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Venezuela: ULA llama a atender la crisis que sufre el sector universitario

América del Sur/Venezuela/18-03-2022/Autoe(a) y Fuente: www.elnacional.com

La institución denunció en un comunicado que actualmente se pretende aprobar una “nueva e improvisada Ley de Universidades que en nada contribuye con el progreso de la educación superior y del país”.

La Universidad de los Andes (ULA) llamó a atender la crisis que atraviesa el sector universitario, la cual califica de “humanitaria y compleja” debido a las carencias generales que sufren sus miembros, desde los profesores hasta el personal obrero.

En un comunicado firmado por el rector Mario Bonucci Rossini y el secretario Manuel Morocoima, la institución denunció la hambruna y la degradación humana que sufren los miembros del sector universitario, así como la imposibilidad de cumplir sus funciones adecuadamente por el deterioro de toda la infraestructura universitaria.

Actualmente, subraya el comunicado, se pretende aprobar una “nueva e improvisada Ley de Universidades que en nada contribuye con el progreso de la educación superior y del país, además de desnaturalizar la academia y el propio hecho educativo”.

La casa de estudios no niega la necesidad de modificar o crear una nueva ley, pero considera que esta debe regirse bajo los parámetros de la Constitución y que la crisis humanitaria tiene que ser la prioridad.

“En estas dos décadas tenemos suficientes casos y ejemplos que revelan lo nefasto que es mezclar lo político e ideológico  con lo técnico, lo cultural, lo humanístico, lo financiero, lo laboral, lo humano, lo espiritual, en fin, tenemos un país cuya ec006Fnomía hace aguas”, advirtió la institución.

Y recordó que la autonomía universitaria es reconocida plenamente en la Constitución: “Es un principio basado en la naturaleza misma de la universidad y del quehacer intelectual con libertad de pensamiento, cátedra e investigación y la respectiva autonomía administrativa”.

“En una sociedad democrática el pluralismo de pensamiento es inseparable de la autonomía universitaria y un principio válido para todas las universidades, ‘autónomas’, ‘experimentales’ o ‘privadas”, dice el comunicado.

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/venezuela/ula-llama-a-atender-la-crisis-que-sufre-el-sector-universitario/

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La migración femenina venezolana 2017-2020

Por: Luz Palomino

Introducción

María es una madre soltera venezolana, sin pasaporte por lo cual ha tenido que salir ilegalmente. Ha traspasado la frontera venezolana-colombiana a través de una trocha (camino verde). En una mano lleva arrastra su maleta con los pocos enseres que puede cargar, con la otra mano carga como un riel a sus dos pequeños hijos. Ella no sale ni ingresa a otro país por las instancias legales, por lo cual ella y sus hijos pasan  a ser invisibles. Su odisea recien se inicia como la de miles de venezolanas.

Comer en Venezuela con un salario de cuatro dólares mensuales es imposible, por ello trabajar a destajo, sin seguridad social y durante casi diez horas es una bendición. Ha conseguido laborar en un restaurant en la cual le facilitaron una pequeña habitación adjunta al negocio, donde deja a sus pequeños hijos mientras trabaja. No sabe cuanto le descuentan por la habitación, pero al menos ahora los niños tienen las tres comidas. La educación, salud y recreación son lujos que al menos por el momento no puede asumir.

Regrese todos los dias a casa a jugar y hablar con sus niños. Una plaza medio alumbrada se ha convertido en el lugar donde correr, gritar y ser felices. Cuando se cansan vuelve a casa a lavar, acomodar todo y preparar la comida del día siguiente. El Estado es una entelequia invisible para María.

La historia real de Maria motivo este artículo.

Metodología

La investigación se centró en la situación de Venezuela 2017-20, especialmente en la situación migratoria, mediante el estudio de caso de una migrante venezolana, actualmente en Ecuador. Para ello, realizamos entrevistas abiertas y finalmente en profundidad.

Para entender el marco que precede al proceso de migración analizaremos por una parte la situación social y económica, y por la otra los preceptos constitucionales y las normas jurídicas que debieron proteger a las personas que optaron por la migración.

Para poder cumplir con el propósito fue fundamental repasar las causas multifactoriales que no siempre son trabajadas a la hora de intentar comprender este fenómeno. Se tomaron como referencia las clases de: Economía del cuidado de Lucia Scuro, Migración, trabajo y cuidado de María Elena Valenzuela y protección social y migración de Carlos Maldonado.

