Según el estudio, se ha observado un deterioro generalizado en varios aspectos del estilo de vida de los niños y adolescentes españoles. Desde el bienestar emocional hasta los hábitos alimenticios y la actividad física, muchos indicadores muestran una tendencia negativa. Sorprendentemente, este deterioro parece ser más pronunciado entre aquellos de menor nivel socioeconómico.
Uno de los hallazgos más alarmantes es la alta prevalencia de exceso de peso en la población infantil y juvenil. Cerca de un tercio de los niños y adolescentes en España tienen exceso de peso, con más de uno de cada diez clasificados como obesos. Este problema afecta de manera desproporcionada a aquellos de género masculino y a la población de 8 a 12 años.
Desagregado por género, se observa que la prevalencia de obesidad (13,1 %) y la de obesidad severa (1,8 %) es superior para niños, respecto a las niñas (7,1 % y 1,2 %, respectivamente). En este sentido, se aprecia una notable desigualdad entre ambos géneros, ya que los primeros presentan una prevalencia de obesidad alrededor de un 7 % mayor.
Cuando se atiende a la etapa vital, se evidencia que la prevalencia de obesidad (13,3 %) y la de obesidad severa (2,3 %) en la infancia (población menor de 12 años) es muy superior a la de la población adolescente (7,3 % y 0,9 % respectivamente). Asimismo, se aprecia que el porcentaje de sobrepeso es ligeramente superior en la infancia (22,3 %) que en la adolescencia (21,1 %). En definitiva, cerca de 4 de cada 10 niños y niñas de 8 a 12 años presentan exceso de peso (37,9 %) a diferencia de un 29,3 % de la población adolescente.
El estudio también destaca la preocupante tendencia al incremento del uso de pantallas entre los jóvenes españoles. Tanto durante la semana como los fines de semana, el tiempo dedicado a dispositivos electrónicos supera ampliamente las recomendaciones establecidas, lo que plantea serias preocupaciones sobre los efectos en la salud física y mental de los jóvenes.
Otro aspecto importante señalado por el estudio es el incumplimiento de las recomendaciones de horas de sueño. Casi la mitad de los niños y adolescentes no duermen lo suficiente, con una mayor incidencia entre las adolescentes y aquellos de menor nivel socioeconómico.
En cuanto a la alimentación, se ha observado una disminución en la adherencia a la dieta mediterránea, un patrón dietético conocido por sus beneficios para la salud. Esto es especialmente preocupante dado el papel fundamental que juega la alimentación en el desarrollo saludable de los jóvenes.
Estratificado por renta media por persona/año, se observa que la prevalencia de obesidad de la población infantojuvenil que acude a centros educativos ubicados en una sección censal con una menor RMP (25 % de la muestra con menor RMP), es del 15,4 %, en comparación con un 8,7 % de prevalencia de obesidad de la población que acude a centros educativos ubicados en una sección censal con una mayor RMP (25 % de la muestra con mayor RMP). En particular, se observa que la prevalencia de obesidad severa se duplica (2 % vs 0,9 %) en la población que se sitúa en el grupo más desfavorecido (25 % de población con menor RMP) frente a la población más favorecida.
Estratificado por pobreza infantil, se observa que la prevalencia de obesidad y obesidad severa en la población que acude a centros educativos ubicados en una sección censal con un mayor porcentaje de pobreza infantil, es del 12,4 % y el 2,1 %, respectivamente. Por otro lado, los datos muestran que aquella población más favorecida, presenta una menor prevalencia de obesidad (9,4 %) y de obesidad severa (0,6 %). Los datos evidencian la existencia de desigualdades en función del porcentaje de pobreza en la población infantojuvenil. En concreto, la diferencia de obesidad es del 4,5 %, sumando la obesidad y la obesidad severa.
Finalmente, el estudio encontró que la práctica de actividad física moderada o vigorosa también ha disminuido en comparación con años anteriores. Este declive es particularmente notable entre los más jóvenes y aquellos de menor nivel socioeconómico.
Ante estos preocupantes hallazgos, los investigadores hacen un llamado urgente a la acción. Recomiendan seguir invirtiendo en la investigación sobre estilos de vida y salud de la población infantil y juvenil en España. Además, sugieren la implementación de políticas públicas que aborden los factores estructurales que contribuyen a estos problemas, así como la promoción de hábitos saludables desde edades tempranas.
En resumen, el estudio PASOS ha revelado una serie de tendencias preocupantes en los estilos de vida y salud de los niños y adolescentes en España. Desde el aumento del exceso de peso hasta el uso excesivo de pantallas y la disminución de la actividad física, es evidente la necesidad de tomar medidas urgentes para abordar estos problemas y garantizar un futuro más saludable para las generaciones venideras.
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