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Peleas, insultos… el 90% de los profesores vive situaciones de violencia en su colegio

El Confidencial

El 90% de los profesores viven situaciones de violencia en sus centros de Primaria y Secundaria españoles, según una encuesta del sindicato de funcionarios docentes CSIF, presentada este viernes 12 de febrero, que coincide con la aprobación de la reforma del Observatorio de Convivencia Escolar en el Consejo de Ministros de hoy.

Peleas, insultos, vejaciones entre los alumnos, vandalismo, destrozos de material, conflictos con componente racista y enfrentamientos a través de las redes sociales son las situaciones de violencia más habituales descritas por los 2.000 docentes encuestados. Estos profesores advierten también de las amenazas que sufren por parte de las familias, además de la falta de respeto,de reconocimiento de la autoridad docente, violencia psicológica y situaciones de indefensión.

El estudio revela que más de la cuarta parte de los encuestados considera que la vida en el centro educativo «no es agradable» y que la disciplina es «insuficiente». Según ha explicado el presidente del sector educativo del sindicato, Mario Gutiérrez, más de la cuarta parte de los profesores considera que la vida en las aulas no es agradable y que la disciplina es insuficiente. De hecho, tres de cada cuatro docentes siente que tiene muy poca o ninguna autoridad.

Para abordar estas situaciones, el sindicato ha presentado el servicio CSIF Ayuda Profes, un gabinete psicológico especializado en asesorar, prevenir y tratar este tipo de situaciones. El sindicato ha alertado de que además de las situaciones graves de violencia, como las agresiones o acoso escolar, a diario se suceden episodios «más sutiles y latentes» en las aulas, para las que reclama actuaciones preventivas y el reconocimiento de la autoridad de estos profesionales.

La profesora Encarna Abascal ha detallado que para el profesor «es más importante y grave la violencia del día a día soterrada» que incluso a veces se normaliza, como los alumnos que faltan al respeto, interrumpen las clases y el docente tiene que imponerse». «A veces los profesores no tienen esa autoridad suficiente para parar estas situaciones», ha lamentado Mario Gutiérrez, quien ha denunciado que los profesores aseguran que no siempre tienen el apoyo de la dirección o de los otros compañeros.

La profesora Abascal ha advertido de que «esa violencia se va amplificando y trasladando a la sociedad». Para el responsable de Educación del CSIF «ha existido una permisividad y se ha normalizado una violencia de baja intensidad que se ha ido tapando y para solucionarlo hay que dar el nombre al problema porque es habitual que se llame problema de convivencia».

Las situaciones de violencia y acoso entre los niños también se perciben en la etapa de primaria y ha alertado del pico que se produce con el móvil

Además, ha explicado que esas situaciones de violencia y acoso entre los niños también se perciben en la etapa de primaria y ha alertado del pico que se produce coincidiendo con el regalo del móvil a los niños en las Comuniones, en tercero y cuarto curso. El sindicato considera que los recortes en personal, el incremento en la ratio de alumnos por clases y el horario lectivo, así como el déficit en las plantillas de apoyo, está dificultando la prevención de estas situaciones.

«Es evidente que las administraciones no quieren mostrar el problema porque es tirar las piedras sobre su tejado», ha dicho Gutiérrez, quien ha lamentado que cuando se produce algún caso de suicidio «había habido denuncias». Sobre la aprobación hoy en el Consejo de Ministros de la modificación del Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar con el fin de luchar contra el acoso en las aulas, el responsable del CSIF ha puesto en cuestión la eficacia de este organismo, porque ha dicho que se creó en 2007 y «apenas se ha reunido en dos o tres ocasiones».

El sindicato considera «muy preocupantes» estos datos y plantea la necesidad de alcanzar un pacto social, en el que se involucren todos los agentes de la comunidad educativa, medios de comunicación, sociedad civil y responsables políticos . «El profesor necesita que su trabajo sea valorado y las campañas de los medios de comunicación son fundamentales», ha concluido.

Fuente del articulo: https://www.elconfidencial.com/espana/2018-01-12/peleas-insultos-profesores-violencia-colegio_1504964/

Fuente de la imagen: https://www.ecestaticos.com/imagestatic/clipping/df7/f05/df7f05b8f6cc6cd7ecc0bcf2a37c4f92

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Acoso Escolar: Pautas de intervención para docentes y orientadores

Por: Cristina Martínez Carrero

El acoso escolar o bullying es cualquier forma de maltrato (psicológico, verbal o físico) producido por un abuso de poder y fuerza, dirigido siempre a la persona más “débil”. El maltrato debe producirse de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado y es claramente deliberado, sistemático y repetitivo. Aquí podéis consultar 15 recursos para combatirlo en el aula.

Es muy importante diferenciar los conflictos entre iguales del acoso escolar. Para considerar acoso como Bullying deben cumplirse simultáneamente tres criterios:

[list][item icon=”10003″ ]Un desequilibrio de poder, situación de desigualdad de poder, ya sea a nivel físico, psicológico o social[/item][/list]

[list][item icon=”10003″ ]Debe existir intencionalidad y/o repetición. No son situaciones aisladas, tienden a repetirse en el tiempo lo que implica que la víctima sea blanco de futuros ataques[/item][/list]

[list][item icon=”10003″ ]Se maltrata a las personas que piensan tienen un menor grado de indefensión, los menos fuertes[/item][/list]

Uno de cada 10 alumnos asegura que ha sufrido algún tipo de acoso escolar. Denunciarlo no es tan sencillo, por este motivo la empresa Deset Technological Solutions SL junto con el Equipo D-letras decidimos crear una herramienta de evaluación para detectar el acoso escolar. Queríamos que fuese algo sencillo y que  pudiese ser detectado a través del juego. Así surge The Buddy Tools.