En ese sentido, nuestra aproximación es desde la perspectiva de la integralidad de los derechos humanos, no desde una perspectiva moral.  Hoy, en todo el mundo, la gente está en movimiento. Las personas migran para escapar de la pobreza, para mejorar sus medios de vida y oportunidades, o para escapar de los conflictos y la devastación que asolan a sus países. “Las mujeres representan casi la mitad de los 244 millones de migrantes y la mitad de los 19,6 millones de personas refugiadas del mundo”(OIT,2020). Destacando que durante las últimas cinco décadas el número de personas migrantes internacionales en el mundo se ha triplicado.

Según cifras de Macro datos, para el año 2019, por lo menos habian emigrado de Venezuela 1.302.797 mujeres, muchas de ellas acompañadas de menores de edad y sin nadie que les apoyara en los cuidados. Las dimensiones de participación de las mujeres en los procesos migratorios hace necesario que se visibilicen factores que se corresponden al patrón patriarcal y demandan una perpsectiva de género en la generación de políticas públicas de protección efectivas.

Contexto

Venezuela vive una conmoción política, económica y social sin precedentes desde el año 2014. No solo es la inestabilidad política sino la devaluación de la moneda nacional que hoy lleva a que se requieran 3.800.000 bolívares para que se pueda comprar un dólar, billetes con denominaciones de 500.000 y 1.000.000 de bolívares, inflación superior a los cuatro dígitos y una pérdida absoluta del poder adquisitivo del salario, con un salario mínimo mensual de menos de 50 centavos de dólar.

La sobrevivencia ha lanzado a millones de venezolanas y venezolanos a la migración. Pero Venezuela era un país receptor de migración, no tiene cultura de partida. Eso ha empeorado las cosas, porque el aparato estatal ha resultado insuficiente para atender temas asociados tan simples como dotar de un pasaporte vigente a quienes parten. El sistema escolar nunca formó, ni forma aún, para educar para los procesos migratorios.

Las familias han tenido que aprender el oficio de emigrar, a unos costos terribles.  Han tenido que vender sus priopiedades, viviendas e hipotecarse para poder apoyar económicamente a quienes deciden emprender el viaje, con la esperanza que cuando obtengan trabajo podrán enviar remesas a quienes quedan sin nada y endeudados. Ello genera otra carga inusitada y no conocida en los trabajos de cuidado; ahora hay que proveer y cuidar a quienes se van con las mujeres que migran, pero también proveer a quienes se quedan.

Los países receptores de la migración venezolana han respondido de manera desigual, pero la constante, salvo honrosos casos como el de Argentina, ha sido la desprotección laboral, la carencia de seguridad social y problemas enormes para acceder al derecho básico de la identidad. La mayoría de mujeres venezolanas que emigran lo hacen con estatus ilegal, lo que les impide acceder a los mecanismos de garantía social de los países receptores.

Aproximadamente el 8% de los y las venezolanas han iniciado un proceso emigratorio, dejando los hogares y redes de apoyo familiar. Las embajadas de Venezuela en los países receptores (allí donde todavía hay) no han tenido una política de protección integral a los connacionales. Solo los vuelos de retorno se han ofrecido como alternativa, pero ellos solo han sido usados por unas doscientas mil personas. Igual, al llegar al país encuentran aún en peores situaciones lo que dejaron cuando partieron.  Muchos han regresado para tomar un segundo aliento y partir nuevamente.

Este fenómeno ha generado lecturas polarizadas que no contribuyen a su estudio y la generación de propuestas en políticas publicas. Como expresión de la crisis política existente en el país, el gobierno acusa a los y las migrantes de traidores al país, mientras la oposición los victimiza de manera maniquea. Ni uno ni los otros presentan alternativas de solución viables en formato de políticas públicas. Mucho menos con enfoque de intersectorialidad y progresividad de los derechos humanos.

Marco Jurídico

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) de 1999,  a pesar de visibilizar a la mujer con un lenguaje de género inclusivo, carece de referencia explícita a la migración y a las mujeres y niñas migrantes. Esto se explica por la tradición existente de país receptor de migración, pero debe ser corregido ante la explosión de la diáspora venezolana del 2014 al 2020.

