El programa del desfinanciamiento educativo en Argentina: vouchers y padres organizados

Por: Luciana Jouli y Paulo Zambroni

El gobierno de Javier Milei informó este miércoles 20 de marzo el lanzamiento del Programa “Vouchers Educativos” para familias que envían sus hijas e hijos a instituciones privadas. El Sistema de vouchers, la entrega de presupuesto educativo a los padres y no a las instituciones, la promoción de competencia entre las instituciones educativas, eran ya, una de las banderas de campaña del electo presidente, en diciembre pasado.

Junto con la eliminación de la obligatoriedad de la Educación Sexual Integral, hace tres meses, parecían solo propuestas electorales que muchos auguraban “no iba a poder cumplir”. Hoy, forman parte del programa educativo que Milei lleva adelante en Argentina a través de políticas económicas que cuentan con el apoyo de fundaciones, ONGs y grupos de padres organizados, o más bien podríamos decir, financiados.

El 29 de diciembre Carlos Torrandel asumió como Secretario de Educación. Recordemos que el Ministerio fue reducido en diciembre y anexado al Ministerio de Capital Humano conducido por Sandra Pettovello, ex vicepresidenta del partido de derecha Unión del Centro Democrático (Ucedé) y ex productora de Luis Majul, estrella periodística de La Nación+ (canal digital, fundado con el apoyo económico de Mauricio Macri).

En sus dos meses de gestión el Secretario de Educación no ha dado conferencias públicas ni ha hecho declaraciones relevantes respecto de su área a cargo, dejando vislumbrar así que la educación no es un eje vertebral para las políticas de Capital Humano.

En un contexto de devaluación económica en el cual, para la clase trabajadora, resulta cada vez más difícil llegar a fin de mes la educación sigue un punto de conflicto social atravesado por la crisis económica de nuestro país.

En marzo de 2024, la canasta escolar registra un aumento del 273%, siendo según la Consultora Miglino&Asociados la más cara del mundo; las y los docentes dejan de cobrar el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) que representa entre un 10 y 13% del total de los salarios y las provincias dejan de recibir el fondo compensador de desigualdades salariales para docentes y las partidas destinadas a la alimentación de niñas, niños y jóvenes en las escuelas. A la par de todo esto, las reuniones paritarias entre representantes sindicales y el gobierno no logran acuerdos que signifiquen incrementos a la economía real de la comunidad educativa.

Por el otro lado, el gobierno impone su programa a través de ayudas escolares, otorgadas vía web con procedimientos que en muchos casos resultan muy dificultosos para los sectores con mayores índices de pobreza, y aparece el protagonista de la campaña de Javier Milei: “el voucher educativo”. Medios de comunicación como TN lo definen como un plan de asistencia financiera. Javier Milei ya lo había dicho en su campaña: una de sus propuestas es financiar en dirección a la oferta para desfinanciar el sistema educativo público.

Es importante no confundir “el voucher” con la ayuda escolar que planteó la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) para infancias asociadas a la Asignación Universal por Hijo, con padres en relación de dependencia y monotributo, y asociados a jubilados y pensiones no contributivas. El mandatario ya había hablado de «vouchers» para poder comprar útiles escolares, así como de asistencias para hacer frente al pago de los colegios privados, con el fin de «contener a la clase media».

Como consecuencia de la recesión económica y del ajuste a la clase media se ha dado un éxodo de las escuelas privadas a las públicas. Se calcula que por jurisdicción entre 12 y 20 mil estudiantes que concurrían a escuelas privadas, se inscribieron en escuelas públicas, generando también la consiguiente saturación de un sector público que se encuentra desfinanciado.

En e marco de una campaña de desprestigio y desvalorización de lo público como todo aquello que forme parte del Estado Nación, la quita de las partidas presupuestarias para educación a las provincias y las propuestas paritarias insuficientes para la comunidad educativa de todos los niveles y modalidades, son las acciones que el actual gobierno está llevando adelante para acrecentar la crisis que atraviesa la educación, en un marco de crisis global de los sistemas educativos, proponiendo como única solución: el vaciamiento y la completa mercantilización del sistema educativo argentino.

El detrás de escena del desguace educativo

Para llevar adelante su plan de gobierno, Javier Milei y su ministerio de capital humano no están solos. El actual gobierno cuenta con actores económicos, políticos y estratégicos que amparan, avalan y acompañan cada una de sus acciones. Como en la década de los 90, frente al desfinanciamiento de la educación pública aparecen los grandes salvadores: personalidades reconocidas, empresas, y las tan nombradas durante el gobierno de Mauricio Macri por la vinculación de sus funcionarios: las ONGs.

