Para los argentinos, las drogas son la principal causa de violencia

Por Alfredo Dillon

Encuesta de la Fundación UADE y Voices Surge de un estudio que refleja opiniones y percepciones sobre el consumo de sustancias ilícitas y el narcotráfico.

Para los argentinos, las drogas son la principal causa de violencia. Fueron el factor más mencionado en una encuesta nacional de Fundación UADE y Voices a la que Clarín accedió en exclusiva: el 30 por ciento de los encuestados mencionó “las drogas” como la primera causa de violencia. El estudio refleja opiniones y percepciones a nivel nacional sobre el consumo de drogas ilícitas y el narcotráfico.

“Hay una asociación muy fuerte entre inseguridad y drogas en la opinión pública”, explica Andrés Cuesta, director de Investigación y Extensión de Fundación UADE. Consultados acerca de las fuentes de generación de violencia en la sociedad, la mayoría de los encuestados se refirió a “las drogas” como el principal desencadenante de hechos violentos, aunque el estudio no aclara si en ese punto se refiere al consumo o al narcotráfico.

Según la mirada de Cuesta, los dos problemas entran en juego: “Por un lado, el consumo de droga te genera una imperiosa necesidad de volver a consumir, que puede derivar en violencia. Por el otro, el narcomenudeo también genera una estructura violenta, en la que el narcotráfico se articula con otras actividades ilícitas del crimen organizado, como la trata de blancas y el tráfico de armas”.

En segundo lugar los encuestados mencionaron la falta de trabajo (21 por ciento) y, recién en tercer lugar aparece la pobreza (16%) como factores que generan violencia en la sociedad. Una proporción similar asocia la violencia con la falta de educación (14%), mientras que uno de cada diez consultados señaló que la violencia emerge a causa de “problemas familiares”. La inefectividad policial, los medios, la legislación poco estricta y el consumo de alcohol fueron las causas menos mencionadas.

“Es llamativo que el consumo de alcohol aparezca en último lugar. Toda la evidencia disponible señala lo contrario: el alcohol está asociado a todo tipo de situaciones de violencia, desde riñas callejeras hasta violencia de género”, advierte Graciela Touzé, directora de la asociación Intercambios. Touzé enfatiza que la investigación refleja “percepciones y no hechos verificados”, y remarca que “resulta simplificador culpar a las sustancias por problemas sociales tan complejos como la violencia”.

El trabajo de Fundación UADE y Voices se realizó en mayo, a partir de una encuesta probabilística en todo el país a 1.002 personas mayores de 16 años. Otro de los apartados preguntó a los encuestados sobre si conocen lugares o personas que venden drogas: dos de cada 10 (el 22%) dijeron que sí, principalmente los más jóvenes y los sectores de nivel socioeconómico más bajo. El año pasado, el mismo sondeo había arrojado una cifra aun más alta (27%): según el estudio, el conocimiento de personas o lugares donde se vende droga bajó 5 puntos porcentuales. Cuesta atribuye este descenso a “las políticas que están apuntando a controlar la oferta”, aunque reconoce que “aún falta trabajar en la prevención”.

Al responder sobre las mejores medidas para combatir el narcotráfico, la opción más mencionada fue el endurecimiento de las leyes. Luego, el mayor control en fronteras y aeropuertos (32%), la capacitación policial y el combate de los puntos de venta de droga (27%). Touzé señala una relación entre este tipo de “soluciones” y el incremento de la violencia: “Es significativo que no se mencionen las políticas anti lavado o el combate de la corrupción como medidas eficaces, porque el narcotráfico no puede pensarse por fuera de la complicidad policial y los lazos con instituciones estatales. Cuando la política se centra en el ataque al narcomenudeo, eso genera un incremento de situaciones de violencia territorial, pero no logra desarmar la estructura del negocio. Si tirás abajo un bunker, enseguida se construye otro”.

En definitiva, Touzé destaca que el estudio muestra “una opinión pública que no está teniendo acceso a un diagnóstico real del problema, sino que muestra una mirada simplificada. Es necesario trabajar en la concientización, para promover una comprensión más compleja del problema”.