En política migratoria venezolana tenemos la Ley de Refugiados y Refugiadas, Asilados y Asiladas del año 2001, que dio respuesta a la llegada de importantes flujos de migrantes desde Colombia producto de la situación de guerra de ese país. Pero esta Ley fue pensada en un marco de bonanza económica de Venezuela y para garantizar apoyo a quienes llegaban al país. Ni una sola letra prevee la situación actual, por la cual es una normativa que solo sirve de precedente.

También se cuenta con la Ley de Nacionalidad y Ciudadanía de 2004 y la Ley de Extranjería y Migración del mismo año. Esta última tiene por objeto regular la migración, proteger a quienes lo hacen y establecer las medidas sancionatorias. Nuevamente pensada para legalizar el estatus migratorio de quienes llegaban al país, nunca para quienes parten.

Al revisar el Repositorio de normativas sobre género y migración internacional del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIM- ONU, 2018), nos encontramos con el hecho de que Venezuela sólo presenta la Ley de Extranjería y Migración (2004), mientras que otras naciones ostentan hasta 19 normas, muchas de las cuales son de reciente data. En otro sentido, es notorio que el Estado venezolano está en deuda con legislación especifica pues diversas naciones de la región ostentan normas referidas a la temática de la migración.

Un elemento de riesgo adicional para las mujeres migrantes es el carácter individualizado de las negociaciones contractuales que debe afrontar cuando aceptan condiciones de trabajo en situación de desventaja. Esta situación, así como las tensiones y conflictos con la institución o familia empleadora, contribuyen a mantener la ignorancia de los derechos laborales y a inhibir el reclamo de su efectivo cumplimiento, lo que descubre la necesidad de asociación y sindicalización como desafío primordial.

El estudio

La migración se presenta en un escenario complejo que obedece en gran medida a los diversos fenómenos asociados al componente social de los territorios, en este sentido hasta el 5 de noviembre de 2020 hay 5,448,440 personas refugiadas y migrantes de Venezuela que viven en Latinoamérica y el Caribe según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la cual realizo encuestas en 16 países de acogida con alta concentración de población venezolana, que reflejaron los siguientes datos:

  • De todas las personas entrevistadas, el 49 por ciento se identificaron con el género femenino, es decir unas 2.669.736 mujeres, una dato sensiblemente superior al de Macro Datos del 2019
  • La mayoría de las mujeres migrantes y refugiadas venezolanas tenían entre 18-34 años (66%). Es decir, madres solteras jovenes, estudiantes que abandonaron sus carreras y en menor cantidad profesionales
  • Seis por ciento de las mujeres entrevistadas estaban embarazadas y el 88 por ciento de ellas tenían entre 18- 34 años.

Indicando que la población de mujeres migrantes y refugiadas de Venezuela ha ido en aumento desde el inicio de la crisis migratoria, la mayoría son mujeres de bajos recursos que debido a las desigualdades sociales en el país decidieron migrar, teniendo como principales países de destino a Colombia, Perú y Ecuador. Esta población se mueve fundamentalmente en la búsqueda de nuevas y mejores oportunidades laborales, y por considerarla como principal estrategia de supervivencia ante las difíciles condiciones de vida en Venezuela, lo que prioriza las razones económicas como causa de la movilidad.

La pobreza de las mujeres, entrecruzada con su necesidad de generar ingresos en condiciones laborales poco dignas, son clara expresión de las desigualdades estructurales de la región. Entre los catalizadores que estarían asociados al proyecto migratorio estaría el hecho de que sus condiciones de seguridad social estén precarizadas con respecto a las que existen en países destino, el surgimiento de polos de desarrollo con elevados ingresos derivados del desigual crecimiento de las economías o fenómenos como la variación en la cotización de la moneda, todos están presentes en nuestra realidad.

Las grandes desigualdades socioeconómicas son el principal elemento movilizador de los cada vez más numerosos grupos de mujeres que emigran. En este sentido, concordamos con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2019a) en identificar al estrato socioeconómico o la clase social como primer eje estructurante de la matriz de la desigualdad social en la región, pues este condiciona la desigualdad de ingresos, lo que a su vez se constituye en un determinante causal de inequidad en el acceso al mercado laboral, la educación y la salud como expresiones de la distribución asimétrica de la propiedad y el ejercicio del poder.

Esta realidad trae como consecuencia que muchas mujeres de la región tenga que migrar, siendo ellas la población mas afectada por los impactos de la COVID-19. Según estimaciones de la OIT, del total de personas trabajadoras del hogar remuneradas en América Latina, un 17,2% son migrantes y en su gran mayoría son mujeres, esas mujeres están sobre representadas en algunas ocupaciones, caracterizándose varias de estás a partir de su mayor nivel de precariedad laboral, menores salarios y menor protección social.