El test es un software informático que se realiza a través de un ordenador o tablet, lo que lo hace aún más llamativo. Los alumnos lo viven como un juego desde el primer momento ya que deben crear su usuario y personalizarlo. Tras este primer paso responden a una serie de cuestiones relacionadas con el grupo clase. El test dura unos 10 minutos y nos permite obtener una “radiografía social” (sociograma) del aula y detectar posibles casos de acoso. Nos ofrece informes individuales y grupales, aportando datos sobre la sociabilidad del grupo, rendimiento escolar, datos psicosomáticos, alumnos más elegidos, rechazados, posibles acosados y acosadores.

Se ha puesto en marcha en varios centros escolares obteniendo muy buenos resultados. Podemos hablar una fiabilidad del 90-95%.La utilización del software hace que los alumnos respondan con mayor sinceridad, sin problemas de confidencialidad y/o miedos al hacerlo en ordenador y a través del juego. Además, la herramienta permite comprobar indirectamente la sinceridad de las respuestas de los alumnos, para reforzar la fiabilidad y validez del test.

Cuando un centro detecta un caso de acoso debe poner en marcha un protocolo de actuación específico. The Buddy Tools junto con el informe que aporta, ofrece una serie de pautas para profesores, padres y alumnos. A continuación os dejamos algunas de las pautas que pueden encontrar dentro de la herramienta.

Pautas de intervención para profesores y orientadores

-Si detectas un comportamiento de acoso se tiene que intervenir inmediatamente,parando la situación lo antes posible para evitar que las agresiones se agraven o vayan a más

-Observar las relaciones que se establecen en el aula

-Estar atentos a los cambios en el rendimiento de sus alumnos, tanto en cuanto a atención en clase como a sus resultados, ya que son uno de los índices más claros de que algo no funciona como debiera

-No restar importancia a las manifestaciones o denuncias de los alumnos. Escucha con respeto y evita decir cosas como “son cosas de niños”, “no es para tanto”

Formación del profesorado para el conocimiento, detección y actuación ante situaciones de acoso escolar

Acoso escolar bullying-Crear un protocolo de actuación, que informe de las medidas que el centro va a adoptar y cómo se va a abordar dicha situación

Solicita la colaboración de las familias.El acoso escolar es responsabilidad de todos, y todos debemos ser parte activa de la solución. Por ello, es recomendable informar a los padres mediante charlas o talleres e ir pautándoles para que sepan cómo han de actuar.

Vigilancia por el profesorado en aquellos lugares donde pueda producirse el supuesto acoso, para recreo, comedor, y otras zonas de riesgo (cuartos de baño).

Hablar con la víctima garantizándole su protección y seguimiento del problema e informarle de los pasos que se van a dar.

Seguimiento diario por parte de un profesor/a de confianza para el alumno, por mayor empatía o cercanía comunicativa y/o afectiva.

-Hablar en clase del tema. El acoso escolar no puede ser un tema tabú. Se recomienda hacer hincapié sobre la necesidad de decirlo si algún alumno detecta problemas y remarcar que comentar un suceso no significa “ser un chivato”. Las tutorías pueden ser un buen momento para esto.

Tratar el tema a través de las tutorías e introducir temas de educación en valores, convivencia, compañerismo, civismo, no agresión; respeto y tolerancia.

Establecer consecuencias. Hablar con los alumnos y expresarles las medidas que se tomarán y cómo se reaccionará cuando ocurra alguna agresión.

No usar la mediación entre iguales como herramienta de resolución de la situación de violencia o forzar artificialmente, que se den la mano, que se pidan perdón…

El acoso escolar marca la vida de las víctimas, afecta a la salud física, al bienestar emocional y al rendimiento académico de los niños. Deja una huella imborrable en la vida adulta de las personas que lo han sufrido: genera inseguridad, dificultad para confiar en personas, baja autoestima…

Entre todos podemos conseguir que la escuela sea un lugar seguro. ¡Trabajemos para conseguir una escuela segura, basada en el respeto!

Fuente: http://www.educaciontrespuntocero.com/author/cristina-martinez-carrero

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El Salvador: Organizaciones combaten la violencia con educación.

“Es posible y necesario que esta educación les permita a los jóvenes convertirse en actores de cambio en sus entornos de vida en los que se desenvuelven” dice Nelson Cruz, director ejecutivo de Fusalmo»

Centroamérica/El Salvador/21.12.2017/Autor y Fuente: http://www.elsalvador.com/

Manuel Sandoval (nombre ficticio) habita en el reparto Las Margaritas, una área catalogada como de las más peligrosas de Soyapango, zona donde las pandillas acechan contra los jóvenes con la intención de seducirlos para que ingresen a estos grupos delincuenciales.

“Muchos de los que fueron mis amigos en la niñez, con los que jugábamos en la calle e íbamos a la escuela, ahora están involucrados con las maras, algunos de ellos están en las cárceles y otros ya están muertos”, manifiesta el joven Manuel.

De acuerdo con el informe “La nueva cara de las pandillas callejeras: El fenómeno de las pandillas en El Salvador”, basado en una encuesta realizada entre pandilleros y expandilleros, presentado en marzo de este año, el 62.4 % de los jóvenes que se han unido a las pandillas o maras en El Salvador lo hicieron por “ocio” o “amistad.