Fuente noticia: http://www.clarin.com/sociedad/argentinos-drogas-principal-causa-violencia_0_1598840258.html

Fuente imagen: http://www.cuartopodersalta.com.ar/4podwp/wp-content/uploads/2016/05/0003028855.jpg

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En El Salvador: alertan que la educación sigue estancada

Quienes trabajan en el sector consideran que el FMLN, que gobierna el país desde hace siete años, no ha sido capaz de articular una estrategia que impacte positivamente en la cobertura y calidad educativa.

El Salvador/ 3 de Junio de 2016 a la(s) 6:0 / Ricardo Flores/Kenya Miranda

El cambio no ha llegado a las aulas del país. Docentes, gremiales y expertos que trabajan en organizaciones que velan por mejorar la educación de niños y adolescentes coinciden en que el Gobierno no ha podido superar el desafío de llevar seguridad a la comunidad educativa, mejorar la deteriorada infraestructura escolar, aumentar la cobertura y proveer más recursos para el ramo. En resumen, el Ejecutivo, en manos del FMLN desde hace siete años con promesa de cambio incluida, no ha podido sacar del estancamiento a la educación.

Cuatro expertos, a quienes les toca lidiar a diario con los problemas generados en la formación de estudiantes, coinciden en el análisis del estado de la educación en el país, a propósito del segundo año de gobierno de Salvador Sánchez Cerén, profesor de carrera y exministro de esa cartera de Estado en el quinquenio pasado bajo la administración de Mauricio Funes, también del partido FMLN.

Alicia Ávila, directora de país de la Fundación Educación y Cooperación (EDUCO), lo dice claro y sin reparos: “Se dijo que iba a ser un Gobierno para la gente, para los pobres; pero son los que siguen recibiendo poca educación y de mala calidad”. La frase viene de una profesional de las Ciencias de la Educación con 17 años de experiencia. Por eso, reconoce que no se trata de un problema nuevo, sino de uno que tiene 20 años en el mismo estado. Sin embargo, a su juicio, ni la administración pasada ni los dos años de esta han podido avanzar en los desafíos educativos.

Para Ávila, uno de los principales problemas que hace la función de ancla en la educación es la violencia: “Estos dos últimos gobiernos no han logrado avanzar en la seguridad que los centros escolares requieren para que los niños puedan recibir educación de calidad. No se ha podido establecer una estrategia integral y coherente para que la escuela vuelva a ser un lugar seguro. Hay un divorcio entre Educación y Seguridad y Justicia, porque no lo quieren ver como una necesidad que les atañe a los dos”.

Óscar Picardo Joao, director del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI) de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), señala que la violencia provoca que los estudiantes no puedan tener movilidad entre los distintos niveles educativos. Una condición que genera deserción. La razón: las pandillas no permiten que jóvenes que viven en zonas rivales lleguen a escuelas que son la única opción para continuar estudiando en el nivel inmediato superior.

Para Francisco Zelada, secretario general del Sindicato de Maestros de la Educación Pública de El Salvador (SIMEDUCO), el sistema de seguridad escolar impulsado por las autoridades “se ha focalizado en lugares determinados que militarizan temporalmente el área, pero cuando estos soldados y policías se retiran, los pandilleros o los criminales vuelven al control”.

Mario Cruz, docente y líder de la Brigada Magisterial, una gremial en formación, también ve una deficiencia en seguridad para la comunidad educativa: “Hay un déficit, hay esfuerzos importantes para garantizar la seguridad, pero no está controlado, sigue siendo un tema central”.

Según la Policía Nacional Civil (PNC), unos 20 estudiantes y cuatro docentes han sido asesinados en lo que va del presente año escolar. Esa violencia, según los expertos, impacta directamente en el abandono de las aulas. En muchos casos, según Ávila, matizada de migración y cambio de domicilio. Un informe oficial del MINED da cuenta que en 2015 dejaron de asistir a la escuela unos 114,617 estudiantes, alegando múltiples razones.

El Gobierno publicita una inversión de $17.4 millones en 851 proyectos de infraestructura y mobiliario escolar durante 2015 y una proyección de $24.5 millones en ese rubro para este año. Pese a ello, Ávila considera que sería una mejor opción si se dejara de construir “tanto paso a desnivel que no son de mucha utilidad” y se optara por mejorar las condiciones de ambientes escolares. “Nosotros, como EDUCO, atendemos a varias escuelas de lámina y polvo”.

