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Nuño Domínguez: “Si existiera otra inteligencia en la galaxia ya nos habría dominado”

Redacción:  El País/Entrevista

El científico busca en los agujeros negros la gran teoría unificadora de la física

A la teoría de la relatividad le falta una pieza crucial: explicar cómo actúa la fuerza de la gravedad en el mundo de las partículas elementales, las piezas más pequeñas e indivisibles de la materia. En ese universo diminuto las normas de la física con las que estamos más familiarizados se desbaratan y entran en vigor las de la mecánica cuántica. Quienquiera que conecte ambos mundos tendrá la codiciada teoría de todo, explica Gerard ‘t Hooft (Países Bajos, 1946), físico teórico y ganador del Nobel de Física en 1999. “Ahora lo importante es hacer las preguntas adecuadas y en esto es en lo que más puedo contribuir”, explica durante una reciente visita a Madrid para impartir la conferencia Cómo los agujeros negros nos pueden ayudar a encontrar una teoría del todo en la Fundación Ramón Areces.

Respuesta. No, el universo es ciertamente complejo. Todo comenzó con un punto extremadamente pequeño que se expandió muy rápido, formó estrellas, planetas, lunas, gas, nébulas, galaxias… Algunos de estos planetas tienen vida, y la vida es en sí una de las cosas más complejas que podemos concebir. Debería ser posible describir toda esta complejidad extrema con ecuaciones de extrema sencillez, la mayoría de los físicos teóricos lo pensamos. Pero ni siquiera sabemos cómo empezar a formularlas, ni hablar de resolverlas. El modelo estándar de la física de partículas, que es por ahora lo mejor que tenemos, contiene muchas cosas que no entendemos. Comprendemos el idioma, pero hay palabras que no conocemos ni sabemos de dónde vienen. Si tuviéramos una buena teoría de la gravedad cuántica tal vez lo supiéramos.

Creo en el progreso a través de la diversidad

P. ¿En qué consiste su propuesta?

R. La teoría de gravedad dr Einsteinpredice que si hay suficiente materia concentrada en un volumen pequeño, ese objeto se atraerá tanto a sí mismo que se convertirá en un agujero negro. Los físicos comienzan ahora a obtener por primera vez señales directas de las fuerzas de gravedad que causan dos agujeros negros al chocar. En estos casos se trata de agujeros negros muy grandes, pero en principio existen también agujeros muy pequeños con efectos al nivel de las partículas elementales, los agujeros negros cuánticos. Si existen, es interesante saber cómo se comportan, y yo estoy convencido de que mi teoría, mis respuestas a estas preguntas son correctas.

P. ¿Menciona la vida en otros planetas, cree que los humanos la encontraremos?

R. Lo dudo muchísimo. Las condiciones para la vida son tan difíciles de encontrar que me sorprendería mucho si se dieran en muchos planetas. Por supuesto hay planetas en los que sucede y eventualmente los descubriremos, pero pueden pasar cientos de miles o millones de años. No creo que se encuentre pronto.

P. ¿Cree que contactaremos con otras inteligencias?

R. Si hubiera muchas inteligencias en nuestra galaxia deberíamos haber sabido de ellas ya. De hecho si existieran estaríamos totalmente controlados, seríamos como animales en un zoo. Esto no ha pasado, lo sabríamos si hubiera sucedido. Una vaca en un prado sabe que existen humanos que de una forma u otra la dominan. Los humanos somos como vacas, pero en nuestro prado no hay más que naturaleza y otras vacas, ninguna inteligencia superior a nosotros.

P. ¿Qué tipo de experimentos serían necesarios para demostrar que su teoría es correcta?

R. Tenemos que pensar en el mayor número de experimentos diferentes posible. Intentar cosas arriesgadas, locas. La historia nos muestra que siempre ha habido alguien dispuesto a hacer un experimento aparentemente absurdo y consigue grandes resultados. Creo en el progreso a través de la diversidad.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/11/08/ciencia/1541689166_432513.html

 

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La NASA buscará civilizaciones tecnológicas en el Universo

Por: Tendencias 21

Quiere detectar emisiones láser, infraestructuras y contaminación en otros planetas

 

La NASA va ampliar la búsqueda de vida inteligente fuera de la Tierra para detectar posibles civilizaciones tecnológicas. Además de señales de radio, rastreará emisiones láser, infraestructuras masivas y atmósferas contaminadas, para encontrar tecnofirmas.

La Agencia Espacial Norteamericana ha anunciado que se propone averiguar, de una manera científicamente rigurosa, si no estamos solos en el universo, si realmente existen otras civilizaciones tecnológicas fuera de nuestro planeta.

Se plantea esta posibilidad porque considera que han cambiado las cosas desde que puso en marcha el proyecto SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence) en los años 70 del siglo pasado y que finalizó en 1993 por falta de fondos.  Aunque otros proyectos SETI han proseguido desde entonces, la búsqueda de una inteligencia extraterrestre no ha obtenido hasta el momento ningún resultado positivo.