La pandemia del COVID-19 ha visualizado las constantes contradicciones del bienestar con las que conviven las trabajadoras del hogar migrante: por una parte, son excluidas de la protección pública formal por sus dificultades de acceder a derechos sociales, pero por otra parte, son las principales proveedoras de cuidados en este sistema, el cual contribuye a su permanencia como trabajadoras asalariadas en condiciones de precariedad.

Las mujeres migrantes provenientes de Venezuela no escapan de esta realidad, enfrentan una serie de trabas que frenan su integración en los mercados laborales de la región, donde la ausencia de un estatus regular representa uno de los mayores obstáculos para conseguir un empleo formal o crear una empresa. también enfrenta problemas de discriminación y un alto riesgo de explotación laboral.

Estudio de caso

Con la inquietud de contactar con el sentir del inmigrante venezolano, se realizo una entrevista abierta a una venezolana que reside en Quito-Ecuador. La entrevista se construyo vía virtual; la entrevistadora dio a conocer su interés en el asunto de la migración venezolana, desde una mirada de las ciencias sociales y humanas, dejo claro que el contenido de la narración se enmarca en una investigación social.

La entrevistada es abogada egresada de la Universidad Central de Venezuela en el 2016, tiene 30 años y llego a quito en el 2018. El dialogo entre ambas fluyo con normalidad destacando que su actividad se centraba en los trabajos que ha realizado para sobre-vivir y ayudar a sus familiares en Venezuela.

Actualmente tiene dos trabajos de lunes a lunes de cuidados, vive en una pequeña habitación y no cuenta con estatus jurídico legal que le permita conseguir un trabajó estable o poner en practica sus conocimientos como abogada. Narra la sobrecarga de trabajo. Asegura haberse sentido discriminada como extranjera y por ser mujer. También el sentimiento de soledad la acompaña, pero no es el único: declara haber sentido tristeza, nerviosismo, sensación de reto, miedo, alegría y culpa.

Destaca la entrevistada tener enormes ganas de regresar a su país y con su familia. Cuenta que que la mayoría de mujeres venezolanas que emigraron y ella conoce, etán ahorrando poco a poco para volver y montar un emprendimiento.  A pesar que le envían remesas de dinero a sus familiares consideran que pueden ayudar mucho más si están cerca de sus padres mayores, enfermos o hijos que hayan quedado al cuidado de abuelos.

La entrevistada como abogada, reconoce como se violan sus derechos humanos a no tener acceso a la justicia, identidad, trabajo digno, bienestar social, y  la falta de información sobre su estatus y derechos laborales. Y si bien el trabajo doméstico aparenta ser un trabajo seguro que le ha permitido a millones de mujeres migrantes a mejorar su calidad de vida y la de los suyos, muchas a realizar el trabajo a «puertas cerradas» o de «puertas hacia adentro» puede acarrear ciertos riesgos como la violencia por medio de ataques físicos, violaciones y un índice de trabajo que puede resultar abrumador

Señala que en la actualidad, un número cada vez mayor de mujeres se desplazan solas, principalmente para encontrar trabajo, lo cual está provocando lo que se denomina la feminización de la migración. Si bien la forma en que las mujeres migran está cambiando, hay cada vez más mujeres que encabezan la migración, es decir, son el primer miembro de la familia que migran. En Venezuela son las mujeres jóvenes entres los 25 y 35 años de edad que salen a buscar trabajo para ayudar a los familiares que dejan en el país.

El derecho de toda persona al goce de condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias está reconocido en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y en otros tratados internacionales y regionales de derechos humanos, así́ como en otros instrumentos jurídicos internacionales pertinentes, como los convenios y las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Este derecho es un componente importante de otros derechos laborales consagrados en el Pacto y el corolario del derecho a un trabajo libremente escogido y aceptado, que figura en el articulo 23 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

En todo el mundo, las mujeres refugiadas y migrantes desempeñan un papel central como sostén de las comunidades y economías. Por esta razón, los compromisos mundiales deben incluir el logro de la igualdad de género, el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas, y el cumplimiento de sus derechos humanos como principios subyacentes. Asimismo, deben abordar las necesidades propias de las mujeres y las niñas, incluir sus voces, y prever la rendición de cuentas ante ellas.