El 45.7 % de los “mareros” se unieron a la pandilla porque “les gustaba pasar el rato con otros jóvenes y pandilleros”, y el 16.7 % porque el grupo les proporciona “amigos cercanos y hermanos”.

Otro 9.1 % los hizo “por huir de casa”, el 7.5 % “por venganza” y el 5.2 % y 4.9 % para “tener recursos” económicos y para “tener respeto”, respectivamente. Solo el 4.4 % ingresa porque es “forzado”.

En el 2014, Sandoval fue beneficiario del proyecto “Nación Audiovisual”, un eje de Programa Juvenil Integral Juvenil Don Bosco (PIJDB) de la Fundación Salvador del Mundo (Fusalmo) que desde el 2004 desarrolla proyectos como este en el Polideportivo España en Soyapango.

Sandoval cuenta que el PIJDB le cambió su perspectiva de vida, le enseñó cómo actuar frente a los problemas de violencia que se viven a diario en la zona donde reside. “En Nación Audiovisual aprendí diseño gráfico y otras áreas relacionadas con la tecnología, acompañado de mis clases también recibía clases de cultura de paz”, agrega.

El beneficiario comenta que el ambiente que se vivía en el programa y todo el conocimiento proporcionado hizo que encontrara en el PIJDB otra familia, motivo por el cual decidió devolver parte de lo que había recibido.

Ahora Sandoval pertenece a la Red de Juventudes de Fusalmo, un colectivo integrado por jóvenes beneficiarios de los distintos programas que la institución imparte y en la que la mayoría se desempeñan como voluntarios.

“Mi experiencia como voluntario en Fusalmo ha sido muy excepcional porque de esta forma aporto algo de lo que a mí se me dio. Fue mucha la ayuda que recibí pues me permitió salir de mi zona de confort”, afirma.

Al igual que Sandoval más 70,000 estudiantes han sido beneficiados por Fusalmo, desde el 2004, a través de la educación como una herramienta para prevenir la violencia, enfocada en jóvenes que se encuentran en condiciones de riesgo y limitaciones socioeconómicas.

Esta fundación desde hace más de doce años, apuesta al Programa Integral Juvenil Don Bosco (PIJDB), que constituye una oferta educativa complementaria al sistema educativo formal del Ministerio de Educación.

Ante las limitaciones experimentadas en ciudades importantes por su densidad poblacional y la problemática de violencia que enfrenta la niñez y juventud, las cuales se encuentra amenazada por condiciones de vulnerabilidad económica y social es que este tipo de iniciativas toman relevancia.

El Programa se desarrolla en los tres polideportivos Don Bosco, en las principales ciudades del país Soyapango, San Miguel y Santa Ana.

A lo largo de estos más de 12 años de servicio de la Fundación se han beneficiado un promedio de 100 escuelas de la zona, ubicados en áreas conflictivas, que no cuentan con espacios para el deporte y que carecen de centros de cómputo.

Colonias como: Las Margaritas, La Campanera, 14 de Diciembre, Prados de Venecia, Guadalupe, San José, Altavista han sido algunas de las que forman parte del proyecto y en el que sus estudiantes una vez por semana hacen uso de las instalaciones del Polideportivo para educarse en el programa que más se adecue a ellos.

De acuerdo con el director ejecutivo de Fusalmo, Nelson Cruz el PIJDB complementa las acciones correspondientes a la escuela, como la educación física, la educación tecnológica y la educación en cultura de paz con atención a la familia.

“El programa contribuye así, desde el enfoque de los derechos humanos y el carisma salesiano, a través del sistema preventivo, a brindar educación en sectores donde las escuelas tienen limitaciones en su infraestructura, sus espacios y de recursos que no les permite desarrollar todas las áreas de formación importantes para el desarrollo de la niñez y la adolescencia” asegura Cruz.

De acuerdo con esta fundación la educación debe ser integral, que atienda la dimensión humana de los jóvenes, que fortalezca su espiritualidad como personas y que los aliente a ser protagonistas de su desarrollo en medio de su contexto de vida, aun cuando este pueda ser adverso.

Estos aspectos, en conjunto, hacen que la educación se convierta en un recurso para prevenir la violencia.

Fusalmo se enfoca en las áreas educativas de tecnología, cultura de paz, orientación vocacional y educación física.

A juicio del director, estas responden a las necesidades y demandas de formación de los jóvenes, además son áreas educativas que los centros escolares públicos no logran desarrollar debido a las limitaciones de infraestructura y recursos que no poseen.

Otro de los ejes educativos muy significativos según el testimonio de Sandoval es cultura de paz, el cual brinda los fundamentos para sensibilizar a los jóvenes en la prevención de la violencia y en el fomento de una convivencia pacífica.

Es por esto que los aprendizajes están orientados a que los jóvenes identifiquen las expresiones de violencia y a ser más protagonistas de su desenvolvimiento y en su relación con su entorno.

“Uno de joven es más vulnerable ante esos problemas, vivo en una zona asediada por la violencia, conocer el programa me permitió llevar una vida diferente a la que llevan muchos de los jóvenes que crecieron conmigo”, comenta Sandoval.

Impactos

De acuerdo con algunos jóvenes el alcance de este programa ha incidido al interior de sus familias y en el centro escolar a los que asisten.