El gobierno de Javier Milei no es la excepción, y esto se demostró cuando eligió al presidente de una ONG como actual secretario de educación. Carlos Torrandel, doctor en Ciencias de la Educación por la Pontificia Universidad Católica de Chile, tiene una larga trayectoria en vinculación con el sector de la iglesia, de las ONGs y con el gobierno de Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires. En su vinculación con el onegeismo, Torrandel se presenta en su currículum como referente educativo del Observatorio Argentinos por la Educación (AxE) y presidente de la Fundación Potenciar Argentina.

El Observatorio AxE mantuvo convenios con el estado durante las gestiones macrista y albertista para realizar análisis y estadísticas educativas. Como ya profundizamos en la nota “Argentina: entramado empresarial y oenegeista lleva su agenda educativa a Casa Rosada” (1),

AxE menciona como red de organizaciones con las que se vincula a actores como Cimientos, Enseñá por Argentina, Fe y Alegría, IDEA, Junior Achievement, Fundación Varkey, entre otros. Y como empresas que acompañan, se puede inferir política y económicamente, a: Fundaciones Grupo Petersen G.P (integradas por Fundación Banco San Juan, Fundación Banco Santa Fe, Fundación Banco Entre Ríos y Fundación Banco Santa Cruz, Pan American Energy y CAF Banco de Desarrollo de América Latina, entre otros.

Por su parte la Fundación Potenciar Argentina se encargó de felicitar a su presidente el 29 de diciembre de 2023 cuando asumió como Secretario de Educación de la Nación. La fundación de Torrendel se presenta como una entidad que busca “maximizar el potencial e impulsar el desarrollo integral de las personas, a través de la innovación, la sustentabilidad, la tecnología y consultoría institucional”. Propuesta que responde y es coherente con su incorporación en el Ministerio de Capital Humano.

La fundación no sólo propone ejes de trabajo como educación ambiental, digital, alfabetización y formación de líderes innovadores sino que también cuenta con patrocinadores, que define en sus redes sociales como aliados, donde mencionan a: Pan American Energy, Fundación Varkey, La Serenísima, Conciencia, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), entre otras.

El entramado onegeista es parte de los mecanismos que los gobiernos neoliberales han desarrollado para tender sus hilillos en todos los espacios y todos los sectores, y como puede verse las empresas financistas, suelen repetirse en unas y otras entidades. Estas ONGs no sólo funcionan como financiamiento para los actores de la política educativa sino que también sirven para responder ante los conflictos sociales.

Ejemplo de ello fue en 2020 y 2021,durante la pandemia de COVID-19 cuando la organización #alasaulas, en apariencia apartidaria, pero compuesta por organizaciones como Cimientos, Fundación La Nación, Junior Achievement, Fundación Noble, Argentinos por la Educación y Fundación Varkey, entre otras, promovieron los movimientos y manifestaciones en contra del aislamiento educativo.

Hoy, frente al reclamo docente de mejoras salariales aparecen los Padres Organizados, quienes en su página se presentan como simples grupos de padres de diferentes provincias argentinas, pero si se mira en profundidad, también puede encontrarse el logo de #alasaulas como parte del entramado.

Frente a la realidad educativa del 2024, la primera iniciativa de padres organizados fue abrir un sitio web donde denunciar los días sin clases y los motivos, no sin antes dejar evidenciado su posicionamiento contra las organizaciones sindicales y el menosprecio por la lucha docente, mientras mantenían reuniones virtuales con el Secretario de Educación de la Nación.

El programa de desfinanciamiento de la educación de Javier Milei requiere de decretos, cierre de ministerios y el fin de programas educativos pero como puede verse, también requiere de actores políticos y económicos que jueguen en sus filas a través de la construcción de redes con nuevas formas de intervenir tanto en el sentido común como en la lucha de calles.

Notas

(1) Ver https://estrategia.la/2022/10/25/argentina-entramado-empresarial-y-oenegeista-lleva-su-agenda-educativa-a-casa-rosada/

* Jouli es Licenciada en Educación Especial. Zambroni es Licenciado en Ciencias Políticas. Ambxs miembros del Centro de Estudios y Formación en Política Educativa (CEFOPED), asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

Fuente de la información e imagen:  https://estrategia.la

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Argentina: En defensa de la educación pública y gratuita

Hoy manifestamos nuestra profunda convicción en defensa de uno de los pilares básicos de nuestra Nación

De cara a las próximas elecciones es imperioso reflexionar sobre los derechos humanos más básicos y las propuestas de los candidatos con probabilidades de resultar electos.

Vemos con preocupación las expresiones del candidato más votado en las PASO, buscando socavar los derechos conquistados en el acceso libre y gratuito de la educación pública y a las políticas públicas dirigidas a fomentar el desarrollo científico-tecnológico nacional.