La NASA considera que hay que ampliar el enfoque. Hasta ahora la búsqueda de vida fuera de la Tierra se ha centrado en indicios de alguna forma biológica simple en un entorno similar al de la Tierra en alguna parte del universo lejano. Los indicios de que ha podido existir vida microbiana en algún otro momento y lugar de la historia del universo han aumentado considerablemente en las últimas décadas.

Pero también se han descubierto numerosas supertierras, más allá de nuestro sistema solar, en las que hipotéticamente puede haberse desarrollado una forma de vida compleja e incluso una civilización tecnológica.

Este descubrimiento, y el análisis de las biofirmas recogidas en estos años de búsqueda de vida microbiana, han llevado a la NASA a plantearse la búsqueda de otras formas de vida diferentes a la nuestra, pero suficientemente avanzadas como para crear tecnología.

Buscando tecnofirmas

De la misma forma que las biofirmas han revelado en el pasado indicios de alguna forma de vida microbiana en otros planetas y estrellas, la NASA se propone buscar lo que llama tecnofirmas, huellas tecnológicas que podrían indicarnos la presencia de vida tecnológica en otras partes del universo.

El Congreso de Estados Unidos, que en 1993 retiró los fondos al proyecto SETI de la NASA, considera que sería bueno que la agencia espacial norteamericana apoye la búsqueda científica de firmas tecnológicas en el universo, como parte de sus programas de búsqueda de vida fuera de la Tierra.

Esta semana se ha estado desarrollando en Houston un taller de tecnofirmas organizado por la NASA para evaluar el estado del arte en este campo tecnológico, las líneas de investigación que podrían explorarse y las posibles vías de financiación, ya que se pretende que los fondos sean aportados por organizaciones privadas y filantrópicas.

Las tecnofirmas tienen un significado mucho más amplio que el de los programas de búsqueda de inteligencia extraterrestre, centrados casi exclusivamente en el rastreo continuo del universo buscando señales de radio procedentes de otra civilización.
Ahora habría que buscar también emisiones láser o signos de infraestructuras masivas, e incluso atmósferas contaminadas, para deducir de estos datos la existencia de una civilización tecnológica.

“Gracias al descubrimiento de miles de planetas más allá de nuestro sistema solar, incluidos algunos con similitudes clave con la Tierra, ahora es posible no sólo imaginar el encuentro de vida en otros mundos, sino demostrar científicamente algún día que la vida existe más allá de nuestro planeta sistema solar”, señala la NASA en un comunicado en el que explica esta nueva orientación estratégica de sus programas

Nuevas perspectivas

El debate sobre la probabilidad de encontrar señales de vida avanzada ha variado a lo largo de la historia. En 1961, el astrónomo Frank Drake creó una fórmula que estima el número de civilizaciones inteligentes potenciales en la galaxia, llamada ecuación de Drake: habría 10.000 detectables.

La mayoría de las variables de la ecuación continúan siendo estimaciones aproximadas, sujetas a incertidumbres. Otra especulación famosa es la paradoja de Fermi, postulada por el físico italiano Enrico Fermi, según la cual, si realmente existiera otra forma de vida inteligente, ya la habríamos encontrado.

Algunos acontecimientos astronómicos recientes han avivado el debate: por ejemplo, el descubrimiento en 2015 del planeta más parecido y cercano a la Tierra, denominado Kepler-452b, o las extrañas fluctuaciones de luz procedentes de la estrella de Tabby (KIC 8462852), que desencadenaron una serie de especulaciones sobre una posible megaestructura extraterrestre en su superficie (luego resultaron infundadas).

La NASA señala que experiencias como la de Tabby han demostrado la utilidad de buscar anomalías en los datos recopilados del espacio, ya que los signos de la vida tecnológicamente avanzada pueden aparecer como aberraciones de la norma.

Los científicos advierten no obstante que necesitaremos más que una señal inexplicada para probar definitivamente la existencia de la vida tecnológica fuera de la Tierra, ya que puede haber mucha interferencia de radiofrecuencia de fuentes basadas en la Tierra.

El nuevo enfoque de la NASA no supone abandonar sus actuales programas de búsqueda de cualquier forma de vida fuera de nuestro planeta, ya sea analizando el agua de Marte o los mundos oceánicos de Europa (satélite de Júpiter) o Encelado (sexo satélite de Saturno), o buscando biofirmas en las atmósferas de planetas situados más allá del sistema solar, concluye la agencia espacial norteamericana.

Fuente: https://www.tendencias21.net/La-NASA-buscara-civilizaciones-tecnologicas-en-el-Universo_a44773.html

 

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Seis libros de ciencia ficción feminista para no perderte en el Universo

Por: Laura L Ruíz

Viajes interestelares, mundos imposibles, aventuras marcianas… Ciencia ficción… ¿Cuántas veces tienen como protagonistas a personajes femeninos? Y en el caso de que los tengan, ¿lo hacen sin sexismo? Nos enfundamos la escafandra espacial y arrancamos nuestra nave galáctica rumbo a las estrellas para conocer a escritoras como Lola Robles, editoras como las de Crononauta y heroínas como Binti que nos desvelen el misterio de la existencia de una ciencia ficción feminista.