Picardo Joao va más allá y destaca que en el país hay 465 escuelas que funcionan con solo un docente. Eso significa que una misma persona debe encargarse de atender todos los grados y todas las materias. Eso, muchas veces, en un inmueble con graves deficiencias en infraestructura para atender alumnos.

Si bien la violencia y la mala infraestructura escolar son dos problemas que no han logrado superarse en los últimos años, los expertos consideran que hay otro desafío más de fondo que de forma: la cobertura y la calidad.

Cruz, el líder gremial, señala que la mayor deficiencia en la cobertura ocurre en la etapa inicial: “Este Gobierno no ha hecho ningún esfuerzo para garantizar desde las bases una buena formación educativa. Lo promueve como un avance, pero si uno se va al área rural y urbano-marginal, se encuentra con muy baja cobertura”. Cruz, además, considera que esa desatención impactará en un futuro en nuevos analfabetos.

Ávila, sin embargo, reconoce que el Gobierno ha retomado el tema, por lo que “es una de las cosas que se tiene que reconocer”. Dice que se está comenzado a configurar una estructura que atienda a la primera infancia, pero lo matiza con esto: “La cobertura no aumenta. El Estado no quiere asumir más aulas de educación para la primera infancia: de cero a siete años. Quienes atienden la primera infancia somos las ONG y alcaldías”.

Picardo Joao también ve “una situación estática” en la educación del país, “porque todavía mantenemos los problemas de cobertura en educación inicial, parvularia y educación media”.

Otra de las anclas que no deja avanzar, a juicio de los expertos, es la poca preparación de los docentes. A pesar de que Picardo Joao ve con buenos ojos el plan de formación de maestros impulsado por el actual ministro, considera que la estrategia está mal elaborada, porque no hay un diagnóstico completo del “estado de las competencias del magisterio”.

Ávila dice que hay docentes “desmotivados” por el salario, pero también porque no se les resuelve la inseguridad y violencia. “En muchas escuelas no manda el director, manda la pandilla”

Fuente: http://www.laprensagrafica.com/2016/06/03/alertan-que-la-educacion-sigue-estancada#sthash.FUbpwmuD.dpuf

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Inician proyecto Hagamos nuestra la escuela

El Salvador/25 mayo 2016/Autor:/Fuente:El Salvador

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Plan Internacional El Salvador, y el Ministerio de Educación (Mined) iniciaron en el municipio de Ciudad Delgado el proyecto Hagamos Nuestra la Escuela, con el cual promoverán acciones para la reinserción, permanencia y finalización exitosa de la educación en comunidades afectadas por la violencia.

La actividad se realizó en el Centro Escolar Cantón Calle Real, de Ciudad Delgado, al que asistieron Nadine Perrualt, representante de Unicef El Salvador; Rodrigo Bustos, director de Plan Internacional El Salvador; Carlos Canjura, ministro de Educación; Tomás Minero, alcalde de Ciudad Delgado, y Fredy Hernández, director del centro escolar; además de representantes de los centros escolares del municipio, estudiantes y padres de familia.

El proyecto consistirá en ejecutar acciones para hacer flexible la educación en zonas de violencia donde beneficiarán a 7,000 estudiantes de 15 centros escolares de la zona, a 300 jóvenes no escolarizados, y a 1,500 familias del municipio.

Para ello capacitarán a 300 directores y docentes, además de 50 personas de nivel técnico y promotores sociales.

Las actividades más relevantes del proyecto son la atención psicosocial, la reincorporación de niños al centro de estudios por medio de la educación flexible; el desarrollo de talleres como robótica, fontanería, electricidad y carpintería, para motivar la participación de los jóvenes.

El proyecto Hagamos Nuestra la Escuela está enmarcado en la iniciativa Escuelas Fuertes, de la Coalición Empresarial Mundial por la Educación (CEM), y Unicef, que busca promover acciones para reducir la violencia en el entorno escolar, y que asegure la educación de calidad.

Fuente:

http://www.elsalvador.com/articulo/comunidades/inician-proyecto-hagamos-nuestra-escuela-113588

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