Milei impulsa un sistema de “vouchers cheque educativo”. Propone “descentralizar la educación entregando el presupuesto a los padres, en lugar de dárselo al Ministerio, financiando la demanda”. Su programa educativo, en caso de ser electo, generó polémica, ya que indicó que eliminaría la obligatoriedad y la gratuidad del sistema educativo actual. “El sistema de la obligación no funciona -dijo-. Si querés estudiar, vas a tener un voucher y vas a poder estudiar. El tema de la obligatoriedad es querer controlar a los seres humanos e imponer tu patrón moral. El que quiera estudiar, estudia, pero obligar no me gusta”, expresó Milei. Además, pretende eliminar la obligatoriedad de la Educación Sexual Integral (ESI) en todos los niveles, modificar el Estatuto docente y cambiar el diseño curricular. De concretarse dicho programa, se configuraría un grave retroceso en materia de derechos.

La visión de políticas públicas de los autoproclamados “libertarios” es la de un Estado nacional ausente y un Estado policial. La propuesta contiene la destrucción de los consensos básicos de la democracia: negación de los crímenes del terrorismo de Estado cometidos durante la última dictadura, así como desmantelar las políticas de educación, ciencia, cultura y género.

El sistema de vouchers tendría la finalidad, en la visión de Javier Milei, de transferir los recursos a los padres y no al Estado para financiar la educación (Getty Images)
El sistema de vouchers tendría la finalidad, en la visión de Javier Milei, de transferir los recursos a los padres y no al Estado para financiar la educación (Getty Images)

En el caso de Patricia Bullrich, entre sus iniciativas propone declarar a la educación como servicio esencial con la finalidad de evitar huelgas; establecer con las provincias un acuerdo federal de 14 años de escolaridad con 190 días anuales de clase; implementar un sistema de presentismo para estudiantes y docentes en todo el país; vincular la escuela secundaria al mundo del trabajo; 100% de escuelas con internet, con wifi en cada aula; modernizar el sistema universitario, ofreciendo becas para carreras estratégicas y estudiantes de sectores vulnerables, impulsando carreras más cortas y títulos intermedios y fortaleciendo y vinculando al CONICET con el sector productivo mediante asociaciones público privadas para la investigación y desarrollo. Si bien en este caso hay muchas propuestas que compartimos, nos preocupa que algunas de las iniciativas encubran nuevas formas de criminalizar a la protesta social y a las organizaciones de trabajadores/as de la educación o que encubran sistema en los cuales el Estado termina financiando el valor agregado de las empresas.

La mejor manera de evitar la “protesta” del sector educativo es garantizar buenos presupuestos. Cuando el macrismo habla de alianzas púbico privadas, el Estado puso los recursos y los privados se llevaron las ganancias. Hemos tenido malas experiencias en esta materia con los gobiernos en los que Bullrich fue ministra.

Mejor que decir es hacer. El candidato Sergio Massa no sólo propone sino que en su rol de Ministro de Economía ya ha presentado iniciativas concretas como el proyecto de financiamiento educativo que repercutirá favorablemente. La iniciativa busca destinar el 8% del PBI a financiar la educación, aumentando en dos puntos lo establecido en la ley vigente. La medida está enfocada a que se destine un 6,5% a la cobertura de educación entre los 45 días a los 3 años – una demanda de larga data del movimiento de mujeres aun insatisfecha-, también a la educación obligatoria y a la formación docente. El otro 1,5% restante, hasta completar el 8%, sería para apuntalar a la educación universitaria. “Aumentar la inversión en el sistema educativo es la mejor inversión que puede hacer una sociedad”, señaló Massa.

Entre las propuestas, se contempla un ciclo lectivo efectivo de clase de 190 días como mínimo, se mantendrá la distribución “uno a uno” de libros a todos/as los/as estudiantes de los niveles inicial, primario y secundario y la entrega de equipamiento tecnológico. Se ampliará la cobertura del nivel inicial, se universalizan las salas de 3, 4 y 5 años, y se Iniciará el proceso de cobertura para sala de 2 años. Con este financiamiento se asegurará, en el nivel primario, un mínimo de 25 horas semanales de clase y que al menos un 50% acceda a escuelas de jornada completa. Tambien se ampliará la oferta de carreras universitarias y preuniversitarias según las áreas de vacancia territoriales y desarrollos regionales, se acortará la extensión de las carreras universitarias y se otorgarán títulos intermedios. Massa ratificó la vigencia de la Paritaria Nacional Docente, el Fonid (Fondo Nacional de Incentivo Docente) y el Programa nacional de compensación salarial docente y promete potenciar los programas de desarrollo profesional en la formación docente.