Conclusiónes preliminares

En el actual contexto de desigualdad que identifica a América Latina y el Caribe y dado el carácter mayoritariamente intrarregional de su migración, conviene apuntar que en los últimos años en Venezuela se ha invertido drásticamente el patrón migratorio, y de ser un importante punto de recepción de migrantes, se ha convertido en lugar de salida.

En Venezuela se requiere un acuerdo nacional para construir las condiciones de posibilidad para el retorno a la patria de los cientos de miles de emigrantes que hoy se encuentran dispersos por el mundo. Pero ello solo será́ posible, si recuperamos el poder adquisitivo del salario de la clase trabajadora y los profesionales, si se detiene la inflación desmedida y se desarrolla una relación entre capital y trabajo a favor del segundo de estos componentes.

Se requiere un nuevo marco jurídico que garantice protección a los y las migrantes, tanto en la organización de su partida (dotación de pasaporte, educación para la inserción laboral, apoyo económico), como de acompañamiento en los territorios a donde lleguen los y las connacionales

Se deben reforzar y promover  mecanismos regionales de protección social, para garantizar el acceso de las personas trabajadoras migrantes y sus familias a los sistemas nacionales de protección social. Es clave que sean incluidas en las estrategias que diseñen los Estados para construir pisos de protección social y asegurar, entre otras cosas, el acceso a la atención de salud y la cobertura ante contingencias como la que se vive en la actualidad con la pandemia de COVID-19.

Finalmente resulta indiscutible que la experiencia de la migración favorece la autonomía personal y la autovaloración de las propias capacidades de las mujeres trabajadoras, lo que entraña una reconfiguración de sus relaciones con la familia y la pareja actual o futura, pero que pueden desaparecer en la medida en que se ve forzada a retornar al país de origen y a enfrentar la cotidianidad comunitaria que la confronta con señalamientos y culpabilizaciones a la vez que con su nueva identidad empoderada.

Como puede entenderse, la relevancia de visibilizar esta realidad radica en que entrecruza desigualdades heredadas que están presentes en el imaginario y las relaciones sociales y de poder en los países de origen, tránsito o destino, por lo que es importante reconfigurarlas para garantizar a nuestras mujeres una verdadera inclusión con justicia y equidad.

Bibliografía Consultada:

17 Objetivos para las personas y para el planeta, Naciones Unidas: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/development-agenda/

https://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/resources/1-gender-demografia.pdf

https://www.refworld.org.es/pdfid/5cf6ad854.pdf

https://www.unwomen.org/es/news/in-focus/women-refugees-and-migrants

https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/44655/1/S1900271_es.pdf

https://www.clacso.org/wp-content/uploads/2021/04/V2-Conv02-Migraciones-y-movilidad-09-Luis-Bonilla.pdf

TRABAJADORAS REMUNERADAS DEL HOGAR EN ALC FRENTE A LA CRISIS DEL COVID-19.pdf

Cuidados en América Latina y el Caribe en tiempos de COVID‐19 -hacia sistemas.pdf

CEPAL (2019) Panorama Social de América Latina 2019.pdf

 

(Investigación realizada para la especialización de políticas de cuidado de CLACSO)

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Venezuela: OBU No hay cifras positivas sobre educación universitaria en el país #15Mar

El Observatorio de Universidades de Venezuela (OBU), reveló que luego de dos años de pandemia en el país, no hay cifras positivas en torno a la educación universitaria

En una información publicada en sus redes sociales, la ONG denuncia que las políticas implementadas para el sector universitario por parte del régimen venezolano “han fracasado”, tras no realizar diagnósticos concreto de la situación por la que atraviesan los centros de educación superior en el país y mucho menos tomar “acciones adecuadas”ante estas problemáticas.

En la información compartida en sus redes sociales, OBU destaca que al menos 112 denuncias se han realizado por “las precarias condiciones salariales de los docentes y trabajadores universitarios”.

97% de los docentes de las universidades públicas han sido afectados por la centralización de los pagos de sueldos y salarios del sistema patria”, indicó el Observatorio de Universidades.

Por su parte, los estudiantes han sido también perjudicados por toda esta situación desde el inicio de la pandemia, destacando que el “23% de los estudiantes de universidades públicas no se han podido incorporar a sus clases” por distintas problemáticas.