Antes de cargar nuestra arma y apuntar hacia las estanterías de las librerías, debemos saber un poco más que buscamos. Por eso recurrimos a una escritora veterana y a una editorial joven, pero con mucho en común. La primera parada será en Lola Robles, filóloga “feminista, pacifista y queer”, como ella misma se define, con numerosos textos a sus espaldas y a quien probar diferentes temáticas y formatos no le da miedo. Títulos como Flores de metal (Equipo Sirius, 2007) o El árbol de Sefarad (Cerbero, 2018) son solo dos ejemplos, a los que completaríamos con El Informe Monteverde, que será reeditado en los próximos meses. Como muchas expertas en la temática, Robles asegura que estamos viviendo “un momento muy prometedor” para la ciencia ficción y nota la diferencia entre el ambiente que se vive ahora y el que se vivía en 1999, cuando se publicó su novela La rosa de las nieblas (Sequitur). “Hay muchas lectoras de más edad que han ido perdiendo el miedo a la ciencia ficción y comprobando que puede gustarles mucho. Y han aumentado de manera muy clara las lectoras jóvenes, eso es fundamental, porque es imprescindible leer ciencia ficción para escribirla”, explica.

Con ese espíritu, el de disfrutar de otras realidades, surgió Crononauta, una editorial recién puesta en marcha que como primer misión ha tenido la de traducir la laureada novela de Nnedi Okorafor Binti. “El proyecto surgió de la indignación por no encontrar las obras que queríamos, incluso de autoras consagradas y tener que perder horas y horas buscando libros de segunda mano por todas partes, sabiendo que muchos de estos libros ni siquiera se habían traducido o reeditado”, comenta Elena Lozano, una de las tres personas que han creado esta editorial que reivindica “la literatura de género con perspectiva de género”. “No nos preguntábamos solo por qué no veíamos a las autoras en las librerías, sino algo más. ¿Por qué los personajes son siempre estereotipos manidos y poco realistas? ¿Por qué todos los mundos distópicos están situados en el mismo tipo de localización? ¿Qué ocurre con el resto del planeta? ¿Nadie escribe sobre esto?”.

Con estas interrogaciones llegamos a uno de los puntos más críticos de nuestro viaje interestelar: ¿Es suficiente con que esté escrita por una mujer o que tenga protagonistas mujeres para ser considerada una obra feminista? “Claro que no, puede haber autoras no feministas y autores que sí lo sean. Para que una obra de ciencia ficción o de cualquier otro género sea feminista se necesita, en primer lugar, saber qué es el feminismo, no lo que se dice muchas veces por ahí sobre el feminismo y que está lleno de prejuicios. Se necesita una mirada crítica y no acomodaticia. Y si es posible, no demasiado rígida tampoco, ni siquiera cuando se es feminista, porque tenerlo todo demasiado claro también es muy peligroso”, contesta Lola Robles.

Esa mirada nos hace ver que aventuras como Star Wars: Episodio VII – El despertar de la fuerza o la exitosa Wonder woman son un paso adelante para tener mujeres como protagonistas, pero siguen sin pasar el test Bechdel -donde hay que superar las tres pruebas: debe haber más de dos personajes femeninos, que hablan entre ellas en algún momento y que su conversación trate de algo más que de hombres- o desmarcarse del conocido como principio Pitufina, donde se coloca un único personaje femenino en medio de un elenco masculino, como en Los Cuatro Fantásticos o The Big Bang Theory.  

Acostumbrados a esta ficción, ¿habrá miedo de acercarse a literatura con mirada feminista? “No pensamos que exista ese miedo o prejuicio”, comenta Lozano. “El problema no es la ciencia ficción, sino los ambientes tóxicos que se pueden encontrar. Conocemos a chicas que han ido a convenciones de este tipo y te pueden contar historias muy tristes sobre su experiencia y cómo las han tratado. Afortunadamente, el panorama está cambiando; hay personas que están enfrentándose a la concepción clásica de que la ciencia ficción es de chicos y están diciendo: aquí estamos, y desde hace mucho tiempo”.

Uno de los auges (y demanda) de esta mirada también surge del momento tan activo y productivo que vive la sociedad que busca igualdad. Y la ciencia ficción es un canal poderosísimo para visualizar sociedades distópicas/utópicas en cuanto a igualdad de género se refiere. “La ciencia ficción permite tanto realizar críticas a la realidad actual como proponer alternativas a esta. Es uno de los géneros que mejor lo permite. Yo creo que por eso está ahora más de moda, porque se ha descubierto su enorme potencial”, resalta Robles. Y para eso está Crononauta manos a la obra, para que la pescadilla que se muerde la cola -esa que dice que sin demanda no hay oferta y al revés- no exista: “Dando visibilidad suficiente a este tipo de obras conseguiremos que el público quiera leer literatura de género más diversa. Por suerte, estamos cerca de un momento generacional donde estas preocupaciones comienzan a tener presencia y hasta los grandes poderes mediáticos se han dado cuenta e intentan apropiarse de discursos feministas para hacer negocio. Aquí, más que un negocio, queremos dar una alternativa al margen de la especulación que nos espera”.