Un impacto que es común entre los jóvenes es haber aprendido a valorarse más a sí mismos, a sentir amor propio y sentirse personas capaces de lograr cosas para su vida.

A juicio de Cruz en el entorno que se desenvuelven estos jóvenes, es sumamente importante fomentar la autoestima, ya que esta es un recurso que les permite hacerle frente a las condiciones desfavorables que experimentan.

Otro elemento clave es la sensibilización hacia las diferentes manifestaciones de violencia y la concientización de asumir una actitud en contra de ella y actuar de forma pacífica.

Es evidente que erradicar la violencia es una meta compleja para procesos educativos complementarios en los jóvenes. “Es posible y necesario que esta educación les permita a los jóvenes convertirse en actores de cambio en sus entornos de vida en los que se desenvuelven”, enfatiza Cruz.

Transformando vidas a través de la educación

El programa Supérate guarda similitudes con el PIJDB ambos nacieron en el año 2004 y han encontrado en la educación un mecanismo de ayuda para los jóvenes de escasos recursos económicos y que se ubican en zonas con altos índices delincuenciales.

Supérate es un programa que va enfocado a educación, a transformación de vidas y a prevención de la violencia. Los jóvenes permanecen de lunes a viernes por cuatro horas. Eso significa que estudian a tiempo completo.

Para el Director General del programa, Arturo Sagrera, en muchas ocasiones los jóvenes caen “en caminos equivocados”, debido a la falta de oportunidades, “por eso en el programa buscamos brindarles oportunidades como una opción de invertir su tiempo en actividades provechosas”.

Supérate fue creado en por la Fundación Sagrera Palomo e Hilasal como una iniciativa de Responsabilidad Social Empresarial. El programa cuenta con siete centros a nivel nacional, dos en Panamá y uno en Nicaragua. Hasta la fecha esta iniciativa ya graduó a casi 2,000 jóvenes y tiene activos a un total de 1,988 alumnos en el país.

Para ser parte del programa los jóvenes deben pertenecer al sistema de educación pública. La beca es para tres años. Jennifer Calles, de 15 años, es beneficiaria de Supérate, y lleva un año estudiando las materias de Valores, Inglés, Computación y Matemáticas. “Todo tiene que ver con la responsabilidad y compromiso con el programa, se lleva una gran presión tanto de la escuela como de acá, porque en los dos nos exigen bastante, pero creo que es un buen manejo de la organización de la persona para poder llevar las dos cosas al mismo tiempo”, agregó.

Según un estudio de esta organización, del total de graduados, actualmente el 55% sólo estudia, el 42 % estudia y trabaja y 8 % solo trabaja.

De acuerdo con Sagrera, el programa es auspiciado por empresas y fundaciones salvadoreñas que están comprometidas con el desarrollo económico y social del país, entre ellas ADOC, Hilasal, CASSA, Fundación Poma, Industrias Merlet y Fundación Raíces. El proyecto cuenta con el apoyo del gobierno de Estados Unidos, a través de USAID, y de Microsoft.

Cada centro escolar patrocinado ejecuta capacitaciones para alumnos y maestros en las áreas de inglés, computación y valores de forma complementaria, y paralela a los estudios de instituciones públicas.

Al finalizar el programa, obtienen certificaciones internacionales que garantizan un dominio avanzado del Inglés y el manejo eficiente de las herramientas de Microsoft Office.

Fuente: http://www.elsalvador.com/noticias/nacional/430302/organizaciones-combaten-la-violencia-con-educacion/

Imagen: https://cdn-pro.elsalvador.com/wp-content/uploads/2017/12/Supe%CC%81rate-001.jpg

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Colombia: Semillas de Apego, la estrategia educativa creada para el posconflicto

Colombia/18 de Diciembre de 2017/El Tiempo

La organización Genesis Foundation lidera esta iniciativa y se llevará a cabo en Tumaco.

Genesis Foundation en alianza con la Universidad de los Andes dio a conocer el programa Semillas de Apego, una apuesta educativa creada con el fin de brindarle atención especializada a niños y niñas que han sido víctimas del conflicto armado en Colombia, particularmente en la zona de Tumaco. 

Esto, a través del fortalecimiento de procesos cognitivos y emocionales en menores de entre 0 a 12 años de lugares con alta vulnerabilidad, que han sido afectados por la violencia en el país.

Semillas de Apego no solo busca prestarle la atención y protección de la primera infancia en el país, sino también tiene como reto apoyar la construcción de una sociedad más pacífica y ética a través de la educación básica primaria. 

La organización tiene “la convicción profunda de que la educación es un elemento potente para transformar escenarios de postconflicto” menciona la directora de Genesis Foundation, Cristina Gutiérrez de Piñeres, quien también afirma que está orgullosa de “trabajar en el diseño de metodologías educativas que nos ayuden a superar la violencia y que sean replicables en diferentes zonas del país”.

La estrategia Semillas de Apego inició a través de una alianza hecha entre Genesis Foundation y la Corporación Infancia y Desarrollo de la cual nació el proyecto: Mis Primeros Pasos (MPP). Un programa creado con el propósito de incentivar el aprendizaje en los niños y niñas a través de actividades participativas que les permitieran tomar decisiones y del cual fue posible concluir que la familia juega un papel fundamental en el desarrollo de las habilidades emocionales de los niños, especialmente cuando han sido víctimas de violencia social.

La educación es una herramienta esencial para la construcción de paz y la reducción de la inequidad.