Además, en una entrevista realizada por esta organización, un estudiante, que guardó su identidad, afirmó que los pocos días que pudieron ir a clases debían “escuchar a funcionarios y dirigentes que nos hablaban de las misiones del Gobierno, fechas patrias, los candidatos a la gobernación y la alcaldía en las elecciones de noviembre”, y la asistencia era obligatoria porque sería evaluada.

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Venezuela: Fe y Alegría propone estrategias para Fortalecer la Educación

María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.-

Generar propuestas para que diferentes sectores como la familia, profesores, productores, pero también el Estado se una a la protección y la defensa de la educación, es el «pacto en la educación» que fue anunciado por representantes de Fe y Alegría, cuyo objetivo es compartido por el sector público y universitaria, ante la emergencia educativa en el país.

Noelbis Aguilar, directora de Fe y Alegría, explicó a LA PRENSA que el pacto de educación se trata de unir a los diferentes sectores y rescatar lo que está deteriorado en el sistema educativo, donde no sólo se incluya a la familia, sino a diferentes áreas como el productivo, pero también el estado venezolano, quien debe garantizar espacios idóneos para impartir las clases.

«Deben existir diálogos y acuerdos para promover la educación como un derecho fundamental, eso sucede en cualquier país del mundo», dijo Aguilar, quien explicó que va desde la protección y la formación a los docentes y estudiantes, pero que también involucre a los otros sectores que hacen vida en el país, porque sin educación no hay futuro y muchos están quedando excluidos porque no cuentan con herramientas para clases en pandemia.

Esa opinión la comparten Luis Arroyo, presidente del Colegio de Profesores de Lara, y aseguró que desde hace varios años han exhortado la necesidad de buscar estrategias para salvar la educación «porque no se está formando de manera adecuada y el Gobierno nacional no cumple con sus responsabilidades», añadió que lo ideal es que todos los sectores se unan para poder mejorar la calidad de educación que se ha tenido en Venezuela desde hace años.

Espacios y salones en buen estado, dotación de insumos, material bibliográfico y deportivo, pero además formación y buenos salarios son algunas de las prepuestas que tienen desde el Colegio de Profesores para incentivar a que la educación tenga un giro.

De acuerdo

El sector universitario también comparte la idea, tomando en cuenta que la educación no puede seguir en manos de los profesores y los estudiantes, pues el Gobierno nacional debe accionar, «deben priorizar la educación, lo hemos dicho en reiteradas oportunidades», dijo Déborah Velásquez, presidenta de la Asociación de Profesores de la UCLA (Apucla), y enfatizó que deben exigir que hagan una inversión para la sociedad.

https://www.laprensalara.com.ve/nota/44133/2022/03/fe-y-alegria-propone-estrategias-para-fortalecer-la-educacion

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Venezuela: Estudiantes de la UCV volverán a clases bajo la modalidad semipresencial

América del Sur/Venezuela/04-03-2022/Autor(a) y Fuente: www.elnacional.com

El consejero universitario Jesús Mendoza señaló que se redactará un documento en el que se hará un llamado para que la comunidad universitaria, de forma voluntaria, regrese a las aulas.

El Consejo Universitario de la Universidad Central de Venezuela (UCV) aprobó durante la sesión del 2 de marzo el retorno a las aulas bajo la modalidad semipresencial, tras casi dos años de clases a distancia por la pandemia.

La información la dio a conocer en Twitter el consejero universitario de la UCV, Jesús Mendoza, quien señaló que se redactará un documento en el que se hará un llamado los estudiantes para que, de forma voluntaria, regresen a los salones.

«Acaba de terminar el Consejo Universitario. Después de más de 2 horas de discusión y debate en el punto del retorno a la semipresencialidad, se emitirá un documento donde se hará un llamado a la comunidad universitaria a la semipresencialidad de manera voluntaria», señaló Mendoza.

Desde el año pasado, el Movimiento Estudiantil de la UCV estaba solicitando a las autoridades universitarias la vuelta a clases presenciales, debido a que el aprendizaje de carreras como Medicina y Odontología se habían visto afectados.

Además, reclamaban que ante la falta de estudiantes y personal, la infraestructura de la casa de estudios se encontraba en abandono. Esto provocó que algunas áreas, entre ellas los alrededores del Aula Magna, se convirtieran en espacios donde los indigentes hacían vida. El campus también fue objeto de múltiples robos.

El año pasado, una comisión presidencial liderada por Delcy Rodríguez, vicepresidenta del gobierno de Nicolás Maduro, recuperó 24 edificios de la UCV, lo cual representa una capacidad de 480 aulas y 180 salas de baño.