Justo antes de aterrizar con nuestra nave, miramos al futuro. ¿Sobre qué temática se espera que verse la ciencia ficción con mirada feminista? “Yo profetizo muy mal”, adelanta la escritora Lola Robles, “pero espero que se hable de ecología y cambio climático, de la maternidad tecnológica o la ectogénesis, de inteligencias artificiales, de nuevas formas de enfrentarse al capitalismo…”. Por su parte, Crononauta tienen pensado editar en los próximos meses la segunda y tercera parte de Binti y la novela también de Okorafor Who fears death (Quién teme a la muerte). De todos modos, no todo va a ser Okorafor; tenemos más proyectos en la recámara, de otras autoras españolas e internacionales, pero que no podemos divulgar aún por cuestiones contractuales. En verano podremos decir más”.

Esperaremos, como no puede ser de otra manera, leyendo. Aquí van seis recomendaciones para este viaje a la ciencia ficción feminista:

Los desposeídos’. Ursula K. Le Guin. Booket-Minotauro. 

Se trata de una utopía y una distopía, al mismo tiempo. Los desposeídoshabla por contraste del mundo de los Urras y los Anarres. Estos últimos viven en un territorio de recursos limitados, un exilio en la Luna que da lugar a una sociedad anarquista donde todo es de todos y la solidaridad es ley. Por contra, los Urras representan la evolución de la sociedad humana hacia el capitalismo más salvaje. Aunque el protagonista es un hombre -que vivirá el contraste entre ambos mundos- deja clara la visión feminista de la autora con el tratamiento diferencial de las mujeres en uno y otro mundo. LA californiana Ursula K Le Guin, que murió el pasado enero, logró mucho éxito y premios con este y otros títulos, como La mano izquierda de la oscuridad o El nombre del mundo es bosque.

Binti’. Nnedi Okorafor. Crononauta.

Binti no solo es la primera himba a la que se le ha ofrecido una plaza en la mejor universidad del Universo (Oomza Uni), sino que se enfrenta al recelo de su familia por marcharse y el de otros seres de la galaxia por ser diferente. Huyendo de los estereotipos -no solo sexistas, sino también de los belicistas tan habituales en la Sci-Fi-, Okorafor nos presenta a una heroína sin pretenderlo que desmontará la forma en la que muchos afrontarán una aventura como esta. Ingredientes muy poco comunes -una protagonista africana, las matemáticas como arma y la tradición como superpoder- para una novela que ha cosechado éxito de reconocimiento (premio Hugo en 2016, un Nébula en 2015 y nominada al Locus), además de lectura. “Hemos tenido que encargar una reimpresión, cuando creíamos que íbamos a tardar años en venderlo todo”, comentan desde Crononauta, quien han contado con la fantástica traducción de Carla Bataller.

‘Matriarcadia’. Charlotte Perkins Gilman. Akal.

Seguro que muchos siguen sin entender cómo es vivir en un mundo en el que te discriminan solo por tu género. Pues bien, es de obligada lectura para ellos Matriarcadia. Se trata de un mundo utópico donde solo existen mujeres, conviven de forma ordenada y pacífica… hasta que llegan tres hombres. Sus diversos caracteres hacen que cualquiera, mujer u hombre, pueda ponerse en la mirada de uno de ellos y reflexione sobre la sociedad en la que vive. Sobre todo en la estadounidense. Una visión transversal feminista (sobre la maternidad, la muerte, el amor, las relaciones como sociedad) que aunque pueda parecer un argumento moderno, se escribió en 1915. Con la aparición de Herland (título original en inglés), Perkins se convirtió en la gran precursora de la ciencia ficción con perspectiva de género y activista por los derechos de las mujeres.

El cuento de la criada’. Margaret Atwood. Ediciones Salamandra.

Poco se puede contar ya de lo que la distopía protagonizada por Defred, pero por si hay alguna despitada o despistado en la sala lo haremos. Se trata de una ficción donde la fertilidad ha decrecido y la maternidad es una cuestión de Estado. Tanto que las “criadas” son mujeres con capacidad de reproducirse al servicio de ciertas familias en puestos altos en la jerarquía social. Aunque en las primeras líneas puede parecer que se trata de un tiempo pasado, pronto se hace el escalofriante descubrimiento de que es un futuro posible. La política del miedo al terrorismo da credibilidad a las leyes que hacen que una sociedad como la actual acabe en la reflejada por Atwood. Quizá es una de las razones por la que esta novela de 1985 ha triunfado más de 30 años después y esté en boca de todo el mundo (sobre todo tras el reciente estreno de la segunda temporada de su versión en serie de televisión de HBO).

‘Houston, Houston, ¿me recibe?’. James Tiptree Jr (Alice Sheldon).