El modelo MPP fue elegido por el Gobierno Nacional en el 2012 para ser la base de la Estrategia de Atención Integral a la Primera Infancia ‘De cero a siempre’, un programa gestionado por la Presidencia de la República, durante el periodo presidencial del colombiano Juan Manuel Santos y de la primera dama María Clemencia Rodríguez. 

Al cierre del 2016 y tras 16 años de gestionar modelos educativos, Genesis Foundation ha logrado con el programa Mis Primeros Pasos involucrar a más de 100.800 estudiantes, beneficiar a 1.000 instituciones educativas y centros de desarrollo infantil en 26 departamentos de Colombia y formar a aproximadamente 2.790 docentes.

Finalmente, Gensis Foundation ha venido gestionando la campaña #Orgullosos, una estrategia de participación social mediante la cual las personas que han estado involucradas con la organización e incluso quienes no pueden compartir sus experiencias a través de redes sociales

“Consideramos que la educación es una herramienta esencial para la construcción de paz y la reducción de la inequidad. Para ello, impulsamos programas con materiales y herramientas dirigidas a profesores, padres de familia o cuidadores que ayudan a mejorar y fortalecer la calidad educativa”, señala Gutiérrez.

Fuente: http://www.eltiempo.com/vida/educacion/semillas-de-apego-estrategia-de-educacion-para-el-posconflicto-creada-por-genesis-foundation-159244

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Unicef denuncia que la mitad de los niños de Sudán del Sur sufren desnutrición

Sudan del Sur/17 de Diciembre de 2017/La Sexta

Sudán del Sur está en vías de convertirse en una «tragedia» para los niños, ya que la mitad de la población infantil sufre desnutrición y es víctima de un conflicto que cumple ahora cuatro años. Es la alerta que lanza Unicef, departamento para la infancia de la ONU.

«Ningún niño debería experimentar jamás estos horrores y privaciones», afirmó Leila Pakkala, directora regional de Unicef en África oriental y meridional, y señaló que «los de Sudán del Sur lo están sufriendo a diario. Estos niños necesitan urgentemente un entorno de paz y protección».

En el informe «Childhood under Attack», Unicef recogió testimonios de adolescentes, como Yangdé -cuyo nombre fue modificado-, de 17 años, que relató que no tenían nada en casa, «ni comida», y por eso pensó que era mejor unirse a los rebeldes y «luchar contra el Gobierno».

Sudán del Sur está sumido en una guerra civil que estalló en diciembre de 2013 entre las fuerzas del presidente, Salva Kiir, de la etnia dinka, y las del entonces vicepresidente, Riek Machar, de la tribu nuer.

Ambas partes firmaron un acuerdo de paz en agosto de 2015 que llevó a la creación de un Gobierno de unidad nacional, pero en julio de 2016 rebrotó la violencia, que ha causado miles de muertos y de desplazados y ha llevado el país al borde de la hambruna.

«Estamos hablando del país más joven del mundo, donde gran parte de los niños solo han conocido el conflicto y la violencia», adujo Javier Martos, director ejecutivo de Unicef Comité Español. «Durante este año varias partes del país han sufrido una hambruna que ha puesto aún más al límite a la población.

No podemos permitir que Sudán del Sur caiga en el olvido», insistió. Según Unicef, casi 3 millones de niños están en situación de grave inseguridad alimentaria y más de un millón sufre de desnutrición aguda, mientras que más de 2.300 niños han perecido o resultado heridos desde que el conflicto comenzara, y han registrado cientos de casos de violaciones y agresiones sexuales.

Asimismo, cifró en dos millones de niños los que se encuentran sin escolarizar y, si la situación actual se mantiene, «es probable que solo uno de cada 13 niños acabe la escuela primaria«, advirtió.

Por último, Unicef hizo un llamamiento a las partes en conflicto para que se permita el acceso sin restricciones a las zonas donde se necesita ayuda urgente, y recordó que su trabajo se realiza en un país que se encuentra entre los más peligrosos del mundo para los cooperantes porque desde que comenzó el conflicto, 95 trabajadores humanitarios han sido asesinados, 25 de ellos este año.

Fuente: http://www.lasexta.com/noticias/internacional/unicef-denuncia-que-mitad-ninos-sudan-sur-sufren-desnutricion_201712155a338eec0cf22cef518d575b.html

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El Salvador: Organizaciones combaten la violencia con educación

17 Diciembre 2017/Fuente:elsalvador /Autor: Gadiel Castillo

“Es posible y necesario que esta educación les permita a los jóvenes convertirse en actores de cambio en sus entornos de vida en los que se desenvuelven” dice Nelson Cruz, director ejecutivo de Fusalmo»

Manuel Sandoval (nombre ficticio) habita en el reparto Las Margaritas, una área catalogada como de las más peligrosas de Soyapango, zona donde las pandillas acechan contra los jóvenes con la intención de seducirlos para que ingresen a estos grupos delincuenciales.

“Muchos de los que fueron mis amigos en la niñez, con los que jugábamos en la calle e íbamos a la escuela, ahora están involucrados con las maras, algunos de ellos están en las cárceles y otros ya están muertos”, manifiesta el joven Manuel.

De acuerdo con el informe “La nueva cara de las pandillas callejeras: El fenómeno de las pandillas en El Salvador”, basado en una encuesta realizada entre pandilleros y expandilleros, presentado en marzo de este año, el 62.4 % de los jóvenes que se han unido a las pandillas o maras en El Salvador lo hicieron por “ocio” o “amistad.