Sergio Massa propone ampliar la inversión del Estado en Educación pública (Getty Images)
Sergio Massa propone ampliar la inversión del Estado en Educación pública (Getty Images)

Como profesora de la Universidad pública, ejerciendo la docencia desde hace cuarenta años, como orgullosa doctora de la UBA y como madre de hijos que estudiaron en la educación pública, la hemos defendido con la pluma, la palabra y poniendo el cuerpo en las aulas, en las cooperadoras y en las calles cada vez que diferentes gobiernos la amenazaron, la recortaron o la pusieron en riesgo.

Sobrevivimos al menemismo, que quería arancelar y poner cupos en el ingreso universitario y rechazamos los recortes de la Alianza y del macrismo. Hoy junto con centenares de profesores/as, decenas de miles de graduados/as y estudiantes manifestamos nuestra profunda convicción en defensa de la educación pública y la universidad pública laica y gratuita como pilares básicos de nuestra Nación, siendo formadoras de científicos y profesionales para el desarrollo nacional a través de sus diversas carreras y líneas de investigación. La educación superior pública, no arancelada y de ingreso libre e irrestricto es una de las banderas distintivas de nuestro país que permitió construir una identidad nacional caracterizada por garantizar la dignidad, igualdad y movilidad social ascendente de todos/as los/as habitantes del suelo argentino. Nuestras Universidades Públicas han sido reconocidas a nivel internacional por su excelencia académica y sus aportes a la comunidad científica.

Convocamos a la comunidad a expedirse públicamente en oposición a aquellas expresiones contrarias al sistema democrático y contrarias a la defensa irrestricta del derecho a la educación.

Creemos en la educación pública como generadora de los valores democráticos que supimos construir en estos 40 años de democracia ininterrumpida. Reafirmamos un sistema educativo que continúe bregando por abarcar a todos. Que siga sumando estudiantes para formar a los científicos y profesionales que ayuden a construir un país inclusivo, con justicia social, ecológica y de género.

https://www.infobae.com/opinion/2023/09/19/en-defensa-de-la-educacion-publica-y-gratuita/

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Vouchers educativos. Algo muy trillado, puesto en el tapete como nuevo

Por: Miguel Andrés Brenner

¿Menos Estado y más libertad? ¿O qué?

Hablemos de los vouchers educativos o de los bonos educativos. Voy a tomar como base un texto mío del año 2000, “La educación para todos. Un paradigma neoliberal”.

No vamos a realizar una explicación desde sus orígenes, pues demasiado se ha dicho hasta ahora. En Argentina los ha impulsado, hacia fines del siglo pasado, el economista Juan José Llach, como Ministro de Educación del entonces gobierno de la Alianza (su presidente, Fernando de la Rúa), desde fines de noviembre de 1999 hasta fines del año 2000. Ahora se reitera su instalación a través de la comunicación masiva. Importa la publicidad en los medios de difusión, ya que vale su incorporación en las mentes de los argentinos, como tantas otras cuestiones relativas a las concepciones del mercado en materia educativa, como si éste lo resolviera todo. El Estado no debiera intervenir en las decisiones de los particulares. En tanto así se diera, se autorregularía el sistema escuela, como si en el trasfondo existieran “leyes” que “a futuro” condujeran a la riqueza de las naciones. Aquí radica una especie de determinismo económico. Conste que dicho artículo periodístico no tiene ningún valor académico, ni de ideas novedosas que se transmitan, sirviendo solamente de difusión político-partidaria y que revisa ideas ya establecidas y remanidas.

Originalmente han sido propuestas por Milton Friedman, Escuela de Economía de Chicago, en su ensayo “El papel del gobierno en la educación”, año 1955. Es por ello por lo que me voy a detener solamente en una publicación, Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, regida por un gobierno de derecha, ¿Podría el sistema de voucher fortalecer la educación pública?, cuya autora es Marina Kienast, diputada de esa Ciudad por Republicanos Unidos, abogada, traductora pública en inglés, Master en Economía y en Derecho, quien afirma que su afán es el problema de las “desigualdades”. En realidad, la autora considera que habría una “igualdad” hipotética, o una igualdad natural, que solo se da en un discurso matemático formal.[i]  Idea tal que ni el mismo Karl Marx avala, quien, literalmente, se burla de la noción de “igualdad social”[ii]. Y menciono a Marx, por cuanto actualmente aún es frecuentada por las llamadas izquierdas.

Dentro de la temática, la autora no es nada creativa, simplemente, desde el poder del gobierno que dirige Horacio Larreta, reitera la propuesta.