Se trata de uno de los libros que deberían ser un referente, pero cuesta encontrar más allá de su edición de los años 90. Con un argumento muy similar a Matriarcadia, la historia que nos propone Tiptree tiene un transbordo y un desarrollo totalmente diferentes. También tres astronautas son absorbidos por un agujero negro que les traslada al futuro. Un futuro donde por una enfermedad los hombres han dejado de existir y solo hay mujeres. Como una contraposición a Hijos de los hombres (aunque esta novela es anterior, de 1975), esta nueva realidad (que no planeta) ofrece un mundo con pocos avances tecnológicos, pero con una convivencia pacífica. Como buena distopía, tiene mucho que esconder… Un detalle más: James era realmente Alice, pero decidió empezar a firmar con seudónimo masculino para que se le tomara en serio (y no cuestionaran a sus personajes femeninos y masculinos). ¿Nos suena?

La escritora Nnedi Okorafor, autora de Binti.

La escritora Nnedi Okorafor, autora de Binti.

El Informe Monteverde’. Lola Robles. Crononauta.

Y rematamos las recomendaciones con un libro que ya tiene un tiempo pero vuelve a editarse con mucho cariño. Rachel Monteverde se enfrenta al encargo que le hace la Sociedad para el Estudio de las Lenguas Interestelares de investigar el planeta Aanuk, un lugar remoto habitado por dos especies totalmente diferentes: los fihdia y los aanukiens. La dificultad de relacionarse entre ellos, de entender sus lenguas y sus relaciones hará que el informe final de la investigadora cambie la percepción de los vínculos humanos para todos. Esta novela huye del relato fácil lineal y combina los materiales que la investigadora realiza (entrevistas, notas, el cuaderno personal) para que construyamos en nuestra cabeza un mundo entero. Se trata de una reedición del El Informe Monteverde –que fue publicado por primera vez en EEUU- y que sale a la venta la próxima semana con una ampliación de la propia autora y unas magníficas ilustraciones de Marina Vidal.

Fuente: https://elasombrario.com/seis-libros-ciencia-ficcion-feminista/
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En el 2018 podremos ver un agujero negro por primera vez

Por: Vix

Hasta ahora, el ser humano solo ha visto agujeros negros a través de datos. En otras palabras, se obtienen datos sobre ellos que nos dan un panorama de su existencia. Pero, en 2018, esto podría cambiar.

En 2018, fotografiar al agujero negro de nuestra galaxia será posible.

Hasta ahora, nadie ha logrado ver un agujero negro de forma directa. En términos simples, un agujero negro es como un abismo de infinita oscuridad, tan masivo que ni la luz puede escapar de él. Eso lo vuelve completamente oscuro, invisible para nosotros. Tanto nuestras cámaras como nuestros ojos ven a través de la detección de luces. Y los agujeros negros las absorben en un 100 %.

Agujero negro

Para fotografiar el horizonte de sucesos se usará un método tan novedoso como dificultoso: interferómetros en longitudes de onda milimétricas. Esto será «mucho más desafiante que la interferometría a longitudes de onda en centímetros», indicó Michael Brown, un astrofísico de la Universidad de Monash a la prensa.

«Durante décadas, la interferometría de radio se ha hecho a longitudes de onda en centímetros», indicó Brown. «Sin embargo, si haces las mismas observaciones a longitudes de onda milimétricas, puedes producir imágenes con mejor resolución y ver la silueta del agujero negro».

Para eso, bastaría con poner a todos los telescopios, distribuidos alrededor del mundo, apuntando hacia un agujero negro. Entonces, obtendríamos los datos necesarios para crear una fotografía del horizonte de sucesos, la primera de la historia humana. Y el mejor candidato para hacerlo es el agujero negro supermasivo que está en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea.

La Vía Láctea
«Los astrónomos esperan capturar el agujero negro central de nuestra Galaxia», indica un comunicado del Observatorio Nacional de Radio Astronomía de Estados Unidos. Los avances serían excelentes «para comprender mejor cómo los agujeros negros afectan la evolución de nuestro universo y cómo dan forma al desarrollo de estrellas y galaxias», añadieron.

Conocer más a fondo al agujero negro sobre el cual está formado todo nuestro sistema y el resto del vecindario sin dudas será interesante. Nuestro agujero negro —de nombre Sagitario A*—, ubicado a 26 000 años luz, cuenta con una singularidad de millones de veces la masa del Sol.

La singularidad es ese vacío central del agujero negro, en donde se puede decir que las leyes de la física son completamente diferentes a las que conocemos o quizás ausentes. Incluso, existen teorías sobre que, dentro del agujero, hay solo 2 dimensiones.

No obstante, hará falta que todos los telescopios del mundo apunten hacia allí para lograrlo. La parte buena es que esta hazaña ha sido llevada a cabo en reiteradas ocasiones, como cuando dos estrellas de neutrones colisionaron a 130 millones de años luz.

En ese caso, más de 70 observatorios de todo el mundo comenzaron a tomar mediciones del fenómeno. Como si la Tierra tuviera casi 100 ojos observando hacia el vacío. En dicha instancia, los resultados fueron buenos: por primera vez en nuestra historia observamos de forma visual un fenómeno del que solo conocíamos las ondas gravitacionales. Tal como sucede con los agujeros negros ahora.