El 45.7 % de los “mareros” se unieron a la pandilla porque “les gustaba pasar el rato con otros jóvenes y pandilleros”, y el 16.7 % porque el grupo les proporciona “amigos cercanos y hermanos”.

Otro 9.1 % los hizo “por huir de casa”, el 7.5 % “por venganza” y el 5.2 % y 4.9 % para “tener recursos” económicos y para “tener respeto”, respectivamente. Solo el 4.4 % ingresa porque es “forzado”.

En el 2014, Sandoval fue beneficiario del proyecto “Nación Audiovisual”, un eje de Programa Juvenil Integral Juvenil Don Bosco (PIJDB) de la Fundación Salvador del Mundo (Fusalmo) que desde el 2004 desarrolla proyectos como este en el Polideportivo España en Soyapango.

Sandoval cuenta que el PIJDB le cambió su perspectiva de vida, le enseñó cómo actuar frente a los problemas de violencia que se viven a diario en la zona donde reside. “En Nación Audiovisual aprendí diseño gráfico y otras áreas relacionadas con la tecnología, acompañado de mis clases también recibía clases de cultura de paz”, agrega.

El beneficiario comenta que el ambiente que se vivía en el programa y todo el conocimiento proporcionado hizo que encontrara en el PIJDB otra familia, motivo por el cual decidió devolver parte de lo que había recibido.

Ahora Sandoval pertenece a la Red de Juventudes de Fusalmo, un colectivo integrado por jóvenes beneficiarios de los distintos programas que la institución imparte y en la que la mayoría se desempeñan como voluntarios.

“Mi experiencia como voluntario en Fusalmo ha sido muy excepcional porque de esta forma aporto algo de lo que a mí se me dio. Fue mucha la ayuda que recibí pues me permitió salir de mi zona de confort”, afirma.

Al igual que Sandoval más 70,000 estudiantes han sido beneficiados por Fusalmo, desde el 2004, a través de la educación como una herramienta para prevenir la violencia, enfocada en jóvenes que se encuentran en condiciones de riesgo y limitaciones socioeconómicas.

Esta fundación desde hace más de doce años, apuesta al Programa Integral Juvenil Don Bosco (PIJDB), que constituye una oferta educativa complementaria al sistema educativo formal del Ministerio de Educación.

Ante las limitaciones experimentadas en ciudades importantes por su densidad poblacional y la problemática de violencia que enfrenta la niñez y juventud, las cuales se encuentra amenazada por condiciones de vulnerabilidad económica y social es que este tipo de iniciativas toman relevancia.

El Programa se desarrolla en los tres polideportivos Don Bosco, en las principales ciudades del país Soyapango, San Miguel y Santa Ana.

A lo largo de estos más de 12 años de servicio de la Fundación se han beneficiado un promedio de 100 escuelas de la zona, ubicados en áreas conflictivas, que no cuentan con espacios para el deporte y que carecen de centros de cómputo.

Colonias como: Las Margaritas, La Campanera, 14 de Diciembre, Prados de Venecia, Guadalupe, San José, Altavista han sido algunas de las que forman parte del proyecto y en el que sus estudiantes una vez por semana hacen uso de las instalaciones del Polideportivo para educarse en el programa que más se adecue a ellos.

De acuerdo con el director ejecutivo de Fusalmo, Nelson Cruz el PIJDB complementa las acciones correspondientes a la escuela, como la educación física, la educación tecnológica y la educación en cultura de paz con atención a la familia.

“El programa contribuye así, desde el enfoque de los derechos humanos y el carisma salesiano, a través del sistema preventivo, a brindar educación en sectores donde las escuelas tienen limitaciones en su infraestructura, sus espacios y de recursos que no les permite desarrollar todas las áreas de formación importantes para el desarrollo de la niñez y la adolescencia” asegura Cruz.

De acuerdo con esta fundación la educación debe ser integral, que atienda la dimensión humana de los jóvenes, que fortalezca su espiritualidad como personas y que los aliente a ser protagonistas de su desarrollo en medio de su contexto de vida, aun cuando este pueda ser adverso.

Estos aspectos, en conjunto, hacen que la educación se convierta en un recurso para prevenir la violencia.

Fusalmo se enfoca en las áreas educativas de tecnología, cultura de paz, orientación vocacional y educación física.

A juicio del director, estas responden a las necesidades y demandas de formación de los jóvenes, además son áreas educativas que los centros escolares públicos no logran desarrollar debido a las limitaciones de infraestructura y recursos que no poseen.

Otro de los ejes educativos muy significativos según el testimonio de Sandoval es cultura de paz, el cual brinda los fundamentos para sensibilizar a los jóvenes en la prevención de la violencia y en el fomento de una convivencia pacífica.

Es por esto que los aprendizajes están orientados a que los jóvenes identifiquen las expresiones de violencia y a ser más protagonistas de su desenvolvimiento y en su relación con su entorno.

“Uno de joven es más vulnerable ante esos problemas, vivo en una zona asediada por la violencia, conocer el programa me permitió llevar una vida diferente a la que llevan muchos de los jóvenes que crecieron conmigo”, comenta Sandoval.

Impactos

De acuerdo con algunos jóvenes el alcance de este programa ha incidido al interior de sus familias y en el centro escolar a los que asisten.

Un impacto que es común entre los jóvenes es haber aprendido a valorarse más a sí mismos, a sentir amor propio y sentirse personas capaces de lograr cosas para su vida.