Según ella lo entiende, parte en sus afirmaciones del deterioro de la escuela pública que atenta contra el principio de la “igualdad de oportunidades”.

Al respecto de la igualdad de oportunidades, por motivos de brevedad en razón que podría escribirse todo un libro referido a las críticas de aquel concepto, invitamos a ver un video con la alocución de Michael Sandel, quien es profesor de filosofía en la Universidad de Harvard, donde comenta las ideas fundamentales de su libro “La tiranía del mérito”. Ha sido orador principal en materia de filosofía en el Foro Económico Mundial de Davos 2021.[iii]

Por lo visto recientemente, no es acertada la afirmación de Marina Kienlast: “Una de las alternativas que emergió en la arena política recientemente y que generó mucha controversia, es el modelo del voucher educativo como uno de los instrumentos del financiamiento de la demanda en la educación.” Es que la misma no es reciente. Sí es reciente la propaganda política, la lucha política para instalar dichas ideas, que son las del Partido Político PRO – Propuesta Republicana-.

Reiterando, pido disculpas, valga la redundancia, por la reiteración. Es que el artículo del diario La Nación, nada original es. Lo único que pretende es promover nuevamente una idea desde la arena político/partidaria. Dado el antecedente señalado, transcribo solo alguno de sus párrafos:

“A través de este sistema, el alumno tiene a su disposición un vale que asegura su derecho a recibir educación. Los padres, junto a sus hijos, deciden a través de qué institución hacen uso de ese vale. Es decir, qué institución eligen para llevar adelante la escolarización de sus hijos. Es importante aclarar que el voucher en cuestión no equivale a dinero. De ningún modo alguien podría sacar provecho de ese vale más que el mismo chico, ya que sólo se canjea por educación. Asimismo, el voucher no tiene un valor fijo, sino que se actualiza en base del costo que supone que cada chico asista a una escuela pública. No requiere mayor gasto público; simplemente cambia el modo en el que se aplica ese gasto. La educación pública es una de las inversiones más importantes que realiza el Estado. Por esto mismo resulta fundamental estudiar a fondo cómo maximizar su rendimiento para que sea lo más beneficioso para los alumnos. De esta manera, los recursos llegan directamente al chico, quien lo acredita a una institución, subsidiando así la demanda educativa en lugar de la oferta. Y acá es donde ocurre lo interesante. El sustento de la institución depende entonces de su capacidad de desarrollar incentivos para atraer alumnos. Este incentivo no es otro que el de ofrecer educación de calidad y gestionar adecuadamente los ingresos para ofrecer a los alumnos un espacio motivador y próspero para su escolarización. Parte del financiamiento de cada escuela pasa a depender de cuántas familias la elijan. Es por esto que se genera un espacio competitivo entre las instituciones educativas para posicionarse como la opción destacada entre los alumnos.”

Aquí subyace fuertemente el principio sustentado en la demanda, pues el Estado sería un pésimo oferente, y no corresponde que decida por los padres.

Visión crítica.

