en términos educacionales, que impone una distribución desigual del conocimiento por razones de sexo, clase social, jerarquías en estructuras tradicionales de las comunidades y, también, principalmente, por la posición económica que ocupe el estudiante.

Si bien la Unión Africana (UA) contempla en su Agenda 2063 convertirse en un continente suficiente y viable, partiendo del desarrollo científico y técnico, resulta imprescindible contar con personas formadas en el campo del conocimiento, cuyo ‘know how’ se expanda, quede en la región y no emigre, como es frecuente.

Extender la educación es un objetivo social prioritario en el continente, un problema que concierne a todos sus habitantes en todas las situaciones. Resolverlo requiere un esfuerzo mancomunado de organismos, organizaciones y la familia, así como de todas las entidades oficiales, para acabar con el abandono y la frustración.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=282014&SEO=la-educacion-en-africa-una-tarea-incompleta
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UA aboga por incluir a refugiados dentro de políticas educativas

África/22 Noviembre 2018/Fuente: Prensa Latina

Los gobiernos del continente deben diseñar políticas educativas que atiendan las necesidades de los niños y jóvenes desplazados por conflictos y calamidades naturales, destacó hoy la Unión Africana (UA).
Ello, en opinión del ente, es vital para fomentar el crecimiento, la paz y la estabilidad en la región.

Los mecanismos que promueven el aprendizaje de por vida entre los menores refugiados se requieren con miras a garantizar que sean parte de la estrategia socioeconómica de sus territorios anfitriones, aseguró la UA.

Así, la delegación de la Unión presente en el lanzamiento del informe de Monitoreo Global de la Educación de la Unesco en Nairobi, Kenya, destacó la necesidad de que los Estados miembros integren iniciativas en ese sentido, sobre todo aquellos con mayor afluencia de solicitantes de asilo.

El aprendizaje puede ser una herramienta para fomentar la armonía interétnica, clave para prevenir los conflictos responsables de la alta carga de refugiados en África, subrayó la UA.

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, al menos cuatro millones de personas bajo esa condición de entre cinco y 17 años no asistieron a la escuela en 2017 en todo el mundo.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=230502&SEO=ua-aboga-por-incluir-a-refugiados-dentro-de-politicas-educativas
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Educación es la clave de la prosperidad, destaca Unión Africana

África/13 Septiembre 2018/Fuente: Prensa Latina

El desarrollo docente es primordial no sólo para lograr una revolución de habilidades educativas sino para alcanzar la visión de un continente integrado, pacífico y próspero, destacó hoy la Unión Africana (UA).
Para ello, es primordial, en opinión del bloque, brindar a los maestros la atención necesaria, desde la garantía de un salario acorde con su labor hasta la disponibilidad de recursos logísticos para el adecuado desempeño de la misma.

Con miras a analizar esos y otras desafíos, la UA organizó una reunión de dos días con la participación de representantes del departamento de Ciencia y Tecnología de Recursos Humanos de la Comisión del ente, así como diversos especialistas regionales e internacionales.

La cita destacó además la importancia de trabajar en lo adelante por lograr una cada vez mejor calificación del profesorado, consecuentes con alcanzar un reconocimiento universal de las calificaciones del estudiantado africano.

En ese sentido, la UA también señaló que es necesario implementar rápidamente la Estrategia Educativa Continental para África (CESA16-25), diseñada con miras a reorientar los sistemas de educación y formación de la región.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=209678&SEO=educacion-es-la-clave-de-la-prosperidad-destaca-union-africana
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UA prepara conferencia sobre innovación educativa en África

África / 10 de junio de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Prensa Latina

La Unión Africana (UA) trabaja hoy junto a instituciones interesadas con miras a organizar la Conferencia sobre Innovación Educativa en África, considerada una plataforma multisectorial para compartir experiencias que aborden los desafíos del sector en el continente.