A juicio de Cruz en el entorno que se desenvuelven estos jóvenes, es sumamente importante fomentar la autoestima, ya que esta es un recurso que les permite hacerle frente a las condiciones desfavorables que experimentan.

Otro elemento clave es la sensibilización hacia las diferentes manifestaciones de violencia y la concientización de asumir una actitud en contra de ella y actuar de forma pacífica.

Es evidente que erradicar la violencia es una meta compleja para procesos educativos complementarios en los jóvenes. “Es posible y necesario que esta educación les permita a los jóvenes convertirse en actores de cambio en sus entornos de vida en los que se desenvuelven”, enfatiza Cruz.

Transformando vidas a través de la educación

El programa Supérate guarda similitudes con el PIJDB ambos nacieron en el año 2004 y han encontrado en la educación un mecanismo de ayuda para los jóvenes de escasos recursos económicos y que se ubican en zonas con altos índices delincuenciales.

Supérate es un programa que va enfocado a educación, a transformación de vidas y a prevención de la violencia. Los jóvenes permanecen de lunes a viernes por cuatro horas. Eso significa que estudian a tiempo completo.

Para el Director General del programa, Arturo Sagrera, en muchas ocasiones los jóvenes caen “en caminos equivocados”, debido a la falta de oportunidades, “por eso en el programa buscamos brindarles oportunidades como una opción de invertir su tiempo en actividades provechosas”.

Supérate fue creado en por la Fundación Sagrera Palomo e Hilasal como una iniciativa de Responsabilidad Social Empresarial. El programa cuenta con siete centros a nivel nacional, dos en Panamá y uno en Nicaragua. Hasta la fecha esta iniciativa ya graduó a casi 2,000 jóvenes y tiene activos a un total de 1,988 alumnos en el país.

Para ser parte del programa los jóvenes deben pertenecer al sistema de educación pública. La beca es para tres años. Jennifer Calles, de 15 años, es beneficiaria de Supérate, y lleva un año estudiando las materias de Valores, Inglés, Computación y Matemáticas. “Todo tiene que ver con la responsabilidad y compromiso con el programa, se lleva una gran presión tanto de la escuela como de acá, porque en los dos nos exigen bastante, pero creo que es un buen manejo de la organización de la persona para poder llevar las dos cosas al mismo tiempo”, agregó.

Según un estudio de esta organización, del total de graduados, actualmente el 55% sólo estudia, el 42 % estudia y trabaja y 8 % solo trabaja.

De acuerdo con Sagrera, el programa es auspiciado por empresas y fundaciones salvadoreñas que están comprometidas con el desarrollo económico y social del país, entre ellas ADOC, Hilasal, CASSA, Fundación Poma, Industrias Merlet y Fundación Raíces. El proyecto cuenta con el apoyo del gobierno de Estados Unidos, a través de USAID, y de Microsoft.

Cada centro escolar patrocinado ejecuta capacitaciones para alumnos y maestros en las áreas de inglés, computación y valores de forma complementaria, y paralela a los estudios de instituciones públicas.

Al finalizar el programa, obtienen certificaciones internacionales que garantizan un dominio avanzado del Inglés y el manejo eficiente de las herramientas de Microsoft Office.

Fuente de la noticia: http://www.elsalvador.com/noticias/nacional/430302/organizaciones-combaten-la-violencia-con-educacion/

Fuente de la imagen: https://cdn-pro.elsalvador.com/wp-content/uploads/2017/12/Supérate

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Nuevas violencias sociales, ¿qué dice la escuela?

Por: Julio Rogero

En nuestra sociedad, la sociedad neoliberal de rendimiento, el sujeto de rendimiento parece libre, ejerce violencia sobre sí mismo y se autoexprime hasta límites insospechados.

La violencia escolar, plasmada en el acoso, el ciber-acoso, las agresiones físicas, la disrupción en el aula y en otras formas visibles, hoy se hace intolerable para el conjunto de la comunidad educativa y para la sociedad. Cada vez que se hace público algún hecho de este tipo en los medios de comunicación la repulsa colectiva es generalizada. Todos reconocemos que muchas de estas violencias en la escuela son reflejo de las que se dan en la sociedad de forma habitual. Pero no son esas las que quiero considerar en este breve artículo. Hay otras violencias un tanto invisibles, poco analizadas y sobre las que la sociedad actual y la escuela dicen muy poco o nada, pero son protagonistas en ellas. Esas provienen del exterior de nosotros mismos o que nosotros mismos provocamos sobre otros.

Aunque la violencia parece que permanece constante, cambia en sus manifestaciones. Hemos pasado por diferentes estados a lo largo de la historia: el de la violencia de las sociedades arcaicas basada en la muerte; la sociedad donde los soberanos ejercen la violencia sangrienta como castigo a los súbditos por transgredir la ley; en la modernidad la violencia brutal se va retirando y haciendo cada vez menos visible, “se esconde pudorosa”, a la vez que se completa con el asentamiento de las sociedades disciplinarias y sus medios de represión y control. En nuestra sociedad, la sociedad neoliberal de rendimiento, el sujeto de rendimiento parece libre, ejerce violencia sobre sí mismo y se autoexprime hasta límites insospechados.

Son muchos los autores que analizan hoy las características de este tipo de sociedad con su violencia invisibilizada, que en la “sociedad de rendimiento” produce el “sujeto de rendimiento” (Byung-Chul Han), responsable único de su propio éxito o fracaso, empresario de sí mismo, autoexplotado en la máxima precariedad, que se asiente en el sistema capitalista en su fase de neoliberalismo extremo. Es importante tenerlo en cuenta, porque sus manifestaciones se dan de forma similar en la institución escolar, como veremos más adelante.