  • Si el Estado es un pésimo oferente, ¿por qué hasta los años setenta, las mejores escuelas se hallaban en el ámbito de lo público? Sobre esta problemática no haremos referencia en el presente texto.
  • ¿Cómo harían los padres para elegir las mejores escuelas? Hay que determinar “qué significa lo mejor”. ¿La eficiencia y eficacia exigida por el mercado? Si fuese así, ¿qué hacemos con la mayor parte de la humanidad excluida del aprendizaje de la lectoescritura, no apta desde los parámetros del mercado?
  • Precisemos. El modelo establece certificar la calidad desde los “resultados” obtenidos en las pruebas estandarizadas de evaluación a los alumnos, y desde ahí “se mediría” la calidad de los docentes. Los resultados, que se reducen a “mediciones”, pueden compararse a nivel internacional. Es decir, se podría comparar una escuela de nuestras “villas miserias” o “favelas”, entre otras, con las ubicadas en los sectores sociales favorecidos por el sistema.
  • Además, tengamos en cuenta las tan mentadas trayectorias individuales del aprendizaje, o sea, el recorrido que realiza cada estudiante dentro del sistema educativo, desde donde percibir que las necesidades y posibilidades de aprendizaje de los alumnos son diferentes, como para que cada uno de ellos “encaje” dentro de moldes prefijados. Así, por ejemplo, yo puedo ser docente en dos escuelas distintas, y aún en dos cursos distintos, pero las condiciones iniciales para el aprendizaje son diferentes, por lo que mi enseñanza también será diferente, salvo que la escuela dedique su afán solo a responder ítems evaluativos para acreditar y certificar.
  • La conflictiva, además, se manifiesta con los criterios de quienes elaboran las pruebas, mientras que también las mismas evalúan los objetivos logrados y no los procesos educativos. Valga dejar sentado críticamente que el término “proceso” es multidimensional, ya que implica tanto las didácticas, como las relaciones de clase social, los contextos culturales, políticos, económicos, territoriales, etc.. Ese proceso es obviado en las pruebas estandarizadas.
  • Conste que, en situaciones de pobreza estructural, los alumnos realizan el “aprendizaje social de la pobreza”, un aprendizaje no teorizado, pero sí, vivencial. Es que la ausencia de expectativas sociales incide en el aprendizaje social de la pobreza. La fuerte pregnancia de la escuela-contenedora-asistencialista, implica el aprendizaje de los alumnos de la invalidez de sus padres, por cuanto no podrían valerse por sí mismos, dependiendo paternalmente del Estado. La alimentación, donde lo que interesa es consumir para subsistir, sin otra consideración, debilita la comunicación interpares (“se consume como animalitos”). La ausencia de pensamiento crítico no favorece entrever quién gana y quién pierde, y por qué. En principio pierden quienes se alimentan con valores nutritivos inhumanos (dejamos para otro capítulo la cuestión de “quién gana”).
  • Regresando a un interrogante que nos quedó en el tintero. Subyace a tal postura la “teoría de la elección racional”. No haremos, aquí, la historia de la misma y la mención de sus detentores. Solamente diremos que los individuos elegirían las mejores alternativas a partir de “decisiones racionales”. Mas, tajantemente, esto no es cierto. Esta teoría olvida a Friedrich Nietzsche, quien sostiene que no hay hechos, sino interpretaciones. Olvida a Sigmund Freud, quien enseñó que la conciencia es el órgano sustentado por el inconsciente. Olvida a Karl Heinrich Marx, para quien la ideología es una imagen invertida de la realidad (falsa conciencia). Nietzsche, Freud y Marx llamados los “maestros de la sospecha”.
  • No solo ello. Cuando los padres de los sectores populares eligen a una escuela, lo hacen desde sus propios criterios sociales y culturales. Se preguntan explícita o implícitamente: ¿Quiénes serán los compañeros de mis hijos?, ¿dan en la escuela alimentación?, ¿el edificio escolar está cerca de mi casa o no?, ¿gastaré mucho o no en uniforme, útiles, etc.? Consideremos que los vouchers bonos o cheques educativos sirven tanto para escuelas públicas como para escuelas privadas. Estas últimas cobran un “plus” a los padres. Los de los sectores populares difícilmente estarían en condiciones para asumir dicho “plus”. Además, los de los sectores sociales favorecidos difícilmente aceptarían convivir con aquellos, en virtud de la discriminación existente (étnica, racial, cultural, social).
  • Que tanto docentes como escuelas compitan entre sí para que queden las mejores, olvida el concepto “mejor” como valorativamente ideológico, lo cual resulta complicado en un sistema sin incentivos, que no reconoce el valor del magisterio, y uno de sus indicadores es el salario, empero no el único. Es decir, hay que establecer un sistema educativo que atraiga a la enseñanza a los mejores. ¡Claro!, nos encontramos con una problemática similar, ¿cuál es el criterio desde el que se determina lo mejor?
  • Otro tema, que requeriría de una profunda y extensa consideración, es el relativo a la actual percepción social infravalorada de los docentes, además de todas las variables desde las cuales interpretar su situación laboral. La competencia entre docentes y escuelas, donde quien no tiene criterios de calidad sería barrido del mercado, haría que maestros y escuelas luchasen en el campo de la competencia para subsistir y no perder sus fuentes laborales. Aquí se da una flagrante e inhumana contradicción, pues por un lado se desmerece el accionar docente, aunque por el otro se lo somete a una dura competencia, como si estuviera al alcance de todos lo que se denomina supuestamente lo eficiente y eficaz.
  • Sin embargo, haciendo un juego de imaginación, “juguemos” a que las críticas que anteceden al presente trabajo no existieran. Entonces, digamos que sí, es válida la competencia entre docentes y entre escuelas, para que sobrevivan las mejores, puesto que los padres las elegirían. Aquí, nos encontraríamos con el naufragio de una hipotética racionalidad. ¿Por qué?  Durante las últimas décadas la formación docente ha tenido sus “agujeros negros”. Así, en el tren de la competencia, quedarían fuera del sistema educativo una camada de docentes inimaginable. Y la escuela, que se ha convertido tendencialmente en “contenedora”, se hallaría sin personal titulado. Según la experiencia histórica, en variadas oportunidades, ante la falta de docentes, se convocó para suplirlos a personal no titulado. Conste que en la docencia no existe, como en la medicina, “el ejercicio ilegal de…”.