 

El evento, que se celebrará en Dakar, Senegal, del 27 al 29 de septiembre próximos, también tiene como objetivo aumentar la visibilidad de las prácticas más recientes en este campo a fin de ser respaldadas, mejoradas, replicadas o desarrolladas.

De momento, según un comunicado emitido por el bloque comunitario, se evalúan cuestiones logísticas y los temas a discutir, entre los que destacan la educación y la capacitación como cimientos del empoderamiento humano, la prosperidad inclusiva y el desarrollo progresivo.

Para la UA, los beneficios que aporta el aprendizaje no llegan por casualidad; deben ser parte de una estrategia de adopción de prácticas atemperadas a los retos de la contemporaneidad.

Las tendencias demográficas actuales en África vieron la expansión de los sistemas educativos sin necesariamente experimentar una mejora simultánea de la productividad y la eficiencia, particularmente con respecto a mejores resultados en calidad y equidad en las oportunidades de acceso al conocimiento, reseñó el ente en un comunicado emitido al respecto.

Es preciso tomar en cuenta que los mecanismos de capacitación actuales se caracterizan por un crecimiento exponencial de la tecnología de la información y la globalización, añadió el texto difundido.

Para lidiar con esos problemas, recomendó la UA, es preciso desarrollar enfoques nuevos e innovadores en todos los niveles, desde las políticas gubernamentales hasta los métodos de enseñanza en el aula y el aprendizaje informal, con el objetivo de capacitar a los estudiantes para que se adapten a los entornos cambiantes.

Esto debe hacerse urgentemente para alcanzar los objetivos fijados en la Agenda 2063, tal como se detalla en la Estrategia Educativa Continental para África, para satisfacer las competencias, las habilidades, la innovación y la creatividad requeridas para nutrir los valores fundamentales y promover el desarrollo sostenible a nivel nacional, subregional y continental, continuó el ente comunitario.

De ahí la pertinencia de esta Conferencia, como reafirmación de que el sector debe seguir siendo relevante y adaptable ante los rápidos cambios sociales, concluyó el organismo.

Fuente de la Noticia:
http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=178512&SEO=ua-prepara-conferencia-sobre-innovacion-educativa-en-africa
Fuente de la Imagen:
http://www.wanafrica.com/destacados/ua-prepara-conferencia-innovacion-educativa-africa/
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UA evalúa estrategias para fortalecer educación superior en África

África/26 Abril 2018/Fuente: Prensa Latina

La Universidad Panafricana, bajo los auspicios de la Unión Africana (UA), celebró un encuentro de especialistas, con el objetivo de fortalecer la educación superior y la investigación en el continente, informó hoy el bloque regional.
De acuerdo con el comunicado de la UA, la cita sirvió además para elaborar el plan de acción correspondiente a este año y el próximo, sobre la base de catalizar la innovación, la competitividad y el desarrollo económico, uno de los propósitos centrales de la institución de enseñanza.

La reunión fue coordinada por el Departamento de Recursos Humanos, Ciencia y Tecnología de la Unión y contó con la participación de representantes de Comunidades Económicas Regionales, expertos en temas educativos, profesores e investigadores, así como miembros de diversos sectores de la sociedad civil.

Durante los talleres de debate, se abordaron asuntos relacionados con los proyectos en curso de la Universidad, que incluyen la conformación de varias subsedes con base en Argelia, Nigeria, Kenya, Camerún y Sudáfrica.

En ese sentido, los asistentes resaltaron el apoyo brindado por los gobiernos de esos países en materia de implementación física y financiera, indicadores de desempeño, reclutamiento de personal académico y administrativo, así como estudios iniciados para mejorar el funcionamiento de las instituciones educativas.

La UA destacó que las recomendaciones hechas por los paneles ayudarán en el mejor desempeño de la Universidad Panafricana, en su propósito de dirigir adecuadamente las premisas educativas de la región y alcanzar un alto nivel en la formación de profesionales.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=172698&SEO=ua-evalua-estrategias-para-fortalecer-educacion-superior-en-africa
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