Hasta hoy, la violencia física, que ha sido dominante, establece una relación dialéctica entre yo y el otro, el amigo y el enemigo, el igual a mí y el diferente-distinto, que lleva con frecuencia a la anulación-eliminación del otro. Hoy la violencia se centra en la modificación de nuestra subjetividad; ya no es material, es anónima; no es física es psíquica; no es negativa es positiva, es anónima, sistémica y coincide con la propia sociedad, por eso se hace oculta. Es una violencia autoproducida en el interior de la subjetividad humana, mucho peor que cualquier otra porque no se tiene conciencia de ella y, lo peor, la víctima se cree libre.

Estas formas de violencia predominan en la denominada “sociedad de rendimiento” neoliberal donde lo importante son los resultados. En ella se da la exigencia de permanecer en el éxito constante a través de mecanismos que llevan a sentirse requeridos a ser triunfadores, de competir con los demás a base de sacar lo máximo de sí mismo y autoexigirte para, siendo empresario de ti mismo, cubrir las expectativas del rendimiento social que se te exige. Los efectos son las enfermedades psíquicas del siglo XXI, entre otras están el agotamiento, el estrés o la depresión con sus efectos, con la autoagresión que pueden producir hasta llegar al suicidio. Un titular de hace unos días d’El Diari de l’Educació nos decía que el 42% de los ingresos en las urgencias psiquiátricas de en el Hospital San Joan de Déu (Barcelona) en 2015 son por conductas autolesivas.

Esta violencia aparece invisibilizada porque es estructural y sistémica. El sistema de vida producido en el seno del capitalismo salvaje actual lleva consigo la pulsión de muerte, que incorpora a sí mismo todas las formas de violencia, hoy también las internas ejercidas sobre nosotros mismos. Es un orden simbólico impuesto que la invisibiliza para que se perpetúe la dominación y la sumisión. Así se hace muy difícil que las víctimas tomen conciencia de esa violenta relación de dominio y lleva a la producción de la servidumbre voluntaria en las que se acepta acríticamente la sumisión al poder, al amo, a la autoridad, al sistema, al mercado o como quiera que lo denominemos, en sus viejas y nuevas formas de sometimiento.

Es la violencia que genera la actual cultura de la competitividad, y tanto la vida colectiva como la individual se basan en ella. Es la nueva forma de guerra de baja intensidad, sin sangre, de todos contra todos y, hoy especialmente, de cada uno contra sí mismo y a favor de sí mismo, ya que de lo que se trata es de triunfar y de ser programado y planificarse para ello.

También se manifiesta en la violencia que produce el miedo. Somos las víctimas de un miedo bien producido y administrado por el poder para clavarlo en nuestra subjetividad y en la vida cotidiana para que le pidamos que garantice nuestra seguridad a costa de nuestra libertad. El miedo hoy es un entorno que todo lo envuelve. Forma parte del medio en que vivimos. Es el miedo al fracaso, el miedo a no encontrar un trabajo digno, el miedo a no poder tener una vivienda en condiciones, el miedo a envejecer porque no se sabe qué será de las pensiones, miedo al otro (al vecino desconocido, al diferente, al inmigrante…), a una vida precaria, a no dar la talla, miedo a un futuro incierto, a no saber competir, a no tener un currículo competitivo, a caer en la pobreza, a no poder dar a los hijos lo que necesitan, el miedo al cambio climático, al colapso de una sociedad en quiebra, el miedo a nosotros mismos… Se aprovechan de todas las posibles amenazas para inculcar e inocular el miedo en nuestro interior. El desmantelamiento premeditado del Estado del bienestar está produciendo un malestar permanente ante las incertidumbres de un estado permanente de precariedad vital. Así hemos entrado, dice Paul Virilio, en el “nuevo gobierno de la inseguridad social”, y que “la gran violencia producida por el miedo es que impide vivir y ese es el peor de los asesinos”.

No pretendo hacer un desarrollo exhaustivo, pero nos quedan muchas violencias que presentar y analizar. Entre otras están: la violencia que niega los derechos humanos más básicos, cuyas víctimas son los más débiles de la sociedad; la violencia de género, que hay que combatir cada día con más decisión; y la violencia ecológica con sus correspondientes efectos de la violencia que el ser humano ejerce sobre la naturaleza: catástrofes naturales, extractivismo, agotamiento de los recursos. Ante un futuro tan incierto, la infancia es la máxima víctima de la violencia ecosocial.

Queda pendiente la pregunta sobre la respuesta que da la escuela a este tipo de violencias invisibles que, sin duda, también se dan en el ámbito educativo escolar. Algunos creemos que es donde se aprenden y así se modula el “sujeto neoliberal de rendimiento”. Es posible que no se sea consciente de ellas o que queden en un segundo plano ya que las que nos importan son las violencias visibles (acosos de todo tipo y otras) que nos escandalizan a todos y en las que todos hemos puesto nuestro máximo empeño en erradicar. Pero de esto hablaremos más adelante.

Fuente noticia: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/12/14/nuevas-violencias-sociales-que-dice-la-escuela/

Fuente imagen: http://clarajusidman.com.mx/wp-content/uploads/2015/08/1er-Concurso-de-Grafitti-51-1021×575.jpg

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