En este caso, será como conocer sus bordes, esas lineas que delimitan nuestro universo conocido de su centro misterioso, del cual, hasta ahora, no sabemos absolutamente nada.

Fuente: https://www.vix.com/es/ciencia/194372/en-el-2018-podremos-ver-un-agujero-negro-por-primera-vez

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Tíbet construirá el planetario a mayor altitud del mundo

05 Noviembre 2017/Fuente: spanish/Autor: Xinhua

La región autónoma del Tíbet, en el suroeste de China, iniciará en 2018 la construcción de su primer planetario, que será el de mayor altitud del mundo, informaron las autoridades locales.

El planetario tendrá el telescopio astronómico óptico más largo de la región, con lentes de un metro de diámetro, y se convertirá en una importante base regional para la investigación astronómica y la educación pública de la ciencia, señaló el Departamento de Ciencia y Tecnología del Tíbet.

El telescopio será desarrollado en conjunto por el planetario y los Observatorios Astronómicos Nacionales, y se utilizará para la observación de estrellas variables y astronomía, comentó el departamento.

«El equipó permitirá al planetario realizar investigación astronómica profesional», dijo Wang Junjie, subjefe del departamento.

«El planetario, con la mayor altitud en el mundo, se convertirá en una ‘ventana perfecta’ para que el público pueda conocer las estrellas y explorar el universo, gracias a la reducida contaminación del aire y luz en la región», dijo Wang.

Planeado para estar terminado en el 2019, el planetario será construido dentro del Museo de Ciencias Naturales del Tíbet en la ciudad de Lhasa, dijo el departamento.

Apodado «el techo del mundo» considerando su ubicación a 4.000 metros sobre el nivel del mar, el Tíbet tiene maravillosos cielos claros, ideales para la observación astronómica.

Fuente de la noticia: http://spanish.china.org.cn/science/txt/2017-11/05/content_41847393.htm

Fuente de la imagen: https://media-cdn.tripadvisor.com/media/photo-o/02/b8/5f/7c/planetario-di-padova.j

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Desvelados los secretos que rodean la creación de un agujero negro

Por: Tendencias 21

Observada al detalle una de las explosiones más poderosas del universo

 

Los secretos que rodean la creación de un agujero negro han sido desvelados durante la observación de una de las explosiones más poderosas del universo, los estallidos de rayos gamma. Las observaciones desvelaron algunas de las incógnitas sobre el proceso por el que una explosión de rayos gamma evoluciona a medida que una estrella moribunda colapsa para convertirse en un agujero negro.

Los estallidos de rayos gamma son unos de los eventos más enérgicos y explosivos del Universo. Son tan efímeros, desde unos pocos milisegundos hasta aproximadamente un minuto, que observarlos con precisión ha sido, hasta ahora, una tarea compleja.

Utilizando varios telescopios terrestres y espaciales, entre ellos el telescopio robótico MÁSTER-IAC, de la Universidad Estatal de Moscú, ubicado en el Observatorio del Teide (Tenerife), un equipo internacional liderado por la Universidad de Maryland (UMD), de Estados Unidos, y en la que han participado investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), ha observado con un detalle sin precedentes una de estas explosiones. Los resultados se publican en la revista Nature.

El evento, denominado GRB160625B, reveló detalles clave sobre la fase inicial de la explosión de rayos gamma y la evolución de los grandes chorros de materia y energía que se forman como resultado de la misma.

«Las ráfagas de rayos gamma son eventos catastróficos, relacionados con la explosión de estrellas masivas de unas 50 veces el tamaño de nuestro sol», explica Eleonora Troja, investigadora en el Departamento de Astronomía de la UMD y autora principal del estudio.

«Si clasificamos todas las explosiones del Universo según su energía, los estallidos de rayos gamma estarían justo detrás del Big Bang. En cuestión de segundos, el proceso puede emitir tanta energía como el Sol en toda su vida. Por ello, nos interesa mucho conocer cómo suceden estos fenómenos».

Las observaciones desvelaron algunas de las incógnitas sobre el proceso por el que una explosión de rayos gamma evoluciona a medida que una estrella moribunda colapsa para convertirse en un agujero negro.

En primer lugar, los datos sugieren que el agujero negro produce un fuerte campo magnético que inicialmente gobierna los chorros de emisión de energía. Después, cuando el campo magnético disminuye, la materia toma el control y comienza a dominar los chorros.

La mayoría de especialistas en rayos gamma sostenían que los chorros se regían por la materia o por el campo magnético, pero no por ambos. Ahora, los resultados de esta investigación, publicados mañana en la revista Nature, sugieren que ambos factores juegan un papel fundamental.

Nacimiento de agujeros negros

«Pocos segundos después de la detección de una explosión de rayos gamma por el satélite Fermi de la NASA, el telescopio robótico MASTER-IAC comenzó a observar en el visible este fenómeno tan energético que apenas dura unos segundos y nos ha permitido medir la polarización de la radiación emitida y conocer así la naturaleza de los procesos físicos involucrados», explica Rafael Rebolo, director del IAC y uno de los autores de este trabajo.