Más allá de los planteos recientemente formulados, la actual grieta política conduce a la imposibilidad del diálogo. No es ésta la mejor plataforma para la institución de los bonos educativos que se pretenden imponer desde la propaganda político/partidaria. Es que cualquier cambio significativo debe hacerse con los docentes y no sobre los docentes.


[i] https://www.lanacion.com.ar/opinion/podria-el-sistema-de-voucher-fortalecer-la-educacion-publica-nid12032022/

[ii] Marx, Carlos. “Crítica al Programa de Gotha.” http://190.186.233.212/filebiblioteca/Ciencias%20Sociales/Karl%20Marx%20-%20Critica%20del%20programa%20de%20Gotha.pdf

[iii] https://www.ted.com/talks/michael_sandel_the_tyranny_of_merit/transcript?language=es#t-118060   Importa ver el video mencionado.

Fuente de la información: https://insurgenciamagisterial.com

Fotografía: Rebelión

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Las ventajas de un sistema educativo competitivo

Por Iván Cachanosky

¿Cómo lograr un sistema competitivo que incluya a todas las personas?

No hay discusión en que se busca la excelencia educativa. No importa desde qué corriente o pensamiento venga una persona, todos quieren la mejor educación para sus hijos. En otras palabras, no es en el fin en el que difieren las propuestas sino en los medios.

Muchas veces ocurre, que personas con pocos recursos deben enviar a sus hijos a escuelas o universidades públicas porque no tienen otra opción ya que no pueden fondear una educación privada. Además, en un contexto donde la tecnología y la globalización avanzan a pasos agigantados es importante cuestionarse el rol de la educación en un mundo cambiante.

En este marco, es que se vuelve indispensable fomentar la competencia en los centros educativos (primaria, secundaria, universidades) para lograr un mejor resultado. Los principales beneficiarios de un sistema competitivo serían las personas de menores recursos. ¿Qué sucede hoy en día? Aquellas personas que tienen recursos pueden elegir con menores inconvenientes a que escuela o universidad irán sus hijos.

Mientras que las personas de menores recursos encuentran mucho más limitada sus posibilidades de elección. Sólo pueden elegir entre los centros de estudios públicos porque no pueden fondear los privados. Entonces, ¿cómo lograr un sistema competitivo que incluya a todas las personas?

El punto sería cambiar el foco del subsidio. En lugar de subsidiar la oferta, sería mucho más eficiente subsidiar la demanda. ¿Qué significa esto? Que el dinero que se gaste en educación siga los intereses del alumno y su familia. Al subsidiar la oferta, se financian con impuestos a las escuelas y universidades públicas, pero en muchas ocasiones se observan malos resultados y condiciones precarias de estudio.

Nuevamente, aquellas personas que no poseen los suficientes recursos para que sus hijos estudien en centros privados, no les quedará otra alternativa que elegir entre las opciones públicas que hay. En cambio, al subsidiar la demanda, en lugar de usar el dinero en las universidades, se entregaría vouchers educativos a las familias que sólo puedan ser utilizados con ese fin.

Así, por ejemplo, una persona podría recibir un voucher por un monto “X” y podría utilizarlo para financiar su educación en una escuela o universidad privada si es que la considera mejor opción. Tal vez ocurra que de todas maneras esta persona opte por un instituto público y también es válido. Pero esto sólo ocurriría si el instituto público logra calidad educativa que sea valorada por el mercado.

El mayor beneficio de esta propuesta es que multiplica la cantidad de oportunidades que tienen los alumnos para estudiar. Obtienen mucha mayor libertad de opciones y de acción. Luchar por la igualdad de oportunidades es muy noble, pero es irreal y fantasioso. Nunca existirá la igualdad de oportunidades porque poseemos habilidades distintas y está bien que así sea.

No hay discusión en que se busca la excelencia educativa. No importa desde qué corriente o pensamiento venga una persona, todos quieren la mejor educación para sus hijos. En otras palabras, no es en el fin en el que difieren las propuestas sino en los medios.

Muchas veces ocurre, que personas con pocos recursos deben enviar a sus hijos a escuelas o universidades públicas porque no tienen otra opción ya que no pueden fondear una educación privada. Además, en un contexto donde la tecnología y la globalización avanzan a pasos agigantados es importante cuestionarse el rol de la educación en un mundo cambiante.

En este marco, es que se vuelve indispensable fomentar la competencia en los centros educativos (primaria, secundaria, universidades) para lograr un mejor resultado. Los principales beneficiarios de un sistema competitivo serían las personas de menores recursos. ¿Qué sucede hoy en día? Aquellas personas que tienen recursos pueden elegir con menores inconvenientes a que escuela o universidad irán sus hijos.

