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Universidad, igualdad y desarrollo

Argentina/07 de mayo de 2016

 Por Julián Dércoli

Durante el último tiempo, los diarios de mayor tirada dedicaron una serie de notas a la problemática universitaria. Podemos agrupar esos artículos en dos bloques. El primero contiene notas que denuncian favoritismo y desmanejos fruto de la intervención de “la política”. El segundo bloque se caracteriza por cuestionar principios básicos de nuestro sistema, tales como la gratuidad y la capacidad de la universidad para garantizar la inserción laboral y el desarrollo. Ambos bloques comparten una misma cosmovisión: la universidad ya no es lo que era, ya sea porque la política se entrometió en los claustros y esto la pervirtió, o porque el sistema universitario se presenta como anquilosado ante un mundo nuevo “más dinámico”.

Los argumentos que esgrimen las notas del primer bloque son fácilmente rebatibles. La denuncia de la intromisión de la política como elemento perverso en la vida universitaria ha sido un elemento constitutivo de las interpretaciones hegemónicas de nuestra historia, contra el cual es necesario discutir, ya que afirma una perspectiva en la cual los mayores “éxitos” de la universidad se produjeron cuando no se metió en el medio “la política”. Estas interpretaciones están sostenidas sobre el pretendido ascetismo de la ciencia y la universidad, que concluye en una falsa dicotomía entre política y calidad educativa, una de las aristas de la dicotomía fundante del liberalismo criollo: civilización o barbarie.

El rasgo destacable de los artículos enmarcados en el segundo bloque es que plantean la necesidad de una modernización de las universidades. El cinismo de sus argumentos radica en que proponen elementos de individualización y privatización del sistema como claves para avanzar hacia una mayor igualdad y efectividad. Un ejemplo de esto es el artículo “¿Gratuidad es sinónimo de igualdad?”, publicado por La Nación. Su punto de partida es que la ausencia de un arancel implica una “gratuidad indiscriminada” que no “asegura la permanencia y la graduación”, razón por la que la inversión del Estado en educación superior finaliza en la apropiación de este beneficio por una minoría que se gradúa. Por eso, concluye que el desarancelamiento es un gasto ineficiente por parte del Estado, y propone que “paguen los que puedan” o “cobrarles a los graduados”. En otros casos se proponen “rigurosos” exámenes de ingreso, que descartan la posibilidad de la igualación social por intermedio del proceso educativo.

Es menester aclarar que nuestras universidades son desaranceladas, desde 1949, porque el Estado comprendía a la educación superior como una herramienta para contribuir al desarrollo del país, y para esto era necesario que accedieran las mayorías sin distinción económica. De esta forma se ampliaría la cantidad de cuadros profesionales y técnicos necesarios para el desarrollo nacional. En esta concepción, el beneficiario de la educación superior no es el individuo, sino el conjunto de la sociedad.

Ahora bien, el desarancelamiento no es sinónimo de permanencia y graduación en sí mismo, por eso el anterior gobierno promovió una mayor inversión en materia de becas y distintos programas de inclusión educativa, que, junto con el esfuerzo de las universidades nacionales, permitió el incremento del número de graduados, así como un cambio positivo en la tasa graduados-ingresantes (ver los anuarios estadísticos de la SPU y los informes del CEA 5 y 12).

Por otro lado, podemos coincidir al menos parcialmente, en que nuestra formación universitaria se encuentra desfasada con respecto a las demandas sociales y económicas. Esto se vincula con la cultura del aislamiento entre universidad, Estado y sociedad predominante en nuestra historia. Entendemos que es una relación a modificar en base a una estrategia de desarrollo nacional y no en función de las propuestas del mundo privado, ya que si esta demanda es resuelta por el mercado lo que se logrará es una segmentación de los circuitos educativos, perpetuando las diferencias de clase existentes en la sociedad.

Quienes queremos una Argentina desarrollada y socialmente justa, entendemos a la universidad como una de las herramientas para construir ese desarrollo. Otros proyectos políticos desestiman el papel del Estado y de la universidad, por eso buscan atacarlo esgrimiendo móviles de “eficacia y efectividad”. Desde esta supuesta racionalidad universal pretenden impugnar a las universidades nacionales, cuando un análisis de nuestro pasado reciente muestra que, con políticas activas, las universidades pueden corregir las tendencias negativas que las atraviesan. En otras palabras, aquello que se presenta como racionalidad universal no es más que el fruto de intereses de los negocios educativos privados por quebrar la hegemonía que tienen nuestras universidades en la formación superior.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/universidad/10-298620-2016-05-07.html

Fuente de la imagen: https://www.google.co.ve/search?biw=1024&bih=489&noj=1&tbm=isch&q=universidades+argentinas&spell=1&sa=X&ved=0ahUKEwi04YCIqcnMAhWMHh4KHRoYAVsQvwUILSgA#imgrc=2PHnHrXGAv-J1M%3A

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Nicaragua, cooperación genuina, Roberto, lucha por el 6 %

NICARAGUA: Estudiantes conmemoran 17 aniversario de la caída de Roberto González, último mártir de la lucha por el 6%

NICARAGUA: Estudiantes conmemoran 17 aniversario de la caída de Roberto González, último mártir de la lucha por el 6%

Por:

Yader Prado Reyes

Fuente: http://www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:41096-estudiantes-conmemoran-17-aniversario-de-la-caida-de-roberto-gonzalez-ultimo-martir-de-la-lucha-por-el-6

En Nicaragua se cumplieron 17 años de la caída del Compañero Roberto González, “El Chino”, último mártir de la lucha universitaria por la autonomía y el 6%.