«En el futuro -añade-, con los telescopios de la red de telescopios CTA (Cherenkov Telescope Array) que se instalarán en La Palma se podrá observar con más detalle este tipo de fenómenos de muy alta energía vinculados con la formación de agujeros negros».

Los datos sugieren que la radiación sincrotrón -cuando los electrones se aceleran en una trayectoria curva o espiral- activa la fase inicial y extremadamente brillante de la ráfaga, conocida como la fase «rápida».

Se consideraron durante mucho tiempo otros dos candidatos principales, además de la radiación sincrotrón: la radiación del cuerpo negro, fruto de la emisión de calor de un objeto, y la radiación Compton inversa, que se produce cuando una partícula acelerada transfiere energía a un fotón.

«La radiación sincrotrón es el único mecanismo de emisión que puede crear el mismo grado de polarización y el mismo espectro que observamos al principio de la explosión», apunta Elena Troja.

Logro importante

«Nuestro estudio proporciona pruebas convincentes de que la repentina emisión de rayos gamma es impulsada por la radiación sincrotrón. Este es un logro importante porque, a pesar de décadas de investigación, el mecanismo físico que impulsa los estallidos de rayos gamma aún no había sido identificado con exactitud».

Fermi, el Telescopio Espacial de Rayos Gamma de la NASA, fue el primero en detectar la emisión de rayos gamma de GRB160625B. Poco después, MASTER-IAC, de la red de telescopios robóticos MASTER, cuyo principal investigador es Vladimir Lipunov, de la Universidad Estatal de Moscú (Rusia), siguió con observaciones en el rango visible mientras la fase de alerta seguía activa.

MASTER-IAC recopiló datos sobre la cantidad de luz visible polarizada en relación con la luz total producida durante el rápido estallido. Debido a que la radiación sincrotrón es uno de los fenómenos que pueden polarizar la luz, los datos proporcionan el vínculo crucial entre la radiación sincrotrón y la fase inicial de la explosión de rayos gamma.

Un campo magnético también puede influir en la cantidad de luz polarizada que se emite a medida que pasa el tiempo y la ráfaga evoluciona. Debido a que fueron capaces de analizar los datos de polarización durante casi todo el estallido de la ráfaga, pudieron discernir la presencia de un campo magnético y observar cómo cambiaba según GRB160625B continuaba expulsando los chorros de materia.

Referencia

Significant and variable linear polarization during the prompt optical flash of GRB 160625B”. Nature 547, 425–427 (27 July 2017) doi:10.1038/nature23289

Fuente:  http://www.tendencias21.net/Desvelados-los-secretos-que-rodean-la-creacion-de-un-agujero-negro_a44098.html
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China planea la mayor máquina del mundo para entender el universo

26 Febrero 2017/Fuente:nssoaxaca/Autor: The Huffington Post

Japón propone reducir a la mitad el futuro Colisionador Lineal Internacional ante la falta de presupuesto

Hechos aparentemente aislados, como la llegada al poder de Donald Trump, el brexit o la preparación de los próximos Juegos Olímpicos en Japón, se han aliado para trastocar el avance en nuestra comprensión del universo.

Desde hace décadas, un comité internacional facilita los contactos entre países para crear los aceleradores de partículas del futuro. La mayor de estas máquinas, el LHC de Ginebra, ha permitido descubrir el bosón de Higgs, la partícula que completa la definición de la materia convencional, de la que está hecha todo cuanto vemos y tocamos en nuestro día a día, las proteínas y los genes que nos mantienen vivos, así como los billones de planetas y estrellas que hay en el universo. Pero toda esa materia supone menos del 5% de todo el cosmos. Para conocer de qué está hecho el resto hay que construir nuevos aceleradores de partículas más potentes y caros.

Uno de los proyectos más avanzados es el Colisionador Lineal Internacional (ILC), que se construiría en Japón. En su concepción original podría producir partículas de materia oscura, que supone el 24% del universo y nunca ha sido observada, pero el proyecto afronta importantes recortes.

En la última reunión del comité de futuros aceleradores ICFA, celebrada la semana pasada en el Instituto de Física Corpuscular de Valencia, Masanori Yamauchi, director general del laboratorio de física de partículas de Japón (KEK), ha presentado al resto de países miembros un plan para recortar la potencia del nuevo acelerador a la mitad y ahorrar en torno a un 40% de su coste, de unos 8.000 millones de euros. Japón cree que esta es la forma de salvar el proyecto y comenzar las negociaciones con otros países para pagar su construcción, aunque aún hay muchas dudas. “Los japoneses pensamos que la comunidad internacional debe pagar la mayor parte del acelerador y la comunidad internacional piensa justo lo contrario”, reconoce Yamauchi.

En su país, el mismo ministerio financia la ciencia y el deporte, además de la cultura y la educación, lo que ha tenido un impacto directo en las investigaciones del KEK. El organismo está recortando el tiempo de operación de sus aceleradores en torno a un 10% al año para ahorrar debido a los Juegos Olímpicos de Tokio en 2020, explica Yamauchi con resignación. Esta situación “está afectando negativamente a la investigación de física de partículas” en el país, reconoce, pero el problema se ve con optimismo, dado que se espera que, pasado el evento deportivo, el ILC se convierta en el buque insignia del ministerio y reciba una fuerte inyección de dinero.