Mientras que las personas de menores recursos encuentran mucho más limitada sus posibilidades de elección. Sólo pueden elegir entre los centros de estudios públicos porque no pueden fondear los privados. Entonces, ¿cómo lograr un sistema competitivo que incluya a todas las personas?

El punto sería cambiar el foco del subsidio. En lugar de subsidiar la oferta, sería mucho más eficiente subsidiar la demanda. ¿Qué significa esto? Que el dinero que se gaste en educación siga los intereses del alumno y su familia. Al subsidiar la oferta, se financian con impuestos a las escuelas y universidades públicas, pero en muchas ocasiones se observan malos resultados y condiciones precarias de estudio.

Nuevamente, aquellas personas que no poseen los suficientes recursos para que sus hijos estudien en centros privados, no les quedará otra alternativa que elegir entre las opciones públicas que hay. En cambio, al subsidiar la demanda, en lugar de usar el dinero en las universidades, se entregaría vouchers educativos a las familias que sólo puedan ser utilizados con ese fin.

Así, por ejemplo, una persona podría recibir un voucher por un monto “X” y podría utilizarlo para financiar su educación en una escuela o universidad privada si es que la considera mejor opción. Tal vez ocurra que de todas maneras esta persona opte por un instituto público y también es válido. Pero esto sólo ocurriría si el instituto público logra calidad educativa que sea valorada por el mercado.

El mayor beneficio de esta propuesta es que multiplica la cantidad de oportunidades que tienen los alumnos para estudiar. Obtienen mucha mayor libertad de opciones y de acción. Luchar por la igualdad de oportunidades es muy noble, pero es irreal y fantasioso. Nunca existirá la igualdad de oportunidades porque poseemos habilidades distintas y está bien que así sea.

En otras palabras, todas las personas son inteligentes o hábiles en algún campo, la pregunta es en cuál. En cambio, la propuesta del mercado y la competencia es mucho más honesta, ya que lo que ofrece es cantidad de oportunidades.

El voucher educativo es un perfecto ejemplo de esto. La persona al recibir el voucher, amplía sus posibilidades de elección porque ahora podría financiarse para estudiar en una universidad privada cuando antes no existía esa opción. Y si deseara hacerlo en una pública también podría hacerlo.

La diferencia ahora es que existe competencia y destacarán aquellas escuelas y universidades que brindan los mejores servicios educativos. Por otro lado, los padres tienen un protagonismo mucho mayor y es así cómo debería ser. ¿Quién mejor que sus padres para elegir la educación de sus hijos? Darles mayores posibilidades de elección y ampliar el espectro de su toma de decisiones no puede ser nunca una mala noticia.

Casualmente, como son los padres (y no el gobierno) los más idóneos para elegir que tipo de educación pretenden para sus hijos, también es importante brindar mayor libertad en los contenidos educativos.

La educación está atravesando una revolución. Los tiempos cambiaron y hay muchas nuevas herramientas con la que los estudiantes pueden aprender mucho más a través del uso de las nuevas tecnologías que de un profesor.

En otras palabras, los profesores tienden a convertirse en tutores de los alumnos que van descubriendo sus intereses y aprendiendo en aquellos campos donde son más capaces. En concreto, la educación hoy en día es mucho más compatible con la búsqueda de la felicidad de los estudiantes.

No es casualidad que este haya sido uno de los principales puntos que destacaron los Padres Fundadores de Estados Unidos. Ellos hablaban de la búsqueda de la felicidad. Los nuevos enfoques de educación son totalmente compatibles con este principio, donde el alumno va descubriendo (con ayuda de los maestros) y desarrollando aquellos intereses en los campos que se destaca.

Aquellos países que entiendan que el paradigma de la educación está cambiando y se adapten a este nuevo enfoque seguramente tenga profesionales mucho más preparados. Los nuevos trabajos requieren cada vez más creatividad. Albert Einstein decía: “la creatividad es la inteligencia divirtiéndose”.

Pues bien, ese es el nuevo enfoque educacional que se está atravesando. Y la única manera de lograr esa diversión es estudiando en aquellos campos donde el estudiante es más inteligente. No cabe duda que divertirse con la inteligencia generando creatividad se encuentra en el camino de la búsqueda de la felicidad. Y tanto las escuelas como las universidades se encuentran en condiciones de incorporarse en este viaje, brindando mayores oportunidades (vouchers) y dando mayor libertad de contenidos.

Fuente del artículo: https://es.panampost.com/ivan-cachanosky/2018/08/29/ventajas-sistema-competitivo/?cn-reloaded=1

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