Una marcha en la que relucieron las banderas de la Unión de Estudiantes de Nicaragua (UNEN) y de las universidades miembros del Consejo Nacional de Universidades (CNU) salió desde la rotonda universitaria “Rigoberto López Pérez” y culminó en el Banco Central de Nicaragua (BCN).

Ahí, frente a la biblioteca del Banco Central, los morteros reventaron, como lo hicieron la mañana del 20 de abril de 1999, cuando “El Chino” cayó en medio de una manifestación violentamente reprimida por elgobierno neoliberal de la época.

En horas del mediodía, los estudiantes se dirigieron al Cementerio Oriental, donde reposan los restos del mártir. Depositaron ofrendas florales, estallaron más morteros característicos de la lucha universitaria, y recordaron que Roberto entregó su vida por la libertad, por la educación y por Nicaragua.

Muerte de González marcó la lucha universitaria

Sara Amelia Rosales, Gerente General del BCN, recordó que hace 16 años el Banco Central fue uno de los escenarios de la lucha por el 6%.

«Hace 16 años en este mismo espacio se produjeron incidentes violentos que condujeron a la lamentable y trágica muerte del joven estudiante de derecho de la Unan-Managua, Roberto González. La muerte de González fue un hecho que marcó la lucha universitaria porque se vivía entonces bajo un contexto distinto en el que las luchas estudiantiles tomaron especial vigor en defensa del derecho a una educación digna, que era el reclamo por el 6% del presupuesto nacional para la educación universitaria», relató.

«Roberto sabía que la protesta y el momento histórico en que se estaba realizando presentaba grandesriesgos y las asumió con determinación, demostrando la gran cualidad moral y entrega por la causa estudiantil y el derecho a la gratuidad en la formación profesional», valoró.

«Ahora que miramos atrás valoramos mucho más la entrega total que hizo Roberto, porque fue uno de los artífices de las puertas que se han abierto para muchos y de las que ustedes abrirán en el futuro», aseguró Morales.

Universidad del pueblo y para el pueblo

Telémaco Talavera, presidente del CNU, también participó en el homenaje que se le hizo a Roberto González en el propio lugar donde el joven cayó frente a la entrada de la biblioteca del Banco Central de Nicaragua.

«Roberto González entregó su vida por una universidad del pueblo y para el pueblo, esa valiosa vida y sangre derramada cayó en tierra fértil, porque hoy florece en una Nicaragua en el mejor momento de su historia», afirmó.

Talavera explicó que la universidad pública nicaragüense ha sido el bastión de las luchas del pueblo de Nicaragua. «Tenemos que recordar a los héroes y mártires del 23 de julio de 1959, a los miles de universitarios, muchos de ellos anónimos, que en primer lugar lucharon con el Frente Sandinista para derrocar a la dictadura militar somocista; y también a los miles que entregaron su vida durante la defensa de la revolución después de 1980, cuando fuimos objeto de una guerra financiada por Estados Unidos y los adversarios del progreso, la paz y el desarrollo en Nicaragua», indicó.

Valoró que ahora de las aulas universitarias ha salido la llama y el corazón que dice presente a las aspiraciones, a las necesidades y a las conquistas permanentes del pueblo de Nicaragua.

«Cuando se defiende la universidad pública se defiende el derecho de los estudiantes y el derecho de los padres, madres y familias al ver que sus hijos puedan culminar una carrera universitaria aunque tengan recursos económicos limitados pero con compromiso y talento ilimitado», dijo Talavera.

Valoró que los estudiantes y la universidad son el pilar de la transformación económica, social y humana de este pueblo, por esa razón los jóvenes deben alzar en sus manos la bandera de lucha contra la pobreza y extrema pobreza, contra el deterior ambiental y la marginación, señaló Talavera.

No hay que olvidar

Luis Andino, presidente de UNEN, expresó que la comunidad universitaria conmemora esta fecha para rendir homenaje a Roberto González y para no olvidar su acto de entrega por la causa estudiantil.

«Conmemoramos para no olvidar esa fecha histórica, dura y difícil que pasó la comunidad universitaria cuando teníamos que salir a las calles para defender un derecho que es la educación con calidad que hoy día estamos desarrollando», expresó.

«Lo que sucedió hace 17 años no volverá a pasar. Roberto González fue el último mártir universitario y por él, hoy en día nosotros estamos comprometidos a asegurar el bienestar de nuestro pueblo, el bienestar de la comunidad universitaria con este proceso que está viviendo el país gracias al Comandante Daniel y al gobierno que preside, por eso nos comprometemos a seguir desarrollando el país y que no vuelvan a pasar estos hechos», indicó Andino.

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