El ILC reducido funcionaría a la mitad de potencia, 250 GeV, y sería una “fábrica de Higgs”. Su objetivo principal no sería tanto la materia oscura como producir los bosones ya conocidos, eso sí, con mucha más limpieza que el LHC para profundizar en el conocimiento de sus propiedades, ya que aún queda por determinar si es una partícula fundamental o compuesta o si hay más de un bosón de Higgs. En un futuro indeterminado, el acelerador podría ampliarse para alcanzar el doble de potencia.

Europa y EE UU esperan a que Japón haga un anuncio oficial de que pretende construir el acelerador, lo que se espera para 2018 o 2019, explica Grahame Blair, director de programas del Consejo de Instalaciones de Ciencia y Tecnología de Reino Unido. Blair afronta una situación no menos paradójica que su colega nipón, pues preside el organismo internacional que aglutina a las agencias financiadoras de cara a nuevos aceleradores lineales en representación de Europa, justo cuando su país planea abandonar la Unión Europea. El británico admite que “aún no se sabe cómo el brexit va a afectar a la ciencia en Reino Unido”. El Gobierno de Theresa May aún debe “nombrar muchos cargos y simplemente no sabemos lo que va a pasar”, reconoce.

China quiere construir un acelerador de partículas de 100 kilómetros de circunferencia

En una incertidumbre similar está Abid Patwa, del Departamento de Energía de EE UU. El pasado miércoles participó en la reunión a puerta cerrada de las agencias financiadoras, donde se exploró cómo “acomodar unos presupuestos planos en casi todos los países, con el proyecto de diseñar” el ILC y otros aceleradores futuros, explica. Donald Trump ha arremetido contra la ciencia del cambio climático y ha agitado bulos sobre las vacunas, pero sus planes en la exploración de los grandes enigmas del universo son aún un misterio. En 2014, un panel de científicos que asesoraba al Gobierno de Obama estableció cinco grandes prioridades para los próximos 10 años. La primera era seguir investigando en bosón de Higgs. Además, se pretende aclarar el misterio de la masa de los neutrinos, estudiar la materia oscura y aclarar la aceleración del universo, probablemente empujado por la energía oscura. Por ahora, el equipo de transición de Trump no ha dicho nada sobre este plan, ni cuál será su estrategia para este campo del conocimiento, reconoce Patwa.

Entre tantas dudas, China sigue adelante con un ambicioso plan que amenaza con arrebatarle al CERN Europeo el liderazgo mundial en física de partículas. Jie Gao, del Instituto de Física de Altas Energías, explica que su país planea construir un acelerador de partículas de 100 kilómetros de circunferencia, unas cuatro veces mayor que el LHC, y que abarcaría en su circunferencia un territorio superior a la ciudad de Madrid. El proyecto rivaliza con otro casi idéntico del CERN. La primera fase del proyecto, un colisionador circular de electrones y positrones, también se solapa con el ILC. Empezaría a funcionar en 2030, explica Gao. Después usarán el mismo túnel subterráneo para albergar un colisionador de protones de 100 kilómetros que estaría listo en 2050, explica el físico chino, cuyas explicaciones ejemplifican la forma de hacer las cosas en la primera economía del mundo, según algunos baremos. “En el último Plan Quinquenal hay una frase que dice que China debe promover y sostener un gran proyecto internacional en ciencia, sin mencionar cuál”, explica Gao. El nuevo acelerador “encaja muy bien” con esa directriz, añade el chino. En el país más poblado de la Tierra, construir la mayor máquina de la Tierra sería en realidad muy asequible. “El coste per cápita es incluso más barato que el primer colisionador de partículas que se construyó en China en los ochenta”, explica. Gao espera que el Gobierno comprometa fondos para su diseño detallado a partir del próximo año. El físico resalta que este tiene que ser un proyecto en el que participe la comunidad internacional. “Creo que China puede hacerse cargo del 70% del proyecto”, asegura.

Mientras, el CERN sigue adelante con sus propios estudios “de aceleradores lineales y circulares”, asegura Fabiola Gianotti, directora general del laboratorio, que se muestra muy diplomática sobre los amenazadores planes chinos. “Es muy agradable ver que en varias regiones del mundo hay interés por los aceleradores de partículas”, señala.

La última esperanza de Europa en esta carrera será su capacidad de innovación. El veterano físico Lynn Evans, director de colisionadores lineales del CERN y uno de los padres del LHC, es muy escéptico de que la potencia asiática pueda desarrollar por su cuenta las nuevas tecnologías necesarias para cuadruplicar la potencia de los aceleradores actuales. “Nos llevó 15 años construir el LHC”, y “puede que se tarde 50 años” en construir un acelerador de 100 kilómetros, “nosotros no lo veremos funcionando”, sentencia.

Fuente de la noticia:  http://nssoaxaca.com/2017/02/24/china-planea-la-mayor-maquina-del-mundo-para-entender-el-universo/

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