Sin embargo, la rectora Cecilia García Arocha denunció que estas obras estaban siendo usadas como propaganda política y destacó que las remodelaciones eran una deuda que el Estado venezolano tenía con su principal casa de estudios, a la que, a su juicio, sometió por más de 13 años a «presupuestos miserables» que fueron disminuyendo hasta el punto de confiscarlos y no ser entregados como determina la ley.

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/venezuela/estudiantes-de-la-ucv-volveran-a-clases-bajo-la-modalidad-semipresencial/

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Caracas Mi Convive es convivencia

Por: Roberto Patiño

En 2013, en la comunidad de La Vega de Caracas, un grupo de venezolanos preocupados por el clima de polarización y violencia que cruzaba a nuestra ciudad, decidimos apostar por la recuperación de espacios para la convivencia y  la reconstrucción de los lazos de confianza en las comunidades. Nacía así este camino que conocemos como Caracas Mi Convive.

Lo que comenzó como una experiencia de trabajo enfocado en la integración de las comunidades con el rescate de canchas y espacios deportivos fue avanzando, de manera gradual y firme, hasta convertirse en un compromiso de apoyo y fortalecimiento de los verdaderos liderazgos populares que se construyen en las propias comunidades, de abajo hacia arriba, e inspirados en los valores de la solidaridad, el emprendimiento y la democracia.

Gracias al esfuerzo de muchos venezolanos que se han sumado en este proyecto en Caracas y más adelante en otras ciudades del país, hemos convertido el trabajo de Caracas Mi Convive en una experiencia de vida y una escuela de formación constante que cree en el empoderamiento de las comunidades, el reconocimiento y el valor por las diferencias y el ineludible compromiso por los derechos humanos y la democracia.

Hemos desarrollado diferentes iniciativas. Una de ellas son los Talleres de Prevención de la Violencia, una herramienta que empodera y articula a líderes comunitarios e impulsa la participación de manera activa en los jóvenes, madres, padres, maestros y vecinos en la identificación e intervención de puntos calientes (hot spots), entendidos como los lugares donde se concentra la violencia, a través de actividades de convivencia como la recuperación de espacios públicos, encuentros deportivos, culturales y educativos.

Cabe resaltar el impacto que ha tenido el Monitor de Víctimas, en alianza con el portal digital Runrun.es, que combina participación ciudadana con periodismo de datos e investigación. A través de la recolección de información sobre los homicidios que ocurren en Caracas, desde la óptica de las víctimas, se busca caracterizar los hechos e identificar patrones que contribuyan con el diseño de políticas públicas orientadas a reducir la violencia. Ha sido fuente para los informes de organismos internacionales que vigilan y diagnostican las violaciones de derechos humanos.

En estos casi de diez años de trabajo hemos podido comprobar, junto a nuestros líderes, que las comunidades organizadas son el gran reservorio de los valores democráticos de un pueblo que insiste en su derecho de hacerse dueño de su futuro, una experiencia de vida que nos ha tocado y cambiado a todos los que hemos estado en contacto con esta poderosa fuerza de organización popular.

Gracias a este trabajo hemos aprendido a ser optimistas sin negar los grandes retos que tenemos ante nosotros. Porque creemos en las personas y en el valor de la organización popular en el trabajo comunitario, defendemos la importancia de la política como un espacio de encuentro ciudadano. Junto a nuestros líderes, reconocemos la importancia que tiene la democracia como un puente que conecta el deseo de cambio en el país con el derecho de las personas por tener un futuro mejor.

Hace nueve años en La Vega un grupo de venezolanos invitamos a la comunidad a ser “convives”. Hoy esta iniciativa les pertenece a todos los luchadores por el futuro que han demostrado la importancia de recuperar los lazos de confianza, hombres y mujeres emprendedores, realistas, solidarios y comprometidos con la Venezuela del cambio por la que todos luchamos.

Caracas Mi Convive se puede resumir en una palabra: convivencia, una que se construye entre todos, con un compromiso por el futuro y el cambio democrático que tanto quiere nuestro país.

Este es nuestro compromiso.

Cofundador de Alimenta La Solidaridad y de Caracas Mi Convive.

www.rpatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/caracas-mi-convive-es-convivencia/

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Venezuela: Ley Orgánica de Educación Superior (I)

Por: José Antonio Rivas Leone/www.analitica.com

La sociedad venezolana, el país nacional y los ciudadanos hemos visto en estos años la promulgación de muchas leyes, algunas acertadas, otras totalmente desfasadas con el mundo actual, con los desafíos que impone la globalización de la economía, la tecnología, el conocimiento y las propias exigencias de un ciudadano global y no un súbdito o espectador pasivo.

Valga señalarse la responsabilidad que tiene en todo país el Poder Legislativo, tanto en su aspecto contralor como de manera transcendental en su aspecto legislador. Redactar un Proyecto de Ley, que posteriormente con la asesoría técnica, la obligación de su discusión y debate por parte de los sectores involucrados y los ciudadanos, no es pelar mandarinas o soplar y hacer botellas, una de las áreas vitales en cualquier sociedad del siglo XXI es la seguridad, la salud y la educación, ámbitos que no deberían ideologizarse y desnaturalizarse precisamente por ser procesos y sectores técnicos y prioritarios en cualquier país, por ende, no se puede politizar ideologizar la salud, la seguridad y la educación y es lo que en nuestra Venezuela contemporánea ha ocurrido.

El Presidente Chávez en su momento escucho muchas voces y sectores y tuvo el acierto y la responsabilidad de vetar y no darle el ejecútese de Ley al Proyecto de Ley Orgánica de Educación Superior. Nadie desconoce la necesidad de avanzar, de adecuar los parámetros y estructuras, currículos, contenidos y paradigmas alrededor de la educación superior en Venezuela. Pero repetimos no es un tema sencillo o de perogrullo, soplar y hacer botellas. Nuevamente vuelve a colocarse en el tapete además de ser prioridad legislativa un nuevo proyecto de educación superior. Repito incisivamente no es soplar y hacer botellas. Hemos señalado que el gobierno ha forzado la marcha histórica, política y social del país, e incluso he hecho aprobar un conjunto de Leyes Orgánicas que no sólo no han tenido el debate requerido y  la discusión con los sectores involucrados en las respectivas materias. Pero más aún, la Asamblea Nacional ha aprobado leyes que carecen de técnica legislativa, coherencia, claridad, pertinencia y fundamentalmente son inconstitucionales al atentar contra artículos, títulos y principios muy bien expuestos en la Constitución Bolivariana de Venezuela de 1999.

Las leyes en todo país persiguen reglamentar, ordenar, modernizar y estructuras sistemas, pautas, conductas, instituciones, legislaciones y prácticamente con poquísimas excepciones las Leyes Orgánicas han sido para mejorar, optimizar, progresar. No estamos hablando de cualquier área o materia, si se empeñan en politizar e ideologizar la educación superior en Venezuela sencillamente estarían desvirtuando así procesos, dinámicas, sinergias de orden técnico, científico, humanístico y tecnológico. No podemos perder de vista que la educación en sus diversos niveles es el tema más importante, sensible y además transcendental en la sociedad globalizada del siglo XXI, sustentada en el conocimiento, en el saber y en el hacer.

Una nueva Ley de Educación Superior debe abocarse a lo medular a los procesos técnicos, científicos, humanísticos y tecnológicos. Las Universidades Autónomas en Venezuela requieren como nunca antes de apoyo, de presupuesto, de auditorías y controles estoy de acuerdo, pero respetando su esencia, sus dinámicas autonómicas, su naturaleza y fines propios y no cercenando su funcionamiento al quitarle los recursos financieros o promulgarle una Ley de Educación Superior como camisa de fuerza o como un mecanismo castrante con una visión populachera.

El activo más importante que tiene Venezuela son sus universidades, ellas han permitido que la sociedad venezolana sea una sociedad profesional, democrática, profesional, plural y critica. La única posibilidad que Venezuela tiene en el mediano plazo de recuperarse, es con un papel protagónico de sus universidades además del concurso del sector privado en términos de la pequeña y mediana industria y el conglomerado empresarial. El Estado venezolano es una entelequia que en muchos ámbitos colapso y requiere una redimensión buscando equilibrio, eficiencia, transparencia y desempeño. El gobierno no puede seguir aferrado a una visión ortodoxa, retrógrada y reaccionaria llevando a Venezuela por un sendero equivocado.

(*) Profesor de la Universidad de Los Andes
E-mail: rivasleone@gmail.com

https://www.analitica.com/opinion/ley-organica-de-educacion-superior-i/

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